6 de febrero de 2013

MÉXICO.

MARTES, 5 DE FEBRERO DE 2013
De sombreros y de boinas 
Por Teodoro Rentería Arróyave
Inaceptable, por todos conceptos, que el conocido articulista inglés, John Carlin, de padre escocés y madre española, le gane el chauvinismo hispano, al recurrir a un majadero silogismo, aprovechando el sombrero mexicano, para atemperar el escándalo de corrupción que pesa sobre el presidente peninsular. Mariano Rajoy y su Partido Popular. 

El escocés, que en sus venas hierve la sangre materna española, en su artículo publicado en el Diario El País, asegura: “Que por más incultos que sean los que vuelven de sus vacaciones en España luciendo sombreros mexicanos no necesariamente están tan equivocados; que la distancia entre las percepciones simplistas de estos y las más sofisticadas de aquellos que se han esforzado para comprender las realidades españolas se ha achicado; que entre la corrupción institucional mexicana y la española, entre los hábitos políticos del país conquistado y los del antiguo conquistador, no hay tanta diferencia como muchos hubieran querido creer”. 

En todas partes del mundo, en todas las naciones, existen escándalos de corrupción, sin embargo hasta ahora, como sucede con el escritor de marras, jamás se había recurrido a las odiosas comparaciones, y menos trasnacionales, para restar culpas a funcionarios corruptos.

Ya en alguna ocasión habíamos dicho que los españoles no tenían de que quejarse, puesto que no supieron con su voto defender a su nación de la ultraderecha más degradante que ha sufrido la nación ibérica, al hacer un símil con aquella frase histórica que espetara su madre al rey moro, bañado en lagrimas por haber perdido su último reducto en Granda: “No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre”. 

Es tan el escándalo de corrupción que inunda al gobierno español de derecha, que los socialistas españoles, principal partido de la oposición, se unieron a los manifestante populares para exigir la dimisión del jefe del gobierno, Mariano Rajoy, al darse a conocer su participación directa en actos de corrupción, al considerar, con sobrada razón, que no puede liderar la salida de la grave crisis que agobia al país. 

“Pedimos que abandone la presidencia del gobierno y dé paso a otro presidente que pueda restablecer la fortaleza, la credibilidad y la estabilidad que necesita nuestro país”, afirmó Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del Partido Socialista español, PSOE, y ex rival de Rajoy en las últimas elecciones nacionales, tal ocurrió en una rueda de prensa. 

Muy tarde y después de días de ignominioso silencio, el todavía presidente, Mariano Rajoy negó, a puerta cerrada y sólo ante la dirección de su Partido Popular, PP, haber recibido dinero sin declarar, desmintiendo las informaciones aparecidas el jueves en el diario El País de Madrid, en las que citaban su nombre como uno de los supuestos beneficiarios de pagos ocultos. 

Tienen razón Rubalcaba, Rajoy debe dimitir porque “no puede dirigir nuestro país en un momento tan difícil, en el que tiene que hacer tantos esfuerzos, y en el que tiene que pedir tantos esfuerzos al conjunto de los ciudadanos”. 

A quien no le asiste ninguna razón, es al chauvinista hispano, John Carlin, quien debe dejar en paz, por mera categoría profesional al sombrero charro mexicano y buscar la cloaca de la corrupción en las boinas españolas, nunca de todos los españoles, que nos merecen nuestro respeto, sólo en las boinas que cubren las testas de Rajoy y los suyos. 

MARTES, 5 DE FEBRERO DE 2013
En algún lugar… El fin de los extremos
Por Laura M. López Murillo
En algún lugar inesperado, las fuerzas se equilibran y los extremos se evaporan, desaparece la tensión que mantenía alejadas a las antípodas, los ataques se degradan, las ofensas se olvidan, las divergencias convergen pero las convicciones claudican... 

El actual proceso electoral en Baja California, que inició el 1º de febrero, confronta a dos alianzas por la gubernatura, alcaldías y diputaciones en el congreso local. Ambas, se fundamentan en la incongruencia y se erigen sobre las divergencias galopantes que solían distinguir a los partidos que las conforman; el elemento de cohesión que logró reconciliar visiones y convicciones antípodas es el anhelo de victoria. Las coaliciones que buscarán el voto el 7 de Julio son: “Compromiso por Baja California” que se conforma con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Verde Ecologista de México (PVEM), partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES); y “Unidos por Baja California” que conforman el Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Nueva Alianza (Panal) y el Partido Estatal de Baja California (PEBC). 

Así, las opciones para emitir el voto se simplifican rotundamente pero las complicaciones aparecen cuando se pretende conciliar argumentos irreconciliables, cuando los partidos coaligados deban olvidar los argumentos con los que alguna vez se atacaron, las descalificaciones que mutuamente se hicieron, los daños recíprocamente infringidos. Es por eso que la credibilidad de las alianzas únicamente se sustenta en su afán por la victoria electoral. La conformación de coaliciones entre partidos políticos en México es un fenómeno cada vez más frecuente y su éxito reside en la designación del candidato; la figura del contendiente aliancista deberá opacar la fluctuación de las convicciones y la volatilidad de los idearios partidistas. Suelen ser personajes conciliadores, de amplio criterio, tolerantes cuya imagen trasciende las consignas de su partido para encontrar coincidencias donde antes hubo radicalismos, es el elemento fundamental que fortalecerá o debilitará a las alianzas. 

Si las precampañas son únicamente el trámite indispensable que debe realizarse en tiempo y forma para registrar al candidato oficial, será la debacle de los partidos pequeños que participaron en la farsa del partido predominante. Si la precampaña equivale a la búsqueda del candidato con el perfil idóneo, al margen de compromisos o intereses de partido, la coalición emergerá fortalecida con una imagen capaz de reconciliar lo irreconciliable. 

Hoy por hoy, ante las coaliciones que buscarán el poder en Baja California, la pregunta ineludible es: cuál será la visión que unificará la diversidad de criterios en las alianzas? Es posible que los abanderados de la extrema derecha adquieran, aunque sea por contagio, una pisca de sensibilidad social? En el trajín de las amalgamas: los extremistas reconocerán los excesos perniciosos en el fanatismo moralino y en los radicalismos de izquierda? Suponer las cualidades del producto emanado de una alianza es aún prematuro, lo evidente es la contundencia de las aspiraciones y el final inminente de los extremos porque el afán de victoria es implacable y desvanece la tensión que mantenía alejadas a las antípodas, degrada los ataques y anula las ofensas, hace converger a las divergencias pero las convicciones claudican…
Fuente:Argenpress

No hay comentarios: