7 de enero de 2012

SANTA FE-CAUSA SUPPO: se derrumba la versión del testigo de identidad reservada.

Causa Suppo: se derrumba la versión del testigo de identidad reservada
El juez federal de Santa Fe Reinaldo Rodríguez sobreseyó a dos personas que habían sido apuntadas por el testigo, uno como supuesto gestor del crimen y otro como “campana”. El magistrado señaló que "todo hace indicar que los hechos – si ocurrieron- no fueron de la forma, ni lugar como lo relatado”. Suppo fue asesinada en marzo de 2010 por dos jóvenes que esperan el juicio en prisión.
06.01.2012
Por Héctor M. Galiano
El crimen de la militante movilizó a la comunidad rafaelina
El juez federal de Santa Fe Reinaldo Rodríguez dictó el sobreseimiento de dos jóvenes, oriundos de San Cristóbal, quienes gran parte de sus vidas en libertad la pasaron en Rafaela. El magistrado realizó innumerables medidas judiciales pero ninguna de ellas acreditó –ni remotamente- la versión fantasiosa del testigo de identidad reservada, que los inculpó como co-responsable de la muerte de la ex militante de la JP, asesinada a cuchillazos por otros dos muchachos en la mañana del 29 de marzo de 2010 en la ciudad de Rafaela.

Rodríguez recurrió a esa figura legal porque no tenía muchas opciones: el juez natural de la causa, el rafaelino Alejandro Mognaschi les había dictado la falta de mérito hace un año, mientras sustanciaba el expediente, como juez de instrucción. La restante opción era la del procesamiento, pero nada de lo investigado por los dos jueces llevaba a ese puerto.

En la Resolución 027, firmada el 30 de diciembre pasado por Reinaldo Rodriguez, se señala que “el expediente regresó a primera instancia para resolver la situación procesal de los acusados por el testigo de identidad reservada como los instigadores de la muerte de Suppo, ya que los acusados habían participado –de acuerdo al relato del testigo de identidad reservada- directa o indirectamente en el crimen”.

Rodríguez agotó la instancia que los jueces que integraron el Tribunal Oral le exigieron tras haber elevado a mediados del año pasado sólo el cuerpo correspondiente a la autoría material, en la que están imputados Rodrigo Sosa y Rodolfo Cóceres, dos jóvenes que confesaron la autoría del horrendo crimen , producto de una larga noche de “caravana” con alcohol y pastillas. El TOF le pidió a Rodriguez que lleve a fondo la versión del crimen por encargo en la que había dos jóvenes que tuvieron y tienen grandes problemas con la ley, pero están ajenos al asesinato de Suppo.

En rigor, Rodríguez debió investigar un homicidio como si ocupara un fuero de excepción. Esto fue así porque la Corte Suprema de Justicia de la nación entendió que la causa debía trasladarse a la esfera federal por existir presuntamente elementos que vinculaban el homicidio con personas allegadas al círculo íntimo de los represores locales. En una minuta informativa, el órgano máximo del poder judicial lo notificó el 30 de marzo de 2011, a un año del hecho.

Relato fantasioso y poco creíble
Tras evaluar los elementos de prueba, el magistrado dictó el sobreseimiento de Miguel Ángel Mendoza y Emiliano Martín Rodríguez. Según el testigo de identidad reservada, el primero fue el que supuestamente contrató o realizó gestiones necesarias para encargar la muerte de Suppo, mientras que Rodríguez habría actuado de “campana” en el crimen”.

El testigo contó que en enero de 2010, desempeñándose como remisero, fue a recoger a unas personas que salían de una salida transitoria en el penal de Las Flores (en la ciudad de Santa Fe) y que en esa oportunidad observó que Mendoza hablaba con una persona que se encontraba dentro de un Peugeot 307, de color azul. Señaló ante el juez que, cuando Mendoza ingresó al auto que él manejaba, un Fiat Regatta de color azul, el reo le dijo a otros dos presos (con el beneficio de la salida transitoria) de apellidos Machuca y Espíndola, que el hombre con el que estuvo hablando le había ofrecido bastante plata para “limpiar a una persona que iba a declarar contra los milicos”.

También señaló que al pasar con su auto cerca del Peugeot observó que el que estaba adentro era el hijo de un condenado por delitos de lesa humanidad, “a quien conoce de las visitas que realizaba en Las Flores a su padre”.

En cuanto a la posible participación de Rodríguez, el testigo dijo que “tomó conocimiento de los hechos por los dichos del nombrado, ya que compartieron detención en la Alcaidía de Rafaela por distintos hechos: el testigo, en una causa de encubrimiento y Rodríguez por homicidio. Según el relato, Rodríguez había sido golpeado por la policía que le había prometido que no lo inculparían en el crimen si confesaba quiénes habían matado a la militante social. Esa versión se reforzaba en la idea que Rodríguez había oficiado de “campana” mientras Sosa y Cóceres ingresaban al comercio que Suppo tenía en el centro de “La Perla del Oeste”.

En su Resolución, a la que tuvo acceso Notife, el juez federal reconoció el gran trabajo realizado por el juez de instrucción de Rafaela, Alejandro Mognascchi, que investigó seria y responsablemente los hechos, aunque luego una ingeniería judicial y política le arrebató el expediente. Rodriguez cita en su fallo parte del resolutorio del rafaelino y cita: “…que de las probanzas recolectadas a la fecha se aprecia que el relato aportado por el testigo de identidad reservada no obtiene hasta aquí en la causa corroboración alguna”.

El juez federal probó que “nunca existió la probabilidad que, durante enero de 2010, Mendoza haya viajado con Machuca y Espíndola hasta Rafaela desde la Unidad Penal de Las Flores, habida cuenta que no se encontraba detenido y que, por otra parte, las salidas transitorias que realizó fueron bajo tuición, modalidad que obliga al interno a retirarse de la Unidad acompañado del tutor, siempre. Y así lo hizo Miguel Mendoza, conforme a los testimonios de su ex esposa, su hija y de dos remiseros”.

También declaró un amigo de Mendoza que señaló que él lo iba a buscar mientras la mujer del preso estaba en avanzado estado de gravidez y que, cuando salían de la unidad penal, lo hacían solos, ya que el resto de los internos se retiraban en horarios distintos. Esos dichos quedaron probados tras el secuestro –ordenado por el juez- de registros de la cárcel de Las Flores. En tanto que en el caso de Machuca, quien el testigo había “sentado” en el remís (el día del supuesto acuerdo para matar a Suppo ) con Mendoza en enero de 2010, se acreditó que “nunca pudo haber viajado allí, ya que su beneficio se interrumpió en 2008 y en 2009 dejó de tenerlo por tener causas”. Sí dijo que viajó con varios muchachos del penal “pero nunca con Mendoza”

Otro sobresaliente dato que derrumba la versión del testigo de identidad reservada lo aportó un informe del Servicio Penitenciario. Indica ese dossier que, en enero de 2010, el supuesto financista de la empresa criminal, visitó a su padre en Las Flores, el 22 de enero a las 9.35 de la mañana. El testigo dijo que la reunión había sido a la tarde, alrededor de las 6 de la tarde. Otra contradicción del relato está dada en el móvil: el testigo dijo que “era para que no declare contra los milicos”. Rodríguez, -el juez - pidió informes a todas las jurisdicciones federales donde se sustancian juicios por delitos de lesa humanidad y en ninguna Suppo debía testimoniar.

El informe del director de la cárcel de Las Flores concluye que “no había forma que el condenado tenga contacto con el resto de la población carcelaria. Tampoco, como dijo el testigo de identidad reservada, que la biblioteca esté tan cerca del lugar donde está alojado el reo, que permita que éste hable con los presos y mucho menos que presente a su hijo (…) todas estas consideraciones o informes me hacen concluir que los hechos relatados por el testigo de identidad reservada, si es que ocurrieron, no lo fueron con esos actores, tampoco de ese modo, tiempo y lugar y por lo tanto no tienen el sustento probatorio suficiente para sostener la hipótesis”

Historia de una causa politizada
El juez de instrucción de Rafaela Alejandro Mognaschi fue el que tramitó la causa que tuvo como víctima a Silvia Suppo, muerta a puñaladas el 29 de marzo de 2010. El juez probó que Rodolfo Cóceres y Rodrigo Sosa mataron a la ex militante de la JP -y presa política en la dictadura- en un hecho que empezó con un robo y terminó en un crimen.

Los abogados de los hijos de la víctima – constituidos como querellantes en el expediente- aportaron el testimonio de un ex preso que declaró bajo la modalidad de identidad reservada en la justicia federal, donde asoció el homicidio a un crimen político. Mognaschi lo investigó como un anoticiamiento y desechó la versión. Pero los abogados Guillermo Munné y Lucila Puyol plantearon que la causa debía federalizarse por consejo de operadores judiciales del ex ministro Aníbal Fernández. La Cámara de Apelaciones de Rafaela, en voto dividido, hizo lugar al pedido y trasladó el expediente al juez Reinaldo Rodríguez que, en primer término rechazó la competencia.

A un año del asesinato de Suppo, la Corte debió arbitrar en la competencia del caso y resolvió que debía seguir la causa en la esfera federal. El juez Rodríguez elevó a juicio oral a mediados del año pasado sólo las responsabilidades materiales, sin perjuicio, argumentó entonces, que continuaba investigando la pista del crimen por encargo. Los fiscales recomendaron hacer el juicio en los primeros días de junio, pero los jueces del TOF Ivón Vella, José Escobar Cello y Roberto López Arango (de Paraná) lo rechazaron.

Tras el dictado del sobreseimiento firmado por Rodríguez en el último día hábil del año pasado, abogados querellantes y fiscales deberán evaluar si apelan la decisión en los primeros días de febrero, apenas concluya la feria. Si quedase firme, volverá a plantearse la cuestión central del caso: la competencia.

Santa Fe | Sábado 7.01.2012
¿Relato falso?
Autoridades judiciales de la provincia y de la nación coinciden en que el relato del testigo de identidad reservada es muy fantasioso y repleto de inexactitudes. Plantean que está al borde del falso testimonio. Las operaciones políticas.
Por H.M.G 
“Es un bluff, una incoherencia de principio a fin, una falsedad”, señaló una fuente judicial a este cronista ante la consulta sobre el relato del testigo de identidad reservada que aportaron a la causa los abogados Lucila Puyol y Guillermo Munné. “Muy trucho, la última resolución del juez lo pone en el umbral del falso testimonio”, indicó un viejo militante y pieza clave en varios de los juicios contra represores llevados adelante en Santa Fe.

El testigo, de 52 años, vivía en Rafaela al momento de declarar sin identificarse. Apodado “Muñeco”, paso algunos años a la sombra en Coronda. Condenado por reiterados delitos menores, como robos en casas o estafas. Los informes del Servicio Penitenciario lo referencian con una personalidad tendiente a la mentira o a la falsedad. En 2007 dejó la Perla del Oeste, donde ya estaba quemado por sus andanzas.
Fuente:Notife

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