15 de abril de 2012

el doble discurso del vicepresidente de la comisión de finanzas de la cámara baja.

14.04.2012
el doble discurso del vicepresidente de la comisión de finanzas de la cámara baja
Los oscuros negocios de Prat-Gay con el millonario patrimonio de Amalita
El diputado derivó hacia paraísos fiscales U$S 1025 millones obtenidos de la venta de Loma Negra. Ahora fue designado como administrador de la herencia que dejó la Dama de Cemento, calculada en U$S 1000 millones.
Por: Leandro Renou y Ignacio Chausis
La imagen fue elocuente, pero los medios de comunicación y todo el arco político omitieron hacer un análisis de semejante postal. El 19 de febrero, unas horas después del fallecimiento de la multimillonaria Amalia Lacroze de Fortabat, Alfonso Prat Gay, diputado nacional por la Coalición Cívica y cerebro económico de esa fuerza política, fue una de las diez personas del círculo íntimo de la Dama del Cemento que cargó el féretro en el cementerio de la Recoleta. Visiblemente acongojado, el vicepresidente de la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados ya sabía que tendría una ardua tarea que llevar adelante. Los herederos lo designaron como “Family Office”, el mismo término que sus ex compañeros del banco de inversiones y especulación JP Morgan utilizan para denominar a los gestores de fortunas privadas. Concretamente, administrará un patrimonio que supera con creces los U$S 1000 millones, y que la revista Forbes cifró en U$S 1600 millones, en un rol que debería considerarse incompatible con su tarea de legislador nacional elegido por el voto popular.

De todas maneras, el vínculo entre Prat-Gay y la familia Fortabat viene de larga data: en 2005, cuando se vendió la cementera Loma Negra a la firma brasileña Camargo Correa, Amalita lo eligió para manejar el esquema de cobro del dinero: la friolera de U$S 1025 millones. Esa elección no fue al azar. La octogenaria aristócrata tenía cierto malestar por la operación de venta de la emblemática cementera, que justamente había gestionado el Morgan. Para Amalita, el banco estadounidense había “malvendido” su activo más preciado, para cobrar en forma expres la comisión. Ante este escenario, Prat-Gay se presentaba como la opción más transparente para gestionar la administración de semejante fortuna.

Una práctica habitual en la gestión de grandes activos es que el banco de inversión encargado de la venta de una empresa, sea designado también para administrar los fondos producidos por dicha operación. Sin embargo, no fue este el desenlace en la venta de Loma Negra, básicamente por dos razones: el descontento de Amalita con el Morgan ya señalado y las ya existentes cuentas de Fortabat en la Unión de Bancos Suizos (UBS). A pesar de ello, el nombramiento de Prat-Gay llevó al Morgan a realizar un último intento por quedarse con ese preciado cliente.

“Apenas quedó al frente del dinero de Loma Negra, dos importantes ejecutivos del Morgan fueron a verlo. Se trataba de dos viejos conocidos del hoy diputado. Luke Palacio, jefe de banca privada para el Cono Sur, y Alfredo Nachman, encargado, en ese momento, de captar nuevos clientes en la Argentina”, detalló a Tiempo Argentino un ex directivo de un importante banco de inversiones extranjero con operaciones en el país. Durante ese encuentro,

Prat Gay-rechazó “de manera soberbia” hacer partícipes a sus ex socios en el millonario negocio que se le presentaba. ¿Cuál era el problema? El dinero ya estaba saliendo del país hacia cuatro emblemáticos paraísos fiscales. Según datos obtenidos por Tiempo Argentino a partir de fuentes bancarias, por la venta de Loma Negra, Amalita recibió U$S 1025 millones: el primer giro al exterior fue de U$S 100 millones en 2005; al año siguiente le ingresaron U$S 430 millones; en 2007 aproximadamente U$S 600 millones y en 2008 otra cuota similar. La suma es mayor a lo que recibió de Camargo Correa por Loma Negra, por lo que se supone que estos giros incluían fondos de otro origen.

La ingeniería financiera fue la misma para cada envío, esto es, se derivaron al exterior, haciendo uso de fondos de inversión y una diversificada canasta de monedas. Según el CUIT donde se hicieron los depósitos, el dinero fue girado a Estados Unidos, Inglaterra, Hong Kong y Suiza. Ni un peso se quedó en el país. Ni un peso de lo que administra Prat-Gay, que en su discurso habitual critica la fuga de capitales que en la práctica fomenta. Pero esto no es nuevo:

Prat-Gay fue denunciado en 2007 por fugar capitales por un total de U$S 800 mil (ver nota aparte).

Inmediatamente después de su intervención con Loma Negra, la participación de Prat-Gay comenzó a estar en boca del mundillo financiero, pero no justamente por su transparencia. Es que, a pesar de que Fortabat ya tenía cuentas en el banco suizo UBS, Prat Gay le habría hecho cerrarlas para luego abrirlas con el único fin de cobrar las jugosas comisiones.

Hay que tener en cuenta que en este tipo de operaciones, la comisión que cobra el intermediario financiero es de aproximadamente el 40% de los ingresos generados al banco (“revenues”). Por ejemplo, si el intermediario lleva al banco un nuevo cliente con U$S 1 millón, y el banco le vende productos financieros que le generan un ingreso de U$S 50 mil, el gestor se queda con entre U$S 15 mil y U$S 20 mil (que equivalen a entre el 30 y el 40% de la ganancia del banco). La modalidad habitual es que la retribución del intermediario se cobre en dólares, en el extranjero y en negro, para evitar el rastreo del fisco.

El manejo del millonario patrimonio de Fortabat es, cuanto menos, cuestionable si se tiene en cuenta el mandato de Prat Gay como diputado nacional, que ocupa la vicepresidencia de la comisión de Finanzas de la Cámara Baja, justamente la encargada de velar por la regulación del sistema financiero en su conjunto.

Pero esto no es todo. Prat-Gay es el líder, incluso en plena función pública, de una empresa que asesora en inversiones llamada Tilton Capital, que fundó junto a Pedro Lacoste. Si bien no se sabe con precisión si la administración de los bienes de Fortabat se hicieron a través de Tilton, en el sector financiero descartan que, además de la Dama del Cemento, la firma asesora a otro importante paquete de empresas. “Tilton es considerada en el ambiente como una más de las casi 20 oficinas de este tipo en todo Buenos Aires”, explicó a Tiempo un hombre cercano a Prat-Gay, y agregó que “se los llama intermediarios financieros y todos tienen como característica la apertura de cuentas en el exterior”. Según un artículo recientemente publicado por el diario La Nación, en el manejo del dinero de Fortabat, colabora con Prat-Gay “el Cocif, compañía Comercial y Financiera”, que administra además activos agropecuarios de Amalita, entre los que se cuentan 250 mil cabezas de ganado vacuno que pastan en 150 mil hectáreas.

El vínculo con Fortabat, inclusive, llegaba a actividades extracurriculares de Prat-Gay y sus socios: en 2006 –un año después de que se vendiera Loma Negra y ya siendo el diputado nacional– Prat Gay creó la Fundación Andares, “para el desarrollo de las microfinanzas”. Actualmente cerrada, la fundación funcionaba por ese entonces en el segundo piso de la calle Viamonte 634, y su objetivo era “contribuir a la erradicación de la pobreza y la exclusión social, apoyando el desarrollo del sector de las microfinanzas”. En un informe elevado en el año 2010 a Help Argentina, una red que cobija a las organizaciones con objetivos sociales, Andares reportó como primer financista a la Fundación A. Lacroze de Fortabat; en segundo lugar al Fomin del Banco Interamericano de Desarrollo, y en último lugar a la Fundación Ford. Prat-Gay presidía Andares rodeado de un núcleo duro de expertos en finanzas: el vicepresidente era Gabriel Castelli, director ejecutivo de Caritas Comisión Nacional; y por debajo aparecía Pedro Lacoste; Sebastián Reynal, por entonces director del Deutsche Bank; y Luis Cedrola, que se desempeñó en la dirección de compañías como Arcor, Bunge, Molinos Río de la Plata, Siderar y Austral Líneas Aéreas. Cedrola es además consejero en la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas.

El director ejecutivo de Andares era Pablo Caride, quien por años fue uno de los hombres fuertes del Citibank en la Argentina. Además, en el directorio figuraba Orlando Salvestrini, reconocido por haber militado en la política del Club Boca Juniors. El contacto con Prat-Gay nació a través de Mauricio Macri, el líder del PRO que Prat-Gay asesoró en sus años secundando a Domingo Cavallo. Salvestrini trabajó en Socma, la empresa de Macri, y además fue el cerebro de la red no bancaria de cobro de impuestos y servicios públicos Pago Fácil, que también es de la familia Macri.

Así las cosas, es difícil medir el impacto de los negocios de

Prat-Gay en la actualidad. Su última declaración jurada de bienes vio la luz en el año 2009, cuando era candidato a diputado del Acuerdo Cívico y Social. En ese entonces, poseía un patrimonio de $ 7.980.915, compuesto por dos inmuebles que suman $ 1.010.835, tres vehículos por un total de $ 362.083, muebles por $ 139.139, créditos por

$ 341.300 y depósitos y acciones por $ 6.127.558. De todas maneras, en ese patrimonio no estaban expresados sus ingresos anuales. Toda una incógnita.


Haz lo que digo, pero no lo que hago
Un rastreo de los discursos de Prat-Gay en relación a cuestiones vinculadas a la fuga de capitales, permite comprobar la vigencia del refrán popular “haz lo que digo, pero no lo que hago”.

Tiempo después de que se calmaran las aguas del conflicto que enfrentó al gobierno nacional con un sector de las patronales de la actividad rural, el legislador de la Coalición Cívica había manifestado que “la fuga de capitales que empezó con el conflicto del campo es sintomática del clima de desconfianza en la economía”.

Pero la fuga de capitales que promueven los administradores de fondos privados no está vinculada a la confianza o desconfianza con la conducción política del país, sino que es consecuencia de un “modus operandi” típico de estos administradores, que apelan a los paraísos fiscales para maximizar las ganancias de sus clientes (y sus comisiones).

Poco tiempo atrás, cuando se decidió controlar las operaciones de compra y venta de divisas,

Prat-Gay aseveró que “los mayores controles a la compra de dólares lo que logran es aumentar el deseo por la divisa norteamericana por parte de los ciudadanos. Para frenar la fuga hay que dar un combate frontal y contundente contra la inflación”.

En este contexto, el experto de las finanzas recibió elogios de la conductora política y moral de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Cuando lo presentó en sociedad en el Hotel Sofitel de Recoleta, Carrió destacó que “este acto le pertenece a él. Quiero explicarle a la sociedad porque Alfonso puede liderar un equipo sólido”. Y agregó: “Tuvo consistencia y mesura cuando le tocó conducir al Central y decidió no seguir cuando le pareció imprudente. No lo conocía; nos fuimos buscando y encontrando”, concluyó Carrió, que evidentemente no conocía a los bueyes con los que araba.

Críticas a la doble moral
Las tensiones entre la actividad privada y pública que ejercen funcionarios del Poder Ejecutivo y legisladores no son algo novedoso en la política argentina. Sin ir más lejos, en la composición actual del Congreso Nacional conviven productores agropecuarios en las comisiones de Agricultura de Diputados y del Senado, o un banquero del sector cooperativista como Carlos Heller se encuentra al frente de la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados, por citar sólo algunos ejemplos.

Sin embargo, el caso de Prat-Gay es particularmente crítico no sólo porque a su mandato en el sector público se le suma el manejo de una de las fortunas más grandes del país, sino también por su rol en la fuga de capitales durante el corralito financiero establecido por Domingo Cavallo a fines de 2001. Este hecho lo hizo acreedor de un abanico de serias denuncias.

Tal como señala una investigación de la Revista Veintitrés, a mediados del año 2007, la ex ministra de Salud Graciela Ocaña –quien provenía del ARI– denunció la “doble moral” de Alfonso Prat-Gay por haber fugado

U$S 780 mil antes del congelamiento de los depósitos. Ante la prensa, Ocaña señaló que “nosotros desde el Congreso emitimos un informe desde la Comisión de Fuga de Capitales, armamos un listado con 1400 personas que habían girado plata al exterior durante el corralito. Y en el puesto 67 figuraba Prat Gay con un giro de 780 mil dólares.”

No fue la única denuncia contra el ex ejecutivo del JP Morgan. A pesar de haber sido promocionado como un ejemplo de responsabilidad y transparencia por parte de la Coalición Cívica, que lo incorporó como uno de sus principales candidatos en la campaña por las elecciones legislativas de 2009, encabezando la lista de la Capital Federal, Prat-Gay acarreaba ya desde 2007 una denuncia del ex diputado Mario Cafiero (ARI) por defraudación.

¿Cuál era el supuesto delito? El ocultamiento desde su cargo de presidente del Banco Central de la fuga de U$S 26 mil millones que quedaron en un puñado de bancos, entre ellos, obviamente, el JP Morgan, donde Prat-Gay se desempeñó como jefe de Negocios hasta 2001.

La investigación estuvo a cargo del fiscal Oscar Almirante, cuyo dictamen sostuvo que durante el corralito “existió un plan destinado a proteger y favorecer a determinados grupos de poder económico y en especial a los patrimonios de los bancos”.

Según Cafiero, a pesar de que los balances del Banco Central ponían en evidencia la estafa perpetrada que las entidades financieras habían efectuado, con su llegada a la presidencia del Banco Central, Prat-Gay “tapó todo”.

No es la única mancha en la trayectoria pública de Prat-Gay. El ministro de Economía de la Alianza, Domingo Cavallo, lo propuso para dirigir el Banco Central en el año 2001, en lo que se entendía como un guiño a los mercados financieros, que dudaban cada vez más de la sostenibilidad económica de la Convertibilidad. “Se pretendió poner a un pedófilo a cuidar el orfanato”, vociferaron las voces que se alzaron contra su nombramiento, que no prosperó.

El senado de la Nación rechazó su pliego en base a un dictamen de la Oficina Anticorrupción, donde se remarcaba que el nombramiento de Prat-Gay implicaba una violación a un artículo de la Ley de Ética Pública. Se trataba del inciso que establece que ninguna persona puede ocupar un cargo público si se había desempeñado hasta un año antes en un cargo privado con intereses contrapuestos. A pesar de ello, un año después entró al Banco Central como parte de las condiciones exigidas por el FMI. Lo hizo de la mano de Eduardo Amadeo, actual diputado por parte del Peronismo Federal, uno de los artífices de la derogación de la Ley de Subversión Económica gracias a la cual quedaron impunes los mismos banqueros que se habían llevado las reservas, sustituyéndolas por títulos de deudas destinados a caer en default.

Los datos

1 En 2005, Amalia Lacroze de Fortabat vendió la principal cementera del país, Loma Negra, a la firma brasileña Camargo Correa.

2 La operación se pactó en U$S 1025 millones. el agente financiero que intermedió fue el banco de inversión JP Morgan. Sin embargo, Amalita no le dio a este banco los fondos que recibió.

3 La causa fue que la Dama de Cemento consideró que JP Morgan había malvendido su firma sólo para recibir lo más rápido posible la comisión correspondiente.

4 Allí apareció Prat-Gay, quien venía de desempeñarse como presidente del Banco Central entre los años 2002 y 2004 nacional.

5 Antes de su paso por el BCRA, Prat-Gay trabajó en el JP Morgan. Ironías de la vida, ahora le sacaba un negocio a sus ex patrones.

6 Para administrar el dinero de Amalita, Prat-Gay apeló a los típicos recursos de los financistas: enviar el dinero a paraísos fiscales en el exterior y oscurecer todo lo posible la ruta del dinero.
Fuente:TiempoArgentino

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