14 de febrero de 2011

COMPAÑEROS QUE MURIERON RESISTIENDO.

El 13 de Febrero de 1977, "el Indio" RODOLFO JUAN LUCERO y su compañera CLAUDIA GONZALEZ “Sara” caían combatiendo en una casa del norte de Rosario.

La historia del "Indio" es como la de casi todos nosotros, no por repetida menos ejemplificadora, las políticas, las concepciones que nos movían, que nos empujaban al compromiso.

Pero también, sus vidas, son una muestra de "eso" imposible de explicar desde la razón y aparentemente imposible de comprender desde los nuevos tiempos: La pasión que poníamos en todos nuestros actos.

Conocí a Juan cuando él empezaba su militancia en Montoneros Sabino Navarro y yo terminaba mi militancia en la UEL (Unión de Estudiantes del Litoral), el Peronismo de Base.
Yo escapaba del ideologísmo y el iluminismo de una organización que había cometido el pecado máximo, votar en blanco en la elección de 1973.

Juan llegado del interior santafesino a estudiar medicina, daba sus primeros pasos en los "Sabinos", una división de los “montos” oficiales. Con propuestas muy bien elaboradas ( por el Negro Rodeiro) y fundamentadas, pero a las que “extrañamente” no les daba bola casi nadie.

Estabamos muy cerca de una JP que movía multitudes, pero no nos decidíamos a entrar.
entre algunos sabinos y lo que quedaba de la UEL formamos la BUP (Bases Universitarias Peronistas). A decir verdad el clima del año 73 era tan lindo que cualquiera podía formar su propia organización. Todo el mundo estaba movilizado y se militaba 24 horas.

Ya en el 72 un cumpa había llevado al "Indio" a un congreso de JP en el Chaco, un papelón, el negro habló una vez y en medio de la asamblea dijo que no estaba convencido sobre el uso de la violencia, todos lo miraron como un loco, al que lo llevó lo cagaron a pedos...."no traigas compañeros que no estén consolidados...."

Pero en el 73 al “Indio” se le habían ido las dudas y se vino Ezeiza, nos cagaron a tiros, al volver fui a parar a la casa de él (mi viejo me había echado de casa) , en el pasaje Baraco a dos cuadras de medicina, éramos 7 y en mi pieza tres, el negro, yo y otro compañero. El que se levantaba primero se ponía la mejor ropa, los otros lo que quedaba.


Días de gloria en esa casa, de vez en cuando venían los Sabinos de verdad, el Duro, Victorio, etc. dejaban sus fierros sobre la mesa, contaban sus anécdotas mientras nosotros los mirábamos con todo el respeto del mundo.

duró poco la primavera, El General mostro su otra cara y hecho del gobierno al tipo mas leal que había tenido, prefirió a Lopez Rega, a Villar y Rucci, nada bueno se avecinaba, pero para nosotros la justicia social seguía a la vuelta de la esquina.
Una noche con dos mas y unas ginebras pintamos toda la ciudad de PERÓN - CAMPORA, pero sin firmarla porque la “orga” no lo había discutido.

El "indio" ya salía a volantear y pintar, un día lo metieron en cana con otro compañero. En la comisaría le piden los documentos y se entera que ese otro compañero es un sobreviviente de la toma de La Calera, los dejaron en libertad, el negro no durmió por varias noches de la emoción.

Después me fui a hacer la colimba y lo perdí, los sabinos se dividieron, algunos fueron al PRT-ERP, otros al OPCO y los demás entre ellos el Indio de nuevo a los montos, al fin y al cabo después de lo de Aramburu, todos habíamos puesto allí nuestro corazón.

Así lo encontré en el 75, mas maduro y convencido, militando en la JUP de Medicina, las épocas más difíciles en lo político y en nuestra relación. Ibamos en direcciones opuestas, cuanto mas flaqueaban mis convicciones mas se fortalecían las de él.

Lo volví a ver algunos meses después, ya miembro de un pelotón de combate. Orgulloso me decía hay que aguantar el chubasco, después vendrá nuestro tiempo.

Con ese mismo convencimiento había buscado a Claudia, había esperado y a fuerza de tenacidad El Indio se casó con "Sara", una mina divina, mas dura y terca todavía que él.

Se casaron en Octubre del 76 y se fueron a vivir a Ovidio Lagos al 4600, yo era el solicitante de la casa y solía ir a visitarlos. Ël me contaba entusiasmado de la autocrítica, de volver al trabajo de base, nos animábamos en medio del terror, pero de pronto, parecía volver a la realidad y me repetía "no te preocupes, yo no voy a caer vivo...."

Y cumplió el "Indio", aquel al que no lo convencía la violencia, aquel del Perón -.Cámpora, aquel en el que la dignidad fue más fuerte que el miedo.......

Compañeros Rodolfo Lucero y Claudia Gonzales
PRESENTES


HUGO PAPALARDO.                               

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