15 de junio de 2012

CRISTINA KIRCHNER REITERO EL RECLAMO DE SOBERANIA POR LAS MALVINAS EN EL COMITE DE DESCOLONIZACION.

“PEDIMOS DIALOGAR, NO QUE NOS DEN LA RAZON”
Por Victoria Ginzberg
Cristina Kirchner reclamó negociaciones por Malvinas ante el Comité de Descolonización de la ONU. Se diferenció de la dictadura y criticó al gobierno británico. La acompañaron opositores y ex combatientes. El Comité aprobó una resolución que insta a las conversaciones bilaterales.


CRISTINA KIRCHNER REITERO EL RECLAMO DE SOBERANIA POR LAS MALVINAS EN EL COMITE DE DESCOLONIZACION
“Una negociación sería beneficiosa para todo el mundo”
Es la primera vez que un presidente se presenta ante el Comité. Lo hizo junto a un nutrido grupo de legisladores y ex combatientes. CFK se diferencia de la dictadura y criticó al gobierno de Cameron.
Por Victoria Ginzberg
Desde Nueva York

Cristina Kirchner ingresa ayer en el salón donde deliberó el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.Imagen: Télam
“Pedimos dialogar. No estamos pidiendo que nos den la razón. Apenas, nada más ni nada menos que se sienten a una mesa a dialogar. ¿Puede alguien negarse a dialogar y pretender convertirse en adalid de la libertad, de los derechos humanos?”, dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner poco antes de terminar el discurso que hizo ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas. En un gran salón repleto de dirigentes argentinos, ex combatientes, familiares de los soldados muertos durante la guerra y representantes de otros Estados, CFK reiteró el reclamo de la soberanía, se diferenció de la dictadura que inició el conflicto armado en 1982 y criticó con dureza al gobierno de David Cameron, no sólo por no acatar las resoluciones del organismo internacional, sino también por haber levantado ayer, en el 10 de Downing Street, la bandera de las Malvinas. “Sentí vergüenza ajena. Las guerras no se festejan. Costó muchas vidas”, señaló. El comité aprobó luego una nueva resolución en la que se insta al Reino Unido a negociar con la Argentina.

El comité sesionó ayer de forma inusual. No sólo no es común, sino que nunca había pasado, que un jefe de Estado concurriera a ese foro. El encuentro se realizó en una amplia sala de conferencias que terminó llena luego de que se acomodaran todos los asistentes. Poco antes, la Presidenta se había reunido con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon (ver recuadro). Mientras esperaban, algunos miembros de la delegación argentina aprovechaban para hacer declaraciones sobre la importancia de la presencia de CFK en el organismo el día que se cumplían 30 años del fin de la guerra, otros charlaban de política doméstica y otros se sacaban fotos con el fondo de un telar acerca del mito de Prometeo, sobre una de las paredes.

La Presidenta entró acompañada por el canciller Héctor Timerman, el embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. Se sentó en la primera fila, en el sector de la izquierda del salón. En el estrado estaba el presidente del comité, el ecuatoriano Diego Morejón, y otras autoridades del foro. Los primeros en hablar fueron los peticionarios (ver aparte). Luego fue el turno del vicecanciller chileno, Fernando Schmidt, quien presentó en nombre de su país y de Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela el proyecto de resolución en el que se reitera que “la única manera de poner fin a la especial y particular situación colonial en la cuestión de las Islas Malvinas es la solución pacífica y negociada de la controversia sobre soberanía que existe entre el gobierno de la República Argentina y el del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte”.

Cuando le tocó hablar, desde el sitio en el que estaba sentada, CFK comenzó haciendo alusión a que aún existen 16 territorios coloniales y en 10 de ellos está el Reino Unido. Mencionó enseguida que estaba acompañada de la mayoría de los partidos políticos con representación parlamentaria del país. “Están aquí duros opositores a mi gobierno que, sin embargo, conciben a Malvinas como una cuestión que excede la política interna, porque la soberanía de las islas no es sólo sobre Argentina, es una grieta al mundo por el que tantos murieron en las guerras de liberación”, señaló. Luego, representantes del oficialismo como Daniel Filmus y Martín Sabbatella y de la oposición, como Felipe Solá y Alfredo Atanasof, elogiarían las palabras de la Presidenta.

La presencia inglesa en Malvinas como tema de preocupación regional y global fue uno de los ejes del discurso. La crítica a la dictadura fue otro: “Fuimos víctimas”, aseguró y recordó los juicios a los represores que están en marcha. Los otros puntos centrales fueron el incumplimiento del Reino Unido de las resoluciones de la ONU –ligado al estatus preferencial que gozaría por ser miembro del Consejo de Seguridad– y la existencia de negociaciones bilaterales previas a la guerra de 1982, en las que el Reino Unido aceptaba la existencia del conflicto, dialogar y hasta proponía una salida conjunta. La única vez que leyó, lo hizo para citar un documento secreto de la Cancillería de junio de 1974. Allí consta la voluntad del “gobierno de su Majestad” de “poner fin a la disputa sobre la soberanía mediante la aceptación de la Argentina de una co-soberanía sobre las islas”. En concreto, el condominio incluía, entre otras cosas, que “las banderas británica y argentina serían enarboladas a la par y los idiomas oficiales serían el inglés y el español”, que “todos los ‘nativos’ en las islas poseerían la doble nacionalidad” y que “el gobernador podría ser designado alternativamente por la reina y el presidente de la Argentina”. En ese momento, el gobierno argentino envió una contrapropuesta y a pesar de que las negociaciones avanzaron, la muerte de Juan Domingo Perón las dejó truncas. Poco después llegó el golpe de Estado y luego la guerra de 1982. “Por eso queremos la reanudación de las negociaciones. Qué culpa tenemos los argentinos de lo que nos pasó después del 24 de marzo de 1976”, se preguntó. También señaló que la preocupación regional sobre las Islas Malvinas “es un ejercicio de autodefensa” ya que la zona está “desmilitarizada”. “Desde 1983 sólo estamos presentes en misiones de paz, en Chipre, en Haití. No estamos en Irak ni en Afganistán. Hablan de referéndum, por qué no lo hacen en Irak o Afganistán”, señaló.

Cuando terminó, luego de los aplausos, el presidente del comité le expresó que su presencia era “un estímulo para mejorar muchas cosas” y una prueba de que “el diálogo multilateral debe existir”. Una vez que se votó la resolución propuesta por Chile, que se realizó por unanimidad, CFK se acercó a saludarlo.

La siguieron cerca de una decena de cámaras de televisión y su salida provocó un breve revuelo entre las personas que querían acercarse a saludarla. “Es un día de particular orgullo –dijo luego Timerman en una breve conferencia de prensa en el segundo piso de la sede de la ONU–. No me cabe duda de que las Malvinas son argentinas, pero el llamado de la ONU a negociar es una obligación para mi país y también debe serlo para el Reino Unido. ¿Cómo hará el Reino Unido para decirles a otras naciones que cumplan con las resoluciones si ellos no lo hacen?”


LOS REPRESENTANTES DE ARGENTINA Y MALVINAS
La voz de los peticionarios
Por Victoria Ginzberg
Marcelo Luis Vernet habló de la abuela de su abuela. La mujer del primer gobernador político y militar de Malvinas. Alejandro Betts de su propia experiencia. Nació en las islas y vive en Córdoba desde 1982. Son los peticionarios argentinos y no fue su primera vez ante el Comité de Descolonización. Fueron a la vez los encargados de responder a los representantes de los isleños, Roger Edwards y Mike Summers, miembros de la Asamblea Legislativa de Malvinas, quienes presentaron el problema como una cuestión de “autodeterminación de los pueblos”. “El Reino Unido utiliza la infundada excusa de la autodeterminación para el establecimiento de una poderosa base militar que sirve exclusivamente a sus intereses estratégicos en el control absoluto del Atlántico Sur en toda su extensión”, dijo Betts.

Según el funcionamiento del comité, son los “peticionarios” quienes hacen sus solicitudes ante el foro. Los cuatro peticionarios que hablaron ayer se ubicaron en la parte de atrás del salón, en la misma fila de sillas, pero dejando entre argentinos e isleños dos asientos vacíos.

La exposición de Edwards estuvo centrada en señalar que la Argentina era en realidad quien tenía pretensiones colonialistas sobre las Malvinas (las llamó Falklands) y que el gobierno de CFK era “hipócrita” porque no respetaba los derechos humanos de los kelpers. Dijo que las islas tienen una Constitución poscolonial y autogobernanza interna. “En 1833 (cuando el Reino Unido invadió las islas) no existía el principio de integridad territorial. Las Malvinas nunca fueron argentinas. Ningún civil fue expulsado en 1833”, dijo.

Summers aseguró que en Malvinas viven tres mil personas que “han llegado de todas partes del mundo y viven allí por su propia voluntad” y que poseen una Asamblea Legislativa independiente que los gobierna. Mencionó que le gustaría entregarle a la Presidenta una carta para entablar un diálogo acerca de temas de interés mutuo y para preservar el ambiente del Atlántico Sur.

Betts refutó algunas de esas apreciaciones. Dijo que el “censo colonial” de 2006 arrojó que un 37 por ciento de la población acreditaba menos de diez años de residencia en las islas y que el incremento poblacional resulta en gran medida de la política británica de contratación de mano de obra del Reino Unido y Santa Elena, otra colonia de ese país. “El derecho a la libre determinación no surge ni se crea para favorecer la continuidad de conquistas militares seguidas de la instalación de una población afín al conquistador para hacerles decir que quieren seguir bajo la misma situación, como ocurre hoy en Malvinas”, dijo. Agregó que los ciudadanos argentinos no pueden radicarse, ser propietarios o tener tierras allí y que el “gobierno” de Malvinas “no es independiente”, ya que la administración ejecutiva recae sobre un gobernador nombrado por la Corona que designa a parte de los miembros de la Asamblea Legislativa.

Vernet hizo un relato en base al diario de la abuela de su abuela, María Sáenz de Vernet, donde describe la vida en Malvinas en 1829 como la de un pueblo que comenzaba a formarse con pobladores de distintas provincias argentinas, con uruguayos, tehuelches, alemanes, escoceses, franceses, genoveses, ingleses, irlandeses y africanos que iban destinados a Brasil como esclavos. El 30 de agosto de 1829, según la mujer, Vernet decide tomar posesión de las islas en nombre del gobierno de Buenos Aires. “A las doce se reunieron todos los habitantes, se enarboló la bandera nacional, a cuyo tiempo se tiraron 21 cañonazos, repitiéndose sin cesar el viva la Patria.” “Vengo a dar testimonio de esta historia de paz, negada por el usurpador, para contrastarla con el presente: una base militar británica en el Atlántico Sur, un enclave colonial desgajado de su natural pertenencia americana, una factoría con población transplantada”, expresó. Luego de la sesión le preguntaron al canciller Héctor Timerman por qué Argentina no había aceptado la carta de los kelpers.

“Argentina es un Estado, miembro de Naciones Unidas, y dialoga con otros Estados. Estamos dispuestos a aceptar cualquier carta que envíe el gobierno británico. La solución a este conflicto es el diálogo con Gran Bretaña, lo dice la ONU”, señaló.


Manzanitas
Obama. Aunque no se vieron, la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la ONU coincidió con un viaje de Barack Obama a Nueva York. El presidente norteamericano llegó para encabezar un acto en el World Trade Center. Allí firmó la última viga que se colocará en el primer rascacielos que ocupará el lugar en el que estuvieron las Torres Gemelas. Pero, además, su objetivo es recaudar plata para su campaña. Lo hará en una cena en la casa de la actriz Sarah Jessica Parker, la Carrie de Sex & the City. Y, según se ha publicado, la entrada se cotiza a 40 mil dólares el cubierto.


Nombre. Entre la comitiva que acompaña a la Presidenta estaban los miembros de la organización No me Olvides, que nuclea a madres de soldados muertos en Malvinas que piden que se identifiquen los restos de los muertos en las islas cuyas tumbas no tienen nombre. Raquel García de Ugalde es mamá de Daniel Ugalde, quien murió en la guerra el 14 de junio de 1982, día de la rendición argentina, de la que ayer se cumplieron 30 años. “Cayó a las 9.35, fue el último disparo de los ingleses”, dijo ayer a Página/12. En 2009, cuando fue a visitar la tumba de su hijo encontró una placa que decía: “Acá yace un soldado solo conocido por Dios”. “Los soldados tenían nombre cuando fueron, no eran personas anónimas, lo correcto es que tengan nombres”, señaló, al tiempo que expresaba su esperanza en que, tal como lo pidió la Presidenta, Gran Bretaña acceda a esta cuestión humanitaria. Mientras hablaba en el lobby del Hotel, se encontró con el diputado Martín Sabbatella. “Te conozco, soy vecina de Haedo, el 2 de abril me diste una medalla”, le dijo la mujer mientras lo abrazaba.


Veteranos. Hace treinta años estaban en Puerto Argentino, fueron por un tiempo corto, luego de que la dictadura argentina firmara la rendición, prisioneros de los ingleses. Comenzaban el regreso al continente. Empezaban a darse cuenta de que había compañeros que faltaban. “Nuestra presencia tiene que ver con esos jóvenes que murieron en esa guerra que no tenía que haber sucedido”, aseguró Ernesto Alonso, ex combatiente y actual presidente de la Comisión Nacional de Veteranos, quien junto a sus compañeros participó de la sesión de ayer.


Reunión con Ban Ki-moon
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, aseguró ayer que continuará “insistiendo” en sus trabajos de buenos oficios para “poner a consideración todo lo que tiene a su alcance” para que el Reino Unido “se siente en la mesa de diálogo” con Argentina por la soberanía de las islas Malvinas. Según informaron desde la delegación argentina, tras el encuentro mantenido con la presidenta Cristina Fernández, Ban Ki-moon sostuvo que desde la ONU van a “ayudar con lo que tenga que ver con la paz” y en ese sentido consideró que Argentina es un actor “de paz”. Por otro lado, en la reunión que tuvo lugar previo a la exposición de CFK ante el Comité de Descolonización, Ban Ki-moon le manifestó a la Presidenta que le “complace mucho cómo está llevando adelante la estabilidad del país”.

OPINION
Más allá del Monopoly
Por Martín Granovsky
Las dos posiciones de aquí a septiembre, cuando sesione la Asamblea General de la ONU, ya quedaron perfiladas. El Reino Unido busca tomar iniciativas fuertes que reivindiquen la posesión de las Malvinas. La primera fue el anuncio, esta misma semana, de un referéndum en las islas para 2013. La segunda, el izamiento de la bandera del gobierno isleño junto a la británica ayer en Downing Street 10, sede del primer ministro David Cameron. La Argentina, a través de la Presidenta, procura acumular apoyos e insiste en un discurso de diferenciación de la dictadura que resolvió el desembarco el 2 de abril de 1982.

A esa estrategia apuntaron las citas de Cristina Fernández de Kirchner a los documentos intercambiados en junio de 1974 entre la Cancillería argentina y el Foreign Office. Era presidente Juan Perón, que moriría unos días después, el 1º de julio. La Argentina estaba ya en una situación de acentuada crisis política, pero vivía bajo un régimen constitucional que terminaría 21 meses más tarde con el golpe del 24 de marzo de 1976. Es interesante la observación británica de entonces, que observaba primero un escenario de empeoramiento institucional con María Estela Martínez de Perón, esposa y vice de Juan Domingo Perón, y también la posibilidad de un golpe.

Si el peor costado de aquel Perón de 1973 y 1974 en sus relaciones externas fue la condecoración al jefe del grupo fascista Propaganda Dos, Licio Gelli, de fuertes relaciones con José López Rega y Emilio Eduardo Massera, entre otros, su mejor cara exterior era su preocupación por arreglar algunos conflictos pendientes. No sólo alentó las negociaciones con Londres. También con Uruguay, por la forma de compartir el Río de la Plata.

El aspecto llamativo de los documentos que citó ayer la Presidenta es el nivel de coincidencia de las dos partes: las dos banderas flamearían en las islas, se hablarían dos idiomas, quedaría garantizada una suerte de doble nacionalidad para los nacidos en las Malvinas.

Aunque en su discurso optó por no mencionarlo, quizá como un modo de mencionar sólo acciones de gobiernos democráticos argentinos, la realidad es que incluso la dictadura negociaba en 1981 con la entonces primera ministra Margaret Thatcher sobre el litigio de las islas. La guerra de hace 30 años, obviamente, terminó con ese largo proceso de tratativas que habían cobrado impulso tras la resolución obtenida en las Naciones Unidas en 1965 por otro gobierno democrático, el de Arturo Illia, que instaba a los dos países a negociar.

Otro punto subrayado por Cristina es que el problema es “bilateral” y que la otra parte, para la Argentina, no son los isleños, sino el gobierno del Reino Unido. Y que no sólo es bilateral sino, repitió ayer, “global”.

La globalidad fue expuesta por la Presidenta al exhibir la cuestión Malvinas como la prueba de que existen distintas categorías para definir la posición que cada país ocupa en el mundo. Una manera de aludir a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (los Estados Unidos, el Reino Unido, Rusia, China y Francia) y a su derecho a veto. El mecanismo valida las intervenciones militares de Washington y sus aliados militares, en primer lugar Londres. Cristina indicó los casos de Irak y Afganistán. Con posiciones distintas a la Argentina sobre el Consejo de Seguridad, porque quiere un asiento permanente, Brasil suele hablar en la misma frecuencia sobre las disparidades del sistema multilateral y sus desvíos militaristas.
Un nudo distinto de la globalidad fue presentado por la Presidenta simultáneamente como crítica y como oferta. La crítica: “El Reino Unido debería actuar con mayor inteligencia”. La oferta implícita: “Una negociación diplomática permitiría asociaciones beneficiosas entre Sudamérica y el mundo”. Lo dijo después de señalar que en el mundo en crisis de hoy pesan la energía, los alimentos y el desarrollo científico y tecnológico.

El primer ministro Cameron dijo ayer que no está dispuesto a jugar al Monopoly con la Argentina. El Monopoly se basa en negocios inmobiliarios. Sería bueno saber qué tenía de verdad Cameron en la cabeza. Anoche, ante la inminencia de las elecciones griegas del domingo, el gobierno británico lanzó otro salvataje para los bancos con la esperanza de que se reactiven las líneas de crédito, sobre todo hipotecario, después de la crisis de las hipotecas basura y la burbuja financiera del 2008. Se reunieron el encargado de Hacienda, George Osborne, el gobernador (presidente) del Banco de Inglaterra (equivalente del Banco Central), Mervyn King, y el intendente de la City, David Wootton. La City es la City. Londres tiene administración y el lord de la zona financiera detenta un poder simbólico importante.

King dijo que esta crisis es la peor desde la Segunda Guerra. Ese es el marco de la etapa actual del diferendo sobre Malvinas, en el que los dos actores siguen generando posiciones, alianzas o iniciativas para quedar en mejor posición para el largo o el larguísimo plazo.

Ninguna derrota bélica genera derechos de posesión para la otra parte en términos de la ley internacional. A la dictadura se le debe también el atraso en la discusión con el Reino Unido sobre Malvinas. En buena medida esa situación es la que necesita remontar el Estado nacional, lo cual explica tanto la composición inusualmente plural de la comitiva como la frase de la Presidenta sobre un liderazgo argentino en derechos humanos y también en no proliferación nuclear con fines de guerra.



EL PRIMER MINISTRO BRITANICO REALIZO UN ACTO JUNTO A LOS KELPERS
Cameron cerró toda negociación
Cameron sostuvo “esto no es un Monopoly”, para argumentar que las naciones “no se pasan territorios entre ellas”. Al mismo tiempo que habló de las “amenazas” argentinas, advirtió que su país estaba preparado para defender las islas.
El gobierno británico izó ayer la bandera kelper en la residencia oficial del 10 de Downing Street.Imagen: EFE
El primer ministro británico David Cameron ratificó que su gobierno no abrirá “absolutamente ninguna negociación” por la soberanía de las Islas Malvinas. Además, para conmemorar los 30 años de la rendición argentina en la guerra, izó la bandera de los kelpers junto a la británica en su residencia oficial, en el 10 de Downing Street.

Cameron encabezó un acto organizado por las autoridades kelpers en el edificio de los tribunales londinenses, el Lincoln’s Inn. En él declaró que “cuando se trata de la soberanía de las islas Falkland, no habrá absolutamente ninguna negociación”.

“Esto no es un juego de Monopoly mundial, con naciones que se pasan territorios entre ellas. Es sobre los isleños determinando su propio futuro.”

Cameron agregó que en ese futuro veía “una sombra, la agresión del otro lado del agua”. Después, parangonó las recientes medidas que ha tomado la Casa Rosada con movimientos bélicos. “Hemos visto a la Presidenta (Cristina Kirchner) tratar de restringir el movimiento de los barcos de las Falklands, prohibir los vuelos de y hacia la Argentina, y hoy, escalando el debate en la ONU”, señaló.

Luego se dirigió al gobierno argentino: “El Reino Unido no tiene intenciones agresivas hacia ustedes”, dijo. “Las acusaciones de militarización y de amenazas nucleares son hipérboles y propaganda. Pero no subestimen nuestra determinación. Las amenazas no funcionarán. Los intentos de intimidar a los isleños no surtirán efecto, porque el Reino Unido está preparado y dispuesto para defender a los habitantes de las Falkland (Malvinas) en cualquier momento”, advirtió.

Por otra parte, el Ministerio de Defensa hizo ondear las banderas de las tres armas –el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea– que participaron de la guerra de 74 días que terminó con 649 argentinos y 255 británicos muertos.
El primer ministro también emitió una declaración escrita en la que aseguró que el apoyo del Reino Unido a las Islas Malvinas “no ha disminuido en los últimos 30 años y no lo hará en los años por venir”.

La declaración de tres párrafos fue publicada en el portal oficial de Cameron.

Hace un homenaje a los militares británicos que perdieron la vida en la guerra y cierra con un nuevo apoyo al plebiscito anunciado el martes pasado por los kelpers para votar sobre su status político. “El referéndum del año próximo va a asentar la elección definitiva de los isleños de una vez y para siempre. Y así como los acompañamos en el pasado, lo haremos en el futuro.”



MENSAJE DE CRISTINA KIRCHNER EN THE TIMES
Solicitada contra el colonialismo
“Terminemos con el colonialismo cumpliendo las resoluciones de Naciones Unidas” es el título que lleva la solicitada con la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que se publicó ayer en el diario londinense The Times y tuvo una vasta repercusión en medios de toda la región, transparentando la importancia que tomó la soberanía del Atlántico Sur ya no sólo para la Argentina sino para Sudamérica. “Los argentinos les pedimos a todos ustedes –ciudadanos y gobiernos del mundo– que pongan fin al colonialismo y pidan el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas. 

Pedimos al Reino Unido que dé una oportunidad a la paz”, sostiene en su punto más fuerte el documento, publicado en coincidencia con la presentación de la mandataria ante el Comité de Descolonización de la ONU.

“Un anacronismo colonial” califica el texto a la postura británica respecto de “las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y el área marítima circundante, ubicadas en el extremo sur del continente americano, a menos de 700 kilómetros de nuestras costas y a 14 mil kilómetros del Reino Unido”, argumenta CFK, antes de recordar como “hace 179 años, el 3 de enero de 1833, una fuerza naval británica expulsaba a las autoridades legítimas argentinas y a la población de las Islas Malvinas” y señalar que, “desde entonces, Argentina ha pedido sin descanso su restitución en foros nacionales e internacionales”.

A continuación destaca que “desde 1965 la ONU adoptó 39 resoluciones” instando a negociar a las partes y que “más resoluciones al respecto fueron adoptadas por la Organización de Estados Americanos (OEA), el Grupo Río, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el Mercosur, como también la Cumbre de países Sudamericanos-Arabes (ASPA), la Cumbre Africa-Sudamérica, la Cumbre Iberoamericana y el grupo de los 77 más China”, pero que aun así “Gran Bretaña se ha negado invariablemente a cumplir con estas resoluciones” e iniciar el diálogo.

“Argentina es hoy un país democrático que se sobrepuso a la más feroz dictadura de la que se recuerde en nuestra historia, y es un ejemplo global en los campos de los derechos humanos y las misiones de mantenimiento de la paz”, destaca el comunicado, cuyo contenido fue difundido por medios de toda Sudamérica, como El Mercurio, de Chile; Ultimas noticias, de Venezuela; El Nuevo Siglo, de Colombia, y los brasileños O Estado y Folha do San Pablo, que destacaron en todos los casos la importancia de la presentación de Fernández de Kirchner en Nueva York y el amplio respaldo internacional que ha acumulado el reclamo argentino en los últimos tiempos.


“Devuélvanos las Malvinas”
La embajadora argentina en el Reino Unido, Alicia Castro, sostuvo, al cumplirse 30 años de la finalización de la guerra de Malvinas, que “la única victoria que alguna vez podrá ser celebrada ocurrirá el día que nuestras respectivas naciones se sienten a la mesa de negociación”. Lo escribió una columna que salió publicada en el diario The Independent bajo el título “Devuélvanos las Malvinas”, donde se utiliza, por primera vez en un medio británico, el nombre con que Argentina y toda América latina llama a las islas. En ese artículo la diplomática expresó que “la mejor forma de recordar a los caídos es alcanzar la paz y la reconciliación”, a la vez que condenaba como “lamentable” el conflicto bélico impulsado por la dictadura militar. “Hoy Argentina repudia la guerra y enjuicia a sus responsables”, consignó. En el final del artículo, la embajadora Alicia Castro finalmente sentencia que “el trauma que dejó el conflicto en ambos países requiere una solución basada en una reconciliación genuina”.



BOUDOU ENCABEZO LA CEREMONIA POR LOS TREINTA AÑOS DEL FIN DE LA GUERRA
Un homenaje a los caídos y los ex combatientes
El vicepresidente Amado Boudou en el acto celebrado en Pilar.Imagen: Télam

El vicepresidente Amado Boudou afirmó que la presencia de Cristina Fernández de Kirchner en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas para reclamar por la soberanía de las Islas Malvinas “es continuar una lucha con las armas de la democracia que la Presidenta esgrime por el mandato popular”. 

“Esta acción no es parte de una política aislada, sino un correlato con las medidas llevadas a cabo internacionalmente y que permiten que el reclamo nacional sea acompañado por todos los países de Unasur”, continuó Boudou que –a cargo del Ejecutivo por el viaje de la Presidenta– encabezó ayer junto al ministro de Defensa, Arturo Puricelli, el acto en conmemoración del 30 aniversario de la finalización de la guerra de Malvinas que se realizó en el partido bonaerense de Pilar, frente al cenotafio, réplica del emplazado en el cementerio de Darwin, que recuerda a los combatientes muertos en el archipiélago austral.

“Estamos aquí para homenajear a todos nuestros héroes caídos en batalla y a nuestros ex combatientes”, dijo Boudou antes de enfatizar que hoy “tenemos una Presidenta que combate al colonialismo en todos los frentes”, al mencionar la próxima participación de Cristina Kirchner en la cumbre del G-20 y del encuentro ambientalista Río+20.

Boudou consideró, además, que la presentación de la Presidenta en la ONU es parte “de un política de Estado que se hizo carne desde Néstor Kirchner y que tiene que ver con una forma de interpretar la historia, el presente y el futuro del país”. “No pueden opinar los colonialistas de una colonia”, respondió luego Boudou, en un breve contacto con la prensa, ante la consulta sobre el plebiscito –respaldado por el Reino Unido– con que los kelpers se proponen confirmar su condición de británicos.

“David Cameron (primer ministro inglés) se equivoca cuando le pregunta a los ingleses si quieren seguir siendo ingleses, ya que es una paradoja preguntar a los usurpadores si quieren seguir usurpando”, agregó Puricelli y sentenció que “los británicos solamente van a ser respetables el día que se sienten a la mesa de negociación”. “Tenemos muy en claro cuáles fueron las decisiones, las dos caras de la misma moneda, y es por eso que no vamos a olvidar nunca la heroicidad de nuestros hombres en Malvinas”, sumó el ministro al repasar los antecedentes históricos que avalan la postura argentina y fustigó por igual a la dictadura militar argentina y al gobierno británico de Margaret Thatcher que desataron la guerra.
Fuente:Pagina12

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