13 de noviembre de 2010

JUICIO AUTOMOTORES ORLETTI: CONDENADO A PRISIÓN PERPETUA POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD ES UN DEFENSOR DE LOS REPRESORES.

Abogados de la muerte
12 de Noviembre de 2010
Por Juan Carlos Martínez (*)




En el juicio de Automotores Orletti, donde se están juzgando a los responsables de los crímenes que se cometieron en aquel centro clandestino de detención, uno de los abogados defensores se llama Bernardo José Menéndez. Es un ex coronel que actuó como jefe de la Zona V que dependía del Cuerpo I de Ejército y que en diciembre del año pasado fue condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad. Sin embargo, Menéndez está actuando como defensor de otros asesinos y torturadores porque su condena no ha sido confirmada en segunda instancia. Mientras tanto, la Cámara Federal le ha permitido seguir ejerciendo como abogado, aún con las manos tintas en sangre.
Menéndez no es el único abogado de la muerte que anda por los tribunales de la república con la Constitución y las leyes debajo del brazo defendiendo a quienes condenaron a sus víctimas con los códigos de la selva.

En el juicio de La Pampa apareció otro de los abogados de la muerte. Estamos hablando de Hernán Vidal, defensor del ex capitán Néstor Greppi y ferviente reivindicador del terrorismo de Estado.

Desde su primera intervención, Vidal sacó a relucir el clásico discurso de los defensores de la muerte, pero llegó a la cima de la apología de los crímenes cuando leyó su alegato, matizado con algunas desgraciadas e inoportunas acotaciones como la de burlarse del fallecido ex presidente Néstor Kirchner.

Después de todo, si no respetaron a los vivos, mucho menos respetarán a los muertos.

Vidal es uno de los abogados escogidos por los genocidas que transitan por los tribunales defendiendo lo indefendible con un discurso cargado de odio y de mentiras con el que pretenden convertir a las víctimas en victimarios y al genocidio en una gesta épica.

A falta de argumentos jurídicos, Vidal apeló constantemente a la provocación, a la ironía y en no pocos casos a la manipulación de la verdad histórica como cuando calificó al terrorismo de Estado de guerra civil y a las víctimas de delincuentes terroristas. Le faltó decir que los seiscientos niños apropiados fueron sorprendidos portando bombas y fusiles.

Como diría Borges, para justificar el sueldo que le pagan, el inquisidor de tanto en tanto tiene que mandar a alguien a la hoguera. ¡Y vaya si Vidal se gana el sueldo que le pagan!

El abogado de la muerte dedicó varios minutos para elogiar al ex capitán Greppi, a quien intentó colocar en la categoría de héroe por su presunta defensa de la democracia durante el levantamiento de los carapintadas. Utilizó un informe firmado por Raúl Alfonsín en el cual el ex presidente ponderaba a su edecán y aprovechó ese documento para despegar a Greppi de los delitos que se le imputan y por los cuales las querellas y el fiscal pidieron el máximo de condena.

Vidal sostuvo que un hombre tan bien informado como Alfonsín no iba a elegir a un represor para ubicarlo como edecán, pero su argumento se desvaneció cuando la querella le recordó que por aquellos días el asesino Raúl Guglielminetti -ahora condenado a prisión perpetua- fue custodio del presidente radical.

Vidal completó su rol de apologista de la dictadura militar con un clásico que utilizaban los genocidas cada vez que desde el exterior se los denunciaba por la ola de crímenes: ‘Es un ataque al país‘ decían entonces creyendo que la fiebre chauvinista les ayudaría a sostener semejante falacia.

En sintonía con esa línea, Vidal dijo que la causa contra Greppi ‘se armó para condenar a un militar para que de ese modo se condene al Ejército‘.

Vidal sabía que con sus argumentos no iba a convencer a los jueces, pero sostenía ese discurso no sólo para satisfacer a su defendido y al resto de los genocidas sino para alimentar sus propias convicciones, su propia ideología fascista.

Señor Vidal: La justicia se defiende con los códigos de la vida, no con los de la muerte.

(*) Director del mensuario Lumbre
Fuente:ElDiariodelaPampa                                                    

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