22/03/12
Patricio Pron: “La literatura es una forma de participar en los asuntos de mi tiempo”
De visita en Buenos Aires para presentar su última novela, "El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia", el escritor argentino residente en Madrid cuenta cómo su intento de abandonar la literatura fracasó por la necesidad imperiosa que tiene de escribir.
POR Andrés Hax
PRON Ante de la incertidumbre sobre como deben hablar los personajes, los personajes hablan finalmente como hablas tu." (EFE)
Tras escribir sus primeros libros —tanto de relatos como novela— Patricio Pron, nacido en Rosario en 1975, entró en una leve crisis existencial y decidió no escribir más. Con apenas 25 años, sintió que los cuentos y novelas que había escrito no lo representaban. Y entonces cambió el rumbo de su vida. Se fue a Göttingen, Alemania, para cursar un doctorado en filología romántica. Se había dado un plazo distante para retomar, quizás, a escribir: cuando tuviera 39 años, ya que se había hecho la idea que esa era la edad en la cual comenzaban a tomar en serio a un escritor joven en la Argentina. Hoy Pron —con doctorado en mano desde el 2008, el año desde cual vive en Madrid— tiene 36 y es considerado entre los mejores 22 escritores jóvenes en español por la revista Granta. O sea, no pudo dejar de escribir.
En estos días Pron visita Buenos Aires presentando su última novela, El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia. Es una ficción autobiográfica: un joven escritor vuelve desde Europa a la Argentina para acompañar a su padre afligido por una grave y súbita enfermedad. Allí el narrador se choca con la inquebrantable verdad de que no se puede volver a casa. Pero pasa otra cosa, y este es el meollo de la novela. Entre sus visitas al hospital y su tránsito por la casa de su infancia el protagonista se cruza con una gruesa carpeta que pertenece a una investigación informal de su padre, que es periodista. A través de una minuciosa lectura de los documentos de este archivo se desentraña una crónica que mezcla una misteriosa muerte del pueblo con la historia de una amiga del padre desaparecida en 1977.
Hablamos con Pron en el café de una grande y acogedora librería en los límites de Palermo Hollywood. Viste de negro; usa zapatillas de talón alto marca Converse (en esta ocasión, también negras, pero suele usar de color hot pink); usa unos lentes enormes de armazón negro, como los que usaba Elvis Costello a fines de los 70; sus manos son blancas y delicadas, como las de un violinista; usa las uñas levemente largas e inmaculadamente limpias. Su acento es mucho más madrileño que porteño.
¿Como es tu relación afectiva actual con la Argentina? ¿Y cómo influye eso en su obra?
Mi relación sentimental con la Argentina es tan buena y tan mala como es la de todos los argentinos en este país. Sin embargo yo me considero un escritor argentino a pesar de vivir afuera. Me gusta creer, en mis momentos de optimismo -que son escasos- que participo en una tradición específica de las letras argentinas, que es la tradición de aquellos autores que escribieron afuera. Pensando, sin embargo, en los efectos que iban a crear en la Argentina. Esa tradición es muy rica, por razones políticas posiblemente… Yo me considero parte de esa tradición. O aspiro ser leído como parte de esa tradición.
Y en los pormenores del uso del idioma… ¿Usás un castellano más neutro? ¿O más madrileño que argentino?
No es una cuestión deliberada. Simplemente es el resultado de que hace muchos años que escribo afuera. Los escritores argentinos que vivimos afuera tenemos el inconveniente de que todos nos preguntamos acerca de cómo deberían hablar los personajes. Habida cuenta que nos hemos marchado y hemos perdido conexión con la lengua oral de la argentina, corremos el riesgo de limitar esa lengua oral, que nuestros personajes hablen de alguna manera como los personajes de Cortázar. Sabés que Cortázar creía que sus personajes hablaban como argentinos, pero en realidad hablaban como pitucos porteños de los años 40 y 50, que fueron las últimas décadas que el vivió aquí. Entonces es dificultoso. Casi todos tenemos este problema de una forma u otra. Pero en mi caso, al menos, no hay ningún intento de aspirar a un español neutro. Que por otro lugar, no existe. Ante de la incertidumbre sobre cómo deben hablar los personajes, los personajes hablan finalmente como hablas tu.
En un momento pensante en dejar de escribir. Contame, ¿cómo fue eso?
Simplemente yo había publicado una serie de libros aquí en Argentina y estaba descontento con los libros que había escrito. Y descontento con lo que se decía sobre esos libros. En buena parte lo que se decía de esos libros era muy positivo, pero no parecía reflejar mis intereses o mis aspiraciones. También tenía la impresión que en Argentina un escritor joven es alguien que tiene 39 años; y que era solo a partir de esa edad que eras tomado en serio. Al menos era así en esa época, los 90 en Argentina. Entonces yo me dije, “Pues tengo 16 años para desperdiciar, y lo mejor es que los desperdicie en un sitio donde pueda aprender algo.” Como Alemania. Pero me prometí firmemente no escribir más, en virtud de este descontento. Y dejé de escribir durante un periodo – muy breve, por otra parte, medio año o algo así. Simplemente no pude dejar de hacerlo. No fue una decisión deliberada volver a escribir. Simplemente fue una necesidad. En el momento en el que simplemente no pude dejar de escribir, la escritura se convirtió en uno de los tantos fracasos personales con los que cargo. Cuando volví a hacerlo, sin embargo, sí decidí hacerlo bajo premisas completamente diferentes a las que han precedido mi trabajo hasta el momento. Y eso sí fue muy enriquecedor.
¿Por qué no podías dejar? ¿Qué es lo que necesitabas del escribir?
En primer lugar, había una necesidad de escribir en virtud de que —como sabes, mi memoria es muy mala; y buena parte de mi vida cotidiana se convirtió en una especie de persecución de mi mismo. Consistía en documentar lo que yo he hecho, tan solo para mi mismo y en virtud de que si no lo hacía lo iba a perder, me lo iba a olvidar. Por lo tanto, se me volvió ineludible volver a escribir. Al menos volver a llevar diarios. Pero por otro lado se me instalaba la convicción de que tenía algo para decir y que había algunas personas que estaban, allí afuera, con interés de escucharme. Y estaba la cuestión también de que, supongo por la forma en que fui criado, la literatura es para mí una forma de participar en los asuntos de mi tiempo. Quizás una forma ineficaz o incompleta, pero tal vez sea la única forma que yo conozco para expresar esta voluntad de la transformación que es un mandato para quienes somos hijos de activistas políticos de los setentas.
Fuente:RevistaÑ
24 de Marzo
“En Auckland ya es mañana”
El músico y compositor Ulises Conti publica su primer libro
Por Paulo Pécora
El prolífico músico y compositor Ulises Conti, autor de varios discos, además de bandas musicales para películas y obras teatrales, publicó su primer libro “En Auckland ya es mañana”, una suerte de diario personal en el que ofrece anécdotas, reflexiones y curiosas historias surgidas en distintos viajes alrededor del mundo.
“El libro para mí fue una sorpresa, ya que en ningún momento pensé en que estos textos iban a ser publicados ni siquiera cuatro meses antes del lanzamiento. Yo no escribí pensando en un libro, escribí los textos porque tenía que escribirlos”, afirmó el artista en una entrevista con Télam.
“Si para Stevenson, la curiosidad turística era el arte del desencanto, Conti hace del nomadismo profesional del músico una forma de reencantar el mundo. (…) Si las identidades sucesivas del viajero pueden ser descartables, en él subsisten, tenaces, indelebles, los tatuajes de la experiencia temprana”, escribió el escritor y cineasta Edgardo Cozarinsky, habitual colaborador del músico.
Autor de discos como “El amor es un francotirador” (2008), “Los paseantes” (2007), “Pacífico” (2005) e “Iluminaciones” (2003), Conti desarrolla una intensa actividad musical en un contexto interdisciplinario: bandas de sonido para filmes, teatro, danza e instalaciones de audio, con una atípica proyección internacional dentro de los compositores argentinos de su generación.
- ¿Cuál es el punto de partida para este libro?
- El punto de partida es el rigor y la necesidad de escribir algo todos los días de tu vida. Después te olvidás del mecanismo, porque pasan tres años y ya escribiste más de mil apuntes, entonces el impulso aquel que te llevó hasta ahí se desvanece y se funde en tu propia realidad, pero hay un sistema interno, una maquinita, una organización fascista que los organiza y los discrimina violentamente en diferentes modos y categorías: los buenos, los malos, los lindos, los feos, los poemas, los antipoemas, los cortos, los largos, los sucios, los limpios y así… después la suerte y el destino hicieron que Francisco Garamona, responsable de la editorial Mansalva, se interese por ellos y recién ahí apareció la idea de hacer un libro con el material que mejor me representa.
- ¿Estás preparando otro libro? ¿Seguiría la misma línea o tendría otro formato?
- Desde hace algunos meses estoy escribiendo una nouvelle sobre las aventuras de una pandilla de adolescentes que abandonan la escuela y se dedican a jugar un torneo de basket y a meterse en problemas con desconocidos, a envenenar a sus adversarios, a robarse las mujercitas mas aristocráticas de la ciudad para convertirlas en porristas del equipo, chicos salvajes de los suburbios que en verano usan las piscinas de los vecinos cuando estos se van de vacaciones y por las noches leen ciencia ficción adentro de autos en estacionamientos de restaurantes de comida rápida.
- ¿Crees ser heredero de alguna tradición de relato de viaje? ¿Hay algún autor que te haya inspirado a la hora de escribir o la tuya es simplemente una escritura intuitiva y espontánea?
- Creo en la literatura y creo en la música más que en cualquier otra cosa de este mundo. Hablan del hombre mucho mejor que todo lo que se supone que habla bien del hombre, y aunque no me siento heredero de ninguna tradición artística, y aunque tampoco creo que lo que haga sea exactamente literatura, prefiero pensarme como un germen literario, alguien que interfiere entre el lector y el escritor. Por otro lado me gusta mucho más el ejercicio de pensar en los escritores que aun no existen que en los que existen. Si ahora tuviera que elegir en tres segundos tres escritores elegiría a John Cheever, Walter Benjamin y a J. D Salinger.
- ¿Por qué elegiste el formato de relato breve, la pequeña viñeta, la polaroid de pequeños instantes privilegiados de tus viajes? ¿Pensaste alguna vez en escribir un cuento largo o una pequeña novela?
- Hace algún tiempo fantaseaba con la idea de publicar un libro de artista, algo así como mi cuaderno Rivadavia con todos mis apuntes, notas, poemas y garabatos, o la carpeta sin nombre que hay en el escritorio de mi computadora con todos mis textos y mi colección de fotos, una escritura doméstica, imperfecta, visceral, lo opuesto al pretencioso novelón de tres mil paginas fríamente calculado. Siempre me gustó la urgencia de los fanzines, cierta cosa catártica del blog, de la servilleta escrita, del error, las faltas de ortografía, amo las faltas de ortografía, el documento sin edición, sin photoshop, la literatura sin make up.
- Con respecto a los temas que recorren tus relatos, hay anécdotas, gustos personales, atmósferas, recuerdos disparados por alguna imagen del lugar donde estás, pero también hay datos científicos acerca del sonido y la música... ¿Cuál es para vos la temática que atraviesa y enhebra a todos los textos?
- A veces me gusta pensar el libro como un autorretrato, pero también me gusta pensar que son poemas sobre el sonido, un paisaje sonoro alrededor del mundo. La acústica, la ciencia del sonido, es tal vez lo que mas me interesa en este momento, y es hacia donde creo se dirige mi trabajo, pero a su vez, creo que el libro es simple, para nada pretencioso.
- ¿Hasta qué punto está presente la sensación del jet lag o el sentimiento de vacío existencial (me refiero, por ejemplo, a textos como "La nuca de un cuerpo dormido" o también a "Así", donde hablas de "estar sin estar")?
- Creo que definitivamente el ser humano está perdiendo por goleada el partido más importante de su propia historia, cometiendo todos los errores posibles, apretando el botón rojo que disparó la bomba atómica, tomando las decisiones más letales, matando gente, masacrando a pueblos enteros, torturando personas alrededor del mundo con sistemas políticos demenciales… de ahí viene mi vacío existencial… de la conciencia en el enorme mal que nos hemos causado a nosotros mismos, de la inconmensurable miseria en la que estamos sumergidos, del destino absurdo que le toca a cada uno, de diez adolescentes que mueren en un accidente en Plaza Miserere porque una empresa de transportes subsidiada y corrupta no cumple con su deber.
- ¿En qué medida te sentís otro -una persona diferente- cuando emprendés un viaje o llegás a otra ciudad?
- Es verdad que puede haber un yo que viaja por el mundo y un otro yo que toca el piano y escribe en su casa mirando una planta. Son experiencias muy diferentes, el problema es cuando sos de un hemisferio y preferís ser el del otro.
- ¿Existe una métrica musical en tus textos? ¿Y en la estructura general del libro?
- Existe una métrica musical en todo, pero la mayoría de la gente está demasiado ocupada para sentarse a pensar en semejantes cosas. Un compositor canadiense llamado Murray Schafer describió al mundo como una gran obra sonora y yo creo que no hay nadie, absolutamente nadie con más de dos dedos de frente que pueda opinar lo contrario.
Fuente:Telam
24 de Marzo
Bahía Blanca, "la ciudad de los poetas", puesta en discusión
Bahía Blanca, la ciudad vanguardia de los poetas mateístas, los grupos Prometeo, Orfeo y escritores emblemáticos como Héctor Libertella, "ha sido puesta en discusión", destacó el editor local Gustavo López que, a 36 años del Golpe, repasa las poéticas de la memoria en Ingeniero White, en el marco de Filba Nacional.
Esa discusión generada dentro del primer festival nacional de literatura del país "va más allá de lo literario y nos está permitiendo revisar nuestros propios relatos e idiosincrasia", señaló a Télam el creador de Vox, un proyecto cultural y literario ineludible a la hora entender la actualidad del arte y la poesía contemporáneos en Argentina.
López se refiere al imaginario de ciudad maldita o reaccionaria construido a base de leyenda urbana; de mito -"los mapuches la llamaban la tierra del diablo", dice-; y de hechos concretos como contar con un periódico principal que escribió una necrológica aprobando la lógica de Emilio Massera (1925-2010), ejecutor del golpe militar del 24 de marzo de 1976 destituido de la Armada tras ser condenado pro crímenes de lesa humanidad.
"Bahía tiene como un `delay`, algo completamente extemporáneo con ciertos temas -asegura-. A veces algunos periodistas, y desde hace pocos años, con el aniversario del Golpe tocan el tema, pero no se discute muy públicamente a pesar del juicio contra los represores del V Cuerpo del Ejército" que está realizando la Justicia bahiense.
López fue uno de los adolescentes que pasó por el centro clandestino de detención y tortura La Escuelita, estuvo secuestrado un mes a los 16 años: "Por qué una cosa tan loca, chicos tan chicos. La verdad que no sé, hubo casos de chicos más chicos también. Qué se yo, supongo que era un mecanismo para generar terror".
Además de leer algunos textos -del entrerriano Tilo Wenner, poeta vanguardista, tipógrafo y periodista nacido en Entre Ríos en 1931 y desaparecido en 1976, publicado por la revista Vox, entre otros- este encuentro "es la oportunidad de hablar sobre instituciones y personas que trabajaron en Bahía Blanca, dentro de la literatura, en esa época oscura", remarcó López.
"Lo que se me viene a la cabeza cuando pienso en la escena literaria de la época son los pequeños grupos de los 80 en la universidad, ésta era una ciudad bastante arrasada culturalmente porque los escritores que habían trabajado en los 70 se habían exiliado o estaban silenciados, me acuerdo de Chiche Pupko o Coral Aguirre", repasa.
"Me gustaría traer a la memoria al grupo Prometeo y al grupo Orfeo -dice-, ellos hacían unas plaquetitas, como un tríptico en el que publicaban poesías, cuentos, relatos, alguna opinión, y eso se regalaba: una hoja oficio que se doblaba en tres, o a la mitad y le ponías dos hojitas juntas".
También "algunos profesores que nos incentivaban mucho, como Antonio Camarero Benito o Mercedes Paglialunga de Tuma -reseña-, podría hacer una larga lista de personas que ni bien empezó a venir la democracia, o antes, empezaron a vincularse con los jóvenes, a incentivarlos para que hicieran".
Además, "es la época en que trabajan los poetas mateístas (porque se juntaban a tomar mate). Hacían unos panfletos literarios a los que llamaban los matefletos y, con la idea de sacar la poesía a la calle, hacían murales de poesía. Eso ya en democracia, después del 83", recuerda.
De ese grupo "salieron algunos de los poetas más reconocidos dentro y fuera de Argentina", remarca López, como Mario Ortiz, uno de los participantes del Filba nacional, o Marcelo Díaz y Sergio Raimondi, director del Instituto Cultural de Bahía Blanca que coorganiza el festival.
En esa camada entró también el proyecto cultural autogestivo Senda y la revista homónima, que López digirió entre 1982 y 1991 (ahí está la entrevista donde Luis Alberto Spinetta, por cávala, a Bahía Blanca le dice BB).
El encuentro -libre y gratuito- se llevó a cabo en el centro Cultural Ferrowhite y el Museo del Puerto de Ingeniero White, donde se dieron cita unos 30 escritores y artistas de todo el país, entre otros Ortiz, Luis Gusmán, Federico Falco y Daniel San Toro.
Se trata de dos sitios paradigmáticos por su constitución y funcionamiento: son los vecinos, antiguos obreros ferroviarios y portuarios, los que aportan los objetos, fotos y documentos del valioso archivo historiográfico expuesto en ambos edificios, donde mirar el pasado apunta hacia adelante, a delinear la identidad de ese pueblo y replantear sus posibilidades presentes.
Además de los talleres productivos, muestras de arte, teatro, música y video de locales y foráneos, o de los espacios de discusión que ellos mismos generan, en Ferrowhite está el único acceso libre a la franja costera de esta localidad del sur bonaerense, ubicada al borde del mar.
Fuente:Telam
24 de Marzo
Festival de Poesía
Las editoriales cordobesas que apuestan por la poesía
El primer Festival Internacional de Poesía permitió a las editoriales independientes revalorizar y colocar en agenda a este género, que es "pequeño, pero con muchos escritores y varias editoriales funcionando muy bien", explicó uno de los organizadores del evento, Gastón Sironi.
El primer Festival Internacional de Poesía permitió a las editoriales independientes revalorizar y colocar en agenda a este género, que es "pequeño, pero con muchos escritores y varias editoriales funcionando muy bien", explicó uno de los organizadores del evento, Gastón Sironi.
"La poesía nunca ha sido una reina en el mercado, eso está claro.
Ahora bien, el mercado es una entelequia que no tiene por qué guiar los pasos de quienes editamos en forma independiente. Eso es, justamente, la independencia: hacer lo que uno siente", dijo Sironi, miembro de la Editorial Viento de Fondo.
Con todo un relevamiento local realizado hace un mes se evidenció que "el 20 por ciento de lo que se publica en Córdoba es poesía", precisó Alejo Carbonell, del sello independiente Caballo Negro. En la misma línea, Diego Cortés de la editorial Llantodemudo, supuso casi convencido, que "la producción poética supera a la narrativa".
Quien publica poesía "lo hace a sabiendas que emprende un largo y duro camino, la única ganancia posible es lograr un equilibrio entre los poetas jóvenes y los que ya no están. Conlleva todo tipo de riesgos, pero el que tiene predilección por el género pasa, como cualquier otro ser, por las naturales dificultades en la consolidación de un catálogo digno", señaló Juan Carlos Maldonado, director de Alción Editora.
"Hay núcleos que representan diversas poéticas y los contactos entre los unos y los otros son los típicos de cada provincia. Córdoba no ha superado aún la vieja observación de Sarmiento en el `Facundo´, de alguna manera, sigue siendo una cultura de un claustro dentro de un claustro", explicó.
Lo cierto es que estos sellos independientes, algunos promotores de este primer festival que convirtió por tres días a la capital de Córdoba en una fiesta para los amantes del género, son sólo parte de una porción formada por más de treinta editoriales locales dedicadas a esta especialidad, la mayoría de ellas llevadas adelante por poetas.
Convencidos de que la poesía no se diferencia por el lugar geográfico desde donde se escribe sino por quién escribe, los editores no dudan en remarcar la heterogeneidad de estéticas que conviven en la región de las sierras, algo que quedó demostrado en las sucesivas mesas de lecturas de los más de cuarenta poetas convocados al evento literario.
"No sé por qué se debe morir", de Alberto Mazzochi, "Poesía Reunida" de Gustavo Borga, "Crónicas del sudeste" de Iván Wielikosielec "y, para no quedar fuera de la lista, `Extraviado´ de Diego Cortés ", son algunos de los títulos elegidos por el sello Llantodemudo, una editorial con más de 17 años en el ambiente literario cordobés.
Mientras que para la editorial Viento de Fondo sus puntos fuertes son "Yolana" ,de Ana Paulinelli y "Le chocolat c`est moi", de Claudio Bär; para Alción, el sello más antiguo de textos poéticos con obras que van desde Luis de Tejeda hasta Olga Orozco, sus colecciones dilectas son "Otras Voces" y la "Colección Contraluz".
La esencia de una editorial independiente según Cortés es aquella que busca nuevos horizontes literarios pero "no apuntando a una idea comercial, sino a crear un lugar de expresión para autores que tratan de expresar sus ideas, sueños, creencias. Debería ser un lugar amplio donde todas las voces tengan su lugar", explica.
"En el caso de Viento de Fondo, la independencia pasa por diseñar el catálogo a puro deseo, a puro amor por los libros y autores que van enriqueciendo y definiendo el sello. Cada libro es un pequeño viaje compartido, con todo el cuidado del que uno es capaz por cada una de las páginas", detalló Sironi.
Maldonado opinó que a diferencia de una editorial comercial que funciona "en dependencia de un mandato", un sello independiente "es el de aquel que logra hacer funcionar su empresa a partir de sostener su criterio y publicar una línea de textos que armonizan con su deseo, en verdad expresa su propia mirada sobre el universo de los libros".
Sin embargo, Carbonell argumentó que "decir independiente ya no significa nada, pero se utiliza para decir editorial pequeña, de tiradas mínimas, de presupuesto acotado, en fin. Queda la sensación de que muchos son `independientes´ hasta que puedan dejar de serlo".
Contentos con esta primera edición, los organizadores del Festival destacaron la repercusión en los medios de comunicación que hicieron del género una noticia; así también quedó de manifiesto, algo sabido pero velado, que la poesía tiene domicilio en Córdoba.
Fuente:Telam
Biblioteca del sur
Año 5. Edición número 201. Domingo 25 de marzo de 2012
Desencantamiento y revolución./ Poesía completa.
Desencantamiento y revolución
Este trabajo aborda los principales problemas epistemológicos con los que un científico se topa a la hora de construir un conocimiento de lo social y las principales características de las teorías sociales que surgen como respuesta a dichos problemas.
Autor: J. A. Gómez Di Vincenzo y A. Mayo
Editorial: Unsam Edita
Poesía completa
Este volumen recoge los once poemarios publicados por la autora de Desde lejos, e incorpora uno póstumo. Orozco es una destacada exponente de la generación del ’40, una de las creadoras más sublimes del siglo pasado.
Autora: Olga Orozco
Editorial: Adriana Hidalgo
Fuente:MiradasalSur
SE PRESENTO EL "LIBRO DE LA MEMORIA DE CATAMARCA"
23 de marzo de 2012
El Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), presentó hoy el "Libro de la Memoria de Catamarca, Relatos Breves", en el marco de la puesta en marcha del concurso Relatos Breves sobre el pasado reciente.
La flamante bibliografía, indicaron, propone la recuperación de recuerdos, testimonios e historias sobre la violación de derechos humanos y hechos discriminatorios de toda naturaleza sucedidos en la provincia durante la última dictadura cívico militar, iniciada con el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
La delegada en Catamarca del INADI, Emperatriz Márquez, al presentar la propuesta, dijo que "la finalidad es recuperar los relatos silenciados durante casi 36 años para visibilizar la verdadera historia, las huellas que dejó el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional en territorio catamarqueño".
Márquez expresó además que la convocatoria está dirigida a los los ciudadanos sin distinción de edad, sexo, religión y origen étnico, que puedan relatar historias propias o transmitidas por personas de generaciones anteriores.
Manifestó que luego de una selección, se editara El libro de la Memoria de Catamarca, que contendrá todos los relatos que se ajusten a las bases establecidas en la convocatoria.
El Director de Derechos Humanos de la Provincia, Guillermo Díaz Martinez, destacó también la importancia de la iniciativa e hizo un breve informe sobre hechos violatorios de derechos en ese periodo, centrándose en las causas radicadas en la justicia federal de Catamarca.
A su turno la representante del Archivo Nacional de la Memoria, Ana Raduski, resaltó el valor de los testimonios sobre el proceso represivo para la construcción de la verdadera historia, considerando fundamental "trabajar desde la acción cultural para plasmar estas miradas sobre el doloroso pasado".
La docente Edith Toledo, referente provincial del programa nacional Educación y Memoria, indicó que "necesariamente se debe trabajar en los ámbitos educativos para que las nuevas generaciones puedan incorporar y aprender sobre la gravedad de los hechos violarios durante la dictadura".
Participaron de la actividad integrantes de la Asociación Catamarqueña de Ex Presos Políticos, Hermanos de Detenidos Desaparecidos y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Además estuvieron presentes Jorge Perea de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Facultad de Humanidades de la UNCA, referentes del Frente para la Victoria, Partido Intransigente y Partido Solidario, como así también de organizaciones de la diversidad sexual.
Fuente:Telam
DAVID BLAUSTEIN Y LA REEDICION DE BOTIN DE GUERRA, DESDE MAÑANA CON PAGINA/12
“Ojalá ayudemos a recuperar más nietos”
En 1999, el documental sobre Abuelas de Plaza de Mayo abrió un camino que continúa hoy. “El gran hallazgo fue evitar el bronce, mostrar que no había que mirarlas desde arriba de un pedestal, sino desde el lugar de mujeres comunes”, dice el director.
Por Oscar Ranzani
“Si me preguntan qué caracteriza a las Abuelas, digo que es una profunda sabiduría y una enorme intuición.”
Cuando en 1999 David Blaustein filmó el documental Botín de guerra, luego del necesario Cazadores de utopías, que marcó una perspectiva del cine político y una visión de la década del ’70, se propuso reflejar la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo de una manera prácticamente inédita para aquella época. Y lo logró con una contundencia argumentativa, temática y estética que aún hoy, cuando se lo vuelve a ver, no cabe duda de que inició un camino en la diversidad de largometrajes realizados sobre las consecuencias de la dictadura que vinieron después. Botín de guerra –que mañana podrá adquirirse con la edición de Página/12– fue precursora en más de un sentido. “Yo creo que probablemente sea la primera historia integral de las Abuelas”, explica Blaustein en diálogo con este diario. Y recuerda que, luego de estrenarse, en 2000, se mantuvo ocho semanas en cartel, algo inusual para un documental. Y obtuvo numerosos galardones, entre ellos el Premio del Jurado Ecuménico del Festival de Berlín. “Fue una película que recorrió el mundo –señala el cineasta–. Y la experiencia de haber ido allí con Estela de Carlotto fue para mí inenarrable.” Blaustein también recuerda el recorrido del film por el interior del país como “una experiencia fascinante”.
Uno de los aspectos más emotivos de Botín de guerra es que testimoniaron algunos de los nietos que recuperaron su identidad. “Cuando nosotros empezamos la película, ni remotamente imaginábamos la posibilidad de entrevistar a los nietos restituidos”, confiesa Blaustein. El cineasta cree recordar que hasta ese momento “habían tenido experiencias individuales en televisión, pero a mí me daba un pudor enorme entrevistar a los nietos. Lo dije en ese momento y lo digo ahora. Hoy los nietos son diputados nacionales, jefes de La Cámpora, funcionarios. Hay una cantidad de experiencias excepcionales”. En aquella época, claro, no tenían el mismo nivel de exposición. Así lo certifica Blaustein: cuando él y su equipo empezaron a rodar la película, fueron las Abuelas quienes les transmitieron a los nietos la confianza y el compromiso de que sus testimonios no iban a ser manipulados. “Y eso nos empezó a dar más seguridad a mí en lo personal y a los propios nietos”, señala el director. En Botín de guerra, algunas Abuelas cuentan cómo recuerdan ese momento terrorífico en que los grupos de tareas atacaban las casas donde estaban sus hijos y el terrible sufrimiento ante la noticia de la desaparición. También hay relatos de los primeros días sin ellos, llenos de desesperación, y de cómo transformaron ese dolor en la búsqueda de sus nietos, que habían nacido en los centros clandestinos de detención durante la dictadura. Luego, a medida que se iban conociendo entre ellas, decidieron agruparse. Un dato llamativo: primero pensaron denominarse Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos, pero la gente las empezó a llamar Abuelas de Plaza de Mayo y, finalmente, quedó este nombre. Los recuerdos de los sueños de sus hijos se enfrentaban a las pesadillas de estas mujeres a medida que se iban enterando de que sus nietos habían sido robados por los genocidas y sus cómplices, como parte de un plan sistemático de robo de bebés y niños.
Los nietos, en tanto, cuentan cómo se enteraron de que eran hijos de desaparecidos y cómo vivieron el proceso de recuperación de identidad. Algunos también expresan la vivencia del primer reencuentro con sus familiares biológicos. Y otros, incluso, tienen recuerdos del momento de terror en que secuestraron a sus padres. Todos son testimonios desgarradores, emotivos, pero también esperanzadores. Blaustein señala que vivió los momentos en que los nietos testimoniaban en la película “con muchísima responsabilidad”. Y dice que hoy “los nietos tienden a tener una perspectiva mucho más abierta, sobre todo los últimos”. Tuvo la oportunidad de escucharlos hace poco en la serie que está realizando Paula Romero Levit para el Canal Encuentro, de la cual Blaustein y Marcelo Schapces son los productores. “Cuando veo y escucho los testimonios de los nietos nuevos, lloro todo el tiempo, porque el cambio cualitativo es tan brutal, la manera de exponer los conflictos, de razonar, de hablarle a la sociedad argentina es infinitamente distinta a la nuestra.” Blaustein considera que “es menos traumática, es más socializable, más cultural y mucho más asimilada”.
Otro de los aspectos que el cineasta se propuso en Botín de guerra fue mostrar a las Abuelas “como mujeres comunes y normales que, de repente, se transforman a partir de la desaparición de sus hijos y a partir de poder rescatar a sus nietos. Esta sensación de abrir la puerta y salir a comerse el mundo porque había un objetivo que era encontrar a los nietos”. A su vez, el relato de las historias personales se combina con la narración de la historia pública de la Argentina en Botín de guerra. “Ese fue el gran hallazgo de la película –considera su creador–. Y que no eran bronce, que no había que mirarlas desde arriba de un pedestal, sino mostrarlas desde el lugar de mujeres comunes, de mujeres del pueblo que, de repente, la brutalidad y la injusticia las convirtieron en esas mujeres que empezaron a gastarse los zapatos dando la ronda alrededor de la Plaza. Y me parece que es muy reivindicable el relato cinematográfico de la película. Nosotros intentamos todo el tiempo hacer un documental que tenga un relato cinematográfico que aporte a nuevas estéticas de la memoria.”
Si bien cuando Blaustein filmó Botín de guerra las Abuelas eran conocidas en todas partes, el conocimiento público del derecho a la identidad se fue intensificando en los medios con posterioridad, sin que esto afecte la genuina vigencia de lo que relata el documental. “Ahí hay dos cosas –-explica Blaustein–. Primero, la sabiduría de las Abuelas. Si me preguntan qué es lo que caracteriza a las Abuelas, digo que es una profunda sabiduría y una enorme intuición: la sabiduría para saber qué era lo que había que hacer en cada etapa y en cada coyuntura. También saber cómo con el paso del tiempo los nietos iban teniendo distintas edades, y para cada una de esas edades, en la medida en que pasaba el tiempo, había que cambiar de estrategias políticas, culturales y comunicacionales.” En segundo lugar, Blaustein considera que a estas estrategias que planteaban las Abuelas para encontrar a los nietos “les faltaba un tema importantísimo, que era la ayuda del Estado. La llegada de Néstor Kirchner y Cristina permitió profundizar políticas públicas para que el Estado sea un sector dinámico esencial”.
El final de Botín de guerra es también histórico desde el punto de vista musical, cuando comienza a sonar “Sin cadenas”, la canción de Los Pericos (uno de sus miembros es hermano de un nieto recuperado) interpretada por el Bahiano, Gustavo Cerati, Ciro Pertusi, Gustavo Cordera y Pedro Aznar. ¿Cree Blaustein que la reedición de Botín de guerra puede ayudar a que más jóvenes recuperen su identidad? “Ojalá, es el único objetivo”, confiesa el director, al borde las lágrimas.
Fuente:Pagina12
TELEVISION
LAS PROGRAMACIONES ESPECIALES POR EL DIA NACIONAL DE LA MEMORIA
Audio e imagen para recordar
Hoy habrá varias opciones para conmemorar el 36º aniversario del comienzo de la etapa más negra de la historia argentina reciente. Documentales, entrevistas, debates y una nueva producción del dibujo animado Zamba se combinan para ejercer la memoria.
Por Emanuel Respighi
La asombrosa excursión de Zamba en la Casa Rosada (un viaje hacia 1976), en Pakapaka y Encuentro.
Hay fechas que no necesitan ser “redondas” para recordarse con detenimiento. Días fijados en el calendario que deben tenerse presentes por la magnitud de los acontecimientos que memoran. El 24 de marzo es, desde hace 36 años, cuando el golpe de Estado cívico-militar comenzó uno de los procesos genocidas más sangrientos de la historia de la humanidad, una de esas fechas en las que nunca está de más detenerse a pensar. Los 30 mil desaparecidos y la ruptura del tejido social de esos siete años y medio que duró el horror ameritan reflexionar sobre el pasado reciente, como una manera de comprender el presente y proyectar el futuro de la vida social en democracia. Tal vez por eso es que la televisión y la radio le dedican hoy programaciones especiales en conmemoración al Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia.
La programación que más interés despierta es la que Pakapaka planificó para hoy: en su función de ser el único canal latinoamericano pensado para el público infantil, la señal perteneciente al Ministerio de Educación pondrá al aire un nuevo capítulo de Zamba, el personaje animado mediante el cual Pakapaka les lleva los grandes acontecimientos de la historia argentina a los más pequeños. Bajo la misma estructura de anteriores aventuras, en La asombrosa excursión de Zamba en la Casa Rosada (un viaje hacia 1976) Zamba realiza un viaje de estudio a la Casa Rosada, donde a través de un extraño proceso se traslada dentro de una urna hacia 1976, donde se topa con el período más oscuro de la historia argentina, conociendo sus causas y consecuencias. Por medio del formato audiovisual más cercano a los más chicos (la animación) y de canciones alusivas (esta vez le pone voz Diego Frenkel a “Marcha del tren fantasma” y Coti Sorokin a “La canción de las preguntas sin respuestas”), el episodio de Zamba vuelve a demostrar su inteligencia y sensibilidad para transmitirles a los infantes el complejo entramado que puso en juego la dictadura. El capítulo se estrena por Pakapaka a las 8, 14 y 21, y por Encuentro a las 19.30.
Por su parte, Encuentro programó distintas producciones que recuerdan, desde diferentes perspectivas, los acontecimientos ocurridos durante la última dictadura y las huellas que dejaron en la memoria de los argentinos. La continuidad comienza a las 18.30, con la proyección de El caso Melincué, el documental en el que se muestra el trabajo mediante el cual un grupo de alumnos secundarios logró recuperar la identidad y reconstruir la historia de Yves Domergue y Cristina Cialceta, dos militantes de los ’70 que se enamoraron y fueron secuestrados y asesinados por la dictadura. A las 20, la serie Historia de un país. Argentina siglo XX analiza mediante un vasto archivo fotográfico, ilustraciones y material audiovisual dos aspectos de los años de plomo, diferenciados en episodios de media hora: por un lado, el capítulo “Economía y represión”; por otro, “Del golpe a Malvinas”.
Luego, a las 21, el canal educativo-cultural emitirá un envío de la serie Padres de la Plaza, que profundiza en la paternidad de hombres cuyos hijos fueron secuestrados y desaparecidos. En Crónicas de archivo (a las 21.30), el documental histórico coproducido con la Universidad Nacional de Córdoba hará foco en la represión estatal y los centros clandestinos de detención, con material de archivo propio de la casa de altos estudios. La jornada de reflexión en Encuentro se cerrará a las 22 con ¿Quién soy yo?, documental que testimonia la desaparición de niños nacidos en cautiverio, a través de la palabra de algunos de los que fueron recuperados y restituidos a sus familias de origen por la incansable lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. Y para completar la programación, mañana a las 22, el canal emitirá los cuatro capítulos de Rodolfo Walsh. Reconstrucción de un hombre, a 35 años de la desaparición del periodista, escritor y militante.
Continuando con la pantalla chica, 360 TV (Canal 2504 de la TDA, Cablehogar, Telered, repetidoras del interior y www.360tvdigital.com) estrenará Aniversario del golpe, un especial desde la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), conducido por Sofía Caram y Néstor Espósito. En el marco del ciclo Documentales 360, el programa realizará un recorrido por el que fuera centro de detención, además de repasar y brindar información exclusiva de la marcha de los juicios actualmente activos. El programa se emitirá desde las 22.30, con repetición el martes a las 21.
Claro que la TV no será el único medio que ofrecerá contenidos relacionados con la trágica fecha. La radio también preparó los suyos. Un clásico de la radiofonía como Marca de radio, el ciclo de Eduardo Aliverti por La Red (AM 910), transmitirá de 10 a 13 desde el Centro Cultural Haroldo Conti, ubicado en la ex ESMA y rebautizada Museo de la Memoria. Con público presente, cuyas entradas gratuitas retiraron con anterioridad, el programa girará en torno de tres mesas, a razón de media hora cada una, tituladas “Responsabilidad civil en la dictadura”, “El golpe hoy en las escuelas” y “Cultura y dictadura”. Además de todo el equipo de Marca de radio, en el especial participarán Susana Rinaldi, Patricio Contreras y Ricardo Bartís, entre otros invitados para la ocasión.
Fiel a su sana costumbre de emitir especiales alusivos a cada uno de los feriados nacionales, la AM 750 planificó una larga jornada de reflexión sobre los años de plomo, desde diferentes aristas. El día comenzará a las 6 con dos horas “musicalizadas por el Pentágono”, repasando los hits que se escuchaban en Estados Unidos en 1976. De 15 a 18, en cambio, la musicalización pasará “a manos de las Fuerzas Armadas Argentinas”, con la transmisión de temas prohibidos por la dictadura, desde Los Olimareños y Mercedes Sosa hasta Peret, Katunga y los Wawancó. A las 20, dos programas especiales de Funes, el memorioso tomarán el aire de la 750. En la primera hora, “Centros clandestinos” contará cómo se planteó la política represiva, los campos de concentración y las desapariciones. Además, el envío contará con el relato de una sobreviviente: la artista plástica Andrea Fasani, creadora de la muestra 30 mil, nacida de recortar todos los días el recuerdo de cada desaparecido publicado por su familia en Página/12. En la segunda hora, Mundial 78 es una investigación que analiza –con audios históricos– la trama política del suceso deportivo, desde la idea de la Copa como botín de guerra hasta la interna de la dictadura y los casi 800 millones de dólares que demandó el campeonato, pasando por la represión y el rol de los activistas europeos por esclarecer lo que sucedía en Argentina.
Fuente:Pagina12
MÚSICA
Presente y futuro del tango
Año 5. Edición número 201. Domingo 25 de marzo de 2012
Por Sebastián Feijoo
sfeijoo@miradasalsur.com
Desafío. Cada noche, Decenas de músicos asumen el gran reto de no encerrarse en el pasado. / A cincCo voces.. Ignacio Varchausky, Acho Estol, Edgardo González, Federico Terranova y Sonia Possetti piensan el presente y destino de la música que aman. (NICOLÁS ANGUITA)
Un debate sobre la tensión entre el aluvión de nuevas propuestas y la falta de espacios para desarrollarlas.
Alguna vez Gustavo Beytelmann aseguró que el tango llegó a una etapa en la que ya no crecerá naturalmente: son tiempos de ponerse a pensarlo y actuar en consecuencia. La afirmación del gran pianista y compositor, miembro del octeto electrónico de Ástor Piazzolla, resulta inquietante y movilizadora. Se puede estar de acuerdo, coincidir parcialmente o refutarla. Pero propone un desafío que merece asumirse. El tango es una de las construcciones culturales más potentes, ricas y originales del siglo XX. En pleno 2012, cada vez más músicos se meten en el género, estudian, investigan, construyen, tocan, graban discos, se autogestionan: ponen piel y huesos en una escena que no ofrece grandes posibilidades de desarrollo. Lo primero es una gran noticia. Lo segundo, un escenario que necesita de políticas de Estado inteligentes, acompañamiento del sector privado y una presión más organizada desde la sociedad civil.
Resulta difícil imaginar otra era dorada como la del ’30 o el ’40. La Argentina no es la misma, las condiciones de producción son muy diferentes y el caudal de las industrias globales cuenta con una dimensión y peso infinitamente superiores. El tango creció y explotó a través de una construcción colectiva maravillosa, pero también gracias a una industria que desde sellos discográficos, cine, radios y canales de TV decidió sostenerlo. Más allá de que luego gran parte de esa industria decidiera –después de sacarle un enorme provecho– desplazarlo, negarlo y agraviarlo –la regrabación de masters debiera ser tipificado casi como un delito cultural–.
Nunca se va a dejar de tocar tango. Al menos no parece verosímil por un tiempo muy largo. El gran desafío es no encerrarse en el pasado, no consagrar el género a una expresión testimonial, sino que cada vez más voces lo interpelen y le den el recorrido de una lengua viva. Afortunadamente, día a día son más los músicos que se lanzan por ese camino, lo que falta son circuitos aceitados para difundirlos y permitirles un desarrollo atendible.
Reemplazar a un jugador tan influyente como la industria es casi imposible. Al menos con los mismos resultados. Pero la articulación de políticas de Estado efectivas –particularmente en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires– constituyen una necesidad imperativa. La música está. Desde agrupaciones numerosas como El Arranque –también responsables de un trabajo de investigación y recuperación valiosísimo, la Orquesta Típica Fernández Fierro, rupturistas y difusores de tango contemporáneo desde su centro cultural y su radio online– y Astillero; líderes de formaciones pequeñas con una gran audacia como Sonia Posetti, Diego Schissi y Ramiro Gallo; compositores solistas como el Tape Rubín; conjuntos de guitarras como Bardos Cadeneros y 34 Puñaladas; compositores militantes como La Chicana; cantantes de peso como Ariel Ardit, Lidia Borda, el Cardenal Domínguez y Hernán Lucero; históricos de orígenes y miradas tan diferentes como Leopoldo Federico, Rodolfo Mederos y el Tata Cedrón; y muchos, muchos más.
Ignacio Varchausky (El Arranque), Acho Estol (La Chicana), Edgardo González (34 puñaladas), Federico Terranova (Orquesta Típica Fernández Fierro) y Sonia Possetti (líder de su propio sexteto) hablaron con Miradas al Sur del presente y futuro de este pensamiento triste que se baila (Enrique Santos Discepolo).
–¿Qué espacio tienen hoy los músicos de tango para desarrollar sus propuestas?
Ignacio Varchausky: –Hay muy pocos lugares para desarrollar propuestas artísticas que no hagan foco en el perfil más comercial del género. Más allá de algunas iniciativas oficiales valiosas, los conjuntos y solistas de tango tocamos dentro de un circuito off, en muchos casos creado y/o gestionado por los propios artistas. Como sucede en otras disciplinas, hoy más que nunca es el tiempo de la autogestión, fenómeno que se multiplica en Buenos Aires como en ningún otro lugar del mundo. La cantidad y calidad de la producción cultural independiente local son poco menos que sorprendentes y dignas de estudio y análisis.
Acho Estol: –Poco, pero en crecimiento. Creo que hay una masa crítica, un punto sin retorno –del que no estamos demasiado lejos– en el que el tango puede volver a ser popular en serio en la Argentina. Especialmente en Buenos Aires estamos acostumbrados a ser –y seguimos siendo– rehenes culturales de Europa y Estados Unidos. Pero ahora yo veo una tendencia de resistencia estética que forma parte de lo que sería una verdadera revolución cultural: revalorar lo nuestro frente a propuestas mediocres que por venir del extranjero arrasan comercialmente. Hacen falta ciertas conquistas. Por ejemplo, que la televisión redescubra al tango y lo trate con respeto, algo que en los medios gráficos sucede hace rato.
Edgardo González: –Hay un circuito comercial acotado de salas entre las que se destacan el C.A.F.F., el Teatro Orlando Goñi, el Centro Cultural Torcuato Tasso y Café Vinilo, donde el tango ocupa buena parte de la programación y –en mayor o menor medida– están abiertas a propuestas contemporáneas. A ello se le suman pequeños espacios sostenidos en el tiempo pero menos formales como El Bar de Roberto, Sanata o el ciclo El tango vuelve al barrio en El faro de Villa Urquiza. También surgieron en los últimos años una serie de festivales como el de Almagro, el de La Boca, el Festival Independiente y el de Valentín Alsina. Es importante mencionar que la mayoría de estos espacios son gestionados por músicos y es allí donde menos condicionamientos económicos y artísticos existen.
Federico Terranova: –Hay desde espacios chicos para 50 personas hasta lugares para 300. Ese es el margen, con alguna excepción. Pueden ser under o bien caretas. Después están las tanguerías que no sirven para nada. En cuanto a medios de comunicación, no hay mucho y por eso www.radiocaff.com.ar es fundamental. Desde hace un tiempo algunas revistas también empezaron a hablar del tango contemporáneo.
Sonia Possetti: –Los espacios son los que los mismos músicos han generado. En ese sentido, el tango ha vuelto a ser marginal. Los teatros no le abren las puertas al género, mucho menos a las nuevas expresiones.
–¿Es más difícil construir una carrera tocando composiciones nuevas en lugar de clásicos?
I.V.: –Depende. Si el objetivo es convocar al público aficionado, vender entradas y algunos discos, diría que sí. Si la apuesta es construir prestigio y desarrollar el potencial laboral que genera ese prestigio, diría que no es necesariamente así.
A.E.: –Son carreras distintas. Cantar clásicos es lo de siempre, el tango hibernado, en suspensión animada. Componer es ver al tango como vehículo de expresión vigente, darle relevancia a lo que este momento nos propone. Creo que seguir creando es un homenaje al tango: darle el lugar de expresión social que alguna vez tuvo, confiar en el género como medio vivo. Como carrera puede ser más exigente al principio, pero a la larga da otras satisfacciones.
E.G.: –Nunca lo pensamos en términos de dificultad. Para nosotros fue una necesidad inexorable en cada momento. En nuestro caso, después de tres discos con gran mayoría de interpretaciones, publicamos Bombay Bs.As., un trabajo que acercó muchísimo público joven, fue muy reconocido por la prensa y por colegas, al punto de que varios interpretan nuestras composiciones. Si consideramos todo esto, parecería ser que nos fue más fácil construir la carrera con las composiciones propias. Pero sabemos que este presente no hubiese sido posible sin la etapa anterior.
F.T.: –Construir hoy una carrera sólo con tangos clásicos resulta imposible. Es completamente limitado. A lo sumo podás conseguir más trabajo al principio, pero si lo que querés es hacer una carrera artística tenés que sumarte a la movida de la composición contemporánea. Sino, sólo vas a hacer feliz a tu abuelo.
S.P.: –Siempre es más fácil recorrer un camino ya transitado. A propósito, de esto cuento una anécdota: hace unos cuantos años llevé un material a una compañía discográfica multinacional. Me atendió muy amablemente el director artístico y luego de escuchar la música que le había dejado unos días antes me dijo: “La música está bárbara, pero nosotros acá no inventamos nada, nos dedicamos a reproducir moldes”.
–¿Qué estímulos están faltando para que el tango tenga más desarrollo?
I.V.: –Falta plata, porque ideas y proyectos sobran, y además está probado que se pueden hacer cosas muy piolas con casi nada. Con más recursos estatales (¡o privados!) inteligentemente administrados se podrían lograr muchas cosas interesantes. El tema es no confundir estímulos reales con gestos puramente demagógicos. Pero es difícil lograr más apoyo cuando la mayoría de la gente no tiene una real dimensión de la importancia del tango y muchos sólo lo piensan como una suerte de commodity.
A.E.: –El gobierno de la Ciudad y su Secretaría de Cultura deberían ser los jugadores clave en el apoyo del Estado a una forma artística valiosísima –original y regional– que vive en jaque. Pero no la ven ni la entienden: el Festival de Tango es una vergüenza cada vez peor. Sólo les importa el negocio turístico.
E.G.: –Que puedan extenderse los circuitos a nivel nacional. Si bien no pretendemos nada imposible –nadie reclama la recreación de la época de oro–, sería interesante rescatar un rasgo cultural fundamental de ese momento que es el hecho de que el género –sin perder su epicentro urbano– se retroalimentó de muchos compositores e intérpretes de todo el país y accedió a esos públicos.
F.T.: –Lo que estaría bueno es que los bailarines se sumen a la movida. El tango es y será música, letra y danza. Hoy hay muchísima música nueva, muchísimos músicos, muchos temas con letras. O sea que esta movida está por ahora comandada por los músicos y los letristas. Falta que se sumen los bailarines. Que por otra parte son los más conservadores: siempre bailando lo mismo, siempre grabaciones viejas.
S.P.: –Si los músicos tuviéramos la posibilidad de mostrar nuestras obras de manera continua y en condiciones dignas, ayudaría muchísimo. Las grandes orquestas tenían la posibilidad de tocar y así crecer de una manera natural. La experiencia del vivo es irremplazable y eso también genera que el público se acostumbre a escuchar nuevas composiciones. El otro punto es el tango y el folklore sean prioridad como políticas culturales.
–¿El turismo da trabajo, pero puede ser una trampa?
I.V.: –Para el músico de tango, el turismo es a la vez premio y castigo. Premio porque permite poder trabajar y ganarse la vida. Castigo porque delimita con fuego el margen de acción artístico, al punto de ignorar y hasta despreciar cualquier expresión que se corra del modelo comercialmente probado. Si existiera alguna vocación de los dueños de las casas de tango por articular junto a los artistas –y por qué no también el Estado– una programación más abierta, menos superficial y estereotipada, podríamos hasta soñar con algo parecido a una segunda época de oro. Algo que hoy parece al menos improbable.
A.E.: –Creo que es más importante como aprendizaje o fogueo para los músicos que como fuente de ingresos. Pero si te quedás ahí, en la comodidad de un sueldo, morís.
E.G.: –Los lugares de shows orientados al turismo están absolutamente al margen de cualquier propuesta creativa. Hay músicos que participan en ambos espacios, en uno como fuente de ingresos y, en el otro, como espacio de desarrollo artístico.
–¿La recuperación del formato orquesta es uno de los hallazgos más valiosos de los últimos tiempos?
I.V.: –Sin duda. La orquesta típica es uno de los mayores aportes que el tango le ha dado a la música universal. La combinación tímbrica que resulta de la articulación del piano con las filas de cuerdas y bandoneones es bellísima y no existe en ningún otro género. Las posibilidades de orquestación de la típica son vastísimas y soportan las más variadas miradas estéticas. Haber recuperado la orquesta es un paso enorme hacia una mayor apreciación de lo mejor que ha producido el género.
A.E.: –El formato orquesta nunca dejó de existir –Pugliese, Salgán, Garello…–. Creo que la verdadera recuperación pasaría por lo económico. Una sustentabilidad e independencia que las orquestas hoy no tienen y que podría pasar por repartir mejor la carga de trabajo y plata que trae el turismo –ofreciéndole de paso al turista una gama más amplia y representativa que la postal fosilizada que se ve en las grandes casas de tango–.
F.T.: –Orquestas siempre hubo. La diferencia la hacen orquestas como la nuestra que hace su repertorio. Formar una orquesta hoy sólo para tocar clásicos es casi un curro.
S.P.: –Es algo importante, sobre todo porque hay muchas orquestas con una organización de cooperativa.
–¿La influencia de Piazzolla ya no es tan potente?
I.V.: –Su influencia sigue siendo muy fuerte, incluso abrumadora. La diferencia es que hoy ya no es una influencia hegemónica como lo fue para los músicos en los ’70 y ’80.
A.E.: –Pasó de ser casi la única referencia obligada de varias generaciones a ser una influencia más en el variadísimo corpus del género.
E.G.: –La influencia de Piazzolla va más allá de la cuestión musical, aspecto en el que fue y sigue siendo determinante. Tiene que ver también con la inserción del género a nivel internacional.
F.T.: –Lo es en algunos casos y en otros no.
S.P.: –Piazzolla es potente y siempre lo será. Pero al contrario de las generaciones próximas a él –que quedaron paralizadas con su grandeza–, los que venimos después tomamos su empuje y la convicción de que el tango también tiene que evolucionar.
–¿Qué lugar imaginan que podría tener el tango en el siglo XXI?
I.V.: –Además de ser una forma de arte extraordinaria que hace felices a muchos y una de las mejores cosas para compartir con el mundo, el tango es el gran as en la manga para entender nuestra profunda e irreconciliable crisis de identidad.
A.E.: –El de la versión local de la revolución de los folklores, algo que se atisba en todo el mundo frente a la decadencia de las fusiones globalizadas como el pop.
E.G.: –Es difícil imaginar hasta dónde puede llegar teniendo en cuenta las limitaciones de la autogestión, la indefinición aún de políticas oficiales a largo plazo y la crisis de la industria de la música a partir de las nuevas formas de circulación. Por lo pronto, tenemos la certeza de que el género está vivo como hecho social y cultural a partir de una genuina construcción de base que lleva más de una década.
F.T.: –No creo que sea lo popular que fue en el ’40. Pero en estos diez primeros años del siglo creció tanto y tan rápido que puede llegar lejos. O desaparecer en un minuto. Hay que aprovechar ahora y vivirlo.
S.P.: –Me gustaría que el tango nos represente desde un presente vivo. Lo que veo es que institucionalmente el género no interesa para nada.
Fuente:MiradasalSur
El gran drama
Año 5. Edición número 201. Domingo 25 de marzo de 2012
Por Leopoldo Federico. Bandoneonista y director de orquesta
Opinión.
En los últimos años veo una aparición constante de músicos. Bandoneonistas, pianistas, violinistas y contrabajistas: no falta nada. Muchos de ellos estudian y tocan fenómeno. Alguno son investigadores decididos: trato de apoyarlos porque me hacen sentir bien. Trabajan para no perder una raíz. Otros, siendo muy buenos músicos y ejecutantes, no les interesa tanto la historia y se embarcan hacia algo diferente.
Lo que me preocupa es que no hay relación entre la calidad que tienen todos esos músicos, el amor por el género y los espacios laborales. Cada vez hay más orquestas que se juntan por pasión, pero se hace casi imposible que a la larga vivan de esto. Hace falta más difusión y lugares para tocar. El Festival de Tango de Buenos Aires es muy poco. Sus cachets son muy bajos y se tarda seis meses para cobrarlos.
Afortunadamente, yo viví épocas del tango donde no se paraba de trabajar. Tocábamos todos los días, nos recibían en los clubes, en los boliches, en la radio, en el televisión. No creo que esos años dorados vuelvan. El gran drama y el dolor que siento por dentro es que la falta de trabajo va a hacer que muchos talentos se queden en el camino. Eso me desvela. Pero sé que su pasión es muy grande y aspiro a que haya lugar para todos. Por ellos y por el tango.
Fuente:MiradasalSur
CINE
Por un cine con memoria
Año 5. Edición número 201. Domingo 25 de marzo de 2012
Por Jimena Arnolfi
1. Un lugar más pequeño (Tatiana Huezo, 2011)/2. Príncipe azteca (A. Fernández, 2011)/ 3. Juan y Eva (Paula De Luque, 2011) /4. Salida de emergencia (Mathieu Orcel y Agustín Muñiz, 2011)/5. Pink gang (Enrico Bisi, 2010)
El 2º Festival Internacional de Cine Político comenzó el 22 y se desarrollará hasta el miércoles 28 de marzo. Esta edición está dedicada al treinta aniversario de la Guerra de Malvinas y tiene una impronta latinoamericanista. En total, se proyectarán 147 películas de más de 50 países con fuerte presencia del cine nacional.
La segunda edición del Festival Internacional de Cine Político (FICiP) está dedicada al treinta aniversario de la Guerra de Malvinas, por la recuperación de las islas usurpadas hace 179 años. El encuentro cinematográfico cuenta con 147 películas de más de 50 países, entre cortos, medios y largometrajes de ficción y documental de distintos países con fuerte presencia del cine nacional. El contenido de esta edición está enmarcado en la coyuntura política argentina, pero sobre todo, latinoamericana.
Además de la Sección Competitiva Internacional, donde concursarán films dedicados a la vida política, habrá una competencia argentina de largometrajes y varias muestras paralelas, como Panorama Latino –con nueve títulos que abarcan problemáticas de la región–, Cine Debate, Directores En Foco (en el que se realizará un homenaje al peruano Federico García), Cine Sobre África y un apartado llamado Especial Malvinas, 30 años.
“El festival quiere poner al alcance del público un material que rara vez está compilado en su conjunto para fomentar el debate, la discusión de la vida política nacional e internacional desde el cine”, comparte Osvaldo Cascella, miembro de la comisión organizadora de la muestra apadrinada por Leonardo Favio que cuenta con el auspicio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), entre otras instituciones. “Hoy, el debate político ha renacido en Argentina y temas como la ley de medios audiovisuales, el fin de los monopolios, la distribución de la riqueza y los derechos humanos han cobrado protagonismo en el pueblo. Como no se veía desde hace 25 años, los jóvenes defienden su derecho a hablar de política”, manifiestan desde la organización.
Entre el 26 y el 28 se realizará un seminario sobre aspectos económicos, formales y fiscales de la producción cinematográfica a cargo de técnicos de la Secretaría de Industria de la Nación. En el Centro Cultural de la Cooperación, una de las sedes, se llevará a cabo la muestra de cine africano y otra de animaciones políticas del Festival de cine francés de Anency. En el Bauen se desarrollarán las secciones paralelas, los debates y las conferencias, en ArteCinema la competencia de series argentinas y en el Cine Gaumont las competencias Internacional y Argentina.
Las competencias cuentan con un jurado compuesto por las actrices Rita Cortese y Vera Fogwill; los cineastas argentinos Miguel Mato y Emilio Cartoy Díaz, la costarricense Isthar Yasin Gutiérrez y el brasileño Eric Rocha, el productor Osvaldo Papaleo, el periodista Rómulo Berrutti y los directores de festivales Axel Montsu (de Cortos de Oberá) y Mario Berger (del Africano de Tarifa, España).
Argentinas que compiten. En la conferencia de presentación, el Secretario de Industria de la Nación, Eduardo Bianchi, manifestó que “las industrias culturales tuvieron una activa participación, con un crecimiento cercano al 15% anual. La industria cultural involucra a sectores como el audiovisual, editorial, animación, videojuegos, artes escénicas, música y artes plásticas, entre otros. En conjunto, representan el 3,5% del Producto Bruto Interno. Esta transformación y configuración de la industria cultural es lo que ha motivado a que se realice en la Argentina la Segunda Edición del Festival Internacional de Cine Político”.
La Sección Oficial de Largometrajes incluirá dos películas argentinas. Juan y Eva (Dir. Paula de Luque, 2011) con Osmar Núñez y Julieta Díaz, que toma el período que va de enero de 1944 hasta el 17 de octubre de 1945 cuando los obreros patearon las calles de Buenos Aires para pedir por la liberación de Perón. En esos años, Juan Domingo Perón y Eva se enamoran y se forjan las bases del peronismo.
La otra película argentina que está en competencia es Verdades verdaderas (Dir. Nicolás Gil Lavedra, 2011), con Susú Pecoraro que interpreta a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, desde la desaparición de su hija hasta hoy.
Las justicieras y el lugar más pequeño. El repaso será antojadizo. Pink Gang (Enrico Bisi, 2010) es la historia de un grupo de mujeres justicieras de la India. La protagonista se llama Sampat Pal Devi, una mujer brava, en el mejor sentido de la palabra. Sampat es la jefa del gang de las saris rosas, un grupo de millares de mujeres hindúes que van al frente y luchan en busca de justicia, cueste lo que cueste. En uno de los países más patriarcales que existen, estas mujeres se niegan a ser silenciadas y exigen que se respeten sus derechos. Esta rebelión no surgió de las mujeres educadamente urbanas del lugar sino de las llamadas “campesinas iletradas” de las castas inferiores. El documental revela cómo, en dos años, las justicieras consiguieron encarcelar a los maridos violentos, lograron que las mujeres presas sean alimentadas (¡!) y hackearon la corrupción policial.
El lugar más pequeño (Tatiana Huezo, 2011) cuenta la historia de Cinquera, uno de los pueblos salvadoreños que sufrió la guerra civil de El Salvador, una guerra que duró 12 años –entre 1979 y 1992– y dejó un saldo de 180 mil muertos y miles de personas desaparecidas. Muchos de los pueblos fueron arrasados por el ejército y en los peores casos, hasta dejaron de existir en los mapas oficiales. Tatiana Huezo, oriunda del lugar, documenta en su ópera prima cómo el pueblo se levantó de esas ruinas gracias al amor por su tierra de los lugareños sobrevivientes . “De eso se trataba, de sobrevivir o morir”, dice uno de los testimonios recogidos en el film. Una película poética, con imágenes bellísimas y testimonios desgarradores. Suena el runrún de esa frase que dice que a la vida le basta el espacio de una grieta para poder renacer.
Tire dié guitas. En el festival también se proyectará Salida de emergencia (Mathieu Orcel y Agustín Muñiz, 2011), una serie documental en capítulos, que indaga sobre temas como la identidad y la diversidad sexual en la Argentina, en un contexto en donde las leyes acompañan un cambio social. La serie fue realizada tras haber ganado el Premio a las Series Documentales en el concurso realizado por el Incaa para la TV Digital Abierta.
Príncipe Azteca (A. Fernández, 2011) es un documental que relata la situación de los protagonistas de la masacre de Acteal en 1997, la muerte de 45 indígenas, desnudando así el sistema judicial de México. La masacre es resultado de una incursión paramilitar en la zona zapatista de Chiapas al sureste de México cuando miembros del grupo Máscara Roja atacaron a indígenas que se encontraban orando en una iglesia.
“Un país sin memoria, un cine sin memoria, es un país sin futuro, un cine sin futuro. Sumo mi apoyo a esta necesaria patriada”, son las palabras que acercó el maestro Fernando Birri, cineasta santafesino, conocido como el padre del llamado Nuevo Cine Latinoamericano. Cabe destacar que habrá una muestra especial de cuatro obras de Birri, entre las que sobresale Tire dié (1959), el primer documental sociopolítico de la Argentina o, como el mismo Birri la denomina, “la primera encuesta social filmada”. El film pinta los números y estadísticas del poderío económico, industrial y demográfico de su ciudad en los años ’50. La expresión “Tire dié” hace alusión a la jerga de los pobladores de Santa Fe de aquel tiempo, sobre todo de los gurrumines de la calle que intimaban a los pasajeros de los trenes que cruzaban el puente que sale de la capital santafesina para cruzar el río Salado para que les tiraran unas monedas de limosna al son de “tire dié guitas”.
Las sedes de esta edición serán las salas Espacio Incaa Km 0 Gaumont (Av. Rivadavia 1635), el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (Av. Corrientes 1543), el Auditorio Hotel Bauen (Callao 360), el Espacio Incaa Km 3 Arte Cinema (Salta 1620), y el Auditorio de la Biblioteca
del Congreso de la Nación (Alsina 1635).
Las entradas son gratuitas y se retiran en las mismas sedes antes del comienzo de cada proyección.
Se puede consultar la programación completa, sedes y horarios de proyección en www.ficip.com.ar
Fuente::MiradasalSur
TESTIMONIO
Viernes, 23 de marzo de 2012
Intimas escenas del horror
Se conocieron y se enamoraron en los años de la militancia en el FLH, corrieron peligro de muerte en la dictadura y vivieron en el exilio que nunca cesa. Héctor Anabitarte y Ricardo Lorenzo, casados y residentes en España, recuerdan a 36 años del golpe algunos datos, escenas, nombres de los años en que la muerte, la persecución y el constante castigo eran la ley.
Por Alejandro Modarelli
Hay que ver a Héctor Anabitarte y Ricardo Lorenzo pasearse entre los tesoros de su propio pasado con la actitud de un heredero; de ahí ellos sacan para nosotros unas monedas de oro, relatos que acreditan que no hay acontecimiento pequeño ni privado que no pueda ser rescatado para la gran historia colectiva. Sé que el tono de esta frase tiene pretensión benjaminiana –difícil evitar cuánto se hablará acá de memoria, de ruinas y de salvación–, pero lo cierto es que se ajustan también a mi pasión por esos dos ex novios del célebre Frente de Liberación Homosexual argentino (FLH), magníficos narradores que ahora, unidos en la gracia patrimonial del casamiento (hay que saber administrar el futuro cuando ya se tiene demasiado pasado), me escriben desde su casa de Aranjuez sobre la experiencia de la dictadura. Sobre todo de ese momento iniciático en que, convencidos del riesgo de desaparecer, huyeron el 16 de enero de 1977 a España en un barco de nombre farolero, el Guglielmo Marconi. Se acuerdan, por ejemplo, de que en la escala en Montevideo subieron unos emigrantes uruguayos que, apenas el barco abandonó el puerto, lo adornaron con una pancarta enorme que invitaba al presidente Bordaberry a meterse el Uruguay en el culo. Dos patrullas interceptaron el barco, lo detuvieron una hora, pero no consiguieron que el capitán dejara subir a los milicos. Por suerte, la tripulación del Marconi no quiso cargar con muertos sobre su conciencia y no los entregaron. Exigieron enrollar la pancarta, y a otra cosa.
Escape en noche de niebla
Si no los dos, al menos Anabitarte pudo haber terminado como espectro en la ESMA. Porque además de co-fundador del FLH había sido hasta hacía muy poco sindicalista de Correos, miembro de la juventud comunista y detenido varias veces. Por eso se me ocurre que podría haber llamado a este artículo Noche y niebla, por la película de Alain Resnais sobre el Holocausto. Pero como sustraerse al verdugo puede ser una acción tan amorosa como un nuevo nacimiento, mejor entonces referirse al esplendor de su huida en el Expreso Marconi antes que a la oscuridad de un infierno que por suerte se evitó: “Era necesario escapar sin dar aviso a nadie, ni familia, ni amigos, a ver si me detenían en el puerto. Venía mudándome de casa, la última vez a un conventillo de San Telmo. Cuando hacíamos los preparativos, sentí una cierta tranquilidad. No es tan complicado dejarlo todo cuando no hay otra alternativa. Los preparativos, claro, provocan un riesgo (¿un poco más?). Pero hay que moverse como si no pasara nada. Se marcha a lo desconocido, pero no puede ser peor. Esa última etapa puede llegar a ser apacible, no hay lugar para las dudas, y se juega con la posibilidad de volver, y después uno se va enterando de que en cierta manera no se vuelve nunca, el espacio y el tiempo serán relativos, pero definitivos. Han pasado ya 35 años y sigo diciendo que soy un argentino que vive en España. Cuando camino por la calle Corrientes, tantos años después, los recuerdos son confusos; tampoco soy un visitante, ni un turista y tampoco soy de ahí”.
Anabitarte, que es testarudo, se negó a hacerle caso a su madre cuando en 1975 le escribió a Bolonia para avisarle que no volviera al país porque la Triple A estaba asesinando disidentes de todo tipo, y quien dice que quizá tuviera también en la mira a su hijo rojo y maricón (la revista El Caudillo, de López Rega, convocaba entre otras cosas a asesinar homosexuales y se ensañaba con los que eran activistas). Regresó pues a Buenos Aires todavía contento por haber conocido a un chileno huido que lo había vinculado con el mundo gay italiano y con el feminismo: “Italia, antes de Berlusconi, era vanguardia en cuanto a renovar la izquierda”, me escribe, y la cita sirve para recordar los esfuerzos del FLH en esos tiempos por entenderse con el movimiento revolucionario argentino, que era tan homófobo y machista como en Cuba y hasta consiguió que el plástico Gumier Maier se sintiese liberado para vivir el sexo recién cuando dejó de militar en el PRT. Gay clandestino, había caído en desgracia ante el comisariato ideológico por su insignificante, anónima simpatía por la viuda de Mao, Chan-Ching. O sea que la viuda china líder de la Banda de los Cuatro salvó por azar a un muchacho sudamericano del miedo a ejercer de puto.
A Héctor Anabitarte, vaya a saberse por qué, le pareció razonable salir del closet por escrito en la Federación Juvenil Comunista. Los líderes lo apreciaban, era valiente y masculino, pero había que alejarlo de los camaradas jóvenes: lo mandan entonces a tratarse con un psiquiatra reflexólogo y de paso lo promueven a una comisión para dialogar con los católicos posconciliares: quien sabe si el olor de las hostias y lo mullido del diván terapéutico no conseguirían reformar una sexualidad antiestalinista. No es por herir la sensibilidad de los Putos Peronistas, justo cuando Néstor y Cristina se jugaron por lo del matrimonio igualitario, pero tengo que contar que a los dirigentes del FLH, entre ellos Anabitarte y Lorenzo, los camporistas les propusieron en 1973 crear campos de reeducación para homosexuales. Semejante forma de incluirnos en el mapa social era, además de un gesto de caridad temible, una forma de superar en ética a la derecha, que nos quería muertos. Incluso desde el progresismo no podían pensar que desear la propia homosexualidad –asumirse– fuese un remedio contra el sufrimiento de la discriminación, del mismo modo que un heroinómano no se cura con opio.
Antes incluso de las audacias libertarias del Mayo Francés y el auge del movimiento californiano, Anabitarte y otros gays sindicalistas de Correos (abundaban las locas entre cartas y encomiendas, vaya a saberse por qué) se reunían ya en 1967 en la garita de un paso a nivel de Gerli para programar acciones contra los edictos policiales, como pedir mediante carta a los políticos la libertad de los presos homosexuales. Entre el paso de los trenes nacieron algunos romances, pero también los primeros manifiestos de gays argentinos con orgullo. Había que tener coraje para desmarcarse así de la clandestinidad: el grupo se llamó Nuestro Mundo –mucho después se enteraron de que compartían el nombre con una publicación de Trotsky– y en 1971 confluyeron con intelectuales en el Frente de Liberación Homosexual. Ese encuentro de dos constelaciones sociales en el barrio de Once debió haber sido pura proteína para un espíritu atento a los registros del habla, como era Manuel Puig, que donó dinero, pero no su tiempo a la causa, y habrá inquietado al escritor del grupo literario Sur, Pepe Bianco, convencido de que toda Sodoma debe ser vivida en la intimidad –el activismo le sonaba a locura adolescente y que ni se fuese a enterar Victoria Ocampo–, pero no dudó sin embargo en prestar su casa para las reuniones.
Después se sumaron las feministas de UFA con Sarita Torres y los universitarios de Eros con Néstor Perlongher, rebautizado La Rosa (por la Luxemburgo, aunque los que no lo querían –muchos– le decían Rosita la Soltera). Los intelectuales de fuste fueron cediendo las ganas y el espacio en beneficio de los entrenados en las lecturas anarquistas, que por supuesto hacían más ruido, y La Rosa impuso en los debates el color de los movimientos insurreccionales. “La Rosa era un producto de las vanguardias. Yo siempre fui más pragmático, nuestro análisis de la realidad era distinto. Además estaba su estilo, eso de que ‘se hace lo que yo digo y basta’.” Anabitarte reconoce en Perlongher al gran poeta de Cadáveres, pero no tanto al activista revulsivo, que termina sus días en San Pablo, adonde se refugió en 1981, cansado de la represión policial en la dictadura argentina (había llegado a caer preso por la trampa que le tendió un chonguito) y más dedicado a la carrera literaria y las peregrinaciones místicas que a la acción política directa.
Me voy, patria sin flores, antes de que me marchites
El día del golpe de marzo de 1976, desde el balcón de un tercer piso en la Avenida de Mayo donde estaba viviendo por un tiempo prudente –era de noche y cree que llovía–, Anabitarte vio pasar por la mitad de la avenida a un grupo mínimo de peronistas vivando con parsimonia a Isabel, como dobles o extras mal pagos: “Me impresionó la poca reacción. También hay que tener en cuenta que en esos momentos tanto el PST, el PC y no me acuerdo si otro partido de izquierda, consideraban que el golpe ponía fin al terror de las Tres A y que se abría la posibilidad de una nueva etapa para hacer política de resistencia”. La sorpresa, entonces, la ofrecía ese grupete en defensa de lo que ya se había anticipado como muerto, y no un golpe de Estado (otro más) que venía siendo notificado off de record a la sociedad durante toda esa semana hasta por las enfermeras a los pacientes en los sanatorios.
Un año antes, el FLH ya había tomado nota de las amenazas proferidas en la revista El Caudillo –ser puto activista es casi ser un subversivo armado– y pasó entonces a la clandestinidad, que tiene también sus momentos cómicos. Más, me imagino, cuando la sangre todavía no llega al río y los chicos más cultos y también comprometidos con la izquierda van eligiendo noms de guerre (si Rosa era el de Perlongher, Rodolfo sería el de Anabitarte, no le pregunté por qué) o evocan la obra más popular de Baudelaire para decir en qué barrio será la reunión, si la idea es juntarse en Flores (del Mal). Otros compañeros no cejarán incluso en otros activismos igual de riesgosos, como Hugo, para quien el yiro era una vocación por la que si es necesario uno se hace mártir, y que ni medirá consecuencias a la hora de la tetera, así fuese después del cataclismo del 24 de marzo, y ése será su grito de independencia minoritario, marginal pero perenne, contra la opresión de Videla.
Muchos nombres queridos para Héctor Anabitarte y Ricardo Lorenzo se dejaron de mencionar en voz alta, como el de Adelaida Gigli, ex mujer de David Viñas y madre de dos chicos que habían ya desaparecido, personaje exquisito de la bohemia y la intelectualidad de la época, ella, que había participado del grupo sartreano Contorno y molestaba por su autonomía ideológica y su graciosa extravagancia incluso a la izquierda revolucionaria a la que pertenecía, que a veces la citaba en esquinas equivocadas para darle instrucciones frustradas a priori, quizá con la esperanza de que abandonase toda resistencia (contra la derecha, pero también contra algunas manías de los revolucionarios). Adelaida murió hace poco en Renati, Italia, padecía Alzheimer y Anabitarte se ocupó de donar en tinta sus recuerdos, tan unidos a los propios, en esa especie de biografías cruzadas que es Nadie olvida nada.
Las premuras que sobrevienen con la caída merecen una síntesis: en la pieza en común de la pareja Anabitarte-Lorenzo en San Telmo se esconderá lo más estimado de la biblioteca de David Viñas, que se expatría junto con su mujer Beba Eguía. Bajo una montaña de aserrín, en el fondo del conventillo donde funcionaba una carpintería, se deja hundido el único revólver protector, y cuando cae la dictadura descubren que seguía en el mismo lugar. La madre de Ricardo Lorenzo, urgida por uno de esos operativos tenaza de las fuerzas de seguridad en su barrio, disuelve en lavandina papeles del hijo, documentos imprudentes bajo su custodia y entre ellos, ay, una carta de Simone de Beauvoir a las feministas argentinas, todo un tesoro para la compañera del FLH, Sarita Torres, en cuya casa una noche Ricardo había conocido a Héctor: “El venía de Lomas de Zamora, Lanús u otro extrarradio, y se puso a contar que había estado en la casa-quiosco de una loca de esas que ya no existen y que era algo así como la asesora de estética de su barrio. Cuando las vecinas iban a comprar sus esmaltes de uña y preguntaban qué color les recomendaba, ella se limitaba a asomar sus diez dedos que se volvían de golpe probadores: ‘Elegí vos’. Esa anécdota bastó para mí. Antes de irse le pedí a Héctor el teléfono de la agencia periodística DAN, donde trabajaba, y al día siguiente lo llamé. Fuimos a una pizzería de Corrientes, creo que Banchero, y recuerdo que nuestras rodillas se tocaban bajo la mesa. Me traía de regalo un sobre con un montón de fotocopias con poemas de Alejandra Pizarnik y al salir de la pizzería, sin mediar palabras, nos fuimos a la habitación mínima que tenía alquilada en un conventillo de San Telmo. A la mañana siguiente, Héctor se fue a trabajar y yo me quedé durmiendo. Antes de irse me mostró una lata llena de billetes. Me dijo: ‘Por si alguna vez no vuelvo, quiero que sepas dónde está el dinero’”.
¿Todavía será amor, o es la magia de la distancia?
De haber sido necesario, Ricardo Lorenzo lo hubiese escondido en el camarote del Guglielmo Marconi como polizón, aprovechando el jaleo de las ceremonias de despedida en el puerto, una imagen ahora sólo reservada para el cine. Pero a Héctor finalmente le entregaron el pasaporte después de que se lo hubiesen negado semana tras semana, y entonces salieron disparados hacia el barco, quién sabe si no los detenían antes de la partida. Llevaban 300 dólares para los gastos del destierro. Ricardo, que era abogado y sobreactuaba la formalidad para infundir respeto a los que siempre lo faltan, había vendido su Fiat 600 y fue creativo a la hora de imaginar unos negocitos de poca monta, pero que en esas circunstancias cotizaban como golpe a un banco.
Después del incidente de los uruguayos, el terror los seguía como las estrellas en el Marconi, y se enteraron por los diarios de que la ultraderecha española andaba asesinando para frustrar el proceso de apertura democrática. Pero lo cierto es que cuando llegaron al buen puerto de Barcelona no había espías del fascismo esperándolos con orden de captura sino la Beba Eguía y Ana Jáuregui, viuda del famoso ex secretario general del Sindicato de Prensa, mártir en los días del Cordobazo. Fue por esas mujeres que pudieron sortear el clásico de la vieja izquierda homofóbica argentina.
“Ni bien llegamos –dice Ricardo–, empezamos a publicar en los medios más prestigiosos de entonces (Triunfo, Informaciones, El Viejo Topo) y, entonces, los machistas decidieron con toda la hipocresía del mundo cambiar de posición y hacerse los tolerantes. La primera acción en la que participamos activamente fue al cumplirse un año del golpe, el 24 de marzo de 1977. Aquel día, la Selección Argentina de fútbol jugaba un partido en Madrid y aprovechamos para montar una protesta en la cancha del Bernabeu. Lo hicimos con la complicidad de españoles que trabajaban en Televisión Española. Pudimos hacer televisar una enorme pancarta que habíamos conseguido ubicar estratégicamente tras el arco de la Selección Argentina. Decía algo así como “VIDELA ASESINO DEL PUEBLO ARGENTINO”. La pancarta salió en todos los telediarios del mundo y desató las iras de los milicos. Desde entonces en la embajada argentina se pusieron en pie de guerra contra los exiliados y los sometían a todo tipo de humillaciones cuando tenían, por ejemplo, que renovar el pasaporte. En ese entonces el rey de España anunció que visitaría la Argentina y Héctor y yo publicamos una carta abierta en Triunfo en la que le decíamos al monarca que se preocupara por la suerte de los argentinos y españoles desaparecidos. Aquella tribuna tuvo una repercusión muy grande y fue lo que determinó que tuviéramos que pedir refugio político.”
Desde que llegó a España, Héctor Anabitarte jamás se separó de un cuaderno de hojas cuadriculadas. Todo lo pone ahí por escrito. “Escribe miles y miles de palabras y no siempre son las mismas. En su cabeza están presentes coordinadamente las Madres de Plaza de Mayo, los radicales italianos, los obreros polacos, las travestis masacradas en Buenos Aires, Amnistía Internacional... un poco de todo. Es su vida, el alimento de su hambrienta angustia”, anota en Estrechamente vigilados por la locura (1982). Bitácora de un navegante que no se asusta, hilo de Ariadna, según define Ricardo, el esposo. En fin, mi deber de cronista busca ahora un cierre significativo. Desde Aranjuez me acercan una imagen precisa de aquellos tiempos, que resume el dolor del exiliado: la actriz María Vaner llorando en la esquina del consulado argentino en Madrid porque los funcionarios se negaban a sellarle un documento del hijo, que era también hijo de Leonardo Favio. Y penando por un trabajo en teatro que llegó después de mucho, de la mano del vanguardista Carlos Borsani. Una señora de Barrio Norte, desde una butaca de la sala, le grita a Vaner: “Para hacer pornografía te hubieras quedado en la Argentina”.
Fuente:Pagina12
POESÍA
Quisiera que me recuerden
Quisiera que me recuerden sin llorar ni lamentarme
quisiera que me recuerden por haber hecho caminos
por haber marcado un rumbo
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados
porque interpreté sus ansias
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices la seguridad de los justos
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores con comprensión por mis debilidades
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido, que será el más duro castigo por no cumplir mi deber de hombre.
JOAQUÍN ENRIQUE ARETA
Desaparecido el 29/6/78
Joaquín tenía 23 años. Era correntino. Estaba en pareja con Adela Segarra y tenían un hijo, Jorge. Era obrero y poeta. Además era un jefe montonero. Militó en la Ciudad de La Plata, entre otras organizaciones, en la Unión de Estudiantes Secundarios.
Fue secuestrado en la zona del Batallón de Arsenales 101 de Villa Martelli. No tenemos testimonio de su paso por un C.C.D. - pero un provinciano con el apodo "Néstor" de apellido Areta, fue visto en la ESMA en junio de 1978. Néstor era rubio, de ojos celestes, robustos y de estatura mediana. Si alguien puede comprobar o negar que Joaquín era Nestor, por favor escríbannos.
Su poema "Quisiera que me recuerden" fue elegido para un libro de escritos de desaparecidos y leído por el Presidente Néstor Kirchner.
Aclaración:Las fotos que ilustran las notas que no son de origen son bajadas de la Web.

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