30 de enero de 2012

LA RELACIÓN ENTRE LA CGT y LA CASA ROSADA.

La relación entre la CGT y la Casa Rosada
Plaini: “La CGT no atenta contra nadie, pero hay temas inconclusos”
Publicado el 30 de Enero de 2012
Por Equipo de Política
El titular del gremio de los Canillitas aseguró que aunque la principal central de trabajadores del país comparte una agenda en común con el gobierno nacional, existen “algunas diferencias”. Pidió que no le envíen mensajes a Moyano.

El diputado nacional, titular del gremio de Canillita, y habitual vocero de la conducción de la CGT, Omar Plaini, le puso condimentos ayer al inicio de una semana en la que se pondrá en juego la relación de la Casa Rosada con la central de trabajadores. Plaini advirtió que “los que se vienen no son momentos simples”, destacó que Hugo Moyano no quiere “que le manden mensajes” y analizó que “con el gobierno tenemos una agenda, en la que tenemos algunas diferencias, que las hemos planteado desde hace tiempo”.
Hoy, el gremio de Camioneros retomará un plan de lucha por 200 despidos que, denunciaron, realizó una empresa contratista de la compañía Camuzzi Gas del Sur. En suma, no acatará la conciliación obligatoria que dictó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Los conductores de la rama Correos harán huelga y, tal vez, otros sectores se plieguen al paro (ver aparte).
La semana pasada fracasaron las negociaciones entre el Ministerio de Trabajo y Camioneros. Y Tomada acusó de desplegar “aprietes” a los sindicalistas. “Esto es un apriete: trasladar un conflicto acá, a la Ciudad Buenos Aires, no tiene sentido cuando nosotros venimos planteando sistemáticamente el diálogo”, se quejó Tomada.
“No nos van a asustar. Hemos luchado contra la dictadura, contra la dictadura financiera y contra todos los gobiernos que quisieron quitarle derecho a los trabajadores, y lo vamos a seguir haciendo”, indicó, ayer, en el momento más frontal de su retórica, Plaini. Rechazó la existencia de “aprietes” (dijo que están para “negociar y para defender los derechos de los trabajadores en un mundo tremendamente injusto”). “La CGT no está atentando contra nadie, está discutiendo una agenda porque hay temas inconclusos. Hay que ser muy cuidadosos con las declaraciones que se hacen. Consolidar la democracia significa cada día dar un paso más hacia la justicia social”, alertó.
El viernes último, Hugo Moyano volvió al ruedo. Habló durante un acto sindical, en Santa Fe, pero su discurso cobró notoriedad a toda velocidad. Y fue al punto. Habló sobre las próximas paritarias, esas para las que el gobierno nacional imagina un techo de entre el 18 y el 20%; las mismas en las que Moyano pretende aplicar como piso el índice de precios del supermercado (cercano al 25%). “Los trabajadores tenemos la suficiente experiencia para saber el porcentaje que tenemos que reclamar y estoy seguro que los salarios se van a regir por el Indec del supermercado”, apuntó. Y bravuconeó: “A mí no me interesa lo que digan los funcionarios. Son los che pibes, a los que les dicen: Tenés que hacer tal cosa, y salen a decir cualquier cosa. Son peor que muñecos ventrílocuos, chirolitas. ¿Qué les vamos a pegar?”
Las palabras del camionero corrieron al mismo tiempo que las versiones acerca de que la CGT se prepara para organizar en marzo una movilización con el sector de la CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) más enfrentado con el gobierno nacional, el que conduce Pablo Micheli. Según el ex titular de Asociación de Trabajadores del Estado la marcha sería para repudiar “el ajuste que propone el gobierno”. En suma, más fricciones.
Otro usual vocero de Moyano, el titular del gremio de los empleados judiciales, Julio Piumato, desplegó ayer en las redes sociales una suerte de menú de políticas esperables por la jefatura de la CGT en el próximo mes de febrero. Piumato habló de “renacionalizar YPF”, “eliminar topes a las asignaciones familiares”, “garantizar que ningún trabajador gane menos que el salario mínimo”, “diseñar planes de viviendas accesibles para trabajadores”. Y también metió el dedo en la coyuntura: “Y evitar que inescrupulosos despidan trabajadores”, escribió.
El debate recién empieza. Y ya amenaza con convertirse en disputa. Carlos Tomada, en una columna escrita el domingo en Tiempo Argentino, pareció hacer un llamado a los empresarios para combatir el 34% del empleo no registrado para “sostener la inclusión”. Sus palabras, sin embargo, podrían tener otros posibles destinatarios.
“Esto que usted está leyendo ahora no es una columna de opinión. Es una apelación. Así de claro. Y de contundente. Nuestro país ya no es lo que era. No es más aquel de la flexibilización laboral por la vía de las ‘leyes Banelco’. No es más el del empleo casi inexistente y de la desocupación que orillaba el 25%. Tampoco es el de los 50 puntos de trabajo no registrado como se veía a comienzos del 2003. Sí, Argentina cambió.”
En sus declaraciones de ayer, Plaini también defendió el papel político que jugó Hugo Moyano durante las últimas décadas. “Lo que nadie le puede reprochar a Moyano es la coherencia de dos décadas. Habrá que ver de qué lado estuvo cada uno”, azuzó el canillita. El desafío, se presume, no iba sólo para la primera línea de los funcionarios nacionales, sino también para los jefes sindicales que pretenden en los próximos meses quedarse con la Secretaría General de la CGT.
Fuente:TiempoArgentino

Camioneros desoye la conciliación y va al paro
Publicado el 30 de Enero de 2012
El Sindicato de Camioneros (SICHOCA) retomará hoy el plan de lucha en el conflicto por los despidos de una contratista de Camuzzi Gas del Sur. La rama de correos de la organización gremial iniciará una huelga para pedir la reincorporación de los trabajadores despedidos en Chubut, pero no se descarta que el resto de las ramas de la actividad se sume con medidas adicionales.
De esa manera hará oídos sordos a las advertencias del Ministerio de Trabajo, que el viernes recordó que está vigente la conciliación obligatoria que retrotrae el escenario a la situación previa a los despidos e impide a las partes realizar acciones que afecten la marcha de la negociación. Además el ministro Carlos Tomada citó para hoy a la empresa Correo del Sur para buscar una solución al conflicto. El secretario gremial y miembro de la Comisión Directiva del sindicato, Marcelo Aparicio, anticipó que los jefes de “todas las ramas” iniciarán el encuentro a las 10, en el edificio de San José 1781, en el barrio porteño de Constitución para determinar si amplían las medidas de fuerza de correos al resto de las actividades que engloba el gremio.
En el marco de la escalada de tensión en la relación entre el gobierno y el titular de la CGT, Hugo Moyano, Aparicio cuestionó a los funcionarios del Ministerio de Trabajo por la forma en que llevaron adelante la negociación para la resolución del conflicto. “Estas negociaciones son un manoseo y no lo vamos a permitir más”, afirmó Aparicio, y resaltó que los dirigentes del sindicato fueron citados “a una hora” y fueron atendidos “dos horas después, y por empleados de mínima jerarquía. Antes, éramos citados a una hora y nos estaban esperando”, recordó.
Sin embargo, la cartera laboral informó ayer mediante un comunicado que “la actuación del Ministerio de Trabajo se produjo el mismo día en que la Federación de Camioneros solicitó la intervención y pocas horas después de la lamentable situación planteada con la represión a la protesta gremial”. El Ministerio que conduce Tomada aclaró además que se logró “impedir que se hicieran efectivos los 81 despidos, retrotrayendo la situación a la fecha anterior a la comunicación de la cesantía, con motivo del dictado de la Conciliación Obligatoria”. Para avanzar en las negociaciones, Tomada citó para hoy a una reunión en su despacho a los representantes de la empresa Correo del Sur.
Tras el encuentro del viernes con el subsecretario de Relaciones Laborales, Álvaro Ruiz, Aparicio consideró que el cónclave “fracasó porque, en realidad, no hubo reunión. Así lo sentimos porque vinieron sin ningún tipo de propuesta. Por eso, nos retiramos. Sentimos que el ministerio no está trabajando como tiene que trabajar”, se quejó el dirigente.
Fuente:TiempoArgentino

Opinión
Un cambio de escenario que reclama moderación
Publicado el 30 de Enero de 2012
Por Belén Fernández
Becaria del CONICET.
El gobierno de Cristina Kirchner cuenta con una amplia legitimidad social y un fuerte capital político, lo que le ha permitido tomar en los últimos meses medidas que implican mayores niveles de confrontación con sectores dentro de su coalición de apoyo. El caso más claro de esto es el del sindicalismo.
Con Hugo Moyano a la cabeza, el movimiento obrero ha sido desde 2003 en adelante, el actor social más importante en la coalición de respaldo del gobierno. Con la ayuda de los sindicatos, se ha podido apuntalar el crecimiento económico y asegurar la paz social.
A cambio de su apoyo, el gremio de camioneros ha recibido una serie de concesiones que posibilitaron su crecimiento y aumentaron su poder.
Subsidios al sector de transporte de cargas y a su obra social (a través de los regímenes REFOP y SISTAU) y la tolerancia gubernamental a los conflictos con otros gremios por el encuadramiento de trabajadores bajo su convenio, son algunos ejemplos de cómo Moyano y su gremio han sido favorecidos.
Así, si bien el Sindicato de Camioneros es hoy el gremio más poderoso, la conservación de este poder se encuentra sujeta al mantenimiento de una buena relación con la Casa Rosada.
Desde el comienzo de su segundo mandato, la presidenta ha dado claras señales de que el control de la inflación ha pasado a ser una preocupación central. Para los sindicatos esto significa moderar sus reclamos salariales.
En el contexto de una economía que ya no crecerá al ritmo de los últimos años, el margen para “pedir más” se achica. Para un liderazgo como el de Hugo Moyano, que se ha fortalecido gracias a la obtención de constantes mejoras para los trabajadores de su gremio, la moderación parece una opción difícil.
En la Casa Rosada lo saben y es por eso que desde hace un tiempo están buscando un sucesor para Moyano al frente de la CGT.
Es que el nuevo contexto económico requiere otro tipo de liderazgo sindical, menos confrontativo. Moyano también lo sabe, y es por eso que en los últimos meses ha dado claras muestras de su descontento, al mismo tiempo que intenta conservar su rol de aliado fundamental.
Las cosas para Moyano están lejos de ser fáciles. Su actual posición de poder en la CGT está subordinada a sus buenas relaciones con la Casa Rosada. Pero al mismo tiempo, el liderazgo al interior de su propio gremio depende de la obtención de continuas mejoras para sus bases.
Así, mientras para conservar el poder al interior de su organización, Moyano debe continuar con su estrategia confrontativa, el mantenimiento de su rol privilegiado dentro de la coalición kirchnerista exige una moderación de sus reclamos gremiales, ajustando sus reivindicaciones a las necesidades de la política económica presidencial.
El actual conflicto entre camioneros y la empresa de capitales italianos Camuzzi es una buena muestra de los problemas de adaptación de Moyano a los nuevos tiempos.
El conflicto se desató a mediados de enero, cuando la empresa anunció que no renovaría el contrato que mantenía con Correos Sur para el reparto de sus facturas. Esto significaba el despido de 80 trabajadores encuadrados en el sindicato camionero.
Como respuesta, los camioneros desplegaron su estrategia habitual: bloquearon las instalaciones de Camuzzi para obligarla a renovar el contrato con Correos Sur y de ese modo evitar el despido de sus trabajadores.
Sin embargo, la respuesta del gobierno no fue la acostumbrada. Este tipo de medidas, que en el pasado había contado con la tolerancia de la cartera laboral, fue calificada por el ministro Tomada como un “apriete”.
La justicia ordenó el desalojo de los camioneros que mantenían el bloqueo, lo cual terminó en un duro enfrentamiento entre los manifestantes y la policía.
Frente a estos hechos y en lo que es una clara demostración de poder al gobierno, el gremio violó la conciliación obligatoria y convocó a un paro nacional de la rama de correos para hoy, lo que implica la suspensión de la mensajería privada en todo el país.
Es así que, una vez más, atender al reclamo de sus bases implica para Moyano un enfrentamiento con el gobierno nacional.
Fuente:TiempoArgentino

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