Un bebé aislado y sin nombre
Una enfermera contó que hubo un bebé internado como NN y aislado del resto en la sala de neonatología del Instituto Privado de Pediatría. Se presume que sería el mellizo varón de Raquel Negro y por cual se juzga a seis represores.
Por Juan Cruz Varela
Desde Paraná
Juan Daniel Amelong, mirando al piso, era uno de los agentes de inteligencia.Imagen: Sergio Ruiz
Cierta conmoción causó en la sala de audiencias el testimonio de una enfermera del Instituto Privado de Pediatría. No tanto por la contundencia ni por la sensación que dejó en el ambiente de que tal vez guardara para sí algún dato, sino por lo sorpresivo del testimonio. Ciertamente, nadie lo esperaba; y entonces obligó a reorientar algunas estrategias en el juicio contra seis represores por robo de bebés. "Me parece que había un niño proveniente del Hospital Militar, pero estuvo poco tiempo, tal vez un día y medio o dos; lo tenían separado, estaba aislado en otro sector de la sala de neonatología, en una incubadora de emergencia que se utilizaba para chicos en riesgo; eso me quedó grabado", dijo Imelda Princic. Fue toda una novedad lo que contó la enfermera que trabajó solo unos meses en el Instituto Privado de Pediatría (IPP). "El que le daba atención era el doctor (Miguel Alberto) Torrealday", dijo al tribunal, aludiendo a uno de los dueños de la institución y actual asesor del Ministerio de Salud de Entre Ríos, que declaró dos veces la semana pasada en este juicio. Además, un militar retirado afirmó que mujeres detenidas eran trasladadas a Paraná a tener familia y luego desaparecían y sus hijos tenían "destino desconocido".
La enfermera volvió a poner de relieve el rol que desempeñó uno de los propietarios del instituto privado al que fueron derivados los hijos mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, nacidos durante el cautiverio de su madre en el Hospital Militar de Paraná en marzo de 1978.
La sala de neonatología del IPP estaba dividida en dos espacios, uno para incubadoras y otro para cunas, pero también tenía un codo en el que había una incubadora sin caparazón, separada del resto, cerca de la sala de enfermeras, donde se ubicaba a chicos "con alguna situación especial o de mayor gravedad", según dijo. Lo que llamó la atención a esta mujer es que "este nene estaba bien, normal", pero también el hecho de que en la tarjeta de identificación que tenían la incubadoras ésta decía NN.
El chico provenía, según dijo, del Hospital Militar, pero no recuerda que le hubieran comentado que se tratara del hijo de una "guerrillera" o "extremista", como refiriera otra enfermera, y tampoco que alguien fuera a visitarlo mientras duró su estadía en la sala de neonatología. Sin embargo, cuando preguntó al médico por qué la tarjeta decía NN, Torrealday "primero no quiso contestar y después dijo que la familia estaba viendo qué hacer con el bebé". Luego de varias repreguntas, y con ciertas dudas, terminó por manifestar que el médico le refirió que "los familiares del chico no sabían si le pondrían el apellido del padre o de la madre", aunque ella misma consideró que "fue una respuesta medio confusa con la que me quiso conformar". Y acotó: "En esa época no se podía preguntar y si alguien preguntaba, los médicos no contestaban".
Más tarde declaró un militar retirado que se desempeñaba en el predio donde funcionaban los batallones de comunicaciones e ingenieros -allí estaba el centro clandestino de detención más importante de la provincia de Entre Ríos- y también el Hospital Militar. Joe Erbetta, que hacía guardia en la barrera de ingreso, contó que cada persona que ingresaba quedaba registrada en una planilla y apuntó que "en los primeros años ingresaban muchos agentes de inteligencia, pertenecientes a lo que en esa época se llamaban grupos de tareas. Llegaban desde Rosario, Santa Fe y Paraná y, por lo general, estaban vestidos de civil". A pedido de los fiscales, se paró frente a los seis represores imputados y reconoció a Juan Daniel Amelong como uno de ellos.
Erbetta dijo además que el coronel Ulises Schort, que era jefe de distrito militar, le contó sobre la presencia de mujeres que eran trasladadas desde otros centros clandestinos de detención a dar a luz en Paraná. "Entraban mujeres embarazadas a parir en el Hospital Militar", dijo sin poder precisar cuántas ni con qué frecuencia. "Schort tenía reuniones permanentes con Trimarco y después me comentaba que estaban pasando cosas raras, que ingresaban mujeres a tener familia y que luego las mujeres desaparecían y los hijos tenían destino desconocido. Incluso en ese momento se mencionó mucho un parto de mellizos". Pero no pudo dar más datos.
El militar tiene un hermano que fue secuestrado el 16 de agosto de 1976 y permanece desaparecido. El 10 de septiembre, menos de un mes después, fue convocado a la oficina del general Juan Carlos Trimarco, entonces el jefe de la represión en Entre Ríos, quien lo amenazó apuntándole con un arma para que no busque más a su hermano; y a partir de ese momento tuvo limitados sus movimientos dentro del predio.
Ayer declaró también el periodista Carlos Del Frade, quien dio cuenta de los encuentros y entrevistas que tuvo con Eduardo Costanzo, el ex agente de inteligencia e integrante de la patota rosarina que rompió el pacto de silencio militar.
Fuente:Rosario12
14/09/2011
Juicios por robo de bebés
Carlos Del Frade declaró en Paraná
Del Frade: "Costanzo me contó detalles precisos del parto".
El periodista rosarino narró las entrevistas que mantuvo con el ex agente de inteligencia Eduardo Costanzo, que fue quien brindó los datos del traslado de la detenida-desaparecida Raquel Negro, de la Quinta de Funes al hospital militar de Paraná.
En esos encuentros, el represor le dijo a Del Frade que creía que el varón de los mellizos había muerto durante el parto, luego de enredarse en el cordón umbilical.
Cuando se le preguntó la razón por la cual el represor brindó los datos, dijo que creía "que se terminaba la impunidad de la cual gozaba en ese momento. Tenía una gran necesidad de blanquearse él y blanquear responsabilidades", remarcó.
Este miércoles también estaba citado a declarar en la causa el diputado nacional (MC) Miguel Bonasso, pero debido a otros compromisos no pudo viajar y pidió declarar por escrito.
El tribunal decidió arbitrar las medidas para facilitar que Bonasso declare mediante una teleconferencia el viernes próximo, junto con la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, quien se encuentra fuera del país.
Militar confirmó partos clandestinos
El militar retirado Joe Víctor Erbetta, reveló que en el distrito militar de Paraná eran ingresadas detenidas políticas que luego eran derivadas a centros clandestinos de detención.
En la décima jornada del juicio que investiga el funcionamiento de una maternidad clandestina en el hospital militar local, Erbeta dijo que desde 1973 hasta 1982 se desempeñó en el Distrito militar Entre Ríos, situado en la zona sur de Paraná.
El militar testificó que tiene un hermano desaparecido, que fue secuestrado en 1976 de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica Argentina (UCA) por efectivos de la Policía Federal.
"El 10 de septiembre de 1976 (el comandante de la 2da.Brigada de Caballería Blindada, Juan Carlos) Trimarco me llamó a su despacho y me dijo que no busque más a mi hermano porque era un subversivo y me amenazó con un arma apuntándome a la cabeza", relató el ex militar ante el tribunal oral de Paraná.
Recordó que también le prohibieron dirigirse a otros lugares del distrito y que sólo estaba autorizado a permanecer en su oficina.
Comentó que en ese lugar se realizaban "reuniones semanales con los jefes, en las que se comentaban temas vinculados con las detenciones, a las que asistía el director del hospital militar".
Erbetta reconoció que hasta el lugar "personas que se identificaban como personal de inteligencia de Rosario, Santa Fe y Paraná, traían mujeres desde otros centros clandestinos de detención".
También reveló que en 1979 "empezó a decaer ese ingreso, porque se decía que ingresaban por atrás del Ejército, de sur a norte".
Cuando se le preguntó a qué lugar trasladaban a esas personas, Erbetta respondió que iban "a la sala de comunicaciones y a la Escuelita, donde había personas detenidas por temas políticos, y otras al hospital militar".
Fuente: Télam
Fuente:RedaccionRosario
Un testigo aportó más datos sobre la maternidad clandestina del Hospital Militar
El hermano de un militante desaparecido habló sobre la internación de detenidas embarazadas para dar a luz. Además una enfermera del IPP dijo que vio a un bebé NN derivado del nosocomio, al que atendió Torrealday. Del Frade contó que Costanzo le dijo que Fariña se había llevado a la hija mujer de Raquel Negro.
El relato de Del Frade involucró a Fariña con el robo de bebés.
Fuente: UNO/Juan Ignacio Pereira
En la décima jornada de debate del juicio oral y público por robo de bebés durante la dictadura se escucharon tres testimonios de peso: el del hermano del desaparecido Victorio Erbetta y militar retirado, que dio cuenta de la internación de embarazadas detenidas para dar a luz en el Hospital Militar de Paraná, lo que refuerza la hipótesis del funcionamiento de una maternidad clandestina; el de una enfermera del Instituto Privado de Pediatría (IPP) que declaró haber atendido a un bebé NN proveniente del nosocomio castrense al que atendía el médico Miguel Torrealday; y el del periodista rosarino Carlos Del Frade, quien aseguró que, durante una entrevista, el represor Eduardo Costanzo le dijo que el imputado Jorge Fariña se había llevado a la hija mujer de Raquel Negro después del parto.
Por el robo de los mellizos de Negro –nacidos en el Hospital Militar entre febrero y marzo de 1978– y la sustitución de sus identidades, el Tribunal Oral Federal de Paraná juzga a seis represores: Fariña, Pascual Guerrieri, Juan Daniel Amelong, Marino Héctor González, Walter Salvador Pagano y Juan Antonio Zaccaría.
Joe Erbetta declaró que quien era su jefe en el Distrito Militar Entre Ríos, Ulises Chort, le reveló sobre le traslado de detenidas al hospital para dar a luz. “Hizo referencia a que las mujeres desaparecían y los hijos tenían un destino desconocido”, agregó. Incluso señaló que “se mencionó mucho un parto de mellizos en ese momento”, en probable alusión a los hijos de Negro.
Erbetta también dijo que cuando realizaba guardias en el ingreso a los cuarteles constató la entrada de hombres que pertenecían a los grupos de tareas, que se dirigían a los centros clandestinos de detención del Batallón de Comunicaciones y de La Escuelita, donde se vienen realizando excavaciones en busca de restos de desaparecidos.
Torrealday y los NN
Una enfermera de Neonatología del Instituto Privado de Pediatría, que también declaró en esta décima jornada, admitió la internación de un bebé como NN en la sala de Neonatología, proveniente del Hospital Militar, en 1978. Dijo que estaba bien bien de salud, aunque estaba “aislado” en una incubadora reservada para casos especiales.
El relato de la mujer involucró al médico socio del IPP Miguel Torrealday. En primer lugar porque dijo que él era su jefe en Neonatología. En segundo lugar, porque dijo que fue el profesional que atendió a aquel bebé y le dio una respuesta confusa sobre el motivo por el cual estaba el niño internado como NN.
“Me dijo que estaba la familia viendo lo que hacían con el niñito. No sabía bien el apellido, si iba a llevar el apellido de la mamá o del papá. Y el nombre todavía no lo habían confirmado”, trató de explicar la enfermera. Luego agregó: “Fue algo medio confuso, como que me quiso conformar y bueno, me dijo... Como queriendo decir eso”.
“Después no se le puso nombre a ese chico. No sé quién lo llevó ni cuando”, añadió. Según le dijeron sus compañeras de trabajo “se fue de alta”.
“Fariña se llevó a la nena”
Carlos del Frade brindó un testimonio basado en las revelaciones que le hiciera Costanzo –miembro de uno de los grupos de tareas rosarinos– acerca del parto de Raquel Negro. Durante entrevistas periodísticas, el ex servicio de inteligencia que es testigo en la causa le contó que la detenida había tenido mellizos en Paraná, un varón y una mujer, y que el varón murió en el parto por estrangulamiento con el cordón umbilical. Esto se lo dijo Costanzo durante las entrevistas realizadas en la década del 90, cuando sólo se sabía que Raquel había sido traída a la capital entrerriana para el parto –por el libro de Miguel Bonasso, “Recuerdo de la muerte”– pero no se sabía nada sobre los niños. También Costanzo le dijo que “Fariña se la llevó” a la bebé mujer.
Asimismo, Del Frade dijo que entrevistó en dos ocasiones a Amelong en Rosario y en ninguna de las dos oportunidades el imputado quiso hablar sobre el caso de los hijos de Negro.
Fuente:DiarioUno
Carlos Del Frade: “Costanzo estaba dolido porque lo dejaron afuera de muchos negocios”
El periodista dio hoy testimonio en el marco del juicio por la causa Hospital Militar, en el que se investiga el robo de bebés en Paraná durante la última dictadura cívico militar. Del Frade señaló que cree que el represor Eduardo Costanzo declarará. “Él tiene la necesidad de hablar”, dijo.
DEl Frade declara hoy. Su colega, Miguel Bionasso, declarará el 22 de septiembre.
El periodista Carlos Del Frade, declaró hoy en el marco del juicio por la causa Hospital Militar, en el que se investiga el robo de bebés y la existencia de una maternidad clandestina en Paraná. Por su parte, el periodista Miguel Bonasso también estaba citado para declarar hoy, pero posiblemente lo haga por videoconferencia el 22 de setiembre, junto con la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
Antes de ingresar a la sala del Tribunal Oral Federal de Paraná, Del Frade hizo declaraciones a UNO y otros medios de prensa, e indicó que su citación como testigo tiene que ver con una serie de entrevistas que le hizo al represor Eduardo Costanzo, después de la dictadura.
“La verdad es que (hablar con los represores) fue algo muy especial, porque estaban todos libres, y la cuestión no era tan sencilla. Fue interesante separar la paja del trigo en lo que decían e ir armando el rompecabezas que siempre supone la investigación periodística”, dijo.
Consultado sobre si cree que que Costanzo -quien también está citado como testigo- va a declarar en el juicio, Del Frade señaló: “Creo que no va a tener ningún problema en declarar porque tiene la necesidad de hablar, de separar las aguas, ya que él está convencido de que no tiene una relación tan directa con estos hechos como sí la tienen Amelong, Guerrieri y Fariña. Es difícil creerle, pero lo cierto es que está diciendo eso y está aportando muchos datos; y esos datos hay que investigarlos”.
Cabe recordar que en la etapa de instrucción, Eduardo Costanzo había declarado que los militares Juan Amelong y Walter Pagano fueron quienes abandonaron a Sabrina Guillino -uno de los dos bebés de la detenida desaparecida Raquel Negro y recuperada en 2008- en un convento de Rosario. Se espera que declare el miércoles 21.
“Costanzo sentía que se daba cuenta de que se terminaba la impunidad, aunque en ese momento estaba todavía la Ley de Obediencia Debida y Punto Final. Cuando yo lo entrevisté, él estaba trabajando como remisero y en el corretaje de verduras que traía de su provincia, Tucumán. Estaba muy dolido porque lo habían dejado afuera de muchos negocios. Decía que (Jorge) Fariña había hecho mucha plata con el tema de la seguridad privada en Rosario y a mí me daba la sensación que eso era lo que más le molestaba. Con el paso del tiempo, todo lo que decía Costanzo más o menos se fue comprobando. Es un testigo muy interesante a la hora de dilucidar lo que pasó”, destacó Del Frade.
Por otra parte, añadió que “así como hay médicos del Hospital Militar, hay médicos de la Policía de las seis provincias que componían el Segundo Cuerpo del Ejército -Santa Fe, Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes y Entre Ríos- que ahora están trabajando en el ámbito civil, se han reciclado. No digo que sean responsables, pero sí deben conocer cosas y por lo menos hay que tomarles una declaración testimonial. Hay muchos civiles vinculados a esto, sino no se explica la permanencia durante siete años de la dictadura”.
Consultado sobre los posibles motivos por los que algunos testigos de la causa adujeron no recordar lo sucedido en torno al robo de bebés en el nosocomio castrense, Del Frade explicó que “hay dos cuestiones por las que todos dicen no recordar lo que pasó: primero, el miedo a perder la libertad, y segundo, el miedo a que se descubran los vínculos económicos que se movieron en la dictadura. Tanto militares, como la Policía y otras fuerzas armadas eran títeres macabros. El tema grande son los titiriteros, delincuentes de guante blanco, el poder económico de cada provincia, que es el mismo que permanece en la actualidad. Si estos muchachos hablan, va a empezar a verse la responsabilidad de los que están hoy en el poder económico de cada provincia de lo que fuera el Segundo Cuerpo del Ejército”.
En la causa están imputados los ex militares Juan Amelong, Marino González, Walter Pagano, Pascual Guerrieri y Jorge Alberto Fariña; y el médico anestesista Juan Antonio Zaccaría.
Fuente:DiarioUno
15/09/2011
El juicio se desarrolla ante el Tribunal Oral Federal
Este jueves declarará el padre adoptivo de Sabrina, en la Causa Hospital Militar
Ayer, Del Frade aportó datos sobre el nacimiento de los mellizos de Negro.
En la undécima audiencia del juicio por el funcionamiento de una maternidad clandestina en el Hospital Militar, se presentarán nuevas testimoniales, entre ellas, la de Raúl Gullino, padre adoptivo de Sabrina. Ayer, los deponentes confirmaron que Raquel Negro dio a luz en la capital entrerriana y que los bebés fueron trasladados al Instituto Privado de Pediatría (IPP). En ese marco, el periodista Carlos Del Frade se refirió a las conversaciones que mantuvo con Eduardo Tucu Constanzo. “Hablamos de los mellizos nacidos en Paraná y que a Negro la habían sacado de la Quinta de Funes para parir”, relató. A su vez, remarcó que el represor “hizo especial hincapié en las figuras de (Pascual) Guerrieri, (Juan) Amelong y (Jorge) Fariña, como los principales responsables” de los hechos. Además, declararon dos ex enfermeras del IPP, una de las cuales recordó la internación de un bebé ingresado como NN, que estaba “al cuidado” de Miguel Torrealday. En tanto, el militar retirado Joe Víctor Manuel Erbetta manifestó que el entonces teniente coronel Ulises Chort le comentó que en el nosocomio castrense “se atendían a quienes ingresaban embarazadas” a los centros clandestinos de detención. Por su parte, el autor del libro Recuerdo de la muerte, Miguel Bonasso, no pudo trasladarse a declarar, por lo que en su función de legislador podría comparecer por escrito o bien mediante teleconferencia.
Por Betiana Spadillero Gaioli
Según se informó, el periodista Reynaldo Sietecase -quien entrevistó a algunos de los represores imputados- requirió presentarse este viernes en lugar del jueves, ante complicaciones laborales. Además, el testimonio de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, se concretará la próxima semana debido a “problemas de salud” de la militante por los derechos humanos. Mientras que Eduardo Rossi -uno de los cuatro dueños del IPP- y Constanzo están citados para el 21 de septiembre.
En el debate por delitos de lesa humanidad están imputados Juan Antonio Zaccaría, y los ex integrantes del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario Pascual Guerrieri, Juan Amelong, Jorge Fariña, Héctor González y Walter Pagano.
Del Frade: “Con Constanzo hablamos de los mellizos nacidos en Paraná”
“He realizado entrevistas a Constanzo, sin grabación de por medio, y he hablado en tres o cuatro oportunidades con él sobre el tema de Raquel Negro. Las primeras fueron en 1997 y los otras en 1998, los contactos informales se dieron a posteriori”, puntualizó Del Frade.
En seguida, acotó: “Hay una que recuerdo especialmente, porque la escribí en el libro Matar para robar, luchar para vivir, de 2004, y también en el libro El Rosario de Galtieri y de Feced, de 2000. Esa entrevista fue en la casa de Constanzo, en Rosario, muy cerca de la Casita de los ciegos, que fue un hecho de secuestro y usurpación de personas”.
“En esa oportunidad me ratificaba lo que había pasado en la Quinta de Funes. Constanzo hizo especial hincapié en las figuras de Guerrieri, Amelong y especialmente Fariña, como los principales responsables de lo que sucedió en la Quinta y en la Intermedia. Allí hablamos de los mellizos nacidos en Paraná y que a Negro la habían sacado para parir. Me habló de una nena y un nene, pero él había creído que uno de ellos había nacido muerto, estrangulado por el cordón umbilical”, prosiguió. Y destacó que no le “consignó el lugar preciso del nacimiento de los mellizos”.
Asimismo, indicó que el represor le comentó que “Fariña había hecho mucho dinero con una empresa de seguridad”. Y contó que en un encuentro le entregó una carta documento que estaba dirigida al entonces vicegobernador de Tucumán Raúl Topa, “diciéndole que tenía las manos manchadas de sangre por defender la Patria y que necesitaban plata”. Según el periodista, la intención de Constanzo era que tenga repercusión nacional.
“Después de la publicación de ese documento en Página/12 nos encontramos en la calle, en Rosario, él para el auto, se baja y me dice ‘te voy a cortar los huevos por lo que me hiciste’. Luego subió al auto con la promesa de que iban a seguir las charlas”.
Consultado por el defensor Oficial, Mario Franchi, sobre la motivación del represor para relatar los hechos, observó: “Creo que se veía venir que se terminaba la impunidad de la cual gozaba en ese momento. Tenía una gran necesidad de blanquearse él y blanquear responsabilidades”. En esa línea, recordó que fue asesor del ex senador Luis Rubeo y “tras quedar cesante empezó a buscar formas de sustento”.
En cuanto a la integración del Grupo de Tareas (GT), refirió a Fariña, Amelong, Constanzo, entre otros. “Ese grupo, con el tiempo, lo que percibí, es que formaba parte del Segundo Cuerpo del Ejército y que dependía de Córdoba y Moreno”, señaló.
Sobre Fariña, añadió que “tuvo mucha relación con Agustín Feced, pero eso tiene que ver con una cuestión fortuita que se va cruzando a medida que avanza la investigación”. Al respecto, explicó: “Lo que empezamos con Bonasso tenía que ver con algo que empezó antes de 1976 y que tenía que ver con la historia argentina. Yo quería que me dijese el destino de los cuerpos de los desaparecidos y de los bebés secuestrados, y todavía tengo los mismos objetivos”.
“Las mujeres desaparecían y los hijos tenían destino desconocido”, afirmó Erbetta
Pasado el mediodía declaró Joe Víctor Manuel Erbetta. “Ingresé al Ejército en 1963. Desde 1973 al 1982 presté funciones en el Distrito Militar Entre Ríos”, indicó el testigo, quien reafirmó estar al tanto de la existencia de detenidos políticos durante la última dictadura. De hecho, mencionó los centros clandestinos La Escuelita y el Escuadrón Comunicaciones.
Asimismo, apuntó: “Tengo un hermano desaparecido, detenido cuando era estudiante de Ingeniería en la Universidad Católica de Paraná”, en referencia a Victorio Coco Erbetta, secuestrado frente a la Facultad de Ciencias Económicas de la capital provincial el 16 de agosto de 1976.
Al respecto, contó que el 10 de septiembre del ’76 Juan Carlos Ricardo Trimarco, entonces comandante de la Brigada de Caballería Blindada II de Paraná, lo llamó a su despacho: “Me dijo que deje de buscar a mi hermano e indague sobre por qué fue detenido. Me hace saber que era un subversivo y me amenaza con un arma, apuntándome en la cabeza. Cuando regreso al distrito militar me llama Chort y me dice que todo movimiento que hiciera tenía que ser bajo su conocimiento”, relató.
Ante la pregunta del abogado querellante Álvaro Piérola sobre si tomó conocimiento de detenidos que eran atendidos por cuestiones de salud, refirió que Chort le comentó que “se atendía en el Hospital Militar a las mujeres que ingresaban embarazadas”
“Chort tenía reuniones semanales en la Brigada con el general (Trimarco), a los efectos de recibir órdenes o transmitir novedades. En esos momentos se comentaban estos temas de detenciones. Como teníamos una relación cercana, me contaba que estaban pasando cosas muy raras, que entraban mujeres al hospital a tener familiar”, acotó.
Sobre el destino de las parturientas, asentó: “Las mujeres desaparecían y los hijos tenían destino desconocido”. Respecto al parto de mellizos expresó que el hecho “se mencionó”, pero sostuvo que “no disponía de los nombres en ese momento”.
“Eran traídas desde centros clandestinos de detención, porque era un hospital de evacuación, que cubría un zona importante del Litoral”, se explayó. A su vez, resaltó que mientras hacía guardia en la barrera “ingresaba mucho personal de Inteligencia de Rosario, Santa Fe y Paraná, por lo general de civil, eran de Grupos de Tareas”.
La causa
La investigación tuvo su inicio en la denuncia realizada el 18 de mayo de 2005 por el entonces coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano. En la presentación hizo referencia a dos clases de hechos: la internación de mujeres en estado de gravidez en el Hospital Militar de Paraná, quienes se hallaban privadas ilegítimamente de su libertad; y el asesinato y entierro clandestinos de personas en el Escuadrón Comunicaciones
En ese contexto, se investiga la apropiación de los hijos de Negro, quien fue detenida ilegalmente al igual que su pareja Edgar Tulio Valenzuela y su hijo menor Sebastián Álvarez, el 2 de enero de 1978 en Mar del Plata. La mujer fue trasladada desde la Quinta de Funes en Rosario hasta el nosocomio castrense, donde dio a luz a los mellizos.
Foto: El Diario
Fuente:AnalisisDigital


















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