5 de agosto de 2012

CUANDO SE MIENTE CON DESCARO: LA VERDAD DE LA CAMPAÑA CONTRA VÍCTOR HUGO MORALES.

La verdad de la campaña contra Víctor Hugo Morales 
La vergüenza oculta 
Por Rubén Pereyra
01.08.2012 
Los que acusan al periodista tienen un pasado vergonzoso que ocultar. El rol de Danilo Arbilla, funcionario de la dictadura uruguaya que cerró medios y llevó a la cárcel a varios trabajadores de prensa.
La vergüenza oculta” es un trabajo de Melvin Lansky, médico del Instituto Psicoanalítico de Los Angeles, que sin conocer nada de la política latinoamericana ni de las dictaduras uruguaya y argentina, definió en pocas líneas el comportamiento de los acusadores del periodista y locutor Víctor Hugo Morales: “Sentimos vergüenza (la emoción) cuando nos exponemos ante nosotros mismos o ante terceros como deficientes, indignos de ser queridos o decepcionantes, en relación a algo que ya ha ocurrido”. La ignorancia del autor de esta nota, tanto en este campo como en tantos otros, impedirá avanzar en un análisis más detallado del comportamiento (ahora sí) vergonzante del Grupo Clarín, de la Editorial Perfil, del diario La Nación y del periodista Jorge Lanata. Exceptuando a este último, quien reconoció que en esa época trabajaba de mozo (lástima no habernos cruzado, yo era lavacopas en la pizzería de Las Flores y Mitre, en Wilde), tanto Héctor Magnetto como Bartolomé Mitre y Jorge Fontevecchia tienen pergaminos dignos de ocultar por su posición ante los dictadores. Intentar vincular políticamente a Víctor Hugo Morales con quienes fueron sus perseguidores no resiste el menor análisis si no se apela a Lansky. Sólo ocultan su propia vergüenza.


Vamos a recordar el comportamiento de estos medios durante la larga noche que va de 1976 a 1983, para luego analizar qué hicieron esos mismos medios ante la dictadura uruguaya. También la vinculación con funcionarios uruguayos que participaron de ese gobierno con cargos jerárquicos y que, desde ese lugar, censuraron y cerraron medios. Claro, la vergüenza oculta hace que sólo se ocupen de dos picaditos de fútbol y una grabación para vincular al popular relator uruguayo con un gobierno que en realidad lo persiguió y hostigó incansablemente hasta que debió venirse a trabajar a la Argentina, en 1980.


Conocida es la tapa del diario Clarín del 24 de marzo de 1976: “Nuevo gobierno” y, más abajo, “Comunicados de la junta militar”. Nunca una palabra de condena, ni siquiera la mención a la interrupción del orden democrático, ni a la detención ilegal de quien era hasta ese momento la presidenta constitucional, María Estela Martínez de Perón.


Quizás hasta fue más jugada la tapa del conservador diario La Nación: “Las Fuerzas Armadas asumen el poder; detúvose a la Presidente”. Más abajo, el diario de los Mitre publica una artículo cuyo título reza “En La Plata la acción terrorista fue dominada”. No se refiere, por supuesto, a los terroristas que usurparon el poder ese mismo día.


¿Y Perfil? Si bien Jorge Fontevecchia era muy joven, su escasa comprensión de los hechos le daba para escribir como director de La Semana, que apoyó desde un primer momento a la dictadura de Jorge Rafael Videla. En 1977 Fontevecchia escribió: “Cambio 16 es una revista semanal que se publica en Madrid. Su tendencia puede calificarse de izquierdista y su material orilla en algunas ocasiones la apología de la violencia (…) Como es obvio sus notas se ocupan prolijamente de hostilizar al actual gobierno y la prédica se centra en un tema de gran consumo en Europa: el de los derechos humanos”.


Para justificar su postura, Fontevecchia publicó hace muy poco, el 21 de agosto de 2010 (hace apenas dos años), lo siguiente: “En 1976 no se podía saber que la última dictadura sería infinitamente más cruel y macabra que las anteriores…”. Huelgan los comentarios. Pero crucemos el Río de la Plata, que une la Argentina con Uruguay, para enterarnos si los que hoy acusan a Víctor Hugo Morales tuvieron una actitud diferente ante el golpe que tres años antes había interrumpido el orden democrático en el vecino país.


El personaje de la vergüenza oculta tiene nombre y apellido: Danilo Arbilla, director de Difusión e Información de la Presidencia durante la dictadura en Uruguay. Para más datos, periodista, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en el 2000 y, además, columnista de La Nación y de Editorial Perfil. Además, en 1999 visitó la redacción del diario Clarín como parte de la SIP. Nunca se dice, en ninguna de esas publicaciones, que Arbilla fue funcionario de la dictadura uruguaya y que censuró medios.
Tampoco se dice, en la aclaración de firma de esos artículos, que por su actuación en la dictadura, cuando Arbilla fue designado al frente de la SIP, La República y otros medios uruguayos cuestionaron el nombramiento y se fueron del organismo. En su país, Arbilla era conocido por clausurar y cerrar medios, además de perseguir periodistas. La Nación y Clarín callaron esta discusión, nada informaron en sus publicaciones y de este modo protegieron a este cómplice de los dictadores.


En su paso por la función pública, Danilo Arbilla, como se dijo, ocupaba el cargo de director de Difusión e Información desde 1972. El 27 de junio de 1973, cuando los militares terminaron de derrocar al gobierno títere de Bordaberry, Arbilla permaneció en el cargo no obstante reconocer que el golpe significó un “quebranto institucional”. Reconocería en una entrevista posterior, en 1993, con el diario El Día: “Tuve la disyuntiva y me quedé”.


En ese mismo reportaje, aseguró que en eso que él llamó “período de gobierno” y no dictadura militar “no todo fue tan malo”. Pero la historia que cuenta el diario La Republica, de Uruguay, dice que durante el tiempo en que Arbilla permaneció en el cargo hubo 14 clausuras definitivas de medios, 159 clausuras transitorias, se requisaron tres diarios extranjeros, un libro y una revista de la Unesco. Fueron presos dos directores de periódicos y un dirigente de la Asociación de Periodistas Uruguayos, organismo al que se le confiscó la colonia de vacaciones. Además, decenas de periodistas fueron encarcelados y tres periodistas murieron en la cárcel, años después, debido a las torturas.


Según consta en el archivo de ese diario “desde el golpe de Estado de 1973 hasta fines de 1975, período en que Arbilla se reconoce como director de Difusión e Información de la Presidencia (dictadura), cayeron presos y posteriormente fueron al exilio –entre otros– Carlos Quijano, director de Marcha, y Eduardo Viera, director de El Popular. Héctor Rodríguez, periodista de Marcha y de Respuesta, fue detenido, salvajemente torturado y condenado a prisión por más de ocho años”.


Agrega el artículo publicado por La República en octubre de 2000, cuando Danilo Arbilla estaba a cargo de la presidencia de la SIP: “Los dirigentes de APU Carlos Borche –reconocido nacional e internacionalmente por su lucha en defensa de presos políticos paraguayos y por su papel en la erradicación de la enfermedad de Chagas en nuestro país– y Santiago Puchet, junto al fotógrafo ‘El Gallego’ González, fueron de los primeros exiliados en 1975 en la embajada mexicana. Decenas de periodistas de El Popular fueron detenidos en ese período que va entre 1973 y fines de 1975 y condenados a prisión en el Penal de Libertad, luego de pasar por ‘El Infierno’. Entre la larga lista se encuentran José Jorge Martínez, Rodolfo Porley, José Luis Piccardo, Rubén Acasuso e Ismael Weismberger”.


Para ilustrar un poco más acerca de este personaje, vayan dos párrafos de sus colaboraciones en Perfil y La Nación. El 30/12/2010 escribió para la editorial de Fontevecchia un análisis de las elecciones brasileñas y el cambio de gobierno: “La cuestión es que Dilma deberá encarar su gobierno con algunos ‘temitas’ de arrastre, y alguna recomendación especial. Uno de aquellos es el que tiene que ver con la actuación de las Fuerzas Armadas durante la era militar, el cual Lula siempre ‘pateó’ para el costado o ‘para adelante’. No enfrentó a los militares y logró ocho años de equilibrio. Pero este es un tema que puede estar mucho tiempo aletargado o postergado y transformarse –en un momento dado– en punto candente de la agenda política y social. Ha ocurrido en la región y fuera, por ejemplo en España. Para la presidenta brasileña, por ser una guerrillera amnistiada, el tema, además, se le hace más complejo y delicado”.


En La Nación, el 29 de noviembre de 2009, escribió un artículo sobre las elecciones en Uruguay, especial para ese diario, que tituló: “De la guerrilla a la antesala del poder”. Allí afirma: “Si el ex guerrillero tupamaro José “Pepe” Mujica gana hoy la segunda vuelta y es electo presidente uruguayo, se habrá cumplido un proceso dialéctico casi impecable desde que los tupamaros iniciaron sus acciones a principios de los ’60, cuando el Uruguay vivía en democracia, y hasta el propio Ernesto ‘Che’ Guevara desestimaba la violencia o la revolución como vías válidas o necesarias para llegar al poder en este país. En aquellos tiempos, tras la guerrilla vino el ejército y cayó la democracia –los militares derrotaron a los tupamaros y tomaron el poder–. Luego volvió la democracia, y en el marco de este régimen es que ahora el ex guerrillero accede a la primera magistratura”.


Nótese que para el autor los tupamaros fueron quienes interrumpieron la democracia en el vecino país y después “vino el ejército”.


Queda claro entonces, una vez más, quién es quién en la política argentina y cómo se posicionó cada cual respecto del golpe de Estado en Uruguay. Las tapas neutras de Clarín en esos días de junio de 1973, coincidentes con la “neutralidad” de marzo de 1976, muestran una conducta que deben ocultar para poder operar con algo de sentido contra un periodista creíble y que sí fue perseguido por la dictadura de su país.


Su defensa política la hace el mismo Víctor Hugo Morales en su sitio de Internet y en su programa La Mañana, por Radio Continental. También lo hace en una pequeña entrevista que acompaña este artículo y que tuvo la deferencia de contestar desde Londres.


Por qué eligen al uruguayo como destinatario de sus operaciones mentirosas resulta evidente: es hoy uno de los periodistas de mayor prestigio del país y uno de los más creíbles. Pero tiene un defecto: sin dejar de ser crítico, apoya muchas de las medidas del Gobierno y mantiene un enfrentamiento histórico con el Grupo Clarín. Una posición poco digerible para quienes desde 2008 mantienen una actitud destituyente. Basta mencionar el apoyo incondicional de referentes de los derechos humanos como Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini y Taty Almeyda para darnos cuenta de que algo huele a podrido en la información publicada el fin de semana pasado en la revista Noticias y en el programa Periodismo para Todos, que conduce Jorge Lanata. Y algo que huele a podrido mejor ocultarlo, como la vergüenza.
Informe: Graciela Moreno y Lucas Cremades


El uruguayo se defiente: 
"Fui, sin darme cuenta, muy persistente en la denuncia" 
Estuvo en boca de algunos periodistas que salieron a pegarle debido a cuestiones vinculadas con su pasado. Aparecieron un par de fotos junto a un coronel de su país, en la década del ’70. Lo relacionaron con un sector militar de la dictadura uruguaya. Víctor Hugo Morales, en tanto, se defendió. Mostró en su página web las carpetas que tenía la Junta de Comandantes del Servicio de Inteligencia de Defensa, donde la dictadura lo cataloga de comunista y algo peligroso para su nación. Más allá de esto y frente a una consulta de Veintitrés, el relator habló de esta situación.


–¿Por qué cree que lo atacan en este momento? 
–En los grandes temas el lado Magnetto de esta historia está sin argumentos. Papel Prensa, la grilla, la libertad de expresión, Cablevisión, el Fútbol para Todos, la Ley de Medios, etcétera. En todos estos temas he dado pelea. Si pudieran decir algo respetable para la inteligencia no estarían tan enojados. Nos sobrarían, tendrían más humor. No hay forma, están flojos. Entonces tienen que matar como sea al que los expone. Yo he sido, sin darme cuenta, muy persistente en la denuncia. Lo que digo desde hace quince años sobre el grupo no les dolía. Pero ahora, el contexto es mucho más favorable para quienes los visualizan como un verdadero cáncer moral. 


–¿Qué pasó en aquel momento? 
–Los archivos de la propia dictadura podés verlos en mi página, dicen que fui un hombre de la contra con la dictadura militar. Está bien visualizado como tal. Un militar que fue un buen tipo que nos advirtió y aconsejó sobre ciertos riesgos de la época, tonterías si se quiere, pero mostrando afecto por nosotros, fue contactado a partir de lo que yo mismo había contado muchas veces (hay en mi página una nota del diario El País de 2006). Estará grande, se habrá enojado al cabo de 35 años de no verme. Naturalmente es un hombre de derecha, quizás agudizada la posición de los años y de dos partidos de fútbol, jugados con 20 compañeros periodistas, armó una historia de que yo me la pasaba en el cuartel. Con eso construyeron una historia que como ejercicio de “estilo” cualquiera puede hacer sobre cualquier persona. Una historia producida desde aquí, contratando un tipo que detectaron como muy contrario a mí, por una nota en un blog. Lo armó un periodista de acá, lo pagó la gente del grupo, vieron un gran negocio después. Y en eso están.


–¿Usted podía no saber lo que pasaba en aquel momento en Uruguay? 
–Lo de Uruguay estaba bajo control y hasta hace pocos meses nada se dijo nunca de desaparecidos. No hubo un plan así. Tenían la situación controlada y la vida continuaba. Los que estábamos en contra, igual mostrábamos la hilacha, demasiado expuestos, pero lo hacíamos. Fui llevado no menos de cuatro veces a dar explicaciones. Respaldé públicamente a gente que se oponía al régimen, di la voz del estadio a exiliados, hice campaña para ir a los Juegos Olímpicos de Moscú. Fui prohibido con anuencia de la dictadura que luego debió dar marcha atrás. Caí preso casi un mes por una pelea en un partido de fútbol, les cambié la canción del Mundialito. Me fui del país. Qué más.


–Los que lo acusan dicen que algo debía saber. 
–No hay acusación de nada. La síntesis de los militares de ese cuartel es que yo iba y charlaba de fútbol con los cadetes, sólo de fútbol. Que fui más veces que las dos que estuve allí con todos mis amigos y con eso armaron la historia. Me estás preguntando desde un lugar en el que debo dar explicaciones por lo que ellos han instalado. Di por lo menos una charla en Campo de Mayo en 1982 u ’83 y participe de un cóctel, recuerdo a un coronel Conde como un anfitrión bien dispuesto. Pero hablaba de mi ideal izquierdista en los medios, peleábamos desde Cada loco con su tema en Sport 80 diciendo cosas increíbles del régimen, sugeridas, pero claritas. Se dan relaciones inevitables para quienes están más expuestos. El militar uruguayo que hace las declaraciones era quizás un cholulo o un tipo bien inspirado .Y para que quede claro, lo sabían mis amigos tupas de Colonia, los que ya estaban fuera de la cárcel. Eran, claro, los únicos que conocía. Uno de ellos llegó a trabajar conmigo como relator aquí en Buenos Aires.


–¿Hará alguna presentación judicial? 
–Lo haré, creo que ya está en marcha. Claramente es una campaña. En Uruguay y aquí.


–¿Estima que es una operación mediática o lo atacan por sus posiciones políticas? 
–Una cosa es la otra también. Me quieren eyectar del mundo. Es una mafia que aún no mató a balazos. Te quiere asesinar de otra manera. Y me han dejado malherido, pero vivo.


Opinión 
Tuvo una actitud digna 
Por Rafael Michelini Delle Piane 
Senador Frente Amplio del Uruguay


Lo que están haciendo con Víctor Hugo es una canallada total, ya que él tuvo una actitud digna durante la dictadura en mi país tratando de abrir espacios de libertad, una y otra vez. Esta maniobra me sorprendió mucho, sigo sosteniendo que no sé con qué objetivo. Y recalco que no sé, más teniendo en cuenta que no me compete inmiscuirme en cuestiones que acontecen en la Argentina. Además, no se puede cambiar el pasado. La ESMA y el Batallón Florida son completamente diferentes porque en la primera se estableció un centro de torturas y muerte. El batallón, en cambio, dejó de ser un lugar de represión desde el momento en el que asumieron los militares. Lo fue, sí, durante la democracia “dura”, y después los lugares de represión se establecieron en otros cuarteles. Me comuniqué con Víctor Hugo para expresarle mi solidaridad y lo encontré con ánimo. Es que él mejor que nadie sabe cómo actuó en aquellos años. (Testimonio recogido telefónicamente)


Opinión 
Si supiera 
Por Pablo Llonto 
Periodista, ex delegado de Clarín despedido, abogado de DD.HH.


Pobre Lanata. Si él supiera, si le gustase el fútbol (algo que desprecia por sus propios dichos: “En Página 12 pasaba de largo la sección Deportes”) se hubiese enterado de los cientos de desafíos a la censura que Víctor Hugo llevaba adelante. Y como lo hizo desde el primer relato que nos brindó en la Argentina 1981, cuando al debutar en radio, luego de un gol de Brindisi en el Boca maradoniano, recitó la letra de un genial artista perseguido: a desalambrar, a desalambrar, dijo Víctor Hugo esa tarde, a sabiendas de que otro uruguayo. Daniel Viglietti, era palabra prohibida en todas las emisoras. 


Víctor Hugo llegó a la Argentina para demostrar que era posible terminar con el relator de los militares, José María Muñoz. Y por suerte lo desplazó, lo puso en su lugar, nos enseñó a todos que el periodismo deportivo y el relato podían tener contenido, belleza, lenguaje, poesía y, especialmente, ideas populares y combativas.


Hoy nuestro gremio sabe quién es quién. Por eso Víctor Hugo es bien recibido en todas las redacciones y asambleas de compañeras y compañeros del gremio. Nunca olvidaremos quienes trabajábamos en TyC-El Gráfico cuando en 2001, silenciosamente, se acercó a una choripaneada de laburantes, una mañana fría de otoño, en una olla popular, y nos dejó la solidaridad de quienes no quieren que los gestos se divulguen.


Hace falta decirlo, por si no lo supieran, los lanatas, los conversos.
Fuente:RevistaVeintitres




DOS REFLEXIONES SOBRE LAS ACUSACIONES CONTRA EL PERIODISTA VICTOR HUGO MORALES
La campaña
Jaime Roos *
Un disparate
No sé cual es el libro en cuestión, pero de todas maneras no dudo en opinar que tiene que ser algún tipo de maniobra contra Víctor Hugo, puesto que es absolutamente absurdo pensar en algún tipo de vínculo entre él y la dictadura. Los que estábamos aquí sabíamos muy bien cómo eran las cosas y quiénes estaban de este bando y quiénes del otro. Si hay algo que queda muy claro es que Víctor Hugo estuvo siempre en contra de los militares. Y que incluso eso fue motivo de una serie de problemas que se le fueron planteando en su trabajo. Acá en Uruguay somos pocos y nos conocemos. Hay que tener en cuenta que él comenzó su carrera como locutor y como relator futbolístico justamente en el comienzo de la dictadura y se hizo popular con una enorme velocidad. En esa época, los milicos estaban por todas partes. Entrabas a una escuela y había milicos, o sea, había todo tipo de idas y venidas y siempre estaban ellos. Entonces, puede ser que Víctor Hugo haya estado en alguna reunión en donde había militares. Pero hay algo que estaba muy claro, y los militares fueron los primeros en saberlo: Víctor Hugo estaba en contra de la dictadura de forma frontal. Luego se fue a la Argentina y su actitud desde Argentina siempre fue clara: a lo largo de nuestra penosa y larga dictadura de doce años él siempre estuvo ayudando a toda la gente que se refugiaba en la Argentina. Le dio manos a centenares de personas que escapaban de Uruguay, o sea que todo es un invento, y de los feos. No le encuentro otra explicación más que la de una operación mediática. Los motivos por lo que puede ser una operación mediática pueden ser varios y de todo tipo. Pero de eso prefiero no opinar. Lo que sí sé es que esto tiene una sola explicación. Esto es una operación mediática para enchastrarlo. Estamos hablando de un grande. Nadie duda de quién es Víctor Hugo. Es más que un periodista, es una institución. A veces podemos estar a favor o no. Tiene defectos y virtudes como todos nosotros. Pero nadie pone en tela de juicio quién es Víctor Hugo Morales. Tiene una reputación de una vida detrás para avalarlo. La acusación es directamente un disparate.
* Músico.


Luis Alberto Quevedo *
El más débil
Conocimos en estos días una canallada periodística. Todo comenzó con la revista Noticias de la semana pasada y continuó con Periodismo para Todos en el Canal 13. Luego se multiplicó en todas las licencias y medios que tiene el grupo Clarín más el grupo Perfil y el diario La Nación. Una operación que tuvo múltiples victimarios y una sola víctima: un periodista radial con algo de historia televisiva y con antecedentes en el periodismo gráfico (autor de varios libros y de numerosas columnas en diarios y revistas), el periodista se llama Víctor Hugo Morales, es uruguayo de nacimiento y argentino por adopción.


La operatoria de la acusación tiene la marca inconfundible del modo en que Jorge Lanata construye su discurso periodístico. La fórmula se repite y suele ser así: sustraer todo acontecimiento de su historia; despojar a los hechos de todo contexto; sacar una foto y quemar la película; recortar la realidad hasta transformarla en un solo momento, en una foto, en una frase acusatoria que justifica, por sí sola, la hoguera en la plaza pública... Y luego viene el remate que ya resulta monótono y se resume a veces en una sola palabra y otras veces se extiende a dos o tres: “¡roban!” (y la claque del canal ríe); “¡son corruptos!”; “¡mienten!”; “¡son autoritarios y prepotentes!” (dichas así, con énfasis y con la indignación de una dama que se ubica en la platea baja del Colón para juzgar con violencia a gobernantes ladrones y sirvientes del poder que se aprovechan). Toda la complejidad de la política, de los procesos históricos, de las aristas múltiples que tiene la realidad o la vida de un hombre se reduce a un razonamiento simple, chato, lineal y monotemático: “¡Lo hacen por dinero, para quedarse con nuestro dinero, o con el de los jubilados, que se mueren de hambre!”. Fin del pensamiento político. Fin de la investigación periodística. Fin de la inteligencia...


Eso han hecho con la historia, el prestigio, la vida y la trayectoria profesional y personal de Víctor Hugo Morales usando dos fotos y una grabación. ¿Cuáles son las fotos? ¿Qué fue lo que dijo? En 1977 jugó al fútbol en un cuartel y participó de la despedida de un mayor del ejército que partía en misión a la India: las dos fotos son del acto de despedida, el discurso es el de quien pide “un aplauso para el asador”, como el mismo VHM lo ha definido. Eso es todo. Pero ¿hay más? Sí, por ejemplo, en el año ’77 Uruguay jugó las Eliminatorias para el Mundial del ‘78. El último partido fue en Caracas y la celeste quedó fuera del Mundial que se jugó en Argentina. VHM cerró la transmisión con un “Buenas noches, país del dolor”. Muchas veces el relator hizo esto: decir al aire pequeños mensajes que contaran la realidad de ese país que ocultaba la dictadura. Regresó a Montevideo y se lo llevaron preso a un cuartel: tenía que dar explicaciones por esa frase. Estuvo preso en 1977 y varias veces más.


En el año ’80, cuando los militares organizaron el “Mundialito” para llenar de alegrías a un país del dolor y aprobar ese mismo año una nueva Constitución para justificar a la dictadura, VHM se negó a transmitir la ceremonia inaugural y no puso nunca al aire la marchita que los militares prepararon para ese evento. Uruguay ganó el torneo y hubo festejos públicos, los militares perdieron el plebiscito y hubo festejos con los dientes apretados y VHM terminó otra vez preso. Lo visitaron en la cárcel Adrián Paenza y Fernando Niembro y le propusieron venir a Buenos Aires a trabajar. En 1981, VHM se instaló definitivamente en el país y se quedó hasta ser el relator deportivo más importante. Desde aquí, apoyó activamente las campañas electorales de los candidatos presidenciales del Frente Amplio, Tabaré Vázquez y José “Pepe” Mujica.


El 25 de agosto de 2010, TN transmitió una charla entre Jorge Lanata y Ernesto Tenembaum donde estos dos periodistas, que alguna vez formaron parte del periodismo progresista y renovador de nuestro país, deciden explicar ante las cámaras por qué están del lado del poderoso Clarín. El mismísimo Clarín, el grupo económico y mediático que fue denunciado por ellos mismos en distintas oportunidades por sus posiciones monopólicas. El argumento lo propone Lanata y como siempre es simple y lineal: en la pelea con el Gobierno, Clarín es el más débil. Fin de la argumentación.
El más débil en una contienda es el que tiene la razón: éste es el razonamiento de los dos hombres de Clarín. Y, como siempre, todo sin historia, sin pasado, sin considerar que existen otros poderes que compiten con los gobiernos y sin mostrar, una vez más, la película completa. Y en el caso de Víctor Hugo frente a los poderosos propietarios de (casi todos) los medios en Argentina, ¿quién es el débil? ¿otra vez Clarín/Perfil/La Nación? No parece creíble. Por eso hay que cambiar el argumento, pero no para complejizar el juicio, sino para volver a simplificarlo: esas dos fotos y esa grabación nos dicen que VHM fue un colaborador de la dictadura. Punto.


Cuando Lanata lo dijo en la noche del domingo pasado en Canal 13 no hubo risas de fondo. Ni siquiera la de aquellos que están ahí sólo para reírse y aplaudir. Algo les dijo que el periodista devenido cómico había cruzado una línea, un punto de no retorno, un límite no sólo de la labor periodística sino de la ética más elemental. Y estaban en lo cierto, era un momento triste de nuestra televisión. Un momento para no reírse.
* Sociólogo. Investigador de Flacso y profesor de la UBA.




Respaldo de Ctera
La secretaria general del gremio de los docentes Ctera, Stella Maldonado, y el secretario de prensa, Alejandro Demichelis, repudiaron en nombre del gremio de los docentes “el ataque nefasto de los grupos mediáticos” hacia el periodista Víctor Hugo Morales: “En la última semana los grandes grupos mediáticos realizaron un infame ataque en el cual involucran y acusan al periodista Víctor Hugo Morales de ser colaborador y cómplice de la última dictadura militar uruguaya. El periodista Víctor Hugo Morales demostró durante toda su trayectoria una línea de conducta, veracidad y honestidad como periodista e intelectual”. En comunicado, Maldonado y Demichelis recordaron que “la Ctera, en el año 2006, distinguió a Víctor Hugo Morales como Maestro de Vida, por sus convicciones, por su trabajo honesto, por su compromiso con las causas justas. Desde la Ctera nos solidarizamos con Víctor Hugo Morales, rechazando y repudiando el ataque nefasto de los grupos mediáticos hacia su persona”.

Una solicitada
Distintas personalidades de la cultura y la política y representantes de organismos de derechos humanos y sociales apoyaron al periodista Víctor Hugo Morales a través de una solicitada (ver página 6). Allí expresaron que “las injurias en las que fue involucrado responden a una etapa más de las amplias campañas que vienen realizando quienes pretenden continuar imponiendo su visión del mundo”. Entre muchos otros firman Raúl Zaffaroni, Estela Carlotto, Fito Páez, Federico Luppi, Leonado Sbaraglia, Lito Cruz, Carta Abierta, Eduardo Aliverti y Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Fuente:Pagina12

31.07.2012 
El senador uruguayo Rafael Michelini destacó la postura del periodista contra la dictadura 
Indignación de Abuelas y Madres por la operación contra Víctor Hugo 
Las acusaciones de presuntos vínculos de Morales con la dictadura en Uruguay generaron la reacción y el amplio repudio de Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini, Taty Almeida y organismos de Derechos Humanos. 
Por: Gustavo Montiel 
Se multiplican las expresiones de desagravio y apoyo al periodista Víctor Hugo Morales, ante el ataque combinado que intentan instalar en la opinión pública el Grupo Clarín, el diario La Nación y la editorial Perfil, tomando como base un libro de los periodistas Leonardo Haberkorn y Luciano Álvarez, publicado en Uruguay y que fue replicado y amplificado en espiral por estos medios hegemónicos. 


Representantes de organismos de Derechos Humanos, periodísticos y de la política argentina y uruguaya salieron al cruce del intento de vincular a Víctor Hugo con la dictadura en Uruguay, basados en una supuesta amistad del periodista con el entonces mayor del Ejército oriental Juan Carlos Grosso y de la grabación de un pequeño discurso que enunció Morales en ocasión de una cena. 


El senador del Frente Amplio del Uruguay, Rafael Michelini –hijo de Zelmar Michelini, ex senador oriental asesinado en Buenos Aires en mayo de 1976, en plena dictadura argentina- afirmó que "detrás de las acusaciones a Víctor Hugo Morales hay intereses espurios. Nadie duda de su entereza. Tratar de fusilar el pasado de Víctor Hugo es una calumnia que indigna a los uruguayos", remarcó el legislador, quien se manifestó "indignado" por las acusaciones al periodista.


Y recordó el accionar del periodista durante la dictadura en Uruguay: "(Víctor Hugo) cada vez que podía intentaba abrir espacios de libertad. En Venezuela dejó unos minutos los micrófonos abiertos para que los uruguayos gritaran cánticos contra la dictadura durante un partido de fútbol que le tocó transmitir a la selección celeste y así podemos nombrar diferentes sucesos. La gente en Uruguay lo quiere mucho a Víctor Hugo porque tuvo gestos que no tenía por qué tenerlos y que podían costarle la vida", concluyó. 


En tanto, Abuelas de Plaza de Mayo –con su titular, Estela de Carlotto a la cabeza–, Madres Línea Fundadora y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas, manifestaron "solidaridad con el periodista Víctor Hugo Morales", y salieron a "repudiar la operación mediática que pesa en su contra y que intenta vincularlo con la dictadura uruguaya". Carlotto señaló que "Víctor Hugo para ellos (en referencia a los autores de la operación) es el emblema de lo que hay que destruir". 


"Mi repudio total a lo dicho sobre Víctor Hugo. Estoy indignada con las infamias sobre él, no hay derecho", expresó Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora en declaraciones al programa La García, por Radio Cooperativa AM 770. 


Los organismos de Derechos Humanos argentinos coincidieron en agradecer al periodista uruguayo por brindar espacio y difundir en sus programas sus luchas. "Víctor Hugo siempre ha tendido una mano comprometida con la lucha de los organismos en defensa de la Memoria, la Verdad y la Justicia… Víctor Hugo es, además, un periodista impecable y honesto que se ha destacado, justamente, por su batalla contra los mismos medios concentrados que desde hace un tiempo intentan desprestigiarlo", enfatizaron. 


La titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, en la página oficial del organismo expresó: "Me repugna escuchar a pseudoperiodistas, periodistas del amarillismo o periodistas del establishment, como les querramos llamar, agredir de manera tan baja a Víctor Hugo, el señor de la Radio. Víctor Hugo, el hombre honesto, serio. Claro, no pueden llegar a lo que es él porque para llegar a ser lo que es Víctor Hugo hay que tener un pasado como el de él", remarcó. Y en declaraciones radiales, señaló: "Límpiense la boca antes de hablar de Víctor Hugo. Él tiene algo que a la mayoría le falta: humildad", destacó. « 


SOLICITADA 
Comunicadores de la Argentina (Comuna) rechaza la agresión contra el colega Víctor Hugo Morales por parte de las empresas periodísticas –Clarín y La Nación– que se apropiaron, bajo dictadura y con torturas, de Papel Prensa y mediante la corrupción y la extorsión en los '90 de los cientos de licencias que hoy los ciudadanos exigimos que devuelvan, ya que como establece la Ley de Medios de la democracia el espacio radioeléctrico es propiedad de los millones de argentinos. El ataque a VHM sobre sus supuestos vínculos con la dictadura uruguaya, no sólo es una mentira sino que se produce con el objetivo de dañar moralmente a los periodistas populares. Las corporaciones mediáticas opositoras a nuestro gobierno pactaron, silenciaron y se enriquecieron con los miles de muertos y desaparecidos que produjo el Estado Terrorista de 1976 del que fueron socios. Por eso, no vacilan hoy en tener empleados que no hacen periodismo sino que operan en defensa de sus negocios. Ya que hacer periodismo sería no faltar a la verdad y utilizar fuentes fidedignas. Somos miles de comunicadores los que decimos basta a la agresión por parte del principal grupo mediático del país. Y volvemos a denunciar la utilización de la información como una mercancía que se compra, se vende y se falsifica en función de los negocios de tan sólo 6 familias que tienen la mayoría accionaria de Clarín y La Nación. La aberración de la práctica periodística en la que incurren los empleados, transformados en verdaderos operadores de las corporaciones mediáticas, no pasará. La Ley de Medios de la democracia es su destino final. Por todo esto, como las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, y como todos los periodistas que creemos en la profesión como un instrumento de libertad y democracia, hoy le brindamos nuestro apoyo a Víctor Hugo Morales.
Fuente:TiempoArgentino                        

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