29 de enero de 2012

COLECTIVO CULTURAL.

LIBROS, ESCRITORES y POETAS
27/01/12 
Osvaldo Soriano: a quince años de la muerte del escritor elogiado y discutido por igual
Escritor, periodista, fanático del cine y San Lorenzo, “El Gordo” instituyó un estilo que caló hondo en su generación y en las siguientes, pese a que la crítica académica local le fue casi siempre esquiva. Murió el 29 de enero de 1997, después de luchar contra un cáncer de pulmón. Tenía 54 años.
POR Ivanna Soto
SORIANO. La fascinación que ejercía sobre los lectores se tradujo en enormes ventas y traducciones en el exterior.
Un escritor al que no le interesaba la literatura -como solía decir-, que aprendió de su vida nómade siguiendo a su padre electrotécnico por las distintas ciudades del interior. Fue él, que nació un día de Reyes de 1943 en la calle Alem de Mar del Plata, mientras Borges y Bioy Casares imaginaban las historias de Isidro Parodi, que nunca terminó el secundario, que no cumplió el sueño de sus padres de ser ingeniero ni el suyo de ser futbolista. Soriano, el escritor, el periodista, el cinéfilo, el fanático, “El Gordo”, que creció entre los paisajes y amistades que podían ofrecerle Mar del Plata, luego Tandil, San Luis, Río Cuarto, Río Negro, jugando a las barajas, refugiándose en el cine y el fútbol. Se hizo de San Lorenzo, sin importar lo que eso significaba en una provincia, sin nunca pensar en otra camiseta. Quizás ya entonces se gestaban los gérmenes de esa intensa provocación que caracterizaría siempre a Osvaldo Soriano.

Ya pasaron 15 años. Soriano no está. Pero no deja de estar presente. Ni él, ni el periodista de Triste, solitario y final, ni su Andrés Galván y Tony Rocha, ni su Julio Carré, ni sus artistas, locos y criminales, ni sus rebeldes, soñadores y fugitivos, ni sus piratas, fantasmas y dinosaurios. No deja de estar, pese a los críticos y académicos que desdeñaron sus historias y su estilo.

Le gustaban los libros. Amaba a Arlt, a Cortázar y a Chandler. También a Simenon y a Greene, cuyas muertes, dijo, “lloró como un chico”. Su iniciación a la lectura fue con Soy leyenda, de Richard Matheson, en 1961. Y luego siguió: los clásicos del siglo XIX, los rioplatenses, los americanos, los clásicos de nuevo, implantando una lectura de orden caótico que lo seguiría toda su vida.

Así como empezó a leer, también empezó a escribir, en la oficinita de una metalúrgica de Tandil, mientras trabajaba de sereno. Se sentaba en la máquina y tipeaba hasta el amanecer sus “primeros cuentitos, muy cortazarianos”. Y nunca más pudo escribir de día. Ya en Tandil, entre reuniones de café de intelectuales socialistas, dejó de pensar en fútbol y decidió ser escritor. Ahí consiguió su primer trabajo como periodista en El Eco de Tandil. Y arrancó: llegó a Buenos Aires en 1969 detrás de una nota sobre Semana Santa encargada por Osiris Troiani, para después seguir con sus crónicas en Panorama y La Opinión, luego durante su exilio en medios europeos como Il Manifiesto y Le Canard Echainé, y en su retorno al país, en Página/12. Las vueltas de la vida: ya como periodista, volvió a recorrer las ciudades y pueblos del interior que había recorrido durante su infancia.

Fue en 1973 cuando irrumpió en la literatura con Triste, solitario y final. Apenas ocurrido el golpe de estado de 1976 se fue a Bélgica y de ahí a París, donde vivió hasta 1983, cuando regresó al país. “Las únicas dos veces que elegí realmente dónde vivir fueron la primera vez que llegué a Buenos Aires y cuando volví del exilio”, dijo alguna vez. Cuando salió de Buenos Aires nadie lo perseguía. Pero “era mejor estar equivocado con la dictadura que tener razón obedeciéndola”. Viajó y se quedó defendiendo a los exiliados y denunciando la desaparición de personas, que siguió acá, orgulloso, hasta sus últimos días, como cuando escribió para la conmemoración de los veinte años de la dictadura: “Fui, con las Madres de Plaza de Mayo, con Cortázar, Osvaldo Bayer, David Viñas, con miles de otros mejores que yo, uno más de lo que los militares llamaban ‘campaña antiargentina’”.

Y por esa época conoció a Osvaldo Bayer, personalmente. En realidad lo había conocido antes, ya que “como siempre con las muy buenas amistades, empezó con una pelea”, cuenta Bayer, a sus 84 años, mientras explora por primera vez las posibilidades del Skype en una entrevista con Ñ Digital desde Linz Am Rhein. Él investigaba sobre Severino Di Giovanni -el anarquista fusilado por la dictadura de Uriburu-, cuando salió una nota firmada por Osvaldo Soriano sobre el mismo anarquista que decía exactamente lo contrario. Entonces, claro, Bayer llamó furioso a la revista, y habló, por primera vez, con ese tal Soriano. “Soriano, mucho gusto”, se presentó. “¿Sabe lo que quiero decirle a usted? Usted es poco hombre”. Eso entre otros improperios. Y pasaron varios años, a Bayer le tocó ir al exilio, y en la Feria del Libro de Frankfurt se encontró nuevamente con Soriano, que estaba con el editor Daniel Divinsky. Pero a esa altura, lo de Di Giovanni estaba olvidado para Bayer. “¿Lo conocés a Osvaldo Soriano?”, dice Divinsky. “Sí, mucho gusto, ahora lo conozco personalmente”, contesta Bayer, “Su libro es magnífico, es un gran escritor”. Entonces Soriano lo mira y le dice: “Sí, pero yo soy poco hombre”. Tras cuestiones aclaradas, a partir de ese momento fueron los mejores amigos.

Fue también por esos años cuando se conoció en el país No habrá más penas ni olvido -llevada al cine por Héctor Olivera- y se publicó Cuarteles de invierno, que venía de ser considerada mejor novela extranjera en Italia y fue adaptada al cine dos veces. Pero fue en Argentina, tras su imposibilidad de escribir desde el exilio, cuando lanzó A sus plantas rendido un león, Una sombra ya pronto serás -llevada al cine en 1994 otra vez por Olivera-, El ojo de la patria, La hora sin sombra y su libro para chicos, El negro de París. Y también los cuatro volúmenes con sus mejores crónicas periodísticas: Artistas, locos y criminales (1984), Rebeldes, soñadores y fugitivos (1988), Cuentos de los años felices (1993) y Piratas, fantasmas y dinosaurios (1996).

La fascinación que ejercía sobre los lectores se tradujo en enormes ventas y en traducciones a distintos idiomas en el extranjero. “Sus libros demuestran una gran profundidad de todo tipo, una sabiduría popular escrita en un idioma absolutamente popular. Y eso es lo que lo hizo triunfar tanto”, afirma Bayer. “Lo que más valor tiene es que el lector común tiene a su escritor querido, porque Soriano se metía bien en las venas de los barrios porteños, en las venas de lo que es el argentino. Nadie como él ha descrito al porteño con esa profundidad”. Fue ese particular pacto con los lectores lo que lo convirtió en el autor argentino vivo más leído de su época. Con su literatura enfrentó a los argentinos con su identidad. Como dijo Bioy Casares, un argentino que escribía como un argentino. Un novelista atípico. “En el fondo, mis libros plantean por infinitésima vez en la literatura argentina el problema de la identidad. Por eso mis personajes son contradictorios y se parecen tanto a los comunes mortales”, diría alguna vez. Conciencia civil, democrática y política, un intuitivo que montó un mundo de perdedores sentimentales, una suerte de flâneurs tragicómicos que vagan por los pueblos en busca de sí mismos.

Soriano, con Bayer, David Viñas, León Rozitchner y Tito Cossa, conformó un grupo de escritores que se reunía los jueves en “el Tugurio” -como Soriano apodó a la casa de Bayer. Era un provocador. “Siempre llegaba más tarde a las reuniones y largaba un tema para que se agarraran en la discusión Viñas y Rozitchner. Y siempre se agarraban tremendamente, a los gritos. Entonces Soriano levantaba la copa y brindaba sonriente, porque otra vez había triunfado”, recuerda Bayer. “Lo que hubiera hecho, lo que hubiera escrito si hubiera vivido”.

Como Soriano escribió alguna vez: “Un escritor está siempre igual de solo que un corredor de maratón. De esa soledad debe sacarlo todo: música celeste y ruido de tripas. Y también la peregrina ilusión de que un día, alguien decida abrir su libro para ver si vale la pena robarle horas al sueño con algo tan absurdo y pretencioso como una página llena de palabras”.

Y no hay duda de que vale la pena.
Fuente:RevistaÑ

21 de Enero 
Yolanda Oreamuno, una escritora de vanguardia sumida en el olvido
Por Jorge Boccanera
La lucidez y la belleza en dosis altas agudizan el rencor, más cuando quien las porta es una mujer a la que le tocó vivir una época cerrada como le ocurrió a la escritora Yolanda Oreamuno, cuya vida aparece ficcionalizada en la reciente novela “La fugitiva”, del escritor nicaragüense Sergio Ramírez.

Un mundillo sofocante en el que los atributos propician aversión, miradas torvas, indiferencia, gestos de envidia: en este contexto se desplegó el talento de la costarricense Yolanda Oreamuno, una figura omitida por décadas, con una obra que se abrió paso con técnicas innovadoras por sobre la rutinaria novela costumbrista centroamericana.

Nacida en San José en 1916, Oreamuno, autora de novelas, relatos y ensayos, fue una mujer vehemente, lúcida, rebelde, que autoexiliada en México falleció en el olvido en 1956 agobiada por la pobreza y el dolor.

El narrador nicaragüense que basó su trama en la vida de esta escritora confesó haber sido subyugado por esa mujer frágil y tenaz a la vez, “de legendaria belleza”, en los años 60, cuando pasó a vivir a Costa Rica.

Allí, dice haber constatado “la lucha estéril y dolorosa contra una sociedad sorda, apática y hostil” de Oreamuno, pero también el talento de esta intelectual que escribiría una novela crucial en las letras del continente: “La ruta de la evasión”, publicada en 1949.

En el ensayo “Yolanda Oreamuno”, su compatriota Rima de Vallbona, expresa que el tema central de la novela es la necesidad humana de sacudirse la realidad que la aprisiona. Y agrega: “No hay una página de Yolanda Oreamuno en que no esté ella presente en una observación, una protesta, una apasionada defensa, una emoción”.

De Vallbona pondrá como “inclasificable” la obra de Oreamuno y marca entre sus características líneas del expresionismo y el surrealismo, además de “derroche imaginativo” sensualidad y apego a Marcel Proust: “Oreamuno sigue la línea prostiana de sutil penetración sicológica y hábil captación de las profundidades del inconsciente”, sostiene.

Para Ramírez, por su parte, “fue una mujer de vanguardia cuando los hombres escribían una literatura vernácula, por el lado bucólico y por el lado social. Su propuesta de ruptura se adelantó a lo que sería el ‘boom’”.
Antes de “La ruta de su evasión”, Oreamuno había escrito “Por tierra firme”, novela seleccionada para participar en 1941 en el Concurso de Escritores Hispanoamericanos de la editorial norteamericana Farrar & Rinehart, cuyo original se perdió.

Como otras escritoras latinoamericanas cuestionadoras del relegamiento de la mujer en sociedades patriarcales expresaría muy joven sus ideas respecto al arte y al ámbito social.

A los 17 años escribió una nota fustigando al machismo, además de poner una luz de alerta sobre un feminismo sin efectividad, afirmaba por entonces, en tanto no arrancara en la mujer “el prejuicio de que el hombre debe mantenerla y mientras no borre de la masa cerebral femenina el ‘miedo de decir’”.

Sus notas, mayormente publicadas en la revista Repertorio Americano, dirigida por el escritor “tico” Joaquín García Monge, giran alrededor de la identidad de la mujer, la idiosincrasia costarricense, la incomunicación, la educación, la naturaleza, los mitos, etc.

De belleza arrebatadora, Oreamuno destaca por la hondura de sus ideas y su valentía para expresarlas, y asume la escritura como una vocación y un mandato.

Sin tapujos afirmó en una de sus cartas: “estoy madura ya para producir la mejor obra de mi generación en Latinoamérica… creo en eso como los antiguos creían en el destino”.

Pero sus deseos iban a chocar con una existencia pesarosa: a los 19 años la secuestra un pretendiente, a los 20 se casa con un diplomático chileno que se suicida; se casa nuevamente y tiene un hijo, el matrimonio fracasa y con el divorcio pierde el derecho a la patria potestad y se le prohíbe ver al hijo.

En una carta a García Monge, hablaría de la estrechez de Costa Rica: “fuera de usted, todo el mundo se ha dedicado a denigrarme, odiarme y ponerme obstáculos”, se lamenta.
Joaquín García Monge
Así, decide emigrar primero a Guatemala –donde se hace ciudadana guatemalteca-, y luego a México. Su periplo y angustias –sobre todo la separación de su hijo- se acrecientan por sus carencias económicas: para vivir desempeña diversos oficios: costurera, chofer, oficinista, diseñadora y eventualmente colaboraciones en suplementos culturales.

Lo medular de su obra fue escrita en la década que va de 1940 a 1952, año en que abandona la escritura: “Al perder la voluntad de vivir –señala De Vallbona- se afirmó en ella la voluntad de morir”.

Quizá Oreamuno había relatado su existencia cuando en el relato “De su oscura familia”, cuando al describir a uno de los personajes, señaló: “Toda su vida había sido una sucesión de pequeñas muertes repetidas. Había estado solo muriendo”.
Fuente:Telam

22 de Enero
Con prólogo de la Presidenta
La "militancia sin tiempo" en un nuevo libro de Antonio Cafiero
Por Juan Rapacioli
En "Militancia sin tiempo. Mi vida en el peronismo", el dirigente histórico del peronismo Antonio Cafiero configura un testimonio político y personal de un hombre marcado por las transformaciones sociales que, a lo largo de 80 años, nunca quiso renunciar a sus ideas.

El libro cuenta con un prólogo de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y otro del historiador Pacho O’Donnell, quienes abren el volumen de más de 700 páginas, publicado por Planeta.

"Este no es sólo un libro de memorias. Es también una fascinante narración en primera persona de la historia argentina de los últimos ochenta años, contada por uno de sus protagonistas -sostiene la Presidenta-. Pero fundamentalmente, creo que esta obra es un poderoso testimonio del valor de la militancia y del compromiso político".

Entre los muchos temas que reúne el libro se encuentran testimonios a propósito del 17 de octubre de 1945, la puja entre el líder del peronismo y la Iglesia, la relación con Evita, la resistencia en los interregnos militares, el activismo del político por el retorno de Perón a la Argentina, las funciones públicas y diplomáticas que ocupó en los tres gobiernos peronistas y los tiempos de cárcel en 1955 y 1976.

Así como los juicios y sobreseimientos, el férreo intento de renovar el peronismo, su intenso rol legislativo, la disputa por una candidatura presidencial, su pelea contra el neoliberalismo, el empeño por reformar la Constitución Nacional y su lucha contra la corrupción.

"Hay algo que se destaca en todo el libro: la confianza en la política como instrumento irreemplazable para transformar la realidad. Confianza que la historia ha convertido en certeza", afirma la Presidenta.

El libro también hace un recorrido íntimo, donde Cafiero rescata los orígenes familiares, los anhelos juveniles, las ansias de superación académica, y describe las primeras incursiones en la política universitaria y en la Acción Católica, se rinde ante el amor y celebra el nacimiento de cada uno de sus diez hijos.

Por su parte, el historiador Pacho O’Donnell sostiene que "estas memorias pasan a revistar entre las grandes de nuestra historia, como las de José María Paz o las del general Iriarte, diferenciadas de las más recientes, debilitadas por la necesidad de justificar lo injustificable y por la prudencia de no llamar las cosas por su nombre".
Y agrega: "Antonio Cafiero ha sido protagonista de las complejas circunstancias argentinas a lo largo del último medio siglo XX y lo que va del XXI. Ha sido ministro, gobernador, precandidato presidencial, embajador. También perseguido, encarcelado, denostado, condenado".

"Desde muy joven soñé que algún día podría haber sido Presidente de los argentinos. Por mis propias falencias, o porque el destino así lo estipuló, aún no lo he logrado. En tres oportunidades estuve muy cerca de cumplir este anhelo, vocación o como quiera llamársele", introduce Cafiero en el prefacio.

Y continúa: "Siempre prevaleció en mi conducta política el principio de que, sin Perón, el candidato del Partido Justicialista debía surgir de una interna democrática. Leyendo estas páginas sabrán ustedes cuál ha sido el costo que he pagado por honrar mis palabras".

Cafiero, doctor en Ciencias Económicas, es actualmente presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL) y del Instituto de Altos Estudios Juan Perón.
Es, además, director de la revista Movimiento. Fue consejero financiero de la embajada argentina en Estados Unidos (1948-1951), ministro de Comercio Exterior durante la presidencia de Juan Perón (1952-1954) y Ministro de Economía (1975-1976).

También fue embajador ante la Comunidad Económica Europea y Bélgica (1975), ante la Santa Sede (1976) y ante Chile (1992), diputado nacional (1985-1987), gobernador de la Provincia de Buenos Aires (1987-1991), senador nacional (1992-2005) y convencional constituyente (1994). Fue secretario político (1962-1966) y presidente (1987-1990) del Consejo Nacional del Partido Justicialista.

Publicó, entre otros libros, "La independencia económica y el IAPI" (1953), "Cinco años después" (1961), "De la economía social-justicialista al régimen liberal-capitalista" (1974), "Desde que grité: ¡Viva Perón!" (1983), "Una Constitución para el progreso humano" (1993), "El peronismo que viene" (1995), "La política exterior peronista 1946-1955" (1996) y "Mis diálogos con Evita" (2002).
Fuente:Telam




25 de Enero 
Aniversario
Con poesía y música Eloísa cartonera festeja sus diez años
La cooperativa editorial y de reciclado Eloísa Cartonera, que nació al calor de la crisis de fines de 2001 y editó a autores de la talla de Tomás Eloy Martínez y César Aira, cumple sus primeros diez años en el mercado under literario y lo festeja con una serie de recitales de poesía y música que comienzan este sábado en su sede de La Boca.

Son 121 títulos los que engrosan el catálogo de Eloísa, una iniciativa -hija de la emergencia económica- que hoy se ubica bajo la bandera de la difusión de literatura a bajo costo.

"En estos diez años Eloísa se posicionó en el mercado literario under y alternativo, nos mantenemos con peso propio", dice Julián González, uno de los diez trabajadores de la cooperativa.

Los libros del sello son de tapa de cartón -"los cartoneros amigos nos venden el mejor cartón seleccionado", cuentan- con dibujos artísticos, collages e imágenes coloridas: cada uno cuesta 6 pesos en el local de la cooperativa y en ferias independientes, mientras que en las librerías salen entre 10 y 15 pesos.

Autores poco conocidos en Argentina, pero sí en países latinoamericanos, primeras obras de escritores argentinos, ensayos y poesía, cuentos, novelas breves, teatro y literatura para chicos componen el listado de libros que, según González, editan a demanda de acuerdo al título, incluso a veces realizan ediciones de 500 ejemplares "que se agotan a los seis meses".

Los derechos de las obras son o fueron cedidos por autores como Washington Cucurto -que además es uno de los fundadores de la editorial junto al artista Javier Barilaro- Gabriela Bejerman, Damian Ríos, Fogwill, Fabián Casas, Néstor Perlongher, Leónidas Lamborghini, Dalia Rosetti, Cesar Aira y Ricardo Zelarayán.

También publicaron en Eloísa Alan Pauls, Elsa Drucaroff, Andrés Caicedo, Ricardo Piña, Ernesto Camilli, Juan Diego Incardona, Manuel Alemián y Tomás Eloy Martínez, que antes de morir le cedió el ensayo inédito "Bazán".
El panel internacional está compuesto por el alemán Timo Bergerlos, el guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, los chilenos Sergio Parra, Gonzalo Millian y Enrique Lihn, los mexicanos Julian Herbert y Mario Bellatin y la brasileña Camila Do Valle. "Autores poco conocidos en Argentina, pero sí en sus propios países", subraya Julián.

Eloísa, el nombre de una mujer que hechizó de amor a Barilaro, también fue la inspiración para armar un proyecto editorial de libritos de colores y poesía junto a Cucurto.

Los vaivenes económicos hicieron el resto: el papel aumentó cuatro veces más y de un día para otro fue casi imposible editar de forma independiente: "Nacimos de la necesidad de publicar", enfatiza Julián.

La alianza con los cartoneros fue el primer paso, la autogestión como forma de trabajo fue la filosofía y pronto llegó el primer taller de armado en la calle Guardia Vieja en Almagro.

Así nació Eloísa Cartonera.

"Al principio vendíamos libros y verduras. Fuimos un suceso en la calle y en la prensa mundial. Diarios y radios de todos los países del mundo vinieron a fotografiarse con nosotros y ahí nos dimos cuenta que nuestros libros eran hermosos y que la gente los quería", cuentan estos editores-artesanos.

El primer libro publicado fue "Pendejo", de Gabriela Bejerman, la poeta, perfomer y cantante latin pop. Y con este primer impulso se fue configurando un catálogo interesante y abultado: llegaron los viajes a las ferias de todo el país y enseguida la necesidad de convertirse formalmente como cooperativa de trabajo.

"Con el cooperativismo aprendimos que el trabajo es lo mejor que nos puede pasar. Convertimos el trabajo en parte de nuestra vida, y nunca una obligación, algo desagradable; convertimos al trabajo en un sueño, en nuestro proyecto", dicen los de Eloísa.

Además, desde la editorial invitan a los autores a acercarse a su sede en Aristóbulo del Valle 666 para participar del "Concurso permanente mejor gol a los ingleses”, en el cual "no hay primeros premios ni últimos rezagados, sino la posibilidad de ser parte del catálogo".

"Nacimos en esta época loca que nos tocó y nos toca vivir, como muchas cooperativas y microemprendimientos, asambleas, agrupaciones barriales, movimientos sociales, que surgieron por aquellos años por iniciativa de la gente, vecinos y trabajadores, acá estamos", escriben en su página web, quienes supieron capitalizar la emergencia y convertirla en un foco extenso y sostenido de difusión literaria.

Para festejar sus primeros diez primeros, este sábado desde las 19 en el la esquina del local de Eloísa Cartonera (Aristóbulo del Valle 666, La Boca) habrá recitales de música y poesía.

Participarán, entre otros, Juan Desiderio, Mario Arteca, Horacio Fiebelkorn, Clara Muschietti, Claudia Masin, Pablo Sotelo, Manuel Alemián, Zulma Ducca, Jorge Michelín, Sebastián Kirzner, Juan Diego Incardona, Damián Ríos y Nurit Katzelman.
Fuente:Telam

25 de Enero
Lanzamiento
Presentan una antología sobre poetas argentinos de todos los tiempos
Por Pablo E. Chacón
En la antología "Poesía argentina para el siglo XXI", los compiladores, Andrew Graham-Yooll y Daniel Samoilovich, intentan una perspectiva de la lírica vernácula, desde Leopoldo Lugones a Verónica Viola Fisher, y así consiguen representar las tendencias actuales como sus formatos precedentes.

El libro, bilingüe (castellano/inglés), publicado por la casa Continente, también abarca buena parte de la geografía del país, enriqueciendo, en tiempo y espacio, la producción de poetas que lejos de las urbes, continúan con un trabajo deudor más de sus convicciones que de las regalías o el reconocimiento.

Graham-Yooll nació en 1944, hijo de madre inglesa y padre escocés; periodista y poeta, comenzó a trabajar en el Buenos Aires Herald en 1966; diez años más tarde, se exilió en Gran Bretaña, obligado por la dictadura cívico-militar inaugurada en marzo de 1976.

Entre otros libros publicó "Buenos Aires, Otoño 1982", "Arthur Koestler, del cero al infinito", "Pequeñas guerras británicas en América Latina", "Retrato de un exilio", "Rosas visto por los ingleses", "Agonía y muerte de Juan Domingo Perón" y "Tiempo de violencia. Argentina 1972-73".
Daniel Samoilovich funda, en 1986, el Diario de Poesía, donde, salvo excepciones, han publicado la mayor parte de los poetas más reconocidos en el país -y en muchas otras zonas- consolidándose como una publicación señera en su campo.

Nació en Buenos Aires en 1949; es poeta, traductor, periodista, enólogo aficionado y antólogo; vivió un tiempo en España y se asoció con Jaime Poniachik, con quien fundó la editorial "De Mente", especializada en juegos de ingenio.

Publicó entre otras obras "El libro de los seres alados", "El despertar de Samoilo", "Las encantadas", "El carrito de Eneas", "Rusia es el tema", "Superficies iluminadas", "Agosto", "La ansiedad perfecta y "El mago".

"Poesía argentina..." (o "Argentine Poetry for the XXIst Century") reúne piezas de los grandes nombres de la poesía local.
La colaboración entre Graham-Yoll y Samoilovich estuvo pensada, también, para la Feria del Libro de Frankfurt, donde la Argentina participó como país invitado en 2010, aunque la edición 2012 está actualizada.

Sin embargo, "los orígenes del proyecto se hallan en una cena en el año 2000. La decisión fue hacer una nueva colección de poetas argentinos en inglés. No había disponible un texto bilingue de poetas argentinos para llevar al mundo", cuenta el ex periodista de The Guardian.

La edición empieza en Macedonio Fernández pero no faltan Carlos Mastronardi, Juana Bignozzi, Oliverio Girondo, Jorge Luis Borges, Alfonsina Storni, Juan L. Ortiz, Arnaldo Calveyra, Ricardo Zelarayán, Joaquín Giannuzzi, Francisco Urondo, Miguel Angel Bustos, Nicolás Olivari, Horacio Armani, Raúl González Tuñón, Juan Gelman, Hugo Padeletti, César Fernández Moreno y Alberto Girri.

Y entre los más jóvenes, Jorge Fondebrider, Leopoldo Castilla, Alberto Vanasco, Mario Trejo, Silvio Mattoni, Mario Arteca ("una luz en La Plata"), Leónidas Lamborghini, Sergio Raimondi, Edgardo Dobry, Osvaldo Aguirre, Roberto Raschella, Néstor Groppa, Eduardo Ainbinder y Laura Wittner.

Además, Martín Gambarotta, Carlos Schilling, Diana Bellessi, Anahí Mallol, Arturo Carrera, Néstor Perlongher, Juan José Saer, Marilyn Contardi, Concepción Bertone, Mirta Rosenberg, Jorge Aulicino e Irene Gruss.

Advierte Graham-Yoll que "la `crítica` inevitable es que cualquier selección versará sobre la selección de nombres y la ausencia de creaciones que merecían ser incluidos".

Pero claro, "desde que William Shand publicó su antología en 1971 (sólo en inglés, con la colaboración de Alberto Girri) que incluyó más de cien poetas argentinos, no ha habido otra", indica.

Samoilovich respalda a su colega: "Mi vocación es compartir mi entusiasmo por lo que leo (o lo que me recomiendan leer), y no la de un juez que determina qué vale y que no vale".

"No puedo imaginarme este trabajo sino como un resultado provisional, como una parte de otros trabajos que se han hecho o que habrán de hacerse, yo u otros, corrigiendo ausencias o ampliando el espectro de la selección", concluye el director del Diario de Poesía.
Fuente:Telam

26 de Enero 
Lanzamiento
Publican las cartas de Cortázar en cinco tomos
Por Julieta Grosso
A lo largo de su vida, Julio Cortázar encontró en el género epistolar una dimensión complementaria a la narrativa que le permitió testimoniar desde fenómenos literarios hasta fragmentos de su biografía: el resultado es un compendio de más de mil cartas inéditas que serán publicadas en 5 tomos a partir del próximo mes.

A la manera de una informal biografía, este emprendimiento de la editorial Alfaguara se presenta como una hoja de ruta que pone a disposición de los lectores la trastienda de las obras del autor de "Rayuela", la consolidación de su narrativa en sintonía con el surgimiento del llamado “boom” latinoamericano y hasta la única carta que le envió a su padre, reaparecido epistolarmente muchos años después de su abandono familiar.

La compilación y edición del material corrió por cuenta de Aurora Bernárdez -primera esposa y albacea literaria del escritor- y del filólogo español Carles Alvarez Garriga, quienes realizaron una monumental tarea arqueológica que culminó con el rescate de cuantiosas páginas inéditas en las que Cortázar confronta su pensamiento con otros hombres ilustres de su generación, como José Lezama Lima, Mario Vargas Llosa, Juan Carlos Onetti, Guillermo Cabrera Infante, Victoria Ocampo y Alejandra Pizarnik.

Alvarez Garriga, en diálogo con Télam desde Barcelona, señaló que la lectura de los cinco volúmenes -de los cuales los tres primeros estarán en las librerías el mes que viene y los dos restantes en abril- deja un resabio melancólico ("finalmente nos mata de nostalgia: al terminar sentimos que ya no recibiremos más páginas del amigo") y que la labor de edición le deparó "la misma euforia que un niño a la puerta de la pastelería".

- Télam: En 1942 Cortázar le escribe a uno de sus amigos: "Sólo los genios logran que la paciencia de los eruditos busque, hasta encontrarlas, todas sus cartas... Que no siempre son geniales pero llevan su firma al pie". ¿Fue una premonición o una broma? 
- Alvarez Garriga: Yo veo en la frase una convicción muy firme, por suerte expresada en un tono burlón que quita hierro a una afirmación que podía sonar tremendamente pedante. A los 28 años Cortázar sólo había publicado "Presencia", el legendario volumen de sonetos que pasó sin pena ni gloria, algunos ensayos académicos o breves reseñas y algún cuentecito imitativo, todo lo que él mismo llamó "polvillo bibliográfico".

Era todavía un escritor en construcción, muy alejado de la prosa conversada que todos conocemos. Ahora bien, que incluso nueve años antes de que viera la luz "Bestiario", llegara a pensar que algún día alguien agotaría su paciencia buscando todas sus cartas, me parece una tomadura de pelo sólo a medias: su vocación fue tan temprana como firme y de hecho en esos años dejó de publicar porque se sabía incapaz de alcanzar la calidad de su obra futura.

En esa época descubre que la carta podía ser un medio de expresión aceptable, y ahí nace la fidelidad al género epistolar.

Estos cinco volúmenes nos ofrecen un retrato del artista adolescente, del artista consumado y del artista seriamente enfermo; un retrato riquísimo en detalles gracias a su confianza en lo que los franceses llaman "el pacto epistolar".

-T: Ahora que nadie escribe cartas, esa disposición parece algo heroica...
- A.G: Esa fidelidad heroica tiene sus más y su menos: hay aquí cartas de compromiso, de agradecimiento, simples acuses de recibo, pero hay también muchas otras en las que se ve la necesidad imperiosa de escribir, el recurso a la carta como vehículo irreemplazable de comunicación: las cartas de entusiasmo que envía después de visitar algún museo, ver alguna película, asistir a alguna representación teatral o leer algún libro de Octavio Paz, de Carlos Fuentes, de Lezama Lima, de Vargas Llosa...

- T: La impresión que prevalece al leer las cartas concuerda con la cita que coloca usted como epígrafe del prólogo, cuando precisa que Cortázar escribe a su madre: "Creo que soy un hombre que jamás se aburrió un solo segundo a lo largo de toda su vida".
- A.G: Elegí esa frase para el destacadísimo lugar del epígrafe porque es casi un epitafio: "Yace aquí un hombre que jamás se aburrió un solo segundo a lo largo de toda su vida", debería leerse en la lápida del cementerio de Montparnasse.

Aurora Bernárdez me decía el otro día que, a más de 26 años del fallecimiento, sigue resultándole increíble que Cortázar esté muerto: "El, Julio, que era la persona más viva que he conocido".

Quienes hemos leído la correspondencia completa coincidimos en esa impresión aun sin haberlo visto nunca en persona, como es mi caso.

El protagonista de "El guardián entre el centeno" decía que entre los escritores favoritos uno siempre distingue dos tipos: por un lado están los grandes escritores a los que se admira y respeta; por el otro, los autores-amigos, aquellos con quienes uno quisiera poder hablar por teléfono. No hay duda de que Cortázar pertenece a este segundo grupo. Tras leer la correspondencia uno se afirma aún más en esa sensación de familiaridad, de camaradería.


- T: En estos volúmenes se restituyen los fragmentos suprimidos en la primera edición y se suman más de 1.000 cartas nuevas ¿En qué medida esta obra abre nuevos campos de estudio? 
- A.G: A la hora de abordar críticamente algunos autores, el principal problema es la cantidad inmensa de bibliografía que se les ha dedicado partiendo siempre de los mismos materiales y llegando por tanto a resultados muy similares.

En estos tiempos, cuando se diría que los estudios literarios van desembarázandose de la sequedad analítica de los estructuralistas, de la inmanencia textual propugnada por los formalistas o de las neojergas del narrativismo, a lo mejor asistiremos a enfoques de lectura más amables, donde el autor y su vida recobren cierta importancia.

El hecho de que hoy en día vuelva a haber un enorme interés por la publicación de epistolarios creo que refrenda esta opinión.

Pongo un ejemplo muy concreto: Jean-Philippe Barnabé ha dedicado un análisis iluminador a la distinta percepción de la India en los dos viajes de Cortázar gracias al cotejo de los textos que le dedicó en "Último round" o en "Prosa del observatorio" con las cartas que sobre esos viajes escribió a su padre, Jean Barnabé.

Pienso siempre en las grandes biografías de escritores anglosajonas y echo de menos algo parecido dedicado a Julio Cortázar.
Ojalá con la cantidad de materiales inéditos que aparecen aquí, alguien se anime a esa tarea de revalorización académica tan necesaria cuanto urgente.
Fuente:Telam

28 de Enero
"Blanco nocturno", premio honorífico a Piglia en La Habana
"Blanco nocturno", la última novela de Ricardo Piglia, recibió el Premio Honorífico José María Arguedas que entrega la Casa de las Américas de Cuba, sumando otro galardón desde su salida en 2010 y con el plus de que el texto es elegido, ya que no se presenta a competencia.

En diálogo con Télam, el escritor dijo que se sentía "un poco abrumado por tantos premios. Algunas novelas parece que llegaran a tiempo, o justo a tiempo, y entonces tienen suerte. A veces más suerte que otras que pueden ser mejores".

Piglia también dijo que "está muy contento. Siempre tuve una relación implícita con Casa de las Américas, y no puedo olvidar que mi primer libro ("Jaulario", después "La invasión") fue premiado ahí".

Se trataba de una colección de cuentos, de 1967. "Obtuvo una mención que empujó mi deseo de seguir y escribiendo, leyendo, estudiando".

"Blanco nocturno", que obtuvo -el año pasado- el premio Rómulo Gallegos de Novela, relata una historia en un universo rural, en la pampa argentina, donde la traición y la usura se imponen como una forma privilegiada de relación social.

"Para mí es un honor, un reconocimiento, una sorpresa. Arguedas, tan cerca del (escritor mexicano Juan) Rulfo, es un escritor que me interesa mucho, y al que vuelvo siempre cuando explico las tradiciones orales prehispánicas".

Piglia es licenciado en Historia por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); vivió en Mar del Plata, y es catedrático en la Universidad de Princeton (Estados Unidos).

Publicó, entre otros libros, "Prisión perpetua, "Respiración artificial", "Plata quemada", "Nombre falso", "La ciudad ausente", "El último lector" y "Crítica y ficción".
Fuente:Telam


El libro recordado
Patagonia vieja (A. Madsen)
Publicado el 29 de Enero de 2012
Por Carlos Gradin
Santa Cruz, 1901.
Un marinero dinamarqués llega a la región cordillerana. Tiene 20 años, lee a Shakespeare y Julio Verne. En Buenos Aires se alista como ayudante en la Comisión de Límites que partía hacia el lago Belgrano. En esa región deshabitada, de inviernos desoladores y bosques poblados por ciervos y zorros, sin caminos ni provedurías a menos de dos o tres meses de travesía en carreta, se quedaría a vivir. En 1948, ya instalado con su mujer en su estancia de El Chaltén, escribió La Patagonia vieja. Leerlo es conocer un puñado de historias que permiten atisbar cómo era la vida en Patagonia, y por extensión el mundo, antes de la era del confort y la seguridad. Con nostalgia y buen humor, Andreas Madsen puede evocar inviernos en los que él y sus compañeros tuvieron que usar un hacha para cortar la carne de guanaco congelada que les reportaría su único alimento. A nadie que haya intentado huir de la ciudad y refugiarse en un camping “libre” le será indiferente La Patagonia vieja.
Carlos Gradín publicó Spam. Es editor de la revista Planta.
Fuente:TiempoArgentino



MUESTRAS
24 de Enero
Las pequeñas historias en el gran entramado del arte nacional
Por Leticia Pogoriles
La muestra "Contar historias, microrrelatos en las colecciones nacionales de arte", en la Casa Nacional del Bicentenario reúne más de cien obras de artistas argentinos de los últimos 80 años del Palais de Glace y del Fondo Nacional de las Artes que por primera vez se exhiben juntas en un recorrido que invita a hilvanar pequeñas narraciones de la historia del arte argentino.

Con la curaduría de Diana Wechsler como invitada, quien armó esta selección entre 1700 obras ganadoras de premios nacionales del último siglo, esta exhibición instalada en los dos primeros pisos de Riobamba 985 parte de una premisa: la historia no sólo se vale de la cronología para ser contada.

"El eje es ensayar otros modos de pensar la historia, en particular es la historia del arte pero también tiene un sentido más amplio porque no necesariamente hay que contarla basada en las grandes narraciones que la organizan como cortes, revoluciones y vanguardias, sino que hay otras", dice la curadora a Télam.

Así, la muestra está estructurada en los esquemas "Microrrelatos en las colecciones de arte" que iluminan aspectos de los últimos cien años del arte argentino y con ella, echa luz a la historia socio-cultural y "Microrrelatos al interior de la historia del arte", con contrapuntos visuales y estrategias estéticas que arman y desarman el gran relato del arte argentino.

Aunque según Wechsler "el espectador puede entrar por cualquier lado y armar su propia secuencia", en el primer piso se abre al juego de entender, romper y volver a encastrar la gran narración desde los pequeños ejemplos visuales.

En la sección "Narraciones desde el cuerpo" cuelgan de la pared dos obras: "Martín Galli, lo improbable" (2002) del fotógrafo Res y "Retrato" (1936) de Lino Enea Spilimbergo que si bien aparentemente no hay linealidad, juntas detonan un sentido estético, aunque una sea un óleo oscuro y bien construido y la otra, una foto color de un hombre que sobrevivió a un balazo en la Plaza de Mayo del 2001.

"Las dos hablan de la tradición del retrato en la secuencia histórica y se encuentran en una mirada humana tensa. En ambas hay un tipo de psicología del personaje, de tensión", explica Wechsler sobre estos retratos que registran a la violencia como parte de lo cotidiano, tanto los años de preguerra como en los agitados meses del principio de este siglo.

El gran relato de la historia del arte sólo muestra los "picos del iceberg", sin embargo, hay un vasto volumen de producción: el que albergan las colecciones nacionales del Palais de Glace y del Fondo Nacional de las Artes.

En la foto del arte moderno aparecen en primer plano artistas como Emilio Pettoruti y Xul Solar, pero fuera de foco hay otros como Alfredo Gramajo Gutiérrez, que se presenta aquí en el segmento "Historias populares en tiempos presentes" donde se disputa la construcción de la identidad nacional.

Su obra "Dúo" (1954) dialoga amablemente con el naturalismo de "La carta de Amanda" (2002) de Víctor Quiroga donde rescata, al igual que su antecesor, la misma tradición de los mundos mágicos de las provincias y repone una imagen del presente aún activa.

En la misma sala, discuten fuertemente con ellos los trabajos de Adolfo Nigro, Hernán Dompé y Alejandro Puente, obras figurativas abstractas que -si bien remiten a la tradición de los pueblos originarios- el resultado visual es completamente diferente.

En el área "Contrapuntos: la dimensión política" se muestra los roles de las imágenes desde la denuncia, la memoria y el señalamiento con obras como "Tu historia es la misma, Compañero" (1970) de Daniel Zelaya; "Nuestra memoria...", de Andrés Labaké; "Bocanada"(1993-2000), de Graciela Sacco y "Sin lugar en este mundo", de Luis Felipe Noé.

"Este microrrelato -dice Wechsler- es el que tiene el anclaje de coyuntura histórica más fuerte que alude a la tensión histórico-política. También está la geometría y cinetismo que discuten hacia el interior del arte, pero también hay una discusión sobre el rol del espectador y la tradición de las figuraciones contemporáneas".

En ese sentido, aparece "Made in Argentina" (1971), la obra de la picana eléctrica de Ignacio Colombres y Hugo Pereyra que no sólo remite a la historia, sino que la obra en sí misma carga con la suya.

"En el II Salón de Experiencias Visuales fue elegida y como fue censurada no recibió el premio. En 2003, fue reconstruida para restituir la memoria de la obra y de un proceso de censura y de discusión política", explica.

En la sala "Entre la intimidad de lo cotidiano, la memoria, el ensueño y la fantasía", la curadora destaca "La ciudad perdida" (2010) de Estanislao Florido donde con imágenes de animé, videos de la modernidad, apropiaciones de Xul Solar y de "Metrópolis" de Fritz Lang exhibe materias primas del mundo de lo simbólico y construye nuevas imágenes.

En "Los bordes de lo real", otra sala, aparece el backlight de Teresa Volco "Camille c.1919" (2001) junto a las representaciones cubistas de Max Gómez Cande y Alfredo Prior, "aquí lo real y lo imaginario están al borde", sugiere Wechsler.
En el segundo piso está el relato dentro de la historia del arte argentino donde se pueden ver, por ejemplo, a las tres gracias en su resonancia más clásica como la picassiana "Figuras" (1954) de Luis Corcostegui junto a otras tres como la irónica "Pin-pan-punk" (1986) de Carlos Gorriarena y "Las putas" (2010) de Diego Perrota.

En la zona "Paisajes", se debaten contrapuntos entre obras del género paisaje ya instituido como los de Fernando Fader, Eduardo Sívori, Martín Malharro y Guillermo Butler versus la transgresora representación de Eduardo Stupía, una apuesta a las limitaciones del propio género que hizo en 2007.

Por último, en "Derivas de la abstracción", se aprecian las distintas formas que fue asumiendo la abstracción en el arte de los últimos 80 años con obras de Juan Del Prete, Carmelo Arden Quin, Tulio De Sagastizábal, Juan Lecuona, María Martorell y el contemporáneo, Pablo Siquier.

Los microrrelatos que atraviesan tiempos, espacios y escuelas de la cultura visual argentina se pueden ver hasta el 26 de febrero, de martes a domingos de 15 a 21 en Riobamba 985, con visitas guiadas para niños los sábados de febrero a las 16.30, gratis.
Fuente:Telam

27 de Enero
Para 2012 el Sivori apuesta por "artistas que merecen ser más conocidos”
El Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori se sumerge principalmente, en su agenda para el 2012, en el lenguaje del dibujo, el grabado y la escultura, una apuesta que pretende “dar voz a los que no tienen voz” y mostrar a aquellos que “merecen ser más conocidos”.

"Este año el criterio general ha sido hacer menos y dejar en exhibición mayor tiempo, dando cuenta de nuestro patrimonio y nuestros artistas. El cambio continuo de exposiciones no permite tener una apreciación más profunda sobre las obras" adelantó, en diálogo con Télam, María Isabel de Larrañaga, directora del Sívori, sobre la programación del 2012.

En este sentido, Larrañaga explicó que “el museo busca dar voz a los que no tienen voz. El ambiente del arte se maneja por modas, niveles sociales y hasta por cuestiones políticas. Para esa gente hay muchos artistas que no existen porque a lo mejor no los conocen o no se los enseñan en las escuelas de arte. Nosotros buscamos artistas que pensamos que se merecen ser más conocidos, por eso los mostramos”.

En esta línea de dar lugar a aquellos artistas que cuentan con menos espacios para mostrar sus creaciones, el museo apuesta por el dibujo y el grabado: "Las galerías aún no se interesan por algunas ramas del arte, porque todavía no llegó la `tendencia marcada desde afuera´. El dibujo y grabado son parte de lo que viene, por eso también nuestra dedicación con estos artistas”, deslizó.

Es así que la primera propuesta es la exhibición de las obras seleccionadas y premiadas en la última edición del Salón de Artes Plásticas Manuel Belgrano que integra diversas disciplinas y que para el museo implica una apuesta significativa y renovadora.
Para la directora del museo "no se necesitan coleccionistas privados para tener una gran colección. Las grandes colecciones suelen ser las del Estado, hay que tener más consideración por el patrimonio público".

Otra de las apuestas más importantes para el 2012 es la exposición del dibujante húngaro Lajos Szalay, cuyas obras iluminan temas vinculados con el arte, la literatura, la familia, la religión, la muerte, la enfermedad, la guerra y la paz, a través de secuencias que reflejan historias.

"Es interesante para los argentinos porque es el precursor, junto con (Sixto Aurelio) Salas, de una gran escuela de dibujo que formó a toda una generación de artistas. Se trata de un dibujante con una delicadeza impresionante y maravillosa", dijo Larrañaga sobre las obras del húngaro que se exhibirán desde el 2 de junio hasta el 15 de julio.

En sintonía con el dibujo y la pintura, entre el 21 de julio y el 20 de agosto, se exhibirán obras de Armando Donnini, alumno de Szalay, en las que el eje está puesto en la "terribilidad", algo que quedó sellado en su arte y resultó premonitorio en la manera en que el artista decidió quitarse la vida.
"Es uno de los dibujantes más finos e importantes de la Argentina. Hay que mostrarlo para que la gente se maraville", señaló la directora sobre Donnini, ganador en ediciones anteriores del Salón Manuel Belgrano.

Con otro perfil, la muestra de César López Osorno, del 11 de agosto al 9 de septiembre, revela a "un artista más figurativo, geométrico. Un hombre con una gran importancia en el arte nacional" argumentó Larrañaga sobre este artista que desde 1999 es Director General del Museo de Arte Contemporáneo (MACLA), y que suele ser "reacio" a exponer.

Por otro lado, una exposición "probablemente inédita" de Eduardo Jonquiéres reunirá, del 20 de octubre al 19 de noviembre, obras del artista plástico "ubicado en la corriente de los figurativos y poco conocido en Buenos Aires dado que vivió en París mucho tiempo", dijo.

Esta muestra será complementada con una exhibición que despliega las cartas que Julio Cortázar le escribió a él y su familia, entre 1951 y 1983, que rescatan la mirada de París del autor de “Rayuela”.

Por el Sívori también desfilarán obras de artistas ganadores en ediciones anteriores del Salón Manuel Belgrano como el pintor Ricardo Roux vinculado al expresionismo abstracto o Juan Carlos Láser,"en una especie de homenaje porque murió hace menos de tres años".

Así mismo se exhibirán obras de Alberto DelMonte "un tipo más actual y más conocido, aunque también falleció".

Continuando con los homenajes, el museo expondrá piezas del escultor Aurelio Macchi, desde el 24 de noviembre al 12 de febrero 2013: “se trata de un profesor de escultores, un hombre muy respetado, que también ya murió. Hizo muchos monumentos y trabajó con importantes artistas como José Fioravanti”.

“Otra de las joyitas es la exposición de Carlos Filevich. No es demasiado conocido pero es uno de los antecedentes de los que vinieron después”, explicó Larrañaga sobre la muestra que comenzará en septiembre de este artista que, durante sus escasos 34 años, desarrolló una obra enorme de las que se destacan sus xilografías.

En un plano didáctico exhibirán "La visita al museo, una mirada diferente", del 29 de septiembre al 14 de octubre, una muestra anual con trabajos realizados por alumnos de las escuelas públicas porteñas, en un intento de "sumar a los chicos al museo" avocándose a "las escuelas de los barrios más carenciados porque es ahí donde tenemos que trabajar", dijo Larrañaga.

Estas son algunas de las propuestas del Sívori, ubicado en avenida Infanta Isabel 555, que también incluirán grabado satírico, fotografía, pinturas de Fernando X. González y obras del arquitecto Rodolfo Sorondo con tintes puestos en las problemáticas sociales, entre otras.
Fuente:Telam


CINE
Borges va al cine, de gonzalo aguilar y emiliano jelicié
El escritor seducido por los maestros de Hollywood
Publicado el 29 de Enero de 2012
Por Marcelo Pitrola
Un libro que no sólo se refiere a los textos de Borges sobre cine, sino que indaga sobre el contexto en el que interactuó con ese arte de la imagen.

El actor y escritor alemán Hanns Zischler hace unos 15 años publicó el ensayo Kafka va al cine. Destacado y elogiado por W. G. Sebald, Zischler probablemente no imaginaba que con su texto estaba casi inventando un género, como consignan Gonzalo Aguilar y Emiliano Jelicié en los agradecimientos del brillante Borges va al cine que los tiene como autores y que forma parte de la colección “Los escritores van al cine”, cuyo primer volumen fue Arlt va al cine, de Patricio Fontana.
Aguilar y Jelicié retoman líneas del clásico Borges y el cine de Edgardo Cozarinsky, citado desde el inicio, pero no sólo revisan los textos que Borges dedicó al cine, sus trabajos como guionista, las adaptaciones cinematográficas de sus cuentos, sino que hacen una exhaustiva pesquisa del contexto en el que Borges interactuó con el cine. Por caso, en el capítulo “Un intruso en el cineclub”, restituyen el enfrentamiento, casi secreto, que Borges tenía en los ’30 con los miembros del primer cineclub de la Argentina, el de la Asociación Amigos del Arte. El selecto grupo que organizaba este cineclub promovía principalmente un cine de vanguardia y que aspiraba a ser considerado arte (de Dreyer a Eisenstein). En cambio, Borges elegía la destreza narrativa de cierto cine hollywoodense que también había visto en este cineclub –Von Sternberg, fundamentalmente– y que iba a ser determinante en su alejamiento del vanguardismo martinfierrista y la pasión por la metáfora para volcarse a la búsqueda de la eficaz fluidez narrativa y al trabajo minucioso con el argumento.
Los autores toman los textos como si se tratara de “alephs de época”, echan nueva luz sobre el transitado corpus borgiano a través de un fino trabajo con “contrafuentes” (por ejemplo, artículos de diarios y revistas con los que estaba dialogando), con la bibliografía crítica (Balderston, Molloy, etc.), con textos biográficos (como el Borges de Bioy o el libro de Estela Canto) y con otra bibliografía pertinente y variada.
En un texto de 1929, Borges postulaba su preferencia por el término “biógrafo” para nombrar al cine, porque esta palabra sugería la presentación de un destino, de una vida en conflicto con fuerzas adversas. Los autores, en el bello capítulo “Querer ser otro”, analizan la admiración de Borges por los actores Emil Jannings y George Bancroft que sabían cómo realizar en gestos esta épica del cine. En lo que al sino del propio Borges se refiere, es conocida aquella afirmación de que él siempre supo que su destino sería literario. Aguilar y Jelicié expanden el universo borgiano y demuestran, con lucidez crítica, que su destino fue también cinematográfico.
Fuente:TiempoArgentino

26 de Enero 
Entre el 9 y 19 de febrero
Tres películas argentinas participan en el 62º Festival Internacional de Cine de Berlín

Tres largometrajes argentinos participarán en diferentes secciones del 62º Festival Internacional de Cine de Berlín, que se desarrollará entre el 9 y 19 de febrero próximos.

Dos películas argentinas, "Escuela Normal", de Celina Murga, y "Salsipuedes", de Mariano Luque, estarán presentes en la sección Forum, de la muestra alemana.

El filme de Celina Murga es un documental filmado íntegramente en la Escuela Normal de Paraná, ciudad de donde es oriunda la cineasta, mientras que el de Luque es un drama que tiene como figuras centrales a Mara Santucho y Mariana Briski.
En esta misma sección también participará la coproducción mexicano-uruguaya "La demora", de Rodrigo Plá, acerca de la vida rutinaria de una mujer madre de tres hijos que debe tomar la decisión de internar o no a su padre en un asilo de ancianos.

Otro film nacional "Nosilatiaj. La Belleza", ópera prima de Daniela Seggiaro fue seleccionada para la competencia "Generation", un largometraje de ficción que fue rodado en la provincia de Salta en 2010.

La película fue producida gracias al premio Opera Prima del INCAA, al apoyo de diferentes instituciones y en especial, gracias a la confianza y trabajo de miembros de las comunidades Wichí de Santa Victoria II y La Puntana (en el Chaco Salteño).

El filme cuenta la historia de Yolanda, una joven de origen Wichí que relata, en su lengua natal, cómo siendo criada de una familia criolla, sufre el injusto corte de su cabellera: su don particular, su belleza, un hecho pone en crisis su relación cultural con el mundo criollo y define su destino.

Por primera vez en años, ninguna producción de América latina estará en la competencia oficial que en esta vuelta presta particular atención al cine europeo.
En la función inaugural se verá la coproducción franco-española "Les adieux à la Reine",de Benoit Jacquot, en la que Diane Kruger recrea los dos últimos días de la reina María Antonieta.

Hasta ahora se conocen 22 de las 23 películas en competición, entre ellas un total de 18 estrenos mundiales, la mayoría de de origen europeo.

En la lista destacan la franco-senegalesa "Aujourd`hui", de Alain Gomis; la italiana "Cesare deve morire", de Paolo y Vittorio Taviani, inspirada en "Julio César", de William Shakespeare.

En el grupo de las candidatas a los premios Oso también están la ruso-estadounidense "Jayne Mansfield`s Car", de Billy Bob Thornton con Robert Duvall y la coproducción greco-germana "Metéora".

En esa lista también hay obras de Stephen Daldry, Zhang Yimou, Christian Petzold, Brillante Mendoza, Ursula Meier, Hans-Christian Schmid, Miguel Gomes y Steven Soderbergh.

Panorama, la segunda sección más importante del certamen, presentará la colombiana "Chocó", de Jhonny Hendrix Hinestroza y la brasileña "Xingu", de Cao Hamburger.
España participará con "Dictado", de Antonio Chavarrías y con Juan Diego Botto, "un muy interesante thriller psicológico y de misterio", según definió Dieter Kosslick, director del festival.

La actriz norteamericana Meryl Streep, protagonista de “La dama de hierro”, recibirá en Berlín el Oso de Oro honorífico a toda su carrera el 14 de febrero.

Kosslick confirmó también la presencia del Robert Pattinson (“Crepúsculo”), de Shah Rukh Khan, ídolo de Bollywood y de Angelina Jolie, que debuta como directora en "In the Land of Blood and Honey", acerca de Bosnia, con Rade Serbedzija.
Además, la sección Berlinale Specials acogerá el estreno de "Hijos de las nubes. La última colonia", un documental centrado de nuevo en el Sahara y que produjo el actor español Javier Bardem.

Kosslick adelantó que habrá cintas sobre el desastre nuclear de Japón, la represión de jóvenes italianos en las protestas contra la cumbre del G8 en Génova o el artista chino disidente Ai Weiwei.
Fuente:Telam


El documental sobre Kirchner y el alejamiento de Adrián Caetano
Año 5. Edición número 193. Domingo 29 de enero de 2012
Por Gisela Carpineta
gcarpineta@miradasalsur.com
Tiempos felices. Adrián Caetano, Chino Navarro y Jorge Devoto en las oficinas de la productora cuando arrancaba el proyecto.
Cambio de director .A los productores Chino Navarro y Jorge Devoto no les gustó el corte final entregado por el cineasta uruguayo.

Ya no soy el director del documental de Néstor Kirchner, siempre fui tratado con respeto… igual da tristeza”, publicó en su Twitter Israel Adrián Caetano. De esta forma, después de ocho meses de trabajo, el cineasta uruguayo daba a conocer la noticia de su alejamiento del rodaje del film que retratará la vida política del ex presidente.
Según explicó, su sorpresiva retirada se debió a una decisión de la producción, compuesta por el diputado bonaerense Fernando Chino Navarro y el publicista Jorge Topo Devoto, a quienes no conformó su corte final.
Mediante la red social, el cineasta aclaró que apoyaba al Gobierno e insistió en marcar que no se trató de una decisión personal la de dejar de formar parte del equipo a cargo del film. “Mi contrato terminó hace rato. Mi corte final fue entregado también. Mi trabajo fue cumplido sin anomalía alguna”, aclaró.
“La cuestión es que no gustó mi corte. Esa es la verdad. No tengo razones que callar. Es una opción más que lícita de un productor en ejercicio”, le contestó Caetano a un tweet del periodista Martín Caparrós donde preguntaba sobre los motivos de su desvinculación.

Las razones. Si bien por el momento no se conocen más detalles de cuáles habrían sido los desacuerdos, el Chino Navarro aclaró que fueron discrepancias desde lo político y no desde la estética del documental. Según trascendió, la primera versión que el director de Pizza, birra, faso había entregado tenía una visión demasiado política y no tan humana como se esperaba.
Tras reconocer que tuvieron “diferencias de criterio” con la película que Caetano entregó a fin del año pasado, Navarro sostuvo: “Aspiramos a una película que exceda el mejor homenaje que se pueda imaginar Cristina sobre la vida de Néstor”.
Según explicó el director luego de dar a conocer la noticia, el documental que hizo sobre Kirchner no tenía un tinte propagandístico y apelaba a un espectador crítico que no iba a encontrar una línea política concreta. “Tenía un dogma muy fuerte, del cual la película era presa, que no permitía ciertas cosas como en un documental más convencional, con entrevistas que puedan manipular la información. Y ese dogma daba espacios para que uno tuviera que pensar”, manifestó Caetano.
“Se utilizaron recursos ignotos, hasta entrevistas desconocidas, videos de YouTube y una filmación de celular. Es como un rompecabezas. Está contado todo desde los medios de comunicación de hoy; no hay nadie opinando sobre Kirchner porque él se contaba por sí mismo”, indicó el cineasta.
Dado que Caetano se encuentra rodando Mala, su nueva película que tratará el tema de la violencia de género y que tendrá como protagonista a Brenda Gandini, Navarro aclaró que esa es la razón por la cual no se le pueden hacer modificaciones al corte ya presentado. “Adrián está con mucho trabajo y no tenía tiempo para rediscutirlo. Nosotros decidimos buscar otro director”, explicó el diputado.

No se hagan los rulos. Tanto desde la producción del documental como por parte del director de Un oso rojo, evitaron generar polémica alrededor de la noticia.
“Sería una imbecilidad tomar esta decisión para pegarle al Gobierno, nunca tuvo nada que ver con esto”, aclaró Caetano. Por su parte, Navarro también destacó que el Gobierno no estaba ni detrás del film ni de la repentina salida de Caetano. “No tuvo nada que ver. La plata la conseguimos de empresas, municipios y gobiernos provinciales y de militantes. Cristina tampoco vio la película terminada”, explicó el diputado del Frente para la Victoria.
Apenas se conoció la noticia del alejamiento del director uruguayo, se especuló con que la sucesora sería Florencia Kirchner, quien estudió cine en Nueva York y estuvo fuertemente vinculada a la preproducción del documental. Hasta se llegó a decir que fue ella quien pidió que se separara a Caetano del film.

El documental. El equipo encargado de plasmar la vida del ex presidente en el film que aún no tiene título y que surgió tras su sepelio en Río Gallegos, se completa con Gustavo Santaolalla en la musicalización y el filósofo Ricardo Forster y el periodista Carlos Polimeni trabajando en el guión.
La idea del documental –que no tiene voz en off ni testimonios recolectados especialmente para su realización– es “mostrar a un tipo diferente que se enfrentó a cosas muy importantes en la Argentina y que ganó batallas”, explicó Caetano en julio pasado a Miradas al Sur. “Lo que tuvimos claro desde un principio es que no queríamos convertirlo en un personaje social. Eso hubiera sido despersonalizarlo mucho”, sostuvo en su momento el director.
Para este trabajo se llevó a cabo Yo quiero ser parte, una campaña de recolección de material que permitió que cada aportante sea partícipe directo del film. De esa forma, entre fotos, relatos, filmaciones y cartas, sumaron más de 17 mil aportes, muchos de ellos hasta ese momento desconocidos. Asimismo, dada la enorme cantidad de material recolectado, se llevó a cabo la muestra Néstor por todos en la Casa del Bicentenario y se editó un libro con fotos inéditas que repasa la vida del ex presidente.
“Van a descubrir a un Néstor que decía en 1982 lo mismo que dijo en 2008. Van a encontrar que hay un discurso de los años ’90 en la Sociedad Rural de Río Gallegos, donde le dice a Felipe Solá en la cara lo mismo que después planteó con la 125. En algunos pasajes de esta película, si cerrás los ojos vas a creer que es el discurso de 2007, y no, es de hace 20 o 30 años”, había adelantado Devoto en su momento. Pero para verlo habrá que esperar unos meses más. Por ahora, sólo resta conocer quién ocupará el lugar de Caetano.
Si bien se confirmará la semana próxima, el nombre que suena más fuerte por estas horas es el de la cineasta Paula de Luque, quien fue directora de la reciente Juan y Eva. “En el caso que me convoquen, para mí sería un enorme orgullo poder hacer este documental”, deslizó De Luque.
En su último mensaje tras el alejamiento y luergo de describir que fue un “trabajo precioso”, Caetano le deseó la “mejor de las suertes” a quien lo suceda en la “honrosa tarea” de documentar la vida política de Néstor Kirchner.
Fuente:MiradasalSur


TEATRO
María de la tortura
Ópera revive uno de los momentos más oscuros de Argentina
Lucero Amador-Miranda
2012-01-28
Gregorio González (izq.) en el rol del payador, Peabody Southwell como María y Gregorio Luke como el duende, en la obra 'María de Buenos Aires'. A. Mitisek
Lo que hizo Andreas Mitisek con la obra María de Buenos Aires fue adaptarla a los tiempos cronológicos de su estreno a finales de los 60, y con ello traer a escena uno de los momentos más oscuros de la historia de Argentina, la Guerra Sucia.

"María de Buenos Aires es la representación de América latina", expresa Gregorio Luke, experto en arte Latino Americano y quien por primera vez participa como actor en esta obra. "María es la América viva, palpitante y verdadera. Esta encarnando a las mujeres de Juárez y a las víctimas de todas las guerras sucias que ha habido en Latinoamérica".

La ópera que se estrena mañana en el teatro Warner Grand de San Pedro, es una obra de Astor Piazzolla y libreto de Horacio Ferrer, que está originalmente pensada en la época de los 30, pero el director alemán y también responsable de la compañía Long Beach Opera, una de las más antiguas que se haya fundado en Los Ángeles y el condado de Orange, decidió darle un rostro diferente.

"Estos temas [de la Guerra Sucia] están implícitos en la música de Piazzolla y la poesía de Ferrer", explica Mitisek. "Nuestra producción explora el alma de la obra y le da significado contemporáneo que va más allá de los clichés y estereotipos".

Unos años después de haberse estrenado la obra en 1968, Argentina vivió uno de los sufrimientos más grandes en su historia. En el periodo entre 1976 y 1983, durante la dictadura militar, más de 30,000 personas "desaparecieron", muchas más fueron torturadas y sometidas a toda clase de abusos.

Luke asegura que ése, sin pasar desapercibido la profundidad musical, es el gran mérito de esta obra.

"Es muy valioso que una compañía de ópera, recuerde y nos traiga un tema tan dramático como el de la Guerra Sucia", señala el experto en arte. "Esto también es una oportunidad para que el público norteamericano tome conciencia de la razón de tanta tristeza en América Latina y que son muchos años de dolor, de muertos y olvidos".

María de Buenos Aires de Mitisek es la historia de una mujer que, en la necesidad de salvar a su amado, arrestado por lo militares, se prostituye. Luego de pedir ayuda a estos soldados para su objetivo, es retenida, violada brutalmente, torturada y finalmente muerta.

Gregorio Luke, en su papel como actor, lleva el personaje de El duende, el enamorado de María –personaje realizado por la messo-soprano Peabody Southwell–, quien sufre el dolor de la tragedia de su mujer, como sobreviviente de ese drama.

"Para mi esto ha sido un torbellino emocional", difine Luke. "Yo no estoy actuando esta obra, la estoy viviendo. En México fui educado por personas que fueron víctimas de esta guerra sucia y todas ellas vienen a mi mente al momento de actuar".

En esta obra también participa el barítono mexicano Gregorio González, quien interpretó el rol de Di Cosimo en el estreno mundial en Los Ángeles y luego en Viena de la ópera de Daniel Catán, Il Postino.

Mientras que Mitisek describe a su María como quien "representa a la mujer argentina que puede ser seductora como el tango, pero también [quien] tiene la resistencia y la fuerza para enfrentarse a la dictadura en un país de acendrado machismo".

Agrega que esta historia "lleva el tango a su extremo más brutal, la Guerra Sucia fue la danza ensangrentada de la tortura... en María, el tango se convierte en una danza de vida o muerte".

Para Luke, María representa a las víctimas olvidadas y a la mujer latinoamericana sufrida de todas las guerras sucias, incluso las actuales.

Aunque mucha satisfacción le ha dado participar este proyecto, Luke asegura que la carrera de actuación no es lo suyo.

"Es la primera y la última [vez que actúa]", confiesa. "No puedo, he perdido más de 10 libras y me siento muy desgastado. Lo mio es dar conferencias [sobre arte], como actor no puedo, no estoy preparado. Los actores se preparan para entrar y salir de su personaje, yo no puedo porque no lo actúo, lo vivo".


En Detalle
Qué: ‘María de Buenos Aires’
Cuándo: mañana 2:00 p.m. y el sábado 4 de febrero 8:00 p.m.
Dónde: Teatro Warner Grand, 478 W 6th St., San Pedro
Cómo: de $29 a $150. información: (562) 432-5934 y www.longbeachopera.org/tickets
Fuente:laOpinión


España en el corazón
Año 5. Edición número 193. Domingo 29 de enero de 2012
Por Miguel Russo
mrusso@miradasalsur.com
Zaida Rico y Susana Hornos. Dos sonrisas, cuatro manos y la misma genialidad para pensar, escribir y dirigir como si fueran una sola./Granos de uva en el paladar.
Entrevista. Susana Hornos y Zaida Rico. Actrices y directoras de teatro. A días del estreno de su obra Granos de uva en el paladar, un repaso por 80 años de lucha y pasión libertaria, las directoras hablan de las asignaturas pendientes en su país natal y de la realidad en este que adoptaron para vivir.

Susana Hornos nació en La Rioja, España. En 1999 llegó al país por amor al teatro. Y entre el amor y el amor hubo estudios y perfeccionamientos; sets de cine (Verano amargo, La patria equivocada, por ejemplo) y escenarios (La casa de Bernarda Alba, Don Juan y otras); corralito, bancarrota, 2001 y la necesidad del retorno a España; idas y vueltas y Buenos Aires en el corazón. Pide un cortado (“sin mucha leche”, dicho de modo españolísimo) y sonríe. Zaida Rico nació en Madrid, España. En 2007 llegó a la Argentina intuyendo que Buenos Aires era el lugar donde podría desarrollar todo su amor por el teatro. Una de sus primeras tardes porteñas, se sentó en el cordón de la vereda de la avenida Corrientes y lloró desesperada porque jamás llegaría a conocer todo lo que era esa ciudad que le proponía miles y miles de calles endiabladas. Sobrepuesta, compró una Guía T y se convirtió en una eximia conocedora de los recorridos de todos y cada uno de los colectivos. Actuó en La casa de Bernarda Alba, Don Juan Tenorio, Como si fuera esta noche, Ana el once de marzo, Mujeres de ambas clases. Pide un cortado (también con un españolísimo “sin mucha leche”) y sonríe. Decir Susana Hornos y decir Zaida Rico es decir ambas. Ambas escribieron la obra teatral Granos de uva en el paladar. Ambas dirigen a un elenco de seis mujeres tan españolas como ellas. Ambas están expectantes ante la inminencia del debut, el jueves 9 de febrero. Ambas revuelven su cortado. Ambas sonríen. Ambas enumeran todo ese universo que entra dentro de su obra. Toda esa España. “Arrancamos en 1932, la Segunda República, y allí dentro el tema de la ley de divorcio”, dice Susana Hornos; “el golpe de Estado de los sublevados, la Guerra Civil, las cárceles, la dictadura de 40 años”, dice Zaida Rico. “La democracia”, dice una. “La transición”, dice otra. Ambas dicen “entre comillas eso de la transición; mejor dicho, nuestra visión de la transición”. Y ambas, cerrando esos 80 años que metieron dentro su obra, dicen: “Terminamos con algo lamentable: las fosas comunes, algo de lo que en España sabemos bastante”.
Al verlas hablar, comenzar una frase una y continuarla la otra, es irremediable pensar en un hecho ocurrido hace exactamente (con una diferencia de poco más de 30 días) 79 años. En diciembre de 1933, coincidían (y se conocían) en Buenos Aires Pablo Neruda y Federico García Lorca. Invitados de honor a una cena en el PEN Club, el chileno y el español jugaron una suerte taurina en homenaje a otro gran poeta, el nicaragüense Rubén Darío, pronunciando un discurso al alimón. “Alimón” denota la forma en que dos lidiadores, cada uno sosteniendo un extremo del mismo capote, torean un mismo toro en el ruedo. “Señoras”, arrancó aquella noche Pablo; “y señores”, siguió Federico. Y fue poco menos de una hora de celebración a dos voces de la lucha, la pasión y la palabra.
Ahora, 79 años después, Susana Hornos y Zaida Rico recitan, al alimón (con la misma celebración por la lucha, la pasión y la palabra), la vieja copla, tan española como ellas, que le da título a su obra: “Cuando yo me muera tengo ya dispuesto / en el testamento que me han de enterrar / en la bodega dentro de una cuba / con un grano de uva para el paladar”.
–¿Cómo fue el proceso de escritura de la obra?
Susana Hornos: –Yo escribí los cuentos, fui la primera culpable...
Zaida Rico: –…y cuando los leí comprobé que allí había situaciones teatrales.
S. H.: –Yo pensaba que debíamos trabajar en un formato pequeño porque era una cosa de locos todos los personajes que había. A ver, me imaginaba todo como una cosa leída, con dos atriles, alguna guitarra que cortara de tanto en tanto la lectura...
Z. R.: –…pero es que eran tan fuertes, que me plante: “Tía, que aquí, de sencillo, nada”. Esto era una obra de teatro hecha y derecha.
S. H.: –Nos inscribimos con un resumen del material en el certamen Haroldo Conti y nos preseleccionaron. Entonces empezó la cosa: debíamos hacer una presentación y teníamos cuatro meses para prepararlo.
Z. R.: –Un torbellino. Recuerdo la primera conversación telefónica con Susana cuando decidimos que todo ese material debía ser una obra. Había, claro, otro problemita: ninguna de las dos habíamos dirigido nunca.
S. H.: –Yo tenía mis reparos, pero Zaida decía “da igual, si hay que dirigir, se dirige”.
Z. R.: –Es que las dos teníamos muy claro cómo hacer todo eso que queríamos contar. Mejor dicho, sabíamos qué cosa no queríamos hacer con los cuentos. Había un código común que hubiera sido muy difícil de transmitir a otro director.
S. H.: –Entonces decidimos seguir una forma de trabajar: cada una escribía la escena como le parecía y luego las leíamos juntas.
Z. R.: Yo estaba en España y Susana estaba acá, de modo que la cosa fue vía mail. Y lo más extraño fue que las dos escrituras eran absolutamente cercanas, asimilables. Ocurrió, sencillamente, que las dos habíamos soñado la misma obra. Creo que ese fue el momento en que podríamos plantar el inicio de esta bicefalia.
S. H.: Era mágico: Zaida empezaba una palabra y parecía que yo la completaba o viceversa. Una oración, una frase, seguía a la otra. Fue una enorme suerte.
–¿Suerte?
Z. R.: –Bueno, es que todo era muy arriesgado. Empezar a escribir a cuatro manos, a dirigir a cuatro manos. Podría haber salido fatal, realmente. Podríamos haber terminado las dos tirándonos de los pelos. Pero ha sido un proceso maravilloso. Y al fin de ese proceso comprendimos que este es nuestro lenguaje, descubierto a prueba y error.
–Ustedes señalan, literalmente, que en ese recorrido desde 1932 hasta 2012 recrean ese período de cambio y coraje a través de personajes que no aparecen en los libros de Historia. Hoy, la realidad española, marca serios conflictos. ¿Consideran que la aceptación de la obra sería la misma aquí que allá?
Z. R.: –La sola pregunta hace que me lata el corazón más fuerte. Es jodido, no sé si Granos de uva en el paladar tendría la misma aceptación en España que aquí.
S. H.: –No, claro, pero es algo que creo necesario averiguar. No me refiero a las posibilidades de éxito comercial. España necesita ahora este tipo de planteos sobre su historia. En la Argentina se llevó a cabo todo un largo, doloroso e inevitable camino en derechos humanos. Hay gente procesada, presa o que van en camino de estarlo. Y en España, eso no ha ocurrido…
Z. R.: –…y, a este paso, parecería que ya no va a ocurrir. Manuel Fraga Iribarne, fundador del Partido Popular y hombre del franquismo, acaba de morir en la cama, no en la cárcel.
S. H.: –Y murió celebrado tanto por José María Aznar, del PP, como por Alfredo Pérez Rubalcaba, del Psoe, que habló del “servicio público encomiable” que había brindado Fraga a España. Creo que, en España, la obra sería más controvertida…
Z. R.: –…es cierto, no sé si se volvería a la idea de los dos bandos, franquistas y republicanos, pero generaría posiciones muy contrapuestas. Aquí, aunque mantenemos la idea de que no sólo estamos contando la historia de España…
S. H.: –…sabiendo que por desgracia hubo y hay muchas dictaduras, guerras y atrocidades en todas partes de mundo…
Z. R.: –…podemos tomar cierta distancia que no sabemos si podría existir en España. Y mucho menos ahora.
–Es el riesgo inevitable que se corre al hacer memoria…
S. H.: –Y fue nuestro comienzo: iniciar un proceso de dar memoria...
Z. R.: –…la memoria de todas esas cosas que habían sufrido nuestros abuelos.
–La edad promedio del grupo que ustedes integran junto a las seis actrices está entre los 25 y los 35 años. De modo que parece una propuesta hasta personal de recuperación de la memoria.
Z. R.: –Fíjate que aquí, en la Argentina, las personas entre 25 y 35 años forman parte de la generación de hijos de secuestrados, de desaparecidos. Allá, con esa edad, somos nietos o bisnietos de los secuestrados, asesinados y desaparecidos.
–¿Y qué ocurre en España con la generación de sus padres, las personas que tienen entre 55 y 65 años?
S. H.: –Mis padres vendrán desde España para ver la obra. El tío de mi padre está enterrado en una fosa común: lo mataron a los 17 años por el hecho subversivo para Franco de ser primo hermano de un maestro. Mi padre votó al PP: me pregunto qué le pasará con esta obra.
Z. R.: –Mis padres son unos cinco o seis años más jóvenes que los de Susana. La tía de mi padre estuvo en la cárcel de Ventas, una prisión de Madrid construida en 1931 para 450 reclusas que el franquismo utilizó para hacinar más de cuatro mil opositoras a su dictadura y que recién se destruyó en 1967. Mi padre luchó en la transición; es de los que no se creen el cuento festivo de esa palabrita. Los padres de Susana y mis padres, las diferencias entre unos y otros, son un claro ejemplo de lo que hoy es España.
S. H.: –Yo creo que hay en España una generación que nos hemos saltado: todo el mundo de la memoria, de la Guerra, de la barbarie ocurrida lo supe por mis abuelos. Era mi abuela la que se sentaba y me contaba el terror y la lucha por superarlo. Cuando llegaba mi madre, se callaba porque sabía que a ella no le gustaba que se hablara de esas cosas. Y mi abuelo estuvo mucho tiempo en la cárcel. Esa generación, la de mis padres, es la que no quiso saber nada: son hijos de hombres y mujeres que pasaron el mayor horror y decidieron olvidar.
Z. R.: –Es que, luego de la muerte de Franco, España pensó que estaba bien económicamente, que todo había terminado y fue borrando el mundo de la memoria. Por eso la lucha por saber todo lo relacionado con las fosas comunes fue tan individual.
S. H.: –En su día fueron las mujeres de negro, que lamentablemente han ido muriendo, las que llevaron adelante la pelea contra el olvido. Luego, llegaron algunos hijos o sobrinos que decidieron continuar la posta. Pero recién ahora, a través de los foros de la memoria, es que se están rescatando las fosas comunes y los crímenes comienzan a salir a la luz.
–¿Qué profesiones hicieron encarnar a sus personajes?
Z. R.: –El primer cuento, que comienza con la época de la Segunda República, lo protagonizan un terrateniente y una mujer de pueblo con la que se casa para tener hijos, preferentemente varones, que lo ayuden a seguir con la continuidad de sus tierras. Y allí, en esa relación desangelada de la pareja, se cruza Rosa, una maestra, guerrillera, que cree en ella misma y en eso tan raro por aquellos años de que las mujeres pueden estudiar y hablar y decir lo que piensan. Igual que los hombres.
S. H.: –En esa historia se plantea de una forma muy clara las dos formas de ser mujer, las dos formas de ser de España.
Z. R.: –El segundo cuento toma a un grupo de presas y las monjas carceleras en una duplicación de roles de las seis actrices.
S. H.: –No todas esas presas están allí por haber combatido. Hay algunas que cayeron por haber guardado papeles inconvenientes de sus parejas o de algún familiar. En el último cuento se relata la historia de un cuerpo que sale de una fosa común para contar la verdad de lo ocurrido.
Susana y Zaida, ambas, cuentan la magia del primer día, aquella tarde cuando comenzaron los ensayos. Las directoras quisieron hacerles un regalo a las seis mujeres del elenco. Y el regalo era la memoria: “Un pedacito de memoria de algo que nos hubieran contado de nuestras familias. Una anécdota, una imagen, un diálogo recordado entre ollas en la cocina, algo que tuviera que ver con esa época que íbamos a tratar”. Una de las actrices suspendió ese acto de entrega y comenzó a llorar desconsoladamente. A través del ejercicio, había descubierto, con el dolor que provocan las verdades escondidas durante mucho tiempo, que no tenía memoria. “Así empezó ese proceso”, dice Susana, dice Zaida, dicen ambas.
–Luego de la temporada en la Argentina, ¿tienen pensado llevar la obra a España, esté como esté la realidad española?
S. H.: –Sería el modo perfecto de cerrar el círculo.
Z. R.: –Es que con la transición, nos quisieron hacer creer que ya estaban todas las cuentas del pasado saldadas, que en España no había pasado nada. Y hay muchos que quedamos con esa enorme grieta abierta. La Guerra Civil terminó en el ’39. Allí murió mucha gente, pero en los 40 años restantes de franquismo siguió muriendo mucha gente. Guardamos mucho tiempo ese silencio. Tanto, que ya no queda nadie vivo a quién juzgar.
S. H.: –Nos modificaron el modo de hablar. Palabras como “exilio” fueron vaciadas de contenido o cambiadas de sentido por leyes gubernamentales. Hubo delirios de lavados de cerebros con figuritas de colores y supuestos resurgimientos económicos para perder la memoria. Creemos que llevar la obra allá sería nuestra manera de luchar para recuperarla.
Z. R.: –Tanto aquí, en la Argentina, como allá, en España, pretendemos mostrar esa pelea contra el olvido. Por eso el peor de los fracasos sería que alguien salga indiferente de la sala. Queremos que nos puteen o que nos abracen, pero no que se vuelvan a sus casas sin nada.

Granos de uva en el paladar
Estreno: Jueves 9 de febrero a las 21.
Lugar: Centro Cultural de la Cooperación (Avenida Corrientes 1543). Todos los jueves de febrero y marzo
a las 21.
Dirección: Susana Hornos y Zaida Rico
Elenco: Arantza Alonso, Lucía Andreotta, Marta Cuenca, Clara Díaz, Sauce Ena, Ruth Palleja
Fuente:MiradasalSur




MÚSICA
jueves 26 de enero de 2012
Música: Desde Chile, la inmortal Violeta Parra
Violeta del Carmen Parra Sandoval (San Fabián de Alico o en San Carlos, el 4 de octubre de1917 - Santiago de Chile, 5 de febrero de 1967) fue una cantautora, pintora, escultora, bordadora y ceramista chilena, considerada por algunos la folclorista más importante de Chile y fundadora de la música popular chilena. Era miembro de la prolífica familia Parra. El aporte de Violeta Parra al quehacer musical y artístico chileno se considera de gran valor y trascendencia. Su trabajo sirvió de inspiración a muchos artistas posteriores, que continuaron con su ardua tarea de rescate de la música del campo chileno y las manifestaciones constituyentes del folclore del país y de Latinoamérica. Sus composiciones propias han sido elogiadas por críticos de todo el mundo, tanto por su compleja elaboración musical como por sus letras poéticas, ingeniosas y socialmente comprometidas. Sus canciones han sido versionadas por gran cantidad de artistas en Latinoamérica y el resto del mundo.

Luego de un largo exilio, en 1965 Violeta regresó a Chile. Instaló una gran carpa en la comuna de La Reina, con el plan de convertirla en un importante centro de cultura folclórica, junto con sus hijos Ángel e Isabel, y los folcloristas Patricio Manns, Rolando Alarcóny Víctor Jara, entre otros. A pesar de su bello sueño de convertir la carpa en un referente para la cultura de Chile, la respuesta no fue muy motivadora, y el público no la apoyó.

La indiferencia del público chileno fue uno de los factores que desencadenó su muerte. El final de su relación con Gilbert Favre, que se marchó a Bolivia en 1966 (originando una de sus canciones más conocidas, "Run Run se fue pa'l norte") la dejó en un estado de ánimo muy vulnerable, lo fue a ver a Bolivia y lo encontró casado. Un mito urbano atribuyó la depresión de Parra a un amor no correspondido por el cantante Pedro Messone, sin embargo el propio cantante lo ha desmentido basándose principalmente en la gran diferencia de edades de ambos.

Las últimas canciones que escribió se reunieron en el notable disco Las Últimas Composiciones, lanzado ese mismo año, grabado junto a sus hijos y al músico Alberto Zapicán, y que incluye sus himnos humanitarios "Gracias a la Vida" y "Volver a los 17", además de otras canciones igualmente importantes y conocidas, como el "Rin del Angelito", "Pupila de Águila", "Cantores Que Reflexionan" y El Albertío, famosas hasta el día de hoy. En el caso de Gracias a la Vida, además de ser interpretada por otros artistas como Mercedes Sosa y Pedro Vargas, en 1977 las Autoridades de TVN prohibieron su triunfo en el programa La Canción de Todos los Tiempos, mientras que Volver a los 17, fue interpretada por Joan Manuel Serrat en su concierto celebrado en 1990 y muchos años más tarde por otros artistas, como Milton Nascimento y Franco Simone.

El 5 de febrero de 1967, a los 49 años de vida, y tras varios intentos fallidos, Violeta Parra se suicidó en la carpa de La Reina, dejando un legado de esfuerzo y sacrificio a Chile y el mundo. Mientras para muchos resulta paradójico que quién escribiera la canción Gracias a la vida, todo un himno a la vida, terminara suicidándose sólo un año después de publicarla, otros críticos de su obra ven en las letras, en el estilo de musicalización, los tonos usados y la monotonía de sus temas el reflejo de un estado de ánimo depresivo y una canción de despedida.

Legado musical
Violeta Parra dejó una gran cantidad de música inédita, que se ha ido conociendo en el último tiempo. Algunas de sus Décimas Autobiográficas (ya editadas en libro) habían sido grabadas con voz de Violeta, y fueron recopiladas en un Long Play editado por Alerce, en 1976, después se amplió a (Décimas y Centésimas) al igual que un concierto en vivo otorgado en Ginebra (Violeta Parra en Ginebra) y sus peculiares Composiciones para Guitarra, álbumes que vieron la luz en 1999.

Además del gran legado de sus propias grabaciones, Violeta Parra ha sido versionada por una innumerable cantidad de músicos chilenos, entre los que se cuentan Víctor Jara, Quilapayún, Illapu, Patricio Manns, Los Jaivas, Inti Illimani, (que, además de diversas grabaciones individuales de canciones de Violeta, ejecutó la obra de Luis Advis Canto para una semilla, musicalización de las Décimas Autobiográficas de Violeta). Un tributo rock producido por Álvaro Henríquez y con la participación de artistas como Los Bunkers, Pettinellis, Lucybell, Javiera Parra (su nieta), Chancho en Piedra y Juanita Parra (baterista de Los Jaivas) que vio la luz en 2001 con el título de Después de Vivir un Siglo. Incluso baladistas populares como Myriam Hernández, Gloria Simonetti y Luis Jara han incorporado la música de Violeta en sus repertorios. Gloria Simonetti interpretó Gracias a la vida en el programa La canción de todos los tiempos, transmitido por Televisión Nacional en 1977. Sin embargo, las autoridades de TVN de la época prohibieron al jurado que la canción de Violeta ganara, aunque la interpretación de Simonetti había sido alabada unánimemente por el público.

Pero sin duda lo que resulta un aporte real a la música es el rescate de la tradición musical chilena: el canto a lo divino ("El rin del angelito", "Verso por una niña muerta", por ejemplo), "El lamento mapuche", sus canciones nortinas, sin dejar de lado su gran sensibilidad social en canciones como: "Mazúrquica modérnica", "Rodríguez y Recabarren", "La carta", etc. Por todo lo anterior ella es considerada la madre del folklor latinoamericano.

Cabe destacar en el legado musical de Violeta sus interesantes composiciones instrumentales para guitarra, donde conjuga folclorismo y modernidad.

Una gran cantidad de canciones de Violeta Parra han sido versionadas por sus hijos Ángel e Isabel, mientras que su nieto Ángel Parra Orrego ha editado un disco con las "anticuecas" en 1994, y Tita Parra lanzó una continuación de su trabajo de "décimas", con el título de Centésimas del Alma en 1998.


Fuera de Chile y tanto en discos como en vivo, Violeta Parra ha sido interpretada por destacados artistas como Óscar Chávez, el vocalista de Café Tacuba, Rubén Albarrán en su nuevo proyecto musical, Hoppo! (México), Soledad Bravo (Venezuela), Susana Baca (Perú), la cantante de Aterciopelados Andrea Echeverri, Juanes y Shakira (Colombia), Mercedes Sosa, Charly García, León Gieco, Fito Páez, Pedro Aznar, Alberto Cortez (Argentina), Chico Buarque, Elis Regina, Milton Nascimento y Caetano Veloso (Brasil), Joan Manuel Serrat, Miguel Bosé, Alejandro Sanz y Raphael (España), Silvio Rodríguez (Cuba), Joan Baez y Michael Bublé (Canadá), Robert Wyatt (Inglaterra), Holden (Francia), Arja Saijonmaa (Suecia), Laura Pausini (Italia), entre otros.

Violeta Parra es mencionada en el tema Canción Protesta de la agrupación colombiana de Rock, Aterciopelados (en su disco Oye de 2006), dentro de las figuras musicales más representativas de causa y compromiso social, nombrada junto a varios íconos del género; como su gran compatriota, Víctor Jara, además de Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, León Gieco, Milton Nascimento, Joan Baez, Manu Chao entre otros representantes de la contracultura anarquista. La banda de rock de San Francisco Faith No More, por su parte, en sus presentaciones del 4 y 5 de diciembre en Santiago de Chile interpretan el tema «Qué he sacado con quererte». Cabe también destacar que el poeta, cantante y compositor español Joaquín Sabina le dedica el último tema de su último disco: Vinagre y Rosas (2008). La canción se titula "Violetas para Violeta", una libre adaptación de su tema, La carta, que también grabó junto a Mercedes Sosa en su disco "Cantora"...
Fuente:ArgenpressCultural

El Disco recordado
Coplas para la Luna
Publicado el 29 de Enero de 2012
Antes de mi ingreso a la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA), hará ya como 15 años, andaba bastante descreído de la música porque me aburría, y la que nos vendía la industria como nueva no lo era verdaderamente. Mi profesor de guitarra particular me había grabado el CD Coplas para la Luna, de Silvia Iriondo. Tardé bastante en escucharlo y cuando lo escuché me partió la cabeza y cambio mi relación con la música para siempre. Descubrí la eternidad de las hermosas composiciones de nuestros autores, y que el folklore es terreno fértil para la creación; descubrí el genio de músicos como el Negro Aguirre y Quique Sinesi. Me dieron ganas de conectarme con la Tierra y concocer cada rincón de nuestra querida Argentina. Me cambio la vida. En fin… Gracias Silvia!!!
Federico Bardotti es compositor, guitarrista y cantante. Acaba de editar Ahora, su segundo disco.
Fuente:TiempoArgentino

UNA PASADITA POR COSQUÍN
26 de Enero
Festival Nacional de Folclore
La canción se apropió de Cosquín con León Gieco, Víctor Heredia y Teresa Parodi
Los cantantes León Gieco, Víctor Heredia y Teresa Parodi impusieron este miércoles por la noche, con sus matices, el universalismo del formato canción en la sexta luna del Festival de Folclore de Cosquín.

La sexta noche del 52da. edición del festival, tal vez la más pareja si se mensura la dimensión de los artistas, se inauguró con un repertorio folclórico preparado por Gieco.

En cantante comenzó con "Zamba por vos" (Alfredo Zitarrosa) y luego enhebró "Puentecito de mi río", en homenaje a Antonio Tormo; y "Cuando llegue el alba", en tributo a Jorge Cafrune.

Luego de "Casamiento de negros", de Violeta Parra, Gieco apostó a su propio repertorio con varios de sus clásicos y, como desenlace, una canción inédita, "Fachos", con una estructura compositiva que se emparenta con "Los salieris de Charly" de aquel sólido álbum "Mensajes del alma (1993)".

A su turno, la correntina Teresa Parodi irradió la plaza con los sonidos del Litoral. Desde su histórico "Pedro canoero" a las canciones de su último disco como "Ramón Maciel" o la impecable "Retrato de un pescador".

Siepre proclive a compartir la experiencia musical, Parodi continuó con invitados.

Con la uruguaya Ana Prada interpretó "Como el río" y "Tierra adentro"; con Raúl `Tilín` Orozco y Fernando Barrientos entregó "Celador de sueños" y en compañía de Arbolito esa proclama contra la xenofobia que expresa "Con la misma voz".

Por su parte, Víctor Heredia, acompañado por la orquesta colombiana Suramérica, ofreció un dispar homenaje a la fallecida Mercedes Sosa, además de sus más célebres composiciones propias.

La voz de la tucumana se proyectaba en un video mientras la orquesta tocaba en vivo, una experiencia arriesgada que, además, sufrió problemas técnicos con el sonido.

El material fílmico mostró una extensa sucesión de artistas con testimonios sobre la obra de Mercedes Sosa y fragmentos cantados y editados que pierden su atractivo una vez despojados de la emoción del homenaje.
Fuente:Telam

HUMOR
UN POCO DE HUMOR
Les Luthiers
Fuente:ArgenpressCultural




POESÍA
Por Qué Escribimos
Uno hece versos y ama
la extraña risa de los niños,
el subsuelo del hombre
que en las ciudades ácidas disfraza su leyenda,
la instauración de la alegría
que profetiza el humo de las fábricas.

Uno tiene en las manos un pequeño país,
horribles fechas,
muertos como cuchillos exigentes,
obispos venenosos,
inmensos jóvenes de pie
sin más edad que la esperanza,
rebeldes panaderas con más poder que un lirio,
sastres como la vida,
páginas, novias,
esporádico pan , hijos enfermos,
abogados traidores
nietos de la sentencia y lo que fueron,
bodas desperdiciadas de impotente varón,
madre, pupilas, puentes,
rotas fotografías y programas.

Uno se va a morir,
mañana,
un año,
un mes sin pétalos dormidos;
disperso va a quedar bajo la tierra
y vendrán nuevos hombres
pidiendo panoramas.

Preguntarán qué fuimos,
quienes con llamas puras les antecedieron,
a quienes maldecir con el recuerdo.

Bien.
Eso hacemos:
custodiamos para ellos el tiempo que nos toca.
( La Ventana en el Rostro - UCA-Editores)
ROQUE DALTON
Roque Dalton hacía reír a las piedras. Venía de un país centroamericano y chiquito, que él llevaba tatuado en todo el cuerpo. Allí cayo acribillado a balazos. La poesía de Roque era como él, cariñosa, jodona y peleadora. En la cara y en la poesía de Roque, una guiñada se convertía en un puño en alto.
No precisamos de un minuto de silencio para escuchar su risa clara. Ella suena alto y siempre, matadora de la muerte, en las palabras que nos dejó para celebrar la alegría de creer y de darse.

Eduardo Galeano lo recuerda así:
Roque Dalton, alumno de Miguel Mármol en las artes de la resurrección, se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez se salvó porque cayó el gobierno y otra vez se salvó porque cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos.

Y se salvó de los hinchas de fútbol que lo corrieron a pedradas, y se salvó de las furias de una chancha recién parida y de numerosos maridos sedientos de venganza.
Poeta hondo y jodón, Roque prefería tomarse el pelo a tomarse en serio, y así se salvó de la grandilocuencia y de la solemnidad y de otras enfermedades que gravemente aquejan a la poesía política latinoamericana. No se salva de sus compañeros. Son sus propios compañeros quienes condenan a Roque por delito de discrepancia. De al lado tenía que venir esta bala, la única capaz de encontrarlo.
Fuente:Daltonicos
Aclaración: Las fotos que ilustran las notas que no son de origen son bajadas de la Web.

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