Margarita Belén
Año 4. Edición número 187. Domingo 18 de diciembre de 2011
Por Mario Burgos. Ex detenido político
Opinión.
Domingo 12 de diciembre de 1976, cárcel de Villa Libertad, Chaco. Llaman a traslado a siete compañeros: llevamos meses de aislamiento y hay rumores sobre detenidos asesinados en otras cárceles. En nuestro pabellón llaman a Duarte y Fransen. Con Kunkel y un compañero del PRT discutimos qué hacer. Queremos evitar su traslado hasta el lunes, lograr repercusión en Resistencia y así disuadir a los militares de matarlos. Del otro lado de la reja la presión aumenta. Un oficial nos dice que si “el movimiento” no lo hacen ellos entra Gendarmería a sangre y fuego. Mencionan Margarita Belén y revivo aquella desazón de tener la vida de compañeros en nuestras manos. Estábamos convencidos de que iban a asesinarlos. Pero si oponíamos resistencia, peligraba la vida de cientos de compañeros. Igual, todo nos empujaba a no aceptar el traslado. Llega un mensaje del pabellón 2, donde estaban Salas y Tierno: “Los compañeros salen”. Carao y Fransen nos abrazan sin darnos tiempo a nada. El martes, los yugas nos tiran a trozos su versión: “Dicen que se quisieron escapar, pero todos tienen tiros en la nuca; también mujeres, los trasladaba el Ejército”. Esa noche, tras apalearlos en la alcaidía, los llevaron en camiones hasta Margarita Belén, los bajaron y los asesinaron. Los siete fueron 22 o más. Por años convivimos con la duda sobre lo que pudo pasar si no hubieran salido. Después, porque nuestro pueblo siempre construye un después, aunque se tarde: familiares, HIJOS, el Equipo de Antropología, identificaron a 17. De cinco aún no sabemos su identidad. Los recuerdo y me abruma comprobar su juventud. Con 26 años, yo era más viejo que la mayoría, llenos de vida, capaces de cualquier logro con sólo proponérselo. Veo a los yugassorprendidos de vernos correr tras la pelota al rayo del sol en una siesta con viento norte y más de cuarenta grados. Pero su alegría, su inteligencia y la vida en sus cuerpos fueron alcanzados por un genocidio racional y determinado a eliminar todo vestigio de memoria y dirigencia. Hace ocho años, Kirchner asumió un compromiso de justicia. Ocho militares ya fueron condenados en juicio, otros dos esperan. Asquea mentar genocidas cuando recuerdo a los compañeros. Habrá algo de esta mezcla obscena mientras la memoria y la justicia no se impongan por completo.
Fuente:MiradasalSur
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