Por Luis Bastús
Tres militantes del Movimiento Evita resultaron heridos en una pelea a balazos entre integrantes de dos bandas narco, en Nuevo Alberdi. Según testigos, en el lugar se recogieron 80 cápsulas de bala.
TRES MILITANTES HERIDOS A BALAZOS EN MEDIO DE UNA PELEA DE BANDAS
Otra vez el fuego de la guerra narco
Gastón Arregui, Ariel y Carlos Ferreira, del Movimiento Evita, fueron víctimas del fuego cruzado en su barrio, Nuevo Alberdi.
Por Luis Bastús
La pelea se produjo por la instalación de un "kiosco" que controla una banda de zona sur.Imagen: Sebastián Granata
Un tiroteo entre dos grupos de vendedores de drogas en persecución y fuga, rompió el atardecer del jueves en Nuevo Alberdi y el de sus vecinos buscando aire fresco y mandados para la cena. Las balas alcanzaron a tres jóvenes de la cuadra: Gastón Arregui, Ariel y Carlos Ferreira, militantes del Movimiento Evita. El primero anoche estaba grave en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez por un balazo que le atravesó el cuello. Según el padre de los Ferreira, la policía recogió "más de 80 cápsulas de bala". No hay detenidos.A eso de las 4, cuando el sol aún hervía la tarde, los vecinos de Somoza y Luzuriaga escucharon los primeros disparos. Un par, sin destino cierto. Y esas dos motos, ajenas al barrio, merodeando y legitimándose entre un vecindario que en los últimos días ya se resignaba a que "la de la esquina" se hubiera puesto a vender drogas con su hijo y su nuera. En el barrio comentaban que la provisión mayorista venía desde un conocido clan del barrio Las Flores, y que los de las motos eran sus soldados, como les dicen ahora.
Un patrullero apareció y paró a los motoqueros. Los policías algo les dijeron, porque los tiros cesaron. La patrulla se fue. Los de las motos se borraron.
El incidente fue el tema de conversación de la tarde, lo que todos comentaban una vez que el sol cayó y el hedor de los basurales aflojó un poco. Ramón Ferreira, referente del Movimiento Evita en el barrio y padre de dos de las víctimas, contó a este diario: "Estaba en el medio de la calle conversando con Gastón, que recién llegaba de trabajar. Mi hijo estaba en el almacén de enfrente, comprando comida para la cena, y mi otro hijo ahí, en la puerta de su casa. Y aparecieron cuatro tipos en dos motos grandes, tipo enduro, tirando para atrás y pasaron al lado nuestro por Luzuriaga. Enseguida apareció desde Somoza un auto gris, de los nuevos, con cuatro tipos adentro tirando para todos lados. Y la ligaron Carlitos, Ariel y Gastón, que cayó al lado mío, sobre la zanja. El se agachó pero el tiro le atravesó el cuello. Todos tiraban con pistolas 9 milímetros. Tiraban para todos lados, y así se la dieron a los chicos. Pudo haber sido peor", relató Ferreira.
Ese disparo destrozó la carótida de Gastón Arregui, de 24 años, albañil y padre de tres niños. Ayer de mañana lo operaron en el Heca y anoche estaba en terapia intensiva, grave. Ferreira se quejó de que una ambulancia y un patrullero aparecieron media hora más tarde. Carlos, de 20 años, con un hijo y carpintero de oficio, recibió un tiro en la espalda, y aunque su vida no corre peligro, ayer seguía hospitalizado en el policlínico Eva Perón, de Granadero Baigorria. Ariel, 22 años, vendedor ambulante y con un hijo, fue baleado en una rodilla, pero regresó a su casa poco después.
La balacera provocó el desbande de los involuntarios testigos, y sólo cuando los pistoleros desaparecieron, el gentío volvió a la calle enardecido. Avanzaron sobre la vivienda de Somoza y Luzuriaga, echaron a golpes y puteadas a la mujer, a su hijo y a su nuera, señalados como los nuevos dealers en el barrio, y prendieron fuego sobre la precaria construcción de chapas, ladrillos y lonas.
Los relatos surgidos desde el barrio señalan que el enfrentamiento se originó en la disputa por el territorio de dos grupos de narcotraficantes al menudeo.
El kiosco con mayor antigüedad en la zona está en el barrio Municipal, y los vecinos nombraron con un apellido a sus responsables. "Todos los conocemos, la policía parece que no", ironizaron. Hace algunos días, contaron, narcos de Las Flores vinieron a montar el suyo desde la casita de Somoza y Luzuriaga. Los del auto gris, aseguraron testigos, eran los narcos del barrio Municipal que vinieron a escarmentar a sus competidores.
El Movimiento Evita emitió un comunicado en el que afirmó que "Rosario es tierra de nadie" y recordó que "se cumplió un año del brutal triple crimen en barrio Moreno, aún impune", y sólo dos días del asesinato de Mercedes Delgado, en barrio Ludueña (ver página 2). Lo firmaron los diputados Eduardo Toniolli, Gerardo Rico, y los dirigentes Fernando Rosúa y José Luis Berra.
Reiteraron la denuncia sobre "la presencia de sectores del narcotráfico en las zonas más vulnerables de la ciudad, abandonadas por el municipio, adonde al narcotráfico le molesta nuestro trabajo social". Y responsabilizaron al ex gobernador Hermes Binner, al actual, Antonio Bonfatti, y a la intendenta Mónica Fein. A estos dos le confrontaron la penetración narco y sus consecuencias con declaraciones proferidas ayer (ver página 5). Y concluyeron en una sola frase: "Es la retirada del Estado, que no se remite sólo a lo social, también se articula con la connivencia de parte de la fuerza de seguridad provincial".
Fuente:Rosario12
Balearon a tres militantes del Movimiento Evita
Gastón Arregui se encuentra internado en el Heca. | Foto: Javier García Alfaro
Tres jóvenes militantes del Movimiento Evita resultaron heridos y uno de ellos está internado en estado grave al quedar anoche en medio de un tiroteo entre bandas antagónicas, que presuntamente se disputan el negocio de la venta de drogas en el barrio Nuevo Alberdi. La organización dio a conocer un duro documento tras lo sucedido.El hecho ocurrió anoche alrededor de las 20.30 del jueves cuando dos grupos de “soldaditos” vinculados a bandas de narcotráfico dirimieron sus diferencias a tiros, contaron desde el Movimiento Evita.
Los tres jóvenes baleados fueron identificados como Gastón Arregui (24) y los hermanos Carlos y Ariel Ferreyra, de 22 y 20 años, hijos del referente de esa agrupación en el barrio Nuevo Alberdi, detallaron las fuentes.
Agregaron que Arregui recibió un disparo que le atravesó el cuello y permanece internado en estado grave en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
“Los médicos nos dieron el parte, nos dijeron que había sido una herida gravísima que le atravesó el cuello y le tocó la vena que va del corazón al cerebro”, precisó esta tarde el diputado provincial del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, desde el HECA.
“El médico nos dijo que heridas de ese tipo no llegan al quirófano, pero pudieron realizarle una intervención para repararle la arteria y ahora hay que esperar la evolución”, añadió el legislador.
En tanto, los otros dos jóvenes militantes sufrieron heridas en la espalda y en la rodilla y están “fuera de peligro”, informaron desde el centro de salud.
Tras el tiroteo, los tres chicos fueron trasladados al hospital Eva Perón de la localidad de Granadero Baigorria, pero luego Arregui fue derivado al Heca por la gravedad de la herida.
Según contó Ramón Ferreyra, padre de dos de los jóvenes heridos y testigo del hecho, la balacera se produjo anoche alrededor de las 20.30 en Luzuriaga y Somoza del barrio Nuevo Alberdi.
A esa hora llegaron al lugar varias personas en dos automóviles y comenzaron a disparar contra otro grupo que se trasladaba en motocicleta.
Como consecuencia de la balacera los tres jóvenes que militan en el Movimiento Evita fueron alcanzados por los disparos.
Según testigos del hecho, uno estaba en la puerta de un almacén y los otros dos charlaban a pocos metros de allí, a una hora en la que “había mucha gente en la calle por el calor”.
El referente de la agrupación en el barrio contó también que durante la tarde se habían producido varios tiroteos, por lo que los vecinos alertaron de la situación a la policía llamando al 911.
“Los compañeros nos cuentan que fue un móvil del Comando Radioeléctrico y estuvo hablando con las personas que ellos identifican como vinculadas a la venta de drogas, y que estaban armadas, pero luego se fueron”, dijo el diputado Toniolli.
La balacera que hirió a los tres jóvenes del Movimiento Evita se produjo 48 horas después de que en una situación similar fuera asesinada la militante social del barrio Ludueña, Mercedes Delgado, quien también quedó en medio de un tiroteo entre bandas a metros de su casa.
“Rosario es tierra de nadie”
En horas de la tarde de este viernes, el Movimiento Evita de la provincia se pronunció en torno del gravísimo ataque a los tres jóvenes militantes baleados este jueves en barrio Nuevo Alberdi por quienes oficiaban como custodios de un búnker de venta de droga.
El comunicado sostiene que “Rosario es tierra de nadie”, y que la organización puede afirmarlo porque a un año de cumplirse el brutal triple crimen en barrio Moreno, aún continúa impune. Porque el movimiento ha realizado permanentes denuncias sobre la presencia de sectores del narcotráfico en las zonas más vulnerables de la ciudad, que están abandonadas por el municipio, y donde al narcotráfico le molesta el trabajo social de la organización.
Fuente:RedaccionRosario
Tres militantes baleados por narcos
12 ene, 2013

Tres jóvenes militantes del Movimiento Evita fueron baleados anteanoche tras quedar en medio de un enfrentamiento entre dos grupos de narcos que se disputan un bunker de drogas ubicado en Somoza al 3400, de Nuevo Alberdi.
De los heridos, el muchacho de 27 años que recibió un disparo en el cuello es el que está más grave y continúa con estado reservado en el Heca mientras que dos hermanos, de 22 y 19 años, quienes recibieron impactos –el mayor en la espalda y el otro en una de sus piernas– quedaron fuera de peligro, indicaron los familiares de las víctimas. En ese sentido, militantes de la agrupación política sostuvieron que los habitantes del barrio tenían miedo a represalias y destacaron que “responsabilizarán al gobierno de la provincia, si algún vecino sufre algún ataque en las próximas horas por dejar que la Policía libere la zona a los traficantes de drogas”. Por su parte, familiares y conocidos de las víctimas demolieron el búnker y la casa de una vecina que los ayudaba desde hace tres meses, cuando comenzaron a comercializar la droga.
Un vecino del barrio dialogó ayer con El Ciudadano y reconstruyó que el jueves alrededor de las 20.30 hubo un enfrentamiento entre dos bandas de narcos que se disputan un bunker ubicado en Somoza y Luzarriaga. “Cuatro jóvenes andaban en dos motos y tirotearon a otros que iban en un automóvil color gris (similar a un Honda Civic) a la altura de Somoza al 3400. Después, los ocupantes del auto volvieron a la cuadra y comenzaron a disparar”, refirió el hombre sobre el hecho que terminó con los tres jóvenes heridos.
“Gastón (por el muchacho de 27 años) estaba en la puerta de la casa de un vecino charlando cuando recibió un tiro a la altura de la cabeza (luego se confirmó que el impacto fue en el cuello). Ahora está internado en el Clemente Álvarez en muy grave estado. Otro joven fue herido cuando salió de su casa y se cruzó al almacén a comprar los ingredientes para hacer una pizza y recibió un disparo en la espalda. Mientras que su hermano de 19 años recibió un tiro en la rodilla cuando estaba parado en la puerta de su casa a unos 20 metros del lugar donde cayó herido su familiar”, explicó el vecino.
“Esto viene desde hace rato. Nosotros hicimos denuncias en la sub 2ª (por la seccional de Gazcón 2987) y ellos arreglan. Ayer a eso de las 16 llamamos al Comando porque los narcos iban y venían con armas en la cintura. Vinieron 4 móviles. Hablaron con ellos y los dejaron ir armados, eso pasó delante de todos los vecinos. Es impresionante como operan”, denunció otro habitante del barrio. Mientras que Alejandra Fedele, referente del Movimiento Evita, detalló: “Parece que hay una disputa de territorio por un quiosco nuevo que lo abre otra banda que no estaba en el barrio”.
Por su parte, fuentes policiales indicaron que un llamado al 911 alertó que en la zona de Juan José Pérez al 2400 se escucharon detonaciones de arma de fuego por lo que personal de la subcomisaría 2ª se presentó en el lugar. Cuando los uniformados llegaron a Somoza al 3400 se encontraron con un joven, identificado como Gastón A. de 27 años, con un disparo en el cuello y lo trasladaron al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria en una ambulancia del Sies. De allí fue derivado al Clemente Álvarez, donde fue intervenido quirúrgicamente y, al cierre de esta edición, se encontraba en estado reservado. A pocos metros de donde hallaron al muchacho de 27 años, los policías descubrieron en el interior de una vivienda a Carlos F., de 22 años, que tenía una herida de arma de fuego en la espalda por lo que fue trasladado en un móvil policial y quedó internado en el Eva Perón. En tanto, a unos 20 metros al norte, el hermano del joven baleado en la espalda, Jorge F., de 19 años, yacía con un disparo en la pierna derecha.
De acuerdo con la investigación, los pesquisas indicaron que según los testimonios pudieron averiguar que los atacantes eran dos desconocidos que se trasladaban en una motocicleta Twister blanca. Sin embargo, los habitantes de la zona remarcaron a este diario que en el enfrentamiento intervinieron los ocupantes de dos motos y los de un automóvil.
Por su parte, los uniformados relataron que en el lugar se hallaron gran cantidad de vainas calibre 11.25, 9 y 38 milímetros que los habitantes de la zona aseguran que llegaban a 50 vainas.
Además, al cierre de esta edición, conocidos, familiares y allegados que habitan en el barrio de Nuevo Alberdi desmantelaron el búnker que estaba en disputa, y una casa de una vecina ubicada en un pasillo de Somoza al 3400 que tiene en la entrada un altar del Gauchito Gil.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno junto con la colaboración del personal de la subcomisaría 2ª, por cuestiones de jurisdicción.
Fuente:ElCiudadanoyLaGente
Tres jóvenes heridos por balas de soldaditos narcos en Nuevo Alberdi
Agobio y dolor. Anoche uno de los muchachos permanecía grave. Los otros, militantes del Movimiento Evita, estaban fuera de peligro.
Justicia propia. Otra vez los vecinos tiraron abajo un quiosco de drogas ante la ausencia del Estado.
Por Claudio Berón
Una nueva tormenta de balas asoló un barrio marginado de la ciudad y causó víctimas inocentes. Fue en Nuevo Alberdi, a las 20.30 del jueves, cuando dos motos con cuatro ocupantes atravesaron la esquina de Somoza y Luzuriaga a los tiros sin ver quiénes estaban parados allí y alcanzaron con sus proyectiles a un joven albañil y a dos hermanos, militantes del Movimiento Evita. Fue a menos de dos días del crimen de Mercedes Delgado, la voluntaria social asesinada en barrio Ludueña al quedar en medio de una balacera entre soldaditos narcos.
"Uno manejaba con una mano y con la otra disparaba. El que iba atrás también tiraba. De la otra moto tiraba sólo uno", dijo ayer un vecino. Cinco minutos después del paso de esas motos, un auto que nadie pudo identificar se detuvo en la misma esquina. Entonces se bajaron tres personas con pistolas calibre 9 milímetros y arremetieron a balazos sobre los vecinos que estaban en la calle mitigando el calor de un día infernal y asombrados por la balacera previa. En esas circunstancias fueron alcanzados por los proyectiles los hermanos Ariel y Carlos Ferreyra, de 19 y 21 años y militantes del Movimiento Evita; y Gastón Arregui, un albañil de 27 años y oriundo de la ciudad de Santa Fe. Cuando la policía científica llegó al lugar para iniciar las pericias de rigor, recogió "unas 40 vainas de balas calibres 38, 9 y 4.40, todas de alto poder de impacto", dijeron las fuentes.
De los tres muchachos heridos, Arregui se llevó la peor parte y anoche seguía internado en terapia intensiva y en estado delicado. Un tiro le perforó la mandíbula y le dejó orificio de salida en el cuello. En tanto, los hermanos Ferreyra estaban fuera de peligro: Ariel, que es vendedor ambulante, tuvo el alta médica ayer por la tarde; y Carlos, que es carpintero, y seguía internado en el Policlínico de Granadero Baigorria.
El comedor del barrio. La familia de Ramón Ferreyra, el papá de los hermanos baleados, vive en Nuevo Alberdi desde hace unos 20 años y está a cargo de un comedor infantil en el que almuerzan a diario unos 320 chicos de una zona humilde en la que sólo quedó un dispensario municipal como referencia de la presencia del Estado. Las calles del barrio están atravesadas por zanjas y hasta allí no llegan los servicios públicos, por lo que la carencia es cotidiana.
En la sala de espera del Hospital de Emergencias, Ramón admitió ayer que él y sus hijos están identificados "con la propuesta política del Movimiento Evita", pero que "algunos de los que trabajan en el comedor son peronistas y otros no".
La versión que el barrio tiene de los hechos habla de la sorpresiva aparición de dos motos "tipo enduro y de alta cilindrada" con cuatro ocupantes de los cuales tres disparaban tiros "para todos lados". Los dos rodados circulaban por calle Luzuriaga y doblaron por Somoza para desaparecer luego por la primera de las arterias dejando atrás sólo el miedo y ningún herido. Minutos después apareció por la misma esquina un auto y desde allí partieron las balas que alcanzaron a los hermanos Ferreyra y al pibe Arregui.
Pero para los observadores no fue casual el paso de las motos y el auto por el lugar. En un pasillo de Somoza al 2900 funciona desde hace unos pocos días un búnker de drogas que, según el vecindario, es atendido por Liliana M. una mujer que hace unos tres años vive en una casilla contigua al quiosco.
Los acusados. El comentario más certero acerca de los motivos de los tiros, en boca de un vecino que no quiso ni siquiera mirar al cronista de La Capital, sostiene que ese búnker lo maneja un pibe al que le dicen Ema Pimpi y sería soldadito de Luis M., un hombre que en el último tiempo apareció sindicado como traficante de drogas en ciertas zonas de la ciudad.
En ese marco, la investigación preliminar dice que los soldaditos de ese búnker salieron a balear a los integrantes de la familia R., afincada en el barrio y también ligada al comercio de drogas. En respuesta, integrantes de esa familia los persiguieron para vengarse y en la esquina de Luzuriaga y Somoza comenzaron a los tiros "contra todos los vecinos".
Acerca de La gorda Liliana M., distintas fuentes aseguraron que tiempo atrás estuvo ligada al Movimiento Evita, pero referentes del sector aseguraron que "fue dejada de ladro a partir de diferencias políticas". Y agregaron: "Después nos enteramos que esta mujer estaba ligada de alguna manera al narcotráfico y eso fue el punto final".
Sábado, 12 de enero de 2013
Toda la bronca contra el búnker
La misma noche del jueves, poco después del feroz ataque a balazos contra los tres jóvenes de Nuevo Alberdi, los vecinos se abalanzaron contra el búnker de drogas, le prendieron fuego y lo desmantelaron. "Los que estaban allí huyeron, pero alguno fue perseguido y le pegaron", dijo un vecino.
La misma noche del jueves, poco después del feroz ataque a balazos contra los tres jóvenes de Nuevo Alberdi, los vecinos se abalanzaron contra el búnker de drogas, le prendieron fuego y lo desmantelaron. "Los que estaban allí huyeron, pero alguno fue perseguido y le pegaron", dijo un vecino.
En tanto, alrededor de las 11 de la mañana de ayer, un numeroso grupo de vecinos llegó hasta la casa de Liliana M., acusada de "atender el negocio" de la droga y ocupante de una serie de casillas contiguas al búnker. En ese momento la escalada de violencia fue imparable. "Le pegamos a La gorda para que aprenda. Le dijimos muchas veces que no podía estar en el barrio", dijo Juan mientras en su carro se llevaba algunas chapas de la casilla y hurgaba buscando "algo que sirva".
Por calle Somoza las chatas se llevaban chapas y maderas para armar otras casillas. Algunos chiquilines cargaban con juguetes estropeados y un par de computadoras viejas. Las mujeres se llevaban ropa. "Acá vendían droga amigo. Pibitos de 10 y 11 años venían y compraban. Y nosotros rompimos todo ¿Hicimos mal?", preguntó al aire un nene que no medía más de 1,20 metro y que pasó su corta vida lejos del Estado y la Justicia.
El terreno donde estaba la casilla de Liliana M. terminó siendo un revoltijo de ropa, comida, ladrillos huecos, chapas y electrodomésticos desguasados. "La bronca fue con La gorda y ella se rajó con la cara bastante lastimada", dijo una vecina indignada.
Sábado, 12 de enero de 2013
"Hay barrios de Rosario que son tierra de nadie"
Los principales referentes del Movimiento Evita estuvieron desde el primer momento en el Hospital de Emergencias siguiendo de cerca la evolución de Gastón Arregui y Ariel Frerreyra, quien al igual que su hermano Carlos (internado en el Policlínico Eva...
Los principales referentes del Movimiento Evita estuvieron desde el primer momento en el Hospital de Emergencias siguiendo de cerca la evolución de Gastón Arregui y Ariel Frerreyra, quien al igual que su hermano Carlos (internado en el Policlínico Eva Perón) es militante de esa agrupación política. En la sala de espera del centro asistencial se vio a los ex concejales Fernando Rosúa y Alejandra Fedele, y al diputado provincial Edurado Toniolli.
Al hablar con La Capital, Rosúa dijo que "el Estado municipal no existe en estos barrios, y esa ausencia la hemos denunciado varias veces". Y expresó que "hay que buscar caminos de diálogos para evitar mezquindades y ponernos de acuerdo porque si no va a ser muy complicado".
En tanto, el Movimiento Evita dio a conocer un comunicado con las firmas de los diputados Toniolli y Gerardo Rico, el mismo Rosúa y el secretario provincial, José Luis Berra. Allí denuncian que "Rosario es tierra de nadie" y "la presencia de sectores del narcotráfico en las zonas más vulnerables de la ciudad abandonadas por el municipio".
Tras hablar de las responsabilidades del ex gobernador Hermes Binner, el mandatario Antonio Bonfatti y la intendenta Mónica Fein, el comunicado abunda en situaciones políticas y concluye expresando que "lo único que pedimos es que tanta falta de información por parte del gobernador no siga causando víctimas ni derramamientos de sangre como hasta ahora".
Fuente:LaCapital
BONFATTI ADMITIO QUE DESCONOCE LA REALIDAD DE LOS BARRIOS DE ROSARIO
"No tengo por qué saber lo que ocurre"
El gobernador se molestó por las preguntas sobre la ausencia del estado en las barriadas y dijo que conoce "en general" la realidad de la provincia. Fein subrayó el trabajo municipal en barrio Ludueña. Rechazaron parecidos con Sinaola.
"Desconozco la realidad de cada uno de los barrios de Rosario". Con esas pocas palabras, el gobernador Antonio Bonfatti enmudeció al puñado de periodistas que lo entrevistaba ayer a la mañana tras una recorrida por las obras de Ciudad Joven, el predio que se desarrolla en los antiguos galpones portuarios, ubicados sobre el Río Paraná, a la altura del Monumento a la Bandera. Tras detallar planes de la obra, y acompañado por la intendenta Mónica Fein, el mandatario provincial rubricó sus polémicos dichos al sostener: "Conozco en general la realidad de la provincia. No tengo por qué conocer lo que está ocurriendo en los centros de salud de la Municipalidad".
Bonfatti respondió de esa particular manera a las declaraciones efectuadas por la directora de Salud Mental de Rosario, Débora Daniele, quien había admitido la ausencia del Estado en los barrios, en la periferia rosarina. Los equipos sanitarios "quedaron en soledad" y "totalmente excedidos", reconoció la funcionaria. Las palabras de Bonfatti hicieron explotar las redes sociales, que se llenaron de mensajes de indignación.
Apenas el gobernador pronunció la polémica declaración, y antes de que el grupo de periodistas repregunte, Fein tomó la posta y aportó detalles del trabajo estatal en barrio Ludueña. "Tenemos tres centros de trabajo de promoción social y trabajamos con todos los centros comunitarios". "El municipio de Rosario tiene 11.500 trabajadores y 8 mil están en el área social, trabajando en la inclusión, en la salud, en la cultura, promoción social y la vivienda", añadió. De esa manera, la intendenta defendió el rol del Municipio en el barrio que el miércoles se estremeció por la muerte de la militante social Mercedes Delgado, quien quedó atrapada en el enfrentamiento a tiros entre dos bandas narcos que operan en la zona.
El psiquiatra Horacio Tabares fue otro de los que alertó sobre el dominio que ejerce el narcotráfico sobre el territorio en los barrios, incluso por encima del Estado. El profesional comparó a Rosario con la ciudad mexicana de Sinaloa, donde operan desde hace años grandes bandas de narcotraficantes. "No lo comparto, creo que hay subjetividades en muchos de los que hacen expresiones. No comparto lo que ha dicho ese psiquiatra, para nada", respondió el gobernador.
Para Bonfatti lo que está pasando en los barrios tiene que ver con la gran cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan. La solución de fondo tiene que ver con "generar fuentes de trabajo" y trabajar por una "mejor convivencia" a fin de que las disputas no se resuelvan a balazos. Y en ese objetivo, Ciudad Joven será un ámbito para generar "inclusión". "Esto es el espacio para la juventud. También es para la inclusión de los jóvenes que no estudian ni trabajan. Estamos generando nuevos trabajos", señaló el titular de la Casa Gris. Por otro lado, y más allá de describir la labor municipal en los barrios, Fein aceptó "hay una nueva realidad, compleja de abarcar".
Fuente:Rosario12
El jueves a la noche en el barrio Nuevo Alberdi, dos bandas rivales se enfrentaron a tiros por el control del territorio y los vecinos quedaron en la línea de fuego. El día anterior, habían asesinado a una trabajadora comunitaria.
Por:Gastón Rodríguez

Ramón Ferreyra tiene 45 años y hace 12 que se puso al frente del "Centro Comunitario Buenos Vecinos", un comedor popular que sirve, cada día, 350 copas de leche. Los hijos, Carlos Adrián y Ariel Jorge, heredaron la voluntad de trabajar por los demás y se sumaron al Movimiento Evita para, entre otras muchas cosas, echar a los narcos que instalan puntos de venta en el barrio.
Uno de esos búnker atiende sobre la calle Somoza. Hasta allí fueron el jueves, cerca de las 21:30, cuatro "soldados" a bordo de dos motos del tipo enduro para vaciar los cargadores de sus pistolas 9 milímetros. La pista más fuerte de los investigadores sería que los antiguos dueños del territorio buscaron escarmentar a los actuales y recuperar así el negocio. El amedrentamiento fracasó y los nuevos capos de la zona salieron a buscar venganza. En la esquina de Somoza y Luzarriaga creyeron ver a sus rivales pero sólo eran vecinos que habían salido un rato antes a la vereda al escuchar los tiros. El fuego fue a discreción. Ariel Ferreyra, de 19 años, estaba parado en la puerta de su casa, en el 2675 de Luzarriaga, cuando la bala alcanzó la rodilla derecha y lo derribó.
Carlos, el hermano mayor de 21, salió del almacén que está sobre Somoza y enseguida sintió el impacto sobre la espalda. Por instinto se cubrió la cabeza y otra bala le quemó el brazo.
Los Ferreyra pasaron la noche en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria y ayer, luego de que los médicos confirmaron que no corrían peligro, regresaron a su casa.
Gastón Arregui no tuvo tanta suerte. El plomo entró por el cuello y atravesó la carótida. Superó una cirugía de apuro pero aún se encuentra internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Su estado, según el último parte, es delicado.
"Yo estaba hablando con Gastón y de repente se desploma. Pensé que se había tirado al piso al escuchar los disparos pero cuando lo vi bien ya tenía toda la cabeza cubierta de sangre", recordó Ramón.
Arregui tiene 24 años y es albañil. Es uno de cinco hermanos repartidos entre Rosario y Río Gallegos. Fue el último de los tres heridos en ingresar al Movimiento Evita.
Los hermanos Ferreyra también son trabajadores. Carlos es carpintero y se destaca con los muebles de cocina. Ariel, en tanto, se gana la vida como vendedor ambulante. Los dos militan en el barrio desde adolescentes.
"Todavía no vino nadie de la provincia, ni siquiera a preguntar qué pasó o cómo estamos. La policía llegó 35 minutos después del tiroteo, junto a la ambulancia. Nos dejaron tirados", se quejan a coro los hermanos baleados, quienes no descartan encabezar una movilización "para pedir justicia por este hecho".
La balacera de Nuevo Alberdi ocurrió 24 horas después del crimen de otra militante social en un enfrentamientos a balazos entre bandas narcos que se disputan territorios.
Mercedes Delgado trabajaba en el centro comunitario "San Cayetano" del barrio Ludueña, en la zona norte de Rosario. Durante la noche del martes, sobre el cruce de las calles Bielsa y Garzón, recibió un disparo en el lado derecho de la zona lumbar, con orificio de salida en el abdomen. Murió en la mañana del miércoles.
Ayer, alrededor de las 18, los vecinos de Ludueña realizaron una marcha desde el centro donde trabajaba Delgado hasta las puertas de la seccional 12ª en reclamo de mayor seguridad.
César Dotore, colaborador del San Cayetano y amigo de la víctima, opinó que desde los Estados municipal y provincial "se está abandonando a los barrios".
La única voz oficial que salió a responder fue la del propio gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, aunque solo sumó malestar. El dirigente socialista admitió que desconoce "la realidad de cada uno de los barrios de Rosario", y hasta lo justificó diciendo que "no tiene por qué conocer lo que está ocurriendo".
Por su parte, el Movimiento Evita de Santa Fe se pronunció sobre el violento ataque a los tres jóvenes militantes y a través de un comunicado expresó que "luego de las permanentes denuncias que venimos realizando acerca de la presencia de sectores del narcotráfico en las zonas más vulnerables de la ciudad, abandonadas por el municipio, adonde al narcotráfico le molesta nuestro trabajo social, podemos decirlo sin riesgo de exagerar: Rosario es tierra de nadie." «
Gobernador
Habló Bonfatti
El dirigente socialista dijo que desconoce "la realidad de cada uno de los barrios de Rosario".

Al llegar a La Tablada, la barriada del sur de Rosario, una vecina recibió al equipo de Tiempo Argentino con una hoja manuscrita que entregó con disimulo, por eso de vivir bajo amenaza permanente.
En cuidada letra imprenta contó que hace mucho que en el barrio se perdieron los valores, y ni que hablar del respeto. También, que los pibes de menos de 20 años mueren y matan por encargo y que ya es rutina verlos cruzar la calle con una pistola asomando del pantalón.
La cotidianeidad de esa mujer es la misma en cualquier asentamiento del Gran Rosario. Los cárteles de la droga impusieron sus reglas y un ejército de desamparados se ocupa de hacerlas cumplir.
Para el chico excluido de todo –la familia, la escuela, el trabajo–, el único sentido de pertenencia lo genera al enrolarse en una banda narco. Así, además de enemigos, ganará supuestos aliados.
Los nuevos "soldados", todos benjamines del delito, aprenderán el oficio de sicario sobre la marcha. Si sobreviven, creen, el dinero llegará en cantidades porque adivinan la rentabilidad del tráfico.
Las dos caras de santa fe
La pobreza santafesina persiste y comprende a una franja de entre el 25 y el 30% de la población, aunque en zonas delimitadas del territorio. Los recursos asignados por la gobernación de Antonio Bonfatti para hacer frente al problema son variados, pero resultan a todas luces insuficientes.
Al mismo tiempo, los recursos provinciales aumentan en mayor medida que sus gastos y el resultado económico fue superavitario en los tres primeros trimestres de 2012 (251,8 millones de pesos), cosa que no sucedía desde 2010.
En otras palabras, como señalabamos en la edición de Tiempo Argentino del pasado domingo 6 de enero, el boom sojero, que casi triplicó sus ingresos por exportaciones, no se "derrama" hacia abajo, y la pobreza, por lo menos en sectores importantes de la provincia, se mantiene estable, salvo, claro está, que se compare con el fondo de la crisis en 2002/2003, cuando era pobre la mitad de la población de Santa Fe.

El Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe se pronunció en torno del gravísimo ataque a tres jóvenes militantes de esa fuerza política, baleados este jueves en barrio Nuevo Alberdi por quienes oficiaban como custodios de un búnker de venta de droga, que en la jerga del narcotráfico se conoce como "soldaditos".
A continuación, el texto completo del comunicado del Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe:
Rosario es tierra de nadie. A pocos días de cumplirse un año del brutal triple crimen en barrio Moreno -aún impune-, y luego de las permanentes denuncias que venimos realizando acerca de la presencia de sectores del narcotráfico en las zonas más vulnerables de la ciudad, abandonadas por el municipio, adonde al narcotráfico le molesta nuestro trabajo social, podemos decirlo sin riesgo de exagerar: Rosario es tierra de nadie.
Ayer tres jóvenes compañeros de la JP Evita que estaban desarrollando su trabajo en la zona de Luzuriaga y Somoza, en Nuevo Alberdi, fueron baleados por "soldaditos" claramente vinculados con el narcotráfico. Uno de ellos, Gastón Arregui, permanece en gravísimo estado.
Ayer, durante toda la jornada, los medios difundieron la carta que el diputado del Movimiento Evita Eduardo Toniolli le remitió al senador por el departamento General Obligado, Orfilio Marcón, quien había justificado a policías que están procesados por cometer apremios contra detenidos en la localidad de Florencia. El senador radical, integrante del Frente Progresista, Cívico y Social, fue refutado por el vicegobernador Jorge Henn, de su mismo partido, pero cabe como nunca la definición de estos contrapuntos como un verdadero discurso esquizofrénico, para nada progresista, de modo alguno cívico y profundamente antisocial.
El ex gobernador Hermes Binner es responsable. El gobernador Antonio Bonfatti es responsable. La intendenta Mónica Fein es responsable. Los dos últimos salieron a caminar hoy, de recorrida por las obras de lo que denominan Ciudad Joven. "No tengo por qué conocer lo que está ocurriendo en particular en cada uno de los barrios de Rosario", sentenció Bonfatti. Nosotros le decimos que sí, que un gobernante que gobierna para todos no sólo sabe lo que es la Ciudad Joven, debe estar en conocimiento y prestar atención a la Tierra de Nadie, también poblada por jóvenes, pero que no reciben la bendición del Estado socialista.
La intendenta Fein intentó atajarse y expresó: “En el barrio Ludueña tenemos tres centros de trabajo de promoción social y trabajamos con todos los centros comunitarios", y acto seguido tuvo el desparpajo de decir que "el municipio de Rosario tiene 11.500 trabajadores y 8 mil están en el área social, trabajando en la inclusión, en la salud, en la cultura, promoción social y la vivienda”. La presencia permanente del Movimiento Evita en los barrios de Rosario desmiente ese despliegue de políticas activas que promociona la intendenta Fein, y ni ella ni Bonfatti pueden desconocer las sistemáticas denuncias que les venimos haciendo respecto del fenómeno de las bandas narco en sectores de la ciudad en los que el Estado no tiene presencia.
Sabemos que Fein está muy ocupada en hacer lobby para lograr que en 2014 el Rally Dakar salga de Rosario, y entendemos que el ex gobernador Binner quiera que la Argentina se parezca a Ghana. Desde el Movimiento Evita les advertimos hace ya mucho tiempo que nuestros legisladores y militantes no aceptarán de modo alguno la política de criminalización de la protesta social, y que la respuesta a fenómenos como la penetración del narcotráfico en las principales ciudades de la provincia sólo se puede combatir con políticas activas inclusivas, con un Estado alerta y presente en esos territorios.
Esa ausencia del Estado no se remite sólo a lo social, también se articula con la connivencia de parte de la fuerza de seguridad provincial. Cómo se explica, si no, que cada día se produzcan hechos de violencia producto del desembarco del narcotráfico en las barriadas rosarinas más vulnerables, sin la mínima participación de la policía, que debería proteger a los vecinos y a quienes desarrollan el trabajo social que municipio y provincia han abandonado por completo. El de barrio Moreno, hace un año, y el de ayer, son los más graves de esos episodios, pero no los únicos, ni están desvinculados entre sí.
Apenas las cámaras y los micrófonos dejaron de apuntar al escándalo de la narcopolicía, con jefes nombrados por los dos gobernadores socialistas investigados por su relación presunta con narcotraficantes, ya no se derrumban búnkers con topadoras, y esos que tiraron abajo ya abrieron otras "sucursales" en la misma cuadra o no muy lejos de allí. Si Bonfatti no lo sabe, porque dice no tener por qué estar al tanto de todo lo que pasa en los barrios de Rosario, el Movimiento Evita se lo muestra. Lo único que pedimos es que tanta falta de información por parte del gobernador no siga causando víctimas ni derramamientos de sangre como hasta ahora.
Firman:
Diputado provincial Gerardo Rico, integrante de la Mesa Nacional de Conducción del Movimiento Evita
Eduardo Toniolli, diputado provincial y secretario general de la Departamental Rosario del PJ
José Luis Berra, secretario general del Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe
Fernado Chino Rosúa, secretario político del Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe
Viernes, 11 Enero 2013
Conferencia de Prensa del Movimiento Evita en Rosario con la presencia de Emilio Pérsico
El Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe convocó para mañana (sábado 12 de enero), a las 11, a una conferencia de prensa en la que se abordará y evaluará el ataque a balazos que sufrieran tres militantes en el barrio Nuevo Alberdi de Rosario.
Al encuentro con los medios, que se desarrollará en el local partidario de calle Rioja 1065, asistirá el líder del Movimiento Evita a nivel nacional, Emilio Pérsico.
Asimismo, estarán presentes el diputado provincial y miembro de la Mesa de Conducción Nacional, Gerardo Rico; el secretario general de la Departamental del Partido Justicialista de Rosario y diputado provincial por el Movimiento Evita, Eduardo Toniolli; el secretario general del Movimiento Evita de la provincia de Santa Fe, José Luis Berra, y el secretario político de esa fuerza, Fernando Chino Rosúa.
Se ruega puntualidad.
Prensa
Mov.Evita Rosario
Transformación que sin dudas lograremos unidos y organizados.
Por Colectivo: Luis Megías-Mónica Garbuglia.





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