jueves 1 de marzo de 2012
En un año, aumentan 15 por ciento embarazos en adolescentes en Tamaulipas
Por Chantal Martínez Díaz (CIMAC)
Mientras el gobierno del estado de Tamaulipas presume que a las adolescentes de la entidad “las protege de las adicciones, los embarazos no planeados y las infecciones de transmisión sexual (ITS)”, en tan sólo un año la cifra de embarazos en adolescentes aumentó 15 por ciento, a partir de datos oficiales.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2010 más de 14 mil tamaulipecas menores de 17 años estaban embarazadas. Para 2011 el número se disparó a más 16 mil adolescentes, es decir un incremento de más de dos mil embarazos en tan sólo un año, de acuerdo con el Primer Informe de Gobierno del mandatario estatal, Egidio Torre Cantú.
Uno de cada cuatro embarazos registrados el año pasado corresponde a adolescentes de 12 a 17 años de edad.
De los 16 mil embarazos en adolescentes, 8 mil 256 menores de 20 años ya parieron, es decir poco más de la mitad, y de ellas, cerca de 5 mil 600 (73.1 por ciento) recibieron protección anticonceptiva posterior a su parto.
El propio Egidio Torre reconoció que está en riesgo la permanencia en la escuela de las adolescentes embarazadas, y dijo que la prevención de los embarazos entre esa población se centra en la “impartición de talleres y orientaciones”.
Igualmente, en 2011 se detectaron y trataron mil 756 casos nuevos de ITS en mujeres adolescentes.
Estampa de la marginación
A tan sólo 40 minutos de esta capital estatal se encuentra el municipio rural de Jaumave, caracterizado por la pobreza y la falta de oportunidades para su población, en particular para las mujeres.
El ejido Matías García, en el mismo municipio, no rebasa los mil habitantes. Ahí las mujeres, sobre todo las adolescentes, están sometidas de manera cotidiana a las decisiones de los varones.
En ese lugar preguntar sobre métodos anticonceptivos es prácticamente inconcebible para las mujeres, toda vez que los hombres de la comunidad consideran que ellas “son monógamas y fieles”.
Berenice, “Bere” -como le gusta que le digan- es una de las madres adolescentes que forman parte de las estadísticas y que son producto de las ineficaces políticas públicas en salud sexual y reproductiva.
Recién cumplió 16 años y trae en brazos a su hijo Brayan, de apenas un año, y detrás la sigue Verónica, su otra hija, de cuatro. Lleva cinco años viviendo en unión libre con Eusebio, quien es mayor que ella por 16 años.
“Bere” asegura que detrás de su vida “no hay tragedia”, que ella alcanzó a estudiar el primero de secundaria antes de irse a vivir con su actual pareja, quien se dedica al campo para mantener a su familia.
La joven narra que a los 12 años quedó embarazada. Aclara que en ningún momento Eusebio la obligó a tener relaciones sexuales, aunque también reconoce que no tuvo acceso a métodos anticonceptivos. Recuerda que lo único que le enseñaron a ella en la primaria y en la secundaria fue que la abstinencia era “la mejor forma de no embarazarse”.
“Bere” dice que ahora utiliza el dispositivo intrauterino de cobre (DIU), y que los médicos le recomendaron ir a revisión cada año para evitar otro embarazo.
La adolescente señala que no tiene planes de volver a embarazarse, y que mejor preferiría concluir la secundaria abierta para que “cuando crezcan mis hijos y vayan a la escuela, yo les pueda ayudar a hacer sus tareas”.
Fuente:Argenpress
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