martes 30 de agosto de 2011
Bueno ya…vamos a “dialogar”
Por Andrea Dufournel
Piñera pide a los estudiantes que sean “generosos”, cuando hemos visto y oído de todo, por parte de las autoridades. Desde desacreditaciones groseras, hasta amenazas de “sacar” a los militares, para controlar a la “turba subversiva”.
Hace ya tres meses que las movilizaciones estudiantiles comenzaron y, por cierto, no hay señales de término. Lamentablemente quienes tienen en sus manos la solución, no dan muestras de querer acceder a las peticiones del movimiento, ¿la razón? los intereses económicos involucrados han sido, hasta el momento, quienes han hablado a través de las autoridades, incluyendo al presidente.
Se han dicho frases como:
- "La educación es un bien de consumo". Sebastián Piñera, Presidente de Chile.
- "Es falso que los 6 alumnos de Buin estaban en huelga". Jaime Mañalich, Ministro de Salud
- “Los hijos que son concebidos fuera del matrimonio se manifiestan violentamente en las calles". Víctor Lobos, Intendente Región del Bío-Bío
- "Se mata la perra y se acaba la leva". Escribió en su twitter” Tatiana Acuña Selles, Funcionaria del ministerio de Cultura, refiriéndose a Camila Vallejo.
- "Camila Vallejo es una endemoniada y Jaime Gajardo es un pollerudo". Cristián Labbé, Alcalde UDI de la comuna de Providencia.
- “Esta gente quiere destruir el país". Evelyn Matthei, Ministra del Trabajo.
- "Si no pudiera pagar por la educación de mis hijos, también estaría marchando". Pablo Longueira, Ministro de Hacienda.
Cabe preguntarse entonces ¿quieren, estos ilustres personajes, solucionar el problema y acceder a lo que la mayoría del pueblo exige?, o van a continuar preguntándole a los sostenedores de los colegios y universidades si les parece hacer la reforma que se pide a gritos en las calles desde hace años, peticiones a las que no han dado respuesta y lo que sí han hecho es descalificar, amenazar y reprimir. Para eso sí están dispuestos… más aún cuando vemos una administración que ha optado por la brutalidad en las calles que, como era de esperar, ya han manchado sus manos con sangre de un joven estudiante: Manuel Gutiérrez, 16 años. Exigimos justicia, pero no es la justicia que se acostumbra en Chile, cuando están involucradas las policías militarizadas, “en la medida de lo posible”, exigimos que se encuentren y castiguen al o los culpables de este alevoso crimen.
Las últimas manifestaciones, llámese cacerolazos y marchas han logrado que, por fin, su “excelencia” acceda a invitar a los principales actores a la Moneda para dialogar, según él, con altura de miras y con generosidad. La posición de Piñera, durante estos meses, ha sido la de ignorar el enorme movimiento estudiantil y social, mandando a sus ministros a intervenir y a “dialogar”, pero, no ha ignorado a los empresarios. Recordemos que ya vamos en el segundo Ministro de Educación, el primero no dio el ancho y hasta el momento, su reemplazante, tampoco.
Así las cosas, no se avizoran soluciones en el corto plazo, vemos, claramente, que la actitud del gobierno no es del todo de “generosidad” si a priori pide a sus interlocutores que sean ellos quienes deben aceptar las condiciones que él pretende imponer. La tiene muy difícil su “excelencia” tomando en cuenta que los estudiantes han decidido aceptar el llamado al diálogo, pero no bajarán las movilizaciones hasta no tener soluciones concretas a sus problemas, claramente no hay confianza cuando se trata de conversar con un especulador, especialista en “negociar” para salir favorecido y que pretende continuar enviando proyectos al parlamento para “perfeccionar” algo que no funciona, que ha servido, nada más, para que unos pocos se enriquezcan a costa de muchos que sueñan con ganarle a la vida. Sólo queda esperar que deje de ver el movimiento como una pataleta de adolescentes y afronte el problema con seriedad renunciando, en alguna medida, a su espíritu “empresarial”.
Fuente:Argenpress
martes 30 de agosto de 2011
“Los estudiantes no son los dueños de Chile”
Por Carlos Pérez
El señor vocero del gobierno que se supone debería representar a todos los chilenos nos ha recordado, con una sinceridad insólita, que los estudiantes no son los dueños de Chile. Ha olvidado especificar quienes serían los que pueden contar como dueños. Pero no es difícil imaginarlo. Algunos, incluido el propio señor Presidente de la República, aparecen cada año en la lista de los más ricos del mundo publicada por la revista Forbes. Y aparecen allí justamente porque son los dueños de Chile. Y han llegado a serlo porque se les fabricó un modelo económico a su medida bajo una dictadura, y porque nuestros supuestos representantes se han encargado de mantenerlo y cuidarlo durante más de veinte años, después que se suponía había llegado la alegría, y éramos por fin gobernados por el arco iris.
Su declaración, que cualquiera de los expertos en imagen mediática que tanto abundan en este país consideraría algo desesperada, se ha sumado a otras declaraciones ejemplares, que expresan el desconcierto, y también el grado apenas disimulado de susto, de lo que ellos mismos llaman “clase política” ante la indignación que aflora en las movilizaciones sociales.
Un pronunciamiento notable, y esperable, es el del señor senador designado Carlos Larraín: “no nos va a doblar la mano una manga de inútiles subversivos”, a algunos de los cuales creyó reconocer incluso en el Parlamento. En declaraciones posteriores aclaró que se refería a “los que tiran bombas molotov y les roban a las mujeres”, con lo que algunos de sus colegas parlamentarios quedaron en una incómoda situación: no es claro que sean capaces de tirar bombas molotov, pero se podría uno preguntar si no tendrá algo de cierto el que “les roban a las mujeres”. Digamos, para ser justos, que quizás no les roban a mano armada, pero se podría investigar el que quizás hayan sido cómplices de uno que otro robo a todos los chilenos.
Por supuesto el senador no elegido no se refería principalmente a sus colegas, que tan funcionales han sido al sistema que defiende. Se refería a los estudiantes, que de pronto, de promover “nobles propósitos” según el propio Jorge Awad, presidente de la Asociación de Bancos, pasaron a “tirar bombas molotov y robar a mujeres”. Por supuesto la hipocresía de Awad es políticamente mucho más eficiente que la torpe sinceridad de Larraín. El modelo ha funcionado tranquila y productivamente durante veinte años en democracia, no es necesario amenazar con el lenguaje de la dictadura a actores sociales que podrían ser administrados con el lenguaje de la democracia. No es necesario, al menos, por ahora.
Lo que hay que hacer es un insistente llamado al diálogo y a la cordura. Monseñor Ezzati, Arzobispo de Santiago nos recuerda de manera pastoral y paternal: “hay que decir la verdad. Hay situaciones que son tremendamente injustas y que requieren un cambio radical, [pero advirtió que] se debe avanzar paso a paso”. Y no pudo evitar rematar con una antiquísima frase para el bronce: “las utopías cuando no tienen fundamento racional son solamente utopías”. En cambio, notoriamente, evadió pronunciarse sobre cuáles serían esos cambios radicales (no son expertos), tampoco aclaró qué tiene de utópico que la educación sea gratuita, tampoco se explayó en la curiosa estimación de que las presuntas utopías que se estarían pidiendo (¿la nacionalización del cobre?, ¿el que haya una Asamblea Constituyente?) “no tienen fundamento racional”.
Por supuesto Monseñor olvidó mencionar que la Iglesia Católica es el principal empresario educacional en este país. Un sistema de empresas que incluyen tres universidades, la mayor parte de la educación técnico profesional, e innumerables colegios básicos y secundarios dependientes de congregaciones religiosas. Un sistema para el que cualquier cambio en el sistema de subvenciones a empresarios privados de la educación representa un serio peligro, para el que cualquier cambio en las exenciones tributarias de que gozan representa una seria amenaza. Amenazas que, seguramente, “no tienen fundamento racional”.
Lo que la Iglesia tiene que hacer, para no correr estos riesgos, es acudir al gobierno, y pedirle que sea flexible, y que acepte dialogar. Lo que el gobierno tiene que hacer, para no quedar mal ante los grandes empresarios que representa, es llevar el problema al Parlamento, para que los diputados y senadores, siempre propensos al populismo tengan la culpa de lo que pueda pasar. Lo que los parlamentarios tienen que hacer, para no quedar mal ante los empresarios que financian sus campañas, es pedir un plebiscito, para que sea todo el país el que tenga la culpa de lo que pueda pasar.
Pero entonces todo el sistema se echa a perder. Pero entonces las claves de la democracia administrada quedan en entredicho. Esto es algo que sólo pueden desear los inútiles subversivos, estos es algo que carece de fundamento racional, es algo simplemente utópico. ¿Qué se creen, creen acaso que son los dueños de Chile?
Somos los dueños de Chile. Los estudiantes, los trabajadores, las dueñas de casa que son jefes de hogar, los pueblos originarios a los que hemos usurpado estas tierras, los profesionales, los pequeños y medianos empresarios, los pobres absolutos que sólo cuentan como números en estadísticas manipulables, las trabajadoras de la fruta contaminadas por insecticidas, los mineros pobres usados como marionetas de la farándula política.
Somos los dueños de Chile. Los que hacemos este país, y tenemos derecho a las riquezas que desde siempre nos pertenecen. Los que tenemos derecho a oponernos a la usura financiera, a la desnacionalización de nuestros recursos naturales. Los que tenemos derecho a la educación, a la salud, a la previsión, que nuestros supuestos representantes han entregado sistemáticamente a la avidez del lucro.
Somos los dueños de un Chile que nos han quitado, y estamos en la calle pidiendo que nos devuelvan lo que es nuestro. Estamos en la calle porque no aceptamos ya ser representados por los que sólo representan la lógica del capital. No hay nada de utópico en esto. No hay nada de irracional en esto. Los recursos están allí, los hemos producido nosotros mismos. Las razones están allí, todos dicen estar de acuerdo con ellas mientras no les toquen el bolsillo.
Somos los dueños de Chile, y debemos estar dispuestos a asumir que proclamarlo sí es algo subversivo. Es la subversión en contra de los que han sido inútiles para las grandes mayorías y muy útiles para el gran capital. Es algo subversivo, una tan vieja y tan joven palabra. La palabra que expresa el temor del poder ante los poderes que puede llegar a tener un pueblo.
Carlos Pérez es Profesor de Física. Universidad ARCIS.
Fuente:Argenpress
martes 30 de agosto de 2011
Presentan querella judicial en Chile por muerte de adolescente
PL
La familia del menor Manuel Gutiérrez, asesinado el pasado jueves en esta capital durante una jornada nacional de protestas sociales, presentará hoy una querella judicial contra los responsables de su muerte.
A nombre de los familiares del adolescente de 16 años de edad, el abogado Washington Olivares interpondrá el referido recurso judicial, confirmaron en Santiago fuentes oficiales.
Anoche se conoció además del arresto del suboficial de Carabineros Miguel Millacura, luego que un peritaje balístico a cargo de la Policía de Investigaciones de Chile dictaminó que la bala que mató a Manuel procedía de la ametralladora UZI del uniformado.
El agente policial confesó haber disparado dos veces en la zona capitalina donde murió Manuel, aunque persistió en la versión de que los disparos fueron al aire.
Otros cuatro funcionarios de la policía chilena fueron dados de baja de esa institución, supuestamente por encubrir a Millacura.
La víspera sacudió también el escenario sociopolítico el pedido de renuncia que le hizo el gobierno al general Sergio Gajardo, segundo jefe de Carabineros de la Zona Metropolitana, por descartar a priori una investigación en el cuerpo policial a raíz de la muerte de Manuel.
Para el abogado de la familia del joven baleado, "todas las personas, llámense vecinos, testigos, van en una sola dirección: que la bala asesina salió de un piquete de carabineros".
Por su parte el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Sergio Ojeda, estimó que la referida tragedia "es fruto del cheque en blanco que el gobierno dio a Carabineros para reprimir las manifestaciones ciudadanas".
"Con el nivel de represión y fuerza con que estaba actuando Carabineros, tarde o temprano íbamos a terminar con una situación trágica y lamentable como esta, y por lo tanto, el gobierno y el alto mando institucional tienen que dar explicaciones al país", expresó el parlamentario.
Fuente:Argenpress
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