LIBROS, ESCRITORES y POETAS
13 de Diciembre
Lanzamiento
Francisco Gandolfo, o la dignidad del lenguaje
Por Pablo E. Chacón
La "Correspondencia" del poeta y ensayista cordobés -rosarino por adopción- Francisco Gandolfo, editada por el también escritor Osvaldo Aguirre, y prologada por su hijo Elvio, es una muestra del vigor de la literatura de esa zona del litoral argentino.
Una cantera donde crecieron Juan L. Ortiz, Hugo Gola, Juan José Saer, Enrique Butti, Nicolás Rosa y otros muchos que se nutrieron tanto de Jorge Luis Borges como de Juan Carlos Onetti.
En esta suerte de diario en forma de intercambio epistolar -publicado por Ediciones en Danza- figura entre otros nombres Roberto Jorge Santoro, Irene Gruss, Jorge Aulicino, Luis Luchi, Mario Levrero, Bernardo Verbitsky, Ricardo Zelarrayán, Edgar Bayley, Rodolfo Alonso, Alfredo Veiravé, Raúl Gustavo Aguirre y Horacio Armani; Y por supuesto, Elvio, Sergio y Mario, sus hijos, escritores y dibujantes como su padre.
Gandolfo nació en Hernando el 7 de septiembre de 1921; desde muy joven trabajó como imprentero. A fines de 1948 se instaló en Rosario. En 1963 fundó la imprenta "La Familia", que aún funciona.
Entre 1968 y 1976, junto a su hijo Elvio, dirigió El lagrimal trifurca, una revista de poesía.
De esas lecturas irían a emerger, con el tiempo, los nombres de Daniel García Helder, Oscar Taborda, Martín Prieto, Hugo Padeletti, Mirta Rosenberg y otros más.
Publicó, entre otros libros, "Mitos", "El sicópata", "Poemas joviales", "El sueño de los pronombres", "Plenitud del mito", "Presencia del secreto", "Pesadillas", "Las cartas y el espía", "El búho encantado" y "Versos para despejar la mente". Falleció el 15 de enero de 2008.
En conversación con Télam desde Montevideo, Elvio Gandolfo cuenta que "la idea de la colección fue de Aguirre. Así que decidimos darle al archivo del viejo (que es público) para que trabajara tranquilo. La selección es representativa, de sus diversas épocas y del clima de trabajo, muy feliz hasta 1976".
En la nota preliminar, el autor de "La reina de las nieves", que ya había escrito sobre su padre ("Filial") en "Cuando Lidia vivía se quería morir", reproduce un poema titulado "Dos calles y dos alturas".
"De un leve tirón,/abro la ventana grande/del living un poco/empacada por la humedad./Apoyo los codos/en la madera, me invade/el fresco un poco mojado/del día que arranca/y veo abajo/pasar zumbando/(no es para tanto,/pero así parecen pasar)/los autos rumbo a/las tareas del día./Un agrado flotante,/insidioso y feliz,/me borra los restos/de una noche/de sueños confusos/y desorientantes (…)".
Pero el núcleo duro del libro es la correspondencia, una suerte de educación sentimental y estética in progress, que no termina (que no terminó) jamás para un hombre que no soportaba ni la uniformidad, ni los dogmas, ni la falta de sentido del humor, que cultivó hasta sus últimos días.
"En total, la correspondencia de Gandolfo", cuenta Aguirre a este medio, "se compone de 826 cartas, 749 en su archivo y 77 obtenidas en otros archivos, y unos 200 recortes de publicaciones periódicas", además de las colecciones de revistas que dirigió y los apuntes y los libros publicados.
La carta dirigida a Saer fechada el 26 de enero de 1975, dice: "Vos quizás no me conozcas pero yo te vi por primera vez en una mesa redonda (o cuadrada) de escritores aquí en Rosario, en el salón de actos de Radio Nacional".
"Presidía la mesa el viejo (Luis Arturo) Castellanos y vos, que entonces eras estudiante, tomaste parte como público de la polémica y me acuerdo que tuviste una actuación muy fogosa. Te contradijeron la defensa de Borges, que hoy todo el mundo considera un maestro, y cuando te impidieron seguir hablando te mandaste a mudar (…)".
"Después te volví a ver en un acto de la revista La Ventana, con la prensa de Juan L. Ortiz, que yo veía por primera vez. Cuando al fin el viejo se sentó en un sillón frente al público rodeado por el humo de su boquilla, me pareció el reducido gran mago de una extensa zona: el litoral. Habló un largo rato y después te llamó: ¿Ande está Saer? Venga pa` ca` Saer".
La influencia de César Vallejo es notoria en su producción y así lo dice, tanto como aprecia el empujón de Nicanor Parra, "especialmente en lo que respecta al humor seriamente calibrado dentro de la poesía".
No dejará de llamar la atención en este epistolario la ausencia de agresiones, descalificaciones, justificaciones ideológicas de manual cuando los protagonistas se cruzan con otros escritores. La dignidad del lenguaje es un atributo del poeta. El resto es el ruido de la información convertida en mercancía o propaganda.
En 2010, Teherán anunció que trabajaba en un programa de aviones de observación y de ataque furtivos, sin dar detalles sobre las capacidades de esos aparatos o el nivel alcanzado en la ejecución del proyecto, que debía culminar en 2011.
Fuente:Telam
14 de Diciembre
Libro
Burucúa: "El arte tiene una historia de representaciones cómicas"
Por Pablo E. Chacón
En "La imagen y la risa", el ensayista e historiador del arte José Emilio Burucúa se aproxima al nexo entre comicidad y figuración, centrándose en la caricatura, el grabado, el dibujo y otras formas de la ironía que alcanzaron su cenit durante el Renacimiento pero que todavía pesan en los actuales dispositivos conceptuales.
"Esa idea de que el arte conceptual es de seriedad abrumadora, ignora que muchas veces lo que se busca es el sinsentido o la provocación, con el objeto de reírse de la historia, del supuesto erudito y (los creadores) de sí mismos", dice el investigador.
Y agrega que "ese es uno de los papeles, por ejemplo, que jugó, para cierta vanguardia del siglo XX, con una seriedad señera, Paul Klee, un maestro de la sátira. Sólo hay que ver algunos de sus retratos para darse cuenta".
El libro -publicado por la casa Periférica- es el primer tomo de un trabajo de largo aliento, de algún modo heredero de "Corderos y elefantes", un volumen donde -en esta vertiente- se exploraba esa relación pero entre la literatura y la risa.
Pero no vaya a creerse que Burucúa es una suerte de cómico avant la lettre.
Especialista en arquitectura y urbanismo, miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes de la Argentina, también es profesor titular de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).
Además, ha sido profesor visitante en diferentes universidades europeas y en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París, y Winter Scholar en el Getty Research Institute.
Publicó, entre otros libros, "Historia, arte, cultura. De Aby Warburg a Carlo Ginzburg", "Historia y ambivalencia. Estudios sobre arte", "El renacimiento italiano" (junto a Martín Ciorda), y "Cartas norteamericanas".
Burucúa derrumba las certezas sobre la seriedad temática (no formal) del arte conceptual, usando, entre muchos ejemplos, "el arte de la caricatura, por ejemplo, cultivado desde hace siglos, siempre peligroso para sus hacedores".
Y volviendo sobre la actualidad, recuerda que "el uso del grabado, el dibujo, el grotesco, las representaciones cómicas, vienen de lejos, y uno de sus promotores, aunque no el único, es, por supuesto, Francois Rabelais".
"¿Alguien puede dudar que los dadaístas, los surrealistas, los expresionistas, las vanguardias del siglo XX, con Marcel Duchamp a la cabeza, no vivieron riéndose de todo el mundo?", se pregunta Burucúa.
Sin embargo, esa pregunta -que se responde sola- organiza la hipótesis del libro: que el protestantismo luterano, en la medida de sus posibilidades, intentó aplastar, con su culto al sacrificio y la prohibición icónica, la risa que cultivaban las comunidades populares, diezmadas, muchas veces, por el hambre, la mugre y la peste.
El historiador del arte asegura que la risa, "ese gesto, digamos, natural, del ser humano, es puesto en orden por un grupo de artistas oriundos de la ciudad de Milán, que alrededor del 1500, empiezan a afilar sus modelos de impugnar al poder, muchas veces con la financiación de los propios aristócratas".
"Si pensamos que no hacía tanto Europa había sido arrasada por la peste negra, para ciertos espíritus libertinos -señala-, la comicidad es una forma de reírse de la muerte y del poder que empuja, muchas veces, a la muerte prematura".
¿Su método de trabajo? "Aprovechar las posibilidades de la `pathosformel`, un conglomerado de formas representativas y significantes, históricamente determinado, que refuerza el sentido de lo representado mediante la inducción de un campo afectivo como experiencia básica de la vida social", explica.
Sin validez de universal, claro está. "La teoría cultural de Warburg no permitiría confundirse con los arquetipos del incosciente según (Carl Gustav) Jung. Descartemos esa confusión epistemológica e ideológica, por favor", dice el especialista, riéndose.
Entre los teóricos de la risa y lo deforme de la época que este libro estudia "no hay dudas de que en el origen de la serie está Leonardo da Vinci, el gran maestro italiano, de quien habría que revisar con lupa sus dibujos".
"Estos artistas formaban una especie de brigada irreverente, eran bohemios, aunque esa actitud la promovían los mismos hombres prósperos que participaban de juergas y orgías, en alegre montón con el pueblo".
"Esos episodios, que retrata Rabelais, y Bocaccio, que retoma, a su manera, el neorrealismo italiano en el cine de los 40 y 50 del pasado siglo, componen otra historia del arte, donde tienen lugar también, las representaciones cómicas", concluye Burucúa.
Fuente:Telam
15 de Diciembre
Lanzamiento
Libros para entender la agenda internacional latinoamericana
Por Dolores Pruneda Paz
"Relaciones internacionales" da título a una nueva colección lanzada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), que de la mano de académicos americanos y europeos repasa la actualidad socioeconómica de América latina y el Caribe y las relaciones entre países.
Esta colección toca temáticas sensibles a todos los gobiernos latinoamericanos como exclusión social, cooperación fronteriza, nuevas formas de multilateralismo, alianzas regionales como el ALBA y modalidades de cooperación para el desarrollo.
Coeditada por Teseo, "está dirigida a todos aquellos que estén interesados en comprender, contextualizar y debatir la agenda internacional latinoamericana, con temas en proceso de decisión como el de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)", dijo a Télam desde Puerto Rico el secretario general de FLACSO, Francisco Rojas Aravena.
Los libros cuentan con una versión digital, de esa manera se busca "favorecer la distribución en una región con importantes déficits de circulación: las ideas circulan más fácilmente en forma digital", aseguró Rojas Aravena.
"En el contexto de la globalización, lograr insumos sobre temáticas regionales accesibles a un público amplio resulta fundamental, de ahí la decisión de potenciar el importante papel que pueden tener las redes virtuales en la generación y el intercambio del conocimiento", explicó.
Con títulos como "Multilateralismo vs. Soberanía" o "Cooperación Transfronteriza" se busca "sistematizar el conocimiento de un período y conocer diversas miradas y opciones teóricas, en especial relaciones multilaterales y opciones de inserción internacional", agregó el titular de FLACSO.
Por eso la elección de autores con adscripciones nacionales, profesionales y teóricas diversas como Josette Altmann Borbón, Andrea Álvarez Marín y Tatiana Beirute Brealey.
Se trata de "figuras destacadas del mundo académico y político especializados en la realidad latinoamericana", aseveró Rojas Aravena.
De hecho, muchos de los textos son resultado de presentaciones realizadas en seminarios internacionales organizados por FLACSO y organismos internacionales como Fundación Carolina, la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID).
El objetivo es "enriquecer el análisis conjunto sobre las relaciones internacionales de América Latina y el Caribe (ALyC)", sostuvo Aravena.
"América latina hoy tiene el gran desafío de definir cómo logra espacios para concertar intereses y desarrollar posiciones compartidas, la construcción de esa voz común es central en su agenda", indicó al remarcar la relevancia de esta colección de cara al presente.
Esto implica "establecer una estrategia común sobre los temas prioritarios y los grandes desafíos del sistema internacional, una tarea que no es fácil para la región -dijo-, más allá de las múltiples iniciativas de concertación política e integración".
La colección propone respuestas a esos procesos facilitando estudios como "Gobernabilidad democrática. Política, Ciudadanía, Exclusión, Memoria y Demografía", compilado por Rojas Aravena y Álvarez Marín; o ensayos como el de "Confianza ¿un bien escaso?", de los mismos académicos.
Por otro lado, libros como los de cooperación sur y transfronteriza "estudian experiencias claves en las relaciones regionales para enfrentar los problemas trasnacionales de manera conjunta".
"Contribuir al debate de temáticas regionales con análisis profundos y recomendaciones acertadas; y permitir una comprensión contextualizada de los fenómenos que las caracterizan y del lugar que ocupa Latinoamérica y el Caribe en el mundo es, en definitiva, lo que persigue esta colección", sintetizó Rojas Aravena.
El resto de los títulos con lo que hasta ahora cuenta la colección son "¿Integrados o Marginados?", editado por Altmann Borbón, Rojas Aravena y Beirute Brealey; "Alba: ¿Una Nueva Forma de Integración Regional?", de Altmann Borbón; y "Nuevas Formas de Cooperación. Las Dimensiones Sur-Sur", de Rojas Aravena y Beirute Brealey.
Fuente:Telam
16 de Diciembre
Libros
El colombiano Pablo Montoya presenta su libro de poemas
Por Jorge Boccanera
La poesía en prosa es una modalidad "anfibia, bastarda y libertaria", señala el poeta colombiano Pablo Montoya, recientemente de paso en Buenos Aires para presentar su último libro "Viajeros".
El libro subtitulado "Poemas ilustrados" -con dibujos del conocido artista plástico José Antonio Suárez Londoño- es una cuidada edición del sello Tragaluz, de Medellín, y trae además un CD con textos en la voz del autor.
En sus páginas toman la palabra personajes de la historia, el arte, la mitología -Jonás, Dante, Ulises, Moisés, Galileo, Dostoievski, Pigafetta, otros- en una sucesión de monólogos que remiten al género epistolar, el diario y la bitácora; aunque el testimonio queda siempre supeditado a la singularidad de la poesía en prosa.
"Esta especie de libertad formal que otorga el poema en prosa -dice Montoya-, hace que el lector se sienta transgrediendo fronteras interpretativas y se pregunte qué está leyendo. Esta incertidumbre que me embarga cuando me siento a escribir, me agrada transmitirla al lector. El poema en prosa es un género de nuestros días; posee una esencia anfibia, bastarda y libertaria".
A la hora de hablar de influencias el colombiano subraya una tradición del poema en prosa: "De Novalis y Baudelaire, hasta Jorge L. Borges y Álvaro Mutis. Otra influencia grande me viene del ámbito de la música y la pintura, y una tercera más vincula a mi escritura con la historia".
Nacido en 1963, Montoya, autor de los libros de poesía en prosa: "Trazos", "Cuaderno de París", "Sólo una luz de agua: Francisco de Asís y Giotto", escribió también ensayos, relatos y las novelas "La sed del ojo" y "Lejos de Roma".
Sobre la convivencia entre el narrador y el ensayista, Montoya señala: "Quien aglutina en mi escritura estos dos géneros, el ensayo y el cuento, es la poesía. Todos mis libros, incluidos los de narrativa y ensayos, están fundados en la poesía que los convoca y los dirige hacia sus fines estéticos".
Y agrega: "Cada vez que inicio un libro nuevo, en medio de esa honda incertidumbre que otorga todo inicio creativo, me amparo bajo la sombra de la poesía que es una sombra inasible, siempre escurridiza".
Sus libros guardan una galería de personajes, lo que indicaría una voluntad de dialogar historia: "Sí, siempre estoy dialogando con ella, conversando con el pasado pero con el objetivo de actualizarlo. Ello se ve con mayor claridad en mi novela `Lejos de Roma`, sobre el poeta Ovidio, en la que trato de reactualizar la tragedia de los exiliados de las letras".
"No me interesan los personajes históricos como adornos sacrosantos del relato -acentúa-, sino algunos de sus momentos existenciales que pongo en escena para tratar de comprender algo esencial de mi tiempo; algo que tenga que ver con la soledad, el exilio, la epifanía del amor erótico, la presencia de la muerte y el encuentro con la belleza".
Entre otros recursos expresivos de "Viajeros", Montoya echa mano a los juegos de identidad con textos apócrifos y traspasos de voz en los que toman la palabra desde un conocido autor (por ejemplo, Melville) y un esclavo anónimo. La intención es trazar una breve historia del viaje a través de un yo que trata de concentrar en su ser poético voces que vienen de la imaginación y de la historia.
"A veces trato de representarme ese yo pictóricamente y lo que veo es una figura cubista forjada con todas las épocas. Ese yo puede ser Heródoto, pero también Robert Capa; puede ser un antiguo súbdito chino, pero también un inmigrante africano de nuestros días en el estrecho de Gibraltar; puede ser Ícaro, pero también un austronauta".
Una frase del libro -"el viaje, esa fisura del tiempo"- abre una puerta sobre uno de los ejes del libro; Montoya es conciso a la hora de definir ese tránsito: "El viaje es descubrimiento del otro y conocimiento tangible del planeta en que vivimos".
Y sigue: "En el viaje, que es una noción de traslado físico y espiritual, nos sentimos vivos y, extrañamente, prontos a la desaparición. Porque en el viaje, más que en otra circunstancia, sentimos que estamos de paso, que somos fugitivos, tramados de un viento y un fuego y una carne breves".
Para el autor: "Ese moverse, tanto corporal como imaginario, es lo que constituye la fisura de la que habla uno de los personajes de mi libro. Y en esa fisura, por supuesto, habita el poema".
Respecto al poema en prosa, hay que decir que es extensa la nómina de escritores latinoamericanos que se prodigaron en esta línea, entre ellos Rubén Darío, Gabriela Mistral, Raúl González Tuñón, Pablo Neruda y José Antonio Ramos Sucre, con quien fue comparado por un crítico de su país, comparación que Montoya tilda de "excesiva".
"Sí, excesiva y hasta divertida, pero define con claridad mi mundo escritural y el lugar de donde viene. El poema en prosa me permite una comunicación permanente e inquietante con otros géneros literarios. El ejemplo es `Viajeros`, un libro de poemas en prosa y a la vez un libro de minificciones donde lo apócrifo y la invención poética van de la mano para horadar la solemnidad oficial del discurso histórico".
Fuente:Telam
16 de Diciembre
Relatos
Lugares mágicos de la Argentina desde la historia y la literatura
Por Mora Cordeu
Una historiadora, Lucía Gálvez, y una escritora, Viviana Rivero, se reunieron para escribir "10 lugares mágicos de la Argentina", un libro que entrevera historia y literatura, en relatos cuyo hilo conductor aparente es la geografía, pero que revelan el espíritu de un lugar y su gente.
"La idea fue de Viviana y me gustó porque soy muy viajera y he recorrido casi todo el país. Yo tenía la impresión de la importancia casi sacra de alguno de los lugares como los valles calchaquíes, Purmamarca... sitios no sólo bellos, la magia es lo que trasciende el lugar, su historia", desgrana Gálvez, en una entrevista con Télam.
"Literatura para la historia o historia para la literatura, tiene que haber un equilibrio, la ficción tiene menos límites pero no puede tergiversar los hechos", dice la historiadora y asiente Rivero, recién llegada a la entrevista que se realiza en el antiguo y remozado Club El Progreso, un edificio con el sello de la belle époque porteña.
Se trata de uno de los lugares mágicos elegidos por Gálvez y Rivero para representar en su libro a Buenos Aires: "por el espíritu de unión que tuvo a lo largo del tiempo", señala una de ellas.
Y para completar esa ciudad que se recorta en miles de fragmentos con vida propia optaron por la Recoleta, "un lugar distinto desde sus orígenes, que estaba separado de la pequeña ciudad por un zanjón y unido por un frágil puentecito".
Los sitios seleccionados comienzan en las ruinas de Cayastá, que marcan el primer emplazamiento de la Santa Fe fundada por Garay en 1573, "un pueblo que abandona su ciudad ya tiene algo, y eso se nota porque ha quedado detenida en el siglo XVII y los restos de las casas se pudieron replicar de manera exacta", cuenta Gálvez.
Un capítulo está dedicado al solar de los Tejeda en Córdoba, convertido luego en Monasterio de San José de las Carmelitas y Purmamarca, en la Quebrada de Humahuaca donde el Gran Viltipoco fue vencido por el capitán español Francisco de Argañaraz y Murguía, fundador de la ciudad de San Salvador, en Jujuy.
Dejando el noroeste, en el extremo noreste surgen las ruinas de San Ignacio y las Cataratas del Iguazú, una región en la que perdura la huella educadora los jesuitas -en el siglo XVII- siempre paliando la acción desvastadora de los banderaintes portugueses con los naturales de la región.
Y algunos lugares no tan conocidos como el valle del Uco, al pie de la Cordillera en la provincia de Mendoza, en una zona donde en 1555 llegaron las primeras cepas.
"Además de la vid, trajeron de Chile toda clase de `frutos de Castilla` que se propagaron rápidamente por el Tucumán y Cuyo", escribe Galvez en el libro publicado por Emecé.
Luego, las autoras se detienen en los valles calchaquíes que florecieron en los siglos XVII y XVIII, y más tarde en Trevelín "según los entendidos, una réplica del Paraíso Terrenal, un valle encantado enmarcado entre montañas nevadas y rodeado por el río Futaleufú", territorio chubutense donde llegaron los galeses.
"Toda la vida hemos escuchado acerca de la inmigración galesa y me enamoré del lugar sin conocerlo. Ahí se ven muy bien los límites de la ficción y lo histórico, porque la historia abarca todo, la ficción hace una microhistoria y a través de ésta se ve la totalidad", analiza Gálvez.
De la inmensa cordillera, las autoras rescatan en este primer volumen -ya piensan en la necesidad de un segundo porque muchos lugares quedaron afuera- el glaciar Perito Moreno y el Lago Argentino, además de un sitio que no se puede soslayar: la cueva de las manos pintadas.
Rivero fue la encargada de dotar el relato histórico de otro salido de la imaginación, de aquello inasible que transmite un lugar determinado y adosarle una historia posible, tanto desde el pasado o del presente como forma de cierre de esa magia buscada por las dos.
"Lucía me enviaba lo que escribía sobre el sitio elegido, y a partir de ahí yo lo usaba de inspiración e imaginaba el relato que iba a sintonizar con la historia del lugar", resume la autora de "Mujer y maestra" Y "Ellos se fueron".
El abordaje histórico de Gálvez junto a las ficciones de Rivero dotan a cada una de las geografías elegidas de una nueva significación, que muestra el entramado cultural de una Argentina tejida a lo largo de los años.
Fuente:Telam
16/12/11
Felipe Pigna: “En América latina se da una rebelión temprana que no sucede en otras partes del mundo”
Ya es best-séller Mujeres tenían que ser, un relato documentado de 600 páginas sobre las mujeres que hicieron la historia argentina hasta 1930. En esta entrevista, el autor revela cómo tanto la misoginia como la rebeldía las caracterizaron en esta parte del mundo.
POR MARCELA MAZZEI
“El hombre fue arrinconando a la mujer en el maternalismo para ocupar él los cargos políticos”, dice Felipe Pigna.
En términos históricos, el lugar de la mujer en la sociedad estuvo siempre signado por las ideas dominantes de cada época, pero invariablemente en la antigüedad –y hasta bien entrado el siglo XX– la Historia ha sido escrita por hombres. Con este par de enunciados siempre presentes y el estudio intensivo de la teoría de género, Felipe Pigna se embarcó en una investigación de más de dos años que culmina con la publicación de Mujeres tenían que ser (Planeta), un libro de 600 páginas que relata la vida de las mujeres que hicieron la historia en el territorio que hoy se llama Argentina.
Desde sus orígenes hasta 1930, el primer tomo de la saga (de uno o más libros a publicarse en el futuro) registra lo que se dijo de ellas y lo que ellas dijeron del sí mismas, del país y del mundo al que contribuyeron a construir. Director de www.elhistoriador.com.ar, además de autor de varios best-séller históricos, Pigna cuenta cómo fue hurgar en discursos silenciados y desgarradoras confesiones de misoginia, pero pone el foco en lo positivo: “En América Latina se da una rebelión temprana y muy permanente que no se da en otras partes del mundo”, dijo.
Además de los hechos en sí, para hacer este libro tuvo que revisar las ideas de cada época…
Como dice Charles Fourier: la evolución en la sociedad se mide por el progreso de las mujeres hacia la libertad. Es muy sabia esa frase. Leí mucho de teología, de mitología griega… y en general predomina la misoginia. Son muy pocos los pensadores que han salido a defender a las mujeres en la historia. Es curioso que Jesús sí ha defendido mucho a la mujer y, sin embargo, la iglesia católica que se arma en torno a su figura es completamente misógina. Ya San Pablo, uno de los padres de la Iglesia, tiene frases tremendas y descalificatorias que retoman el pasado bíblico de la mujer como lo pecaminoso.
En algún momento hubo una justificación de estas conductas a partir de lo biológico, con el positivismo que buscó perpetuar roles…
Hay una especie de tautología ahí. Por un lado, es cierto que el hombre es constitutivamente más fuerte que la mujer, por lo tanto hay una división de roles donde la maternidad la deja a la mujer en la casa y el hombre va a la caza, sale a buscar el alimento. Pero esto se exacerba en las sociedades guerreras, donde la guerra se transforma en una función de hombres, la guerra deriva en la política y la política también se transforma en una función de hombres… Cada vez la mujer queda más apartada de ese mundo y condenada al rincón de las hornallas y la crianza de los niños como un hecho natural. Pero eso se fue naturalizando y continuó hasta el siglo XX, cuando el maternalismo fue muy fuerte.
¿A qué se refiere con maternalismo?
Es muy difícil de tratar esta cuestión de la madre porque, por un lado, el hombre estaba tan apartado de la crianza de los hijos que si la mujer no lo hacía, no tenían supervivencia posible. La infancia, además, como concepto no existió hasta entrado el siglo XX (antes el infanticidio era algo corriente). Entonces, el maternalismo tuvo algún sentido como la realización de la mujer hasta que ésta empezó a tomar consciencia de que podía no ser madre y realizarse, que la mujer podría trabajar por elección o por voluntad, no porque se moría de hambre sino porque quería tener su independencia económica y eso recién va a ocurrir en el siglo XX.
¿Eso fue igual en todo el mundo?
Ya en la década del 20 y del 30 del siglo XX había muchísimas mujeres de clase media trabajando en la Argentina. Incluso muchos viajeros se asombran de la cantidad de mujeres que se veían en la calle, yendo a sus trabajos, participando de la vida social, de la vida política, y creo que esa es una cosa interesante.
¿Cómo es estudiar algo que era insignificante como las mujeres? ¿Cuáles son las fuentes de algo que fue borrado?
Uno tiene que trabajar con la negación, por un lado, pero también por la explicitación, porque era tal la barbarie española –como cualquier barbarie conquistadora, en eso no fueron muy originales– que ellos mismos hablan de qué hacían con las mujeres, qué rol les asignaban: algo insólito como que no se las obligaba salvo que ellas quisieran ir a trabajar a las minas... Imaginate el cumplimiento de esa norma. Y después lo comprobás cuando ves los documentos: actas de defunciones, cementerios y de las casas de recogidas para mujeres abandonadas, prostitutas, marginales o locas, una definición muy difícil... Porque en muchos casos eran chicas de familias ricas que las querían sacar de la herencia. Por otra parte, hay infinidad de documentos de casi orgullosa confesión de parte de cómo trataban a las mujeres, sin ningún problema ni remordimiento contando salvajadas…
Las famosas crónicas de Indias...
Pero también salen cosas maravillosas de esas crónicas, que es la reacción de estas mujeres. Como la huelga de amores que ocurrió en Nicaragua, donde las parejas se ponen de acuerdo en no tener relaciones sexuales para no traer niños esclavos al mundo, un episodio que habla de quiénes eran los bárbaros acá. Por eso hablo de un trabajo intenso, porque podía tomar la posición cómoda de hablar de la mujer en la colonia y su casa solariega, con sus esclavos, que hacía dulces y cosía, que eran el 10 por ciento de la población. A mí me interesa, mencionando que existió ese 10, reconstruir la vida de ese 90 que no figura en la historia.
Las mujeres en España tampoco recibían un buen trato. Pero en las comunidades originarias, que tenían su moral propia, el sistema de castigos era más igualitario.
Eso es muy interesante, porque tanto los mayas, los aztecas como los incas tenían castigos igualitarios en el tema de la infidelidad, por ejemplo, cosa que no ocurría en España donde era sobre todo castigada la infidelidad de la mujer. En las culturas del primer contacto, como se llama a las del Caribe donde llega Colón, había mucha más libertad sexual. En general en América, en la vida cotidiana la virginidad no tenía ningún valor, al contrario, se pensaba que la buena vida sexual de una muchacha le garantizaba la felicidad. Y es muy loco que España trae e instala esta cuestión de María antes que madre, virgen. Es algo tremendo valorizar más la virginidad que la maternidad, en una persona que es madre, por otro lado, y madre nada más y nada menos que de Jesús, ¿no? Es toda una elección entre Eros y Tanatos, que efectivamente se define por la muerte, lo intocado, lo inanimado, y es muy fuerte eso como concepto.
¿Y cuándo aparecen los primeros registros de mujeres que hacen uso de su propia voz?
Además de Anacaona y las primeras rebeldes de la Conquista, todas ágrafas, hay un primer registro en la rebelión de Tupac Amaru, con Micaela Bastidas, cuando aparecen reclamos por los derechos de la mujer, así como en la rebelión de Tupac Catari con Bartolina Sisa, su compañera. Y después va a haber que esperar un tiempo, hasta la década del 20 y del 30 del siglo XIX cuando aparece, por ejemplo, el periodismo femenino. Y sí aparece en las cartas de Isabel de Guevara, que habla de lo que le correspondería a la mujer en crónicas muy duras en torno a cómo era la colonia, y la mujer de Juan de Garay, que denuncia el contrabando, la corrupción, una cosa muy osada para una mujer a fines del siglo XVI y principios del XVII.
Las cartas de la mujer de Mariano Moreno mostraban un vínculo de compañerismo.
Un amor tremendo entre ellos y además una comunión ideológica, porque ella sigue operando o informándole a él que su partido está siendo perseguido, a la vez que le dice que lo ama y que no la reemplace por una inglesa; y todas esas cosas son muy conmovedoras porque le está escribiendo a un amado que está muerto.
Pero ella tenía un rol activo en la vida de ambos.
Ella cuenta en las cartas que su vida de pareja había sido muy igualitaria: ella decidía y participaba activamente, era una mujer a la que le importaba la política, se ve en las 14 cartas que se conservan de Guadalupe a Mariano.
Esto pone de manifiesto no solo que la mujer no tenía un rol central sino que cuando lo tenía, no quedaba registro oficial.
¿Cuál fue el rol de la mujer en la Revolución de Mayo? Y, secundario. Porque no la dejaban tener un rol primordial, no podía participar en el Cabildo, no tenía voz ni voto, no podía ser electa, pero no era por su voluntad o su incapacidad. Después aparece esto: ¿cuántas mujeres realmente se destacaron? Las que pudieron, las que tuvieron la suficiente insistencia y perseverancia a pesar de todo.
¿Qué rol cumplen las tertulias, una actividad social y quizás más mundana, en el avance de las mujeres en la sociedad argentina?
Las tertulias no eran un escenario de frivolidad sino casi la única zona de socialización que había en aquella sociedad tan aburrida. Estaba la iglesia, el teatro y la tertulia, que es lo más profano, donde se cantaba, se leían poemas, venían visitantes que eran como los reporteros de lo que estaba pasando en Europa, las chicas podían conocer a algún chico. Pero se discutía mucho política y ahí también las mujeres discutían de política en las tertulias.
¿Y cuándo comenzaron a llegar las ideas de igualdad?
Llegaron con la Revolución Francesa ya en la Revolución de Mayo, pero se van a expresar más tarde, con las primeras revistas literarias femeninas como La Aljaba, La Camelia, y más concretamente con las anarquistas y socialistas de fines de siglo XIX. La voz de la mujer, el primer periódico anarquista femenino, fue uno de los primeros de América latina. Dirigido por Virginia Bolten, allí la militancia anarquista reclama por todas las mismas cosas que los varones –la explotación, el capitalismo, el fin de esta sociedad injusta– y además aparecen cuestiones de género. Y hay un artículo hermoso sobre el amor, donde la autora se pregunta hasta qué punto la mujer le puede confesar al hombre que está enamorada y qué consecuencias trae esto socialmente. Convivían desde lo que era para una mujer en 1890 vivir con libertad e intensidad su romance –con toda esa pacatería–, hasta cuestiones muy puntuales como la licencia por maternidad y el doble discurso de los militantes varones, que ellas decían que eran muy igualitarios en su discurso pero en sus casas seguían siendo patriarcales.
¿No hay retrocesos en la historia? Escuché un planteo de que después del feminismo hubo una vuelta a las cuestiones domésticas como un paso atrás…
Ahí pasa por la posibilidad de las mujeres de elegir si quieren volver a la cocina y los hijos o al parto en casa, pero hay que hacer una distinción importante: porque se hacen generalizaciones a partir del sector social que consume cultura, y la verdad es que la mayoría de la gente no es clase media y no tiene más remedio que cocinar todos los días, cuidar a los chicos; son madres solteras y jefas de familia a las que no se les pasa por la cabeza otra alternativa. Dicho esto, hay una vuelta que puede ser positiva: “me quedo más tiempo con mis hijos porque quiero y puedo”; y además en un contexto donde el hombre es mucho más compañero de su mujer y de sus hijos que en otro momento, que tiene una consciencia mayor de que hay una necesidad compartida, y que se está perdiendo de la crianza de un hijo.
¿En qué momento de la historia aparece la idea de que la mujer decide sobre su cuerpo?
Las anarquistas hablaban de esto ya a fines del siglo XIX, primero al negarle a la Iglesia toda injerencia sobre el cuerpo de la mujer. Hay un artículo en La voz de la mujer donde dice que no se meta (la Iglesia) con el cuerpo de la mujer y de los niños, haciendo alusión a los abusos que ya eran muy frecuentes en aquellos años como lo son hoy. Así que la idea de la decisión sobre el cuerpo propio tiene más de 100 años. Creo que hubo un paso muy importante con la aparición de El segundo sexo de Simone de Beauvoir y un poco el impulso que tiene el feminismo en la década del 60, la aparición de la píldora anticonceptiva...
Cien años después, todavía es un debate abierto.
Primero, desde mi punto de vista, la iglesia no tiene ningún derecho a meterse con el cuerpo de nadie. Además, me parece una posición absolutamente hipócrita, porque hay una preocupación teórica –no real– por el niño por nacer que se acaba inmediatamente cuando el niño nace, porque la Iglesia no se hace cargo de ningún niño nacido: ni lo sustenta económicamente ni le da apoyo a la madre. Es de una enorme irresponsabilidad y la causa central de la Iglesia, que ya perdió todas las batallas y sólo le queda esta batalla por perder.
Fuente:RevistaÑ
15/12/11
Una ciudad devastada
“Orificio” es una novela hasta ahora inédita de Nicolás Casullo escrita en los 90, que cruza a Hammett con Arlt.
POR Osvaldo Gallone
CASULLO. Fue uno de los pensadores políticos más punzantes de finales del siglo XX.
La literatura de anticipación reconoce las formas de la profecía: descifra los signos del presente inmediato para augurar un posible porvenir, alerta en la misma medida que diagnostica, se hamaca entre la presunción y la denuncia. Tal es la dinámica que reconocen las distopías (Un mundo feliz, de Aldous Huxley, o 1984, de George Orwell, por mencionar dos paradigmas consagrados). Es el modelo al que se ciñe Orificio, de Nicolás Casullo (1944-2008), novela escrita en la década del noventa y que delinea una Buenos Aires del año 2117.
Orificio (el nombre del personaje alude y evoca, por lo menos, al orifico de entrada y salida de un proyectil, pero también al vacío, al hueco, a aquello que requiere ser colmado pero se sabe, irremediable y constitutivamente incompleto) se define y es un cazador en el marco de una Buenos Aires devastada por la violencia más ingobernable donde confluyen los rasgos de la ciencia-ficción y los gestos más arcaicos grabados en la memoria de la especie: es el año 2117, pero los cazadores apoyan la oreja en el asfalto para calibrar la cercanía de algún motor en marcha. Como toda novela de anticipación, ésta también construye un espacio privilegiado donde habita la nostalgia de un tiempo venturoso: los vientos que derivaron en estas tempestades, informa uno de los personajes, nacieron cuando la ciudad ya era tierra arrasada, antes del año 2040, “cuando imperaba la justicia y la tolerancia.”
Orificio es un cazador que se ha impuesto una misión: cuidar el barrio de los antepasados, y en este sentido opera también como un ángel exterminador en medio de una ciudad cuya caída vertical se traduce en el incesto, el parricidio y el onanismo público (“la gente se masturba en las calles a la vista de todos, simplemente para recibir un efímero aplauso”). Uno de los personajes no deja de mencionar la defraudación que sufrió el país a manos de “un viejo general exiliado, que vino a hablarnos de socialdemocracia sueca y alemana” y que todavía queda gente capaz de arriesgarse en pro de “un entrevero productivista de economía mixta con participación quinquenal del Estado.” Pero no se puede soslayar una conclusión melancólica que parece definir a la Argentina de todos los tiempos: “Aquí vivimos, como destino o ironía.”
De razón y sinrazón
El texto rinde tributo a la novela inaugural del policial negro, Cosecha roja, de Dashiell Hammett: bandas y bandos opuestos se reparten la razón y la sinrazón, la sevicia y la piedad a partes iguales y no hay quien pueda dividir el mundo en parcelas prolijas y delimitadas. Caos urbano y contaminación ética que no puede menos que remitir a la novela de anticipación por antonomasia de la narrativa argentina: Los siete locos (y su continuación, Los lanzallamas). Porque también los personajes de Orificio, como los arltianos, van a la conquista de la ciudad, pero esta ciudad es un conglomerado de zonas vacías, zonas interdictas y tierras de nadie (el mapa dibujado por el propio Casullo y que precede al texto es harto ilustrativo a este respecto).
La “Nota de los editores” informa que el autor estaba revisando este texto poco antes de morir; probablemente, de haber tenido tiempo, lo habría aligerado de símbolos herméticos y alusiones cuyo carácter explícito le restan alcance poético.
Fuente:RevistaÑ
Poetas argentinos jóvenes
Sobre los agitadores del verso
Publicado el 18 de Diciembre de 2011
Por Walter Lescano
Aunque las editoriales parecen decididas a ignorar a la poesía, esta se multiplica día a día. Charly Gr., Alfredo Jaramillo y Carlos Godoy son un ejemplo de que el género crece y busca sus propios circuitos de circulación.
En la Argentina, donde las editoriales artesanales e independientes se multiplican, desmintiendo los augurios pesimistas sobre la muerte del libro como objeto preciado, las lecturas todavía mantienen su púbico y los talleres aumentan su matrícula, y los libros y plaquetas de poesía se siguen acumulando en la mesa de novedades. En esa profusa y constante edición que no se detiene ante nada, hay tres libros notables que se destacan del resto, levantan cabeza y muestran valentía en la búsqueda que llevan a cabo, la incomodidad que despiertan y los cuestionamientos a los que se atreven. Se trata de Spam (Ediciones Stanton, 2011), de Charly Gr.; Después de la muerte del Indie (Spiral Jetty, 2011), de Alfredo Jaramillo, y Paritarias + Soy la decepción (Ediciones Stanton, 2011), de Carlos Godoy.
BUSCADOR. Spam, primer libro de Charly Gr., acaba de ser galardonado como libro del año por el flamante premio Blatt & Ríos. Damián Ríos, editor y responsable de Recursos Editoriales, cuenta que la elección se debe a que es un libro “fresco, arriesgado, inteligente. Escrito desde afuera de la poesía. Incorpora lenguajes poco prestigiados. El truco es muy sencillo, lo interesante es que no se nota. Refresca el panorama y demuestra que se puede seguir inventando, que es necesario seguir imaginando”.
Spam puede separarse en dos bloques. Por un lado, los poemas construidos a partir de la búsqueda en Google de frases que surjan a partir de unas palabras que sirven de fuego inicial: “un saludo”, “eran los tiempos de”. Cae la tarde y (Spam) fue el primer texto que nació con este procedimiento, publicado en la revista El Interpretador en 2007. Luego fue trabajando en la ubicación de las demás frases para los siguientes poemas. Por otro lado, el libro incluye “miniensayos”, también hechos a partir de Google, pero son textos que tienen una intervención mayor al incluir, entre las frases encontradas y las citas, sus propias palabras, “fue más un trabajo creativo que riguroso”, dice el autor. La intención era compilar frases que “ya existían pero estaban distantes unas de otras y ahora reunidas van conformando un nuevo significado.” Más que encantado con el procedimiento, al autor le entusiasmaba “el placer de encontrar belleza en una conformación de textos ya existentes pero reorganizados con una criterio estético nuevo.”
ROCK AND ROLL. Vanitas es el término latino, puede traducirse por vanidad, que designa una categoría particular de bodegón, de alto valor simbólico, un género practicado en la época barroca, particularmente en Holanda. El mensaje es la inutilidad de los placeres mundanos frente a la certeza de la muerte, animando a la adopción de un sombrío punto de vista sobre el mundo.
Con esto en mente, más la sugestiva presencia de una calavera, que era el nuevo juguete de Alfredo Jaramillo, surgió Después de la muerte del Indie. Un título que remite tanto al universo del rock de los noventa como al libro del crítico de arte Arthur C. Danto, Después de la muerte del arte. El poeta cuenta que se siente “muy satisfecho con el proceso de creación del libro: fui libre como pocas veces haciéndolo. Puse la calavera en mil lugares adentro de mi casa, la hice posar junto a mi mujer mientras esperábamos la llegada de nuestro hijo, la llevé en una bolsa adentro del subte, la puse en el locker de mi trabajo, hice que mis compañeros le dieran besitos. Fue increíble ver cómo la gente reacciona de manera tan natural ante un cadáver.” Hay que aclarar que este libro contiene exclusivamente fotos, fue curado por Ana Armendariz y el autor, sin embargo, lo considera una obra de poesía. “Me parece que las imágenes son palabras que son ideas, y eso se combina de una manera muy perturbadora que no quisiera definir para no estropear la recepción de este volumen”, agrega para desarrollar la idea que se plasma en este libro y que viene a desafiar las concepciones anquilosadas sobre los límites del género. Para terminara dice: “Lo mejor de la gente con la que comparto este momento tan corto de la historia es que se siente tan atraída por otros lenguajes que llegan al punto de olvidarse de lo que están haciendo, y mezclan todo. Eso significa que la poesía en tanto género estable corre serio peligro, pero es lo mejor que puede pasar; de hecho algunos de los artistas que más me gustan son los que mezclan todo.”
PELEA EN EL CAMPO. En formato split salió hace unos meses Paritarias + Soy la decepción. El autor explica que decidieron “armar con Gerardo Jorge, el editor, dos libros en uno, con cierto contraste, una tapa en blanco y negro y otra a color. Imitando el diseño de algunos clásicos que edita Norma, con dos tapas. De un lado la obra, del otro un estudio.”
Este nuevo libro de Carlos Godoy despliega su fuerza en dos planos: el privado y el público. Paritarias avanza, desde el título, hacia una zona política. Las diferentes partes del libro agregan información en esa dirección: Los fondos públicos, La casa de Tucumán, Paritarias. Pero el sentido político, entendido como participación de algún proyecto social, que parecía delimitar un marco de lectura, se altera por el contenido de los poemas. Son poesía de corte intimista, familiar y, por momento, metafísica. “Es una colección de textos que escribí desde que vivo en Buenos Aires, hace unos cuatro años”, dice el autor. La política entendida por Godoy, se resuelve en soledad, lejos de las unidades básicas y las manifestaciones populares. Ahora, Soy la decepción es otra cosa. Godoy explica: “Eran unos textos nuevos, en ese momento cuando preparábamos el libro y que publicaba en mi blog, y eran una especie de crítica al campo de la poesía.” La visión desangelada que tiene de ese mundo al cual pertenece no se hace desde un territorio alejado, sino que metido en el asunto su mirada funciona también como autocrítica y flagelación. Tanto es así que asegura: “Ahora ya no puedo escribir más poesía. No me sale.” Por eso también dio de baja su blog. “Hacía meses que no actualizaba el sitio –dice–. Justo salía el libro que es una selección de ahí y bueno, me pareció que era el momento de dejarlo morir. Como un movimiento natural. Como cuando una planta se seca o una creciente se lleva todo.” Cuando le pregunto por la poesía actual, contesta: “Sólo se publican plaquetitas, no hay ambición, no hay búsqueda, nada de eso me conmueve. Yo respeto la rosca como mecanismo o como ejercicio, pero solo cuando se persigue como fin último el dinero. La rosca para posicionar ego me da mucha tristeza. Eso es lo que pasa, el campo de la poesía me da mucha tristeza.”
Fuente:TiempoArgentino
MÚSICA
La más maravillosa música
Año 4. Edición número 187. Domingo 18 de diciembre de 2011
Por Sebastián Feijoo
Relaciones. Después de las declaraciones de León Gieco a miradas al sur, este priódico abrió un debate sobre Perón y el rock.
Litto Nebbia, Miguel Cantilo, Piero y Willy Quiroga analizan la relación entre el rock y el peronismo en los ’70.
Toda música es política. En forma directa o indirecta. Condicionada por el clima de época, las formas de producción del momento, el humor social que la decodifica o el aparente desinterés por una, dos o todas esas variables. En estos tiempos entusiasma ver la creciente participación política de la juventud y el compromiso de cada vez más músicos de rock. Pero, por supuesto, no se trata de un fenómeno sin antecedentes en la historia argentina. La semana pasada, León Gieco le dijo a Miradas al Sur que el fragmento de “Solo le pido a Dios” en que habla de un traidor apuntaba a Juan Domingo Perón, particularmente por la histórica ruptura con Montoneros y otras organizaciones juveniles en la Plaza de Mayo. Esa agria confesión puso en foco al período de máxima ebullición política de la Argentina moderna. ¿Cómo vivieron algunos de los referentes musicales más determinantes de la época el período 1973/1974? ¿Cómo navegaron entre la ilusión, la alegría, la desazón y la muerte?
La victoria de Héctor Cámpora en las elecciones presidenciales de marzo de 1973 significó mucho más que un triunfo electoral aplastante. Implicó el inminente final de la proscripción de casi dos décadas de la que fue objeto Perón, la derrota del partido militar y sus aliados, y la apertura de un caudaloso proceso de esperanza. Quedaban atrás años de resistencia popular, dolor y sangre. Para algunos, la revolución estaba a la vuelta de la esquina. Para otros, el retorno de Perón significaba volver al sendero de la justicia social. En todos los casos, esas perspectivas se traducían en júbilo y ansiedad. Y electrificaban el manto social.
La música no permaneció ajena a esa ebullición y la cultura rock también se comprometió con el clima de época. Muy lejos de la era del rock esponsorizado que se vive hoy, Los Gatos ya habían dado a fines de los ’60 el puntapié inicial para un fenómeno creciente de convocatoria y venta de discos. Pero ese fenómeno también incluía una experiencia colectiva que promovía nuevos valores y, en algunos casos, manifestaciones políticas de diversa índole que a veces llegaban hasta las letras de las canciones. Estas alusiones podían ser casi tangenciales como “Cantata de puentes amarillos” –Spinetta aclaró que parte del texto estaba inspirado en un cadáver que vio tirado en una comisaría–; “Violencia en el parque”, de Aquelarre –referida a los hechos de Ezeiza, pero con un tono elíptico–, o gestos de militancia rabiosa como el disco Cancionero de la Liberación –con la participación de Piero y Marilina Ross y composiciones sin margen para la doble lectura como “Movilizar, organizar”, “Curas del Tercer Mundo” y “Hasta la toma del poder”.
Miradas al Sur habló con Miguel Cantilo, Litto Nebbia, Willy Quiroga (Vox Dei) y Piero, para repasar sus vivencias, opiniones y reflexiones sobre los convulsionados eventos que se desarrollaron entre 1973 y 1974 y desembocaron dos años después en la dictadura más sangrienta y dramática de la historia del país.
–¿Cómo vivieron la vuelta de la democracia con Cámpora y el regreso de Perón?
Litto Nebbia: –Desde lo macro, lo viví con alegría. Desde lo íntimo, con bastante preocupación. El regreso de Perón, emocionalmente fue de gran impacto, pero no tenías que ser un genio para darte cuenta de que figuras como López Rega y la misma Isabel no traían nada bueno. Desde niño fui influido por mi madre, que admiraba a Eva Duarte. A medida que crecí, sentía preocupación por los desniveles e injusticias sociales. Esto hizo lógicamente que mi pensamiento estuviera ligado al peronismo, reconociéndolo como una fuerza preocupada por las clases más populares. Sin embargo, mi militancia, si así se la puede llamar, ha sido la de declarar sin tapujos lo que pienso. Muchas veces esto me llevó a ser ignorado en cuanto a mi trabajo artístico, cosa que a veces me sigue sucediendo.
Piero: –Era un época muy particular. Antes de las elecciones en las que triunfó Cámpora como presidente, vivíamos bajo un gran consenso. Si eras peronista o radical era casi una anécdota. La alternativa era democracia o militares. Vivíamos una gran ilusión, muchas ganas de cambiar todo lo que había que cambiar. En Ezeiza hubo casi un millón de personas. Yo fui con la agrupación José Podestá, que reunía actores y músicos. Me acuerdo que estaba con Marilina Ross y el Chango Farías Gómez, entre otros. Pero a Perón no lo dejaron ni aterrizar. Los tiros marcaron las fracturas internas irreconciliables. Yo vi morir a una chica por una bala perdida.
Willy Quiroga: –Fue un período de mucho descontrol. Hubo mucha esperanza que rápidamente se transformó en una locura total. Yo siempre fui bastante apolítico. Me siento argentino y quiero que todos mis compatriotas tengan trabajo digno, libertad y justicia. Pero siempre me mantuve al margen de las banderías políticas.
Miguel Cantilo: –Es un tema complejo que excede los espacios periodísticos. He escrito canciones y libros que abordan el tema. Por ejemplo el libro Chau loco, en el que describo detalladamente lo que vi. Entre otras cosas, narra en primera persona los peligros que acechaban a cualquier comunidad, banda o familia rockera cuyas casas eran allanadas y metidas en la misma bolsa de la subversión. También dejé plasmada mi impresión en el rock “La leyenda del retorno”, que se publicó en mi primer disco solista Miguel Cantilo y Grupo Sur. Podría sintetizarla en una estrofa: “La muchedumbre jubilosa canta/ alrededor de la fogata santa/ tres guerreros ahumados/ manejan el asado./ La multitud festeja su retorno/ mientras el pan espera por el horno/ que no está para bollos/ y no está para pan./ Traigan al líder/ el pueblo lo quiere vivar”.
–¿Cómo se llevaban la cultura rock y la política en aquellos años?
M. C.: –Bien. Pero por carriles absolutamente diferentes y apetencias disímiles. A uno no le preocupaba demasiado lo que hacía el otro. Eran como agua y aceite. El humo del faso no se mezclaba con el de los fierros. En mi reciente libro Qué circo –memoria y presente de medio siglo de rock argentino–, abordo detalladamente el tema. Allí cuento anécdotas muy graciosas como cuando un camión de militantes encontró una caterva de hippies muy colgados y le cantaban: “Los hippies con Perón, que suban al camión”. Los aludidos no podían siquiera articular respuesta de lo pasados que estaban.
L. N.: –El rock tenía sus propias convicciones. Una forma de vivir distinta a la que imponía la sociedad.
P.: –En muchas partes se juntaban rockeros y militantes. Pero antes de Ezeiza. A partir de ese momento los tironeos por Perón dividieron aguas y espantaron. Antes de Ezeiza éramos casi todos del mismo equipo.
W. Q.: –Eran espacios diferenciados. En esa época, el rock quería cambiar el mundo, pero con una mirada muy romántica. Nuestra música se alimentaba de Woodstock y las experiencias con las drogas. Queríamos cambiar al hombre, pero no desde la política. Nuestro mensaje era de paz y nuestro disco La Biblia fue muy claro en ese sentido.
–¿Ese clima político marcó sus composiciones? ¿Cuáles?
P: –“Para el pueblo lo que es del pueblo” y “Que se vayan ellos” son las que tomaron más fuerza por aquellos años. También fue muy simbólico el disco Cancionero de la revolución (1973), que hicimos para la campaña de Cámpora. Las letras eran muy directas: “Vos que votaste como yo, con fe, con bronca, con visión, con esperanza. Vos que ganaste como yo, con la Argentina y con Perón, cuidado: el enemigo no está derrotado, la lucha continua, tenemos que pelear codo con codo con los compañeros sin olvidar a nuestros muertos de la guerra popular… porque una cosa es gobernar y otra la toma del poder” (“Hasta la toma del poder”).
M. C.: –Añado a “La leyenda del retorno”, “Señora violencia e hijos” y “Para Raimundo”, compuestas con Piero. El resto de mi obra en ese momento apuntaba a experiencias patagónicas, ya que prácticamente residí en El Bolsón hasta la muerte de Perón. En lo que atañe a mi tarea personal, la época no pasaba exclusivamente por todo ese clima político. Para mí la política es, fue y seguirá siendo un telón de fondo para la realidad que realmente me interesa. En ese caso, están las canciones de los álbumes Apóstoles (Pedro y Pablo) y el que grabé con el Grupo Sur, en las cuales se puede ver qué proporción ocupa la política o lo social y cuál la naturaleza y otros tópicos más propios del individuo y su búsqueda.
L. N.: –Siempre he creído que una canción que le habla a los individuos y refleja una forma en común de sentir y pensar es más revolucionaria que otra que narra un hecho político concreto con fecha y dirección. Hay canciones de las que se llaman políticas, aunque toda canción es política, finalmente, que son necesarias de tiempo en tiempo. Pero creo que perduran otras, las que describen las idiosincrasias.
W. Q.: –En “Es una nube, no hay duda”, con Vox Dei hablábamos de la libertad. Nos habíamos dado cuenta de que los militares no querían que pensáramos. Nosotros buscábamos por otro lado.
–¿Qué balance hacen del último gobierno de Perón?
L. N.: –Las clases más populares vivieron el retorno con cariño e ingenuidad. Pero la sociedad y los intereses, como siempre, estuvieron repartidos. Los sectores antagónicos esperaban sacar la mejor tajada de esa vuelta. Perón no era el mismo. Además estaba muy grande y enfermo, y con una monada alrededor que te la regalo.
M. C.: –Caracterizar ese regreso es algo que no puedo resumir en una nota periodística. Hay temas que pertenecen más al juicio consciente de la Historia. Pero creo que todos estábamos involucrados. Obviamente, la pirámide de responsabilidades tenía a Perón en la cima, pero nadie puede excluirse de haber participado en alguna medida en los resultados, ya sea por acción, omisión o indiferencia.
P: –Fue un proceso muy doloroso. Cuando Perón echó de la Plaza a los jóvenes las cosas se pusieron peor. Perón no sólo les decía “no”, sino que también los sobraba. Es verdad que por definición eran jóvenes, pero del otro lado, ¿qué había? No era una diferencia de matices. Era la derecha más brutal. Entre esas alternativas uno se sentía más identificado con los jóvenes que Perón había recibido en España. Su muerte fue terrible. Fue la muerte de toda esperanza. Yo perdí las ganas de cantar, me fui al campo y después a España, luego de que los Falcon vinieron a buscarme.
W. Q.: –Fue un período de gran esperanza y mucha desilusión. La muerte de Perón abrió paso a cada vez más oscuridad. Fue ahí que definitivamente aposté por la búsqueda interior.
Éramos subversivos y reaccionarios
Año 4. Edición número 187. Domingo 18 de diciembre de 2011
Por Jorge Pistocchi.Creador de Mordisco y Expreso Imaginario
El período 73/74 resultó particularmente movilizante para toda la sociedad argentina y por supuesto que este clima también incluyó a la cultura rock. Eran tiempos de esperanza, pero también de tensiones y miedo. Nuestro movimiento se componía, fundamentalmente, por gente que venía de diversos marginamientos. No nos motivaba tanto una idea política como un espíritu libertario. Pero es cierto que entre nosotros había gente de diversa extracción, alguna más cercana a la militancia. Es difícil transmitir lo que pasó porque fueron tiempos convulsionados y no éramos muy conscientes de las dimensiones de lo que estaba sucediendo.
Recuerdo haber ido con muchos amigos y músicos a la Plaza de Mayo para festejar el triunfo de Cámpora. Parecían abrirse una etapa de un enorme optimismo. Aunque casi al mismo tiempo empezamos a sufrir presiones de un grupo de la extrema derecha peronista, conocido como Guarda de Hierro. Ellos exigían que adhiriéramos a su grupo y desde ya no estábamos dispuestos. Por eso hicimos una convocatoria con Miguel Grinberg (Luis Alberto) Spinetta y Emilio del Guercio, entre otros, para reunirnos todos los domingos en el Parque Centenario. Solíamos juntar unas 500 personas. Venía gente del periodismo, la música, el teatro y sacábamos cada semana una publicación que si no me equivoco se llamaba La Gente del Parque. Era gratuita e incluía textos periodísticos y poesía. En el Festival de la Victoria que se hizo en el Club Argentinos Juniors desfilaban personajes con camisas negras y manos levantadas que siempre eran una amenaza.
La relación entre militantes populares y la gente del rock era ambigua y en algunos casos de desconfianza. “¡No somos hippies, no somos faloperos, somos soldados de FAR y Montoneros!” era un cántico muy de la época que expresaba mucho. La derecha nos consideraba subversivos y para ciertos sectores de la izquierda éramos reaccionarios. Entre esas dos aguas vivíamos y tratábamos de hacer nuestra historia.
Esperábamos la llegada de Perón con entusiasmo. Pero los sucesos de Ezeiza nos dejaron claro que la cosa se pondría cada vez más violenta. La situación era de una muy difícil resolución para Perón o para cualquiera. Su posterior muerte me pegó duro por todo lo que significó desde mi infancia y para el país. Las cosas no dejarían de empeorar y comprendí más que nunca que mi búsqueda pasaba por otro lado.
Una historia de rock y política
Año 4. Edición número 187. Domingo 18 de diciembre de 2011
Por Sergio Pujol*
Nada más erróneo que considerar al rock argentino como un espacio despolitizado, salvo que se crea que la única forma de la intervención pública debe transcurrir, inevitablemente, por los andariveles de la vida partidaria, allí donde la ideología encarna en organizaciones que aspiran al ejercicio del poder. Siguiendo un axioma de los años ’60 –“lo personal es político”–, el rock se estatuyó como cultura de los jóvenes en contraposición al régimen de Onganía, para luego tener que lidiar, más dramáticamente, contra la dictadura del Proceso.
En esos períodos oscuros de la vida nacional, el ser rockero fue mucho más que una moda. Fue una cultura alternativa, otra mirada del mundo, otro proyecto de vida. ¿O acaso no era un gesto fuertemente disidente llevar los cabellos largos a riesgo de caer en los coiffeur seccional mencionados por Pedro y Pablo en “Yo vivo en esta ciudad”? ¿Y qué decir de los recitales en pleno estado de sitio de la última dictadura, cuando los camiones militares se posicionaban de culata en las puertas del Luna Park o de Obras Sanitarias, prestos a marcarles a los concurrentes los límites de un espacio público celosamente vigilado? Cuando volvió la democracia, el rock tuvo cosas para decir: algunas ya planteadas, con sordina, bajo el régimen militar. Otras relativamente novedosas. Hay conquistas relacionadas con los derechos de las minorías –la ley de matrimonio igualitario, por caso– que fueron letras de canciones mucho antes de que se debatieran en los medios y en el Congreso.
El Spinetta del ’73 supo andar por mítines de la JP; Roque Narvaja, Litto Nebbia, Miguel Cantilo y León Gieco no escondieron sus simpatías políticas en épocas de fervores partidarios y a lo largo de los ’90 no fueron pocas las bandas que se solidarizaron con los organismos de derechos humanos. Ciertamente, no sería honesto dejar aquí de lado las visitas de Charly a Menem o las adhesiones del Flaco a la campaña de Angeloz. Al fin y al cabo, el rock no es un partido político cuyos militantes deban actuar coordinadamente, de acuerdo a líneas trazadas de antemano.
Lo importante es reconocer que la historia del rock argentino –una militancia en sí misma– no se explica adjuntando un inventario de actitudes pequeñoburguesas, como lo creía la izquierda más sectaria de los ’70. Por lo demás, la potencia política del rock no se agota en lo que sus principales cultores digan o dejen de decir sobre un gobierno en particular. No siempre la crítica política se expresa en actos abanderados. Finalmente, la frase más radical de los discursos sociales de los últimos años nació de una banda de rock: “todo preso es político”.
*Historiador y docente. Recientemente lanzó Como la cigarra. Biografía de María Elena Walsh.
Fuente:MiradasalSur
RADIO
13 de Diciembre
Vuelve luego de diez años
Dolina lleva "La venganza será terrible" a Radio Del Plata
A poco de cumplir 20 años al frente de su tradicional ciclo "La venganza será terrible", Alejandro Dolina deja Radio Nacional para volver a integrar las filas de Radio Del Plata, emisora en la que trabajó una década atrás.
Siendo parte de uno de los pases radiales del año, el 12 de enero próximo Dolina desembarcará en la medianoche en la radio comandada artísticamente por Bernarda Llorente y Claudio Villarruel, responsables de la productora ON TV Contenidos y del canal 360 TV, para continuar con el clásico que comenzó al aire en 1993.
"Estoy nervioso, pero también muy contento. Hay aquí un profesionalismo que llena un poco de temor, pero también de entusiasmo", dijo el autor de Crónicas del Angel Gris luego de firmar el contrato.
Autor, escritor, guionista, músico y voz de los más emblemáticos personajes de la radiofonía local, Dolina hizo sus primeras participaciones radiales en Mañanitas Nocturnas, programa de Carlos Ulanovsky y Mario Mactas, por Radio Argentina.
Luego, en 1985, debutó en radio al frente de Demasiado tarde para lágrimas, junto a Adolfo Castelo por Radio El Mundo; y en 1993 continuó en FM Tango, con el programa bautizado La venganza será terrible.
Después, trabajó en Continental durante 1994/2000 y 2002/2006, con un breve lapso en Del Plata en 2001, hasta pasar a Radio 10, donde permaneció hasta 2009.
Desde entonces, a partir de febrero de 2010, Dolina continuó encabezando su clásico programa por Radio Nacional junto a Patricio Barton, Gabriel Schultz y Jorge Dorio.
Fuente:Telam
MUESTRAS y EXPOSICIONES
13 de Diciembre
Muestra
La Luthería argentina se muestra en la Biblioteca Nacional
La Biblioteca Nacional será sede entre el miércoles y el sábado de Luthería en Buenos Aires 2011, el 11er. Salón de Instrumentos Musicales de Autor que mostrará qué y cómo se construye aquello que permite hacer sonar a la música que se toca aquí y en otras partes del mundo.
“La muestra nos permite exhibir el avance de una actividad que está creciendo en la Argentina y que tiene reconocimiento internacional”, aseguró a Télam Esteban González, miembro fundador y primer presidente de la Asociación Argentina de Luthiers, que motoriza estas jornadas.
El hacedor de guitarras que utilizan Quique Sinesi, Ernesto Snajer, Nicolás “Colacho” Brizuela, José Saluzzi, Fernando Tarrés, Armando de la Vega y Rudi Flores, por citar solamente a algunos de sus clientes, apuntó que “hace 10 años la luthería estaba estancada y parecía que se trataba de un oficio de viejitos ermitaños que no querían transmitir sus conocimientos”.
Conocedor del panorama, destacó el presente porque “en la actualidad hay muchos jóvenes arrimándose al tema y la información circula ya que tenemos 10 escuelas de luthería, cinco de las cuales son muy importantes”.
En el mismo sentido, González subrayó que “a nivel de producción se avanzó bastante y, además, se ha revalorizado el instrumento artesanal que tiene una propuesta”.
El autor de las guitarras Camarada, consideró que el reposicionamiento de la luthería argentina en el universo musical “tiene que ver con una mirada especial hacia todo lo que ocurre en estos momentos en el país”.
De lo general a lo local, informó que en el marco de la muestra que tendrá lugar en uno de los salones del complejo sito en Agüero 2502, “se van a firmar dos proyectos con el Ministerio de Trabajo y con Industrias Culturales para el equipamiento y el pago a los docentes de las escuelas de luthería de Cosquín (Córdoba) y El Bolsón (Río Negro)”.
Al referirse al criterio de Luthería en Buenos Aires, el creador adelantó que “la intención es que la exposición de instrumentos terminados les posibilite a los asistentes charlar con los constructores para así abrir unas puertas que nos permitan salir a mostrar lo que se hace”.
La cita de cuatro jornadas con entrada libre y gratuita que genera la Asociación Argentina de Luthiers se desarrollará mañana y el jueves de 17 a 21, el viernes 16 de 10 a 21 y el sábado 17 de 12 a 19 y demostrará, según auguró González, que “los instrumentos que estamos generando son cada vez más eficientes”.
“Por eso -postuló con alegría- logramos superar el cerco y los músicos profesionales empiezan a mirar con mayor atención aquello que proponemos”.
Consultado acerca de cuál es la propuesta de un constructor de instrumentos, el luthier formado por Esteban Pérez Esquivel en la construcción de guitarras y por Rodolfo Cucculelli en la “luthería fina”, contó que “mi especialidad son las violas de cuerdas de nylon, pero básicamente la búsqueda del sonido y de una determinada estética”.
“En lo personal busco una manera contemporánea de construir que represente a la música argentina”, se definió González, de 37 años y casi dos décadas como luthier.
En el mismo sentido, aportó que “no por casualidad, mis guitarras son usadas por tipos que encaran la música de esa manera como Snajer y Sinesi”, quienes justamente participarán de la inauguración de la muestra compartiendo concierto las 19.30.
Otras actividades especiales de la exposición tendrán lugar el jueves a las 10 con el Encuentro de Escuelas de Luthería, a las 12 con la charla "Oportunidades y desafíos para la promoción de la luthería argentina" y a las 14 con el concierto presentación del disco “Río rebelde” del arpista y luthier Milán Cardozo
En tanto, el sábado 17, desde las 12 el violinista Pablo Saraví disertará acerca de “La luthería italoargentina” y a las 15 Gabriel Schebor se referirá a la "Evolución de las guitarras, del renacimiento al romanticismo".
Fuente:Telam
16/12/11
Con el ritmo de las olas y la música
Se exhibe en Vasari una exquisita selección de obras geométricas de Kazuya Sakai, en las que juegan sus raíces asiáticas y su pasión por el jazz.
POR Mercedes Perez Bergliaffa
SIN TITULO. Acrílico sobre tela.
MILES DAVIS. Acrílico sobre tela.
Mis padres querían que fuese japonés y, evidentemente, lo soy. Pero puedo decir que me siento y me identifico como argentino y latinoamericano. Esa ambivalencia, esa carencia de pertenencia, es constante”. Así se ubicaba en el mundo el artista Kazuya Sakai en una entrevista realizada hace décadas por Leila Driben. Es parte del testimonio que nos queda del pintor, fallecido en Dallas, en 2001.
Conocido por sus obras informalistas de grandes trazos negros, Sakai –pintor nómade en una época en la que los artistas no viajaban tanto como en la actualidad– pegó el gran salto en su carrera gracias a su serie más original: aquella emparentada con la música.
Pertenecientes a los primeros años de su “período geométrico”, los trabajos que pueden verse actualmente en la galería Vasari son una pequeña selección preciosista de pinturas creadas entre el 69 y el 76. Son coletazos de una transición desde su pintura informalista hacia la geometría. Por eso algunas obras tienen chorreaduras en los planos que las constituyen, mientras que otras son tan sólo planos plenos, densos y llenos de pintura. Impecables. Eso sí: los puntos del asunto de todas las obras, los ejes que guían la mirada durante la ronda de observación alrededor del espacio, son siempre concentraciones de formas circulares; nudos (tan pregnantes a la percepción). Esos que Sakai hacía mientras iba pensando en la música, en el jazz, otra de sus grandes preocupaciones. Fue el jazz el que guió parte de su pensamiento hacia una nueva característica que irrumpió en sus obras de aquellos años: la sinuosidad. Lo sinuoso.
Este no es un dato menor, dentro de la exposición. Porque algunos trabajos presentan trabas formales donde lo circular aparece pero no es tan pronunciado, donde hay recortes, picos, líneas duras que dirigen la composición y que cortan ese ritmo que comenzaba a nacer redondeado, musical; mientras que otras obras de la muestra son completa y absolutamente redondas. En ellas, las formas no son únicamente así, pero la composición general sí produce inmediatamente un efecto circular sedante, deslizante. Al observarlas, en determinados momentos me dejé mecer por estas obras de Sakai. Arrullan.
Pienso que lo importante, lo que se mueve por lo bajo aquí –debajo de la piel de la exposición, oculta tras las búsquedas formales evidentes– es la extraña educación vital del artista. Infancia en Buenos Aires; luego, dieciséis años viviendo en Japón, con guerra incluida; tres años en Nueva York, durante la efervescencia del pop-art. Doce años intensos en México, en contacto con Octavio Paz; y desde los años 50 hasta su muerte, estancia en Dallas. “Sakai es un nisei”, es decir, de primera generación de japoneses en el extranjero escribió Amalia Sato. Por eso su búsqueda artística hay que comprenderla desde un nicho de cruce, un árbol con raíz cultural japonesa y tronco local. Las ramas, diversas.
El artista dio testimonio del origen de su búsqueda, aparentemente vanguardista, occidental, informalista, pop y neo-concreta, pero, en realidad, concebida muy sutilmente desde cierta estructura de la estética asiática, para nosotros tan ajena. “Ogata Korin –explicó acerca de Sakai– es, junto a Sotatsu, uno de los artistas más representativos de la escuela Rinpa, que floreció en Japón durante los siglos XV a XVIII y que estableció un estilo pictórico propio, alejado de los modelos chinos. Rinpa se distingue por sus diseños audaces, el respeto a la simplicidad de las formas, la asimetría compositiva y una técnica sorprendentemente elaborada, a la que debemos sus ricas texturas y colores brillantes. Transmutando ciertas formas naturales en siluetas geométricas –recortadas a la manera de los collages de Matisse– Korin pone atención al trazado elegante y reiterado de curvas, círculos y líneas sinuosas, que fluyen sin principio ni fin aparente. Este aspecto de su pintura me movió a emprender algunos ejercicios con círculos, volutas y otras repeticiones y reiteraciones.”
De Rinpa, Sakai tomó el color, la repetición, la forma. De Sotatsu, la sensualidad orgánica de sus paisajes con olas que arrastran, que seducen. Allí está el secreto de Sakai: en la mezcla de los movimientos del agua y de la música.
FICHA
Kazuya Sakai. Geometrías.
Lugar: Galería Vasari, Esmeralda 1357.
Fecha: hasta el 16 de diciembre.
Horario: lunes a viernes, 11 a 20.
Entrada: gratis.
Fuente:RevistaÑ
CINE
13 de Diciembre
Cine
Torres se asoma a las leyendas marinas que habitan “La campana”
Fredy Torres, realizador del filme “La campana”, que llega este jueves a salas locales, expresó que esta es una película “que cuenta una leyenda de hombres de mar, de personajes solitarios e introspectivos en determinado contexto histórico y con el tiempo como protagonista”.
“La película plantea una reflexión sobre el paso del tiempo, las responsabilidades y la disyuntiva que se presenta en determinados momentos de quedarse y aceptar la realidad o escaparse para evadir los problemas”, relató el cineasta en diálogo con Télam.
La historia, que remite a la literatura fantástica y que transcurre en el puerto de Mar del Plata durante la Guerra de Malvinas, aborda la historia de Juan (Jorge Nolasco), un pescador que buscando escapar de sus emociones se pierde mar adentro en “la campana”, un legendario lugar donde el tiempo se detiene.
Al caer en este mítico sitio deja en el camino a Laura (Rocío Pavón), una jovencita que quedó a su cuidado a partir de la muerte de su padre, otro pescador amigo de él, y por la que empezó a tener sentimientos que lo llevaron a alejarse y buscar este sitio en el que permaneció solo una tarde mientras que en la tierra pasaron casi tres décadas.
A su regreso, el país, sus compañeros y Laura no serán los mismos y deberá otra vez enfrentarse a su nueva realidad.
Lito Cruz, Mónica Ayos, María Fernanda Callejón, Carlos Kaspar, Juan West, Julián Howard, Alfredo Allende, Marcelo Serre, Nacho Vavassori y Gabriel Conlazo completan el elenco de este filme que propone una historia fantástica en el marco de un hecho histórico.
2Busqué distinguir al hombre de mar con sus cuestiones particulares como ese síndrome de no pertenencia, cuando está en tierra quiere estar en el mar y viceversa”, afirmó el también guionista del multipremiado cortometraje “Líneas de teléfonos” (1996) y del documental “El Nüremberg argentino” (2004).
-¿En qué te inspiraste para crear esta historia? -Hubo varios factores, por un lado, es una historia que tiene al mar como protagonista. Mi padre fue un marino mercante y cuando tenía 10 años me llevó a navegar con él y en ese viaje por primera vez escuché lo que era la marinería. A la noche se juntaban a contar mitos, leyendas y cuentos referidos al mar, entre ellos, historias parecidas a “La campana”, con la misma raíz.
Esos mitos y leyendas terminaban en el mismo punto: todas las personas que desaparecían mar adentro no morían sino que estaban en una realidad paralela y esto lo engarce con cuentos de los pescadores del puerto de Mar del Plata y así se formó “La campana”.
-¿Cuál es el rol que ocupa el tiempo en el relato?
-Es el elemento fundamental de mis películas, por cómo se altera y cómo afecta a los personajes. El tiempo es uno de los protagonistas de esta película al igual que el mar.
Es un personaje y lo trato como tal, y también al espacio, no hago diferencia, funcionan de la misma manera que todos los demás personajes. Me interesaba generar esa sensación de que el tiempo estaba detenido y vestirlo como personaje.
Es el que transforma el entorno y el que talla las personalidades de los protagonistas.
-¿Y el silencio?
-Es la característica del protagonista y de la mayoría de los personajes. El fuerte está puesto en la mirada, el gesto y la sutileza.
La gente de mar tiene al algo característico que es la mirada de mar, la mirada al horizonte porque es la única que tienen arriba de un barco y es lo que le propuse a los personajes.
-¿Cómo abordaste la trama desde la estructura narrativa?
-La estructura narrativa tiene varias tramas que es lo que mantiene la tensión. Por un lado lo relativo a lo fantástico, que tiene que ver con la campana, el contexto histórico, que tiene que ver con la Guerra de Malvinas y también, la historia de amor entre los protagonistas, la joven y el pescador.
A la vez, es una historia de soledades. La soledad es lo que marca la historia y el vínculo entre los protagonistas y también está la cuestión de una chica en un mundo de hombres, un mundo particular y hostil en el que las mujeres también están talladas por el viento y el salitre del mar.
-¿Qué te seduce del género fantástico?
-Siempre me interesó el género fantástico y autores como (Adolfo) Bioy Casares, (Jorge Luis) Borges y (Julio) Cortázar y todo lo que es la literatura de América Latina en relación a lo fantástico y al realismo mágico.
Busco articular historias fantásticas o de fantasía con historias de nuestro pasado. Me muevo dentro del género con determinada sutileza y tratando de no ir al extremo.
Me sitúo desde ese lugar sutil respecto de lo fantástico, más cerca de lo extraño y lo maravilloso. Me ubico cerca de lo que es el realismo mágico moviendo una sola pieza de lo que son las leyes naturales y no alterarlas totalmente, provocar un desajuste nada más y ver cómo reacciona el mundo que nosotros conocemos y los personajes ante un pequeño movimiento.
-¿Considerás que tu película es todo un homenaje al mar?
-El país tiene una deuda con el mar, todo lo que es la mitología y las historias generalmente en Argentina son de tierra adentro y a la hora de filmar pasa lo mismo y tenemos una historia enorme en lo que tiene que ver con la marina, con la pesca y con los hombres de mar y me parecía que había una deuda con este mar como protagonista.
Fuente:Telam
POESÍA
Una vez me dijeron: "Esa mesa
es de Borges. También esa ventana.
Si él no viene a las diez de la mañana,
el café multiplica su tristeza".
Entonces, otra vez, desde otra mesa
que ocupaba un rincón, y otra ventana,
aguardé inútilmente. La mañana
se fue, multiplicando mi tristeza.
Ahora ya es muy tarde. Su figura
se disolvió en el aire y en la altura.
La ventana enturbió su transparencia.
Y no podré mirar lo que él miraba,
y no podré aguardar lo que él aguardaba.
la mesa está ocupada por su ausencia.
MARIO ALBERTO PERONE
Poeta rosarino.
Aclaración:Las fotos que ilustran las notas que no son de origen, son bajadas de la web.
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