Otra vez, en el lugar de los hechos
El tribunal de La Plata que juzga al primer grupo de 26 represores del circuito Camps inspeccionó ayer la casa Mariani-Teruggi, de la que secuestraron en noviembre de 1976 a Clara Anahí Mariani, de tres meses de edad, después de asesinar a su madre y a otros cuatro militantes. La abuela de la beba, María Isabel Chorobick de Mariani, apoyada en su bastón blanco, recibió a los jueces, querellantes y defensores en el umbral de la vivienda de calle 30 entre 55 y 56, que fue declarada “Sitio de memoria del terrorismo de Estado” y apuntalada por especialistas en técnicas de restauración, una tarea concluida el año pasado.
Chicha Mariani volvió a relatar los hechos del 24 de noviembre de 1976, cuando una patota de doscientos militares y policías atacó durante horas la casa de su hijo Daniel Mariani, donde funcionaba una imprenta de la revista Evita Montonera. “Durante cuatro horas escuché los tiros y lo que pensaba era que seguro Diana (Teruggi, su nuera) no podría llegar a mi casa. Mi sufrimiento era ése, jamás imaginé que Diana estaba acá adentro luchando por su vida”, relató Mariani, fundadora y primera presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. La casa fue atacada con ametralladoras, morteros y explosivos, y aún exhibe cientos de impactos de bala y un enorme boquete provocado por un proyectil de tanqueta que atravesó también una pared interior.
Con voz suave pero firme, Chicha Mariani recorrió las distintas habitaciones repasando los hechos, describió dónde se apostaron los represores y desde dónde se defendieron los militantes. “Porfirio resistió en este dormitorio (...). Bozzio estaba en el tanque de agua, en el techo”, explicó. Durante el asalto a la casa, que incluyó tanques y helicópteros, fueron asesinados Diana Teruggi, Juan Carlos Peiris, Daniel Mendiburu Elicabe, Roberto Porfirio y Alberto Bossio. Daniel Mariani no estaba en el momento del ataque, y fue asesinado en agosto de 1977.
“La inspección me pareció muy exhaustiva, con muchas preguntas”, dijo Mariani después del procedimiento, sin ocultar el dolor que le produce “revivir el horror” del ataque, tarea que “antes soportaba mejor”, admitió. “La inspección sirvió para demostrar que Clara Anahí fue protegida en la bañadera y salió viva de la casa. Etchecolatz miente, como mintió cuando habló de casamatas con troneras por las que asomaban caños de fusiles y como mintió (el represor Ramón) Camps”, agregó. El condenado Etchecolatz condicionó su participación en la inspección a la presencia de un perito en balística, pero el tribunal desestimó repetir el peritaje.
Fuente:Pagina12
Juicio Circuito Camps
Se derrumba la versión de que Clara Anahí murió calcinada
Una inspección ocular en la casa de calle 30 contradice los dichos de Etchecolatz
09.11.2011
La inspección ocular realizada ayer en la casa de calle 30, entre 55 y 56, donde fueron asesinados cinco personas y robada la beba de tres meses Clara Anahí, quien continúa desaparecida, fue concluyente en cuanto a que no hay rastros de fuego. Eso desmiente la versión de los imputados, quienes aseguraron que la menor murió carbonizada en el ataque. También contradijo los dichos del jefe de Inteligencia de la Bonaerense durante la dictadura, Miguel Etchecolatz, respecto de que el bazucazo que puso fin a toda resistencia en el interior de la vivienda había sido disparado desde el techo de la misma. Así lo explicaron los abogados querellantes, quienes participaron de la recorrida que fue dispuesta por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 como parte del juicio por el Circuito Camps en el que se juzga por crímenes de lesa humanidad a 26 acusados. De la visita también participaron los jueces y los defensores, pero evitaron hablar con la prensa: los primeros para no dar lugar a interpretaciones y los segundos, porque se reservaron sus conclusiones para emitirlas en la audiencia del lunes. María Isabel Chorobik de Mariani, “Chicha”, cargó contra Etchecolatz.
“El otro día Miguel Etchecolatz dijo en el juicio que desde arriba de la casa habían tirado un bazucazo y eso es una mentira más entre otras tantas”, dijo la abogada de María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, Verónica Bogliano, al finalizar la inspección ocular en la casa de calle 30 nº 1136, donde fueron asesinados Diana Teruggi, Daniel Mendiburu Eliçabe, Roberto César Porfidio, Juan Carlos Peiris y Alberto Oscar Bossio.
El martes anterior, el ex comisario había asegurado que durante el ataque estuvo en el techo de la casa “a dos metros de quien disparó la bazuca”. Sin embargo, la inspección evidenció lo que las pericias ya habían dicho que el proyectil de la bazuca ingresó por el frente de la casa.
La inspección comenzó a las 12.30 y fue Chicha junto a los arquitectos que trabajaron en la conservación de la vivienda quienes guiaron a los jueces Carlos Rozanski, Mario Portela y Roberto Falcone, al fiscal Hernán Schapiro y las partes, por esa vivienda devastada por las balas de la Policía, el Ejército y la Marina el 24 de noviembre de 1976.
“La inspección fue concluyente en cuanto a que no hay rastros de fuego”, explicó el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos de Nación, Inti Pérez Aznar, al concluir la inspección. Además, detalló que “no hay evidencia que corrobore los dichos de Norberto Cozzani y Etchecolatz en cuando a que haya habido fuego que pueda haber matado a todas las personas que estaban dentro de la casa”.
El dato no es menor: los dos policías imputados sostuvieron en el juicio que la beba murió carbonizada. “Es una evidencia más para demostrar que Clara Anahí está con vida. Chicha mostró la bañadera que está intacta. Y la versión más fuerte es que la niña fue resguardada en esa bañadera y tapada con mantas y que por eso sobrevivió”, subrayó Pérez Aznar.
“La inspección sirvió para demostrar que Clara Anahí fue protegida en la bañadera y salió viva de la casa. Etchecolatz miente, como mintió cuando habló de casamatas con troneras por las que asomaban caños de fusiles y como mintió (el represor Ramón) Camps”, agregó la abuela que busca a su nieta hace 35 años.
INSPECCIÓN. “Desde que comenzó el juicio se estuvieron tomando declaraciones vinculadas a hechos ocurridos en esta vivienda. La idea de que venga el tribunal con las partes es poder ver el lugar y luego evaluar si coincide con lo que se va produciendo en el juicio”, fundamentó el presidente del tribunal, Carlos Rozanski, antes de la inspección.
En total, la recorrida duró una hora en la que Chicha fue contando todo. Comenzaron por el jardín del frente, donde un panel de vidrio resguarda la ventana por donde ingresó el proyectil de la bazuca.
“Subieron por acá”, dijo la abuela de Clara Anahí señalando el techo del garaje. Y explicó: “Ahí lo mataron a (el policía) Scorsa”.
La visita continuó por el garaje donde permanece acribillada la citroneta del matrimonio Mariani Teruggi; siguió por el dormitorio, luego por la cocina y el baño. Luego siguió por el patio y el fondo del terreno donde estaba la imprenta y el galpón de los conejos, donde los arquitectos explicaron que las paredes desmoronadas habían caído vencidas por el tiempo y no por cañonazos.
La recorrida finalizó en el techo, sobre el que se construyó una cúpula de vidrio y metal con pasarelas para resguardar y poner en valor el lugar, lo que permitió recorrer uno de los lugares donde se produjo gran parte del ataque. “Desde el techo se pudo apreciar que hay un montón de balas en la zona del tanque de agua, lo que denota que había una persona a la que mataron, que según distintos relatos era Alberto Bossio”, detalló la Bogliano.
Saqueo
“Se llevaron hasta los caños”, contó Chicha a los jueces en la casa, que tras el ataque fue saqueada.
Audiolibro
El libro parlante titulado “Chicha. La Fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo”, del periodista Juan Martín Ramos Padilla se presentará el viernes a las 14 en la Facultad de Periodismo.
Fuente:Diagonales
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