16 de enero de 2012

Fue a bailar, la policía lo echó del boliche y está desaparecido.

Lo vieron por última vez el 5 de noviembre en Choele Choel
Fue a bailar, la policía lo echó del boliche y está desaparecido
Publicado el 16 de Enero de 2012
Por Federico Trofelli
Daniel Solano es un trabajador golondrina de 27 años y pertenece a la comunidad guaraní. Desde que lo expulsaron del local por supuestos disturbios no se sabe nada de él. La familia sospecha que lo asesinaron en la comisaría.

Daniel Solano, de 27 años, hizo más de 2000 kilómetros desde su Cherenta natal en Tartagal, provincia de Salta, hasta Lamarque, en Río Negro. En colectivo y como turista fue junto a otros 15 guaraníes, como él, a cosechar manzanas. En la madrugada del sábado 5 de noviembre fue expulsado por tres policías de una disco de Choele Choel por supuestos disturbios. Se sabe que otros tres efectivos se sumaron al procedimiento. Lo que no se conoce, aún, es el paradero del joven.

Daniel y sus compañeros son trabajadores golondrinas que se trasladan de acuerdo a las temporadas de cosecha. Llegaron a Río Negro el 8 de octubre. Fue la segunda vez en el año que había sido contratado por Agro Cosecha Argentina SRL para trabajar cuatro meses con la multinacional Univeg Expofrut SA. Un día antes de su desaparición, el joven había cobrado su primer sueldo: 800 pesos en blanco y otro tanto en negro. Compró un celular, le mandó más de 20 mensajes a su novia y llamó a su padre.

El teléfono se apagó alrededor de las 5 de la madrugada de ese sábado y todo lo que sucedió después es una incógnita.

La primera versión de los hechos fue la hipótesis policial y de la empresa. Una prostituta, una empleada de limpieza y el dueño del bar El Tano de la terminal de Choele Choel dijeron haber visto al joven el sábado por la tarde en esa cantina. Según declararon, Daniel les dijo que “quería instalarse en la ciudad de Neuquén”. Con esta hipótesis, la jueza minimizó la desaparición ante los padres de la víctima que se habían trasladado hasta la provincia de Río Negro.

La familia Solano no se quedó de brazos cruzados y convocó a un conocido abogado de Tartagal, Sergio Heredia, para que los represente como querellantes. Su primera medida de trabajo fue revocar el mandato que tenían dos abogados que la empresa les quiso imponer a la familia. La segunda, comenzar a derribar la versión policial instalada.

Heredia comprobó que la ropa y el bolso de Daniel habían quedado en los improvisados barracones que la multinacional Expofrut tiene para albergar a sus empleados temporales en la localidad de Lamarque, a pocos kilómetros de Choele Choel. Es decir, que el joven no tenía intenciones de irse.

En su investigación paralela, el abogado querellante descubrió que en la noche del viernes 4 de noviembre Daniel había estado con sus compañeros de trabajo en tres bares de Lamarque. Luego, a la 1:15 del sábado se tomaron un taxi hasta la ciudad de Choele Choel, a menos de 20 kilómetros, donde el joven ingresó a la disco Macuba después de las 2, porque hasta esa hora era gratis y él había pagado su entrada.

Alrededor de las 2:45, el locutor del boliche pidió a los tres policías, que hacían horas adicionales en el local que lo expulsaran porque estaba alcoholizado y haciendo disturbios.

Según la versión policial, Daniel fue expulsado sin ejercer la fuerza. Una vez afuera, pidieron apoyo a la Comisaría 8ª, que queda a tres cuadras de la disco. A los pocos segundos, otros tres efectivos llegaron en una patrulla Ford Eco Sport. Todos los oficiales declararon haber dejado al joven en la esquina de Macuba porque ya se había calmado.

Sin embargo, según denuncia la querella, la salida de la camioneta nunca quedó asentada en el libro de registros de la dependencia policial. Además, la familia estableció que en un lapso de cinco horas ese vehículo recorrió unos 60 kilómetros, sin justificación.

En los últimos días, el fiscal Guillermo Bodrato le tomó declaración a un periodista de Río Negro que recibió la información que Daniel había sido asesinado en la Comisaría 8ª, donde habría estado secuestrado. La querella cree que luego se deshicieron del cuerpo. Por eso, para el próximo miércoles la justicia dispuso pruebas de Luminol –para determinar si hay manchas de sangre– en todos los móviles policiales y en los autos particulares de los efectivos.

“Pero habrá que ver si encontramos lo que sospechamos y no se trata de una nueva maniobra de la policía y la justicia para desviar la investigación, porque tres policías fueron trasladados a Bariloche después de la desaparición”, explicó Heredia a Tiempo Argentino.

Por el momento, ningún policía fue siquiera sumariado. De todas formas, en las próximas horas la familia de Daniel denunciará formalmente a más de 30 personas por diferentes delitos: desde falso testimonio hasta ser los supuestos homicidas de Daniel Solano. <

Los datos
Daniel Solano, 27 años y de origen guaraní, viajó el 8 de octubre desde Tartagal, en Salta, a la ciudad de Lamarque, en Río Negro donde había sido reclutado por una empresa local para trabajar en la cosecha de la manzana para una multinacional.

El 5 de noviembre, el joven desapareció de la disco Macuba, en Choele Choel, donde había ido a bailar con sus compañeros de trabajo. Tres policías que trabajaban en el local bailable lo echaron del lugar. Luego, intervinieron tres policías más y desapareció.

La investigación judicial casi fue archivada. El fiscal que instruyó la causa fue recusado y remplazado por otro que está abocado a esta investigación. Ahora, la jueza enfrenta un pedido de juicio político presentado por siete intendentes y apoyado por el gobernador de la provincia.

Una brigada polémica
La familia Solano mantiene sus sospechas de que efectivos de la Unidad Regional de Choele Choel fueron los protagonistas de la desaparición de Daniel. Sin embargo, no descartan que hayan actuado con la anuencia de los integrantes de la fuerza especial BORA –Brigada de Operaciones de Rescate y Antitumulto– cuyos agentes realizan horas adicionales custodiando a los empleados golondrinas de Expofrut. En la noche de la desaparición de Daniel, tres testigos indicaron haber visto en las inmediaciones de la disco Macuba a una camioneta Fiat Ducato, perteneciente al BORA. El BORA fue criticado fuertemente luego de acribillar a balazos a dos jóvenes en junio de 2010 en Bariloche en medio de importantes disturbios que se produjeron luego de que un policía fusilara a Diego Bonefoi, de 15 años.

Luego del asesinato del gobernador de Río Negro Carlos Soria, su reemplazante, Alberto Weretilneck, decidió disolver el grupo especial antimotines “cuya existencia es continuamente cuestionada, sin que nadie haya podido justificar la razón de su creación. Debiera prohibirse que estas empresas contraten como ejército privado a efectivos de una fuerza de seguridad pública antimotines”, justificó.

La justicia cuestionada
El fiscal Guillermo Bodrato se dedica a la investigación exclusiva de la desaparición de Daniel Solano. Así lo dispuso la procuradora general de Río Negro, Liliana Piccinini. Es que el fiscal Miguel Flores –que instruyó la causa– había sido recusado por la querella porque consideró que sólo había escuchado la versión policial y la investigación iba camino a su archivo.

La jueza de la causa, Marisa Bosco parece seguir la misma suerte que Flores. Los familiares de Solano también recusaron a la mujer que aún mantiene en sus manos la instrucción del caso.

Sin embargo, siete intendentes del Valle Medio de Río Negro pidieron el juicio político de la jueza. La presentación fue realizada ante el Consejo de la Magistratura y fue apoyada por el flamante gobernador Alberto Weretilneck. El pedido también incluye al fiscal Flores.

“Vamos a ir hasta las últimas consecuencias y acompañaremos a los intendentes con el pedido de juicio político que le harán a la jueza y a uno de los fiscales”, sostuvo Weretilneck.
Fuente:TiempoArgentino

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