“Yo vi entrar a Alemann a la sala de torturas de la ESMA”
Juan Alemann, ex secretario de Hacienda de la dictadura de Jorge Rafael Videla y uno de los personajes más representativos del establishment que se benefició con el gobierno militar, visitó la sala de torturas de la Escuela de Mecánica de la Armada y se encontró con prisioneros engrillados y encapuchados. El mismo Alemann que en la edición anterior de esta revista formuló brutales declaraciones sobre la apropiación de menores y la tortura, sin mostrar ningún arrepentimiento sobre su participación en la dictadura, fue visto allí por un sobreviviente del horror. Este testimonio deja abierta la posibilidad, tal como reclama Estela Carlotto, de que sean puestos en el banquillo de los acusados y condenados aquellos civiles que hasta ahora salieron indemnes de los juicios por la época de la dictadura militar.
El testimonio corresponde a Carlos Lordkipanidse, un sobreviviente de la ESMA y militante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos que desde la época del Juicio a las Juntas viene reclamando –sin mayor éxito– que Alemann sea llamado a declarar en la causa ESMA y en la causa por la apropiación de menores. Lordkipanidse fue secuestrado el 18 de noviembre de 1978 y permaneció dos años y medio en la ESMA. Luego estuvo bajo libertad vigilada hasta que se escapó del país. Desde su primer testimonio en 1987, en el apéndice del Juicio a las Juntas Militares, y en noviembre de 2000, en la causa que investiga la existencia de un plan sistemático para apropiarse de los hijos de desaparecidos, Lordkipanidse ha denunciado la presencia de Juan Alemann en la ESMA. Este testimonio fue confirmado por Víctor Basterra, otro ex prisionero en el lugar.
“Alemann fue invitado a recorrer la ESMA por miembros de un grupo de tareas que se jactaba de haber atrapado a los presuntos integrantes de un comando montonero que habían perpetrado un fallido atentado contra su vida. Yo lo vi en un sector del sótano del edificio de oficiales que se denominaba Cuatro. Allí me crucé con Alemann cuando él estaba entrando a un sector llamado Huevera...”
–Esa era la sala de torturas y de partos de la ESMA...
–Sí. Sus paredes estaban recubiertas de envases de huevos para amortiguar los gritos de los torturados. También se usaba para proyectar audiovisuales. Alemann estaba acompañado por el jefe de operaciones, teniente Adolfo Miguel Donda Tigel, el teniente Fernando Peyón, el jefe de Inteligencia “Horacio” Lorenzon, el prefecto Ricardo Carnet, alias “Espejaime”, y el subprefecto Jorge Manuel Díaz Smith. Después de que Alemann ingresa a la sala de torturas, ingresa el detenido Orlando Ruiz y le hacen relatar detalles sobre el atentado que había sufrido Alemann en noviembre de 1979 por parte de un comando montonero.
–¿En qué estado estaba Ruiz en el momento en que lo exponen frente a Alemann?
–Yo escuché cuando lo llevaron desde el cuarto de interrogatorios a la sala de torturas y estaba encapuchado, esposado por la espalda y engrillado a los pies.
–¿Cómo fue que se encontró cara a cara con Alemann?
–Ese día hubo un movimiento no habitual dentro del sector. Para ese entonces, los únicos detenidos que hacíamos trabajo esclavo en el sector cuatro éramos Víctor Basterra y yo, que me desempeñaba en el laboratorio fotográfico. Ese trabajo me permitió tener la capucha levantada y verlo a Alemann. Había mucho movimiento de oficiales que iban y venían y un guardia me ordenó que no saliera del laboratorio. Después de un rato salí por la mía con la capucha levantada y me dirijo al comedor. En la puerta de la Huevera estaba Alemann. Se destacaba por su estatura y por la vestimenta. Los integrantes de los grupos de tareas se vestían de civil y de sport. Este tipo estaba con un traje impecable y zapatos negros.
Pese a que Alemann se manifestó enemigo del almirante Emilio Massera y hasta denunció que intentó matarlo, no es descabellado que lo hayan invitado a la ESMA. Para la época en que fue, Massera ya había sido desplazado de la conducción de la Armada y esta fuerza quería congraciarse con los restantes poderes del gobierno militar.
–¿Cuánto duró la presencia de Alemann en la sala de torturas?
–No puede haber durado más de una hora.
–Alemann dice que la Marina torturaba por placer y el Ejército para sacar información. ¿Puede haber sido una impresión que recogió en su paso por la ESMA?
–Si asevera eso, está falseando: no es cierto que la Marina torturara sólo por placer. Eso no exime al Ejército de que ellos también lo hicieron por placer, más allá de querer sacar información.
Fuente:AlternativaSolidaria

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