JUEVES, 19 DE JULIO DE 2012
Las órdenes ya fueron dadas por el PRI y el IFE: López Obrador al carajo con todo y pruebas
Por Pedro Echeverría
1. El Instituto Federal Electoral (IFE) adelantó ayer juicios para echar abajo todos los planteamientos de inconformidad promovidos por el Movimiento Progresista encabezado por López Obrador contra la elección presidencial. Señaló que “no se actualiza ninguno de los supuestos de nulidad para esos comicios y tampoco se acreditan los supuestos de invalidez por la presunta compra y coacción del voto”. Enfatizó que “un presunto rebase de topes de campaña no anula la elección, si bien aún no ha sido acreditado”. Indicó que “sólo se han entregado informes preliminares de gastos -los cuales no pueden considerarse como base para un procedimiento extraordinario fiscalizador- y sólo será a la presentación del informe final, el 8 de octubre, cuando la Unidad de Fiscalización del instituto cuente con los elementos para advertir un presunto rebase de tope de campaña”.
2. El TRIFE ya cuenta así con todos los elementos para desechar las casi 700 cuartillas de acusaciones y pruebas entregadas por López Obrador. No necesitarán leer las 1,500 cuartillas que entregó como defensa Peña Nieto. Lo que sucede es que todo ese arbitraje que debería ser neutral, de la FEPADE, el TRIFE y el IFE, es muy parcial porque son parte privilegiada de la clase dominante. ¿Cómo pueden los “árbitros” del IFE “cometer el error de ser justos” y dejar de cobrar uno de los salarios más grandes y ofensivos que hay en México, sólo comparables con los del presidente de la República y los jueces de la Suprema Corte? Si tuvieran independencia serían otra cosa porque valorarían cada uno de los argumentos y determinarían en función de la realidad. Pero no; esa institución es de Estado y tiene la obligación de comportarse de acuerdo a las reglas establecidas por el sistema político.
3. Esas autoridades electorales -para justificar la mucha plata que cobran- funcionan como ciegos y sordos. No vieron ni oyeron que la campaña fue absolutamente desigual en los excesivos gastos, en los spot, apariciones, tiempos en los medios de información, en el manejo de las encuestas, en la compra de votos con despensas, materiales de construcción, dinero en efectivo, tarjetas de Soriana. Para ellos, esto que cualquier televidente puede reafirmar, es una mentira y, si acaso existió sólo es motivo de multa al partido o de una sanción, pero nunca de invalidez de la elección. Esto quiere decir que se repetirá el fraude de 2006 y nos estamos atrasando en nuestras protestas. Alguien diría que no hay que desesperarse, que hay más tiempo que vida; pero no debe olvidarse que en política hay que hacer las cosas en el momento adecuado aprovechando las condiciones de descontento de las masas de trabajadores.
4. ¿Puede AMLO seguir teniendo esperanzas en las instituciones que tanto lo han repudiado y desconocido? ¿Pueden los electores seguir sometiéndose a autoridades electorales que aceptan que el poder haga lo que quiera con las elecciones? ¿No sería acaso más acertado reunir a jóvenes activistas para planear las acciones políticas en las calles, las instituciones, los bancos, las embajadas y las carreteras, que se deben poner en práctica? Serían concentraciones y acciones de las más pacíficas e inofensivas como siempre han sido las del pueblo; no serían acciones violentas, ilegales, clandestinas, armadas o groseras porque, como bien se sabe, quien las tornan violentas son la policía y el ejército del gobierno cuando intervienen reprimiendo. Los violentos son los que portan armas, usan caballos, perros y gases lacrimógenos para reprimir. ¿Quién más violentos que ellos?
5. La reunión del sábado y domingo pasados en la explanada de la población heroica de Atenco, fue un buen calibrante para medir la energía de más de 300 organizaciones representadas por los activistas allí reunidos. Su pronunciamiento fue totalmente justo porque partió del análisis puntual de la sociedad mexicana, del proceso electoral y del enorme fraude que se construyó en beneficio de Peña Nieto, Televisa y el PRI. Los acuerdos han provocado muchos rechazos de políticos del PRI, PAN y PRD, así como de empresarios. Ante la falta de argumentos de éstos -con el objetivo de descalificarlos- han dicho que los jóvenes de “Yo soy 132” están siendo manipulados por grupos de la izquierda radical y por el mismo López Obrador. No pueden entender los directivos de esos partidos al servicio de la burguesía, que los jóvenes por propia edad tienen pensamientos avanzados y que no pueden anclar su pensamiento en lo conservador o reaccionario.
6. López Obrador posee una enorme experiencia en movilizaciones en la ciudad de México por haber encabezado varias decenas de ellas, sabe en qué momento se debe salir a la calle; pero también se puede equivocar por los mil un problemas que tiene pendientes. Por eso los más cercanos e influyentes en él tienen que convencerlo de la instrumentación de coordinaciones que se encarguen de organizarlas en comunión con los estudiantes, los electricistas, la CNTE, mineros, Mexicana, telefonistas y otros. El parecer el IFE ya dio su posición para influir sobre el TRIFE y la FEPADE. En este mismo momento Peña Nieto y el PRI han enviado a sus treinta “grandes abogados”, especialistas en elecciones, a “asesorar” todos los resolutivos que seguramente se adelantarán algunas semanas. Ya Peña ha visitado a Calderón para ensayar el traspaso de poder.
JUEVES, 19 DE JULIO DE 2012
Venturosa incertidumbre
Por Gerardo Fernández Casanova
“Que el fraude electoral jamás se olvide”
No hay pronóstico. La única certidumbre es la incertidumbre.
El castillo de naipes construido a golpe de marrullerías y excesos se tambalea. Peña Nieto y el IFE a su servicio cuentan votos y los cuentan de más (casillas con más votos que votantes, por ejemplo) mientras que en la calle se suman los mejores votos, que también pueden ser los mayores. El proceso electoral aún no concluye; en tribunales se ventila la impugnación formal por los partidos del Movimiento Progresista, encabezados por AMLO; en la calle y en las plazas el rechazo a Peña Nieto no atiende a formalismos ni a tutelas; no necesariamente luchan por un proyecto concreto sino contra uno que significa muerte.
En cualquier caso la disyuntiva está en la decisión que tome el Tribunal Electoral de la Federación (TRIFE) la que indudablemente será determinada por razones de orden político, más que por las de estricto apego a derecho. Me explico: la demanda de nulidad del proceso electoral está sustentada en la consideración del cúmulo de irregularidades y excesos con que operó la campaña de Peña Nieto, cuya probanza formal reviste un alto grado de dificultad (se les acusa de tramposos no de estúpidos). Las trampas son obvias pero sus huellas se difuminan en la maraña legaloide; las elecciones fueron tan limpias como el sanitario del hotel más lujoso que no por ello deja de procesar mierda. El TRIFE puede resolver por la afirmativa o por la negativa y en ambos casos hacerlo con apego a derecho. En este sentido es que afirmo que la decisión que se adopte tendrá que ser política, como también fue la del 2006.
Con este criterio y ante la incertidumbre es que me doy licencia para especular (no sin la calentura propia de la temporada). Por principio de cuentas vale señalar una importante diferencia respecto de la resolución tomada hace seis años que, de manera muy poco aseada, ratificó el supuesto triunfo de Calderón; entonces el presidente de la república aplicó toda su influencia para lograr tal ratificación por tratarse del candidato de su propio partido. Hoy el presidente en funciones ha tenido que adoptar el triunfo de Peña ante el rotundo fracaso de la candidata de su partido y con el designio de impedir el acceso de AMLO a como de lugar. Pero hoy resulta que la invalidación del proceso no significará que López Obrador sea presidente, por lo menos en términos inmediatos, sino transcurrido un plazo no menor de 14 meses, durante los que pueden suceder muchas cosas. Siendo así, la motivación de Calderón y de su fuerza panista bien puede transitar hacia la invalidación con lo que eludiría la calificación negativa de su régimen y hasta pudiera aspirar a terminar como un presidente que apoyó la democracia.
Por el lado del PRI hay fuerzas agazapadas que no ven con malos ojos la reacción negativa provocada por el supuesto triunfo de Peña Nieto. Beltrones tuvo que someterse a la aplanadora mediática y de dinero que impuso al candidato, pero no de buen grado. Hoy resulta que, en el caso de la invalidación, el más obvio prospecto para ocupar la presidencia interina es precisamente Manlio Fabio Beltrones y que ese papel histórico reviste un enorme atractivo para un político que se ha distinguido por su capacidad de concertación. Incluso para los que deveras toman las decisiones la invalidación no significaría un salto al vacío, sino que le ofrecería la posibilidad de que las cosas sigan igual pero con un importante aporte de saneamiento. Lo anterior sin olvidar que Beltrones es un priísta de cepa, con todos sus agravantes, y que siempre fue el plan B de Salinas.
De otro lado, a quienes realmente mandan en el país no les conviene sostener el triunfo de alguien que provoca tal nivel de rechazo social; López Obrador no les significa un peligro inminente, por lo que bien pueden decantarse hacia el interinato de Beltrones y con ello dar oxígeno a su proyecto.
Para el Movimiento Progresista, cierto de no poder revertir el resultado a su favor, lo importante es la invalidación de la que resultaría fortalecido y con capacidad de negociar eficazmente con el gobierno interino e impulsar reformas de orden político y electoral para un mejor ordenamiento de los procesos.
El movimiento popular no quedaría satisfecho plenamente con una negociación como la que aquí especulo, pero se apuntaría un enorme triunfo en su proyecto de rechazo a Televisa y a Peña Nieto capaz de catapultarlo a un nivel superior de organización.
Son puras especulaciones calenturientas… pero ¿Por qué no?.
Fuente:Argenpress
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