Brusa, Ramos y Aebi, beneficiarios de la impunidad
Represores sueltos
Por Por Rubén Pereyra
16.02.2012
La Justicia santafesina otorgó salidas transitorias a detenidos vinculados con la represión ilegal en la dictadura. Las pruebas de las irregularidades en la provincia gobernada por el socialismo. Mirá la galería de fotos.
Compañía. Brusa no está solo. Lo acompaña y custodia el servicio penitenciario. Esta escena ocurre cada 15 días en Santa Fe.
Brusa era el que iba y se metía en el fango de las salas de tortura, por las noches, en medio de los gritos desgarradores de los mazmorreados. Esperaba que te desaten y te hacía vestir a las apuradas; él ya había escrito tu declaración y apenas te levantaba la venda te obligaba a firmar, algo que nunca podías leer o negarte a firmar. Simplemente se encargaba de decirte que ‘los muchachos te van a volver a torturar’. Él le dio el barniz legal a la dictadura en Santa Fe.”
Quien relata, Patricia Isasa, fue víctima de la represión ilegal. Secuestrada con sólo 16 años porque militaba en una agrupación de estudiantes secundarios, conoce del accionar represivo en Santa Fe y sabe del ex juez Víctor Brusa, condenado a 21 años de prisión e inhabilitación especial. Alojado en la Unidad 2 de Las Flores, goza de salidas transitorias, a pesar de haberse fugado en septiembre del 2001.
No es el único que posee este beneficio. El ex policía Eduardo Ramos, condenado a 23 años de prisión, con antecedentes de fuga, también tiene este privilegio, bien cuidado por el servicio penitenciario. La última vez que salió, el lunes pasado, fue trasladado a una quinta. Ramos, con 21 años, se infiltró como estudiante en la Facultad de Derecho y su especialidad fue el secuestro de estudiantes secundarios. Se supone que de los 15 enfrentamientos que hubo en esa época en la ciudad, Ramos participó en todos.
María Eva Aebi prestó servicios en la Guardia de Infantería, fue amante de dos jefes de ese cuerpo, de apellidos Villalba y Perizotti, aquel fallecido y este condenado a 20 años de prisión. Participó de la detención de Blanca Zapata, que según declararon los testigos subió al patrullero caminando y hablando con quienes la detuvieron. Sin embargo, llegó al hospital Cullen, a pocas cuadras del hecho, con un tiro en la cabeza ejecutado a poca distancia. Estaba embarazada y su bebé está desaparecido. Aebi también goza de salidas transitorias y es acompañada hasta su casa por el servicio penitenciario.
La historia detrás de estos permisos es bastante corta, se remonta al 29 de diciembre de 2011, cuando los defensores oficiales hicieron este pedido a la Justicia y fue otorgado. Las fuentes consultadas por Veintitrés informaron que la fiscalía interpuso inmediatamente un recurso pero el 30 de diciembre hubo asueto, la Justicia no funcionó, después llegó la feria judicial de enero, y el caso pasó para febrero. “Ya en febrero pueden alegar que es un derecho adquirido”, reseñan las fuentes, y agregan: “Es el único caso del país en que se conceden salidas transitorias (con custodia del Poder Ejecutivo provincial) a detenidos con antecedentes de haberse dado a la fuga”.
En marzo del 2010 fue asesinada Silvia Suppo, ex detenida desaparecida y testigo en el juicio precisamente del ex juez Brusa. Para Patricia Isasa no hay dudas de que este crimen ocurrió no porque Suppo se haya negado a recibir protección, sino “porque la provincia no cuenta con ningún protocolo de actuación para estos casos, y corren serios riesgos los testigos de las causas en que siguen involucrados los beneficiados con salidas transitorias. No es cierto que Silvia se haya negado, lo que pasó es que ella no contaba con la información necesaria ni se había hecho una evaluación del riesgo que corría”. Para Isasa, esto es responsabilidad del gobierno de Santa Fe. “De haber contado con esa información y la evaluación, Silvia hubiera aceptado la protección, pues no era de tomar riesgos innecesarios”, agregan los consultados.
Los excesos de la policía santafesina y la dudosa actuación de la Justicia, que otorga salidas transitorias a personajes tan peligrosos, tienen una explicación: los gobiernos santafesinos, incluido el de Hermes Binner, decidieron no depurar las fuerzas de seguridad y negociaron su adaptación al régimen democrático. Esta política demostró su ineficacia y hoy la sociedad de aquella provincia padece las consecuencias. Pero el socialismo parece poco preocupado por esta situación y se escuda en un presunto premio que recibieron de las Naciones Unidas. El supuesto premio, en realidad, es una crítica a la política de derechos humanos de Santa Fe. Para darnos una idea, el informe –que además no es oficial de la ONU sino que el firmante aclara que es a título personal– tiene 74 páginas y le dedica sólo dos a Santa Fe, y lo que se puede leer allí es que “el programa de Santa Fe no tiene capacidad de prevenir ni de responder a las amenazas. Si se sabe poco del origen de las amenazas –agrega el informe– es difícil valorar su gravedad y decidir cuál es la medida más apropiada para prevenirla”. Al continuar con las críticas, en el cuarto punto el informe caracteriza como un “grave problema” que el programa de protección de testigos de la provincia se niegue a testigos no acusados que fueron miembros de las fuerzas de seguridad.
Sobre el cierre de esta edición se conoció, también en Santa Fe, un caso de violación de detención domiciliaria. Se trata del represor Mario Facino, condenado a 21 años de prisión por el delito de torturas, que tomaba un café junto a una mujer, el lunes pasado a las 20, en el supermercado Kibel, en la zona de Villa California.
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La provocación de Videla
Por R.P.
Nunca mejor aplicado el concepto de dictador para Jorge Rafael Videla que en este momento, cuando acaba de conceder una entrevista a la revista española Cambio 16 (que, por cierto, sí revisa el idioma y lo llama “exdictador”), en la que no se arrepiente de nada, justifica su accionar y reconoce apenas un par de errores menores.
Videla habla de “terroristas” para referirse a los luchadores populares y obreros que su gobierno asesinó, torturó y desapareció. Fustigó al fallecido ex presidente Héctor Cámpora y lo diferenció ideológicamente de la ex mandataria María Estela Martínez de Perón, porque “ella era una buena alumna de Perón, ya que desde el punto de vista ideológico se situaba en la extrema derecha del peronismo”. Pero, continúa Videla, como reinaba el desorden las Fuerzas Armadas decidieron intervenir. En ese sentido, el dictador volvió a vincular al líder radical Ricardo Balbín con el golpe de Estado: “Se me acercó para preguntarme si estábamos dispuestos a dar el golpe, ya que consideraba que la situación no daba para más. ‘¿Van a dar el golpe o no?’, me preguntaba Balbín”. Videla insiste en que fue un error juzgar a las juntas militares, y criticó a Raúl Alfonsín y al kirchnerismo por no dar vuelta la página, como intentó hacerlo Carlos Menem. Más de lo mismo cada vez que este asesino múltiple abre la boca. Más de lo mismo, pero al parecer para el periodista Ricardo Angoso, que firma el artículo, no era suficiente.
Fuente:Revista23
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