VIERNES, 8 DE FEBRERO DE 2013
El CCH, semillero de autogobiernos en la UNAM, así como de educación libertaria
Por Pedro Echeverría
1. Los medios de información están asustados porque los estudiantes del Colegio de Ciencia y Humanidades (CCH) tomaron la dirección general de esa institución en la UNAM apoyo a los estudiantes de Naucalpan, dado que las autoridades no han querido solucionar sus demandas académicas. Está claro que gobierno o autoridades no escuchan ni dialogan; siempre se acusa a estudiantes, campesinos, trabajadores, porque realizan cualquier acción, pero no se dice que están cansados de exigir. El sistema capitalista exige que los jóvenes estudiantes sean obedientes, pacientes, formales, respetuosos, bien vestidos y con un lenguaje decente exento de palabras “ofensivas”; pero como a los estudiantes les vale un carajo la formalidad, las buenas maneras, su vestido y presentación, así como el maltrato de la prensa y sólo buscan la solución de sus demandas, entonces la gente de ideas viejas y las autoridades se asustan y los acusan de “delincuentes”.
2. Por otro lado hay una enorme campaña del gobierno de Enrique Peña Nieto y de Televisa para evitar el resurgimiento del movimiento estudiantil y del Yo soy 132 que tanto los ha cuestionado. ¿O se piensa acaso como los tontitos que los estudiantes sólo deben estudiar, los obreros producir riquezas, los políticos robarse el presupuesto y los empresarios acumular capital? Sin embargo los estudiantes más conscientes de la UNAM, el POLI, UAM, los colegios privados, no dejan de moverse con el fin de rescatar su dignidad; ellos saben que sólo puede haber una buena educación pública si todos cuentan con un sistema educativo abierto para todos, que la falta de comida y trabajo, donde nadie sea explotado ni oprimido y donde nadie se quede con las riquezas que el pueblo produce. Por eso los estudiantes del CCH, así como de otras escuelas e instituciones, se han comenzado a movilizar reivindicando sus derechos.
3. El CCH de la UNAM fue directamente un producto del movimiento de los jóvenes de 1968 y de la matanza de estudiantil del dos de octubre en Tlatelolco. Nació en 1971 como proyecto educativo del presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-76) y del rector Pablo González Casanova, en el que Manuel Pérez Rocha fue importante. Meses antes habían nacido la “Prepas Populares de Liverpool y Tacuba” como reclamo a la falta de escuelas preparatorias, por lo menos en la Ciudad de México. Sólo había nueve preparatorias tradicionales con viejos programas y metodologías. Laboré como profesor 12 años, fui dirigente del autogobierno del plantel Oriente y también directivo sindical –junto con varios profesores cecehacheros de los cinco planteles- del sindicato de académicos (SPAUNAM). Por lo menos durante los primeros siete años el CCH fue la máxima institución académica y política por su participación masiva y solidaria.
4. A los profesores no nos controlaban las autoridades sino los estudiantes. No teníamos que firmar o checar entrada y salida porque logramos que los estudiantes tuvieran autoridad para exigir en asamblea de academia, la expulsión como profesor, por lo menos de los grupos, al que se fallaba por impuntualidad o por incapacidad para coordinarlos en las “clases”; no se perdía la plaza, sino las horas del grupo que fundamentaba su queja. No era “tiranía” de los estudiantes sino una respuesta concreta a las posiciones marxistas y libertarias que manejábamos en clases, asambleas y mítines. ¿Qué pasó con la enseñanza si los estudiantes pasaban mucho tiempo en las asambleas? Pues sencillo: se demostró que los egresados de CCH llegaban revolucionados; cuando ingresaban a Facultad demostraban mejor capacidad que los de las prepas formales y autoritarias.
5. Los estudiantes del CCH fueron, por lo menos hasta 1985 que me mantuve en él, unos 75 mil distribuidos en cuatro turnos (de 7 de la mañana a 10 de la noche) y cinco planteles. 15 mil en cada plantel era una fuerza representada en asambleas generales (estudiantes, profesores y trabajadores) permanentes que sacaban resolutivos que las autoridades –por lo menos en el plantel Oriente con autogobierno- tenían que acatar. Por lo menos desde 1973 comenzaron a registrarse “estudiantes rechazados” en lo exámenes de admisión, pero eran pocos relativamente en el contexto de los 75 mil estudiantes y mediante la lucha logramos siempre que ingresara un buen porcentaje de ellos. Pero al casarse y hacer compromisos económicos los profesores y al comenzar a imponer normas reglamentarias las autoridades, aquella conciencia de lucha cayó y los alumnos comenzaron a perder apoyos.
6. Pienso que el espíritu de aquellos primeros siete u ocho años del CCH sigue presente, pero ya se ha perdido muchísimo, sobre todo el autogobierno (que también se registró en la Facultad de Arquitectura, o por lo menos el cogobierno como se dio en la Facultad de Economía), la desaparición de dos turnos, sobre todo lo de anteponer a la lucha unitaria militancias partidarias; sin embargo allí está el Yo soy 132 que ha logrado unir muchas fuerzas estudiantiles que pueden apoyar de manera directa las batallas del CCH. Tengo confianza en que aquellas batallas resurgirán sobre todo si se recogen experiencias pasadas de movimientos históricos. Si bien del CCH y la UNAM han surgido –como en todas las escuelas- personajes que se han acomodado de manera oportunista al sistema, también muchos han seguido trabajando políticamente contra el sistema de opresión.
VIERNES, 8 DE FEBRERO DE 2013
Sanciones del IFE en suspenso
Por Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA)
Con el voto de cinco de los nueve consejeros, el Instituto Federal Electoral decidió devolver a la Unidad de Fiscalización los dictámenes de los informes de gastos de campañas presidenciales para que se empalmen con la revisión de gastos de las contiendas para diputados y senadores. También para esclarecer los criterios aplicables de prorrateo y de campañas beneficiadas cuando se distribuyan recursos centralizados ejercidos por los partidos. La instancia fiscalizadora debe presentar un nuevo documento a más tardar el 3 de julio.
De la anterior manera, la UF tendrá casi cinco meses para revisar un dictamen que no soportó, como aquí fue previsto, la prueba de la percepción generalizada sobre qué partidos o coaliciones gastaron más en las jornadas por la Presidencia de la República y por miles de cargos de elección federales y locales.
Muy expertos en contabilidad, finanzas y derecho, pero los fiscalizadores no fueron capaces de ver lo que buena parte de las audiencias observaron: un candidato presidencial desplazándose durante meses en aviones y helicópteros privados, buena parte de los edificios del país saturados de espectaculares con su rostro, cual concurso de belleza, para sólo mencionar dos grandes erogaciones.
Los fiscalizadores del IFE se atuvieron a facturas y estados contables preparados con singular profesionalismo por los expertos del tricolor que les dieron tres y las malas a sus contrapartes del Movimiento Progresista que, ahora redescubren críticos de oficio y beneficio, “son desordenados y no saben gastar”. Y como el Partido Revolucionario es una chucha cuerera en la materia, pues la UF procedió conforme a derecho, dicen. Es tanto como justificar la elusión fiscal porque las empresas de los dueños de México tienen los mejores despachos fiscales y Hacienda pierde los juicios. La verdad jurídica la tendrán los primeros, pero divorciada de las otras verdades, las de las obligaciones ciudadanas y la ética.
El hecho es que los fiscalizadores que postularon: “El exceso de gastos de campaña de (Andrés Manuel) López Obrador –que rebasó lo permitido en 18 por ciento– trastocó los principios de equidad y transparencia en la rendición de cuentas, lo que implica una inequidad en la contienda y el consecuente debilitamiento del sistema de partidos”, tienen aún tanto trabajo para convencer a la opinión pública y publicada que los intelectuales que laboran para Televisa y Televisión Azteca ni siquiera intentaron defenderlos.
Veremos si la UF mantiene la conclusión que atropella el más común de los sentidos, esto es que el candidato del Movimiento Progresista, Obrador, fue “el único que rebasó el tope en los pasados comicios”, pues “ejerció 398 millones 878 mil 726 pesos, es decir, 62 millones 766 mil 642 pesos por arriba de lo estipulado en la ley”. Con lo cual es acreedor a una multa de 129 millones 829 mil pesos, la más elevada desde los casos Amigos de Fox y Pemexgate.
Como bien dice Javier Corral, de Acción Nacional, es comprensible que el Institucional defienda la imagen de Enrique Peña. Pero ésa no es la tarea del IFE. No lo entiende Leonardo Valdés, pues se aferró a defender el dictamen sin ceder un ápice. Mientras que Sergio García dio un tercer bandazo al excusarse de participar en una votación que de antemano sabía perdida, porque días antes presentó su renuncia al Consejo General.
En tanto, dirigentes de los partidos beneficiados temporalmente con la decisión, como Cuauhtémoc Cárdenas, López Obrador y Ricardo Monreal realizan desatinados fraseos para comprometer la suma de fuerzas y esfuerzos en torno a una propuesta legislativa sobre Petróleos Mexicanos frente a la embestida trasnacional.
Fuente:Argenpress
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