13 de enero de 2013

ROSARIO: TIERRA DE NADIE.

Entre fuego cruzado
Por José Maggi
El Movimiento Evita denunció complicidad policial con los agresores de sus militantes en Nuevo Alberdi Oeste. La provincia negó la acusación y prometió investigar. La familia Ferreyra, a las que pertenecen dos de los baleados, debió irse del barrio.

EL MOVIMIENTO EVITA DENUNCIO COMPLICIDAD POLICIAL CON LOS ATACANTES DE NUEVO ALBERDI Y LA PROVINCIA LO RECHAZO
Cuando las balas están dirigidas a los militantes
El diputado nacional Emilio Pérsico aseguró que los ataques de narcotraficantes a miembros de organizaciones sociales no son casuales, y acusó al "estado de hacer la vista gorda". Pidió que se separe al comisario de Nuevo Alberdi.
Por José Maggi
Pérsico junto a la dirección provincial del Movimiento Evita denunciaron la inacción estatal.Imagen: Sebastián Granata
El diputado nacional Emilio Pérsico denunció ayer que "en Rosario viene habiendo ataques a militantes sociales de parte de narcotraficantes y hay un estado que hace la vista gorda, que mira para el costado y jefes policiales que no cumplen su función. Una hora después que el compañero (Ramón) Ferreyra declarara bajo secreto de sumario, ante el fiscal y ante el comisario del barrio --que nunca debió haber estado ahí-- los acusados supieron que los había señalado. Y un rato más tarde le pusieron una pistola en la cabeza a Ramón para que levantara la denuncia. Esto demuestra la connivencia y la complicidad. Que los funcionarios de este gobierno expliquen por qué no apartaron aún a ese jefe policial. Si no lo hacen son cómplices". El desafío fue lanzado ayer por Pérsico, al relatar cómo Ramón Ferreyra, padre de dos jóvenes baleados en Nuevo Alberdi, debió dejar el barrio en la noche del viernes, y ser resguardado personalmente por militantes de este movimiento, "ante la ausencia de un programa provincial de protección de testigos" aseguró el diputado Eduardo Toniolli. El lunes pedirán su inclusión en un programa nacional.

El secretario de Seguridad, Matías Drivet, se negó a hablar de connivencia policial, y aseguró que "investigará el accionar policial con la tecnología disponible". Pero aclaró que Ferreyra nunca pidió protección. "La amenaza la conocimos por el diputado Toniolli, y cuando le ofrecimos que denunciara no quiso firmar ninguna denuncia".

Pérsico le pidió al gobernador Antonio Bonfatti que "saque al comisario que le dio la información a los narcos que denunciamos. Esta es una cosa que en ningún lugar de la Argentina pasa, solo acá". Y de inmediato recordó que "muchos medios de prensa se horrorizaron cuando un militante del Frente para la Victoria dijo que había una complicidad, que había un narcosocialismo.

Ahora, no se horrorizan cuando un comisario le entrega a los narcotraficantes el listado de los acusados para que vayan a apretar a los testigos. Este es el único lugar del país donde después de haber pasado una cosa así el tipo sigue siendo comisario". "Y encima --agregó-- tenemos que escuchar que desde el Ministerio de Seguridad nos digan: 'Menos mal que lo pueden sacar ustedes a este hombre, porque nosotros no podemos hacerlo porque la lista de denunciados se filtró desde acá adentro'. Esto no lo podemos concebir".

El líder del Evita también ponderó que "la militancia popular es enemiga del narcotráfico, cómplice del modelo neoliberal de exclusión de nuestros pibes. Si nuestros militantes pueden entrar a los barrios, ¿por qué el Estado no puede hacerlo?".

Finalmente, fue directo al rol preventivo del Estado: "Si nosotros sabemos quiénes son los que venden droga, el Estado tiene que saber. Pero es grande el negocio y grande la repartija, puede ser que por eso no sepan".

A su turno, Ramón Ferreyra relató a Rosario/12 que vivió un verdadero infierno desde el momento en que llegaron esas motos con narcos a bordo, que estaban disparando. "Esa banda tiene el amparo de la policía, y hemos recibido amenazas, por lo que junto a mi familia nos tuvimos que ir del barrio en el que vivimos desde hace veinte años". El hombre hilvana su relato parado al lado de su hijo Ariel, baleado en una de sus rodillas. "La vida en Nuevo Alberdi Oeste cambió drásticamente desde hace dos años cuando llegaron estos narcos y pusieron un búnker, arruinándole la vida no solo a los jóvenes, sino a los vecinos que no podemos estar siquiera afuera, ni salir caminar por las calles, porque andan todo el tiempo armados, y quieren manejar el barrio".
Ramón detalló entonces la amenaza: "Me pusieron una pistola en la cabeza, y me obligaron a llamarlo al abogado (Fernando) Rosúa, para decirle que no íbamos a hacer ningún tipo de denuncia".

Finalmente relató que por la noche lo retiraron del barrio. "Tardó mucho la policía en llegar, pero finalmente pudimos salir dejando muchas cosas en la casa", dice. Y, como consolándose, rescató que "lo importante ahora es que estoy bien con mi familia entera".

En la rueda de prensa, el diputado provincial Gerardo Rico denunció como un hecho "lamentable que gran parte del Ministerio de Seguridad esté de vacaciones". Y agregó: "Signo de toda esta desprotección se comprobó en los reclamos que hasta alta horas de la noche debimos realizar por la desatención del compañero Gastón en el Heca, para que fuera asistido en terapia intensiva, ante el gravísimo estado que se encuentra hasta este momento".

En tanto, para el diputado nacional de La Cámpora Marcos Cleri, "el gobierno socialista es parte de la garantía de impunidad para que los grupos de narcos sigan actuando de esta forma". "Cinco horas antes de la balacera este hombre llamó a la policía y les avisó que había jóvenes armados tomando cerveza, y cuando fueron no hicieron nada. Que alguien me explique si eso no es connivencia policial", agregó.

Cuando este cronista preguntó por el motivo del conflicto en Nuevo Alberdi Oeste surgió el relato de un profundo conocedor de la realidad barrial: "Desde hace tiempo una familia del barrio, los R. eran quienes regenteaban el negocio, y ahora de la mano del Ema Pimpi C., ligado a la histórica familia de Las Flores, quieren copar la parada. Y la policía recauda de los dos lados, tanto la comisaría como el Comando. Esta resultó ser la chispa que hizo estallar el polvorín".

Al encuentro con la prensa asistieron la comisión ejecutiva nacional y provincial del Movimiento Evita, los diputados provinciales Aliza Damiani, Marcelo Picardi y María Eugenia Bielsa, entre otros. Estuvo también la diputada de la provincia de Buenos Aires, Patricia Cubría. Concejales, referentes de organismo de derechos humanos, sindicales y organizaciones sociales y políticas se acercaron a brindar su solidaridad. Se destacó la presencia del ex ministro de Gobierno de la provincia, Roberto Rosúa. Los diputados nacionales Agustín Rossi, Silvia Simoncini, Leonardo Grosso y Adela Segarra enviaron su adhesión, así como también organismos defensores de derechos humanos como el CELS, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El Movimiento Evita saludó y agradeció también la solidaridad del Frente Darío Santillán y Mónica Peralta por el GEN.


Bonfatti: "Me expresé mal"
"Tal vez me expresé mal o haya sido malinterpretado", dijo ayer el gobernador Antonio Bonfatti tras el traspié que significó haber dicho que "no tiene por qué saber" lo que ocurre en los barrios de Rosario. El mandatario subrayó la presencia del estado provincial en el territorio. "Hoy estamos trabajando fuertemente en materia social, estamos reequipando a las fuerzas policiales y generando programas sociales en los barrios más conflictivos", afirmó.

Sobre sus polémicas declaraciones, Bonfatti las resignificó. "Lo que quiero decir es que frente a una pregunta en particular de una situación denunciada en un barrio, doy como ejemplo de que son situaciones tan particulares en donde se pregunta sobre la situación de un baño en una escuela, es muy difícil que yo pueda, sobre 4500 escuelas que tiene aproximadamente la provincia, conocerla en profundidad, pero esto no quiere decir que desconozca la realidad social de la provincia de Santa Fe en su conjunto y la ciudad de Rosario en particular".

Más delante dijo que "venimos actuando desde hace mucho tiempo con la Municipalidad de Rosario, hemos creado un gabinete social donde interactúan distintos Ministerios para abordar una problemática conflictiva sobre algunos barrios de la ciudad de Santa Fe y de Rosario en particular, donde estamos generando propuestas y alternativas fundamentalmente para jóvenes que no estudian ni trabajan".
Fuente:Rosario12


RECLAMOS POR LOS MILITANTES DEL MOVIMIENTO EVITA BALEADOS EN ROSARIO
Amenazas tras la denuncia
El padre de dos jóvenes heridos reveló que fue amenazado para que levantara la denuncia. El diputado y líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, dijo que demostraba la complicidad de la policía y pidió la intervención del gobernador.
Por José Maggi
Desde Rosario
El diputado Emilio Pérsico encabezó ayer una conferencia de prensa en Rosario.Imagen: Sebastián Granata.
El diputado nacional Emilio Pérsico denunció ayer que “en Rosario viene habiendo ataques a militantes sociales de parte de narcotraficantes y hay un Estado que hace la vista gorda, que mira para el costado y jefes policiales que no cumplen su función. Una hora después que el compañero (Ramón) Ferreyra declarara bajo secreto de sumario, ante el fiscal y ante el comisario del barrio –que nunca debió haber estado ahí–, los acusados supieron que los había señalado. Y un rato más tarde le pusieron una pistola en la cabeza a Ramón para que levantara la denuncia. Esto demuestra la connivencia y la complicidad. Que los funcionarios de este gobierno expliquen por qué no apartaron aún a ese jefe policial. Si no lo hacen son cómplices”. El desafío fue lanzado ayer por el diputado nacional Emilio Pérsico, al relatar cómo Ramón Ferreyra, padre de dos jóvenes baleados en Nuevo Alberdi, debió dejar el barrio en la noche del viernes y fue resguardado personalmente por militantes de este Movimiento, “ante la ausencia de un programa provincial de protección de testigos”, aseguró el diputado Eduardo Toniolli. El lunes pedirán su inclusión en un programa nacional.

Pérsico le pidió al gobernador Antonio Bonfatti que “saque al comisario que le dio la información a los narcos que denunciamos. Esta es una cosa que en ningún lugar de la Argentina pasa, sólo acá”. De inmediato recordó que “muchos medios de prensa se horrorizaron cuando un militante del Frente para la Victoria dijo que había una complicidad, que había un narcosocialismo. Ahora, no se horrorizan cuando un comisario le entrega a los narcotraficantes el listado de los acusados para que vayan a apretar a los testigos”. “Encima –agregó– tenemos que escuchar que desde el Ministerio de Seguridad nos digan: ‘Menos mal que lo pueden sacar ustedes a este hombre, porque nosotros no podemos hacerlo porque la lista de denunciados se filtró desde acá adentro’. Esto no lo podemos concebir.”

A su turno, Ramón Ferreyra relató a Página/12 que vivió un verdadero infierno desde el momento en que llegaron esas motos con narcos a bordo disparando. “Esa banda tiene el amparo de la policía y hemos recibido amenazas, por lo que junto a mi familia nos tuvimos que ir del barrio en el que vivimos desde hace veinte años.” El hombre hilvanó su relato parado al lado de su hijo Ariel, baleado en una de sus rodillas. “La vida en Nuevo Alberdi Oeste cambió drásticamente desde hace dos años, cuando llegaron estos narcos y pusieron un bunker, arruinándole la vida no solo a los jóvenes, sino a los vecinos que no podemos estar siquiera afuera, ni salir a caminar por las calles, porque andan todo el tiempo armados y quieren manejar el barrio.”

Ramón detalló entonces la amenaza: “Me pusieron una pistola en la cabeza y me obligaron a llamarlo al abogado (Fernando) Rosúa, para decirle que no íbamos a hacer ningún tipo de denuncia”. Finalmente, relató que por la noche lo retiraron del barrio. “Tardó mucho tiempo en llegar la policía, pero finalmente pudimos salir dejando muchas cosas en la casa”, dijo y –como consolándose–, rescató: “Lo importante ahora es que estoy bien con mi familia entera”.

En la rueda de prensa, el diputado provincial Gerardo Rico denunció como “un hecho lamentable que gran parte del Ministerio de Seguridad esté de vacaciones”. Y agregó que tuvieron que realizar reclamos “por la desatención del compañero Gastón en el HECA (Hospital de Emergencia Clemente Alvarez), para que fuera asistido en terapia intensiva, ante el gravísimo estado en que se encuentra hasta este momento”.

Para el diputado nacional de La Cámpora Marcos Cleri “el gobierno socialista es parte de la garantía de impunidad para que los grupos de narcos sigan actuando de esta forma”.

Cuando este cronista preguntó por el motivo del conflicto en Nuevo Alberdi Oeste, surgió el relato de un profundo conocedor de la realidad barrial: “Desde hace tiempo una familia del barrio, los R. eran quienes regenteaban el negocio y ahora de la mano del Ema Pimpi C., ligado a la histórica familia de Las Flores, quieren copar la parada. Y la policía recauda de los dos lados, tanto la Comisaría como el Comando. Esta resultó ser la chispa que hizo estallar el polvorín”.

Al encuentro con la prensa asistieron la Comisión Ejecutiva nacional y provincial del Movimiento Evita, acompañados por el diputado nacional Marcos Cleri, y los diputados provinciales Aliza Damiani, Marcelo Picardi y María Eugenia Bielsa, entre otros. Se destacó la presencia del ex ministro de Gobierno de la provincia, Roberto Rosúa. Hubo adhesiones de los diputados nacionales Agustín Rossi, Silvia Simoncini, Leonardo Grosso y Adela Segarra, así como también de organismos tales como el CELS, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El Movimiento Evita agradeció también la solidaridad del Frente Darío Santillán y Mónica Peralta por el GEN.


“Es tiempo de cambios profundos”

La Mesa Federal de la Corriente Nacional de la Militancia expresó su “enorme preocupación” por el accionar durante la última semana en la ciudad de Rosario de bandas narco, que el martes asesinaron a la militante social Mercedes Delgado y el jueves atentaron contra los integrantes del Movimiento Evita Gastón Arregui y los hermanos Ariel y Carlos Ferreyra. En el comunicado que suscriben entre otros los legisladores Agustín Rossi y Daniel Filmus, el dirigente social Emilio Pérsico y el filósofo Ricardo Forster, plantearon que los acontecimientos son resultado de pleitos entre “bandas que disputan negocios delictivos y territorios”, y que no son novedosos, ya que en 2011 habían provocado el Triple Crimen de Villa Moreno, todavía sin resolución. “Tampoco es casualidad –argumentaron–; la militancia social y política que muy diversas organizaciones desa-rrollan en los barrios es un estorbo para el accionar del delito.” Afirmaron que en vez de “ciudadanos activos, participativos, con una fuerte conciencia social, capacitados y organizados para pelear por sus derechos”, los delincuentes “prefieren ciudadanos encerrados en sus casas, temerosos, que abandonen el espacio público para que ellos puedan adueñarse de las calles”. Aseguraron que hay “barrios completos donde la falta de presencia del Estado ha sido reemplazada por bandas que imponen su autoridad a sangre y fuego con la complicidad de las fuerzas de seguridad y la mirada pasiva de sus gobernantes”, quienes insisten “con una seguidilla interminable de frases hechas que no se traducen en respuestas eficaces”. Ratificaron su “compromiso por una política de seguridad democrática en Santa Fe” y concluyeron: “Es tiempo de cambios profundos pero hay que tener las ideas, la decisión y la capacidad para ponerlos en marcha”.


Fuente:Pagina12


Balacera a jóvenes militantes en Nuevo Alberdi
“Fue un ataque al Movimiento Evita”
12/01/2013


Emilio Pérsico.
“El narcotráfico es cómplice del modelo neoliberal y de exclusión” | Foto: Télam
El titular del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, afirmó este sábado, respecto de la balacera que recibieron los tres jóvenes militantes, que “esto es un ataque a la agrupación desde sectores del narcotráfico amparados por una falta del Estado en ese lugar”. La organización le exigió al gobierno de Santa Fe que“aparezcan los responsables”.

“El narcotráfico es cómplice del modelo neoliberal y de exclusión social que existe hoy acá en Santa Fe”, sostuvo Pérsico al encabezar una conferencia de prensa para repudiar la agresión sufridas por tres militantes locales.
La agrupación denunció la “ausencia del Estado” en las barriadas más humildes y “la complicidad policial” con sectores vinculados al narcotráfico.

El jueves por la noche Gastón Arregui (24) y los hermanos Carlos y Ariel Ferreyra, de 20 y 22 años, quedaron en medio del fuego cruzado de dos grupos que se disputan el territorio en el barrio Nuevo Alberdi por el control del tráfico de drogas, denunciaron los vecinos.

Una bala atravesó el cuello de Arregui, quien permanece internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez en estado grave luego de ser sometido a una intervención en la carótida que se complicó este sábado por una insuficiencia respiratoria, informó el diputado provincial del Movimiento Evita Gerardo Rico.

Carlos Ferreyra recibió un disparo en la espalda y continúa internado en el Hospital Eva Perón de la localidad de Granadero Baigorria, mientras que su hermano Ariel se repone en su casa de la herida que una bala le dejó en la rodilla, dijeron sus familiares.

Según las primeras informaciones, los tres militantes del Movimiento Evita fueron víctima de un tiroteo entre bandas dedicas a la venta de estupefacientes en el barrio Nuevo Alberdi.

Sin embargo, desde la agrupación remarcaron ue puede tratarse de un ataque contra los militantes, quienes junto a los vecinos del lugar derribaron ayer un “búnker” de venta de drogas instalado recientemente en calle Somoza al 3.300 de esta ciudad.

“Qué casualidad que una agrupación que viene denunciando los ascenso de policías en Santa Fe que tienen relación con el narcotráfico, y después aparecen compañeros nuestros heridos”, dijo Pérsico este mediodía.

“Yo no me banco que esto es una guerra entre bandas ni un tiro suelto, esto es un ataque al Movimiento Evita desde sectores del narcotráfico amparados por una falta del Estado en ese lugar”, denunció.

Durante una rueda de prensa, Pérsico dijo: “Exigimos que aparezcan los responsables, no es difícil para ninguna autoridad detener a los responsables”.

En esa línea agregó que “es increíble que a 48 horas del hecho no tengamos un detenido todavía” y remarcó que “esto no puede suceder sin la complicidad del Estado ni la complicidad de la policía”.

Por su parte, el diputado Gerardo Rico reveló que “anoche tuvimos que sacar a la familia de Ramón (Ferreyra, referente del Evita y padre de dos de los chicos baleados) del barrio porque el gobierno provincial no se hace cargo y tuvimos que hacernos cargos nosotros como si fuéramos el Estado”.

Agregó que Ferreyra “fue amenazado por uno de los grupos con un pistola en la mano sobre la cabeza de él”.

El propio Ferreyra, presente en la conferencia de prensa, dijo que la amenaza fue “para que baje la denuncia que yo había hecho”.

Según contó, la policía le tomó una breve declaración en el hospital Heca mientras atendían a uno de sus hijos pero todavía no fue convocado nuevamente ni por la fuerza de seguridad ni por la justicia rosarina.

Relató que “desde hace dos años sufrimos el búnker en el barrio. Lo hemos denunciado, quisimos sacarlo pero siempre con complicidad de la policía se han quedado”.
Fuente:RedaccionRosario


Saturday, Jan. 12, 2013 
Sebastián Ortega. Cosecha Roja.-
En Rosario, tres días después del asesinato de una militante social, dos bandas que disputan la zona para la venta de drogas se enfrentaron a los tiros. No hubo heridos ni detenidos. Según denunciaron los vecinos, la policía llegó al lugar, habló con los transas y se fue. A las tres horas, uno de los grupos volvió buscando venganza. En la balacera, tres jóvenes del Movimiento Evita fueron heridos: uno de ellos recibió un tiro en el cuello y está internado en terapia intensiva en estado crítico.
 Rosario: Tres milit...

A las 4 de la tarde del jueves, en el barrio Nuevo Alberdi, en la zona noroeste de Rosario, una serie de disparos quebró la paz de la siesta. Un grupo de soldaditos de una de las bandas que maneja la droga en la zona, atacó a balazos a un grupo rival. Los vecinos llamaron al 911 y en menos de 10 minutos había cuatro patrulleros en el lugar.

La balacera no dejó heridos ni detenidos. Según cuentan en el barrio, los policías se quedaron un rato charlando con los jóvenes –varios de ellos tenían las armas en la cintura- y se marcharon. Los vecinos salieron a la calle y una versión fue cobrando fuerza: un grupo de soldaditos de la Lili, que maneja un kiosco recientemente instalado en la zona, fue a buscar a un grupo que responde a la banda de Los Romero, históricos narcos de la zona.

La Lili también es una vieja conocida del barrio. Según explicaron varios vecinos, hace casi un año la mujer aceptó una oferta de la banda de Los Monos -el clan de la familia Cantero que domina el narcotráfico en gran parte de la ciudad- y convirtió parte de su casa en un búnker de droga. Un emprendimiento familiar en el que participaban los hijos y la nuera. Una fuente policial consultada por Cosecha Roja negó que detrás de este kiosco estuvieran Los Monos: “zona norte no es territorio de los Cantero”, explicó.

Según este oficial que conoce al detalle el funcionamiento de las redes narco en la ciudad, tanto el kiosquito de la Lili como el de los Romero responden al mismo jefe: el empresario de autos L.M.

Después de la balacera de las 4 de la tarde, Nuevo Alberdi quedó convulsionado. En la calle, los vecinos comentaban sorprendidos que los patrulleros se habían marchado sin hacer detenciones. “Los dejaron con las armas puestas en la cintura y se fueron”, dijo uno de ellos.

Ramón Ferreira, militante del Movimiento Evita, fue de los que se quedó en la vereda charlando. Estaba en la puerta de la casa de uno de sus hijos con un joven del barrio, Gastón Arregui, cuando escuchó la primera ráfaga. Ramón no lo sabía, pero a cien metros de ahí le acababan de pegar un tiro en la rodilla a su hijo Ariel, de 19 años.

En un auto, un grupo de Los Romero venía siguiendo a una moto en la que viajaban, aparentemente, soldaditos del búnker de la Lili. Se estaban vengando del ataque ocurrido tres horas antes.

A los pocos segundos, el auto pasó por la cuadra en la que estaban Ramón, su hijo Carlos, de 21 años, y Gastón Arregui, de 27. “Gastón estaba parado en el medio de la calle y le dieron un tiro en el cuello que”, contó Ramón a Cosecha Roja. Carlos recibió dos tiros: uno en la espalda, a la altura de la cintura, y otro en el brazo izquierdo.

“Yo lo socorrí a Gastón, trataba de sacarlo de la zanja. No me di cuenta que Carlos estaba caído diez metros adelante mío. Le habían dado un tiro y estaba boca abajo, todo ensangrentado”, dijo el hombre.

Treinta y cinco minutos después de la segunda balacera una ambulancia y una camioneta de la policía llegaron al lugar. A Gastón Arregui lo cargaron en la ambulancia y lo llevaron al Hospital Baigorria. A los hermanos Ferreira los llevaron en el vehículo policial.

De los tres, el único herido de gravedad fue Gastón, que debió ser trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde a esta hora permanece internado en terapia intensiva: la bala -que le ingresó por el cuello y le salió por uno de los pómulos- le rompió la carótida y se encuentra en estado crítico. Los hermanos Ferreira -Carlos y Ariel-, están fuera de peligro.

Después del ataque llegó la furia de los vecinos: 150 personas fueron hasta el kiosquito de la Lili y lo prendieron fuego.

La bronca de los vecinos también era con la policía: “Los narcos trabajan para ellos. Estos pibes, cuando los cruzamos, nos dicen: ‘Hagan la denuncia, si esto es de la policía’. Y no podemos hacer nada”, se quejó Ramón Ferreira desde el Heca, donde esperaba noticias de Gastón. El hombre de 45 años contó que en el barrio tienen miedo: “Después del ataque la policía liberó la zona”, dijo. Y agregó: “Cualquier cosa que le pase a los compañeros responsabilizamos al gobierno provincial”.

Este nuevo episodio ocurrió dos días después de que Mercedes Delgado, una militante social de barrio Ludueña, fuera asesinada en un enfrentamiento entre transas y a pocos días del primer aniversario de la masacre de Rosario, en la que tres militantes del Frente Popular Darío Santillán fueron asesinados por una banda narco.
cosecharoja.org/15458/
Narcos ganan territorio: una familia debió dejar el barrio
Por Ana Laura Piccolo.-
El padre de dos militantes baleados el jueves fue “visitado” por transeros que lo amenazaron para que retire la denuncia. “Indigna la ausencia del Estado”, dijo un referente del Movimiento Evita, que brinda asistencia a la familia amenazada.
13 ene, 2013

balacera
La impunidad con la que operan los búnker de drogas en los barrios periféricos de la ciudad ya no es una novedad para nadie. Se transforma en noticia cuando las disputas territoriales de quienes sacan provecho de la venta de estupefacientes salpican con violencia la vida de vecinos, como ocurrió esta semana con la muerte de Mercedes Delgado en Ludueña o con los tres jóvenes baleados en Nuevo Alberdi. En ambos hecho los destinatarios de los plomos fueron militantes que quedaron entre el fuego cruzado de los narcos, y la respuesta de la gente fue idéntica: derrumbar a mazazos las gruesas paredes de los kioscos y denunciar a gritos una connivencia policial. Ayer la situación sobrepasó los límites, instauró el miedo y develó la ausencia de respuestas estatales. Habían pasado pocas horas de la demencial balacera que dejó a un albañil al borde de la muerte y causó heridas a dos hermanos. Los noticieros mostraban las ruinas del búnker y la zona de Somoza y Luzarriaga parecía recuperar la calma cuando los dos “transeros” –quienes fueron sindicados de como quienes abriendon anteayer en la cuadra de Somoza al 3400– visitaron a Ramón, padre de los hermanos baleados, lo apuntaron con una pistola en la cabeza y lo obligaron a llamar a un referente del Movimiento Evita para que “levante la denuncia que había hecho en la subcomisaría 2ª”.

La situación se hizo pública ayer en el marco de una conferencia de prensa, cuando el padre de familia, junto a su mujer, siete hijos y dos nietos, ya había abandonado el barrio en el que pasaron toda la vida.

“Ayer (por anteayer) volvía del hospital con mi hijo tras el alta médica.

Después vino el Chino (Fernando) Rosúa, Alejandra Fedele y otros compañeros del Movimiento Evita. Diez minutos después de que se fueran, cayeron estos dos en moto. Sabía que eran narcos, pero pensé que venían a disculparse por balear a mis hijos (Ariel y Carlos, de 19 y 21 años). Pero me pusieron una nueve (milímetros, por la pistola) en la cabeza y me dijeron «ya nos enteramos de todas las denuncias que nos hiciste en la comisaría, llamalo a Rosúa y decile que tenés miedo y que levante todo»”, contó Ramón a El Ciudadano.

El hombre describió que “lo obligaron a poner el altavoz” del teléfono y obedeció. Llamó a Rosúa y con la voz quebrada se manifestó arrepentido. La situación duró unos 20 minutos, y los visitantes se retiraron tras esgrimir varias amenazas.

“Trabajaba de remisero, viví 21 años en Nuevo Alberdi, donde tenemos cuatro casas en las que viven mis hijos con sus parejas y mis nietos. Ya nos fuimos todos y no vamos a volver. Porque sin tener nada que ver casi me matan a dos hijos. Ahora que denuncié me van a matar a uno. Estamos con custodia para testigos. Los más chicos lloran, mi mujer está triste. Hoy (por ayer) estuvimos con Emilio Pérsico que vino desde Buenos Aires especialmente para esto, pero fuera del Movimiento nadie nos llamó”, lamentó Ramón.

“Impotencia e indignación”

Fernando Rosúa recordó el llamado que recibió anteanoche y reconoció que en el momento no se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. “Lo escuché muy acongojado, con la voz casi en llanto”, dijo. Luego de la denuncia de Ramón, el ex concejal se refirió al “grado de impunidad” que se vive en los barrios donde “la gente no confía en la Policía para nada y tiene miedo”. En ese sentido, dijo que “indigna la ausencia del Estado. No hay seguridad, después de lo que pasó van a la casa de las víctimas y las amenazan poniéndoles un arma en la cabeza. La sensación que se vive en ese barrio es que no hay autoridad, cuando el Estado no está es la guerra del más fuerte. Es lamentable haber llegado a esto. Hay una sensación de impotencia e indignación”, dijo.

Por último, Rosúa agregó: “Ante un Estado totalmente ausente estamos cumpliendo su rol con asistencia familiar a las víctimas y la protección de testigos”.

En la misma línea se manifestó el diputado provincial Eduardo Toniolli, tras recordar el llamado desesperado de Ramón para que “lo saquemos” del barrio. “Son diez en total”, dijo Toniolli tras explicar que la idea es que las familia no se vayan para siempre sino hasta sortear esta situación. “No vamos reemplazar al Estado, es una cuestión excepcional para preservar la integridad de un compañero”, agregó. En el mismo sentido, la agrupación política se puso en contacto con los familiares de Gastón Arregui, el albañil de 27 años que se encuentra en terapia intensiva tras recibir un disparo a la altura del cuello durante la balacera que se desató la noche de jueves pasado: “La madre está en Río Gallegos y le enviamos un pasaje aéreo porque está desesperada”.

Instaladas en la planta baja del Heca, la esposa de Gastón, de 19 años y con dos hijas pequeñas, esperó todo el día de ayer los partes médicos, que no fueron alentadores, junto a su cuñada que llegó de Santa Fe tras la trágica noticia.

“Quiero creer que mi hermano va a salir. Es lo único que me importa en este momento”, dijo la joven profundamente angustiada. “Yo no entiendo por qué le dispararon a mi marido. Se iba todas las mañanas a trabajar y volvía a la tarde. Vivía por sus hijas, para que no les falte nada. Lo único que pido es que se salve mi marido”, dijo la joven.
Fuente:ElCiudadanoyLaGente


Domingo, 13 de enero de 2013
Los narcos le balearon a sus hijos y ahora lo obligaron a irse del barrio 
Ramón Ferreyra señaló que vivió con “terror” las últimas horas y lo contó telefónicamente mientras sus vecinos le hacían la mudanza a él y a sus hijos, bajo la custodia de un móvil policial. 
Amigos de la familia Ferreyra ayudaron ayer a hacer la mudanza en Nuevo Alberdi bajo la mirada de una custodia policial. (Foto: F. Guillén)
Por Laura Vilche 
El miedo, los tiros y la resignación se adueñaron de las calles de Nuevo Alberdi Ramón Ferreyra juntó ayer a su esposa, siete hijos, nuera y nieto y se fue de Nuevo Alberdi, el barrio donde vivió en los últimos 21 años. No le quedó otra. El jueves, a las 20.30, dos de sus hijos fueron víctimas de una balacera descerrajada por soldaditos narcos del vecindario. Y el viernes por la tarde, cuando aun ellos estaban internados, fue amenazado en su domicilio por dos jóvenes que, tras calzarle una pistola 9 milímetros en la cabeza, se la hicieron corta y le dijeron: “Si no te vas del barrio te matamos a vos y a tu familia”. Ramón se fue con lo imprescindible y dice que ya no volverá. Sus vecinos y amigos están muy asustados y sostienen que su destierro es una “verdadera injusticia”.    

Ferreyra señaló que vivió con “terror” las últimas horas y lo contó telefónicamente mientras sus vecinos le hacían la mudanza a él y a sus hijos, bajo la custodia de un móvil policial. Se presentó como un hombre de 45 años, militante del Movimiento Evita, y como un remisero que también estuvo a cargo del comedor “Buenos vecinos” ubicado frente a su casa, donde se preparaban raciones para más de 300 chicos.    

“El jueves alrededor de las siete (las 19), cuando ya se habían ido de mi casa los compañeros del Movimiento y mis hijos seguían internados, llegaron en moto dos pibes que no conozco, de unos 25 y 30 años. Me dijeron que querían hablar conmigo, pidieron pasar a mi casa, los atendí a un costado, uno sacó un fierro, una 9 milímetros, me la apoyó en la cabeza y me pidió que llamara a Fernando (Rosúa, dirigente del Movimiento Evita), que le dijera que retirara la denuncia y que me fuera del barrio o matarían a todos: a mí y a mi familia. Lo llamé al Chino (Rosúa) y le pasé el mensaje, y anoche (por el viernes), nos fuimos todos de mi casa escoltados por la policía”, relató.    

La denuncia a la que hizo referencia Ferreyra tiene que ver con el episodio que vivieron dos de sus hijos y otro muchacho del barrio el jueves, cuando fueron blanco de un tiroteo. Un hecho que prácticamente replicó la crónica del asesinato de Mercedes Delgado, la mujer muerta en barrio Ludueña también por balas narco, el miércoles de esta semana.    

El hecho de Nuevo Alberdi ocurrió en el cruce de las calles Somoza y Luzuriaga cuando, según los vecinos, dos motos enduro y de alta cilindrada, con cuatro ocupantes, y luego un auto oscuro, cruzaron a los balazos e hirieron a Gastón Arregui, un albañil de 27 años, y a los dos hijos de Ferreyra: Ariel, de 19 años, y Carlos de 21. Hasta ayer, Gastón, a quien un tiro le perforó la mandíbula y le dejó un orificio de salida en el cuello, seguía internado en estado muy grave en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez . En cambio, los hijos de Ferreyra, heridos en la rodilla y en la espalda respectivamente, estaban doloridos pero fuera de peligro.

Frente al búnker. El vendaval pasó por delante de un pasillo de Somoza al 2900 a pocos metros de un altar del Gauchito Gil. En el pasillo funcionaba desde hacía unos días un búnker de drogas que pertenecería a un pibe al que le dicen Ema Pimpi, presunto soldadito del narco Luis M. El quiosco era atendido por Liliana M., más conocida como La gorda Liliana, mujer que estuvo ligada al Movimiento Evita hasta que pasó a ser empleada de los narcos y que tras la balacera los vecinos echaron del lugar.    

“Los vamos a matar a todos” recordó Ferreyra que dijeron los que bajaron del auto antes de empezar a tirar. La investigación preliminar desliza que los soldaditos del búnker de Ema Pimpi habían salido antes a balear a los integrantes de la familia R., también afincada en el barrio y ligada al comercio de las drogas.

Y estos últimos, ni lerdos ni perezosos, tomaron represalias, al boleo, en Luzuriaga y Somoza. Cruce de narcos.

“Váyanse”. Ferreyra dijo ayer que antes de irse del barrio les explicó a los vecinos por qué tomaba esa decisión. “Me voy por seguridad, para tenerlos vivos a todos”, les confesó. Y según dijo, todos lo apoyaron. “Váyanse, esto no es vida”, aseguró que le dijeron.    

“Yo salí a denunciar la verdad. Lamentablemente me tengo que ir y me quedo mal por los que se quedan en el barrio. Cinco de mis hijos nacieron acá, para mí esto es muy doloroso, para mí Nuevo Alberdi es todo. Mi mujer no para de llorar, es todo muy triste. Lo importante es que la gente de acá siga unida y manteniendo el comedor”.    

—Difícil si hay tanto miedo.    

—Y sí...es difícil. La droga destruyó el barrio. Los chicos consumen desde los 9 años esa porquería, de todo consumen, desde paco a merca toda mezclada.

Cuando llegué a este barrio, éramos pocos, nos conocíamos todos. Ahora es tierra de nadie. Mandan los narcos. Esto no se va a terminar fácilmente. Por más que metan presos a algunos, la venganza siempre va a estar.


Domingo, 13 de enero de 2013
Bonfatti aclaró que sí conoce la realidad barrial

"Tal vez me expresé mal o haya sido mal interpretado", indicó y remarcó que "se está trabajando fuertemente en materia social"
El gobernador Antonio Bonfatti aclaró ayer dichos que había formulado en Rosario cuando recorrió obras en la costa central y admitió desconocer la realidad social de los barrios. "Tal vez me expresé mal o haya sido mal interpretado, lo que quiero decir es que frente a una pregunta en particular de una situación denunciada en un barrio, di como ejemplo de que son situaciones tan particulares como si se pregunta sobre la situación de un baño en una escuela; es muy difícil que yo pueda, sobre 4.500 escuelas que tiene aproximadamente la provincia, conocerla en profundidad, pero esto no quiere decir que desconozca la realidad social de la provincia de Santa Fe en su conjunto y la ciudad de Rosario en particular", detalló.

El mandatario provincial fue más allá y remarcó: "Hoy estamos trabajando fuertemente en materia social, reequipando a las fuerzas policiales y generando programas sociales en los barrios más conflictivos".
"Venimos actuando desde hace mucho tiempo con la Municipalidad de Rosario, hemos creado un gabinete social donde interactúan distintos ministerios para abordar una problemática conflictiva sobre algunos barrios de la ciudad de Santa Fe y de Rosario en particular, donde estamos generando propuestas y alternativas, fundamentalmente orientadas para jóvenes que no estudian ni trabajan".

En tal sentido, remarcó que "hoy en la provincia hay 100 mil niños y jóvenes participando de las colonias de vacaciones. De esta forma estamos dando respuestas variadas que indudablemente siempre son insuficientes ante una realidad tan compleja, que no es solo local sino también nacional. Vamos a redoblar los esfuerzos para superar este momento, pero no tengan la menor duda del conocimiento que tenemos de la realidad de la provincia de Santa Fe", enfatizó.


Domingo, 13 de enero de 2013

"Los narcos de Nuevo Alberdi actúan con total y absoluta impunidad"

Lo señaló Emilio Pérsico, fundador del Movimiento Evita, el espacio al que pertenecen dos jóvenes que fueron baleados en Nuevo Alberdi
Por Claudio Berón 

Emilio Pérsico tiene años de militancia en el peronismo, lo entiende como una actitud de vida y política, tanto es así que vive en una barriada popular de San Fernando, provincia de Buenos Aires, lejos de las luces a menudo engañosas de la Capital Federal. Luego de los sucesos en los que resultaron baleados militantes de la agrupación "Movimiento Evita", de la que Pérsico es fundador y secretario general, el dirigente viajó a Rosario e hizo declaraciones con un fuerte tono político y social.

"Primero es importante saber qué le pasó a este compañero Ramón Ferreyra, a quien le balearon a sus hijos. Evidentemente que haya alguien en el barrio pidiendo lamparitas, agua y alimentando a 300 pibes, molesta a los narcos, que actúan con total impunidad. Esto que sucedió es terrible y tenemos miedo que esta impunidad y esta forma de trabajo se traslade al conurbano bonaerense", dijo casi sin pausa.

El "movimiento" protegerá a Ferreyra, quien debe abandonar su hogar en Nuevo Alberdi luego de recibir amenazas. "Nosotros vamos a cubrirlo y le ofrecimos una casa de una compañera, pero es el Estado provincial y municipal el que debe actuar. Cuando se le habló al ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, nos dijo que no tenía posibilidad de mandarlo a ningún lugar y que si había un acuerdo entre policías y narcos, seguramente los delincuentes iban a enterarse dónde iba a ir a vivir nuestro compañero. Es inaudito", expresó.

"Yo nunca vi algo así, a Ferreyra lo apretaron para que levantara una denuncia. En Argentina no se levantan las denuncias, es una declaración y lo que queda constancia es parte de la prueba. Sin embargo acá no lo avaló nadie, ningún poder estatal", sostuvo el dirigente cuya agrupación, el inicial MTD Evita, realizaba piquetes reivindicativos en los primeros años del 2000.

"Los vecinos contaban cosas increíbles, que el comisario llegaba en un auto particular y prácticamente los amenazaba para que se callaran la boca, es indignante", dijo Pérsico y acotó: "Hace un par de semanas esta gente hizo un piquete para que les pusieran lamparitas. Piden cosas básicas que si se hubieran hecho podrían haber evitado el problema", dijo. En tanto, integrantes del "movimiento" dijeron que "no llamó ningún funcionario, ni juez, ni nada. 

Nosotros responsabilizamos a la provincia por lo que pueda pasarle a nuestro compañero". Pérsico dijo que la tarde del miércoles en la puerta del búnker de Somoza había "cuatro tipos en cuero y armados, llegó la policía, habló con ellos y se metieron adentro. ¿Cómo es el tema?, si una persona anda armada en el centro de la ciudad lo meten preso, ¿en este barrio no pasa nada? En cualquier lugar del mundo el comisario debería estar relevado y preso", sentenció.

Domingo, 13 de enero de 2013
El miedo, los tiros y la resignación se adueñaron de las calles de Nuevo Alberdi

Tan pobre y desolado como tantos barrios en la periferia de la ciudad. Nuevo Alberdi no escapa a esa radiografía. Casas humildes y más gente en la vereda que adentro.

Tan pobre y desolado como tantos barrios en la periferia de la ciudad. Nuevo Alberdi no escapa a esa radiografía. Casas humildes y más gente en la vereda que adentro. Tantos templos evangélicos como altares del Gauchito Gil. Las ambulancias entran, pero antes avisan que llegaron a la comisaría. Los remises hace tiempo que borraron al vecindario del mapa. En la calle los chicos en patas, los yuyos, caballos y basura se entremezclan. Y están los disparos. Los vecinos dicen que diariamente se escuchan de a decenas. “¡Pla, pla, pla! No sabés si alguien descorchó algo o son tiros”, ironizó una mujer ayer en Somoza al 3400, a metros de donde el jueves un vendaval de disparos de narcos hirió a tres jóvenes y dejó enquistados miedo y resignación.

El arroyo Ludueña divide a este barrio y lo castiga siempre que puede con alguna inundación. Del canal al oeste se extiende la zona rural, el territorio militado por el Movimiento Giros. Del canal para el este, la zona más urbana, donde tiene más presencia el Movimiento Evita. Según Juan Monteverde, de Giros, en Nuevo Alberdi viven 1.500 familias en la zona urbana y 200 en la rural. A todos los unen las carencias económicas y simbólicas y los afecta el crecimiento cada vez más instalado del mercado de la droga.

Injusto. “Es una injusticia que se tenga que ir del barrio Ramón Ferreyra, ¿cómo es la cosa? ¿El que trabaja para los pibes se va y el que los droga y los mata se queda? ¿A quién defiende la policía?”, preguntó una mujer que ayudaba en la mudanza del militante barrial y de su familia, cargando ventiladores y bolsas con ropa. Para un hombre que miraba la escena, el barrio cambió en pocos años y también cambiaron los chicos.

“Soy albañil, me voy a trabajar a las 6. Cuando llego a la curva con mi moto y veo a un grupo de pibes, tiemblo. Te piden plata para una cerveza, un faso y si no les das te dejan en pelotas”, asegura. Cuenta que tiene dos hijas adolescentes. “Viven encerradas las pobres: las llevamos y traemos con mi mujer de la escuela. Acá, cuando cae la tarde nadie sale demasiado. Vivimos encerrados”, remarcó.

El encierro es parte de la descripción que más se reitera. No son pocos quienes dicen que “antes” (hace unos diez años) quedarse hasta la madrugada en la puerta era habitual, “pero ahora hay que esquivar las balas de los soldaditos. Y la policía, no pasa. Estaría bueno que transite las calles por la madrugada”, lamentaron dos mujeres.

Los robos también son moneda corriente y no siempre a mano armada. Algunos bien podrían ser parte de una comedia de enredos. Por Bouchard al 3100 no pasa desapercibida la presencia de una carpincha rechoncha apostada en la vereda. Se llama Fiona, pesa 45 kilos y los dueños la trajeron hace 8 años de la isla. “Una noche nos despertamos cuando la estaban cargando en un carro. La carpincha los mordió”, se rió su dueño.
Pero en Nuevo Alberdi las risa duran poco. Impera el miedo y la desconfianza. Y por eso cuesta que la gente hable, que cuente.
Cuesta sacar fotos. “¿Qué me fotografias el caballo, pibe? Es mío. ¿Querés que te muestre los papeles?”, interpeló un vecino al fotógrafo de La Capital que sólo intentaba retratar al barrio.
L.V.
Fuente:LaCapital


13.01.2013 
Advierten sobre la "ausencia del Estado" en los barrios populares de la provincia que administra Antonio Bonfatti 
Denuncian que el gobierno de Santa Fe "ampara" a las bandas del narcotráfico 
El titular del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, viajó a Rosario para reclamar la detención de los responsables del ataque a tres militantes de la agrupación. Se complicó el estado de una de las víctimas. Amenazas a familiares. 
Por: Gimena Fuertes



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Los últimos acontecimientos en Barrio Ludueña y Nuevo Alberdi Oeste (aclaro para el Gobernador de la Provincia, son barrios de Rosario, no de Medellìn o de Ciudad Juàrez) reflejan el abandono que de el ámbito pcial y municipal se tiene por los barrios, que es lo mismo que decir por los humildes, los que más necesitan de la acción del Estado, los movimientos sociales y políticos no lo pueden reemplazar, aunque sus militantes estèn en la primera línea de fuego, para ser las primeras vìctimas del narcotràfico. Y porque son los militantes los atacados por el narcotràfico, por que a diferencia del Gobernador, los narcos si saben quien es el enemigo. 

Por que un barrio atendido debidamente, con sus jòvenes con empleo, con las familias que tienen las necesidades básicas cubiertas, que gozan de seguridad, con una policía que los protege, y no que es còmplice por acciòn u omisiòn de los narcos, no florece el narcotráfico. 

No alcanza con la represión a los narcos, es necesario ocupar los espacios políticos y sociales, para impedir su instalación. Los militantes con su accionar y sus limitaciones son la única barrera. Y los narcos lo saben, evidentemente el Gobernardor y la Intendenta no y así estamos. 

Esperar algo de este gobierno socialista, es igual que esperar que Magnetto felicite a Cristina por su accion de gobierno, en definitiva un imposible. Solo queda pedirle que ante su incapacidad manifiesta de llevar algo de alivio a los barrios, por lo menos resguarde la integridad física de los militantes que están haciendo un trabajo, que les corresponde al Gobierno Pcial y Municipal, y pagan las consecuencias. 

A los compañeros militantes mi solidaridad y agradecimiento, por que aunque no parezca y no siempre este realmente reconocido, ustedes estan la verdadera política, ustedes estan haciendo patria. 

Gracias a cada uno de los cros. que en los barrios trabaja día a día por mejorarlo, son un ejemplo. 

Aguanten cumpas!!!!!!!!!
Luis Megías
Pte.Colectivo ex Presos Políticos y Sobrevivientes-Rosario               

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