1 de febrero de 2012

EL GOBIERNO RECHAZÓ LA DECISIÓN DEL REINO UNIDO DE ENVIAR A MALVINAS UNO DE SUS BUQUES DE GUERRA MAS MODERNOS.

Gran Bretaña profundiza su respuesta armamentista por Malvinas
SI ES POR MAR EN UN BUQUE DE GUERRA
Por Laura Vales
El Ministerio de Defensa británico anunció el envío a las islas del destructor HMS Daulters, el más moderno de su flota. La Cancillería argentina criticó la actitud militarista y reclamó “menos armas y más diplomacia.

EL GOBIERNO RECHAZO LA DECISION DEL REINO UNIDO DE ENVIAR A MALVINAS UNO DE SUS BUQUES DE GUERRA MAS MODERNOS
Un pedido de más diplomacia y menos armas
Después de que el Ministerio de Defensa británico anunciara el envío a las islas del destructor HMS Dauntless, la Cancillería criticó “el intento británico de militarizar el conflicto” en lugar de aceptar la negociación bilateral, como promovió la ONU.
Por Laura Vales
El gobierno argentino criticó la decisión de Gran Bretaña de mandar al HMS Dauntless, uno de los destructores más modernos de la Marina Real, a las islas Malvinas días antes de que se cumplan treinta años del inicio de la guerra. El envío del buque para patrullar la zona fue anunciado ayer por el Ministerio de Defensa inglés, que de esta manera agregó combustible a la disputa diplomática que los dos países vienen escalando a medida que se acerca el aniversario del 2 de abril.

Entre los anuncios hechos en los últimos meses por las autoridades inglesas en el mismo sentido, están la visita del príncipe William a las islas para recibir instrucción militar, la propuesta de organizar un festejo por los treinta años de la recuperación inglesa, la caracterización del reclamo argentino como “colonialista” y –ya no en el plano de lo simbólico– la instalación de una nueva plataforma petrolera que se unirá a los trabajos de exploración de hidrocarburos que ya realizan varias empresas británicas.

En Buenos Aires, la Cancillería reaccionó a la nueva noticia del envío del buque de guerra con un comunicado de prensa titulado “Más diplomacia, menos armas”. En él apeló a la conocida propuesta de una salida negociada. “La República Argentina rechaza el intento británico de militarizar un conflicto sobre el cual las Naciones Unidas ya se han expedido en numerosas ocasiones y han indicado que ambas naciones deben resolver en negociaciones bilaterales”, señaló.

El texto esbozó, por otra parte, cuál es la lectura que hace el Gobierno sobre los motivos de la escalada, motivos que vincula con el malestar de la población británica por la crisis económica que afecta a Europa: a las autoridades del Reino Unido les conviene hacer pirotecnia con Malvinas porque es un recurso barato para recuperar popularidad en sectores permeables a los discursos nacionalistas. El comunicado de la Cancillería dedicó uno de sus párrafos al tema. “Los gobiernos deben evitar la tentación de incurrir en discursos que transformen el patriotismo en patrioterismo con el objeto de distraer la atención pública de políticas económicas de ajustes en un contexto de crisis estructural y alto desempleo”, sostuvo.

El comunicado incluyó un alfilerazo para el príncipe William. “El pueblo argentino lamenta que el heredero real arribe a suelo patrio con el uniforme del conquistador y no con la sabiduría del estadista que trabaja al servicio de la paz y el diálogo entre las Naciones.”

Y señaló que “los organismos internacionales así como los países democráticos debemos trabajar a diario para evitar que los conflictos armados reemplacen a las negociaciones civilizadas para la resolución de conflictos”.

El HMS Dauntless
La BBC, que citó fuentes de la Marina británica, aseguró que el destructor que zarpará hacia las islas “pertenece a una nueva gama de buques de guerra, tiene un sofisticado sistema de radares con alcance de 400 kilómetros y un avanzado sistema de defensa aérea, puede llevar varios helicópteros y una tripulación de 180 personas”. En un artículo publicado en su sitio web, contó que el Dauntless será el primero de seis buques que Gran Bretaña va a enviar a diferentes zonas del mundo en reemplazo de navíos que operaban desde los años ’70. Un barco similar ya fue enviado al Golfo Pérsico, en medio de las amenazas de Irán de bloquear el estrecho de Ormuz.

El Ministerio de Defensa británico había dado a conocer la información del envío de la nave con un comunicado en el que afirmó que se trata de un “despliegue de rutina” para reemplazar “otro buque de patrulla” en la zona. El parte oficial sostuvo que “la Marina Real ha tenido una presencia continuada en el Atlántico Sur desde hace muchos años” y que “el despliegue del HMS Dauntless al Atlántico Sur estaba previsto desde hacía tiempo”. Sin embargo, como para condimentar ese tono deliberadamente bajo del comunicado, varias fuentes de la Marina citadas por los periódicos locales agregaron comentarios belicosos.

El diario conservador Daily Telegraph aseguró, por ejemplo, que el buque es el “más avanzado” del mundo en cuanto a equipamiento para repeler ataques de aviones. Según una fuente de la Marina inglesa citada por el periódico, el destructor “está armado con una batería de misiles capaces de inhabilitar todos los aviones de combate de América del Sur, y aún más los de Argentina”. La nota agrega la cita de una segunda fuente de la Marina, que declaró que la nave “puede derrumbar los aviones argentinos antes de que despeguen de sus bases”, lo que “será una pausa para que Buenos Aires reflexione”.

A su vez, el secretario de Asuntos Exteriores, Jeremy Browne, agitó ante los medios el fantasma de un ataque argentino, al asegurar: “Vamos a seguir los pasos necesarios para garantizar la seguridad de los kelpers”.

El reclamo de soberanía argentina sobre las islas Malvinas tomó otro color en los últimos dos años, cuando el Reino Unido reimpulsó la búsqueda de petróleo por parte de compañías británicas y asociadas. Otro tema que agregó interés económico al geopolítico es el de la pesca. Vinculado con esto y al reclamo por el inicio de un diálogo entre los dos países, en diciembre pasado, durante la cumbre de Uruguay, los gobiernos del Mercosur dispusieron prohibir el ingreso en sus puertos de buques con la bandera de las Falklands. Como respuesta, el primer ministro británico, David Cameron, hizo un discurso de Navidad para los kelpers en el que prometió que Gran Bretaña “nunca” negociaría la soberanía de las islas. Hace dos semanas, Cameron aprobó planes para aumentar el despliegue de fuerzas de seguridad en las islas. En esta línea, el premier también acusó a la Argentina de “colonialismo” por su pretensión de soberanía, que desconocería, según él, la voluntad de los habitantes de las islas.

La argumentación del gobierno argentino es, centralmente, que hay un mandato de las Naciones Unidas que desde 1965 llama a los dos países a solucionar su disputa por las islas mediante la negociación. El mandato de la ONU fue refrendado por nueve resoluciones siguientes de la Asamblea General del organismo, y renovado anualmente por el Comité Especial de Descolonización hasta la fecha. Sin embargo, las resoluciones de la ONU no se han cumplido por el rechazo del gobierno británico a abrir el proceso de diálogo.

ENTREVISTA AL EX CANCILLER JORGE TAIANA
“Tratan de desviar el eje”
Taiana considera que el Reino Unido plantea “un escenario de rispidez” que “tiende a ocultar el avance sobre los recursos naturales”.
“Buscan levantar el fantasma de una Argentina imprevisible”, dijo Taiana.
Es una provocación política para que Argentina entre en un lenguaje en el que no vamos a entrar.” El ex canciller Jorge Taiana dialogó con Página/12 sobre el anuncio del Reino Unido de que en marzo enviará un buque de guerra a las Islas Malvinas y señaló que “lo fundamental es mantener la firmeza y la perseverancia. Demostrar que Argentina va a continuar en esta dirección, que esto no es un tema electoralista. Es indispensable, también, mantener el apoyo regional, y trabajar para impedir el robo del petróleo”.

–¿Qué opina del anuncio que hizo el Reino Unido de que enviará un moderno buque de guerra a Malvinas?
–Como bien dijo la Cancillería, me parece una militarización del conflicto. Es también una provocación política para que Argentina entre en un lenguaje al que no vamos a entrar. Y es también una forma de presentar el problema como lo que no es. Tratan de desviar el eje que plantea Argentina, que es el de sentarse a negociar, y plantean en cambio un escenario de rispidez, de militarización del conflicto que tiende a eludir la obligación de ellos de sentarse a negociar, y tiende también a ocultar, a su vez, el avance sobre los recursos naturales.


–¿Pero qué ganan ellos presentando una posición militarista?
–Lo que nosotros vemos como agresividad, ellos lo plantean como la necesaria defensa ante una Argentina que ha sido agresiva en la guerra del ’82. En vez de pelearse políticamente con la Argentina de hoy, que reiteradamente ha declarado el aspecto pacífico del reclamo, ellos buscan levantar el fantasma de una Argentina imprevisible, agresiva y ante la que, por lo tanto, hay que defenderse. Es una manera de militarizar la política. Que además esquiva cosas internas, como el tema del presupuesto de defensa.

–¿Cómo analiza la llegada del príncipe William a Malvinas en febrero?
–Me parece una provocación. No veo por qué tienen que llevarlo a un escenario donde hay un conflicto de soberanía y donde estamos en vísperas de un aniversario de una guerra que costó la vida de centenares de personas. Lo interpreto como una reafirmación de la vocación colonial británica.

–¿Debe haber una nueva manifestación de las Naciones Unidas?
–La última fue la del Comité de Descolonización, de junio del año pasado. Supongo que se planteará el conflicto una vez más a mitad de año. Después, lo que hubo fue la manifestación de la Unasur al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, insistiéndole con el tema de los buenos oficios.

–¿Y cómo ve el trabajo diplomático argentino?
–Creo que es algo que empezamos en el 2003 con Néstor (Kirchner), continuamos con Cristina y que se sigue haciendo. Hoy se ha instalado como una prioridad de nuestra política. Además, hemos logrado que no sea sólo una causa argentina, porque el hecho de que una potencia extranjera se apropie de un territorio y de sus recursos naturales tiene sin duda efecto en todos los países de la región. Esto generó un espacio político que presiona para que el Reino Unido se siente a negociar.

–Si hubiera negociación, ¿cómo se le responde al argumento de los británicos sobre la autodeterminación de los isleños?
–Eso ya lo respondieron las Naciones Unidas en 1965. El caso Malvinas es un caso de descolonización, que toma dos grandes principios. El principio de la autodeterminación de los pueblos colonizados, y el de la integridad territorial. En Malvinas rige este último principio, y no el de la autodeterminación, por la sencilla razón de que existe un territorio sometido a colonización pero no existe un pueblo colonizado. Por eso es absurdo pretender que decidan tres mil habitantes si las islas tienen que ser británicas. En todo caso, preguntémosles a los 40 millones de argentinos a quiénes pertenecen las islas.

–¿Hay otras vías para avanzar en este camino?
–Es relevante todo lo vinculado a la explotación petrolera. Que es por lo que los británico han vuelto a mostrarse interesados en las islas. A través de los medios políticos, diplomáticos y legales, debemos impedir que se apropien de lo que no les pertenece, los recursos de la región.
Entrevista: Agustín Saavedra.

OPINION
Dos meses para el 2 de abril
Por Martín Granovsky
Faltan sólo dos meses. El 2 de abril quedarán delineadas, en términos políticos, las dos posiciones sobre un punto: ¿cómo recuerdan, a nivel de Estado, el Reino Unido y la República Argentina la guerra de Malvinas de 1982, a 30 años del desembarco militar resuelto por el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri? Para un gobierno, la forma de recordar no es un tema meramente discursivo. Tiene que ver con estrategias de política interna y de política exterior.

Si el termómetro es el tono de las declaraciones del canciller Héctor Timerman en los últimos meses, una clave posible puede ser distanciarse de cualquier pizca de militarismo. De hecho, Timerman viene utilizando esa palabra y sus variantes para criticar a la diplomacia británica. “La República Argentina rechaza el intento británico de militarizar un conflicto sobre el cual las Naciones Unidas ya se han expedido en numerosas ocasiones y han indicado que ambas naciones deben resolver en negociaciones bilaterales”, dijo el comunicado de ayer de la Cancillería, titulado “Más diplomacia, menos armas”.

El texto alude a dos hechos. Por un lado, la visita a las islas del príncipe Guillermo, el hijo de Lady Di que ocupa el segundo lugar en la sucesión real tras su padre, el príncipe Carlos. Por otro, el envío del HMS Dauntless, que según la Cancillería es “el destructor más moderno de la Marina Real”.

Andrew Sparroll, que escribe un blog de noticias sobre la política británica en el diario The Guardian, consignó ayer al pasar que “según fuentes del Ministerio de Defensa se trata de un desplazamiento de rutina que no tiene nada que ver con la tensión que se incrementó entre Gran Bretaña y la Argentina sobre el futuro de las islas”. Es como si el Ministerio de Defensa dijera que Londres no militariza. La paradoja es que, mientras le quita importancia al desplazamiento del Dauntless, el gobierno del conservador David Cameron parece estar buscando dar señales de que la fortaleza militar británica en las Malvinas está intacta y seguirá intacta, tanto como su compromiso con el objetivo de preservación de las islas.

La Corona ayuda a Cameron. El mismo príncipe Guillermo, de 29 años, actúa no solo en relación con las Malvinas sino en general como un símbolo del poder militar británico. Quien recuerde su casamiento con Catherine Middleton, en abril último, podrá rememorar el uniforme rojo que corresponde a su rango militar más elevado, el de coronel de la Guardia Irlandesa. Desechó el traje azul de la Real Fuerza Aérea, donde egresó sólo como teniente.

Guillermo nació el 21 de junio de 1982, exactamente una semana después del final de las hostilidades entre la Argentina y el Reino Unido.

Aunque es difícil que le alcance, la escalada alrededor de las islas puede ser una de las formas en que Cameron busque compensar los fuertes recortes militares que impuso por la crisis económica europea. El último domingo, en una entrevista concedida al Sunday Telegraph, el general Mike Jackson, caballero de la Corona, dijo que su país contará con las fuerzas armadas más pequeñas desde las guerras napoleónicas, en el siglo XIX. Aclaró, sin embargo, que eso no sería un problema porque el Reino Unido no está embarcado cabeza a cabeza en ninguna guerra solitaria contra ningún otro país. En cuanto a las islas, dijo que la clave de la fortaleza británica es el control del centro de operaciones aéreas, y que solo habría problemas para Londres si la Argentina tomara el aeropuerto y las instalaciones de apoyo.

Tanto la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como el canciller descartaron cualquier iniciativa militar, y ningún funcionario o analista británico serio reveló ni el más mínimo indicio de que la Argentina esté preparando otra ofensiva que no sea la diplomática.

Faltan sólo dos meses y un día para el 2 de abril, pero las posiciones no sólo se definirán en esa fecha. Al menos para la Argentina cada escenario latinoamericano será una oportunidad de consolidación del reclamo, y lo mismo buscará Cristina en septiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pero el tema no terminará este año. En 2013 se cumplen 180 años de la ocupación británica de las islas, en 1833.
martin.granovsky@gmail.com
Fuente:Pagina12                                                                  

Crece el conflicto con la administración de David Cameron por la soberanía en el archipiélago sur
Malvinas: las quince intimidaciones que revelan el plan de Gran Bretaña
Publicado el 1 de Febrero de 2012
Por Federico Bernal 
El gobierno británico anunció el envío al Atlántico Sur de uno de los buques de guerra más modernos de su Marina. Esa decisión se suma a una extensa lista de amenazas para boicotear la negociación que reclama la Argentina.

Si algo le faltaba a la burda y decadente potencia colonialista era tildar a la Argentina de colonialista y denunciarnos por realizar acciones intimidatorias contra los isleños. Los antecesores de Cameron y Hage solían ser infinitamente más ingeniosos y cínicos a la hora de disparar contra la periferia aún colonizada. Pero nuestros contemporáneos, más que cínicos o ingeniosos, resultan decadentes, tanto como el imperio que les llena los estómagos y bolsillos. Las intimidaciones y provocaciones, tanto a la Argentina y a la Unasur, tienen, sin embargo, el siguiente listado:
1) Profundización de los ejercicios militares en las islas, unilaterales e ilegítimos, en franca violación a las resoluciones de la ONU.
2) Anuncio del envío de un submarino nuclear y de nuevos destacamentos militares a las islas.
3) Anuncio de la partida del buque de guerra HMS Dauntless, el destructor más moderno del mundo, con un valor de 1500 millones de dólares. Para el London Evening Standard (31/1/2012): “El envío de la nave, previsto para fines de marzo, coincidirá con la partida de la Task Force desde los puertos de Portsmouth, con la misión de liberar (sic) las Falklands luego de la invasión argentina de 1982”. Según una fuente anónima de la Royal Navy (The Telegraph – 31/1/2012), la batería de misiles supersónicos que porta el Dauntless “podría derribar toda la flotilla de aviones de guerra de América del Sur, ni que hablar de la Argentina”. Otro anónimo de la Royal Navy manifestó: “Podría derribar los aviones de guerra argentinos ni bien despeguen de las bases. Esto dará a Buenos Aires una pausa para sentarse a meditar.” Un video interesante y sugestivo del navío en cuestión: .
4) La partida del Dauntless coincidió con la partida de un buque de igual tipo, el denominado Daring, pero con destino a las aguas del Golfo, en función –informa The Telegraph– del aumento de las tensiones con Irán.
5) El Príncipe Williams está por ser trasladado a las Malvinas este mes, donde permanecería al menos seis semanas. Es decir, el duque de Cambridge, teniente de la Royal Air Force (RAF), estará en las islas coincidiendo con el 30º aniversario del conflicto armado y el desembarco argentino del 2 de abril.
6) El ministro del Foreign Office para América Latina, Jeremy Brown, visitará las islas en junio. A propósito de ello, declaró (The Telegraph – 31/1/2012): “Espero que vea (la Argentina) mi visita por lo que es: un reconocimiento al valor y al sacrificio de los soldados británicos y al de los isleños de las Falklands en la liberación de las islas 30 años atrás.” Una aclaración pertinente: desde 2008 que un funcionario de ese rango y del Foreign Office no viajaba a las islas.
7) En el portal oficial de la Fuerza Aérea británica se describen las operaciones en Libia, Afganistán, Irak y Medio Oriente. Debajo, siguen los Balcanes, Chipre, Diego García y las Falklands. .
8) En el portal oficial de la Marina británica, las Falklands figuran al nivel de las operaciones en el Caribe y Medio Oriente. Pegadito, el Golfo y Afganistán. Apenas debajo, las acciones que esta fuerza ejecuta contra el terrorismo, el narcotráfico y la piratería internacional. (pulsar “Operaciones”).
9) En marzo de 2009, la Subcomisión de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo hizo público un informe titulado “The Status and Location of the Militaru Installations of the Members States of the European Union and their Potential Role for the European Security and Defence Policy” (dirección en Internet: ). Figura como responsable de la investigación el director general para la Política Exterior de la Unión Europea. En este documento, Gran Bretaña ofrece sus bases militares en todo el mundo para la seguridad y la defensa del bloque europeo. La oferta hace especial hincapié en la zona denominada “Espacio Vital”. ¿A qué zona se refieren? Al Atlántico Sur, y en él, a la base militar en Malvinas. En la página 4 del informe se aprecia un mapa del mundo donde se señalan las distintas bases de la Corona. De las Malvinas salen tres flechas que explican “potenciales direcciones para una proyección de poder”. La primera apunta a la Patagonia y al centro del país; la segunda se dirige al Estrecho de Magallanes y al sur de la Península Antártica; la tercera hacia las Islas Georgias y Sandwich del Sur. No existe una sola mención en todo el documento a la “población” de las islas ni a la importancia de la defensa militar como salvaguarda de su autodeterminación. El documento desnuda la intención meramente geopolítica, intervencionista y colonialista de la ocupación británica de las Malvinas. La tercera flecha en dirección a las Georgias viene a explicar el punto que sigue.
10) Intención de extender la reserva marítima alrededor de las Islas Georgias, de los actuales 621.074 kilómetros cuadrados a unos 1,07 millones (3,5 veces la superficie de la provincia de Buenos Aires). Las Georgias se ubican a 1300 km de las Malvinas y a 1700 de la península Antártica. ¿Qué diferencia existe entre esta medida y las zonas de restricción aérea oportunamente impuestas a Libia e Irak? La proyección de poder del informe descripto en el punto anterior tendría su espacio marítimo asignado y ampliado.
11) Últimas declaraciones de Aranguren, presidente de la Shell en la Argentina, entrometiéndose en política interna y estrechando filas con la reacción doméstica, apoyando explícitamente al diario La Nación. Este diario ya se pliega a la posición oficial británica de hacer ver a la política del gobierno nacional hacia Malvinas como una amenaza a la libertad y derechos de los isleños. A propósito, ver artículo del pasado 19 de enero (“La estrategia para cercar a Londres ya comenzó a rodar”). En él, su autor habla de la estrategia kirchnerista para “asfixiar económicamente a los malvinenses”.
12) Profundización de la campaña exploratoria, unilateral, ilegal e ilegítima (iniciada en 1998 por la Shell). Arribo de la segunda plataforma de exploración (costo de alquiler = un millón de dólares diarios).
13) Anuncio de desarrollo de pozos para 2016. Anuncio de extracción de crudo de 150 mil barriles diarios para 2018 (cerca de un 30% de lo extraído diariamente a nivel nacional).
14) Anuncio de un principio de acuerdo entre Rockhopper (operadora británica en Malvinas) con la gigante energética estadounidense Anadarko. Esta compañía tiene entre sus directores a un ex comandante del Comando Estratégico de los Estados Unidos, y a un ex funcionario del Departamento de Defensa. Es decir, Gran Bretaña y los Estados Unidos –a través del Pentágono y del Departamento de Defensa– están trabajando para reeditar en suelo argentino y sudamericano el frente petrolero anglosajón, punta de lanza del intervencionismo militar genocida e invasor.
15) Société General, una de las principales financieras europeas se lanza a la compra de acciones de Rockhopper. Días pasados, la máxima autoridad en Defensa de la Unión Europea respaldó públicamente la posición británica hacia Malvinas.
¿Quién intimida a quién? ¿Quién agrede y amenaza a quién? El listado, además de callar la boca a Gran Bretaña, bien sirve para que el pueblo argentino y sudamericano tome conciencia –como progresivamente lo viene haciendo– de la gravísima amenaza en ciernes. Como en 1982, no les temblará el pulso para imponer a sangre y fuego su barbarie colonialista.

Fuente:TiempoArgentino


Opinión
Ningún intelectual o periodista argentino debería asociarse a la insensatez
Publicado el 1 de Febrero de 2012
Por Atilio Borón Politólogo.
Algunos dicen que debemos olvidarnos definitivamente de la recuperación de las Malvinas. Creo que es un gravísimo error y no estoy de acuerdo. Las Malvinas son parte del territorio argentino que fue ocupado por los británicos en 1833, que expulsaron a la población originaria que era argentina y las usufructuaron por casi dos siglos. Pero es una ocupación que va a concluir. Es una causa perdida para los británicos. No podemos pensar que se trata de un deseo imaginario que no tiene que ver con la realidad sino que es parte de una lucha como la que hicieron los chinos para recuperar Hong Kong o Macao. Pero hay que hacerlo apelando a la vía de la diplomacia, no a la vía militar repitiendo el tremendo error cometido por la dictadura. Hay que subrayar que el argumento británico que alude a la autodeterminación nacional no se aplica en casos de territorios donde la población originaria fue desalojada manu militari y remplazada por una población extranjera traída con fines de colonización. Sería como si mañana viéramos cómo China ocupa una de las islas pequeñas que tiene el Reino Unido en el Mar del Norte y saca por la fuerza a sus pobladores, se instala por 150 años y después reclama la realización de un plebiscito para que los invasores decidan si quieren volver o no a incorporarse al territorio. Es un argumento absurdo y creo que se aplica también al caso de las Malvinas. Por eso lo que prevalece es el principio de la integración territorial. El argumento británico no tiene ninguna seriedad. Ningún intelectual o periodista argentino debería asociarse a tamaña insensatez.
Fuente:TiempoArgentino

El poder del buque de guerra británico
Publicado el 1 de Febrero de 2012
Cómo es y funciona el destructor más moderno del mundo que llegará al atlántico sur.

Parlamento Europeo hizo público un informe titulado “The Status and Location of the Militaru Installations of the Members States of the European Union and their Potential Role for the European Security and Defence Policy” (dirección en Internet: ). Figura como responsable de la investigación el director general para la Política Exterior de la Unión Europea. En este documento, Gran Bretaña ofrece sus bases militares en todo el mundo para la seguridad y la defensa del bloque europeo. La oferta hace especial hincapié en la zona denominada “Espacio Vital”. ¿A qué zona se refieren? Al Atlántico Sur, y en él, a la base militar en Malvinas. En la página 4 del informe se aprecia un mapa del mundo donde se señalan las distintas bases de la Corona. De las Malvinas salen tres flechas que explican “potenciales direcciones para una proyección de poder”. La primera apunta a la Patagonia y al centro del país; la segunda se dirige al Estrecho de Magallanes y al sur de la Península Antártica; la tercera hacia las Islas Georgias y Sandwich del Sur. No existe una sola mención en todo el documento a la “población” de las islas ni a la importancia de la defensa militar como salvaguarda de su autodeterminación. El documento desnuda la intención meramente geopolítica, intervencionista y colonialista de la ocupación británica de las Malvinas. La tercera flecha en dirección a las Georgias viene a explicar el punto que sigue.
10) Intención de extender la reserva marítima alrededor de las Islas Georgias, de los actuales 621.074 kilómetros cuadrados a unos 1,07 millones (3,5 veces la superficie de la provincia de Buenos Aires). Las Georgias se ubican a 1300 km de las Malvinas y a 1700 de la península Antártica. ¿Qué diferencia existe entre esta medida y las zonas de restricción aérea oportunamente impuestas a Libia e Irak? La proyección de poder del informe descripto en el punto anterior tendría su espacio marítimo asignado y ampliado.
11) Últimas declaraciones de Aranguren, presidente de la Shell en la Argentina, entrometiéndose en política interna y estrechando filas con la reacción doméstica, apoyando explícitamente al diario La Nación. Este diario ya se pliega a la posición oficial británica de hacer ver a la política del gobierno nacional hacia Malvinas como una amenaza a la libertad y derechos de los isleños. A propósito, ver artículo del pasado 19 de enero (“La estrategia para cercar a Londres ya comenzó a rodar”). En él, su autor habla de la estrategia kirchnerista para “asfixiar económicamente a los malvinenses”.
12) Profundización de la campaña exploratoria, unilateral, ilegal e ilegítima (iniciada en 1998 por la Shell). Arribo de la segunda plataforma de exploración (costo de alquiler = un millón de dólares diarios).
13) Anuncio de desarrollo de pozos para 2016. Anuncio de extracción de crudo de 150 mil barriles diarios para 2018 (cerca de un 30% de lo extraído diariamente a nivel nacional).
14) Anuncio de un principio de acuerdo entre Rockhopper (operadora británica en Malvinas) con la gigante energética estadounidense Anadarko. Esta compañía tiene entre sus directores a un ex comandante del Comando Estratégico de los Estados Unidos, y a un ex funcionario del Departamento de Defensa. Es decir, Gran Bretaña y los Estados Unidos –a través del Pentágono y del Departamento de Defensa– están trabajando para reeditar en suelo argentino y sudamericano el frente petrolero anglosajón, punta de lanza del intervencionismo militar genocida e invasor.
15) Société General, una de las principales financieras europeas se lanza a la compra de acciones de Rockhopper. Días pasados, la máxima autoridad en Defensa de la Unión Europea respaldó públicamente la posición británica hacia Malvinas.
¿Quién intimida a quién? ¿Quién agrede y amenaza a quién? El listado, además de callar la boca a Gran Bretaña, bien sirve para que el pueblo argentino y sudamericano tome conciencia –como progresivamente lo viene haciendo– de la gravísima amenaza en ciernes. Como en 1982, no les temblará el pulso para imponer a sangre y fuego su barbarie colonialista.
Fuente:TiempoArgentino


La Cancillería exigió “más diplomacia”
Publicado el 1 de Febrero de 2012

Tras conocerse que el gobierno de Gran Bretaña enviará a las Islas Malvinas un moderno buque de guerra, la Cancillería respondió exigiendo “más diplomacia y menos armas”.
“La República Argentina rechaza el intento británico de militarizar un conflicto sobre el cual las Naciones Unidas han indicado que ambas naciones deben resolver en negociaciones bilaterales”, manifestó el canciller Héctor Timerman en un comunicado.
La respuesta oficial llegó horas después de que se conociera el envío a las islas del buque destructor HMS Dauntless, una de las embarcaciones más modernas de la Royal Navy. Si bien no se sabe con certeza cuándo llegará a las islas, el Ministerio de Defensa británico aseguró que el despliegue “estaba planeado desde hace tiempo, es de rutina y remplaza a otro barco de patrulla”.
En el comunicado difundido ayer, la Cancillería consideró que el Reino Unido “está entre los países que debilita el accionar de la diplomacia y aumenta el riesgo de más guerras”.
En otro tramo del mensaje, el gobierno se expidió sobre el viaje a las islas del príncipe William que, según difundió la corono británica, se producirá este mes: “Llega a Malvinas como miembro de las Fuerzas Armadas de su país. El pueblo argentino lamenta que el heredero real arribe a suelo patrio con el uniforme del conquistador y no con la sabiduría del estadista que trabaja al servicio de la paz y el diálogo entre las Naciones.”
La Cancillería también advirtió sobre las declaraciones del viceministro de Relaciones Exteriores británico, Jeremy Browne, quien aseguró que “la soberanía de las islas no es negociable” y que su país “seguirá los pasos necesarios para garantizar su seguridad”.
“Los gobiernos deben evitar la tentación de incurrir en discursos que transformen el patriotismo en patrioterismo con el objeto de distraer la atención pública de políticas económicas de ajustes en un contexto de crisis estructural y alto desempleo”, manifestó la cartera que encabeza Timerman como respuesta.
Fuente:TiempoArgentino


Opinan félix herrero, bruno tondini y edgardo esteban
La causa Malvinas: un debate abierto

Publicado el 1 de Febrero de 2012
Por Edgardo Esteban Periodista y ex combatiente de Malvinas.
Desde diferentes ángulos, los especialistas analizan las cuestiones legales, políticas y humanas de un tema de interés nacional.

Félix Herrero
Director del Inst. de Proyectos de Proyecto Sur.
Hechos pacíficos y no palabras
 A los argentinos nos tocan prioritariamente temas que nadie debería dejar de debatirlos, analizarlos, aclararlos. En estos días iniciales de 2012 alcanzan en nuestro país temas que los nombres de Famatina, la nacionalización del petróleo, y las Malvinas están en la cumbre del interés nacional.
Este año 2012 es importante para el recuerdo de nuestros jóvenes que dejaron su alma en el sur y nuestras inolvidables Malvinas, y para que se propongan políticas efectivas, que nada tengan que ver con lo bélico, pero sí alejadas de las palabras y promesas mediáticas. Hasta el 2 de abril debemos repensar lo que nos ocurrió hace 30 años. Pero también repensar en serio los 90 años de la creación institucional de nuestros Yacimientos Petrolíferos Fiscales, cuya ausencia también nos hace incapaces de realizar nuestras obligaciones.
Muchos analistas nos dicen que la recuperación integral o parcial de derechos sobre nuestro territorio isleño, o sobre la participación en la renta de alguno de los recursos naturales (petróleo, gas, pesca, ubicación estratégica) no tiene mucho sentido porque la política que sobre ellos se mantiene en nuestro propio país desde 1991 es resultado de un país extranjerizado en su mar y subsuelo. Y como dice un presidente de América del Sur, antes de nacionalizar los hidrocarburos debemos nacionalizar al Estado.
Nosotros creemos que la recuperación argentina en las Malvinas debe ser una causa latinoamericana. El Reino Unido (incluido también el reino de Escocia) lleva una política agresiva contra la Argentina, haciéndose dueña de un territorio en ejercicio de una política colonial (con ejército, nacionalidades, banderas) e inaugurando una política neocolonial extractivista con sus empresas y administración de los permisos de pesca y de exploración y explotación de hidrocarburos.
Mientras tanto, continúa ampliando los intereses británicos con la concepción europea del tratado de Lisboa. También lo hace en su esfera de intereses y de respeto a su dependencia con Estados Unidos al llamar a empresas petroleras estadounidenses a asociarse con las británicas, que exploran y extraen en el Mar Argentino circundante a las Islas Malvinas. Así, según The Sun de Londres, invita a Anadarko y a Apache (ambas ya actúan en el país con concesiones otorgadas por los gobernadores que sólo son capaces de otorgar concesiones) y a otras dos empresas estadounidenses a fusionarse o asociarse con las británicas.
Una política coherente de la Argentina con Malvinas debe tener en cuenta, además de otros aspectos, los siguientes:
1. La denuncia de los tratados de Madrid por ir contra los intereses argentinos, que aún siguen en vigencia.
2. La aplicación sencilla y honesta de la Ley 26.659, propuesta de Pino Solanas y aprobada por unanimidad en el Senado y en la Cámara de Diputados, por la cual nuestro país debe impedir operar en suelo argentino a las firmas que directa o indirectamente activen el petróleo de las Malvinas.
3. La Ley 26.659 (que obliga también a las provincias) debe sancionar también a las empresas de Estados Unidos asociadas a la explotación del petróleo localizado alrededor de las Malvinas.
4. Debe despartidizarse el tema de las Malvinas y convertirlo urgentemente en materia de Estado, debatida y aprobada como política común con nuestras inolvidables islas.
5. Debe sostenerse la propuesta en los foros latinoamericanos, la convicción de que no deben aceptar barcos ni aviones que con cualquier bandera, real o encubierta, presten servicio a los intereses petroleros de los grupos extra latinoamericanos.
La asociación petrolera con Estados Unidos se está confirmando y sigue a la Declaración sobre las Malvinas cuando se “reconoció la administración de las Islas Malvinas por parte de Gran Bretaña”, pero eludiendo la definición en cuanto a la soberanía, “instando a que el problema se resuelva entre los dos países en conflicto”. Todos sabemos que el gobierno de Estados Unidos conoce que con esta vía es imposible llegar a alguna conclusión porque el Reino Unido no acepta bajo ninguna forma la negociación bilateral.
Debemos estar preparados para que el 2 abril, y durante todo este año, actuemos dentro de la paz, pero con respeto irrestricto de nuestros derechos, para que los recursos como la pesca y los hidrocarburos no sean esquilmados. El fracaso de los petroleros británicos con el agotamiento de sus reservas en el mar del Norte no debe ser causa de perjuicios a los bienes argentinos.

Bruno Tondini
Profesor de Derecho Internacional de la UNLP.
Las cuestiones existentes más allá de la discusión por la soberanía
 Malvinas, desde siempre, fue una de las principales preocupaciones de la política exterior argentina, pero desde 1982, sus dimensiones exceden la idea del reclamo territorial, comprendiendo aristas y asuntos múltiples que se han desprendido del conflicto bélico y que resultan primordiales al momento de evaluar el estado actual del diferendo.
Asistimos no ya a un progresivo proceso de estancamiento de las conversaciones argentino-británicas, sino a su congelamiento, fruto de la ausencia de diálogo y el endurecimiento de la política de ambos países.
Analizando el estado actual de las variables en juego, usualmente a primera vista tenemos la cuestión de la soberanía. Nuestro país no ha dejado de reivindicarla desde el desapoderamiento que sufriera en 1833. Fruto de ello, la Constituyente de 1994, señaló expresamente en la cláusula transitoria primera claramente sus características: “ … La recuperación de dichos territorios (en alusión a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes) y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.”
Con ello queremos señalar, que la Cuestión de las Malvinas e Islas del Atlántico Sur, no es sólo una política de Estado, sino de orden constitucional, y que su marco es estricto. Toda fórmula de negociación que se adopte deberá tener como objetivo último el ejercicio exclusivo y excluyente de la soberanía por parte de la Nación Argentina, con una observación fundamental, el respeto a los derechos de sus pobladores.
Aquí aparece la primera derivación. Nos preguntamos, ¿es posible hablar de la autodeterminación del pueblo establecido en las islas? Usualmente se ha puesto atención en sus características históricas, que giran en torno a su formación a partir de un constante movimiento migratorio desde las Islas Británicas. Sin embargo, la cuestión actual está representada por la profundas dificultades de intercambio cultural, social y educativo que tienen los pobladores no sólo con Argentina, sino con otros países latinoamericanos.
Cabe mencionar que el gobierno británico no reconoce la existencia de una disputa por la soberanía de las islas, no negociarán la soberanía hasta que los isleños así lo deseen.
Adelantamos que involucrar a los isleños en este conflicto, contradice uno de los principales puntos de la Resolución 2065 de las Naciones Unidas, que refiere a la condición bilateral de esta disputa. A las resultas del conflicto bélico, el Reino Unido intentó avanzar en la aplicación del principio de autodeterminación.
Sin embargo, no corresponde hablar de libre determinación ya que la población de las islas no constituye una Nación, pueblo o grupo étnico diferenciado de la metrópoli, no tienen idioma propio, cultura distintiva ni hábitos psicológicos reflejados en una comunidad singular, vale destacar que la ONU ha utilizado la palabra “población” para referirse a los habitantes del archipiélago.
Aquí surge un segundo elemento jurídico: la cooperación entre los dos Estados. Pero que no puede establecerse si no existe la intención de aumentar el grado de vinculación entre las islas y nuestro continente, sin que ello represente la llamada política de seducción, sino que permita a los isleños, conocer nuestra cultura, idiosincrasia y ser social, que históricamente respeta, alberga y se constituye a partir de la tolerancia a la pluralidad de extranjeros que habitaron y habitan nuestro territorio nacional.
Debemos comprender que la existencia de una permanente predisposición del gobierno argentino a cooperar con el Reino Unido, bajo el debido resguardo jurídico, sobre aspectos prácticos referidos al Atlántico Sur, no obstruye, más bien, fortalece la posibilidad de cumplir con el Derecho Internacional. Sólo a partir de la profundización de la cooperación podremos identificar las posibilidades reales de negociación entre ambos países a los fines de lograr una salida.
Sin embargo, en los últimos meses, se ha observado una maximización del unilateralismo por parte del Reino Unido que nos induce al análisis del tercer elemento, el económico. Aquí los esfuerzos del gobierno isleño por lograr su autoabastecimiento económico han generado el apoyo británico a partir del incentivo en la exploración petrolera, la intensificación de la promoción comercial de la pesca de calamar y finalmente, el establecimiento de un sistema de tributación para las islas muy cercano al de un paraíso fiscal.
Ante esta situación, nuestro país ha logrado responder en un cuarto aspecto, el político regional, logrando no sólo declaraciones de los organismos regionales sino el apoyo en concreto de nuestros países vecinos, fundamentalmente Brasil y Uruguay, haciendo respetar medidas que denotan el interés de la región toda en la solución del conflicto.
Este es sin duda el próximo capítulo, el de la incorporación de la cuestión, en el escenario de discusión de los foros regionales extraamericanos, fundamentalmente en el europeo, ya que sólo con la intervención de otros Estados se podrá lograr el acercamiento necesario para el inicio de negociaciones, paso fundamental, sino sólo los actores de la cuestión, sino la humanidad toda, desean lograr resolver los conflictos a partir del Derecho Internacional y los mecanismos que este brinda para ello.

Edgardo Esteban Periodista y ex combatiente de Malvinas.
Las cuentas pendientes
 La Guerra de Malvinas es una parte de la historia reciente de la Argentina. Los datos y testimonios reunidos a lo largo de estos 30 años tras el regreso y la posguerra estuvieron determinados por el silencio y el olvido impuesto por los militares. Volver fue el comienzo de un doloroso camino para una gran cantidad de soldados sacudidos por el horror vivido y por el devenir incierto, que ya no sería el mismo.
De alguna forma se combatió a los ex combatientes, dándonos la espalda, obligándonos a la marginación, sepultándonos en el olvido, la indiferencia. Resultado: los suicidios de ex combatientes llegan a 500 casos aproximadamente.
La indiferencia social posterior al conflicto contrastó con el fervor patriótico que el 2 de abril de 1982 generó el anuncio de la “recuperación” de las Islas Malvinas, en boca de Leopoldo Galtieri. La Plaza de Mayo, teñida de color celeste y blanco, se colmó de miles de ciudadanos, entre ellos muchos reconocidos dirigentes políticos y sindicales. Aclamaban al dictador, quien decía: “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla.”
Al final de la guerra, el 14 de junio, todo cambió de golpe. Tras la derrota, esa misma gente trató de incendiar la Casa de Gobierno, echó a Galtieri del poder y no quiso volver a hablar de Malvinas por mucho tiempo. El final del conflicto cerró el capítulo de la dictadura y fue un factor decisivo para la reinstauración de la democracia, pero en cuanto a la guerra, la sociedad no se hizo cargo de sus responsabilidades.
Al volver, las autoridades y la sociedad se comportaban como si los soldados fuéramos los responsables de la derrota. Hubo un acuerdo tácito para olvidar la guerra, escondernos y borrar de nuestras mentes lo vivido. Para obtener la baja militar, los oficiales hicieron firmar a los soldados una declaración jurada, en la que nos comprometíamos a callar y por ende a olvidar. Hablar de lo ocurrido durante la guerra fue lo primero que nos prohibieron. Así, el dolor, las humillaciones, la frustración, el desengaño, la furia, quedaron dentro de cada uno de nosotros hasta tornarse insoportables en muchos casos. Es que hablar, contar, era el primer paso para exorcizar nuestro infierno interior y empezar a curar las heridas. De modo que el regreso fue cruel, en silencio y a escondidas. La bienvenida quedó para la intimidad del hogar.
No está en discusión el justo y legítimo reclamo de soberanía que la Argentina mantiene sobre las islas desde 1833 y de los desbordes absurdos de su primer ministro David Cameron, cuando habla de colonialismo y se olvida de que aún los habitantes de las islas viven en un Estado colonial, con un gobernador que elegido por la reina actúa como virrey y que pretende militarizar nuevamente nuestras islas, tratando de esconder sus dificultades económicas y el desempleo, en contraste con los tiempos de paz y unidad que vive la región.
Poco serio, los tiempos están cambiando y ya no lo pueden ocultar. Pero eso nada tiene que ver con el análisis descarnado de lo ocurrido en 1982. Durante un largo período se ha preferido eludir la autocrítica de la derrota, de la que nadie quiso hacerse cargo.
Leopoldo Fortunato Galtieri y Jorge Anaya murieron sin haber hablado, sin enfrentar sus responsabilidades políticas y militares. Como rescató la presidenta Cristina Fernández, un digno general de la Nación, Benjamín Rattenbach, elaboró en 1983 un informe, a pedido de la Comisión de Análisis y Evaluación Político Militar de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur. El informe califica la Guerra de Malvinas como una “aventura irresponsable”. Señala que cada arma funcionaba por su cuenta, que carecían de preparación y que la conducción estuvo plagada de errores. Sobre esta base, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas condenó reclusión y destitución a: Galtieri por 12 años; al almirante Jorge Anaya a 14 años; y al brigadier Basilio Lami Dozo a ocho años. No hubo otros condenados. Finalmente los tres fueron indultados en 1990 por el ex presidente Carlos Saúl Menem.
El descarnado informe del general Rattenbach fue silenciado por sus camaradas, que no quisieron hacerse cargo del debate y asumir una autocrítica sobre lo ocurrido.
La difícil recuperación de las secuelas de la guerra y de la reinserción social y el “Trastorno de Estrés Postraumático” (TEP) afectó en diverso grado a todos los ex combatientes. El TEP es un estado depresivo crónico, propio de alguien que ha experimentado de forma directa la guerra. Genera una constante sensación de temor, angustia y pesadillas, miedos, problemas de relación, irritabilidad, dificultades para conciliar el sueño, sobresalto, un elevado nivel de violencia, inclinación por las adicciones, entre tantos síntomas. Sin ayuda psicológica es difícil la recuperación.
Durante años, no hubo ningún tipo de asistencia ni ayuda. Recién en los últimos nueve años la situación de los ex combatientes mejoró notablemente cuando se realizó un relevamiento socio-sanitario nacional de los que participamos de la guerra, para dar respuestas concretas y atender aquellos casos de alta vulnerabilidad. A partir de 2004, el Estado otorga una pensión equivalente a tres jubilaciones mínimas.
Con la ayuda del ex presidente Néstor Kirchner, en septiembre de 2005, se estrenó el film Iluminados por el fuego. Sin dudas contribuyó a abrir un debate sobre lo ocurrido en Malvinas. Hasta ese momento, poco o nada se sabía sobre los suicidios y los traumas de posguerra entre los soldados, y la película, realizada luego por Tristán Bauer, mostró la cotidianidad de la guerra. Al margen de los errores tácticos y estratégicos que definieron la suerte de la guerra, lo que aparece como inaudito son los injustificados malos tratos, las crueldades de algunos oficiales.
Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas, manifestó hace poco tiempo atrás su compromiso con la causa Malvinas y dijo: “El escarnio, el abandono, el valor de estos conscriptos que con el pecho abierto al amor por la Patria, fueron a defenderla pero indefensos. Nos concierne a todos los pobladores del país saber que no es posible el olvido, que 30 años después la leyenda es un dolor abierto y que debemos saldar estas deudas.”
Los ejes fundamentales de Verdad, Memoria y Justicia que predominan en estos 30 años deben profundizarse en el caso de Malvinas para establecer la verdad de lo ocurrido. Algo que la sociedad le debe a los caídos y a los que combatieron con dignidad en Malvinas. Debemos separar a aquellos que lucharon con honor.
Necesitamos ganarle a nuestra propia guerra y recordar tanto a los que murieron en las islas como a los que volvieron y, a consecuencia de la indiferencia y el olvido, se quitaron la vida. Por la vida.

Fuente:TiempoArgentino

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