SANTA FE
Sábado 11 de junio de 2011
Exponen una colección única de material infantil histórico
Llegó La Nube a Santa Fe, y vino cargada de libros
La muestra está en el Instituto Brown y se compone de 300 libros, revistas y documentos dedicados a los niños. Desde silabarios de 1810 hasta piezas publicadas en los períodos peronistas y los libros prohibidos durante la dictadura militar.
Pablo Medina sostiene en sus manos un libro para niños sobre San Martín ilustrado por Antonio Berni.Fotos: Mauricio Garín
“Cuando encuentro un libro infantil antiguo o curioso, abro una botella del mejor vino tinto y celebro”. Así describe Pablo Medina su entusiasmo cuando logra agregar un título a su única e impresionante colección histórica de libros, manuales escolares, periódicos y revistas infantiles. El maestro e investigador correntino radicado hace décadas en Buenos Aires, es el creador y presidente de la Asociación Civil La Nube -Infancia y Cultura-, que es una biblioteca y centro de documentación que alberga más de 70 mil piezas, entre libros, títeres, juguetes, juegos, fotografías y discos.
Medina trajo por primera vez a Santa Fe parte de esa inapreciable colección para chicos, conseguida a base de minuciosa exploración. Unos 300 volúmenes se exponen hasta el miércoles en el gimnasio cubierto del Instituto Almirante Brown, sito de 25 de Mayo 3762, como parte del cronograma de las “Jornadas 2011 de literatura para niños y jóvenes”.
Pegadas a las vitrinas de exposición, las docentes parecían niños en una juguetería. Estaban encantadas con revistas y literatura que jamás encontrarán en una librería y seguramente tampoco en una biblioteca. “Es la primera vez que saco la colección al interior”, dijo Medina, quien se recorrió todas bibliotecas porteñas, algunas de ellas olvidadas, en busca de su precioso material.
“Investigo y compro los libros. Inicié la recopilación por mi locura, porque soy maestro, porque siento cariño por lo que hago, porque estoy involucrado por una decisión política-social y por amor”, resumió Medina. De a poco fue armando esa gigantesca recopilación de La Nube, ubicada en un galpón reciclado de Jorge Newbery al 3500, en Buenos Aires.
“No tenemos protección del Estado pero algún día la vamos a obtener para cuidar la colección, que trata de contar la historia de la infancia argentina a través de las publicaciones”, señaló.
Un poco de todo
Entre el material que La Nube trajo a Santa Fe, está la colección Biblioteca Infantil General Perón, con títulos como “Aventura de dos niños peronistas” o “Cuentos del 17 de Octubre”, entre otros.
Se exponen también Cartillas o Silabarios que fueron impresos entre los años 1810 y 1813 para el uso de las escuelas, y que respondían a un sistema de aprendizaje de lectura por sílabas. También hay revistas para niños y selecciones infantiles que salían con las publicaciones para adultos como el diario La Nación, Caras y Caretas o PBT entre 1880 y 1980.
Buceando por los expositores, se pueden ver algunos ejemplares de Billeken, considerada la revista infantil más antigua del país. Surgió en 1919 creada por Constancio Vigil y editada por Atlántida. También hay ejemplares de Pilucho (1938); Marilú, la revista de las niñas (de 1933); Rataplán y Figuritas que son de las más antiguas. “La única que subsistió fue Billiken, que ahora fue vendida a los mexicanos de Televisa, así que es difícil adivinar su futuro”, remarcó Medina.
De entre las piezas se destaca un viejo libro titulado “La Historia Argentina en cuadros”, Edición del Centenario, 25 de mayo de 1910, de Carlos Imhoff y Ricardo Levene, publicado por J. Lajouane Editores. El presidente de la asociación civil indicó que el libro fue editado en Francia con unas ilustraciones que no tienen firma.
Con maravillosos colores, sobresale de la muestra un libro sobre la historia de San Martín con ilustraciones de Antonio Berni.
Los prohibidos por la dictadura
La censura y la prohibición de la circulación, distribución, venta y lectura de libros para niños en las escuelas y hogares fue una de las acciones de la dictadura cívico-militar de 1976. Entre los primeros libros prohibidos está “La torre de cubos” de Laula Devetach que fue editado nuevamente con la vuelta a la democracia.
También “Un elefante ocupa mucho espacio”, de Elsa Isabel Bornemann, que corrió igual suerte que el anterior. “A este libro lo salvé de la quema”, comentó Medina, señalando un ejemplar de “Cuentos para chicos traviesos” de Jacques Prévert.
La colección se completa con libros que marcan el presente y futuro de la infancia en la Argentina, pertenecientes a editoriales pequeñas y nuevas que han surgido en los últimos años.
La estética peronista en la década del ‘50 del siglo pasado estampada en los libros destinados a la escuela pública.
Estaban destinados a las llamas que encendió la dictadura. Le deben su vida a Pablo Medina que los salvó del fuego para incorporarlos a su rica colección.
Reservar turno:
4572905, de 18 a 20.30.
www.lanube.org.ar
Fuente:ElLitoral
Proponen declarar de interés legislativo el libro Vidas sin cuerpos
5-6-2011

Describe el juicio realizado en Roma por la desaparición forzada de ciudadanos italianos en la Argentina, por el cual se condenó a cadena perpetua a los represores de la ESMA Acosta, Astiz, Vildoza, Vañek y Febres.
El diputado nacional Juan Carlos Dante Gullo propuso al Congreso de la Nación declarar de interés legislativo el libro “Vidas sin Cuerpos” (“Vite senza Corpi”, en su versión original), recientemente publicado en Italia sobre el proceso judicial realizado en Roma por la desaparición forzada de los ciudadanos italianos Giovanni Pegoraro, su hija Susana y Angela María Aieta de Gullo, entre otros, ocurrida en nuestro país durante la última dictadura militar.
El proyecto propone declarar de interés de la Cámara baja la obra que describe el juicio ejemplar realizado en Roma, Italia, donde se condenó a cadena perpetua a los represores Jorge Eduardo Acosta, Alfredo Astiz, Jorge Raúl Vildoza, Antonio Vañek y Héctor Antonio Febres, por ser los máximos responsables del nefasto centro clandestino de detención y exterminio conocido como Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Angela María Aieta de Gullo, madre del diputado nacional Dante Gullo, fue secuestrada brutalmente en el mes de agosto de 1976, en su domicilio familiar, por las patotas armadas de la represión ilegal desatada al amparo del Terrorismo de Estado que padeció la sociedad argentina entre los años 1976 y 1983.
El libro Vidas sin Cuerpos fue recientemente publicado por la Editorial Gorée y narra el proceso judicial y las vivencias de algunos de sus protagonistas, como los abogados Giancarlo Maniga, Marcello Gentille y Nicola Brigida, que llevaron adelante la causa y obtuvieron la condena a cadena perpetua de los máximos responsables de los grupos de tareas que operaban dentro y fuera de ese centro clandestino de detención y exterminio.
Al respecto, Dante Gullo expresó que “Las experiencias de testigos, abogados, periodistas y otros participantes del histórico juicio, reflejan el horror y la incredulidad de quienes fueron descubriendo las atrocidades cometidas por el Terrorismo de Estado en nuestro país”. Además, destacó “el análisis del rol que jugaron los medios de difusión –especialmente italianos- en el conocimiento del tema por parte de la población de dicho país, y en la toma de conciencia de las aberraciones perpetradas por la dictadura militar argentina”.
Cada uno de los capítulos del libro, coordinado por el argentino Jorge Ithurburu y por el italiano Cristiano Colombi, se encuentra firmado por alguna de las personas que tuvo participación en el llamado ‘Proceso ESMA’ italiano. Allí se relatan los pormenores del desarrollo de un proceso, cuyo valor fundamental resulta de la valiente decisión de la Justicia italiana de llevar adelante una causa judicial por ‘delitos de lesa humanidad’ cometidos en otro país – Argentina- contra ciudadanos italianos.
Especialmente, porque en nuestro país la vía judicial se hallaba impedida por la vigencia de las oprobiosas leyes de impunidad – punto final y obediencia debida- y por los indultos decretados por el gobierno menemista en 1989 y 1990.
El diputado nacional, también destacó que el juicio realizado en Roma es “una verdadera explicitación del principio de Justicia universal”, y junto con los iniciados en su momento en España por el Juez Baltasar Garzón y en otros países como Francia, Suecia y Alemania, “contribuyeron a la consolidación de la conciencia universal que condena en todo tiempo y en todo lugar la comisión de tan aberrantes hechos, considerados imprescriptibles e inamnistiables a la luz del derecho internacional”.
Fuente:Parlamentario.com
07/06/2011
DEMIÁN KONFINO PRESENTARÁ SU LIBRO EN LA CASA DE LA CULTURA
Con el auspicio de la Municipalidad de Loberia, el próximo viernes 10 de junio a las 19:30 hs, el escritor Demián Konfino, presentará su libro "Hacia el amanecer de Tupacamaria", en la Sala Raíces de la Casa de la Cultura. La obra, efectúa un análisis de los procesos políticos, sociales, culturales y religiosos que han ocurrido, o que se generan en el presente, en América Latina.
El autor, desarrolla los temas a través del viaje ficticio de tres hermanos argentinos. Se relatan sus experiencias e intercambios de conocimientos con diferentes pueblos; a su vez, a través del relato de viaje, evalúa causas y consecuencias de sometimientos, claudicaciones, explotaciones, genocidios, así como movimientos de resistencia y revoluciones que han trazado la identidad latinoamericana.
En la obra se describen hitos de la lucha social como son el Zapatismo en México, el Frente Farabundo Martí en El Salvador, el Frente Sandinista en Nicaragua, los movimientos indígenas en Guatemala y Bolivia, las Madres de Plaza de Mayo, el Movimiento Sin Tierra en Brasil y la Revolución Bolivariana.
Entre otras propuestas que atraviesan la obra, propone la idea de cambiar el nombre del continente: América por Tupacamaria. Esto generó el comentario del importante escritor Osvaldo Bayer: "Tiene razón Demián Konfino cuando propone que el continente americano no lleve el nombre por Américo Vespucio ?uno de los tantos "descubridores"? sino que debería llamarse Tupacamaria, en nombre del hombre que quiso liberar estas tierras de sus esclavizadores y por eso fue condenado a la más horrible de las muertes cometidas por los seres humanos. Occidentales y cristianos?.
Demián Konfino, es nacido en Quilmes, tiene 28 años, es abogado y un activo militante social. Investiga y escribe para el Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires. En 2006 fundó la Agrupación "Los Invisibles" en la villa 31 de Retiro, donde continúa realizando distintas acciones sociales, educativas y culturales, entre las que se destacan el cine debate a cielo abierto, la consultoría jurídica gratuita y la Biblioteca Popular Pueblos Originarios.
Debido a que un tercio de su libro está contextualizado en Cuba, y que reivindica la revolución que aconteció en la isla, el Gobierno cubano lo invitó y realizó la presentación internacional de su libro en aquel país, en febrero de este año.
Actualmente, Konfino acaba de concluir la escritura de la novela histórica "VILLA 31. Historia de un amor invisible", de inminente aparición.
Fuente:Loberia
Escribir después de Borges
Pablo E. Chacón
El vigesimoquinto aniversario del fallecimiento de Jorge Luis Borges resulta una oportunidad para reflexionar sobre la importancia y el peso específico de su obra, en un universo de discurso notoriamente diverso respecto al momento de su producción.
Esa distancia es una de las claves de lectura de los escritores argentinos, chilenos, salvadoreños, españoles, que conversaron con Télam para este envío especial, organizado alrededor de algunos tópicos: cómo escribir en castellano "después" de Borges, y las preferencias y sus razones para esas elecciones.
La narradora chilena Diamela Eltit asegura que "si se ha escrito después de todas y cada una de las revueltas literarias, ¿cómo es esta práctica posborgiana? Pues, "reescribiendo a Borges, por ejemplo, de otra manera.
Desoyéndolo, reparándolo, discutiéndolo, en fin, algo así", agregó.
Para destacar que "no hay texto narrativo de Borges que no sea borgiano, quiero decir: en cada uno está inscrito su singular poética del relato".
"Entonces, leer un texto de Borges implica ingresar en su máquina narrativa, quiero decir a su totalidad".
El argentino Hernán Vanoli, sociólogo y autor de un extraño libro de cuentos, "Varadero y Habana maravillosa" y de la novela "Pinamar", en cambio, dice que "después de Borges, la manera de seguir escribiendo sería no fetichizarlo".
"Borges fue un enorme escritor, pero también funciona como moneda de cambio para distinguir entre aquellos que profesan la religión literaria y los que no", asegura el joven, y miembro de número de la revista Crisis.
Vanoli escribe, y es muy inteligente. Esa combinación no suele ser habitual.
"Me interesan muchos de los procedimientos de Borges, y me aburren muchos de sus textos. La cultura ya no funciona ni siquiera como Borges lo prefiguró en sus textos más celebrados, y hay que hacerse cargo de eso".
A la hora de elegir, no duda. "Mi texto favorito es `El Aleph`, primero porque es uno de los más divulgados, y segundo porque creo que en ese texto, al final, de lo que habla Borges es de una fenomenología del ser zombie.
"Ver el Aleph es no estar ni vivo ni muerto sino in between, que es lo que podría decirse que pasa con la cultura literaria en la contemporaneidad", remata.
Narrador, ensayista y cineasta, Edgardo Cozarinsky, autor de "Vudú urbano", "La novia de Odessa", "El rufián moldavo", "Lejos de dónde" y "La tercera mañana"; y director, entre otras películas, de "La guerra de un solo hombre", sobre el escritor Ernst Junger en la París ocupada por los nazis.
Dice: "Escribir después de Borges no sólo es posible. Es necesario. Cómo sería lo sabrán los que lean lo que hoy escribimos dentro de medio siglo", apunta el hacedor de un extraordinario - nostálgico- libro sobre las antiguas salas cinematográficas.
Y agrega que "`Otras inquisiciones` es mi libro preferido de Borges, porque tiene el chisporroteo de una inteligencia rebelde a las categorías de ensayo y ficción, de filosofía y literatura".
Entre los latinoamericanos de la última generación, el salvadoreño Horacio Castellanos Moya, autor de "El asco", "El arma en el hombre", "Donde no estén ustedes", "Insensatez", "Desmoronamiento" y "La servienta y el luchador", desde el Distrito Federal mexicano, se preguntó.
"¿Cómo escribir `después` de Borges? ¿Cómo escribir luego de Homero? ¿Cómo escribir luego de Virgilio? ¿Cómo escribir luego de Dante? ¿Cómo escribir luego de Cervantes? ¿Cómo escribir luego de Flaubert? ¿Cómo escribir luego de Joyce? Y se contestó: "Pues de la misma forma que se ha venido escribiendo a lo largo de los siglos. Borges es un venturoso episodio argentino en lengua castellana en la literatura universal", remató.
Fuente:Telam
NOVEDADES EDITORIALES.
Jorge Luis Borges. Siete puertas.
Título: Jorge Luis Borges. Siete puertas.
Autor: Ana María Hernando.
Editorial: Facultad de Lenguas, Universidad Nacional de Córdoba.
“Borges, siete puertas”, estructurada en siete ensayos, conforma un mapa cartográfico que incluye diversidad de temas del universo escriturario de JLB. Se trata, en definitiva, de un esfuerzo atravesado por múltiples conexiones temáticas, que sugieren nuevas vinculaciones acordes a la propuesta de la escritura borgeana, estética que encierra lo diverso y es sostenida por diferentes andamiajes.
-Primer capítulo-
El autor: Ana María Hernando nació en Córdoba. Se graduó en la Universidad Nacional de Córdoba como profesora y licenciada en Letras Modernas. Se doctoró en Ciencias Humanas en el campo de los Estudios Literarios de la Universidad de Varsovia, Polonia. Actualmente es Profesora Titular en la cátedra ¨Taller de Producción de Materiales para la Enseñanza del Español como Lengua Materna y Extranjera¨, en la Facultad de Lenguas de la Univesidad Nacional de Córdoba, si bien su trayectoria es reconocida por su desempeño en la cátedra de Literatura Medieval Español de la misma Facultad. Es investigadora en diversos proyectos nacionales e internacionales. Publicó el libro Al borde del Paraíso, Manuel Mujica Lainez y Córdoba (El Emporio, 2007).
CAPITULO I:
PRIMERA PUERTA: LAS ROSAS DE BORGES
La muerte de Gardel me conmovió mucho menos que la de Almotásim El Magrebí, poeta apócrifo del siglo XII, inventado por mí, que se negaba a morir aunque lo mismo hubieran hecho Aristóteles y las rosas. (JORGE LUIS BORGES)
Las rosas de Borges configuran, en la obra del escritor argentino, un universo discursivo y simbólico que remite a la palabra fundante, al logro absoluto y a la perfección ontológica y artística como ideas rectoras. En la estética de Jorge Luis Borges la imagen de la rosa, por obra de la imaginación, se convierte en un acontecimiento “mental” y “esencial”, cargado de hondo contenido místico y esotérico a develar.
Si en Borges ciertas imágenes se reiteran de un modo obsesivo —laberintos, tigres y espejos, entre otras—, la presencia de la “rosa” ocupa un lugar importante. Su simbología en la cultura occidental es inconmensurable e inabarcable, como también lo es su contenido, la multiplicidad de sus sentidos y la polifonía de las voces que la han recreado y enunciado. Antes de referirnos a dichos efectos de sentidos simbólicos a través de los diversos autores que han estudiado el tema, realizaremos un breve acercamiento al significado del término “símbolo”, para luego referirnos al de la rosa en la producción borgeana.
El investigador argentino Vicente Cicchitti en un ensayo titulado "Acerca del símbolo", dice que en el contexto de la cultura griega éste está asociado con el concepto de “reencuentro” y que se vincula con una potencialidad básica del hombre: el poder de simbolizar. Etimológicamente, la palabra símbolos está formada por dos elementos significativos: syn igual a con y bolos igual al hecho de arrojar o de poner.
Asimismo, el verbo "symballó" significa arrojar, poner juntos, reunir, aproximar, comparar. Afirma, con otros autores, que el hombre es un ser simbólico por naturaleza, y que desde los inicios del universo se ha erigido en un gran constructor y creador de símbolos. Así, los símbolos —lingüísticos, científicos, religiosos y litúrgicos, entre otros—, informan el pensamiento de los diversos grupos humanos en cada época histórica.
En el ensayo recientemente referido, René Guénon, un estudioso orientalista del símbolo, asume una mirada distinta en su interpretación.
Para él, el origen de la metafísica —en su sentido místico o espiritual— no es humano y su modo de conocimiento no es racional, ni discursivo ni indirecto como el de la ciencia, sino suprarracional, intuitivo e inmediato. Todo lo que aprehende el conocimiento metafísico sólo se puede comunicar por medio de símbolos. Dicho conocimiento para Guénon es inexperimentable y no demostrable, pero tiene como prueba la realización metafísica. Una posible explicación de lo dicho sería pensar que, como esta metafísica debe expresar lo inexpresable, el pensador recurre al lenguaje de los símbolos. Así, éstos son para él la expresión sensible de una idea que conlleva una relación de analogía entre dicha idea —como forma vista— y la imagen que lo representa. El símbolo se basa en la correspondencia entre dos órdenes de realidades —una entidad sensible que actúa como soporte o vehículo material, como es el caso de la rosa, y un contenido ideativo o conceptual al que éste se asocia, como serían, en el ejemplo invocado, las ideas de perfección, centralidad, arquetipo, belleza y femineidad—, y su fundamento descansa en la naturaleza misma de los seres y de las cosas. De este modo, el símbolo expresa pero no explica, y sirve de soporte para ascender espiritualmente por medio de la meditación al conocimiento de las últimas verdades metafísicas. A diferencia de otros signos, no tiene capacidad para transmitir significados conceptuales y no es analítico. De allí proviene su ambigüedad, pero también su capacidad de velar y revelar la realidad.
La simbología de la rosa:
“Rosa”, palabra latina, para el Diccionario de la Real Academia Española en una de sus acepciones es la “flor del rosal, notable por su belleza, la suavidad de su fragancia y su color, generalmente encarnado
poco subido. Con el cultivo se consigue aumentar el número de sus pétalos y dar variedad a sus colores; suele llevar el mismo calificativo de la planta que la produce”. Si bien se trata de una definición que no va más allá de la letra misma, el nombre “rosa” cobra valor en ciertos estudios de la simbología occidental quienes, en sus emblemáticos diccionarios, han recopilado e integrado sus múltiples significados.
Nos acercaremos así al pensamiento de cuatro investigadores que la han rastreado a lo largo del tiempo.
Según Hans Biedermann en su Diccionario de Símbolos la rosa remite a una tradición vinculada con la iconografía de diversas sectas y sociedades secretas (rosacrucismo, francomasonería) por su asociación simbólica con el cristianismo. En éste representa, cuando es roja, la sangre de Cristo y el amor celestial; cuando es blanca o rosa, a la virgen María, y a la virginidad y la pureza. De allí su frecuente asociación con la cruz. En la alquimia, las rosas rojas —cuerpo, carne, pasión— y las blancas —pureza, trascendencia y sabiduría divina—, son símbolos del sistema dual o polar del mundo manifestado y de los dos principios primarios, el azufre y el mercurio. Desde otra mirada, para Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, también en su Diccionario de los símbolos, la rosa es la flor simbólica más empleada en Occidente, y
corresponde en su conjunto a lo que representa el loto en Asia. Por poseer simetría radial, ambas flores están asociadas al simbolismo de la rueda en tanto ésta constituye no sólo un motivo vinculado con la noción de tiempo o devenir sino con la presencia de un centro fijo, inmóvil, lo divino; la rosa es así un símbolo del universo manifestado y salido de las aguas primordiales que, como el loto, por encima de ellas se eleva y se abre. También es símbolo del centro del ser, por su configuración mandálica, e imagen de perfección y de completitud. En este sentido simboliza la casa de la vida, el alma y el corazón. Es símbolo del primer grado de regeneración espiritual y de iniciación a los misterios esotéricos. Para Juan Eduardo Cirlot, en su Diccionario de símbolos, la rosa es esencialmente símbolo de finalidad, de logro absoluto y de perfección. Por eso se identifica con el centro místico, el corazón, el jardín de Eros, el Paraíso de Dante, la mujer amada y el emblema de Venus. La rosa de oro —y, en algunos casos, la rosa azul— es la imagen de la realización absoluta y objeto o término de la búsqueda de los héroes. Finalmente, J. A. Pérez Rioja, en su Diccionario de Símbolos y Mitos, decía que entre los griegos era la flor más apreciada, que se tejían coronas de rosas y se adornaban con ellas los banquetes; que se las usó en monedas y en estelas funerarias representando una prenda de recuerdo y de amor. Entre los romanos la rosa fue el símbolo de la victoria, del orgullo y del amor triunfante. Era la flor de Venus, la diosa del amor, y la encarnación de la femineidad triunfante.
En suma, la rosa posee un conjunto de asociaciones simbólicas con el cristianismo, con la alquimia, con la mística y con la literatura, como símbolo del mundo manifestado y del centro del ser, y en tanto imagen de perfección, belleza y completitud. Pero es, fundamentalmente, símbolo de finalidad y de logro primordial, como la evolución espiritual que alcanzara el personaje del cuento borgeano “Una rosa amarilla” cuando vio la rosa que estaba en la eternidad. (...)
Fuente:Telam
"Que al salir, salga cortando"
Título: “Que al salir, salga cortando”
Autor: Arturo Jauretche. Introducción, selección y notas de Norberto Galasso
Editorial: Colihue, 160 páginas
En la colección Las polémicas, que consta de cuatro tomos en total, se reúnen algunos de los mejores escritos de Arturo Jauretche, intelectual y político argentino insoslayable, integrante del grupo FORJA y autor de "El medio pelo en la sociedad argentina" y "El manual de zonceras argentinas".
En este segundo tomo, denominado “Que al salir, salga cortando”, se compendian por medio de cartas entre los protagonistas o notas publicadas en los diarios, algunos de los debates con: Álvaro Alsogaray, Isaac F. Rojas, “Paco” Manrique, Perla, Falcionelli y Grondona, entre otros.
Fuente:Telam
CARLOS PIÑEIRO IÑIGUEZ
Hernández Arregui, intelectual peronista. Pensar el nacionalismo popular desde el marxismo.
El autor recorre los caminos vinculados a las líneas extendidas entre el peronismo, diferentes miradas sobre la izquierda (Cuba, Vietnam, China, la Unión Soviética), cómo repercutieron y sus aspectos nutrientes hacia adentro del movimiento.
Síntesis argumental:
El autor recorre los caminos vinculados a las líneas extendidas entre el peronismo, diferentes miradas sobre la izquierda y como repercutieron y de las que se nutrió este movimiento.
Cuba, Vietnam, China, la Unión Soviética y sus políticas estuvieron a la orden del día para rearmar una identidad peronista. En el documento fundacional de 1964 del Movimiento Revolucionario Peronista, por ejemplo, puede leerse que "el peronismo es un movimiento que entronca con todas las grandes revoluciones de la humanidad". El propio Perón, en carta a Hernández Arregui, denota el optimismo de la época y cómo todos los fenómenos contestatarios del sistema se interrelacionan: "la Revolución está en marcha”, afirmaba.
Sobre el autor:
Piñeiro Iñíguez es graduado en Economía y en Relaciones Internacionales y ejerció la docencia en diferentes universidades argentinas. Como diplomático de la Cancillería argentina cumplió funciones oficiales en Nigeria, España, Portugal y Uruguay. Fue Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante la República Dominicana y Bolivia. Actualmente ejerce el mismo cargo en Ecuador. Dictó conferencias y cursos sobre el pensamiento político latinoamericano en Argentina y en el exterior, y ha publicado diversos libros.
Editorial:
Instituto Di Tella / Siglo XXI.
Capítulo ‘Los libros, las luchas y el vértigo de la historia’.
La radicalización masiva
La rebelión cordobesa de mayo de 1969 es sucedida por levantamientos de los pueblos de casi todas las ciudades grandes y medianas de la Argentina -la excepción es Buenos Aires-, en medio de un clima de debates en el que lo que principalmente se discute no es la inexorable y pronta caída de la dictadura sino las alternativas para su reemplazo. Entre cientos de miles de jóvenes trabajadores y estudiantes se habla de un gobierno de tipo "obrero y popular", "revolucionario y socialista"; los contenidos de esas fórmulas constituyen el motivo de las disputas ideológicas de la época, donde lo que se discute fundamentalmente es si esa construcción se hará bajo las banderas del peronismo -opción mayoritaria- o siguiendo un modelo de inspiración guevarista.
Naturalmente, también hay combinaciones peronistas/guevaristas, y variantes trotskistas, maoístas o vietnamitas.
Los contrastes que se producen en las luchas a nivel regional -el giro represivo de los militares brasileños, la derrota y muerte del Che Guevara en Bolivia- son contrabalanceados por la exitosa resistencia de los vietnamitas a la invasión norteamericana, el avance de las luchas anticolonialistas en el África, las perspectivas que se atribuyen a los avances de la izquierda en Chile y Uruguay, y la originalidad de los procesos antiimperialistas de Bolivia y Perú.
La persistencia -ya entonces por más de una década- del proceso revolucionario cubano es central; como afirma Silvia Sigal, "Cuba construyó un puente entre izquierda, nacionalismo y peronismo, y pudo emerger entonces una ala izquierda peronista".
El clima de época se expresa en que una de las organizaciones guerrilleras peronistas -"formaciones especiales" en la denominación de Perón- usa como consigna la de "venceremos en un año o venceremos en diez, pero venceremos", ante la impaciencia de quienes creen que el triunfo puede estar mucho más cercano. El propio Perón, en carta a Hernández Arregui de diciembre de 1969 -que es incluida en la segunda edición de ‘La formación de la conciencia nacional’, denota el optimismo que se vive y cómo todos los fenómenos contestatarios del sistema parecen interrelacionarse: "la Revolución está en marcha. Como en 1789, ha comenzado por La Bastilla. Por primera vez parecen ser contemporáneos todos los hombres. Hemos presenciado el 29 y 30 de mayo de 1969 en las ciudades argentinas el mismo espectáculo que un año antes impulsaba a las barricadas en el Barrio Latino de París. Podemos exclamar como André Malraux: el ensayo general de este drama suspendido anuncia la gran crisis de la civilización occidental. El encuentro de la juventud con el proletariado es un fenómeno sin precedentes".
Tanto en otras cartas a Hernández Arregui como en sus diferentes manifestaciones públicas -filmaciones, grabaciones-, Perón adopta por entonces la fórmula del "socialismo nacional" dentro de un contexto internacional donde "el mundo marcha inexorablemente hacia el socialismo", y las citas y comparaciones con Fidel Castro y Mao Tse Tung menudean. Así, por ejemplo, en su ‘Mensaje a la Juventud’ del 20 de octubre de 1965, Perón sostiene que "porque buscamos el poder para esa clase mayoritaria, es que debemos prevenirnos contra el posible ’espíritu revolucionario’ de la burguesía. Para la burguesía, la toma del poder significa el fin de su revolución. Para el proletariado -la clase trabajadora toda- la toma del poder es el principio de esta revolución que anhelamos, para el cambio total de las viejas y caducas estructuras demo-liberales", o en su carta al Movimiento cuando la muerte del Che, afirma que "las revoluciones socialistas se tienen que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que tenga".
Naturalmente, esto facilita mucho el proceso de nacionalización de los sectores medios, que encuentran menos contradicciones para que su radicalismo ideológico propio de los tiempos entronque con el movimiento político que representa a los -algo endiosados- trabajadores manuales. Hernández Arregui goza ya de un sólido prestigio entre sectores medios que ven en él a un adelantado, al arribar a conclusiones a las que ahora ellos están llegando.
En la síntesis de Esquivada, "una figura cuyos textos resultarían centrales para dos jóvenes revolucionarios... las lecturas históricas de Hernández Arregui tenían la riqueza de la heterodoxia". Se ha dicho incluso que él fue el introductor en el peronismo de conceptos como "colaboracionista", "burócrata" y "reformista", aunque la afirmación requeriría arduas demostraciones.
Esta influencia puede rastrearse, por ejemplo, en la recolección de textos de organizaciones revolucionarias de entonces que incluye Carlos Altamirano en su volumen ‘Bajo el sigilo de las Tasas’. En el documento fundacional de 1964 del Movimiento Revolucionario Peronista, dirigido por Gustavo Rearte, puede leerse que "el peronismo es un movimiento que entronca con todas las grandes revoluciones de la humanidad" y que "debe desprenderse de los elementos que lo frenan y superarse"; en el programa liminar del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) -1970- se plantea el concepto de la continuidad de las luchas históricas populares y la necesidad de solucionar para siempre la cuestión agraria argentina, y en la declaración de Montoneros de ese mismo año también está la idea de la continuidad histórica, en este caso más concretamente con la resistencia peronista. En todos los casos, aquellas son ideas que Hernández Arregui desarrolló con precisión, y probablemente también por primera vez en Argentina.
Fueron pocos los grupos que -como el ERP- proviniendo de la llamada Nueva Izquierda heterodoxa se resistieron a la prédica, de la cual Hernández Arregui era adalid, en cuanto a asumir la identidad peronista.
Incluso el grupo liderado ideológicamente por José Aricó, expulsado del Partido Comunista en 1962 al comenzar la publicación de la prestigiosa e influyente revista ‘Pasado y Presente’, ya en 1965 parecía plantear que ésa era la única opción. Aricó mismo se interrogaba: "cerrado el camino de un partido de izquierda como única y concreta vía de aproximación a la clase trabajadora, ¿cuál es la posibilidad que se le ofrece al joven intelectual proveniente de las capas medias de fundirse con la clase obrera?".
Centrando el análisis en Hernández Arregui, Gustavo Morello afirma: "posiblemente se debió a estos grupos el hacer creíble el peronismo para las organizaciones revolucionarias".
Aun cuando Hernández Arregui considerara la Universidad como el ámbito privilegiado en el que se reproducía la colonización cultural de las clases medias, a fines de los años 1960 se dio también allí un proceso contracultural en el que sus ideas cumplieron un papel protagónico. Desde el análisis de Néstor Kohan, "en apenas quince años Hernández Arregui logra una increíble tarea pedagógica subterránea y extra-institucional (muchas veces anti institucional), coronada con el ingreso de sus textos como bibliografía obligatoria en la universidad en 1973".En uno de sus centros más prestigiosos -la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires- surgieron las llamadas "cátedras nacionales", orientadas por el sociólogo Roberto Cárdenas y por el sacerdote Justino O’Farrell, que intentaban "repensar, a la luz de la problemática política del momento, las corrientes de pensamiento europeas y formular teóricamente las cuestiones que tenían que ver con la liberación nacional. Para ello leían a Hernández Arregui y Jauretche, pero también a la Escuela de Frankfurt, Habermas, Sartre, Hegel". Cárdenas sostendría por entonces que "la construcción de una sociología nacional es posible, como así también la elaboración de las herramientas conceptuales necesarias para las tareas de investigación y procesamiento teórico, pero siempre y cuando el sociólogo realice sus tareas al servicio del Movimiento Nacional de Masas... el Peronismo leal a Perón".
Algunos de los títulos de las materias que dictaban en esas cátedras parecían extraídos de los libros de Hernández Arregui: Problemas Socio-Económicos Argentinos, Proyectos Hegemónicos y Movimientos Nacionales, etc106.
En la reedición de ‘La formación de la conciencia nacional’, Hernández Arregui reproduce dos documentos que le han enviado desde este sector; una Convocatoria a los Profesores Universitarios Argentinos, firmada por Justino O’Farrell, BIas Alberti, Carlos Grosso y Arturo Fernández, y una Declaración de los Docentes Peronistas de la Carrera de Sociología, firmada por Juan Pablo Franco, Jorge Carpio, Susana Checa, Alcira Argumedo, Gunar Olsson, Pedro Krotsch, Eduardo Jorge, María E. Cubiló, Fernando Álvarez, Ricardo Sidicaro, Ernesto Villanueva, Alejandro Peyrou, Horacio González, Daniel Portela y Roberto Carri; este último dirá en ‘Poder imperialista y liberación nacional’: "aquí, en la Argentina, todo intento por universalizar abstractamente la ciencia se convierte en una teoría de apoyo a la dominación imperial. La verdadera alternativa para un sociólogo consiste en producir científicamente desde nuestra propia realidad como país y desde dentro del movimiento popular, que aquí no es otro que el peronismo".
La lucha por identificar peronismo y socialismo
‘Peronismo y socialismo’, publicado en 1972, quiere ser -y así consta en sus páginas- un libro para los trabajadores: Hernández Arregui resuelve ofrecer un texto en donde el proceso de fusión entre lo afirmativo nacional y lo socialmente revolucionario sea explícito, accesible incluso para lectores sin formación previa. Al lector del siglo XXI, que vive en medio de una intensa degradación de los hábitos de lectura y de la formación cultural de nuestros pueblos -un fruto consciente de las políticas neoliberales de estupidización-, el texto no le parece fácil (a modo de consuelo, puede recordar que Karl Marx escribió ‘El Capital’ pensando también en los obreros, y hoy es, por su supuesta complejidad, un libro incomprensible para los estudiantes de economía).
Como libro, ‘Peronismo y socialismo’ está entre los menos logrados de su autoría.
La composición resulta a veces repetitiva -se notan huellas de trabajos anteriores que han sido reciclados-, y el tono de ciertos países resuena decididamente dogmático. Una idea central del volumen es que la crisis del imperialismo capitalista se ha trasladado al Tercer Mundo, y que es allí donde se están librando las batallas decisivas para el porvenir de la humanidad, inexorablemente socialista. Se trata de una visión bastante cerrada, donde el "hippismo" -por poner un ejemplo- sólo se considera como expresión de la decadencia del sistema, y la admisión de la homosexualidad como prueba de su estado de putrefacción. Hay también intuiciones certeras acerca del papel que están cumpliendo los nuevos medios de difusión, pero Hernández Arregui está convencido -hoy parece difícil sostenerlo- de que perderán inexorablemente la partida, pues la verdad de sus mistificaciones pronto se develará.
La violencia se presenta como única alternativa para la liberación, y las ideas de los que han quedado en el camino -Scalabrini Ortiz, John W Cooke- se impondrán por esa vía.
Como en su primer libro, el análisis se centra en el fenómeno imperialista, que aquí el autor describe fundamentalmente a través de los escritos clásicos de Lenín. El desarrollismo es la fórmula con la que ha intentado encubrirse en América Latina, pero ya los pueblos han descubierto la tramoya. Más lo preocupa un fenómeno interno a la subjetividad revolucionaria: la creciente cooptación de dirigentes sindicales -algunos con digna trayectoria previa- por las centrales doctrinarias de Estados Unidos, que desea despolitizar a los sindicatos y transformarlos en algo así como mutuales ajenas a la liberación, lucha por la Hernández Arregui sostiene la idea de un sindicalismo de clase, que lleve a cabo intervenciones -huelgas y movilizaciones- aun más allá de la lucha reivindicativa. En el caso del peronismo, cuya naturaleza movimientista no le permite articularse como partido revolucionario, los sindicatos deben cumplir en parte esa función; de algún modo, está presente la influencia de la fórmula trotskista del "partido revolucionario basado en los sindicatos".
En el capítulo III, el autor vuelve a la necesidad de la lucha cultural en los sectores medios, considerando que los dos grandes terrenos de esa lucha son el Ejército y la Universidad. Hay que recuperar ambas instituciones para disminuir los dolores de parto de la nueva sociedad; la izquierda, que no termina de aceptar al peronismo -el Partido Comunista es el núcleo más irreductible en este aspecto- sigue jugando un papel contradictorio, pues se opone al único movimiento que puede lograr los fines transformadores que ellos proclaman perseguir: los del socialismo. Éste es explicitado en contraposición respecto del capitalismo en el capítulo siguiente; la sección es especialmente maniquea, pues el modelo socialista se presenta ubicado en una total superioridad, tanto en los aspectos económicos como culturales, sociales, etc. Cuando Hernández Arregui ejemplifica, lo hace con los logros de la Unión Soviética, que ya habría superado a los Estados Unidos en todos los temas significativos. Aquí, su visión parece fuertemente determinista; resalta la inevitabilidad del cambio de sistema, y apenas aborda ciertas asincronías que se constatan entre -por ejemplo- los diversos países iberoamericanos; en Asia y África los procesos son presentados como más homogéneos.
El libro termina con un estado de la situación política argentina: el Gran Acuerdo Nacional propuesto por los militares para garantizarse una retirada honrosa hace agua por la multitud de factores que lo enfrentan; luchas sociales, organizaciones armadas, sindicatos, intelectuales nacionalizados. Factores que, inevitablemente, operan al servicio de la estrategia de Perón, quien en este momento ya no oscila, y apuesta fuerte al regreso al país y al poder. Hernández Arregui hace un vuelo por sobre los últimos veinte años de nuestra historia sociopolítica, y señala los retrocesos que han significado. Sin embargo, en su análisis parece más importante lo que se ha acumulado en el otro plato de la balanza. La creciente radicalización hace que el modelo ya no sea el de la comunidad nacional organizada del primer peronismo, sino el del socialismo que -en su lectura- se impone en todo el mundo. La clave está en que los sectores revolucionarios, que ahora sí cuentan con el apoyo decidido de Perón, puedan derrotar a los sectores burocráticos y reaccionarios que siempre han existido en el movimiento, pero que ya no son funcionales más que a los fines de la contrarrevolución.
Juan José Hernández Arregui entra por entonces en un período de gran exposición pública; la revista Prirnera Plana -el semanario político más leído en la Argentina de aquellos días-le hace un espacio107, y constantemente participa en charlas, debates y paneles. En una mesa redonda sobre el Socialismo Nacional realizada en la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos (FOETRA), el 22 de septiembre de 1972, comparten la tribuna con él Julio Guillán -máximo dirigente de ese gremio-, el abogado laboralista y defensor de presos políticos Luis Cerrutti Costa, Ricardo Carpani, Antonio Carballeda del Peronismo Revolucionario y los sindicalistas Benito Romano y Tomás Saraví.
Es interesante medir el grado de radicalización tomando como referencia los discursos de tres de los participantes. Cerrutti Costa, por entonces ya un hombre de edad, sostiene que "otra característica que es esencial al socialismo es el internacionalismo proletario. Ningún auténtico marxista y cristiano puede aceptar que la solidaridad humana con los oprimidos se agota en la propia patria. Mientras exista un hombre oprimido en el último rincón del planeta, ningún revolucionario puede considerar su misión cumplida. Pero la mejor manera de llegar al objetivo final es luchando por la liberación de la propia patria, y dentro de la misma por la liberación del hombre".
Por su parte, Tomás Saraví agrega: "hay que evitar caer en el capitalismo de Estado, a la luz de la experiencia histórica y del Movimiento. La nacionalización no debe ser una simple estatización. Los sectores básicos (siderurgia, electricidad, bancos, frigoríficos, petróleo, comercio exterior) deberán ser los puntos centrales del proceso de socialización, al mismo tiempo que se realicen las reformas agrarias y urbanas".
Finalmente, Julio Guillán afirma que" en esta etapa de desarrollo revolucionario de nuestra patria, podemos pensar -y lo propongo como tema de discusión- que el Socialismo Nacional es la consecuencia de la lucha de la humanidad misma. Es nacional porque se desarrolla en cada patria, hasta el momento en que el mundo se integre en el socialismo internacional"108.
Por su trayectoria, por su erudición, por su compromiso, Hernández Arregui ha devenido un referente intelectual para una amplia gama de organizaciones -en su mayoría constituidas por las nuevas generaciones- que buscan una salida revolucionaria a la crisis. Jauretche sigue haciendo su aporte en el campo de una sociología criolla, y Puiggrós y Ramos en el plano de la historia; los debates por la izquierda nacional han perdido hasta cierto punto su sentido previo, pues las grandes opciones ahora parecen establecerse en términos de peronismo revolucionario e izquierda revolucionaria. El costo de la exposición de Hernández Arregui como referente peronista revolucionario es alto: casi en simultáneo con la aparición de su libro, grupos fascistas -indeterminados, aún hoy no se sabe si militares o de la derecha peronista- ponen una bomba en su casa que casi mata a su mujer. La solidaridad que recibe entonces es amplia: muchos comprenden que se ha atentado contra la figura más notoria, pero que inexorablemente los grupos del terror blanco irán por ellos si no se los detiene. Hernández Arregui no da un razonable paso al costado: como tantos otros entonces, confía en que esos coletazos de guerra civil pasarán pronto, con la imposición del peronismo que ya sólo puede ser posible en su versión revolucionaria.
Perón resuelve regresar en noviembre de 1972, y se convoca a una amplia y heterogénea comitiva para acompañado: sindicalistas de distintas corrientes, actores, cantantes, historiadores, escritores. La idea es que, con sus prestigios y figuración pública, presten seguridad al retorno. Hernández Arregui es invitado y participa del viaje, que culmina sin incidentes. Pero aún entonces la candidatura de Perón es imposible, y éste elige como su reemplazante a su delegado de entonces: Héctor Cámpora, conocido por su extrema fidelidad al viejo líder. En la fórmula lo acompaila un conservador, Solano Lima: pareciera que Perón quiere tener un gesto hacía los sectores moderados que coincida con su por entonces autoproclamada imagen de "león herbívoro". Sin embargo, si Cámpora fuera vetado, el candidato de reemplazo sería el teniente Licastro, una opción indigerible para los militares. Finalmente el peronismo, que ha articulado un frente con sectores de poca significación -numérica e ideológicamente- triunfa, con una consigna atractiva pero que debilitará la autonomía del nuevo gobierno: "Cámpora al gobierno, Perón al poder".
El estado de agitación y movilización social es enorme; por sí mismas, las masas que se han reunido para asistir a la asunción de Cámpora el 2S de mayo de 1973 -y que aclaman en la Plaza de Mayo a los presidentes de Cuba y Chile, Dorticós y Allende- marchan a la cárcel de Villa Devoto y liberan a los presos políticos antes de que el Congreso vote la ley que así lo determina.
Durante aquellos días se ocupan tierras, viviendas, fábricas: toda una oleada de reivindicaciones contenidas por casi dos décadas quiere encontrar de inmediato su realización. Perón envía mensajes de "prudencia y sabiduría", convoca a los jóvenes a hacer "todo en su medida y armoniosamente", lo cual resulta casi imposible. En el nuevo gobierno los sectores radicalizados tienen una representación minoritaria pero activa; la prensa "seria" denuncia el caos y las tendencias "comunistas" del gobierno. Perón resuelve hacerse cargo personalmente, y regresa de España, a donde había vuelto luego de su breve visita anterior.
La angustia de un intelectual comprometido y responsable
El día del regreso -20 de junio de 1973- iba a ser una fiesta para los millones de argentinos que concurrieron a recibir a su líder en Ezeiza. Pero devino en tragedia. Los sectores de la extrema derecha peronista desataron una masacre que terminó con gran cantidad de muertos y heridos. Para el peronismo revolucionario, no fue sólo ése el impacto del retorno, sino que el General adoptó -al día siguiente de su llegada- definiciones muy poco proclives a su tendencia: desapareció de su lengu~e lo del "socialismo nacional" porque "no hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina ni a nuestra ideología: somos lo que las veinte verdades peronistas dicen". Esas "veinte verdades" -de cuya existencia muchos jóvenes venían a enterarse recién entonces-, no moldeaban una sociedad socialista sino más bien el modelo implementado entre 1945 y 1955, el de la comunidad organizada, el que Hernández Arregui había caracterizado como la forma de la revolución democrática burguesa en la Argentina.
Por añadidura a 10 anterior, pronto quedó en claro que Perón había decidido tomar las riendas del gobierno, para lo que se convocaron nuevas elecciones. El interinato quedó en manos de Raúl Lastiri, cuyo único mérito era ser yerno de López Rega, quien ya se perfilaba como referente de los sectores de extrema derecha del peronismo.
Entrar en los motivos de aquel giro de Perón excede las ambiciones de este trabajo. Puede apuntarse algo obvio: el contexto regional era muy poco propicio, pues a la dictadura brasileña se le sumaron en pocos meses la de los militares uruguayos y la de Pinochet en Chile. No era, precisamente, un momento de auge revolucionario en América Latina. Y las fuerzas armadas argentinas estaban dispuestas a aceptar -a regañadientes y, como se demostraría, por poco tiempo- un gobierno peronista ortodoxo, pero no uno revolucionario.
Como complemento de aquel marco, no parecía viable convencer a los jóvenes revolucionarios que se sentían protagonistas de un movimiento social.
Fuente:Telam
Un nuevo caso del inspector Chen atravesado por la figura de Mao
En "El caso Mao" el escritor chino Qiu Xiaolong vuelve a poner en circulación al inspector jefe Chen Cao, en una historia que involucra de soslayo la figura del mítico líder de la revolución cultural, donde los nuevos tiempos y los viejos se confunden y la cultura ancestral de ese país milenario emerge en medio de renovados juegos del poder.
Chen, el personaje emblemático de Xiaolong trabaja en el departamento de policía de Shanghai -una ciudad convertida hoy en una megápolis global-, además de pertenecer a la Asociación de Escritores de Shanghai, un oficio ideal para utilizarlo de fachada en sus investigaciones.
En esa ciudad, se estableció la Banda de los Cuatro encabezada por la última esposa de Mao, Jian Qing, quien además vivió allí de muy joven como actriz antes de casarse con Mao en 1938, un dato a tener en cuenta en el desarrollo de la trama de esta su última novela, publicada por Tusquets.
Qiu Xiaolong (1953, Shanghai) vive, en St Louis, Missouri, en cuya universidad imparte clases. Poeta y traductor al inglés de poesía china, es conocido por la serie de novelas protagonizadas por el inspector jefe Chen Cao, ganadoras de premios como el Anthony Award y traducidas a numerosos idiomas.
En esta novela el disparador es un hecho inusual: un ministro instruye a Chen para que investigue a Jian, nieta de la actriz Shang, amante de Mao porque se cree que posee un objeto del viejo líder que podría poner en peligro la reputación del Partido.
La hija de Shang, Qian, queda embarazada sin estar casada -algo que era ilegal- y muere poco después de dar a luz a su hija Jian. Esta crece en un orfanato y después entra a trabajar como recepcionista pero -de un día para el otro- cambia drásticamente su estilo de vida. Y la policía secreta piensa que esto se debe a que Jian ha lucrado con el misterioso objeto relacionado con Mao.
Paralelamente se publican dos libros que preocupan al régimen, uno de ellos es "Nubes y lluvia en Shanghai" y el otro son las memorias escritas por el médico personal de Mao, un texto prohibido en China por las alusiones al líder.
"Nube y …" cuenta la historia de amor de Qian -madre de Jian, hija de Shang- y el título del libro introduce al lector en el intrincado laberinto de expresiones y poesía china ya que el título es un término usado para el amor sexual. Según la policía secreta su publicación en Shanghai podría estar relacionada con el cambio social de Jian.
Chen debería ocuparse de homicidios, porque las investigaciones de casos como el de Jian solo están a cargo de la policía secreta del régimen. Pero los homicidios ocurren y el ministro Huang quiere que sea él encargado en ocuparse del caso.
Qiu Xiaolong nos presenta a un inspector de policía que se desempeña en un escenario repleto de rascacielos y riquezas -una imagen difundida en todo el orbe- pero en su interior aparece la periferia de sus barrios pobres.
Entre una fauna variopinta aparecen chicas "aburguesadas" que asisten a clases de pintura en una decadente casona donde vive el "señor Xie" y donde se relizan fiestas para los "Old Dicks", descendientes de la burguesía dominante de los años 30.
Jian asiste a esas clases de pintura, como modelo en sesiones a solas con Xie, de quien se sospecha pueda ser su benefactor y es en esa casa donde Chen, recomendado a Xie por un influyente amigo común, inicia sus investigaciones, y ocurre el primer asesinato.
Para conseguir información Chen adopta su rol de escritor: le regala una cesta de cangrejos a un colega de libros para comprender pasajes de los escritos de Mao, cerveza a un veterano guardia rojo y una cena en un restaurante de lujo en Pekín al autor de "Nubes y lluvia en Shanghai".
Comienza a elucubrar teorías y a entrar en contacto con gente clave como un ex-policía llamado "Viejo Cazador" y su hijo Yu -subinspector y compañero de Chen-, Peiqin la esposa de Yu, y antiguos conocidos que fueron guardias de la revolución.
El libro está cruzado por citas a poemas de Mao, como "Oda a la flor de ciruelo" que Mao escribió en pergamino a su amante Shang: "Tan bella, no quiere apropiarse de la primavera / y se contenta con ser su heraldo. / Cuando las colinas se llenan de flores silvestres, / entre ellas sonríe".
Un texto que puede simbolizar a la mujer del emperador que se alegra porque su marido tiene una nueva amante, también podría estar dedicado a la revolución o a la flor del ciruelo.
El autor de "el Caso Mao" establece un parangón entre pasado y presente y el personaje de Chen, es una pieza más en un tablero donde se vislumbra el poder y una inmensa red que gira alrededor a través de distintos personajes que lo ayudan a resolver este caso.
Fuente:Telam
RECOMENDACIONES DE CECILIO MANUEL SALGUERO:
Libro sobre la represión en la cárcel de Rawson.
PARA LEER LIBRO COMPLETO BUSCAR EN http://www.pparg.org/pparg/
Libro sobre Indignados europeos de Hessel
PARA LEER ABRIR
CINE
CHACO
09/06/2011
Curso sobre cine en la dictadura y posdictadura argentina
En el marco del Doctorado en Letras de la Facultad de Humanidades se dictará el curso “Formas ficcionales y documentales del cine argentino durante la última dictadura y postdictadura (1976-1989)”. La actividad se desarrollará entre el 21 y el 24 de junio, de 9 de 13 y de 15 a 19.
A cargo de la doctora de la UBA y Conicet Ana Laura Lusnich, el curso está destinado a doctorandos, maestrandos y egresados de las carreras de Letras, Filosofía, Historia, Lenguas Extranjeras, Ciencias Sociales y afines. El curso es organizado en conjunto con la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura y se dictará en el campus Resistencia, sito en avenida Las Heras 727.
En el curso se desarrollarán los siguientes contenidos: Prácticas ficcionales y documentales hegemónicas en los años sesenta y setenta: predominio del testimonio, la crítica y la intervención política y Prácticas ficcionales y documentales emergentes y desarrolladas durante la última dictadura militar, la transición hacia la democracia y el período de restitución del sistema democrático de gobierno: relatos opacos / relatos transparentes.
También Grupos y colectivos de trabajo. Formas de producción emergentes. Espacios alternativos de exhibición; y Teorías y reflexiones de los cineastas y grupos de trabajo.
Para mayores informes e inscripción, los interesados pueden consultar en la Secretaría de Investigación y Posgrado de la Facultad de Humanidades de la UNNE; telefónicamente al (03722) 422257 / 446958 (int. 221).
Fuente:DataChaco
08 de junio de 2011
Una retrospectiva de la obra del cineasta argentino Andrés Di Tella, que incluye sus filmes El país del diablo, Fotografías y Montoneros, una historia, se lleva a cabo en el Festival de Granada Cines del Sur, España, donde también se publicó un libro con estudios sobre su cine documental.
El ciclo se realizará hasta el 10 de junio en el marco del certamen español, que publicó el libro Inventario de regresos. El cine documental de Andrés Di Tella, que compila artículos de César Maranghello, Jorge Ruffinelli, Antonio Weinrichter y Casimiro Torreiro, sobre la trayectoria que este documentalista desarrolló desde su primer largometraje, en 1995.
Esa trayectoria aparece marcada tanto por un deseo de vincular sus filmes con las más innovadoras tendencias del documental internacional contemporáneo, como por una invencible disposición hacia lo autobiográfico, que se concreta en por lo menos tres de sus seis largometrajes dirigidos hasta el momento.
Di Tella ha venido tejiendo de manera ejemplar un intenso tapiz en el que lo personal (la memoria familiar, el peso de la paternidad, representada por dos padres que son -y han sido- notorios intelectuales, su carácter mestizo de blanco e indio) se entrecruza con lo colectivo, se lee en una nota que promociona la muestra.
El texto añade que el realizador logra esa mezcla, pero con la mirada siempre enfocada hacia unos márgenes poblados de individualidades a menudo incómodas para la historiografía, la tradición literaria o incluso el funcionamiento de lo social.
Y luego declara que en poco más de veinte años de una intensa carrera que comenzó en el cortometraje documental -e incluye performances artísticas, la docencia y hasta la reflexión teórica-, Di Tella ha terminado erigiéndose como una de las voces más interesantes del cine de no ficción, no ya en su país natal, sino incluso en el cambiante mundo del documental contemporáneo.
Los filmes de Di Tella que se verán en el Festival de Granada son El país del diablo (2008), Fotografías (2007), La televisión y yo (2001), Macedonio Fernández (1995), Montoneros, una historia (1994), Prohibido (1997) y Reconstruyen crimen de la modelo (1990).
Fuente:Telam
NARRACIONES
EL HALCÓN NEGRO
Dedicado a los Montoneros que se fueron, y a los que están...y juntos soñamos una Argentina libre.
Después de prolongados tormentos fuimos trasladados, todos encapuchados, en algún avión jamás visto, pero ciertamente percibido. El embarque estuvo colmado de palizas, algunos más que otros…y el viaje tuvo como música de fondo los gruñidos de los perros que mordían a infelices, previamente señalados, al efecto. De vez en cuando, algún guardia gritaba “prepárense, en pocos minutos los tiramos al mar”…como partíamos de una localidad mediterránea, supuse que era una mentira…pero podrían arrojarnos en algún páramo desértico, y, desde unos miles de metros de altitud, el impacto sería el mismo…y el tiempo de agonía similar…después pensaba “es un absurdo, para matarnos no tiene sentido hacerlo desde un avión…simplemente un garrotazo, ó dos en la cabeza, y ni balas gastan”…así de vulnerables somos. Por fin arribamos a destino, la guardia, vestida con guardapolvos blancos nos recibió a trompada limpia, algunos que sabían karate nos pateaban el pecho ó la espalda, hasta que a los tropezones nos fueron introduciendo en las celdas predeterminadas, de a dos. Estábamos en una cárcel, ciertamente, pero más parecía un viejo castillo feudal que, sin conocerla (por cierto) asimilé con La Bastilla. Sus paredes, cubiertas de moho, eran paralelepípedos de granito gris, apilados prolijamente en un orden que supuse inexpugnable…”de aquí no se sale”, pensé, “ó, más precisamente, de aquí nadie sale vivo”. La puerta era de acero, tenía mirilla y pasa plato. El excusado era un agujero en el piso, con una descarga. Una canilla de hierro, , soldada al caño, era la provisión de agua para bebida e higiene personal. Dos infectos colchones eran nuestros lechos, sobre los que había dos frazadas de lana, nuevas, color verde oliva, que tenían bordado en amarillo las palabras “ejército argentino”. Mi compañero de celda era un estudiante de ingeniería electrónica, de Mendoza, que me dijo que era del FIP. “¿y por eso estás preso?”, le pregunté, “No”, repuso, “tenía un amigo montonero, que compartía conmigo una pieza de la pensión, y me acusaron de pertenecer a su célula…murió en la mesa de tortura”, concluyó. Y no quiso seguir hablando del tema, lo cual fue racional, porque yo tampoco tenía demasiados deseos de hablar de mí, con supinos desconocidos. La comida era un amasijo grasoso, pero, por supervivencia, la ingeríamos con delectación celestial. La celda tenía un ventanuco de ventilación, ubicado casi a tres metros de altura. Mi casual compañero era bajo y delgado, por lo que no había problemas en que suba a mis hombros y espíe el paisaje, y, donde sus ojos alcanzaban a ver, todo era mar y acantilados. ¿De qué color son los acantilados?, indagué, “gris claros”, dijo. ¿A qué altura estamos sobre el agua?...Analizó un poco, y precisó “Unos diez a doce metros”…”Todo es posible, mientras haya vida…”, pensé. El único control que había, por parte de las guardias, era un recuento a primera hora de la mañana, por decir a las siete, dado que la carencia de relojes nos situaba en limbos inescrutables. El cubil medía 3,6 m. de profundidad por 2,4 m. de ancho. Sobre la pared de la entrada había una mesa de grueso chapón, firmemente adosada a la pared, de 0,7 x 0,5 m., apta para que pudiéramos comer sin estorbarnos, sentados en dos banquetas opuestas, de idéntico material. Teníamos, cada uno, un plato y un jarro de aluminio, más una cuchara de madera…por el momento, cualquier ideario de fuga, era impensado, sin las herramientas mínimas adecuadas…
El plan fue minucioso, como toda acción bélica era, no más, que una condigna revancha. Habían ejecutado, sin más trámite, a quince compañeros (entre ellos un CN) en una imprenta clandestina que, hacía más de tres años, utilizábamos para la edición de nuestra revista. En su sótano guardábamos un arsenal, de considerable magnitud. Nuestras pérdidas, humanas y materiales, las consideramos demasiado valiosas, para que queden impunes. Luego de un debate pormenorizado de blancos posibles, la propuesta de volar el ministerio de defensa, nos pareció la más adecuada. Lógico, era materialmente imposible colapsar todo el edificio, pero, un somero cálculo, con unos doscientos kilogramos de explosivo plástico, un piso completo quedaría reducido a escombro…y, de acuerdo al funcionamiento interno, el cuarto fue el elegido. Allí estaba la escuela superior de guerra, y oficinas de altos mandos, de coronel, para arriba. Ingresar al edificio, sin bien factible, no lo era portando un explosivo de tal magnitud. No cabía otra posibilidad que un cohete autopropulsado…Las tareas de inteligencia fueron, ciertamente, prolongadas. Debía detectarse algún edificio, y, en éste, con alguna ventana que brinde posibilidad de disparo eficiente, en un rango superior al 80%. No debía ser una oficina, cuya captura implicaba trastornar la vida de algún grupo civil, al punto que sus familiares denuncien su desaparición, y quede en evidencia la maniobra. Al fin, luego de mucho bregar, una vivienda fue la elegida, y, afortunadamente, la habitaban, solamente, un matrimonio de jubilados. Disponíamos de un telémetro-clinómetro de precisión, donado por militantes argelinos, procedente de una oportuna confiscación al ejército francés. Con esta joya óptica, el cálculo de la trayectoria del caño-volador, fue de una calidad más que aceptable. Nuestros físicos e ingenieros electrónicos tuvieron a su cargo el pormenorizado diseño del arma…Ésta tendría casi tres metros de longitud, dieciocho centímetros de diámetro, y estaría impulsada por alcohol sólido. Tendría, por seguridad, dos detonadores en paralelo, uno sería un timmer convencional, y el otro por derrame de mercurio, en el impacto. Su capacidad teórica destructiva triplicaba el mínimo indispensable. Constaría de diez módulos de 0,3 m cada uno. Estaría pintado de negro, lo llamaríamos “El Halcón Negro”.
Las dimensiones de nuestra celda nos permitían caminatas, para mantener en buena forma el estado físico, descargar endorfinas, y generar desgastes que nos faciliten el sueño. No obstante, como corroboramos, debimos interrumpirlas, porque comenzamos a adelgazar, evidenciando la muy reducida realidad nutricia de nuestros alimentos. A pesar de interrumpir la gimnasia cotidiana, seguimos perdiendo peso y masa muscular, por mediciones de diámetros de cintura, brazos y piernas con un hilo de coser, extraído de la vestimenta. Es sencillo, afirmó mi compañero, nos están matando de a poco. La pérdida de defensas orgánicas se hizo sentir, y mi partenaire contrajo una gripe aguda. Avisé a la guardia, pidiendo médico…el cancerbero se burló de mi, en forma grotesca, pero al rato me trajo una tira de dipirona…era una noche fría, y la humedad del mar nos calaba los huesos. Lo abrigué con todas las frazadas, bajo riesgo de seguir sus pasos, y en dos días se repuso…Alguien se apiadó de él, abrieron el pasa platos, lo hicieron desnudar, y “algo”, que semejaba un facultativo lo observó, y en tono risueño, comentó: “flaco, decididamente, te lleva el viento”. Y la comida mejoró…seguramente no eran órdenes “superiores” matarnos de hambre, sino mera corruptela de algún directivo del establecimiento…Debíamos estar fuera de todo, y de todos. No recibíamos correspondencia, ni se nos proveía lectura de ninguna índole. Mojando los panes duros que nos proveían, hicimos juegos de ajedrez, que las requisas mensuales tiraban, y los volvíamos a modelar…hasta que nos cansamos, el pan era poco, y la necesidad tiene cara de oportunista. Decidimos que era preferible intentar huir, ó morir en el intento, a esta gradualidad en el deterioro que, seguramente nos enajenaría, mentalmente, aún antes que la cierta minusvalía física. La puerta del infierno jamás se abría, las paredes eran impracticables, por lo que deducimos que el piso era el único punto vulnerable, dentro de la imposibilidad de los posibles. Y algún dios, si existe, se apiada de los insensatos. Decidimos “esponjar” a mano la lana apelmazada de los colchones, y escarbándola descubrimos, cuidadosamente acolchadas, dos herramientas: una punta de una pulgada de diámetro por diez de largo, y una gruesa planchuela, de similares dimensiones. Inferimos que eran herramientas para un plan de fuga, de anteriores presidiarios del infierno. Seguramente condenados a trabajos forzados, en alguna cantera de granito, de donde se extrajo el material requerido para la construcción del establecimiento. Las guardamos tal como estaban, con la esperanza de que seguirían soportando tantas requisas como fueran necesarias, porque, al estar en estado de aislamiento total, nada podríamos ingresar en el críptico encierro…
La operación no era, por nada sencilla, primero debimos construir el cohete, seleccionando materiales de altísima resistencia y reducida densidad, para minimizar su peso. Debía ser de duraluminio, torneado a partir de un cilindro macizo, hasta dejarlo como tubos de 12 mm. de espesor. Una labor de órdago, primero conseguir el metal, de un costo excesivo, por su utilización restringida a piezas “especiales”. Luego adquirirlo con excusas solventes para poder “conformar” la eventual curiosidad del proveedor. De allí llevarlo a un tornero, sólo para que lo troce, en diez segmentos de 0,3 m c/u. Luego repartirlo en otras tantas tornerías para el socavado: Las aletas fueron un capítulo aparte, del mismo material, en una plancha de 10 cm. de espesor, debieron ser recortadas, pulidas en degradé y soldadas en los tramos. Su distribución era tal que el proyectil giraría sobre si mismo, a fin de evitar sobrevuelos ó caídas, y garantice arribar a velocidades superiores a los 5.000 Km/h. El motor era una turbina de bronce fosforoso, impulsada en la presión de vapor generada por la volatilización de un combustible sólido, en una etapa, y la combustión del gas, en la ulterior. En síntesis, una muy sofisticada “cañita voladora”. En la construcción y diseño del aparato intervinieron diez especialistas. Otros tantos se ocuparon de hacer el seguimiento en tornerías y herrerías, de todas y cada una de las piezas, de precisión, del sistema. La punta, una exquisitez, un cono aguzado de 0,6 m. de largo, en dos tramos de igual tamaño. Todo ensamblado con rosca bayoneta, y asegurado con tornillos. Casi veinticinco compañeros se ocuparon de la logística, entre tantas la exacta distancia con telémetro entre la pared del edificio y la ventana del blanco, y la determinación precisa del ángulo de vuelo. Se hizo molde de parafina de la llave de ingreso al edificio. Debía tomarse, complementariamente al departamento seleccionado, para el disparo, a la portería, puesto que el afluir de tanta gente, despertaría lógicas sospechas. Funcionando con precisión milimétrica, el trabajo demandaría 18 horas…estimamos 20 para darle un soportable margen de error. Llegó el día señalado, sin dificultad reducimos al portero, un gallego jubilado que tomó las cosas con calma, garantizamos su absoluta seguridad, en tanto medie debida colaboración, amén de una generosa retribución. Colocó un cartel en el hall de entrada, que versaba “el portero fue al médico”. El departamento del “lanzamiento” nos facilitó el ingreso con nuestros disfraces de empleados de la empresa de telecomunicaciones. Uno de los cumpas que copó el objetivo era cardiólogo, y procuramos, por todos los medios, no atemorizar a los ancianos, casi octogenarios. Luego de alguna agitación se sosegaron, facilitado por la generosa suma que le proveímos, en forma anticipada. Con rapidez armamos la plataforma de lanzamiento, un bastidor de ángulos de hierro, totalmente abulonado. Y el cohete fue tomando forma. Por la debida práctica previa, todo fue saliendo a pedir de boca…El 22 de agosto, a las 11.30 el Halcón Negro realizó su vuelo vengador…y fue un blanco perfecto. La información oficial mencionó 75 muertes, donde sobre preciaron (cual es su costumbre) el número de mujeres. Nuestras estimaciones rondaban las 200 bajas efectivas, un 35% de personal jerárquico. No obstante que preservamos nuestra identidad, con pasamontañas, las facciones de dos cumpas habían sido, inevitablemente, vistas por el portero. Y la inteligencia logró un identikit que se difundió en todas las fuerzas “del orden”
El hallazgo de las “herramientas” nos sobre-excitó. Esa noche no pudimos dormir, de tanto conciliábulo…De una desesperanza total viramos a una rendija, hacia un túnel que, eventualmente, nos llevaría al sueño de la libertad. Dedujimos que, quizás, los anteriores pobladores de la celda, pudieron haber hecho labores previas, en su intento, porque las herramientas se veían con notable desgaste. Lo cierto es que, no lograron su objetivo, puesto que los fierros seguían encanutados en los colchones. Era obvio que, de haber arribado a su cometido, habrían dejado la obra visible, y los artificios hubieran sido decomisados. Mi compañero, proclive a perfiles depresivos (potenciados por torturas y encierros) supuso que quizás, en la vía de escape, hallaron obstáculos insalvables, que frustraron, en definitiva, el plan de fuga…citando las veces que los túneles de los condenados, terminan a la luz, en medio de la oficina del alcaide de la cárcel. Yo mantuve mi perfil de iluso soñador, y le repuse que cabían otras posibilidades:- que hubieran sido liberados. – que hayan muerto, víctimas de enfermedades ó de las golpizas cotidianas. – que hayan sido trasladados…Lo cierto es que una herramienta era de rotura-excavado (la punta) y la otra de palanca (la planchuela). Y comenzamos a observar las losas graníticas del piso. Eran de 0,6 x0,6 m. …entraban seis a lo largo y cuatro a lo ancho del cubil. Debemos examinar en detalle todas las juntas, dije, pero…con la luz del día…ahora, mejor durmamos, compañero. Está bien, repuso, pero, en el mejor de los casos, salir al exterior no garantiza nada…con el pelo y barba de tres años, andrajosos, con cientos de milicos tras nuestros pasos…nuestras vidas no valdrán nada…Es cierto, amigazo, las posibilidades son mínimas, pero existen, en todo caso si la alternativa es morir libres…no está mal. Por la mañana, con total minuciosidad, fuimos relevando la totalidad de las juntas de las veinticuatro losas…hasta que…en un rincón distal de la entrada, vinos que una junta, en un tramo central de diez centímetros, tenía un engrosamiento de un centímetro, donde la ranura estaba mimetizada con una argamasa ligada con miga de pan, oscurecida con polvo de roca. Las horas se hicieron interminables, hasta la noche. Apenas cayó el sol raspamos la argamasa, evidenciando que la losa tenía un espesor de seis centímetros…Calculé el peso por la densidad del granito (2,7 kilogramos por litro) y daba cincuenta y ocho kilogramos. Nuestra herramienta de palanca, la planchuela, medía sólo 25 cm., por lo que potenciaba al mínimo el esfuerzo. Le dije a mi cumpa, mirá, debemos levantar veintinueve kilos cada uno, con la yema de los dedos…es la única forma. No hay método posible para medir el tiempo…pero fue una larga agonía. Hasta la última fibra de nuestros cuerpos se empeñó en izar la pequeña mole cuarzo-feldespática. Milímetro a milímetro la extrajimos, y con suma precaución la deslizamos, sin hacer el menor ruido. Tanteamos, descubriendo que había una rebaba de cinco centímetros por todo el perímetro de la losa (para su apoyo) y luego…aire…un túnel.
Un cumpa para en una policía caminera, el cana lo reconoce…el afiche con el identikit estaba sembrado por todo el país…lo deja seguir, sin más trámite, y da el alerta con el handy…A los pocos kilómetros es rodeado por cuatro camionetas del ejército, colmadas de soldados. Se tira a la banquina, rueda varios metros sobre si mismo… Empuña la Browning…Y comienza la balacera. “Lo quiero vivo, dice el oficial al mando…si algún boludo lo mata, le corto el cogote…”. Hiere a dos, y una bala, inevitable, le atraviesa el hombro, destrozándole la clavícula…el dolor lo desmaya, y se lo llevan. Intervenido por cirujanos de excelencia, le salvan la vida, y aún convaleciente, lo llevan a la tortura. Despierta de la anestesia, y se encuentra, desnudo, estaqueado en una cama metálica…y piensa…Entre operación y demás, han perdido diez horas, debo aguantar otro tanto…y zafamos. Está despierto, dice el médico de los verdugos, al advertir su cambio de ritmo respiratorio…pueden comenzar. Y funcionaron los códigos. El joven sabía que, si a las veinticuatro horas de apresado no realizaba su llamada telefónica, la red se alerta, los pájaros se encapsulan…Pero, humanos, al fin, errores se cometen. Cuando habló, mencionó cuanto sabía de sus compañeros de célula, uno de ellos desconocido, “alias” Matute, que zafó. El otro compartió buena parte de su vida, era un amigo, sabía su nombre, domicilio y fue inevitable su detención. La resistencia a la tortura tiene sus límites tangibles...él había cumplido su rol en la organización, era un simple militante…Los militares querían saber más y más, demasiado más de lo que, realmente, sabía, y la impotencia es su peor limitante…le terminaron reventando el corazón, de tanto alto voltaje aplicado. Su amigo cambió de provincia, se mimetizó como pudo, tiñó sus cabellos, se afeitó el bigote, y se guardó hasta el límite de sus posibilidades, empero, cuando conocen tu nombre, y tu cara, se hace más sencilla la captura…No aguantó sin fumar…sólo caminó cinco cuadras, buscando un kiosco, en ese conurbano desconocido…Y fue atrapado por una pinza casual del ejército…sin poder disparar un solo tiro.
La exitosa operación “El Halcón Negro” fue difundida a todo el planeta, con las veinte fotos de precisión sacadas desde su lanzamiento hasta impactar el objetivo. La CN difundió documentos “secretos”, y otros no tanto, acerca de detalles de la tarea, entre ellos el costo del proyectil que rondó el millón de dólares. Los técnicos estaban exultantes, afirmando uno de ellos que “después de esto, ya nos contratan en la NASA…”
Cincuenta centímetros, por la diagonal, unos pocos más, lo justo para poder descender en la oscuridad. Apoyé las manos en los bordes y fui, lentamente, soltando el cuerpo. Toqué fondo, más ó menos al metro de profundidad y el pasadizo se ensanchó. Entonces pude flexionar las piernas, y agacharme. Palpé con las manos mi entorno, hasta que introduje mi mano por un hueco, por el que accedí a un túnel que, sin dificultad, facilitaba mi cómodo traslado, sobre manos y rodillas. Avisé a mi cumpa: “vamos, bajá, seguime, todo está bien…” y recorrimos la vía de escape. Era un zigzagueo permanente, un metro horizontal, otro hacia abajo. A los cuatro metros percibí una corriente de aire, hacia mi izquierda (¿hacia fuera?). Era un ducto horizontal de unos diez centímetros de diámetro que horadaba una junta entre dos bloques graníticos, de la firme pared de la prisión…y mi mano tocó el exterior, y fue libre, unos instantes, al frío viento de la noche…Esa indudable ventilación del túnel reponía el aire, al momento de destapar la losa del piso de la celda. Seguramente la horadación del granito, por su notable dureza, insumió a los predecesores varios meses de esforzada, lenta y tediosa labor. Proseguimos sin dificultad hasta cubrir ocho metros horizontales y otros tantos verticales. Y todo terminaba allí. Arranqué con la punta una esquirla de la roca, y avisé a mi cumpa “todo termina aquí…peguemos la vuelta”. Nuevamente, en la celda, analizamos la situación. Concluimos que nuestros gentiles antepasados no concretaron la fuga, por esta vía. Lo cierto es que uno de los moradores debía trabajar en un taller de herrería de la cárcel, porque sólo para hacer el respiradero, debieron gastar varias puntas de acero…Se nos planteó qué hacer con la loza…si debíamos alzarla cada vez que ingresemos…ó la podíamos dejar tapada con un colchón, con franca vulnerabilidad en caso de requisa. Optamos por la primera alternativa, más esforzada, pero de mayor seguridad global. “La destapada de la loza, y la excavación en roca, serán parte del calvario nuestro de cada día”…aseveró mi cumpa, con su consabido optimismo. Dejamos todo tal cual estaba…y nos fuimos a dormir, y soñé que era libre, en alguna ciudad de algún país, de algún mundo, no depredado por militares genocidas.
Para los militares fue un “problema de honor” nuestra captura. El cumpa recién apresado valía, para ellos, lo que pesaba, en oro…no debían, bajo ningún aspecto, matarlo…ni antes, ni después de arrancarle su confesión. Fue salvajemente torturado, con dos médicos de cabecera, que vigilaban, en forma constante, sus signos vitales. Los entretuvo dos días con pistas falsas, se bancó las represalias, quizás, intuyendo que, por el momento, no era espectable su muerte…Luego contó lo que sabía, que no fue demasiado, sólo fue operador logístico, un cuadro intermedio, en la escala…en la volteada, caí yo, y no sé cuántos más…pero el tenor de los interrogatorios me tranquilizó…nadie sabía demasiado, y los milicos tenían un enquilombizado rompecabezas, para armar. Supuse que no fuimos tantos los capturados…Estuvimos en calabozos individuales, los últimos poco más de seis meses, los primeros, quizás, unos tres meses más. Nos alojaron dejando una celda vacía entre nosotros, imposibilitando comunicación Morse, y nos permitieron tener una Biblia. Trabé una cierta amistad con el guardia, y obtuve muy pequeños beneficios…una vez me prestó un diario (La Voz del Interior) y me enteré que estábamos en algún lugar de la provincia de Córdoba. La comida era, más que razonablemente buena. No nos permitían hacer ejercicios...y engordé. Después comprendí, un día entraron en mi celda dos cronistas extranjeros, me sacaron fotos leyendo la biblia y fumando…supuse que el artículo versaría sobre las condiciones humanitarias de alojamiento de los terroristas.
Por la mañana investigué la esquirla de roca obtenida al final del túnel…era gris blanquecina, de grano grueso, cuarzosa, con cemento calcáreo, bien litificada. Le informé a mi compañero que era semidura y trabajable, aunque algo proclive a desgastar le herramienta. Como nos faltaban menos de cuatro metros de profundización, estimé que, aún perdiendo longitud, la punta aguantaría. En cuanto al tiempo que se requeriría, debíamos trabajar una semana, y recién tentar un cálculo. Avanzamos algo más de un metro, y pudimos fijar el plazo de nuestra huída, en poco más de dos meses. Pero los acontecimientos, se precipitaron, y antes de un mes nos abrimos paso a una voluminosa caverna, que supuse haría de alcantarilla al penal. El agua de mar circulaba, estimamos, dos metros más abajo, con inusual alboroto. Le expliqué al cumpa que, probablemente, el agua ingrese, a favor de las mareas, por un nivel superior, y salga a borbollones por gravedad, manteniendo siempre limpio el sistema cloacal. Bueno, hermano, nos zambullimos y nos vamos a la remierda, le digo. Hay algún problema, contesta, puede haber rocas abajo…Si claro, respondo, es parte del riesgo. Mi otro problema, alega, es que no sé nadar…aclara, y me empuja al vacío…Y caí en una masa helada, negra y tumultuosa. Me puse a flote, unos pocos segundos, hasta que el conducto se enangostó, en forma repentina, obligándome a llenar los pulmones, sumergirme y nadar…con la última y desesperada pulsión de vida. Las filosas aristas de roca me flagelaban por doquier, cabeza, brazos, flancos y piernas sufrían parejo, y mis pulmones hervían, como una caldera a punto de estallar. Y, repentinamente, se termina el túnel, y puedo nadar hacia la superficie, y ver todas las estrellas de mi primera noche en libertad…
Hacía una semana que me daban un paquete de cigarros por día, y me dijeron que pida un libro que me gustaría leer…solicité “El extranjero” de Albert Camus, y, prontamente, me lo entregaron. Una noche me trajeron de cena pollo al horno, con papas, y una gaseosa. Y le pregunté al guardia “¿llegó la hora?”. Si, me dijo, mañana los trasladan. “¿Cuantos somos?”…Todos, dijo, los diecisiete…”Bueno, entonces, no seas guacho, y tráeme un vino” y cumplieron mi último deseo. Apenas probé la cena, no me pasaba por la garganta…pero bebí el vino, lentamente, mientras fumaba, y pensaba…Sólo diecisiete…quizás cinco caídos en la tortura, y otros tantos que se volaron la cabeza, ó masticaron el cianuro, para no caer…Apenas apresaron a la mitad…siempre quedarían algunos que hagan volar otro “Halcón Negro”, en nombre nuestro…y me dormí. Antes del amanecer vinieron a buscarme, me esposaron las manos a la espalda y me pusieron grilletes en los tobillos con una cadena fina que, en honor a la verdad, no dificultaba demasiado la caminata…Nos formaron, en fila, en el patio, algunos sonreían, otros guiñaron el ojo…la mayoría, bien conocidos. Uno gritó: ¡Montoneros, patria ó muerte!... ¡Patria ó muerte!...contestamos a coro. Y escuché los motores de los camiones, más allá del portón de entrada…y recordé haber soñado toda la noche…con mi fuga de un penal patagónico…ó quizás éste era el sueño, mientras en realidad nadaba, eufórico…hacia la libertad…hacia la vida.
G.A.V-
De:MontonerosVuelven-Envío:Amilcar Vergara
Sudamérica Potencia. Mercosur, Unasur y la comunicación.
Publicado el junio 4, 2011
Esta semana participé dela Jornadade Trabajo “MERCOSUR su realidad y desafíos”, organizada porla Reunión Especializadade Comunicación Social del MERCOSUR (Sección Nacional). Escuchamos y hablamos. Intercambiamos. Medios audiovisuales alternativos de todo el país dijeron presente. También algunos periódicos. Las nuevas tecnologías tuvieron sus representantes en administradores de portales de Internet y blogueros. A esta singular calidad, se debió mi asistencia.
Aquí interpreto algunos apuntes, que grafiqué sobre el margen izquierdo de mi cuaderno Triunfo, tapa ocre. Redoblando el compromiso por la comunicación genuina, con la buena leche en el arte de transmitir opiniones, conceptos o información, van estas líneas.
La disertación de funcionarios, anfitriones e invitados, hegemonizó el encuentro. Sin embargo, la participación de los comunicadores –sino anónimos- menos conocidos, nutrió la mesa redonda con el condimento de la experiencia compartida. Mitín propicio para extenderse en el abuso de la palabra propia. Bien nuestro, del palo, esto de desviar el eje hacia alguna vieja hazaña. Cada uno contando su anécdota, su lucha, su esperanza. Ramificando el hilo de la jornada, en miles de maderas. Imposible, retornar a aquélla línea troncal.
¡Qué bello es ese acto catártico de la militancia!
Sólo mirado a la distancia. Pues en el mismísimo momento del ejercicio, siempre está la sensación de esto no tiene nada que ver con lo que venimos hablando.
Cerrado el paréntesis –abierto sin advertencia- este relato reflexionará sobre algunas intervenciones.
Carlos Borgna, Coordinador Nacional dela RECSMercosur, nos ofreció la bienvenida indicando la fortaleza y la debilidad del Parlamento del Mercosur.La AsignaciónUniversalpor Hijo yla Leyde Servicios de Comunicación Audiovisual como vanguardia de la región, muestran el camino normativo de nuestro subcontinente. La lejanía del Parlasur respecto al pueblo, es un diagnóstico preciso que se enmarca como punto flojo del Instituto.
Oscar Laborde, Representante Especial parala Integraciónyla Participación Social, arrancó elogiando a Néstor Busso, Presidente del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual y referente ineludible del movimiento social que se organizó para obtener la nueva ley de medios.
Néstor Busso, es el ejemplo del paso del puntoorg al puntogov, dijo Laborde. Esta es la característica de los procesos Nacionales y Populares, discurrió. La sociedad Civil irrumpe en los gobiernos, generando propuestas, adquiriendo capacidad de decisión y resignando autonomía y un tantito de espíritu crítico.
Interesantísima postura. Dejar la pureza de la lectura inmaculada por la gestión que transforme la vida de la gente, tiene sus costos. Hay que estar dispuestos a asumirlos, so pena de quedarse parados frente a la vidriera de la realidad social y al espejo del hedonismo impopular.
En otro pasaje de su alocución, Laborde, enfatizó que el Mercosur se encuentra en el momento histórico, largamente planificado por los Libertadores de América: Estamos protagonizando la patria grande tantas veces poetizada.
Reconociendo el origen neoliberal y mercantilista del instituto regional, el funcionario consideró que el aporte dela Unasur, en complemento, deriva en un Mercosur político. El diagnóstico se enmarca en un cambio de época a partir de la crisis del capitalismo en EE.UU., momento en el que se decreta el funeral del mundo unipolar, para dar nacimiento al universo multipolar.
Sudamérica puede ser un polo, profetizó, hecho que genera una alta responsabilidad de la región, por concebir de modo diferente al Estado. El germen de la posibilidad Sudamérica Potencia aparece en 05/11/05, con el No al Alca, agregó el ex intendente de Avellaneda.
Por último, estimó que la única posibilidad de sustentabilidad de la integración viene de la mano de la participación popular.
El Embajador José Vitar, Subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur, ratificó lo de Borgna: El déficit del debate sobre Mercosur.
Se metió con las burocracias de las cancillerías argentinas y brasileñas, afirmando su responsabilidad en el Mercosur mercantil que retrasa al político. Sin embargo, el fuerte impulso a éste fue dado por sus presidentes: Néstor Kirchner y Lula.
Respecto al Parlasur, comentó el fracaso de las elecciones populares de los legisladores, que debían efectuarse antes de Diciembre de 2010, sin que ningún país las haya efectuado.
Marcial Romero por el Parlasur explicó el funcionamiento del mismo, su composición y atributos. Antes, claro, se permitió recordar que Condoleeza Rice supo declarar que “el Mercosur fue una gran distracción nuestra”.
Sobre el Parlamento, Marcial enseñó su constitución en2007 araíz del protocolo de Ouro Preto. Insistió en la no cesión actual, desde la vacante producida por la no elección popular que estaba ordenada.
Para el caso que se acabe conformando el número de escaños que corresponden a cada país son los siguientes: Brasil, 75; Argentina 43; Uruguay, 18; Paraguay, 18; Venezuela (si los senadores paraguayos cumplen con la ratificación, la única que falta), 34.
Dicta Declaraciones, propone normas, intenta armonizar las legislaciones de los diversos países que componen Mercosur, pero no tiene atributos para dictar leyes supranacionales que sean norma vigente en todos los países que lo integran.
Un debate, algún cuelgue, una quebrada, un almuerzo y mil tarjetas intercambiando bolsillos y a seguir aprendiendo.
Luis Lázzaro, porla AFSCA.realizó una reseña de los avances en la aplicación de ley, como los nuevos pliegos para concesiones de canales. Reconoció algunas demoras, pero instó a la lucha porque se cumpla.
Néstor Busso tomó la posta: “¡La ley hay que seguir militándola!”. No sólo hay que pelear con el Monopolio, también hay que hacer crecer lo nuevo, acotó.
Coincidiendo con Borgna, aseveró que en la aplicación de la ley se juega la comunicación, como derecho humano, en toda la región. Uruguay, Brasil, Ecuador y Bolivia se encuentran dando el duro y desparejo debate contra los dueños de la palabra sudamericana, informó.
Antes de cerrar Zulma Richard, por Radio Nacional y Edgardo Esteban por Telesur, Osvaldo Nemirosvci, Coordinador General del Consejo de Televisión Digital Terrestre Argentino, se refirió a la distribución dela TelevisiónDigitalen nuestro país. “¡Primero la ven los pobres!”, mencionó. Se distribuyen los decodificadores enla ArgentinaProfunday, luego, en las metrópolis, siempre acostumbradas a primar.
Dejó una frase poética, “…en una esquina de la historia se encontraron Néstor Kirchner y los Movimientos Sociales…”, así parieron la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y tantos sueños.
Durante toda la jornada, parado de número 5, buen recuperador y distribuidor y mejor organizador de juego, estuvo Pedro Lanteri, Director de la radio de las Madres.
En esa cancha o en la plaza, contundente prólogo de la hermosa Hebe, Pedro me brinda este párrafo para dedicar esta humilde crónica esperanzada ala AsociaciónMadresde Plaza de Mayo, abrazándolas con inmenso amor y agradecimiento.
Luego de recoger un guante setentista que arrojó una compañera, y tras recordar la audacia de Cristina al proponer la ley de medios, trascartón de una derrota dura en las legislativas de 2009, Lanteri propuso que nos volvamos a encontrar.
Y así será. De mientras, nos queda reflexionar cómo hacer cumplir la nueva ley, cómo empujar a nuestros hermanos latinoamericanos para que alcancen la línea de vanguardia, como llegar ala Sudamérica Potencia.
Fuente:DemianKonfino-Tupacamaria
En Rosario
Se viene otro PEÑÓN de la FIERRO!!!
Viernes, 01 de julio
Desde las 23.00 hs.
Cochabamba 557 / Centro Cultural Paso de los Libres
Rock y Reggae para ayudar a Mayra
El domingo se realizará en el Anfiteatro un recital solidario para ayudar a Mayra Ippach en el tratamiento médico que debe hacerse en China. Participarán Vudú, Cielo Razzo, Sikarios, entre otras diez bandas.
9 jun, 2011
El domingo 12 de junio, de 1.45 a 21, en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito ( Parque Urquiza), se llevará a cabo el recital solidario de Rock and Reagge A Beneficio de Mayra Ippach, una joven de 20 años que padece Ataxia de Friedrerich, una enfermedad que a los 12 años le afectó la médula afectando sus capacidades físicas.
Mayra Necesita viajar a China por segunda vez. Es el único lugar del mundo donde se realiza un tratamiento para tratar su afección mediante un injerto de células madre, cuyo costo es de U$ 26.300.
Con el objetivo de ayudar a Mayra y a su familia a conseguir dinero para poder efectuar el viaje y posterior tratamiento, un numeroso grupo de músicos de la ciudad, convocan al concierto que se realizará en el Anfiteatro. Participarán Vudú, Cielo Razzo con Sikarios. Perro Suizo, Durban Poison, Alegre no tanto, 3º Módulo, Astrobonzo y Tarkus
La entrada para el recital será libre y gratuita, y para quienes puedan y deseen contribuir con la colecta, habrá un bono cuyo monto mínimo es de 20 pesos. Los lugares de venta del bono son Mitre 867, local 5; Sarmiento 780, y Catamarca 1837. Asimismo, el día del recital se colocarán urnas para efectuar colaboraciones.
Fuente:ElCiudadanoyLaGente
Nota:las fotos agregadas a las notas son de la Web
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