30 de Septiembre de 2011
Lesa humanidad: la cita envenenada que acabó con Francisco "Paco" Urondo
Pachy Reynoso/MDZ
Pablo Salinas y Alfredo Guevara (h) representan a la querella de la causa.
Los abogados querellantes exigieron el cambio de la calificación legal de los imputados de homicidio simple a homicidio calificado, en el juicio por el asesinato del poeta y periodista Francisco "Paco" Urondo, perpetrado en junio de 1976.
por Horacio Yacante
Los abogados querellantes exigieron el cambio de la calificación legal de los imputados Celustiano Lucero, Juan Agustín Oyarzabal, Eduardo Smaha, Eduardo Fernández y Luis Alberto Rodríguez de modo que se abandone la carátula de homicidio simple a homicidio calificado en el juicio por el asesinato del poeta y periodista Francisco Paco Urondo, perpetrado en junio de 1976. Agregaron además que, de ahora en adelante, el D2 sea declarado y reconocido como una “organización criminal” que operó durante esos años oscuros.
Esta tarde se llevó a cabo en los Tribunales Federales ubicados en España 480 de Capital, la última instancia de los alegatos de los querellantes Pablo Gabriel Salinas y Alfredo Guevara por el asesinato de Paco Urondo. Esta causa está inscripta dentro de la serie de delitos de lesa humanidad, que se efectuaron durante la última dictadura en el centro de detenciones D2 dependiente –en ese entonces- de la Policía de Mendoza, en una época marcada por la violencia y la impunidad.
Con la presencia de Ángela Urondo -tercera hija del célebre escritor-, la audiencia se desarrolló con total normalidad durante alrededor de las dos horas y media que se prolongó, en la que tanto Salinas como Guevara dejaron bien en claro las circunstancias que rodearon el homicidio de Urondo, y la detención y desaparición de su mujer Alicia Raboy.
La cita envenenada
En un alegato que no dejó de lado ninguna precisión histórica, Pablo Salinas ilustró con detalles la figura de Urondo, que en la década de los setenta además de ser muy reconocido en las letras argentinas, había sido asignado por la agrupación Montoneros para hacerse cargo de la Regional Cuyo.
Paco había llegado a Mendoza en una época muy difícil para la militancia peronista, ya que los principales referentes de esa época habían sido aprehendidos o comenzaban a “desaparecer”.
El grupo del D2, que según los alegatos de la querella revestía todas las condiciones de una organización criminal, tuvo acceso -mediante la detención y tortura de uno de los activistas- a una información que sería vital para poder descabezar nuevamente a los dispersos y temerosos integrantes locales de Montoneros.
El dato suministrado por Aníbal Torres consistía en las referencias de una “cita de control para reconstituir la presencia local de la organización”, que se llevaría a cabo el día 17 de junio de 1976 en una vivienda de la calle Guillermo Molina de la localidad de Dorrego en Guaymallén.
Sin embargo, la fatalidad ya había caído sobre el grupo compuesto por Paco Urondo, Alicia Raboy (conocido como Lucía dentro de la organización), Ángela Urondo (hija de la pareja), Reneé La Turca Ahualli (que había llegado hace poco de Tucumán) y Torres, que a modo de señuelo iba vestido con una camisa que serviría de identificación para los ocupantes de un Peugeot 504, ocupado por cuatro integrantes del D2.
De ahí en más, una sucesión de velocidad, espanto y muerte que terminó con el asesinato Urondo a través de un culatazo asestado por Oyarzabal, y detención de su esposa e hija, y el escape de La Turca, en la fatal esquina de Tucumán y Remedios de Escalada.
El poeta Juan Gelman, quien compartía con Urondo no sólo el amor por la literatura, sino también el emperio de una causa, dijo que “en mayo de 1976 la Organización decide trasladar a Paco a Mendoza, lo que significó un error, ya que esta provincia desde 1975 era una sangría permanente; y el 17 de junio, en un contexto de derrota, Francisco cae como consecuencia de una cita envenenada.
Camino al desenlace
A continuación contamos con la palabra del abogado querellante Pablo Gabriel Salinas, que explica en qué estado se encuentra la causa y cuáles son las instancias que le siguen, hasta la formulación de la sentencia el jueves 6 de octubre y en la que se espera que se acepte el cambio de la calificación legal de homicidio simple a homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas con la finalidad de asegurar la impunidad.
Ángela Urondo, tercera hija del poeta asesinado, habla de las expectativas que tiene del juicio.
Fuente:MDZonline
Mendoza
“Espero cárcel común y prisión perpetua para los genocidas”
Lo pidió la hija del poeta Paco Urondo y de la periodista Alicia Raboy a horas del inicio de los alegatos en el juicio oral y público por el asesinato y desaparición de la pareja, en junio de 1976.
29-09-2011
Por Miguel García Urbani
La emboscada fue a las seis de la tarde, el 17 de junio de 1976. A esa hora, en esa época del año, en Mendoza es casi noche. Las calles del Guaymallén fueron escenario de la persecución que iniciaron los sicarios de la dictadura; la captura fue en Tucumán esquina Remedios de Escalada. El resultado de la acción para los represores fue óptimo: mataron a Francisco Paco Urondo –un poeta militante que representó lo mejor de su generación–, secuestraron a la esposa del intelectual, la periodista Alicia Cora Raboy, que aún permanece desaparecida, y se hicieron de una hermosa beba de 11 meses con la cabeza llena de rulos colorados, Ángela, quien 20 años después pudo saber que su apellido es Urondo y que sus padres no murieron en un accidente de auto como le contaron los familiares que la criaron.
“Yo apenas espero no convivir con los genocidas de vecinos, eso será un gran paso: espero cárcel común y prisión perpetua para los genocidas”, dice Ángela, esperanzada en el resultado de los juicios por crímenes de lesa humanidad, 35 años después de la tarde de junio en la que la vida y la muerte se barajaron frente a ella.
“Es una opción de desvictimización para todos los que sufrimos el terrorismo de Estado. Eso nos va a permitir colocarnos en un rol menos doloroso”. Ángela vivió 20 años sin saber quién era su padre. Le contaron, en cambio, quién era su madre, pero nada respecto de las circunstancias de la muerte ni de su militancia. “Me criaron personas que me contaron que mis padres habían muerto en un accidente de auto. Saber la verdad fue muy importante”.
Se enteró de la verdad en 1994, durante el menemismo, cuando se hablaba de reconciliación y se impulsaba la impunidad. “Por más buena onda que le pongas a la vida era muy difícil ‘reconciliarme’ porque ese pedido me obligaba a desconfiar del Estado y de la Justicia”.
A los 20 años Ángela se reencontró con su hermano y con su tía paterna, una de las personas que rescató de la Casa Cuna en Mendoza. “Pude ir reconstruyendo la historia y me comprometí con la justicia. Siento que estoy cumpliendo con mi compromiso, por mis padres y por mis hijos”.
Mendoza, su madre
“Cuando voy a Mendoza recuerdo mi infancia, cuando me decían que mis padres habían muerto en un accidente de auto allí. Yo pedía ir a visitarlos al cementerio y me decían que no porque era muy, muy pero muy lejos. Por eso cada vez que llego a Mendoza siento que llegué a la China”. Ángela Urondo tiene sensaciones encontradas con Mendoza: por un lado la angustia por la tragedia y también la sensación de estar visitando a su madre. “Más allá del vació y de la tristeza de que mamá esté desaparecida, de que no esté en ninguna parte, mamá está en todas partes en Mendoza. Desde que llego siento que la montaña es mi madre, que los viñedos son mi madre, que en el vino que cada uno se toma está presente mi madre”.
Fuente:DiarioUnoMendoza
29 de Septiembre
Derechos Humanos
Comenzaron los alegatos por la desaparición del poeta Paco Urondo
Querellantes del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos presentaron esta tarde los alegatos en la causa que se investiga por la desaparición y muerte del periodista, poeta y militante montonero Francisco `Paco´ Urondo, durante la última dictadura militar.
La causa Urondo es la última de un total de ocho que componen el juicio oral y público por delitos de lesa humanidad que se siguen en los tribunales federales de esta capital, en el que hay seis ex policías y militares imputados.
Según se informó hoy desde el tribunal, "terminada la etapa de alegatos, la semana que viene se dictaría la sentencia".
Los imputados son el ex jefe de Inteligencia del Ejército en Mendoza, Paulino Furió; el ex teniente Dardo Migno; el comisario general retirado Juan Agustín Oyarzábal; el comisario retirado Eduardo Smaha, junto a los policías Celustiano Lucero y Luis Alberto Rodríguez Vázquez.
A todos ellos el titular del Juzgado Federal 1 de Mendoza, Walter Bento, los responsabilizó por el homicidio de Urondo y la desaparición de él y su mujer Alicia Raboy, perpetradas el 17 de junio de 1976, en el departamento mendocino de Guaymallén.
Ese día el automóvil en que viajaban Urondo y su mujer fue emboscado en la esquina de Tucumán y Remedios de Escalada, en la localidad de Dorrego, en Guaymallén, cuando fueron interceptados por móviles policiales que los tirotearon y capturaron.
Francisco Urondo nació en Santa Fe en 1930 y fue poeta, periodista, académico y militante político, que se trasladó luego a esta provincia.
Los seis imputados son los que quedaron en el juicio oral, luego de la separación del ex comisario Armando Fernández, el ex coronel Tamer Yapur y el general (r) Mario Lépori, por razones de salud; y el fallecimiento del general (r) Juan Pablo Saá.
Esta tarde fue el turno de los querellantes del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Pablo Salinas y Alfredo Guevara hijo, quienes detallaron cada uno de los testimonios que desfilaron por el juicio oral, y dieron detalles de la desaparición del periodista.
El Tribunal está compuesto por Juan Antonio González Macías, Héctor Cortez, y Alejandro Piña.
Fuente:Telam
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