Una figura insoslayable
Homenaje a Manuel Dorrego a 183 años de su asesinato
Publicado el 14 de Diciembre de 2011
Miembros del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico e Iberoamericano Manuel Dorrego realizaron una ofrenda floral al pie del monumento que recuerda al gran caudillo federal en el barrio porteño de San Nicolás.
El Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego (INRHMN) realizó ayer un homenaje en el aniversario del fusilamiento del militar, político y periodista argentino, referente del federalismo nacional. Dorrego, nacido en 1787 y fusilado el 13 de diciembre de 1828, fue “el gran prócer argentino, primer jefe popular, coronel del pueblo y mentor de la democracia argentina”, dijo el presidente del Instituto, Pacho O’Donnell, en una declaración escrita. El ensayista y escritor, junto al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, puso una ofrenda floral en el monumento que Dorrego tiene en la plazoleta ubicada en la esquina de las calles Suipacha y Viamonte, en el porteño barrio de San Nicolás.
Además de O’Donnell y Duhalde, estuvieron presentes los vicepresidentes del INRHMN, Víctor Ramos y Araceli Bellota; su secretario, Luis Launay, y los escritores e historiadores Pablo Hernández, Hugo Chumbita y Luis Alen Lascano, entre otros.
En diálogo con Tiempo Argentino, O’Donnell subrayó la necesidad de reivindicar la figura de uno de los principales referentes del federalismo rioplatense, que gobernó la provincia de Buenos Aires en dos oportunidades: en 1820, como gobernador interino, y en 1827, hasta su asesinato ocurrido un año después. “Cuando ciertos relatos históricos se equivocan, es necesario hacer las correcciones necesarias. Eso sucede con la figura de Dorrego, que defendió a los sectores humildes y provinciales del despotismo de la oligarquía porteña y unitaria. En esa tensión radica una de las razones por las que su figura permaneció en el olvido mucho tiempo”, dijo.
El autor de La gran epopeya también aludió a José Artigas, otro gran defensor de los intereses federales, cuyo liderazgo fue particularmente fuerte entre los sectores rurales; a diferencia de Dorrego, que también tuvo gran influencia en la incipiente población urbana. También aludió a las implicancias políticas de su asesinato, ordenado por Juan Lavalle, antiguo compañero de armas en el Ejército y a quien Dorrego había recomendado en su momento para un ascenso.
“De todos modos, Lavalle no es el único responsable del asesinato. También estuvieron implicados Salvador María del Carril, asesor de Lavalle al momento de planificar el crimen; el sacerdote unitario Juan Segundo Agüero, Martín Rodríguez (que fue gobernador en 1820 con apoyo de las clases altas tras una elección donde el otro candidato había sido Dorrego, justamente) e inclusive Bernardino Rivadavia, a través de su representante Varaigne”, continuó O’Donnell. Y agregó: “Su influencia era tan grande que cuando Guillermo Brown ordenó que trajeran el cuerpo a Buenos Aires, los complotados le dijeron a Lavalle que no lo hiciera por temor a represalias por parte de los sectores populares”.
Entre sus características, O’Donnell señaló que, por ejemplo, Dorrego propuso que para aceptar su designación como gobernador votaran todos los habitantes de Buenos Aires sin excepción en un antecedente del voto universal, secreto y obligatorio. También fue un impulsor de la unión americana “ya que tuvo un estrecho contacto personal con (el venezolano) Simón Bolívar” que escribió una conmovedora carta al conocer el asesinato de su amigo.
“A la muerte de Dorrego siguió un genocidio planificado del gauchaje federal, haciendo que ese año fuese el único de nuestra historia en que las muertes superaron a los nacimientos”, señaló O’Donnell finalmente.
Fuente:TiempoArgentino
Opinión
Hablar de fusilamiento o muerte es un eufemismo
Publicado el 14 de Diciembre de 2011
Por Eduardo Luis Duhalde Secretario de Derechos Humanos de la Nación.
Invitado por el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego, del cual he sido designado miembro honorario, concurrí a la esquina de Viamonte y Suipacha a participar de un homenaje sustancial para este momento en el que la creación del instituto ha abierto la polémica de los que se sienten propietarios de la Historia Argentina. A veces abiertamente y a veces en forma encubierta, tras un pseudo-cientificismo han construido un falso relato de la historia acorde con su pertenencia a la Argentina oligárquica y liberal. El revisionismo que reivindica la historia de las masas y de sus caudillos resurge siempre que la Argentina instrumenta una política nacional y popular, como la de los gobiernos del general Perón o cada vez que el movimiento nacional tuvo preponderancia. Y naturalmente resurge ahora, con el modelo inclusivo y defensor de lo nacional que encarna la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La figura del Coronel Manuel Dorrego es emblemática tanto como héroe de la independencia como por ser el primer caudillo popular de Buenos Aires, asesinado precisamente por la conjura oligárquica y los hombres de levita negra. Es un prócer que siempre ha contado con el interés de los intelectuales y la historia por su trágica muerte, pero aún queda mucho por reivindicar de su proyecto político federal y de su visión latinoamericanista que lo emparentó con Bolívar y San Martin. En 1964, con Rodolfo Ortega Peña publicamos El asesinato de Dorrego. Creo que fuimos los primeros historiadores que le dieron el verdadero carácter de asesinato a lo que aparecía bajo el eufemismo de muerte o fusilamiento con el cual se disimulaba el acto criminal. Por eso, con una ofrenda floral, participé emocionado del homenaje que se le brindó a este gran patriota.
Fuente:TiempoArgentino
Opinión
Recordar el primer golpe de estado de nuestra historia
Publicado el 14 de Diciembre de 2011
Por Araceli Bellotta Vicepresidenta del Instituto Nacional de Revisionismo.
En el 183 aniversario del fusilamiento del gobernador de Buenos Aires, coronel Manuel Dorrego, el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano que lleva su nombre rindió homenaje a su memoria. Recordar a Manuel Dorrego no tiene como único fin evocar la figura del prócer, sino también invitar a la reflexión sobre las causas que provocaron su derrocamiento. Dorrego fue un republicano, defensor del federalismo y de los intereses nacionales y populares, quien durante su actuación como diputado en el Congreso Constituyente de 1826 fue el principal opositor a Bernardino Rivadavia, el mismo que como ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires autorizó el empréstito de la Baring Brothers, la primera deuda externa contraída en Londres que significó el inicio del condicionamiento de la Nación a los intereses británicos. El país se comprometió a devolver un millón de libras al 6% de interés anual, cuando apenas recibió poco más de la mitad, una vez descontados las comisiones, los intereses y los “servicios adelantados”. Ese empréstito se canceló 82 años después, en 1904, y se pagó ocho veces lo que se había pedido.
Cuando Dorrego asumió la gobernación de Buenos Aires en 1827, la deuda ascendía a más de 13 millones de libras. Su gestión se orientó a poner límites a la especulación fomentada por el capital financiero británico, a favorecer a los sectores productivos, a reforzar su reivindicación del voto popular que ya había enunciado en sus tiempos de diputado. Al mismo tiempo, se opuso a concluir la guerra con el Brasil mediante un acuerdo que incluía la cesión de la Banda Oriental al imperio brasileño, aliado de los ingleses, tal como lo había aceptado Rivadavia.
Sin recursos para continuar la guerra, autorizó la firma de un tratado que declaraba independiente a la provincia oriental. Los unitarios difundieron que Dorrego había acordado, con ligeras variantes, lo mismo que Rivadavia, aunque la diferencia entre “cesión” y “reconocimiento de independencia” es más que clara. Esa fue la excusa para derrocar y para fusilar a Dorrego, y esa fue la versión de la llamada “historia oficial” que llegó hasta nuestros días y que el revisionismo se ocupó de refutar.
Fuente:TiempoArgentino
Opinión
Aún debemos revisar al defensor del federalismo
Publicado el 14 de Diciembre de 2011
Por Hugo Chumbita Periodista y escritor e historiador.
Manuel Dorrego, revolucionario de la independencia, gobernante democrático, defensor del federalismo y de la unión americana, su trayecto muestra la conexión entre la generación de 1810 y el movimiento federal. Oficial de las fuerzas que marcharon contra los realistas en la Banda Oriental, libró desafortunados combates contra los artiguistas, aunque luego se opuso a los extravíos del Directorio porteño, que consintió la invasión de la Provincia Oriental por los portugueses. Pueyrredón lo desterró. Radicado en Baltimore conoció el federalismo norteamericano, y al retornar se vinculó con los caudillos Ibarra, Bustos y Quiroga.
Promotor del partido popular y federal bonaerense, viajó al Alto Perú a ver a Bolívar, adhiriendo a sus planes de unión continental, y reclamó la guerra para liberar la Banda Oriental. Como legislador, enfrentó la política de Rivadavia. Electo gobernador de Buenos Aires, respetó las instituciones y la libertad de prensa mientras se esforzaba en seguir la guerra al Imperio Brasileño, gestionando la ayuda de Bolívar e incluso el regreso de San Martín. Pero el bloqueo del puerto causaba serios trastornos, y el ministro inglés presionaba. Al fin, tuvo que admitir el tratado propiciado por los británicos, que convertía al Uruguay en una república separada, y terminó derrocado y fusilado por el golpe de Lavalle.
En su monumento se lo reconoce “mártir del federalismo”, pero una engañosa inscripción reza que combatió al “caudillismo”, atribuyéndole además “la paz con Brasil” y “la fundación de la nación uruguaya”. ¿No habrá que revisarlo?
Fuente:TiempoArgentino
No hay comentarios:
Publicar un comentario