Carta abierta a la ciudad
La Resistencia se
queda
Continúa el
acampe del movimiento GIROS en la plaza San Martin, a casi una semana de su
instalación no han tenido una respuesta razonable por parte del Gobernador,
quien, por el contrario, se desligó del conflicto planteando que no iba a
intervenir la provincia, que “es un tema judicial” y que Giros se equivocó con
el lugar de reclamo. Este lunes 10 se realizó una amplia y multitudinaria
manifestación en apoyo a la resistencia del proyecto productivo, y en ese marco,
vecinos e integrantes de la organización leyeron la carta abierta que
reproducimos a continuación.
A la
ciudad de Rosario. A la sociedad en su conjunto, a los que creen.
Quienes
estamos aquí frente a ustedes somos la porción de un territorio. La otra porción
que falta esta allá, cuidando el territorio. El territorio, aquel lugar donde
construimos toda nuestra vida, donde compartimos con otros el trabajo, el
estudio, las ideas, la esperanza, la voluntad, el dolor, el sufrimiento.
Un territorio 250 hectáreas 1825 días de conflicto 300 familias en
peligro de desalojo Otras cientos de familias sin peligro alguno, pero
levantadas en solidaridad 3 countries proyectados 8 acampes 1 ordenanza
histórica Decenas de intentos de desalojo y alambradas sorpresivas 8 juicios: 7
civiles y 1 penal 10 parapolicias 4 compañeros judicializados 2 medidas
cautelares 1 embargo de animales.
Muchos nombres 1 monopolio Y el 9% de
la ciudad en sus manos Un territorio tildado de utópico por grises burócratas
que creen ser el límite de la racionalidad, porque el poder concibe a la utopía
como un irrealizable salto al vacío, mientras responde con la especulación y el
cálculo certero del orden y el progreso.
Su irresponsabilidad cuesta
nada más y nada menos, que una guerra. La guerra por los territorios: El intento
de los monopolios por despoblar, destruir y reconstruir nuestros territorios a
imagen y semejanza de ellos, de su propia lógica, la lógica privada. Ayudados
por quienes creen que su politica es ¿Cual es nuestra respuesta ante esta
situación, y ante este grado de impunidad y de injusticia?
Anteponerle a
la violencia del desalojo y el poder, producción, educación y militancia. A la
topadora ponerle un tambo. A la indiferencia del estado, una escuela autónoma. A
los parapolicías, patrullas rojas de militancia territorial. Decir “ponerle un
tambo” es fácil, sin embargo Hacer que ese tambo funcione, que se muestre en
acto la tierra productiva versus la tierra meramente especulativa, es un arduo
trabajo. Y más aun, en un territorio en conflicto.
Que las vacas pasten
tranquilas es hoy una tarea titánica y hasta peligrosa. Hay que custodiarlas las
24 horas, hay que espantar a los parapolicías y evitar el choque. Las noches se
hacen largas con los ladridos de los perros y el primer ordeñe de las 5AM no
permite el sueño.
Hay que salir y entrar sin luz. Hay que evitar los pozos
los días de lluvia para poder pasar. Hay que atravesar campos enteros a plena
luz de la luna cuando el monopolio pretende avanzar ilegalmente. Y todo eso, más
que un tambo, parece una trinchera. Y de eso se trata. Construir aquí y ahora la
sociedad que soñamos. En ves de disparar fusiles, construimos escuelas.
Y
así resistimos y cuestionamos el modelo oficial. Disparamos ladrillos, pero
también palabras. Porque los mismos que levantan paredes y conectan caños de
agua, dan clases. ¿Que más socialista que eso?
Si hay una injusticia, si
hay un modelo que se impone y excluye a miles: no solo hay que resistirlo, sino
construir el otro. Porque estas son batallas irreversibles. Si el poder se
apropia de grandes extensiones de tierra para sus proyectos excluyentes, si lo
logra, es muy difícil volverlo a atrás. Ni miles de ordenanzas o leyes pueden
retrotraer esa injusticia territorializada”.
Y eso hicimos quienes aquí
estamos. Nos echamos a andar, a construir otra ciudad, otro mundo posible.
Porque nuestra guerra no destruye, nuestra guerra cura las heridas que otros
abren mientras persiguen sus mezquinos intereses. Esas heridas le pertenecen a
los monopolios, pero también al municipio. Y ahora, a la provincia.
Porque en su afán de especular e hipotecar el futuro en 15 días que
corren hacia un desalojo injusto; solo demuestran que ni siquiera les cabe el
mote de reformistas. Porque ni siquiera pueden darle una nueva forma a lo que
existe. Solo hacen culto a la tibieza, cuya diferencia con el cinismo ya es casi
nula. Y faltan el respeto a cientos de familias que durante 5 años no hicieron
otra cosa que lo que la clase política pide a llantos: dialogo,
autodeterminación, voluntad.
Las palabras del gobernador Bonfatti,
ademas de inentendibles, son irresponsables. Porque por mas que nosotros
soportemos los palos, su gobierno tanbien pagara las costos de semejante
decisión de dejar hacer, y dejar pasar. Hagamos como la hagamos, estamos de
frente dando una batalla. Hasta hoy, sin tragedias. No hizo falta poner un
cadáver sobre la mesa para decir que la tierra es la madre de todas las
batallas.
Pero nunca dejamos de darla. Ni dejaremos de hacerlo hoy, ni
nunca. Nadie se va a amedrentar ante las topadoras que solo se usan para
desalojar o para payasadas similares como tumbar quioscos de drogas mientras las
complicidades son escandalosamente visibles.
Quienes aquí estamos, somos
una porción del territorio que se apoyara en la tranquera, delante de las 60
vacas y las dos viviendas a llevar a la practica aquella bandera que dice NO
PASARAN. Y será como siempre ha sido. De un lado de la tranquera, la voz de los
que afirman y de los que creen. Del otro lado, la voz corrosiva de los que
niegan y dudan.
Quienes aquí estamos, queremos responder a las palabras
del gobernador con nuestros brazos en alto, que simbolizan nuestra fuerza,
sosteniendo el producto de nuestro modo de vida.
Nuestro modelo de
educación, de producción y de vivienda. Nuestro tambo, nuestra escuela, nuestra
producción, Nuestras banderas. Como esta que esta aquí y dice:
#LaResistenciaSeQueda.
Gracias a todos por su apoyo.
Publicado el: 11/12/2012
Fuente:enREDando
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