Tuvo activa militancia en la UNNE
Encontraron los restos de la desaparecida Lucía Gómez
El Equipo Argentino de Antropología Forense y el Registro Único de la Verdad Chaco identificaron los restos de la militante desaparecida desde febrero de 1976, en Santa Fe. Nació en Formosa y era una referente de la Juventud Universitaria Peronista.
Lucía Gómez fue vista con vida por última vez en 1976
FuenteFoto:ProyectoDesaparecidos
Los restos de la cuarta víctima de la Masacre del Camino de las Moras pertenecen a Lucía Gladys Gómez, formoseña de nacimiento y chaqueña por adopción, con una activa militancia en la Universidad Nacional del Nordeste, desaparecida desde el 22 de febrero de 1976, en Santa Fe capital. La identificación fue realizada por el Equipo Argentina de Antropología Forense (EAAF) y el Registro Único de la Verdad Chaco la semana pasada pero recién se dio a conocer en los últimos días.
Lucía nació el 11 de febrero de 1952 en Pirané (Formosa). Sus padres fueron Rafael Gómez y Sara Feliciana Monzón. Cursó los estudios secundarios en la Escuela Normal Provincial N° 2 en su ciudad natal desde 1966 hasta 1970. Se trasladó a Resistencia y se inscribió en el Profesorado de Letras en la Universidad Nacional del Nordeste en 1971.
También ingresó en la Facultad de Ciencias Económicas. Integró la Juventud Peronista en la Universidad, donde Lucía era una referente importante de la organización. Además de estudiar en la Universidad, trabajó como recepcionista en una empresa privada. Testimonios afirman que al lograr escapar del allanamiento permaneció en Resistencia hasta el 13 de septiembre de 1975 y luego se trasladó a Santa Fe capital. Al encontrarse en un estado delicado de salud fue internada en el Hospital Cullen donde fue vista por última vez el 22 de febrero de 1976.
LA MASACRE
De las víctimas de la masacre la primera que se identificó fue Olga Teresita Sánchez, el 15 de septiembre de 2004; la segunda, María Cristina Mattioli, el 6 de septiembre de 2007, y la tercera, Graciela Cristina Siryi, en abril de 2008. Quedaba por averiguar la identidad del cuarto cuerpo, con el pálpito de que podía tratarse de Lucía Gómez, pero para saber la verdad era necesario contar con una muestra de sangre de un familiar. Gómez integró la Juventud Peronista en la Universidad, donde era una referente importante de la organización. Además de estudiar en la Universidad, trabajó como recepcionista en una empresa privada.
Con el golpe de Estado cada vez más cerca, y la represión ilegal haciendo estragos en todas partes, se vio obligada a abandonar la provincia y viajar a Santa Fe. En septiembre de 1975 su domicilio había sido allanado por la patota de la Brigada de Investigaciones. La mujer no estaba en ese momento, y se sospecha que entonces fue cuando decidió pasar a la clandestinidad. El ex detenido, Luis Albano Rossi, testigo en la Causa Caballero, relató que fue sometido a salvajes torturas en la Brigada para que diga dónde se encontraba Lucía entre otras informaciones.
A la madre de la militante desaparecida, Sarita Monzón, de 79 años, residente en Pirané, Formosa, la situación le generaba mucho dolor por lo cual no se decidía a realizar los exámenes genéticos. Después de varias charlas y encuentros con los trabajadores del Registro Único por la Verdad Chaco donde se le explicó de qué se trata el examen, (una simple muestra de sangre para cotejar el ADN de los restos óseos) para tranquilizarla y darle el apoyo anímico que necesitaba Sarita se animó. En esa entrevista con el RUV se le entregaron fotografías de su única hija, imágenes que le habían sido arrebatadas durante la dictadura asesina que además de desaparecer los cuerpos intentó borrar todo vestigio de los militantes perseguidos y asesinados en la clandestinidad.
En la masacre del Camino las Moras cuatro jóvenes mujeres fueron asesinadas y enterradas en un camino rural cerca de Coronda, provincia de Santa Fe, a fines de febrero de 1976, en el único caso de fosa común descubierta en la citada provincia. Olga Teresita Sanchez, Cristina Mattiolli, Siryi Numer Graciela y Lucia Gómez eran militantes de la Juventud Peronista y fueron ejecutadas con disparos en la cabeza mientras se encontraban maniatadas.
Después de que los cuerpos de las chicas fueran descubiertos por un campesino la dictadura intentó encubrir el crimen haciéndolo pasar como el asesinato por ahorcamiento de un grupo de prostitutas. Lucía fue vista con vida por última vez en Santa Fé, escapando de la persecución a militantes políticos en el Chaco, donde era una referente de la Juventud Universitaria Peronista.
Fuente: Comisión Provincial por la Memoria
Fuente:ChacoDiaPorDia
No hay comentarios:
Publicar un comentario