14 de abril de 2012

SANTA FE: La Defensoría de la Niñez ya dio sus primeros pasos.

La Defensoría de la Niñez ya dio sus primeros pasos
Por Laura Hintze.
En apenas un mes la flamante repartición que dirige Analía Colombo recibió 40 pedidos de intervención.
14 abr, 2012
“Hay un cuento muy lindo, de (el pedagogo italiano Francesco) Tonucci. Es una historia que, en rima, dice algo así: «un niño va en un tren y ve a un señor viejo con una oreja verde y grande; se le acerca y le pregunta por qué es viejo con oreja verde y el señor le contesta: ‘porque es lo único que me quedó inmaduro para poder escucharte’». Yo creo que de eso trataría la Defensoría del Niño, la Niña y el Adolescente: ser una gran oreja verde”, resumió y explicó la doctora Analía Colombo, la defensora de la Niñez de la provincia. Desde el 8 de marzo, cuando prestó juramento y entró en funciones, Colombo está trabajando sin espacio físico ni estructura orgánica cien por ciento armada, sin personal suficiente y sin siquiera un logo que identifique a la nueva institución. Sin embargo, desde entonces ha recibido entre 35 y 40 denuncias, que van desde problemas en peloteros infantiles hasta caso de explotación sexual. “Cuando tengamos el lugar se me va a llenar el boliche”, especula, con mucha razón, y mucho gusto también. “¿Sabés todo lo que hay para hacer? Es muy triste, pero hay cosas lindas”.

Analía Colombo es la primera defensora de la Niñez del país y fue propuesta para ese cargo por el Poder Ejecutivo provincial y luego obtuvo la aprobación de la Asamblea Legislativa. Por ley, las funciones de la Defensoría son, en líneas generales, velar por los derechos de los niños, niñas y adolescentes; velar por el cumplimiento de todas las leyes, las internacionales, nacionales y locales. “Básicamente, la función esencial es la supervisión, el monitoreo y la auditoria de los órganos del Ejecutivo con incumbencia en la niñez. O sea, el mío, es un órgano de control del Poder Ejecutivo en relación con las cuestiones de niñez y adolescencia. No tengo control del Poder Judicial ni del Legislativo. Otras facultades son las de asesoramiento o promoción y difusión de derechos”, explicó.

Por ahora, los planes, esbozos y días de Colombo y el pequeño grupo de trabajo que ha armado –aún no tiene ley de cargos, por lo que trabaja sola y utilizando los recursos que provee el defensor del Pueblo, del que depende en forma directa– , transcurren en atender de forma personal a los denunciantes, formar parte de la comisión para reformar el Código Procesal Penal de menores, planear trabajos con y para el Irar, y con las familias en su totalidad; además tiene a su cargo la organización y diagramación, junto con la Universidad Nacional, de lo que será el organismo del que ella está a cargo. “Hay mucho trabajo”, resume, tras una agotadora enumeración. Y luego especifica: “En el mes que llevo trabajando ya sumo entre 35 y 40 quejas. Es muchísimo y seguramente vendrán más”.

—¿Qué hace la Defensoría de la Niñez?
—Tal como lo prescribe la ley de Promoción Integral de la Niñez a partir del artículo 38, es una institución nueva en Santa Fe. No así en el país, ya que en realidad es una réplica de lo que pide la ley nacional Nº 26061. En base a todas las funciones que me da la ley, estoy diseñando una estructura orgánico-funcional, ya que ésta es una institución completamente nueva.

—¿Y cómo se va a organizar?
—Va a tener dos áreas grandes y esenciales, y varias transversales. La primera, es el área crítica, con la que trabajamos diariamente y a la que va la queja puntual por alguna irregularidad, acto u omisión, que en líneas generales son referidas a la Subsecretaría de la Niñez y a toda autoridad de aplicación de la niñez. Sin embargo, también me sucedió tener que trabajar con (los ministerios de) Educación o Salud cuando de niños o adolescentes se trata. En ese sentido, tengo varias facultades, entre ellas notificar o recomendar. El área es área de protección, y trabaja una queja puntual que se recibe personalmente, vía telefónica o a través de internet. Además, yo puedo actuar de oficio y de hecho así lo hice en Santa Fe con los niños piel de cristal o en Educación con los chicos que no podían entrar a las escuelas por no tener DNI. Además, está el área de promoción de derechos, área estratégica. La idea no es que sean ramas estancas, sino que trabajen en conjunto: así, desde lo crítico vamos a volcar datos para ver qué derechos priorizar para su promoción. También vamos a hacer un área de estudio, campañas de difusión de derechos, vamos a incluir temas macros. Y, obviamente, trabajaremos en red con otras instituciones, con distintas reparticiones nacionales, provinciales e internacionales.

—¿Cuáles son las problemáticas que empezó a vislumbrar?
—La niñez y la adolescencia en Santa Fe tienen distintas problemáticas conforme al territorio. En Rosario, por ejemplo, todas las quejas, problemáticas y asesoramientos abordados tienen que ver con violencia en el núcleo familiar. En el norte de la provincia hay problema más graves, relacionados con la explotación sexual infantil o al trabajo infantil. Igualmente, este último es en toda la provincia, aunque no sea lo mismo el trabajo infantil rural que urbano. Pero existen. Esos son temas para trabajar articulados con distintas reparticiones, porque son temas sociales muy complejos y de difícil abordaje.

—Teniendo en cuenta que existen diferentes realidades según los contextos de cada chico, ¿qué tipo de violencia se ejerce sobre la infancia?
—Las vulneraciones son de diferente naturaleza. Está el clásico y frecuente caso del niño maltratado físicamente por su mamá o papá con afección derivada de diferentes adicciones. Pero también son frecuentes otros malos tratos, malas costumbres. Por ejemplo, nos entró un caso puntual de un colegio que había subalquilado un salón de juegos y la supuesta cuidadora había maltratado a un niño con alguna frase que a él lo había psíquicamente trastornado durante todo el evento. Esa no es una queja clásica, pero existe.

—¿Cómo definiría a la niñez y a la adolescencia?
—Los niños son la puerta del mundo, un niño es el futuro. A partir de ese concepto, que no pretendo que sea emocional porque sino terminamos llorando, creo que los niños son el futuro de un país. Y si no trabajamos desde que nace me parece que no generamos ni país ni política. Por eso considero tan importante la construcción de políticas públicas de niñez. Con el niño se trabaja desde que nace.

—¿La opinión de los chicos es tenida en cuenta a la hora de tomar decisiones política?
—Absolutamente no.

—¿Y habría que tenerla en cuenta?
—Sí. Los chicos tienen que ser escuchados. Todo avanza tan rápido que no hay un espacio de construcción para que ellos sean escuchados. Los niños saben sus derechos sin saber que son derechos; son sabios y merecen la pena de que el Estado los escuche y se ocupe de ellos.
Fuente:ElCiudadanoyLaGente

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