LAS PUERTAS DE LA VIDA
La puertas de la vida, se representan en un cuadro, pero no es cuadrado, sino rectangular, a lo alto. Al verlo, la mirada se dirige a muchos puntos a la vez, al cielo (azul claro, con suaves nuves blancas), al azul del mar. Y en el centro, justo en el centro, NOSOTRAS. Cada una de nosotras puede ser esta mujer que se representa en el cuadro. Está de espaldas, tiene el pelo recogido con una coleta y viste unas ropas verdes del color de la esperanza. Va descalza y camina por un sendero. Va tranquila, sabe que no pisará cristal que daña y hiere, pero el suelo no es llano, hay piedritas, siempre hay cositas que nos dañan más o menos. La mujer mira hacia adelante, solo mira eso, el presente, atiende a su caminar, atiende a su ser, y mira con esperanza, como su vestido, la luz al final del camino, la luz que invade el cielo, la luz que le rodea. Por delante y por detrás, puertas, ella está también dentro de una puerta, la única que permanece abierta, y es que es la del presente. El resto de puertas, las de antes y las después, marcan un camino, son el camino de su vida, pero nunca del presente. Ella, la dulce mujer de verde, no podría caminar por las puertas del pasado y del futuro, y es que estan Cerradas.
Amigas, todas nosotras tenemos un presente. Y este presente, no es únicamente lo que nos rodea, somos sobretodo nosotras por dentro. Nosotras por dentro somos esta mujer de verde, cada una de nosotras. Verde esperanza.
En el cuadro, hay una puerta en el que está dibujada una lágrima, en otra, una flor gris, una pareja también. Cada una de nosotras tendrá diferentes imágenes, colores y formas en cada una de estas puertas. En cada una de nuestras etapas de la vida. Las del futuro, son deseos, intuiciones, proyecciones, las del pasado recuerdos, alegrias y dolores. Todas estas, nos ayudan a caminar como caminamos por el presente. Sin recuerdos, no hay presente, sin proyectos de futuro tampoco. Anclarnos en una de las puertas ya cerradas, es dejar la puerta abierta del presente vacía, sin nadie que la camine; vivir de ensueños implica lo mismo. Tenemos una responsabilidad, con NOSOTRAS que es ser valientes, para mirar los recuerdos del pasado, dejar que se cierre la puerta con amor, mirar el futuro con ilusión, proyectos y amor tambien.
La puertas de la vida, en mi cuadro se plasmaron así, y en las vuestras? Un beso agrande y un abrazo mas grande aun, de esos que no se olvidan.
Noemí León Ferrer
(La imagen también es obra de Noemí)
Fuente:MujeresTrasLasRejas
Ficciones de color
Nueva muestra en Buenos Aires del dibujante y pintor Pablo Di Masso. Una veintena de intensas tintas sobre papel proponen distintos planos para contemplar o adentrarse en sus personajes característicos desde la sala Madres de Plaza de Mayo del C.C. San Martín.
Por ROMAN GARCIA AZCARATE
HASTA EL LUNES. La muestra del artista rosarino en el Centro Cultural San Martín puede verse hasta el 18 de octubre.
¿Quién le enseñó literatura a Edgar Allan Poe? ¿Julio Cortázar, su traductor in extenso al español? ¿Quién le enseñó pintura a Xul Solar? ¿Su compinche y vecino ‘Georgie’ Borges?
Similares preguntas y la misma ausencia de maestros caben para Woody Allen, Raymond Chandler, ‘El aduanero’ Rousseau, Joseph Conrad, Billie Holiday, Jean Dubuffet, Jorge de la Vega, y en gran medida Turner, Van Gogh,... en fin, una prestigiosa legión. Como tantos otros autodidactas, Pablo Di Masso —el mismo que al leer estas líneas podría incomodarse por que lo asocien a tales creadores— fue bajando al papel su arte en las mesas del bar del viejo Savoy Hotel de Rosario, en El portalón y El velódromo de Barcelona o en Les gens que j’aime antes que en las aulas de Bellas Artes de la UNR, en la Prilidiano Pueyrredón porteña, la De La Cárcova o cualquier otra institución oficial de enseñanza en Argentina o España, países entre los que ha prorrateado su existencia.
Décadas enteras de pergeñar sus personajes en trazos rápidos sobre servilletas de papel, hojas de block en todo tipo de formatos, cartulinas y cartones del gramaje que a uno se le ocurra y muchas otras superficies inusitadas u oficialmente aceptadas no han hecho sino ir cuajando un estilo personalísimo en el que confluye, sí, toda la pintura que Di Masso viene asimilando desde su infancia, en una familia en la que las reproducciones colgadas en las paredes del living de algún desnudo de Modigliani, algún Picasso en forma de clown, y algún Klee en diálogo con un Miró podían ser resistidos y malinterpretados por la mayoría inmensa de la sociedad de entonces.
La presencia cercana y cálida de un padre exquisitamente culto, socialista romántico, no decidió los derroteros pictóricos de Pablo, el mayor de sus cinco hijos. Cuánto de bueno, sin embargo, en términos de música, de literatura, de cine, de artes plásticas, de ideas y de bonhomía hizo ingresar en su vida. No tiene ese mismo origen la melancolía que suele campear en los cuadros de Di Masso hijo, contrarrestada por una paleta brillante, incluso estentórea más de una vez.
Es esos cuadros están ausentes en forma directa los escuadrones de la policía montada que cargaban contra los manifestantes que con Di Masso entre cientos los enfrentaba en la calle Córdoba hacia las épocas del Rosariazo. Tampoco hay hasta el momento una aproximación al Guernica propio de aquellos tiempos, ni se reflejan abiertamente en las imágenes de este artista sus años de militancia y el acorralamiento represivo que lo llevó a emigrar con hija en brazos y mujer al lado, hacia Cataluña. “Me hago cargo de mi metro cuadrado de derrota”, dice hoy, sin alegría en la mirada al reflexionar sobre eso.
La obra de Pablo Di Masso que exhibe en estos días el Centro Cultural San Martín de Buenos Aires cuenta con el trasfondo intenso de la vida de su autor, yuxtapuesto a cada tema aparente. Se expresa en músicos, en parejas de amantes, en bebedores solitarios, en rostros, en tetas y testículos o penes que participan de un dibujo muy tramado donde la letra laberíntica sugiere historias contenidas infinitas, descifrables quizá para muy pocos.
Los cuadros de esta exposición —alrededor de unos veinte, de hasta 100x70 cm— suenan más bien a Chet Baker que a Mussorgsky, o a Django Reinhardt, a Stéphane Grapelli, a Lester Young, a Charlie Parker y en todo caso a Eduardo Arolas, al dúo Salgán-De Lío o al gordo Troilo, si bien la voz cantante tiende a ser la de Adriana Varela.
Hay una osadía importante en las resoluciones formales, sobre todo las anatómicas, que en estas obras desafían con desparpajo arraigado en la tarea del artista y parecen arrancar su mirada a partir de las vanguardias iniciales del siglo XX, como si todo lo anterior fuera, por decisión creativa, una prehistoria innecesaria. Consciente o inconscientemente, además, las imágenes, sus fragmentos, se revelan, se despegan a la primera zancada de los corsés de ese buen gusto condenado como enemigo del arte también desde aquel período revolucionario.
Las obras, su contemplación, su análisis, son, a fin de cuentas, un viaje a percepciones distintas, un desafío a aperturas necesarias del espectador, enriquecedoras, y que requieren también de su valentía como juez.
Allí están, como dice el autor.
Fuente:RevistaÑ
MENDOZA
Día de la Madre: Para llenar de contenido a un día comercial
Organismos de derechos humanos, con el Frente de Apoyo de Madres de Plaza de Mayo, realizaron un acto-homenaje a las madres de detenidos desaparecidos de Mendoza. Fue ayer en la Plaza San Martín, donde después del acto los asistentes se sumaron a su ronda de cada jueves.
“Queridas Madres: Su lucha constante, su ejemplo de coherencia y de valor nos orientan en los tiempos más oscuros y en los más confusos; allí donde empieza a reinar la cobardía y la ubicuidad, ustedes han marcado el compromiso del militante con la vida, con la revolución, aquella que soñaron sus hijos y que ustedes nos enseñaron a soñar”. Con esas palabras, los militantes por los derechos humanos, sociales y familiares de víctimas del terrorismo de Estado hicieron un sentido festejo hacia “las madres de todos”.
“Estamos orgullosos de poder sentirnos sus hijos. Luchar siempre, rendirse jamás. Ni un paso atrás. La única lucha que se pierde es la que se abandona”, finalizó el texto leído que Ernesto Espeche, hijo de detenidos-desaparecidos, leyó en nombre de los organizadores del acto.
En el acto colmado de agradecimientos, reconocimiento y cariño hacia las Madres María Assof de Domínguez, Margarita Hilda Guerrero y Agustina Elcira Corvalán, hubo música, de la mano de Jorge Cuello y los músicos que siempre lo acompañan en cuanta actividad social y militante se organiza en los espacios públicos de Mendoza. También tomaron el micrófono dirigentes políticos y sociales, y el referente local de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), Ramón Ábalo.
Ábalo, además de brindarles un abrazo y saludarlas en la proximidad del día de la Madre , recordó que funcionarios del Consejo de la Magistratura deberán intervenir en la Justicia Federal de Mendoza tras el desorden que provocó la salida a la luz de las connivencia de altos mandos de esa institución con la última dictadura cívico-militar.
Se trata de las denuncias y actuales investigaciones sobre los jueces Francisco Miret y Otilio Romano, quienes fueron señalados como garantizadores de la impunidad del terrorismo de Estado, durante la dictadura y en democracia también.
Además, esos camaristas se ensañaron con el juez que facilitó que se los investigara, Walter Bento. De esa manera, lograron que Bento fuese puesto en cuestión ante el tema.
En los últimos días, desde la Procuración General de la Nación , Esteban Righi, también expresó preocupación por “los obstáculos que encuentra la justicia” en Mendoza para hacer avanzar las causas por crímenes de lesa humanidad y aludió puntualmente al caso de Romano durante una exposición que realizó ante el plenario del Consejo de la Magistratura.
Ramón Ábalo invitó, en nombre de la LADH y de los demás organismos a movilizarse el próximo martes hacia los tribunales federales para seguir exigiendo aquello por lo que las Madres tanto lucharon y enseñaron a seguir buscando: juicio y castigo por los 30.000 detenidos-desaparecidos.
Natalia Brite
Fuente:NoticiasMendoza
Ma,
Hace mucho que te debo una carta, para el día de la madre del 76, para tu cumpleaños, ahora no es ninguna fecha en especial pero tengo ganas de escribirte algunas lineas, quizás porque me cuesta no verte por un tiempo más largo que de costumbre.
No tengo mucho para decirte porque ya está todo dicho en las cartas anteriores, en nuesras largas charlas y en cada cosa de la vida, por eso resumo todo en una frase:
Es la historia sencilla de las madres la historia de los grandes heroís;smos.
En su amor sacrificado se esconde el pedestal de los grandes heroes.
Madre es la palabra que muchos hombres llevamos en el centro del corazón.
Un beso grandote
Mariana.
Pa:
Ante todo quiero pedirte perdón por todos los dolores de cabeza por ser tu hija, deseo de todo corazón que de una vez para siempre puedas vivir un poco más tranquilo.
Sabés que pasa? "Sólo los tontos viven en una felicidad opaca en medio de un mundo torturado. Por suerte sufren más;s los más inteligtnes. Los sufrimientos como las alegrías están en proporción directa con las propias aspiraciones".
Gracias por ser papá.
Alquien que te quiere mucho
Tu hija.
Mariana Belli.
Fuente:Desaparecidos.org
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