ENTREVISTA.
En Rosario, Eric Calcagno sentenció: “La Patria es un plebiscito cotidiano”
Manual para convencer a un tío medio gorila
Por Soledad Massin y Belén Ordoñez.

Calcagno recomienda vivir y militar el peronismo desde la alegría.
Viernes por la noche. El senador nacional Eric Calcagno termina de presentar su libro El resurgimiento argentino, junto a la concejala y candidata a diputada provincial María Eugenia Bielsa. “Es un manual de consulta permanente para convencer al tío medio gorila en los almuerzos del domingo”, recomienda el legislador, sacando a relucir ese arte de persuasión que ejercita habitualmente desde su escaño. Despidiendo a los últimos oyentes y militantes, saludando a unos, abrazando a otros, Calcagno se dispone a escuchar a sus entrevistadoras con atención, pese a alguna interrupción por parte de seguidores que no pueden abandonar la sala sin obtener su ejemplar recién adquirido firmado de primera mano por uno de sus autores.
Salvados los obstáculos, se retoma la conversación con el autor de El resurgimiento argentino.
—¿En qué clave se lee “El resurgimiento argentino”?
—Este libro es un libro escrito con bronca, que es un sentimiento, no es el asco, pero es la bronca. Es un libro de la política para la política. Tratar de tener un libro con lo que se hizo; tan mal no hicimos las cosas. Para nosotros los peronistas mejor que decir es hacer y entonces nos olvidamos a veces que tenemos que hacer un relato, que en general hacemos cuando estamos en la oposición, porque mucho más divertido que escribir sobre transformaciones es hacerlas. Cuando después de la 125 dijeron que no iba a pasar más nada sacamos la ley de medios, de matrimonio igualitario. Eso es lo que tratamos de hacer en esos capítulos. Está destinado básicamente a los militantes para uso permanente: un domingo, en los almuerzos, en las reuniones familiares que hay siempre un tío medio gorila, una prima medio kirchnerista; bueno: hay que agarrar el libro y empezar a explicar. Recordemos que la frase más linda de la Comunidad Organizada es que la Verdad y la Justicia son del orden de la persuasión, no surgen a nuestros ojos de modo natural. No vamos a ver a la Justicia caminando por la calle, la Verdad esperando el colectivo. Son construcciones socio-políticas y económicas. Entonces nosotros tenemos que ir con nuestra Verdad relativa a tratar de convencer, de persuadir, a decir: “Te conviene estar más de este lado”.
—Su libro es un instrumento para la persuasión. La ciudad de Buenos Aires y la provincia de Santa Fe poseen colores distintos al oficialismo. ¿Cómo puede la militancia convencer en este tipo de escenarios?
—Me parece que estar juntos como peronistas, alegrarnos con las cosas, no tenerles miedo a los niños, a las mujeres, a los viejos. Recuperar el sentido del honor nacional, de lo más noble que tiene el servicio público, que es el compromiso político. La política es sublimación de la violencia, nosotros no queremos pegarle a nuestros adversarios, queremos ganarles: en las elecciones, en las votaciones en el recinto. Pero es a través de la argumentación llevada adelante en un marco democrático, plural, ilustrado si se quiere, apasionado siempre, en el cual nosotros podemos ganar. Las elecciones se ganan todos los días. La patria es un plebiscito cotidiano. Entre el tiempo y la sangre tenemos que elegir siempre el tiempo porque la sangre la ponemos nosotros. Por eso hay que ir de a poco. Bastante hemos hecho en estos ochos años, no para quedarnos satisfechos de nosotros mismos, sino para darnos cuenta de lo que hemos logrado. Nuestro deseo político de sublimar la violencia a través de los juegos parlamentarios y los juegos institucionales nos permite poner a la oposición frente a sus responsabilidades; y decir “quiero el 82 por ciento móvil ya”, bueno decime qué impuestos subo. Y si tengo que subir impuestos, se los tengo que subir a los ricos. Nota al pie: los ricos no se dejan.
—Algunas impresiones sobre las próximas elecciones para gobernador de Santa Fe.
—Voy a estar felizmente sesgado en esta situación por nuestro candidato del FPV, Agustín Rossi a quien conozco y sé que es un tipo transparente. En esto soy muy poco objetivo ante una personalidad política de la talla de Agustín. En rigor, tengo poco conocimiento sobre los candidatos. Podría agregar simplemente que hay que tener cuidado con los humoristas que pretenden ser serios como también con aquellos que afaman seriedad pero dan risa. Finalmente, está en los santafesinos y las santafesinas fabricar su propio futuro. Quizás, se deberían preguntar ¿cuándo estabas mejor, en el 2001 o ahora? ¿Cuánto hay de responsabilidad de algún gobierno territorial o cuánto del gobierno de la Nación?
—¿Por qué cree la gente en el kirchnerismo?
—La verdad que no sé por qué la gente creyó y cree en el kirchnerismo. Quizás sea la figura de Néstor, que generaba empatía, un tipo flaco, con un ojo medio desviado. Su historia maravillosa de amor con Cristina, sus hermosos hijos. Cristina como mujer de Estado, creo que eso también genera envidia. Ambos dejaron todo, en el caso de Néstor la vida. Quizás nuestros remedios no sean suficientes, quizás las acciones que llevamos adelante necesiten perfeccionarse pero estamos en un camino en el cual la cuestión básica es que la Argentina funcionaba, bien o mal, pero funcionaba para 20 tipos. Y había 20 millones que estaban fuera. Lo que nosotros hicimos es introducir a esos 20 millones. Queremos que tengan conciencia pequeño burguesa pero que se den cuenta de que acá está el lugar que les pertenece, porque una cosa es tener conciencia pequeño burguesa y otra es ser medio tonto. El peronismo volvió a ser el hecho maldito del país burgués y no más el hecho burgués del país maldito. En este momento nosotros volvemos a poner en duda un montón de certidumbres y volvemos a repartir el ingreso, la palabra y el conocimiento.
Fuente:RedaccionRosario
No hay comentarios:
Publicar un comentario