4 de marzo de 2013

BRASIL.

04.03.2013
BRASIL
Dilma Rousseff prometió universalizar el acceso al agua y anunció una inversión millonaria
El gobierno brasilero invertirá 30.000 millones de reales en obras volcadas a mitigar el efecto de las sequías en el nororiente del país.
Además reforzará el programa de acceso al agua potable.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reiteró hoy que su Gobierno se propone "universalizar el acceso al agua" y ratificó planes de inversión por 30.000 millones de reales (unos 15.000 millones de dólares) en obras volcadas a mitigar el efecto de las sequías en el nororiente del país.

El 80 por ciento de esa inversión, anunciada hace dos años y prevista hasta fines de 2014, está dirigido a obras estructurales, que abarcan desde represas y canales hasta estaciones de tratamiento de agua, explicó Rousseff durante su programa de radio semanal, que se emite cada lunes.

El 20 por ciento restante servirá para reforzar el programa social conocido como Agua para Todos, que desde 2012 ha llevado agua potable a unas 240.000 personas que antes carecían por completo del servicio, reseñaron EFE y Prensa Latina.

"El desafío es universalizar el acceso al agua"
Dilma Rousseff
El grueso de esas inversiones está dirigido a la empobrecida región nororiental del país, donde cada año se registran sequías que afectan el desarrollo de poblaciones en su mayor parte dedicadas a la actividad agrícola.

Rousseff aseguró que su gobierno "hace todo el esfuerzo posible para enfrentar ese desafío importantísimo para el país, que es el de universalizar el acceso al agua", tanto para el consumo como para la irrigación en las regiones agrícolas.

Las fuertes sequías que anualmente se registran en el noreste de Brasil han sido especialmente duras en los últimos meses en ciertas zonas, como el estado de Pernambuco, en el que desde el pasado fin de semana se ha llegado a racionar el servicio de agua hasta en la populosa ciudad de Recife. 

03.03.2013
BRASIL
La policía tomó 19 favelas en Río de Janeiro sin que se produzcan incidentes
El operativo se hizo en media hora, en la zona que es un corredor vial para cuatro grandes acontecimientos internacionales que tendrán lugar en la ciudad entre este año y 2016.

Complejo do Cajú (13 favelas con 16.000 habitantes) y Barreira do Vasco (tres favelas, 6.000 habitantes), que desde hace décadas estaban en manos de narcotraficantes, fueron copados por unos 1.500 uniformados, pertenecientes en su mayoría al Batallón de Operaciones Especiales (Bope) y al Batallón de Choque de la Policía Militar carioca.

Los efectivos contaron con apoyo de agentes de la Policía Civil, helicópteros y unos 200 fusileros navales que, a bordo de 17 vehículos blindados de la Marina, removieron los obstáculos que los narcotraficantes habían dejado en las calles estrechas de las favelas para dificultar el acceso.

El operativo en esas dos barriadas del norte de Río de Janeiro -en la zona portuaria y junto a la autopista que conduce al aeropuerto- se inició a las 5.30 y a las 10 los ocupantes izaron las banderas de Brasil y del estado Río de Janeiro, como señal de que el lugar estaba bajo su control.

Hasta poco después del mediodía no se habían reportado incidentes, informaron las agencias de noticias ANSA y EFE.

El objetivo de la operación era instalar una Unidad de la Policía Pacificadora (UPP) similar a las 30 que el gobierno carioca desplegó en los últimos años en otras tantas favelas, con apoyo de las autoridades federales, con el fin de contener la violencia generada por el narcotráfico.

Esa ofensiva forma parte de la política que el gobierno de Río de Janeiro lleva adelante con el objeto de pacificar la ciudad que este año será sede de la Copa Confederaciones de fútbol y la Jornada Mundial de la Juventud, para la que se espera la presencia del próximo papa y la asistencia de más de dos millones de personas.

Río de Janeiro también será una de las sedes de la Copa del Mundo de fútbol de 2014 y albergará los Juegos Olímpicos de 2016.

Por la ubicación geográfica de Complejo do Cajú y Barreira do Vasco, su control es considerado “estratégico” por las autoridades, afirmó el coronel Frederico Caldas, vocero de la Policía.

“Hicimos una gran demostración de fuerza; lo más importante es recuperar el territorio y todo esto fue precedido por una acción de inteligencia en otras favelas, muy importante para debilitar la organización criminal que controla esta zona; fue un duro golpe para ellos y el Bope va a dar tranquilidad a las personas”, sostuvo Caldas.

El funcionario describió que como parte de la operación, la policía militarizada “realizó un cerco desde el 14 de febrero y hasta el sábado [ayer], donde fueron contabilizados 284 presos, 36 menores aprehendidos, 14 fusiles, dos subametralladoras, cuatro carabinas, nueve escopetas, 46 pistolas, 37 revólveres, 24 granadas, 86 kilos de cocaína y 263 de marihuana”.

Los grandes operativos militares y policiales en las favelas se iniciaron en diciembre de 2010, con la toma, por parte de más de 2.000 efectivos, del Complejo do Alemao, próximo al aeropuerto internacional de Río de Janeiro.
Fuente:Telam 

EN UN RAPIDO OPERATIVO, LOS UNIFORMADOS TOMARON DOS COMPLEJOS QUE AGRUPAN 19 VILLAS MISERIA
La policía ocupó varias favelas de Río
Unos 1500 uniformados tomaron el control de Cajú y Barreira do Vasco sin que se registraran muertes. Esos sitios desde hace décadas estaban en manos de narcos. Sin embargo, algunas zonas pacificadas aún viven en la inseguridad.
La policía de elite actuó ayer durante el operativo de ocupación en el Complejo do Cajú.Imagen: AFP

La policía de Brasil tomó en la madrugada de ayer, en media hora y sin incidentes, dos complejos que agrupan 19 favelas. El operativo se produjo en una zona de Río de Janeiro que forma parte del corredor vial para cuatro grandes acontecimientos internacionales que tendrán lugar en la ciudad en este año, en 2014 y en 2016: Complejo do Cajú (13 favelas con 16 mil habitantes) y Barreira do Vasco (tres favelas, 6 mil habitantes), que desde hace décadas estaban en manos de narcotraficantes, fueron copados por unos 1500 uniformados, pertenecientes en su mayoría al Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) y al Batallón de Choque de la Policía Militar carioca.

Los efectivos contaron con apoyo de agentes de la policía civil, helicópteros y unos 200 fusileros navales que, a bordo de 17 vehículos blindados de la Marina, removieron los obstáculos que los narcotraficantes habían dejado en las calles estrechas de las favelas para dificultar el acceso. El operativo en esas dos barriadas del norte de Río de Janeiro –en la zona portuaria y junto a la autopista que conduce al aeropuerto– se inició a las 5.30. A las 10, los ocupantes izaron las banderas de Brasil y del estado de Río de Janeiro, como señal de que el lugar estaba bajo su control. Hasta poco después del mediodía no se habían reportado incidentes.

El objetivo de la operación era instalar una Unidad de la Policía Pacificadora (UPP) similar a las 30 que el gobierno carioca desplegó en los últimos años en otras tantas favelas, con apoyo de las autoridades federales, con el fin de contener la violencia generada por el narcotráfico. Esa ofensiva forma parte de la política que el gobierno de Río de Janeiro lleva adelante con el objeto de pacificar la ciudad que este año será sede de la Copa Confederaciones de Fútbol y la Jornada Mundial de la Juventud, para la que se espera la presencia del próximo Papa y la asistencia de más de dos millones de personas.

Río de Janeiro también será una de las sedes de la Copa Mundial de Fútbol 2014 y albergará los Juegos Olímpicos de 2016. Por la ubicación geográfica de Complejo do Cajú y Barreira do Vasco, su control es considerado estratégico por las autoridades, afirmó el coronel Frederico Caldas, vocero de la policía. “Hicimos una gran demostración de fuerza; lo más importante es recuperar el territorio y todo esto fue precedido por una acción de Inteligencia en otras favelas, muy importante para debilitar la organización criminal que controla esta zona; fue un duro golpe para ellos y el BOPE va a dar tranquilidad a las personas”, sostuvo Caldas.

El funcionario describió que, como parte de la operación, la policía militarizada realizó un cerco desde el 14 de febrero y hasta el sábado (por anteayer), donde fueron contabilizados 284 presos, 36 menores aprehendidos, 14 fusiles, dos ametralladoras, cuatro carabinas, nueve escopetas, 46 pistolas, 37 revólveres, 24 granadas, 86 kilos de cocaína y 263 de marihuana. Tres años después de que el gobierno carioca lanzara un ambicioso programa de seguridad pública, autoridades y especialistas admiten que algunas zonas pacificadas siguen viviendo en la inseguridad.

“Existen comunidades en las que aún constatamos focos de resistencia”, afirmó el coordinador de las UPP, el coronel Paulo Henrique de Moraes, citado por Folha de São Paulo. En su edición de ayer, el diario publicó un informe en el que relata la situación de nueve de las 30 favelas pacificadas, en las cuales, además de la resistencia de grupos del crimen organizado mencionada por Moraes, existe corrupción policial que también atenta contra la seguridad de las comunidades.


OPINION
Lo que se juega en Brasil en 2014
Por Eric Nepomuceno
En 2014, el primer domingo de octubre será día 5. Habrá luna creciente en Brasil. Tres días después, está previsto un eclipse total. Faltan, uno más, uno menos, 580 días para el domingo 5 de octubre de 2014. 

Habrá luna creciente, serán las vísperas del eclipse total.

Pero nadie, en Brasil, está muy preocupado por el calendario lunar. Lo que empieza a inquietar es el calendario electoral. Y es que el domingo 5 de octubre del año que viene, alrededor de 145 millones de brasileños estarán con los ojos puestos no en el cielo, sino en los resultados de las urnas. Ese día se elegirá el nuevo presidente del país.

Puede parecer curioso que, con semejante adelanto, se empiecen a jugar las cartas. Pero así son las cosas.

En este febrero que termina, el escenario electoral ha sido, poco a poco, delineado. Quizá el país no se haya dado cuenta, pero de aquí en adelante todo girará alrededor de ese escenario. El calendario lunar perdió interés.

Algunas dudas importantes fueron aclaradas, otras no tan importantes fueron registradas.

¿Y qué es lo que quedó aclarado?

Primero: Lula da Silva no será candidato a un nuevo mandato presidencial. Al menos, no en 2014. Ya las elecciones de 2018, cuando Lula tendrá 73 años, serán otra historia. En 2014, la candidata del PT y de la amplia y esdrújula alianza que apoya al gobierno será Dilma Rousseff. Con ese anuncio se abren brechas para disidencias y abandonos, pero también para adhesiones y adherencias.

Segundo: la articulación estará centrada en Lula, aunque el mismo no sea candidato a nada. Claro que los dos estarán, como estuvieron siempre, en contacto permanente. Pero a ella le toca, al menos hasta el inicio formal y oficial de la campaña, el rol de administrar, y a él, el de asegurar una alianza que asegure a Dilma no sólo la victoria, sino también las bases en el Congreso para gobernar.

Tercer punto que queda desde ya establecido: la oposición, nave a la deriva desde hace un buen tiempo, seguirá buscando un rumbo, teniendo como timonel al actual senador y ex gobernador de Minas Gerais, Aecio Neves, del mismo PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.

A propósito: resulta casi melancólico observar cómo, a sus 81 años, Cardoso, un sociólogo respetado y con una vasta y sólida carrera de militante en el centroizquierda brasileño, sigue exigiendo a sus correligionarios, en vano, que logren armar un programa de gobierno viable y confiable en oposición al PT de Lula y Dilma Rousseff.

Ese esfuerzo resultó, al menos hasta ahora, en un rotundo nada. Aecio Neves no logró deshacerse de su imagen de playboy provinciano y sus enfáticos discursos leídos cuidadosamente en el Senado tienen la credibilidad de un billete de tres dólares.

¿Y qué pueden interesar, fuera de Brasil, esos movimientos internos, aparentemente tan restringidos a sus fronteras?

Bueno, quizá algunas cosas, principalmente si se los compara con lo que pasa en los países vecinos. En primer lugar, en el caso brasileño, existe un proyecto de cambio, el del PT, iniciado por Lula y ahora llevado adelante por Dilma. Los críticos más críticos dicen que, en el fondo, el PT tiene un proyecto que es más de poder que de país. Puede que tengan razón. Pero de todas formas, es innegable que existe un proyecto que, mal que bien, y considerándose los resultados y la opinión pública, funciona. El país cambió en estos últimos diez años, y para mejor.

En segundo lugar, ese proyecto logró, al menos en esta etapa, renovarse sin perder el rumbo. En otras palabras: ha sido posible encontrar piezas de recambio para que la nave siguiera su rumbo con otro timonel.
Lula sigue siendo figura principal del cotidiano político brasileño (no raro, con exageración), pero parece haber sabido optar por tener influencia sobre el poder instituido en lugar de disputar ese mismo poder. Al anunciar formalmente su respaldo a una nueva candidatura de Dilma para 2014, dejó claro que no pretende disputar con su criatura y, al mismo tiempo, al asumir la articulación de la reelección de Dilma, deja claro que sigue en el control de las cosas de la política.

Ya la oposición sigue su infausto minué. Hay movimientos delicados, algunos quizá elegantes, pero que no llevan a ninguna parte. Son volteretas inocuas. Llega a ser casi conmovedor el esfuerzo del ex presidente Cardoso para movilizar a sus pares. Pide renovación, proyectos, programas concretos. A sus 81 años, pide fuerza, confianza y acción. En algún momento quizá se dé cuenta de que, a pesar de los años, es el más joven de sus correligionarios.

En todo caso, si uno mira lo que pasa en los vecinos, quizá caiga en la peligrosa tentación de concluir que Brasil está en mejor situación.

En Brasil, al menos hay pieza de repuesto: Dilma sucedió a Lula, será reelegida y podrá eventualmente tener al mismo Lula como sucesor, todo eso de acuerdo a la Constitución.

Quizá en la vida real no sea así tan tranquilo. Pero, al fin y al cabo, algo es algo.
Fuente:Pagina12

04.03.2013
Policías y militares toman por asalto las favelas de Río de Janeiro 
Cerca de 1.500 hombres del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) de la Policía Militar de Río de Janeiro, apoyados por la Policía y por 200 fusileros navales participaron en la operación con el objetivo de limpiar el área de narcos.

Policías y militares brasileños tomaron en menos de media hora el estratégico complejo de favelas de Cajú, en la zona norte de Río de Janeiro, con el propósito de expulsar del sector a los traficantes de drogas.

La policia en pleno operativo en la favela.

La policia en pleno operativo en la favela.

Las fuerzas de seguridad, que habían avisado de la operación hace varios días para no poner en riesgo la vida de los habitantes de la zona, irrumpieron en el complejo de favelas y en la vecina Barreira do Vasco sin encontrar resistencia.

La información oficial -que es la única de la que se dispone- dice que todo se realizó "sin violencia". "No hubo ninguna resistencia. Ahora haremos un trabajo meticuloso en busca de armas y drogas", declaró a periodistas el portavoz de la Policía Militar, coronel Federico Caldas.

Un helicóptero de la policía hizo vuelos rasantes en medio de la oscuridad para intimidar a posibles agresores, mientras los blindados abrían paso a la tropa por las callejuelas del sector.

El Complejo de Cajú está formado por 13 favelas en las que habitan unas 16.000 personas, según las autoridades, y está ubicado entre la zona portuaria de la ciudad y la Línea Vermelha, vía expresa que conduce al aeropuerto internacional Tom Jobim de Río de Janeiro.


La Barreira do Vasco, es una barriada menor, formada por tres favelas en las que habitan unas 6.000 personas.

Las favelas son vecinas también de la Avenida Brasil, una importante vía que comunica la zona norte de la ciudad con la populosa zona oeste.

Para poder ingresar en el sector, el tráfico de vehículos por la Línea Vermelha fue interrumpido en la madrugada de ayer, informó la policía.

"El resultado es extraordinario, la toma de un área tan estratégica, tan importante, evidencia la integración de las distintas fuerzas policiales", agregó Caldas.

El objetivo de la operación es limpiar el área de vendedores de drogas para, en los próximos meses, instalar una Unidad de Policía Pacificadora (UPP), como se les denomina a las comisarías policiales permanentes instaladas en las favelas.

Según la Secretaría de Seguridad del Estado de Río de Janeiro, el control de las favelas del Complejo de Cajú es fundamental para posteriormente, ocupar el Complejo de Maré, que está más cerca del aeropuerto internacional.

El objetivo es garantizar la seguridad en las vías por las que circularán todos aquellos que lleguen a Río de Janeiro para participar en los Juegos Olímpicos de 2016. 
Fuente:InfoNews

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