GUARDIAS DE MENDOZA GRABARON CON UN CELULAR SUPLICIOS A UN INTERNO
Imagen del horror penitenciario
La ONG mendocina Xumek presentó videos grabados en su celular por un penitenciario. Se ve cuando un grupo tortura a un preso. Cinco guardias detenidos y un jefe en disponibilidad.
Por Horacio Cecchi
Las horrorosas imágenes de un grupo de penitenciarios de la cárcel de San Felipe, en Mendoza, golpeando y pateando a un preso que se encontraba arrodillado y con las muñecas esposadas por la espalda, mientras pedía clemencia y como respuesta obtenía risas y más golpes, ayer ya daban la vuelta al mundo a expensas de la modernidad virtual. Las imágenes fueron filmadas impunemente en el celular de uno de los integrantes de la patota carcelaria. El sentimiento de impunidad fue lo que en definitiva derivó en la publicidad de las torturas: la semana pasada, un hombre que dijo haber hallado el celular caído al costado de la cárcel de Mendoza entregó el teléfono a la ONG mendocina Xumek, especializada en derechos humanos. Ayer, luego de lograr rescatar los videos de la memoria del móvil, Diego Lavado, presidente de Xumek y ex secretario de Justicia del actual gobierno mendocino, presentó la denuncia ante la Justicia. El fiscal de asuntos complejos Santiago Garay ordenó la detención de cinco guardias identificados, y el gobierno ordenó el pase a disponibilidad del jefe de seguridad del penal. Los videos del horror saltan en momentos en que en Mendoza se llevan adelante los Juicios de la Verdad contra torturadores y colaboradores, y el gobierno post Cobos intenta impulsar su proyecto de ley de conformación de los mecanismos para la prevención de la tortura, cuyo objeto es evitar situaciones horrorosas como las que revelan las imágenes.
El complejo San Felipe fue construido recientemente como unidad de Fase de Confianza, que en la jerga carcelaria viene a representar un espacio para internos que pasan por su última etapa en prisión, bajo un régimen supuestamente más benigno. El San Felipe, que toma su nombre de la calle sobre la que se encuentra, está a espaldas de la tétrica Penitenciaría de Mendoza o cárcel de Boulogne Sur Mer, cuya historia negra de presos descuartizados, suicidios y asesinatos derivó en denuncias que llegaron hasta las más altas autoridades de Justicia del continente americano (ver aparte).
El jueves pasado un hombre, que se presentó como familiar de un preso, llegó ante las oficinas de Xumek para entregar un celular que había hallado cerca del complejo San Felipe cuando salía de la Penitenciaría, aparentemente perdido por su dueño. “El celular es un aparato de formato viejo pero capaz de tomar imágenes y de filmar –describió Diego Lavado a Página/12–. Después de trabajar técnicamente para obtener las imágenes del chip de la memoria, descubrimos que había varios videos y fotos caseras incluso algunas en las que el dueño del celular se identificaba a sí mismo.” Entre las imágenes que obtuvieron del celular había algunas porno, escenas de sexo entre el dueño del celular y una mujer, y las imágenes del grupo de penitenciarios que se repite en diferentes situaciones, de guardia y demás, entre ellas los videos de torturas que motivaron la denuncia.
En el escrito presentado ante el fiscal 17 de Asuntos Complejos, Santiago Garay, los denunciantes describen cuatro videos que aparecen en el celular identificados con los números 04092010067, 03122010080, 06062010050 y 06062010051. El primero, en el celular aparece grabado por el dueño como 067 y tiene como fecha asignada el 4 de septiembre de 2010. En el video se ve a cinco penitenciarios que en un turno nocturno practican boxeo con guantes en el gimnasio del complejo. El segundo, fue grabado con el número 080 con fecha 3 de diciembre de 2010. En él se ve a dos funcionarios que golpean con puños y patadas a un interno, aparentemente joven-adulto, es decir, mayor de 18 y menor de 21. En las escenas se puede ver cómo dos guardias golpean a un joven que grita y se encuentra de pie contra una pared, grita y se queja. Luego, uno de ellos aplica una patada en los tobillos haciéndolo caer. De inmediato, el que hizo caer al joven se da vuelta, y lamentándose de que no se podía filmar, cerró la puerta para obstruir las imágenes.
Siguen los videos categorizados como 06062010050 y 06062010051.
Ambos fueron grabados el 6 de junio de 2010 identificados con los números 050 y 051. En ellos participan al menos 5 penitenciarios y tienen a un interno que al ser presentada la denuncia aún no había sido reconocido. En el primero, que fue grabado como 050, se ve al preso de rodillas contra un rincón, con las manos esposadas a la espalda y la frente contra el piso. Uno de los guardias levanta sus brazos hacia la pared en sentido contrario al que da el físico. Mientras el preso grita de dolor y exclama “¡ya está!”, otros guardias lo golpean con los puños y patadas en las costillas y la espalda.
El interno se queja diciendo que tiene una costilla fracturada, lo que provoca risas entre los torturadores y más golpes en el costado donde siente el dolor. “¡Ya está, por favor!”, se escucha rogar al preso mientras uno de los torturadores le pregunta “¿cómo dice cuando toca con las manos en la pared? ay! ay... dice ”, y le levanta las manos en forma antinatural. El interno ruega mientras llora (ver aparte).
El segundo video, grabado como 051, reproduce imágenes semejantes y tienen como víctima al mismo interno y los mismos penitenciarios. Otros dos videos grabados como “Fuego para un pucho” y “Milicos en Acción”, demuestra lo que los denunciantes detectan como una conducta habitual. En el primero, se ve a un preso que pide fuego para un cigarrillo y un penitenciario con una especie de lanzallama echa fuego contra la mirilla, mientras los otros se ríen y se jactan del trato. El otro video, muestra el momento en que un grupo de presos se encuentra duchando y los guardias con bastones de madera y hierro los hacen entrar violentamente en las celdas.
Los denunciantes agregan que “es importante destacar que además de los videos descriptos, con el mismo dispositivo se han registrado diversas fotos, que son nombradas como ‘Yo’ y permiten colegir que esa persona sería la propietaria del celular en cuestión y quien ha realizado las filmaciones”.
Ayer, luego de la denuncia, los videos comenzaron a circular por los medios mendocinos on line y por la tevé provincial. Fueron esas imágenes precisamente las que permitieron identificar al interno cuyo rostro no era visible. Cuando otros internos del penal las vieron en la pantalla rápidamente informaron para decir de quién se trataba.
El fiscal Santiago Garay pidió la inmediata detención de todos los penitenciarios que se encontraban en el lugar incluido el presunto dueño del celular y del impune “yo” fotográfico. Por su lado, el ministro de Gobierno, Mario Adaro, aseguró en conferencia de prensa que “sin lugar a dudas el gobierno (de Celso Jaque) va a aportar todas las pruebas necesarias”. Adaro informó el pase a disponibilidad del jefe de seguridad del penal, Leonardo Escobar, y dijo que “nos hacemos cargo de esta situación” y consideró que “es una vergüenza que sucedan estas violaciones a los derechos humanos”. Si bien no es comparable la disposición del gobierno de Jaque con la de su antecesor, el “no positivo” Cobos –durante cuyo gobierno el Estado argentino recibió fuertes cuestionamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (ver aparte)–, la situación carcelaria en Mendoza ofrece hábitos y costumbres que no fueron desterrados. Pese a que el gobierno definió el escándalo con la presunción de que se trata de “un hecho aislado”, las imágenes y la impunidad de su grabación no dejan demasiados fundamentos optimistas a esa expectativa.
No se trata de intenciones, ya que el gobierno, en ese aspecto, viene batallando desde hace casi dos años con tropa propia y ajena para que el Parlamento mendocino apruebe el proyecto de ley de mecanismo para la prevención de la tortura, que estará conformado por representantes de las ONG especializadas en cuestiones carcelarias, y que permitirá ingresar a los penales con filmadoras, realizar inspecciones, entrevistas a los internos y hacer propuestas a las autoridades, mecanismos que fueron comprometidos internacionalmente por Argentina y que en territorio nacional sólo la provincia de Chaco conformó tal cual exige el tratado internacional ratificado por el país. Ayer, precisamente, la Comisión Bicameral de Seguridad había convocado a Adaro para dar explicaciones e intentar dar un golpe de timón hacia la votación del proyecto.
Fuente:Pagina12
LOS DIALOGOS DURANTE LA SESION DE TORTURA
“¿Sos bocón de los milicos?”
Lo que sigue son los diálogos que surgen de los videos presentados como pruebas de tortura en la cárcel de San Felipe, en la ciudad de Mendoza. Los dos corresponden al 6 de junio, el primero con el número 050 (en el celular) y el segundo con el 051.
Penitenciario que filma:–Así es con la ratita, ah. La ratita que boconea al personal... Atado como un perro, está, mirá... el bocón (golpes).
Interno: (exclamaciones de dolor).
Penitenciario que filma: –Ah, uh... (reproduciendo las exclamaciones de dolor del interno), no me diga.
Interno: –¡Ya está...! ¡Uh! (mientras se lo golpea).
Penitenciario que filma: –¿Quién “ya está”, quién “ya está”?
Interno:–Se me ha quebrado una costilla, ya está, ¡por favor!
Penitenciario que filma: –¿Se te ha quebrado una costilla? Mire, se le ve el poto.
Otros penitenciarios: (No se entiende por superposición de voces).
Penitenciario que filma: –Claro...
Otro penitenciario: –Yo soy más bueno.
Interno: (exclamaciones de dolor).
Penitenciario que filma: –Somos más buenos nosotros...
Interno: –¡Ya está..., uh! (mientras se lo golpea).
Penitenciario que filma: –Ahora ya está, viste (mientras era nuevamente golpeado). Ah, uh... (reproduciendo las exclamaciones de dolor del interno), no me diga.
Interno:–¡Ya está..., uh! (mientras lo siguen golpeando).
Otro penitenciario: –¿Ahora ya está, ya? Cuando nos puteaste recién... (no se entiende) eras repiola.
Interno: –¡Ya está encargado, por favor!
Otro penitenciario: (le hace señas al filmador que no focalice su cara e insignia para no ser identificado) –Hay un olor a chizito, ¡culiado!
Penitenciario que filma: –Aha, viste...
Interno: –¡Ya está..., por favor!
Penitenciario que filma: –¿Cómo dice cuando toca con las manos en la pared? (inmediatamente el funcionario filmado comienza a llevarle las manos contra la pared en sentido contrario a su flexión natural). ¡Ay! ¡ay!, dice.
Interno: –¡Por favor! (mientras llora).
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En cuanto al segundo video, N 51, se reproduce fielmente el siguiente diálogo:
Penitenciario que filma: –Atado como un perro, está, mirá... el bocón.
Interno: (exclamaciones de dolor).
Otro penitenciario: –¿Qué, sos bocón de los milicos?
Penitenciario que filma:–Salta Violeta, salta, ¡uh! (mientras lo golpea).
Otro penitenciario: –Por favor... pidió ahora.
Interno: –¡Ya está, por favor! ¡Ya está!
Todos los penitenciarios: –Agachá la cabeza, agachá la cabeza, agachá la cara.
Interno: (No se entiende, por las exclamaciones de dolor que sufre) –¡Por favor, ah!
Penitenciario: –Así que éste es el guapo...
Interno: –¡Ya está, me duele la costilla, por favor, ¡ah! ¡La costilla!
Penitenciario: –¿La costilla? Dejá de gritar, culiado.
Interno: –¡Por favor!
Fuente:Pagina12
EL HISTORIAL NEGRO DE LA CARCEL DE MENDOZA
La peor de todas
Si bien el 26 de noviembre de 2010 la Corte Interamericana de Derechos Humanos levantó las medidas provisionales para las penitenciarías mendocinas, que habían sido ordenadas el 22 de noviembre de 2004, la situación de las cárceles mendocinas está lejos de ser envidiable. Los principales centros de preocupación del organismo internacional eran la Colonia Penal de Gustavo André, de Lavalle y La Penitenciaría, ubicada en la calle Boulogne Sur Mer y ubicada al frente del complejo San Felipe, donde fueron filmadas las escenas de tortura. La Penitenciaría tuvo el triste record de 28 reclusos muertos entre principios de 2004 y mediados de 2006, entre ellos uno de los adolescentes condenados a perpetua, Ricardo David Videla. La lista de vidas perdidas aumentó en el tiempo.
“No subsiste la situación fáctica que ha motivado la adopción y mantenimiento de las presentes medidas a favor de las personas privadas de libertad en la Penitenciaria Provincial de Mendoza y en la Unidad Gustavo André, disponiendo en consecuencia el levantamiento de las mismas”, informó la Cancillería en base a la resolución del máximo tribunal americano de derechos humanos. Según sostuvieron desde el Estado argentino, el guiño de la Corte llegó, entre otras cosas, por “la construcción y puesta en servicio de un nuevo penal en la localidad de Cacheuta, la demolición de pabellones obsoletos en La Penitenciaría, y la modernización del servicio penitenciario local”.
A fin del año pasado, el organismo resaltó que “las medidas provisionales han tenido indudablemente un efecto positivo para superar la grave situación que ha caracterizado principalmente a la Penitenciaría provincial desde el año 2004”. En agosto de ese año, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos inició un largo periplo de reclamos.
El primer avance fue solicitar a los gobiernos nacional y mendocino que informen cada quince días sobre la integridad física de los reclusos en los penales de esa provincia. El motivo: para el octavo mes de 2004 ya había doce muertos en las cárceles de esa provincia. Los impulsores de estas acciones internacionales fueron los abogados Diego Lavado (el mismo que ayer presentó la denuncia por torturas), Pablo Salinas, Carlos Varela y Alfredo Guevara, del Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos, que comenzaron con denuncias a nivel local en enero de 2000.
El 16 de marzo de 2004 un enfrentamiento entre internos derivó en el primero de los asesinatos de la serie. El 22 apareció otro interno muerto. En un supuesto intento de fuga dos presos murieron baleados el 28 de junio. Entre el 30 de ese mes y el 27 de agosto, otros tres fueron asesinados a puñaladas. Para el 8 de septiembre otro presunto intento de fuga terminó con un muerto a tiros y mordidas de perros. Otro preso fue hallado muerto el 27 de ese mes. Un puntazo dejó sin vida el 9 de noviembre a otro recluso, como si fuera un número más.
El 4 de noviembre del mismo año, el presidente de la Corte Interamericana, Sergio García Ramírez, envió una carta a la Cancillería instando a cumplir las medidas dispuestas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que instaba a solucionar los gravísimos problemas por los que pasaban los internos del penal. El 29 del mismo mes, el gobierno argentino respondió a la Corte, envió un informe y se comprometió a trabajar en la problemática. Como contrapunto, para diciembre eran 16 los muertos durante ese año.
En un mensaje más que contundente, la Comisión visitó la emblemática cárcel mendocina entre el 13 y 17 de diciembre. “Hemos constatado que la situación en la cárcel no es grave, es gravísima”, sentenció el salvadoreño Florentín Menéndez, presidente de la CIDH. Días antes de la inspección del organismo se dio uno de los más violentos asesinatos en el penal. Un interno apareció decapitado, con los brazos y piernas arrancados. La situación provocó la renuncia del director de la cárcel, Mariano Cortez Murillo, a esa altura un mínimo gesto de obviedad.
El juez mendocino Eduardo Mathus dio un plazo de diez días a contar desde el 14 julio de 2005, para que se ordene la situación en La Penitenciaría. El magistrado pidió que las autoridades “den un mínimo trato humano a los internos”, de lo contrario ordenaría el traslado de los reclusos a otros penales. El ordenamiento quedó en la nada. Unos días antes, el 22 de junio de ese año, en el mismo penal apareció ahorcado Ricardo David Videla, el adolescente que había iniciado de la mano de su representante, Fernando Peñaloza, los reclamos ante los organismos internacionales por haber sido ilegalmente condenado a perpetua.
En abril de 2006, la Corte Interamericana presentó un fallo contra el Estado, en el que le exigió que “adopte en forma inmediata e inexcusable” medidas “efectivas” para proteger a los reclusos.
Los abogados del Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos, representantes de los reclusos y quienes motorizaron la intervención de la CIDH, habían aceptado formar parte de una Comisión de Seguimiento de Políticas Penitenciarias, que intercedía en las negociaciones con el Estado argentino y el gobierno mendocino. Cansados de la falta de apoyo de los poderes públicos decidieron abandonar esa misión en junio de 2006 y continuar actuando por fuera de los entes oficiales.
La Corte Suprema de Justicia también pidió informes y ordenó, en septiembre de 2006 y febrero de 2007, a los gobiernos nacional y de Mendoza que informen sobre la situación penitenciaria en la provincia cuyana y que mejoren las graves situaciones existentes.
El último caso resonante en la ya mítica cárcel, fundada en 1900, había sucedido el 6 de enero de 2010. Un detenido procesado por abuso sexual, fue hallado en su celda ahorcado con sábanas.
Informe:Leonardo Rossi.
Fuente:Pagina12
03 de Febrero
Sergio Bruni afirmó que las torturas en el penal no son hechos aislados
El senador radical y titular de la Bicameral de Seguridad discrepó con el Gobierno provincial. Le pidió la renuncia al director del penal y se alarmó por la impunidad que muestran los videos.
Los escandalosos videos que ayer salieron a la luz, y en los que se ve a penitenciarios torturar presos en el Complejo San Felipe, desató la polémica y los entredichos entre el Gobierno provincial y la oposición. Tal es el caso del presidente de la Bicameral de Seguridad, Sergio Bruni, quien aseguró este jueves que estos hechos no son aislados como dice el Ejecutivo.
Pero las críticas no se quedaron allí, es que el senador también le pidió a la administración jaquista a través de LV 10, que actúe con responsabilidad y separe del cargo al director del penal porque "el grado de impunidad con el que actuaron los guardiacárceles implica que hay una línea de complicidad que les garantiza el silencio".
No obstante, el legislador reconoció que este Gobierno "hizo avances penitenciarios y está comprometido con la defensa de los derechos humanos", pero no dejó de destacar que lo ocurrido es de una gravedad extrema que implica una importante frustración.
Fuente:ElSolDiario
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