4 de diciembre de 2012

Los represores, las violaciones y los abusos sexuales sin límites de edades.


Las violaciones y abusos sexuales contra mujeres detenidas en campos clandestinos de detención fue una constante durante la dictadura militar.   
Sólo mentes enfermas como las de aquellas bestias podían matizar el placer sexual con el placer de la tortura o la muerte.
La perversidad de violadores y abusadores no tuvo límites, a tal punto que en algunos casos esas aberraciones se ejercieron contra niñas apropiadas a las que anotaron como hijas biológicas.
Uno de esos casos fue el que sufrió Carla Artes a manos de Eduardo Ruffo, el asesino que se apropió de ella en el centro clandestino Automotores Orletti donde la criatura permaneció confinada junto a su madre desaparecida desde entonces.
Carla estuvo en poder de Ruffo desde que tenía poco más de un año hasta dos meses después de haber cumplido diez años.
Además del mal trato al que era sometida cotidianamente, la niña fue abusada sexualmente por Ruffo desde muy pequeña.
Esa parte de su historia se la contó Carla a su abuela Matilde y la relató por primera vez el 13 de agosto de 2010 ante el tribunal que llevó adelante la causa por los delitos de lesa humanidad cometidos en Automotores Orletti.
La revelación de Carla ante los jueces produjo un tremendo impacto en la sala y determinó la rápida intervención del fiscal quien pidió que se ordenara el trámite de rigor por tratarse de un delito de acción pública.
Uno de los defensores (*) de Ruffo se opuso bajo un falaz argumento. Sostuvo que se trataba de una cuestión de índole privada a lo que el tribunal respondió canalizando el caso a través del ministerio público.
Increíble pero cierto.
Posteriormente, Ruffo y sus letrados hicieron circular una versión demostrativa del grado de degradación humana alcanzado no sólo por los asesinos y torturadores sino por sus defensores.
Los abogados de la muerte deslizaron que Ruffo le iniciaría a Carla una demanda por calumnias e injurias.
No es la primera vez que un victimario trata vanamente de convertirse en víctima.
Dos años después de la revelación que hizo Carla ante un tribunal, el periodista Horacio Verbitsky publicó en Página 12 (domingo 2 de diciembre de 2012) un artículo que guarda estrecha relación con la moral y las buenas costumbres de quienes tomaron el poder el 24 de marzo de 1976 para que la Argentina siga perteneciendo al mundo occidental y cristiano.

N. de R. La revelación de Carla ente el tribunal figura en la II edición del libro La Abuela de Hierro (páginas 108-109).
Fuente:ElDiariodelaPampa

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