Nuevo giro del presidente colombiano
Santos acepta la liberación de rehenes
Publicado el 16 de Febrero de 2011
Luego de haber declarado que las FARC le tomaban el pelo e intentaban hacer un show mediático, el mandatario tuvo que permitir la entrega de un policía y un soldado en manos de la guerrilla, por la presión de los familiares.
Después de haber sorprendido el lunes con el anuncio de que el gobierno suspendía unilateralmente el proceso de recepción de dos agentes de seguridad que serían entregados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el presidente Juan Manuel Santos volvió a dar otro giro inesperado, cuando ayer dijo que autorizaba la liberación de un policía y un soldado. El domingo, el proceso de recepción se había frustrado a raíz de que el grupo guerrillero equivocó las coordenadas que indicaban el sitio preciso de la liberación. El gobierno lo consideró una “tomadura de pelo”. Sin embargo, hasta ese día, otros nueve operativos de entrega de rehenes se habían realizado sin contratiempos en los dos últimos años.
Entonces, el gobierno, cuya única participación en el proceso se reduce a suspender las acciones militares en el área de liberación, reaccionó con aquella decisión y dijo que la actitud de las FARC “es un simple show mediático”. Santos desautorizó a la Cruz Roja –responsable junto a la ex senadora Piedad Córdoba de la recepción de los liberados–, que había anunciado la reanudación del operativo y llegó a decir que los helicópteros facilitados por el gobierno de Brasil para cumplimentar el operativo humanitario “son utilizados para organizar fiestas de varias horas para celebrar con los secuestradores su supuesto acto de generosidad”.
Tras evaluar lo sucedido con representantes de la Cruz Roja, el gobierno desanduvo el camino y dijo que “autoriza” las liberaciones por “responsabilidad” con las personas que serían recibidas y sus familias. La rápida revisión de la decisión original fue adoptada después de que trascendiera, precisamente, el malestar generado entre los familiares. Eduardo Pizarro, nexo del gobierno con Córdoba y la Cruz Roja, anunció ayer de mañana que el gobierno había revisado su posición. La liberación del policía Guillermo Solórzano y el cabo Salín Antonio Sanmiguel podría concretarse en el curso de esta semana.
Entre tanto, los dos helicópteros brasileños quedaron estacionados en el aeropuerto de la sudoriental Cali, y Córdoba mantenía una reunión a puertas cerradas con miembros del grupo humanitario “Colombianos y colombianas por la paz”. Trascendió que, ante las trabas puestas por el gobierno, analizaba la posibilidad de retirarse del proceso. Fue a Córdoba a quien las FARC le habían informado en diciembre que le entregarían de manera unilateral a cinco secuestrados, como “acto de desagravio” por su destitución como senadora, producto de un juicio rápido que distintos analistas interpretaron como una medida persecutoria.
De las cinco personas que el grupo anunció que entregaría fueron liberadas tres, a las que el domingo se sumó Carlos Alberto Ocampo, un policía que no estaba en la lista original divulgada por las FARC, lo que llevó el número a cuatro.
Fuente:TiempoArgentino
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