Por Arte por Libertad
Thursday, Oct. 13, 2011
Bicicletada por la memoria y contra la impunidad
...Yanina tenia 18 años y salió a buscar a su hijita de dos años entre los tiros y los gases de la represión policial ordenada por Reutemann contra los pobres más pobres. Yanina salvó la vida de su hija. Pero la mamá de Yanina, Lila, enterró a su hija de 18 años que quería seguir viviendo, y como cada vez que una madre ve morir a su hija ni el abrazo de todas las hormigas juntas puede con ese dolor de mamáhormiga.
La mamá de Yanina anda hormigueando en un centro comunitario, colaborando con sus manos, homenajeando a Yanina cada vez que le vienen las fuerzas para salir de su casa. Y eso es todo los días. La hija de Yanina la sigue esperando....
Este domingo 9 de Octubre las hormigas se juntaron otra vez en la puerta del Tribunal Provincial, juntas como siempre como van las hormigas, para ir a buscar a esa mamáhormiga, y así es como comienza el ritual con cada bicicletada. Un pincel, un mate y bicicletas. Se juntan y dejan su huella en el piso ahí para que se acuerden del diciembre que se llevó a Yanina, Rubén, Graciela, Ricardo, Walter, Marcelo, Juan, Graciela, Pocho; como pasa siempre que uno deja una marca de algo que molesta, hay gente que no le gusta, suele suceder que casi siempre son los mismos, esos que se visten de azul y dicen que te van a cuidar pero son los mismos que se llevaron a cada uno de los compañeros, los mismos que con el gatillo fácil, se llevan a nuestros pibes. Pero no importa, las hormigas son así cuando se las molesta, se juntan y todas siguen con su objetivo.
Con la foto como recuerdo arrancó la bicleteada hasta ese lugar que vio a Yanina por ultima vez sonreír con toda esa sonrisa que tiene una piba de 18 años que parece que recién arranca a la vida, pero que ya había recorrido tanto que hasta el día de hoy uno pasa y pregunta por ella y siempre hay una sonrisa, un recuerdo bello de ella.
Llegamos a la plaza para pintar para dejarle ahí a Lila, al barrio, un motivo más para no olvidar a Yanina.
Entre mates , pinceles, nos acordamos de Yanina, de sus amigas, de su cabello largo, hermoso; de esas salsas de tomate para unos fideos, que siempre se compartían, de sus técnicas para preparar la leche, nos acordamos de ella. Y ahí en ese lugar, con Lila, en sus ojos y las anécdotas, ella estuvo ahí, se la sentía...
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