“Que aparezca como sea”
Hubo marchas en La Plata, Buenos Aires, Córdoba y otras ciudades. El hijo del testigo desaparecido, Rubén, dijo que si bien su familia espera que López “esté con vida, a esta altura lo único que queremos es que aparezca”.
A seis años de la desaparición de Julio López, miles de personas marcharon en La Plata y otras ciudades del país en reclamo del esclarecimiento de lo sucedido con el albañil, testigo clave en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. “Si bien esperamos que esté con vida, a esta altura lo único que queremos es que aparezca como sea”, dijo durante la jornada su hijo Rubén.El hijo de López dijo que, si finalmente apareciera su padre, “de esa manera haríamos lo que tendríamos que hacer, si es un duelo, iniciarlo de una buena vez, y si es disfrutarlo, que él pueda estar con sus nietos”.
También criticó la falta de resultados concretos de la investigación judicial. “La mayor crítica que le hacemos es que en las primeras 48 horas no se lo buscó de la manera en que se lo tendría que haber hecho”, sostuvo. “La policía nos plantea, hasta hoy, que los familiares pensábamos que estaba perdido o que le había pasado algo”, dijo el hijo de López. “Es cierto y nos llevó mucho tiempo comprender que había sido al revés, pero nosotros no somos investigadores ni jueces. Había mucha gente preparada que debió haber previsto esto”, se quejó.
En La Plata, como en todos los aniversarios, se realizó la actividad principal del día. Organismos de derechos humanos, sindicatos, movimientos estudiantiles y partidos políticos se movilizaron desde la plaza Moreno hasta la sede de la gobernación bonaerense.
Nilda Eloy, integrante de la Asociación de ex Detenidos y Desaparecidos de La Plata, cuestionó que los investigadores no hayan hecho “lo que correspondía como mínimo a cualquier secuestro, como por ejemplo pensar a quién le podría beneficiar” su ausencia.
López, que había declarado en el juicio contra el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz, identificándolo como uno de sus torturadores en su secuestro durante la dictadura, salió de su casa el 18 de septiembre de 2006 para dirigirse al edificio de la municipalidad platense, donde oiría los alegatos del juicio, pero nunca llegó al lugar.
Ayer, la impunidad del caso fue el eje de todos los actos. En la ciudad de Buenos Aires, donde hubo una concentración frente al Congreso, la abogada de López, Myriam Bregman, denunció que “pese a que las pistas conducen a la Policía Bonaerense y otras fuerzas represivas, desde el mismo día de la desaparición se puso en marcha una maquinaria para que no se supiera nada”. Bregman recordó en ese sentido que por la desaparición de López “no hay un solo imputado, hay una impunidad total”.
Si bien la idea era hacer en la Capital, al igual que en La Plata, una marcha, el mal clima –mucha lluvia y un fuerte viento– obligó a un cambio de planes, y los manifestantes improvisaron un acto sobre la avenida Rivadavia, en la entrada de la Cámara de Diputados.
Entre las agrupaciones participantes estuvieron el Partido Socialista de los Trabajadores, el Nuevo MAS, Proyecto Sur, el Partido Obrero, el Movimiento Socialista de los Trabajadores, la Izquierda Socialista y la Corriente Clasista y Combativa. También se acercó un pequeño grupo de militantes de la Juventud Radical, pero fueron echados por los manifestantes de izquierda.
En Córdoba se hicieron dos manifestaciones, una en la capital provincial, protagonizada por militantes de izquierda y de organismos de derechos humanos, y otra en Río Cuarto. En la provincia, donde en noviembre comenzará la megacausa sobre los crímenes cometidos en La Perla, los manifestantes reclamaron especialmente la protección de los abogados, testigos y querellantes que participarán en los juicios por crímenes de lesa humanidad. La movilización estuvo encabezada por el rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), Marcelo Ruiz, el ex preso político Alberto Levi, el subsecretario de Derechos Humanos, Marcos Chavero, y militantes de la agrupación HIJOS.
Un intento de amedrentar
Edgardo Binstock, quien era secretario de Derechos Humanos bonaerense cuando Julio López desapareció, señaló que con aquel hecho “se intentó amedrentar a los testigos, los jueces y los abogados para detener un camino de justicia que ya era una política de Estado” del gobierno kirchnerista. El ex funcionario y dirigente del Movimiento Evita consideró además “la ausencia” de López como “una deuda de la democracia que nos compromete a continuar con los juicios a los responsables civiles y militares del terrorismo de Estado”.
Fuente:Pagina12
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