28 AÑOS DE LIBERTAD.
El 3 de Diciembre he cumplido, con mucha satisfacción, 28 años de volver a la Vida, faltando tan solo una semana para recuperar como Nación la democracia , el 10 de Diciembre de 1983, saliendo por fin así de la oscuridad de la dictadura cívico militar que tanto dañó al pueblo argentino.Hoy ante la inminencia del inicio de un nuevo período presidencial en democracia, relaciono íntimamente ambas fechas y expreso mis vivencias y pensamiento sobre aquellos momentos.
Esas dos fechas me quedaron íntimamente grabadas y nunca podré olvidar cosas de aquellos momentos vividos.
Desde hacía siete años y un mes exactamente me encontraba detenido por razones políticas (en ese momento en la Cárcel de Rawson), cuando para mi regocijo me anunciaron que me daban la libertad junto a unos veinte compañeros.
Ese día debimos esperar cumplir con la burocracia de que se hiciese la “0” hora del día 03 para poder plasmar el Decreto presidencial (del genocida Bignone) que nos daba la libertad “…por cuanto dicha persona ha dejado de representar un peligro para la sociedad…” decía en mi caso el escrito.
Cumplida la burocracia abrieron el portón y fuimos saliendo de aquel sórdido lugar.
Caminamos el trecho de unos 50 metros entre el penal propiamente dicho y el extremo en que nos esperaba el portón de salida de la ochava con un murito bajo que lo rodeaba y marcaba el predio del penal, acompañados por agentes del Servicio Penitenciario Federal, esta vez desarmados y de lo más relajados.
En ese trayecto, en determinado momento y en la “soledad de una noche estrellada” cuando me di cuenta le comenté a mi compañero circunstancial que venía a mi lado:
- Albarito! escucha el ruidito que hacemos al caminar sobre la piedra partida…No nos vamos a olvidar nunca… Y tras cartón al observar las estrellas:
- Mirá las estrellas más altas!!- al tomar conciencia que a estas las volvía a ver después de 7 años ya que estando preso, y si tiene suerte, uno puede mirar desde una ventana pero el dintel de la misma impide ver el cenit.
Hallándome en calidad de reciente liberado, y con todos los apremios del caso, al otro día viajé de Rawson a Buenos Aires. En la Terminal de Colectivos nos esperaban un nutrido y bullanguero grupo de compañeros que vinieron a darnos la bienvenida y con los cuales nos manifestamos hasta el Obelisco .Allí estuvimos un rato a los saltos, cantando consignas y cuando no, conversábamos hasta por los codos.
Faltaban tan solo seis días para la asunción de Alfonsín y un compañero me ofreció quedarme en su departamento de tal manera poder asistir a semejante acto.
Por supuesto no tardé en decidirme y llamé a Corrientes a casa de mis padres, que si bien me esperaban ansiosos, supieron entender mi necesidad de permanecer en Buenos Aires.
A la media mañana del día 10 concurrí con una compañera a la Plaza de Mayo, a la fiesta que significaba la asunción de Raúl Ricardo Alfonsín, el que sostuviera que “la UCR debe prepararse para perder elecciones pero nunca para hacerse conservadora”, primer presidente en nuestro retorno a la democracia.
Todas las cosas juntas se me presentaron en ese momento mientras caminábamos por ese histórico paseo: los años de cárcel, mis compañeros, los caídos, los desaparecidos, mis viejos y mis hermanos, todos, y fundamentalmente los que quedaron presos a los que tan presente tenía. Qué momento!
Pudimos junto a ese inmenso calor popular, escuchar el discurso del Presidente ungido por la mayoría y sentir que estábamos dejando atrás la etapa más negra y sangrienta de la Nación.
Las luchas no habían sido en vano. El pueblo volvía a conquistar la Democracia lo cual era una gran esperanza que se nos presentaba, y además era consciente que la premura con que me liberaron se debía a la llegada de aquella, y no porque yo “había dejado de representar un peligro para la sociedad”.
Y hoy, después de volver a ser artífice de mi propia vida y habiendo transcurrido estos 28 años de democracia, ella en algunos momentos con altibajos y zozobras, y aunque todavía sea imperfecta, faltando aún mucho por hacer, me resulta por demás alentador ver a nivel nacional y provincial concretadas muchas de nuestras históricas banderas, pero sobre todo con un proyecto de país inclusivo funcionando, en un concierto de naciones hermanas realizándose como tal y con una auspiciosa vida de Nación Latinoamericana por delante.
Jamás pudimos haber pensado los de la generación del ‘70 que hoy, con las políticas delineadas por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, podríamos estar disfrutando de ver concretadas nuestras utopías por la que dieron su vida los treinta mil compañeros.
Si bien es cierto que falta mucho, no es menos cierto que llevamos tres mandatos, casi 9 años como Nación creciendo a tasas nunca vistas, sabemos que esta es la dirección en que debemos seguir, considerando lo hasta aquí logrado como el piso, y al mismo tiempo seguir trabajando diariamente por elevarlo junto al cinchar parejo de nuestros hermanos latinoamericanos.
Tal como querían nuestros mayores del Pensamiento Nacional.
Carlos Raúl Aranda
Envío:AeppCdba.
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