Un testimonio volvió a iluminar la verdad que oculta el Pozo de Banfield
2011-06-16
En el marco del juicio que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Federal(TOF) N°6 para echar luz sobre el “plan sistemático” para el robo de bebés durante la última dictadura militar, una ex detenida desaparecida del Pozo de Banfield, Adriana Chamorro, habló desde Canadá para ratificar que fueron “muchas” las embarazadas que allí parieron a sus hijos. Para la secretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Sarah Derotier de Cobacho, el testimonio abre camino entre las sombras: “Esto es una prueba de lo que pasaba, se supone que fueron entre 20 y 25 los niños nacidos en el centro clandestino”, señaló en diálogo con Info Región.
Si bien lo que declaró la mujer –mediante video conferencia, desde Canadá- es algo que “se sabe”, sus palabras son importantes porque denuncian lo que tantas otras mujeres, aún desaparecidas, no pudieron denunciar: que el Pozo también aportó al plan sistemático de robo de bebés que hoy intenta desenmascarar mediante un juicio el Tribunal Oral en lo Federal(TOF)N°6 y en el cual se juzga, entre otros, a los ex dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone, junto a sus camaradas de armas Jorge “el Tigre” Acosta, Santiago Omar Riveros, Rubén Franco, Antonio Vañek, Juan Azic, y el médico Jorge Magnacco, a quien se imputa su intervención profesional en los partos.
“Sin dudas lo que dijo Chamorro sirve para esta investigación. Es una prueba de lo que pasaba. Se estima que en el Pozo nacieron entre 20 y 25 niños”, señaló a Info Región la secretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Sarah Derotier de Cobacho.
Según explicó la funcionaria, los querellantes en esta causa “son las familias”, algunas de las cuales siguen a buscando a los ahora hombres y mujeres que allí nacieron y a quienes les fue robada la identidad.
“Hay casos muy conocidos, pero esto todavía está en investigación”, indicó.
Lo cierto es que sobre el edificio ubicado en la intersección de Siciliano y Vernet, en Banfield, pesa aún una medida de “no innovar” que emitió la Justicia, que todavía espera encontrar pruebas entre sus paredes que se puedan colaborar a la investigación que se sigue en el marco de los Juicios por la Verdad.
“Nosotros aún no podemos disponer del Pozo de Banfield ni entrar a lo que se conoció como la maternidad clandestina que según algunos funcionaba en el primer piso, aunque otros testimonios sostienen que operaba en el sótano”, señaló Derotier.
“Lo que estamos esperando es que se sortee el Tribunal Oral Federal para el juicio, y a partir de allí sabremos quiénes serán juzgados”, agregó.
Lo cierto es que según esa historia que se fue reconstruyendo a través del recuerdo y de la palabra, el Pozo fue “la maternidad clandestina de la dictadura”. Según algunos testimonios, allí se trasladaban las mujeres con embarazo avanzado, y allí, también las recibía Héctor Bergés, el médico y represor encargado de atender esos partos.
El Pozo, según una ex detenida
Adriana Chamorro fue secuestrada el 23 de febrero de 1978 y aseguró haber compartido su calabozo en el Pozo de Banfield con embarazadas. La mujer narró que vio a parturientas que estaban “atadas a la camilla”, y ratificó que en partos actuaba Bergés.
También aseguró que en alguna oportunidad ella misma ayudó a alguna embarazada controlándole el ritmo de las contracciones y recordó que los represores “eran muy violentos, realmente forajidos”.
“La comida (era) una sopa una vez por día servida en un enorme tacho y siempre fría. Agua, mondongo flotando, era realmente espantosa pero era lo único que había, con dos o tres panes, muy chicos y muy duros”, explicó.
“No había higiene, esa palabra no existía. Había un bidón donde hacer todas las necesidades, vomitar, ir de cuerpo, orinar. Los prisioneros se mantenían sucios como los mendigos de la calle, llenos de costras, vestidos con andrajos y nos vendábamos los pies arriba de las sandalias para no tener frío”, agregó.
Chamorro fue testigo en el juicio oral que intenta determinar responsabilidades por los delitos de sustracción, retención y ocultamiento de menores y sustitución de sus identidades en 34 casos, entre los que están los hijos de Laura Estela Carlotto y Horacio Fontán; de María Claudia García Iruretagoyena y Marcelo Gelman y de María Hilda Pérez de Donda y José María Laureano Donda.
También los casos de los hijos de Alicia Elena Alfonsín de Cabandié y Damián Cabandié, de Norma Tato y Jorge Casariego; de Silvia Mónica Quintela Dallasta y de Abel Pedro Madariaga; de María Eloísa Castellini y Constantino Petrakos y de Stella Maris Montesano de Ogando y Jorge Oscar Ogando.
PLANES Y PROYECTOS
El destino del Pozo: del infierno a la Memoria
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Según adelantó a Info Región al secretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Sarah Derotier de Cobacho, una vez que se pueda disponer del edificio donde funcionó el “Pozo de Banfield” la idea es que allí pueda funcionar una “casa de reflexión”, adonde se pueda conocer y analizar los hechos acontecidos durante la última dictadura militar que vivió a Argentina, que dejó un saldo de 30 mil desaparecidos y que fue el marco para una violación sistemática de los Derechos Humanos.
“No va a ser un museo, se va a hacer una casa de reflexión, pero debemos definirlo junto a la Municipalidad de Lomas de Zamora”, señaló al funcionaria, que adelantó además que la idea es “poner dos días a la semana capacitadotas de la Secretaria” que puedan orientar e informar a los visitantes.
Fuente:InfoRegion
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