15 de abril de 2011

RÍO CUARTO: EL EAAF IDENTIFICÓ LOS RESTOS DE HÉCTOR FABIANI Y FUERON REGRESADOS A SU FAMILIA.

13/04/2011
Identificaron los restos de Héctor Fabiani, desaparecido en El Vesubio

Estaba como NN en una fosa del cementerio de Avellaneda.
El Equipo de Antropología Forense les hizo estudios de ADN a sus hermanos y lo reconocieron a comienzos de este año. La semana pasada lo regresaron con su familia. Lo recuerdan como “un hombre absolutamente pacífico y dedicado al arte”
Héc­tor Fa­bia­ni na­ció en 1943 en Ba­hía Blan­ca, pe­ro se hi­zo rio­cuar­ten­se de al­ma cuan­do en la dé­ca­da del ‘60 ins­ta­ló jun­to con su her­ma­no Ro­ber­to y su pa­dre la he­la­de­ría Po­li­chi­ne­la. Des­de nues­tras ca­lles, via­jó por va­rias ciu­da­des ar­gen­ti­nas y re­co­rrió al­gu­nos paí­ses, has­ta que en 1976, du­ran­te el úl­ti­mo gol­pe mi­li­tar, fue de­te­ni­do y de­sa­pa­re­ci­do. Hoy, 35 años des­pués, su fa­mi­lia re­cu­pe­ró los res­tos de Héc­tor, en­con­tra­dos en el ce­men­te­rio de Ave­lla­ne­da.

En diá­lo­go con PUN­TAL, Ro­ber­to Fa­bia­ni, her­ma­no de Héc­tor, in­di­có que el cuer­po fue en­con­tra­do al­gu­nos años atrás, a par­tir de una in­for­ma­ción que sur­gió de par­te del Ejér­ci­to. Héc­tor ha­bía es­ta­do de­te­ni­do en El Ve­su­bio, lue­go de su se­cues­tro de la ca­sa del es­cri­tor Ha­rol­do Con­ti, el 5 de ma­yo de 1976.

“Lo ha­brían he­cho fi­gu­rar co­mo un en­fren­ta­mien­to del 20 ju­nio del ‘76. Pe­ro lue­go hu­bo mu­chos tes­ti­gos que die­ron cuen­ta de que ha­bían sa­li­do li­be­ra­dos de El Ve­su­bio y des­pués ase­si­na­dos”, di­jo Ro­ber­to, quien lue­go ex­pli­có: “Los se­pul­ta­ron en un lu­gar es­pe­cial del ce­men­te­rio, don­de los an­tro­pó­lo­gos ar­gen­ti­nos en­con­tra­ron 336 ca­dá­ve­res, di­vi­di­dos en 19 fo­sas co­mu­nes y 11 in­di­vi­dua­les, en una de ellas es­ta­ba Héc­tor”.

En 2003 les rea­li­za­ron a él y a su otro her­ma­no, Dan­te, una prue­ba de ADN que fue en­via­da a Es­ta­dos Uni­dos. “De allí nos hi­cie­ron es­tu­dios en Cór­do­ba y, al fi­nal, re­sul­tó que los res­tos en­con­tra­dos eran un 99,99% her­ma­nos de Ro­ber­to y Dan­te Fa­bia­ni”, re­la­tó con­ten­to.

Re­cién en ene­ro de es­te año les avi­sa­ron los re­sul­ta­dos, pues pri­me­ro pa­sa­ron por va­rias pe­ri­cias, y la se­ma­na pa­sa­da le en­tre­ga­ron a Ro­ber­to los res­tos de su her­ma­no. En los pró­xi­mos días les es­ta­rá dan­do se­pul­tu­ra en Río Cuar­to pa­ra que fi­nal­men­te des­can­se en paz.

De­di­ca­do a las ta­blas
A Fa­bia­ni lo se­cues­tra­ron jun­to a Ha­rol­do Con­ti, con quien te­nía una bue­na re­la­ción des­de ha­cía años. Des­pués de jun­tar­se con los res­tos de su her­ma­no, Ro­ber­to co­men­zó una re­la­ción de amis­ta­do con Mar­ce­lo Con­ti, hi­jo del es­cri­tor. “Él di­fun­dió a tra­vés de mails la apa­ri­ción de mi her­ma­no y la vin­cu­la­ción que te­nía con su pa­dre”, di­jo y agre­gó: “Allí se ge­ne­ró el con­tac­to con Mas­ca­ró Ci­ne, que te­nía pe­lí­cu­las de la ac­ti­vi­dad cul­tu­ral del PRT, don­de par­ti­ci­pa­ba Héc­tor”.

Con­sul­ta­do por có­mo fue la vi­da de Héc­tor, y có­mo lle­gó al PRT, Ro­ber­to in­di­có que na­ció en Ba­hía Blan­ca, el 2 de ju­nio de 1943. “Allí ha­cía una vi­da nor­mal, no em­pa­ren­ta­da con la po­lí­ti­ca, el mi­li­tan­te en ese mo­men­to era yo”, con­fe­só.

Tras un via­je de Héc­tor a Río Cuar­to, vie­ron la po­si­bi­li­dad de ins­ta­lar una su­cur­sal del ne­go­cio que te­nían en la fa­mi­lia. “Así fue có­mo inau­gu­ra­mos la he­la­de­ría Po­li­chi­ne­la, que co­men­zó a fun­cio­nar en el año 1968”, co­men­tó.

Ya en Ba­hía Blan­ca, Fa­bia­ni ha­bía he­cho al­gu­nos tra­ba­jos de es­ce­no­gra­fía e in­me­dia­ta­men­te lle­ga­do a Río Cuar­to se con­tac­tó con gen­te del mun­do del tea­tro. “Co­men­zó a tra­ba­jar en el Tea­tro Mu­ni­ci­pal pa­ra los dis­tin­tos gru­pos de ese mo­men­to, y a co­mien­zos de los ‘70 se fue a es­tu­diar al Tea­tro Co­lón en Bue­nos Ai­res”, di­jo Ro­ber­to.

Ese año fa­lle­ció un ami­go de él en Cór­do­ba, y co­mo su nom­bre fi­gu­ra­ba en al­gu­nos do­cu­men­tos de es­ta per­so­na, lo bus­ca­ron a Héc­tor. “Lo de­tu­vie­ron en oc­tu­bre de 1970 y que­dó por pri­me­ra vez a dis­po­si­ción del PEN”, in­di­có su her­ma­no.

-¿Có­mo lle­gó a par­ti­ci­par del go­bier­no de Sal­va­dor Allen­de en Chi­le?
-Años des­pués se fue a Pe­rú, don­de se une al gru­po LTL (Li­bre Tea­tro Li­bre), gru­po cor­do­bés de tea­tro com­pro­me­ti­do. Co­men­zó a tra­ba­jar con ellos en una gi­ra por La­ti­noa­mé­ri­ca. Él se fue a Chi­le y co­men­zó a tra­ba­jar con el go­bier­no de Sal­va­dor Allen­de. Cuan­do asu­mió el go­bier­no de­mo­crá­ti­co el 25 de ma­yo de 1973, él vuel­ve en rei­te­ra­das opor­tu­ni­da­des a Ar­gen­ti­na.

-¿Có­mo sur­gió su des­ti­no en Eu­ro­pa?
-En uno de los re­gre­sos a Chi­le, tu­vo la ma­la suer­te de que el via­je coin­ci­dió con el co­mien­zo del gol­pe de Es­ta­do. Des­pués de es­tar va­rios días es­con­di­do, ter­mi­nó en la em­ba­ja­da sue­ca y se fue a Sue­cia. Allá es­tu­vo por va­rios paí­ses de Eu­ro­pa, has­ta su re­gre­so en 1976. Tras unos me­ses, fue cap­tu­ra­do el 5 de ma­yo.

-¿En qué agru­pa­ción mi­li­tó Héc­tor es­tan­do en Ar­gen­ti­na?
-Héc­tor co­men­zó a mi­li­tar con un pe­que­ño gru­po lla­ma­do LAP (Li­ga de Ac­ción Pro­le­ta­ria), pe­ro des­pués, cuan­do en­tró en la cár­cel, se hi­zo mi­li­tan­te del PRT (Par­ti­do Re­vo­lu­cio­na­rio de los Tra­ba­ja­do­res), la par­te po­lí­ti­ca del ERP.

-¿Có­mo lo re­cuer­da a Héc­tor?
-Era un hom­bre ab­so­lu­ta­men­te pa­cí­fi­co y de­di­ca­do al ar­te. Siem­pre es­tu­vo muy in­te­re­sa­do con to­do lo que fue­se cul­tu­ra. In­clu­so era el re­pre­sen­tan­te po­lí­ti­co cul­tu­ral del PRT. Él siem­pre to­mó la de­ter­mi­na­ción de lu­char por su ideal. Era muy tran­qui­lo y vi­vía siem­pre con mu­cho hu­mor.

Cau­sa Ve­su­bio
Es­tá pró­xi­ma a con­cluir la pri­me­ra cau­sa en la que se in­ves­ti­gan los he­chos ocu­rri­dos en el cen­tro de de­ten­ción El Ve­su­bio, que in­vo­lu­cra a más de 150 víc­ti­mas. La muerte de Héc­tor Fa­bia­ni no in­gre­só en es­te ca­so por­que cuan­do se ini­ció no se ha­bían iden­ti­fi­ca­do aún los res­tos. “A Héc­tor le de­vol­vie­ron real­men­te la iden­ti­dad ha­ce po­cos días. Has­ta en­ton­ces, él fi­gu­ra­ba co­mo NN, pe­ro ade­más, no­so­tros es­tu­vi­mos in­da­gan­do en re­gis­tros ci­vi­les co­mo el de Ba­hía Blan­ca, pe­ro han de­sa­pa­re­ci­do to­das las ac­tas de em­pa­dro­na­mien­to, por ejem­plo”, co­men­tó Ro­ber­to.

-¿Se es­tá avan­zan­do en la in­ves­ti­ga­ción de la muer­te de Héc­tor?
-Aho­ra em­pie­za el se­gun­do jui­cio por los he­chos ocu­rri­dos en El Ve­su­bio, pe­ro no sa­be­mos si el ca­so de Héc­tor en­tra­rá en esa cau­sa. No obs­tan­te, res­ta de­ter­mi­nar la iden­ti­dad de mu­chos cuer­pos de las fo­sas, por lo que se es­pe­ra un ter­cer jui­cio a los res­pon­sa­bles del cen­tro de de­ten­ción.
Luis Sch­loss­berg
Fuente:ElPuntal


Los restos de Héctor Fabiani fueron recuperados y restituidos a su familia
Héctor fue detenido junto a su amigo y compañero de militancia Haroldo Conti. Ambos fueron asesinados en centros de reclusión bonaerenses. Tras los exámenes de ADN se pudo comprobar la identidad de los restos que serán sepultados en los próximos días.

Los restos de Héctor Fabiani, uno de los desaparecidos riocuartenses durante la última Dictadura militar, fueron recuperados en el cementerio de Avellaneda y fueron restituidos a su familia en Río Cuarto.
Héctor fue detenido en 1976 junto a su amigo y compañero de militancia Haroldo Conti. Ambos fueron asesinados en centros de reclusión bonaerenses.
Nació en 1943 en Ba­hía Blan­ca y en los años 60 llegó junto a su familia a Río Cuarto, donde crearon la he­la­de­ría Po­li­chi­ne­la.
Fabiani fue sepultado en fosas del Cementerio de Avellaneda y los an­tro­pó­lo­gos en­con­tra­ron 336 ca­dá­ve­res, di­vi­di­dos en 19 fo­sas co­mu­nes y 11 in­di­vi­dua­les. En una de ellas se encontraba el riocuartense.
Tras los exámenes de ADN se pudo comprobar la identidad de los restos que serán sepultados en los próximos días.
FuentedeOrigen:http://www.telediariodigital.net
Fuente:Agndh


“En los ‘90 se buscó reprimir la militancia de la juventud”
El grupo Mascaró Cine recopiló documentos perdidos del trabajo del PRT-ERP y rescata el accionar social de la agrupación. Destacaron a Héctor Fabiani en su actividad cultural
La or­ga­ni­za­ción Mas­ca­ró Ci­ne ha rea­li­za­do una se­rie de do­cu­men­ta­les en las que res­ca­tó la ac­ti­vi­dad so­cial de­sa­rro­lla­da en la dé­ca­da del ‘70, y lle­vó a la pan­ta­lla gran­de do­cu­men­tos que se ha­bían da­do por per­di­dos so­bre la ac­ti­vi­dad del PRT-ERP. En sus tra­ba­jos des­ta­ca­ron, en­tre otros, la fi­gu­ra de Héc­tor Fa­bia­ni co­mo in­te­lec­tual de la épo­ca.

“Nos in­te­re­sa bus­car en los he­chos que no tie­nen lu­gar en los me­dios. Es un tra­ba­jo muy mi­nu­cio­so, que to­ma mu­chas ho­ras, y allí in­ten­ta­mos res­ca­tar las his­to­rias que no tie­nen sa­li­da en nin­gún la­do”, in­di­có Su­sa­na Váz­quez, in­te­gran­te del gru­po. En Río Cuar­to es­tu­vie­ron pre­sen­tan­do la úl­ti­ma pro­duc­ción, “Un ar­ma car­ga­da de fu­tu­ro”, don­de se re­fle­ja la ac­ti­vi­dad cul­tu­ral del PRT, y don­de se hi­zo un pá­rra­fo es­pe­cial a Fa­bia­ni.

- ¿Có­mo sur­gió Mas­ca­ró Ci­ne?
- Ve­ni­mos tra­ba­jan­do des­de ha­ce más de 10 años en el pro­yec­to de res­ca­tar to­da la his­to­ria del PRT; cuan­do em­pe­za­mos prác­ti­ca­men­te no ha­bía na­da, por lo que tu­vi­mos que in­da­gar mu­cho. Hi­ci­mos una se­rie de do­cu­men­ta­les, que em­pe­zó con “Ga­vio­tas blin­da­das”, don­de se cuen­ta la his­to­ria del PRT-ERP. Lue­go, en ba­se a los ar­chi­vos que con­se­gui­mos, que son ca­si 200 ho­ras de fil­ma­ción y en­tre­vis­tas, fui­mos sa­can­do tra­ba­jos más pun­tua­les: “Cla­se” y “Un ar­ma...”.

- ¿De dón­de sur­gía el ma­te­rial do­cu­men­tal de la épo­ca?
- Es­tu­vi­mos ha­cien­do una re­co­pi­la­ción en to­das par­tes del mun­do, y des­de que sa­ca­mos los pri­me­ros tra­ba­jos, tu­vi­mos mu­cha co­la­bo­ra­ción de los mi­li­tan­tes que nos fue­ron con­tac­tan­do y acer­can­do ar­chi­vos. Al­gu­nos do­cu­men­tos tu­vi­mos que ras­trear­los por 4 o 5 años. Por eso, es un tra­ba­jo pen­sa­do co­mo he­rra­mien­ta de con­sul­ta, por quie­nes es­tán ha­cien­do otras pro­duc­cio­nes so­bre el te­ma.

Omar Ne­ri, tam­bién in­te­gran­te de Mas­ca­ró Ci­ne, co­men­tó que siem­pre in­ten­tan res­ca­tar ac­ti­vi­da­des so­cia­les des­de sus em­pren­di­mien­tos. Son es­tu­dian­tes de Pe­rio­dis­mo de la Uni­ver­si­dad de Ma­dres de Pla­za de Ma­yo y en su pri­me­ra pro­duc­ción re­cu­pe­ra­ron la pri­me­ra ex­pe­rien­cia de al­fa­be­ti­za­ción de adul­tos del país, rea­li­za­da en Neu­quén. Se pre­sen­tó con el do­cu­men­tal: “Uso mis ma­nos, uso mis ideas”, y se re­fle­jó có­mo es­ta­ba el ba­rrio en el que se ha­bía im­ple­men­ta­do el mo­de­lo de Pau­lo Frei­re 30 años atrás.

“En el ca­so del PRT-ERP, em­pe­za­mos a tra­ba­jar con la in­ten­ción de ha­cer una so­la pe­lí­cu­la y has­ta el mo­men­to he­mos he­cho 5”, di­jo Omar, que con­ti­nuó: “Co­mo hay mu­cho ma­te­rial de­ci­di­mos se­guir in­da­gan­do”.

- ¿Sus ar­chi­vos han si­do con­sul­ta­dos por la Jus­ti­cia?
- Nos han lla­ma­do de or­ga­ni­za­cio­nes co­mo Me­mo­ria Abier­ta, que re­co­lec­tan do­cu­men­tos de la épo­ca -co­men­ta Omar-. De to­das for­mas, en lo que es es­pe­cí­fi­co de la Jus­ti­cia, es­ta­mos tra­ba­jan­do so­bre el ca­so de una per­so­na que se fu­gó de una cár­cel de Neu­quén. Se es­tá ha­cien­do el jui­cio a los ge­no­ci­das de es­ta pro­vin­cia y co­mo él vi­ve en Es­pa­ña, la en­tre­vis­ta que no­so­tros te­ne­mos de ar­chi­vo sir­ve co­mo pri­me­ra tes­ti­mo­nial de lo que su­ce­dió. Se tra­ta de un ca­so úni­co, que tie­ne el agra­van­te de que el cen­tro clan­des­ti­no fue de­mo­li­do y se creía que no exis­tía. El tes­ti­mo­nio del fu­ga­do sir­vió pa­ra dar cuen­ta de su ve­ra­ci­dad.

Am­bos des­ta­can el tra­ba­jo de do­cu­men­ta­ción que se rea­li­za pa­ra ca­da pro­duc­ción y con­si­de­ran que “la his­to­ria ha si­do muy ter­gi­ver­sa­da”. En es­te sen­ti­do, Omar sos­tie­ne: “So­bre to­do en los ‘90, cuan­do se ha­bla­ba de al­go ho­rri­ble que no de­bía vol­ver a pa­sar. To­dos de­cían que los jó­ve­nes no de­bían vol­ver a la po­lí­ti­ca, por­que iba a pa­sar lo mis­mo que en los ‘70”.

“A par­tir de res­ca­tar es­tas his­to­rias que­re­mos re­cor­dar­los con ale­gría y la fuer­za que te­nía mi­li­tar en los par­ti­dos; no eran lo­cos que an­da­ban con las ar­mas, si­no que bus­ca­ban un cam­bios so­cial, un mun­do me­jor”, agre­gó Su­sa­na.

- En su úl­ti­mo tra­ba­jo se res­ca­ta la fi­gu­ra de Héc­tor Fa­bia­ni.
- Sí, con él nos pa­só al­go par­ti­cu­lar. En 2003 qui­si­mos en­tre­vis­tar a una mu­jer que nos con­tó de su ac­ti­vi­dad por pri­me­ra vez. Nos ha­bló de LTL y nos mos­tró una fo­to de Héc­tor. Le pe­di­mos que nos ha­bla­ra en cá­ma­ra de él, pe­ro no se ani­mó, to­da­vía per­ma­ne­cía el mie­do. Con el pa­so de los años nos pu­si­mos en con­tac­to con la fa­mi­lia de Fa­bia­ni y jus­to se dio que mien­tras re­co­lec­tá­ba­mos tes­ti­mo­nios de su tra­ba­jo, sur­gió su iden­ti­fi­ca­ción, una for­ma de de­cir que es­ta­ba pre­sen­te.
FuentedeOrigen: http://www.puntal.com.ar
Fuente:Agndh                      

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