23 de agosto de 2012

PARANÁ: CAUSA HARGUINDEGUY: Refirieron a la detención ilegal, las visitas en las unidades penales y el desamparo.

22/08/2012
Refirieron a la detención ilegal, las visitas en las unidades penales y el desamparo 
Conmovedores relatos de familiares de los hermanos Martínez Garbino dejaron su huella en la Causa Harguindeguy 
En el banquillo, los acusados permanecían inmunes a las interpelaciones. 
“Hubo un despliegue enorme. Era impactante, ya habíamos pasado un allanamiento, pero no me puedo olvidar de ese momento, aunque pasaron más de 30 años”. María del Carmen Rebora presenció la privación ilegal de la libertad de su esposo Jaime y su cuñado Emilio Martínez Garbino, en la noche del 28 de octubre de 1976. Durante un año y medio, siguió la suerte de su compañero en diferentes centros de detención: el Regimiento y la cárcel de Gualeguaychú, y la unidad penal de Resistencia. Con varios hijos pequeños y una recién nacida en brazos, temió por la vida de su esposo, preso por su militancia en el peronismo y por asesorar a pequeños ruralistas de las Ligas Agrarias correntinas. Este miércoles compartió su historia en el juicio por la Causa Harguindeguy, y se ganó el respeto y admiración de los presentes. También declaró ante el Tribunal Oral Federal de Paraná el ex vicegobernador radical Jorge Martínez Garbino, quien remarcó la incertidumbre que padeció su familia en aquellos años. 
Por Betiana Spadillero Gaioli 
Se sumergieron en un abrazo. De esos que calman, contienen y curan desgarros del alma, heridas de una historia que los separó pero también los volvió más fuertes y unidos que nunca.

Los demás -letrados, periodistas y militantes por los derechos humanos- abandonaron el hall de la Cámara Federal de Apelaciones y dejaron ese momento para la familia Martínez Garbino. Varias generaciones que se reunieron este miércoles para escuchar, en primera persona, los relatos de búsqueda y espera de sus seres queridos. 

“Lo que nunca pudieron doblegar fue su espíritu” 
“Estaba en mi casa, con mis hijos y mi esposo. Yo estaba embarazada. Nos íbamos a comer a la casa de un familiar. Uno de mis hijos me pidió para ir al baño, cuando salimos veo a dos personas vestidas de Policía. Me sorprendió verlos. Les pregunté qué buscaban y me dijeron que por órdenes del capitán (Gustavo) Martínez Zuviría buscaban a mi marido y a su hermano (Emilio Martínez Garbino)”. María del Carmen Rebora vio cómo esa noche del 28 de octubre de 1976 se llevaban detenido a su esposo Jaime Martínez Garbino.

“Hubo un despliegue enorme, con autos Falcon y camiones. Era impactante, ya habíamos pasado un allanamiento en Goya, pero no me puedo olvidar de ese momento, aunque pasaron más de 30 años”, confió en su declaración ante el Tribunal Federal de Paraná. 

De su memoria no pudo borrar tampoco cuando los vehículos se alejaban de su domicilio, sin haber accedido a una orden que los avale ni a explicaciones. “Me acuerdo cuando se lo llevaban, se daba vuelta y nos saludaba… No había nada para decir”. 

La testigo supo que llevaban a los hermanos a la Jefatura de Policía de la provincia. De inmediato, su suegro Lucio y su cuñado Jorge “juntaron ropa y comida y se las llevaron”. Posteriormente, los presos políticos fueron trasladados al Ejército: “Eso me lo contó una vecina, que dijo que vio que alguien la saludaba desde un colectivo que salía de la Jefatura”, apuntó. 

En ese marco, señaló que la comunicación se cortó con su esposo durante su detención en Gualeguaychú, lo que la puso en alerta. Intentó obtener respuestas en el Regimiento local, pero sólo pudo tener alguna suerte de garantía en Paraná: “Viajamos para hablar con (el coronel Juan Carlos Ricardo) Trimarco, con motivo de ese aislamiento. 

Él nos dijo que Jaime estaba bien y que lo íbamos a ver en 10 ó 15 días”. “Pasaron 15 días hasta que pude verlo, fui con mi hija, recién nacida. Jaime parecía un ánima… Hablamos en un cuartito muy chiquito, con una reja y un guardia. Me dijo ‘mirá yo no hice nada, no podemos hacer nada, vos cuidate y cuidá los chicos, si a nosotros nos han hecho esto, no quiero imaginar lo que le hacen a las mujeres, vos cuidate’”.

“Luego nos enteramos de que se lo habían llevado y lo habían hostigado para que diga dónde había armas. ¿Qué armas iba a tener? Se hicieron la fiesta con él… Tan valientes, con una persona que estaba en esas condiciones”, expresó muy conmovida. En la sala de audiencias, unos metros más atrás, Jaime sostenía la mirada hacia su compañera, sus hijos también estaban apoyándola, en silencio. 

La testigo detalló que cuando pudo mantener un encuentro con su compañero, lo vio atrás de una reja. “La única vez que tuvimos contacto fue para Navidad, en la iglesia de la cárcel. Fuimos toda la familia… Fue la única vez que pudo tener en brazos a su hija”, contó. 

También indicó que las fuerzas de seguridad controlaban lo que les llevaban, incluso notaron que leían las cartas que se enviaban, por lo que el detenido político no podía dar cuenta de su real situación. De todos modos, contaron con la ayuda del padre Fortunato, quien hacía las veces de cartero clandestino. “Después vino el traslado”. 

María del Carmen describió que en marzo de 1977 llevaron a los hermanos Martínez Garbino a la unidad penal de Resistencia. “Cuando se lo llevaron al Chaco, nos dijeron que lo podíamos ver cada dos meses. Íbamos al Ejército con mi cuñado a pedir que nos dejen verlo, una hora, por tres días. Nos hacían esperar en la intemperie, al rayo del sol o en el frío”. 

 “Hacían todo para que no fuéramos. Sólo el que lo vivió puede saber la degradación que pasábamos para poder verlos. Las revisaciones, las esperas. Una se volvía dejando el alma ahí”, remarcó. Según relató, les informaron que liberarían a sus familiares para Navidad. Sin embargo, sólo dejaron ir a Emilio. Recién el 28 de mayo de 1978 Jaime pudo volver a su casa: “Apareció un día… Verlo era impresionante. 

Lo que nunca pudieron doblegar fue su espíritu y sus ganas de hacer las cosas bien”. “Yo a veces pienso, con todas las metas que teníamos en la vida, cómo nos pudieron hacer esto… Y todos los que no lo pueden contar. Me dio tanta pena cuando murió la mamá de Noni (Norma Beatriz González), tantos años buscando a su hija… ¿Qué hicieron con esos chicos? Lo único que queremos es que se sepa qué hicieron. La verdad nos hace libres”. En el banquillo de acusados, los imputados permanecían inmunes al dolor de María del Carmen, o así lo parecía. Fríos, ajenos a ese relato. 

“Teníamos temor a que los desaparecieran” 
Jorge Martínez Garbino también fue testigo de la detención de Jaime y Emilio, esa noche del 28 de octubre de 1976. El ex vicegobernador refirió al derrotero que hicieron para ver a sus hermanos y a las gestiones que nunca prosperaron, sobre todo, encaradas por su padre Lucio y su hermano Guillermo –ambos abogados. 

“Hemos vivido la zozobra de no saber qué iba a pasar, la incertidumbre de no saber cuál iba a ser su destino, por el riesgo que corrían sus vidas y el temor a que los desaparecieran”, manifestó en ese sentido, al tiempo que remarcó el “sufrimiento emocional” que padecieron sus padres. Tiempo después, supo que durante su detención habían sufrido torturas, fundamentalmente, Jaime. 

“En una oportunidad lo sacaron, cuando estaba en la penitenciaría y lo llevaron a un lugar en las afueras de Gualeguaychú y lo sometieron a torturas”, señaló. Párrafo parte, quien fuera presidente de la Unión Cívica Radical (UCR) en Gualeguaychú, reconoció un gesto que tuvo el ex policía a Juan Carlos Mondragón -imputado en la causa. “Se anticipó y le avisó a mi padre que iban a detenerlos el 24 de marzo del ‘76”, puntualizó. 

Respecto del contacto con los ex presos políticos, comentó que además de llevarles comida y objetos cuando estaban privados de su libertad en la ciudad entrerriana, los visitó algunas veces en la cárcel de Resistencia. “Cuando le dieron la libertad a Emilio, lo vine a buscar a Paraná. Nos dijeron en el Comando que iba a estar supervisado por un oficial en Gualeguaychú, de apellido Albornoz”, precisó. 

 –¿Sabe usted por qué detuvieron a sus hermanos? –inquirió la presidenta del Tribunal, Lilia Carnero. 
–Pienso que por las ideas políticas que tenían, en aquellos momentos militaban en la Juventud Peronista (JP). 

Muchos militantes de diferentes partidos fueron detenidos… Y hubo desapariciones. 

Un juicio histórico 
Ante el Tribunal Oral Federal de Paraná, se sigue el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la Costa del Uruguay entre 1976 y 1983. 

El 2 de agosto iniciaron las audiencias vinculadas al Área Gualeguaychú, con el testimonio de víctimas del Terrorismo de Estado. En esta parte del proceso están imputados el ministro del Interior de facto Albano Harguindeguy; el entonces jefe del Regimiento con asiento en Concordia, Naldo Miguel Dasso; quien fuera jefe del Ejército en Gualeguaychú, Juan Miguel Valentino; Santiago Kelly del Moral, retirado del Ejército con el grado de teniente coronel; y los ex policías de la provincia Marcelo Pérez y Juan Carlos Mondragón.
Foto: archivo ANALISIS DIGITAL
FuentedeOrigen:AnalisisDigital
Fuente:Agndh

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