El primer sondeo en paralelo en Venezuela y Argentina muestra que los argentinos tienen casi la misma imagen positiva de Chávez (64,4 por ciento) que sus compatriotas (67,5 por ciento). También revela que Maduro es el gran favorito para sucederlo en las elecciones que se harán el 14 de abril: lo respalda un 56,7 por ciento de los venezolanos contra un 33 por ciento de los opositores.
LA IMAGEN “BINACIONAL” DE CHAVEZ
No llores por mí, Argentina
Una encuesta muestra un fenómeno notable: que el fallecido presidente venezolano tiene una alta imagen positiva en su país y casi exactamente la misma en el nuestro. El eje binacional, las ideas compartidas.
Por Raúl Kollmann
Seis de cada diez argentinos tienen buena opinión del fallecido Hugo Chávez. Pero lo notorio es que ese porcentaje es casi idéntico al que se registra en Venezuela, donde también más de seis de cada diez venezolanos opinan bien o muy bien del líder bolivariano. Al mismo tiempo, tanto allá como aquí existe consenso en que debe seguirse el modelo, el rumbo trazado por Chávez. Esto tiene obviamente un peso decisivo en Venezuela, donde se realizarán las elecciones el 14 de abril: todo indica que Nicolás Maduro, señalado por el propio Chávez como su sucesor, parte con una enorme ventaja (ver nota en página 2). Casi el sesenta por ciento lo votaría, frente a apenas un treinta por ciento que respalda a la oposición. Lo que también se percibe es que se mantiene el eje Brasil–Argentina–Venezuela como fuente de liderazgo en Latinoamérica.
Las conclusiones surgen de una notable encuesta realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que conduce el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 800 personas en la Argentina y 500 en Venezuela, mediante entrevistas telefónicas. En nuestro país, el estudio abarcó a ciudadanos de Capital Federal, los dos cordones del Gran Buenos Aires, el Gran Mendoza, el Gran Rosario, el Gran Córdoba, Gran Tucumán, Salta, ciudades de Neuquén, Catamarca, Chaco y del interior de la Provincia de Buenos Aires. En Venezuela, los encuestados fueron de quince ciudades, entre ellas Caracas, Maracaibo, Barinas, Barquisimeto, Puerto Ordaz, Barcelona y Valencia. El trabajo se terminó de procesar este sábado y, en términos técnicos, se formuló sobre la base de preguntas espejo (es decir, idénticas allá y acá). Duelo e ideas La muerte de Chávez produjo enorme impacto, por supuesto en Venezuela, pero también en la Argentina. Como ya se ha señalado muchísimas veces, ese impacto no es únicamente por un luto compartido, una especie de embellecimiento del personaje tras la muerte, sino que se basa en especial en la enorme movilización que se produce. El ciudadano común ve la adhesión, las inmensas colas para la última despedida, la cantidad de jóvenes que participan y queda impresionado por un fenómeno que ve en directo.
En la Argentina, Chávez no sólo tiene una imagen positiva alta, sino que tres de cada cuatro personas (75,6 por ciento) dicen que “fue un gran transformador de la realidad venezolana y logró que los sectores más desfavorecidos accedan a nuevos derechos”. Esto contrasta con la imagen de dictador que pretendió instalar buena parte de la derecha política y mediática argentina.
Pero a esto se suma el hecho de que hoy existe cierto consenso en América latina y, en especial, en Venezuela y Argentina, sobre valores que hacen tanto a Chávez como a Cristina Fernández de Kirchner: papel preponderante del Estado, mejoras para los sectores humildes, búsqueda de la unidad latinoamericana. Esto es lo que explica que no sólo Hugo Chávez tiene alta imagen en Venezuela y Argentina, sino también CFK. La Presidenta viene recuperando imagen positiva en los últimos meses, lo que se percibe también cuando se pregunta por la opinión sobre la gestión de gobierno.
“De todas maneras hay un factor de importancia –señala Bacman–. Hoy la Presidenta tiene un 36 o 38 por ciento de apoyos incondicionales. Personas que la votarían sí o sí. Es lo que llamamos el núcleo duro del kirchnerismo. Pero en la encuesta, las opiniones favorables tanto de Chávez como de CFK. y sobre todo de Néstor Kirchner, van mucho más allá de quienes los votarían. Yo creo que hay un reconocimiento a líderes que dan la pelea, que se juegan por su país, incluso perdiendo la vida como en el caso del bolivariano y el santacruceño. ‘Yo no los voto, pero los respeto’, parece decir una franja. La imagen positiva altísima de Néstor se ha mantenido estable desde su muerte.” La imagen “Respecto de Cristina en sí misma, no sólo nosotros, el CEOP, registramos el crecimiento de su imagen en el último mes –dice Bacman–. Lo registran también otras consultoras. Creo que tiene que ver con el esfuerzo que se está haciendo en materia de combatir la inflación. La idea del congelamiento, resistida por algunos técnicos, parece funcionar. A esto agréguele que la oposición sigue en un camino difícil, sin rumbo. Recorre liderazgos, alianzas, que tienen mucho más de electoral que de consistencia en las ideas.”
“No medimos directamente la intención de voto en Venezuela porque nos parecía prematuro –explica el titular del CEOP–. Todavía no están los candidatos, en especial de la oposición. No está claro si Henrique Carriles será el que agrupe a los que están contra el chavismo. Pero que Nicolás Maduro tenga ese apoyo inicial, del 57 por ciento, todavía con un diez por ciento de indecisos, permite pensar que va a obtener un triunfo nítido. Que está instalado, no sólo de época, sino también de épica, y hasta podría sacar más votos que el propio Hugo Chávez en octubre, que redondeó el 55 por ciento. Debe tenerse en cuenta que las elecciones son, en términos técnicos, a muy corto plazo, apenas más de un mes. No es un tiempo que permita instalar climas muy distintos de los actuales, más aún teniendo en cuenta que Chávez ganó en octubre, pero después todavía hubo otra elección, la de gobernadores, en la que el chavismo se alzó con el record de 20 de las 23 gobernaciones en juego.”
“También el breve tiempo de campaña hasta el 14 de abril parecen no dar lugar a internas dentro del oficialismo venezolano en el que, por otra parte, quedó clarísimo el mandato del fallecido líder, que en forma explícita dijo ‘si me pasa algo, voten a Maduro’. En coincidencia con lo que dicen los venezolanos, también en la Argentina Maduro registra un respaldo similar. La gente quiere que se mantenga el rumbo porque se entiende que lo de allá y lo de acá están en sintonía y que existe cooperación mutua.”
La imagen de Hugo Chávez
¿Qué le conviene más a Venezuela?
La imagen de Cristina Kirchner
¿Chávez fue el transformador de la realidad venezolana y dio nuevos derechos a los trabajadores?
Para la integración del continente
El triángulo original de liderazgo latinoamericano –Brasil, Argentina, Venezuela– se mantiene, aunque la ausencia de Hugo Chávez tiene su impacto, porque obviamente Nicolás Maduro no sustituye a un dirigente que se instaló en el continente durante los últimos 14 años. De los tres líderes originarios, Luiz Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner y Hugo Chávez, dos fallecieron y Lula dejó su lugar en la presidencia de Brasil.
En la encuesta, la Presidenta argentina aparece como la principal referente latinoamericana, aunque con porcentajes casi idénticos a Dilma Rousseff, la actual mandataria brasileña. Esto remarca que el eje pasa –más aún después de la muerte de Chávez– por Brasil y Argentina.
Lo que se percibe es que existe una especie de regionalización del liderazgo. Los argentinos mencionan a José “Pepe” Mujica como el tercero en el liderazgo. El presidente uruguayo es cercano y su estilo simple y directo lo ubican como uno de los mandatarios preferidos.
En Venezuela, en cambio, prefieren a quienes han tenido también más cerca, el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el de Ecuador, Rafael Correa, ambos con mucha presencia en los últimos años en la vida venezolana. Tanto allá como acá hay mayor simpatía por los vecinos.
Parece claro que otros presidentes, como el chileno Sebastián Piñera, que deja el cargo este año, o el colombiano Juan Manuel Santos, no aparecen en el listado porque no sintonizan demasiado con el modelo más acentuadamente latinoamericanista. Con algunas diferencias de estilos, los presidentes más mencionados han marcado distancias con los centros de poder, Washington, Europa, el FMI y, sobre todo, con los planes de ajustes que promocionan desde los centros financieros.
MADURO LLAMO A ELECCIONES EN VENEZUELA
En abril, la sucesión
El vicepresidente convocó al voto para el 14 de abril. La oposición desconcertada, los cálculos electorales y la fuerza del presidente provisional y heredero de Chávez.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Caracas
Nicolás Maduro llamó a elegir el sucesor de Chávez en un mes.Imagen: EFE El pueblo venezolano irá a las urnas el 14 de abril con el vívido recuerdo del presidente Hugo Chávez, según el cronograma que anunció el Consejo Nacional Electoral. La larga y espesa marea roja que se volcó a las calles a partir de la muerte del líder bolivariano, y que continuaba ayer, puso de manifiesto la angustia de millones de venezolanos, pero también el ánimo de mantener el apoyo a este gobierno liderado por Nicolás Maduro. Seguían sumándose los simpatizantes que esperaban darle el último adiós en la capilla ardiente de la Academia Militar. “Maduro, el pueblo está seguro”, cantaban hombres y mujeres.
Duda y un coqueteo con el abandono de la contienda electoral: los grupos opositores contribuyeron a generar una atmósfera de indecisión en las últimas horas, luego de que Henrique Capriles Radonski cuestionara la jura de Maduro como presidente encargado, tachándola de inconstitucional. La Mesa de la Unidad Democrática, una amalgama de partidos que va desde formaciones con tradición socialdemócrata hasta agrupaciones conservadoras como Primero Justicia, le ofreció ayer públicamente la candidatura a Capriles y éste, al cierre de esta edición, aún no la aceptaba, manteniendo un poco más el enigma. Hasta ahí: de acuerdo con el Consejo Nacional Electoral, entre hoy y mañana deben presentarse las candidaturas.
Para el intelectual y escritor venezolano José Sant Roz, la actitud de Capriles refleja una cuota de desesperación. “La estrategia de la oposición es la típica del que se siente perdido, desesperado, es como un boxeador que se ve atrapado y da golpes bajos. Puede ser que intenten crear divisiones en las fuerzas revolucionarias o que apunten al sabotaje de electricidad o a la escasez de alimentos bajo la directiva de Estados Unidos”. Sant Roz no duda de que el 14 de abril volverá a ganar el oficialismo y que esto ya se percibe viendo la multitudinaria manifestación de apoyo. “La oposición está desbordada ante este estremecimiento popular”, dijo el autor de Bolívar y Santander, dos posiciones contrapuestas. “Lo que sucede es que Capriles no es un candidato popular, su figura representa a los partidos de derecha y aliados del capitalismo”, agregó.
Para el presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, la oposición tendría que luchar todas las batallas, porque si no se postula, cometerá un “suicidio político”. “El chavismo va a sacar millones de votos, aunque la oposición se retire. Y a la oposición le va a ser muy difícil desmentir que no se presentó porque sabía que iba a perder. Cuando en 2005 no participó de las legislativas, su decisión fue desacertada, porque dejó a la Asamblea Nacional sin ningún representante”.
Vladimir Villegas, ex embajador de Venezuela en México y actual columnista del diario opositor El Nacional, dijo a esta cronista que hay muy pocas razones para pensar que Capriles pueda tener chances de ganar en abril. “En medio del mito de Chávez es muy difícil borrar la impronta del momento histórico”. También con la idea del mito desarrolló su columna Carlos Raúl Hernández, quien afirmó en el antichavista diario El Universal: “Los mitos en nuestras sociedades abiertas, irreverentes, inquisitivas, son flores de un día. No queda nada de Getulio Vargas, Velasco Alvarado, Rojas Pinilla, Omar Torrijos. Se hundieron por el peso de sus malas obras”.
Mal que les pese, el chavismo viene de ganar dos comicios, las presidenciales del 7 de octubre –por once puntos– y las regionales de diciembre, donde obtuvo 20 de las 23 gobernaciones. Según anunció ayer Tibisay Lucena, presidente del Consejo Nacional Electoral, la campaña se desarrollará entre el 2 y 11 de abril, e invitó a que la Unión de Naciones Sudamericanas acompañe los comicios del 14 de abril, fecha asociada al restablecimiento democrático tras el efímero golpe de Estado del 11, 12 y 13 de abril de 2002.
Por primera vez en 14 años, el Partido Socialista Unido de Venezuela presenta un candidato que no es el carismático Chávez. En opinión del consultor Vicente León, Maduro corre con ventaja porque fue elegido por su mentor. “No había ningún líder representativo en el chavismo, el mismo Maduro no contaba con una alta aprobación como candidato alternativo. Pero una vez que Chávez ungió a su delfín, lo hizo potente. Con la muerte del líder, Maduro se convirtió en el catalizador de las emociones que hay alrededor”.
Para Sant Roz, Maduro no tendrá su histrionismo, pero es quien asume la responsabilidad y es leal. “Maduro no es Chávez, pero el pueblo se aferra a la idea de no perder la revolución ni los ideales de Chávez. Maduro encarna ese ideal y en él el pueblo ha puesto su amor. Los dos discursos que dio el viernes muestran que es leal, que va a sostener este proyecto.” ¿Qué sucede con la rivalidad entre Maduro y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional? Algún mal pensado podría haber visto en las lágrimas que derramó Cabello al entregarle la banda presidencial a Maduro algo más que emotividad. El intelectual desmintió esas elucubraciones. “Esa rivalidad la creó la oposición para perturbar. Si a cualquiera de los dos se le ocurriera perseguir su ambición personal, los pulverizarían.”
Cuando se terminen los largos adioses a Chávez comenzará un período de campaña. Mientras el pueblo se manifiesta en las inmediaciones de la Academia Militar: “¡Que viva Hugo Chávez!”.
COMO INTERPELA LA MUERTE DE CHAVEZ A GOBIERNO Y OPOSICION
Juego de Espejos
La eclosión masiva de dolor ante la muerte de Chávez, comparable con lo que sucedió aquí con Evita, Perón y Kirchner, arroja luz sobre los respectivos procesos políticos. Una docena de elecciones ganadas en 14 años recompensan una transformación impresionante de los indicadores socioeconómicos, como en Ecuador, Brasil, Bolivia y la Argentina. La incongruencia de llorar a Chávez y denigrar a Cristina. Las dos versiones de un documento crítico de la Iglesia Católica, sumada a la oposición.
Por Horacio Verbitsky
La prensa y los partidos de oposición desde hace años asimilan los procesos políticos de Venezuela y la Argentina o, con más precisión, al chavismo y el kirchnerismo, aunque les cuesta deducir las consecuencias de ese parangón y se pierden en un laberinto de ficciones. Al aproximarse la muerte anunciada de Hugo Chávez Frías pasaron a una etapa superior del espejismo: Cristina estaba tratando de ocupar el liderazgo que quedaría vacante, repitieron. Es cierto que CFK sabía que el pronóstico era sombrío porque lo escuchó de boca del propio ex presidente Fidel Castro, quien le dijo que la situación era irreversible. Pero la hipótesis sobre el operativo relevo de Chávez por Cristina sólo se basa en los prejuicios de quienes la instalaron, por incomprensión de los respectivos procesos políticos.
La vida te da sorpresas Por eso las abrumadoras manifestaciones de dolor en la despedida de Chávez los tomaron por sorpresa, como un espejo del azoramiento que mostraron el día en que murió Néstor Kirchner. Dos grandes damas del espectáculo llegaron a denunciar que no había sido un sentimiento espontáneo sino una escenificación de Fuerza Bruta y que Kirchner era demasiado alto para ese ataúd. El diario español ABC afirmó ahora que el féretro que cubrió un trayecto de ocho kilómetros de calles y avenidas de Caracas acompañado por dos millones de personas no contenía el cuerpo de Chávez, cuando el único fraude probado fue la foto falsa en la tapa de su colega El País. El cuadro que acompaña esta nota muestra el impacto extraordinario de los catorce años de Chávez en la presidencia de Venezuela. Por legítimo que sea cuestionar la inflación, la corrupción, las interminables cadenas nacionales, la manipulación de la Justicia, los conflictos con la prensa, la fuga de capitales, el raquitismo de la industria, la dependencia alimentaria de las importaciones desde Estados Unidos, quien ignore la transformación social producida y su impacto profundo y duradero sobre la conciencia social de las masas venezolanas, se condena a la incomprensión y la inoperancia. Y esto sí vale también para la Argentina de los Kirchner y los demás procesos populares de la región. La oposición venezolana reaccionó esta vez con una cautela aprendida a fuerza de reveses. Este proceso autocrítico comenzó el año pasado con la designación como candidato presidencial del empresario y abogado Henrique Capriles Radonski, quien como Chávez comenzó a vestirse con los colores de la bandera y abandonó la diatriba desestabilizadora por un discurso moderado, de sensibilidad social e impostación bolivariana. La recompensa fue una alta votación, próxima al 45 por ciento, aunque la denuncia de un fraude constitucional por la asunción de Nicolás Maduro recuerda que siempre es posible una recaída. Cristina y Chávez fueron reelectos con el 54 por ciento y el 57 por ciento premió al presidente ecuatoriano Rafael Correa por la reducción de la pobreza y de las desigualdades, el aumento del empleo, la transferencia directa de ingresos a los más necesitados, la inversión sostenida en vivienda, salud, educación e infraestructura. En Ecuador el segundo candidato más votado, que fue un banquero, apenas superó el 20 por ciento, mucho más cerca del 17 por ciento de Hermes Binner en la Argentina que del 45 por ciento de Capriles Radonski en Venezuela. “Millones que fueron alfabetizados, millones que tuvieron por primera vez salud, educación, vivienda, porvenir, ejemplifican la vida y la militancia de Chávez. Fue un liberador de mentes y rompió una estructura cultural y mental de muchísimos compatriotas que creían que no era posible otra Venezuela”, dijo Cristina. “Chávez sabía que las razones para estar en el gobierno eran hacer que el pueblo de Venezuela se sintiese orgulloso, que pasase a tener derechos, trabajo, salud y la posibilidad de estudiar. Obviamente, enfrentó una oposición muy férrea, como todos los gobiernos progresistas enfrentamos en América latina”, completó Lula. Hasta el ex presidente estadounidense Jimmy Carter destacó que “la tasa de pobreza en Venezuela se redujo dramáticamente”, como consecuencia del “profundo cambio” impulsado por Chávez “para favorecer a aquellos sectores que se sentían ignorados o marginados”, a “quienes transmitió esperanza y poder”, además de unirse “a otros líderes de América Latina y el Caribe para establecer nuevas formas de integración”. Ghioldi and De la Rúa not dead En la UCR se alzan algunas voces, por ahora aisladas, que también intentan modificar aquí la práctica suicida que minimizó a la oposición venezolana. Provienen de un representante de la burocracia partidaria como Leopoldo Moreau, y de un recién llegado como el humorista Nito Artaza, quien ingresó al Congreso empujado por los martillazos de los ahorristas contra los bancos en 2001/2002. Ambos objetan el antikirchnerismo ciego que practican las corrientes dominantes en el partido y reconocen las transformaciones producidas en la última década, como un piso a partir del cual construir algo mejor. Parecido fue el planteo de Martín Sabbatella antes de incorporarse con bandera y banda al kirchnerismo. Si hay margen para una propuesta alternativa que parta de lo ya hecho en vez de negarlo en bloque o si la fuerza de la gravedad del planeta K será irresistible para cualquier asteroide que se le aproxime es algo abierto a debate y experimentación. Pero cualquier otra alternativa lleva al extravío en el espacio sideral. El astro errante más notable es Binner, quien puso en crisis su inestable coalición al anunciar que en Venezuela hubiera votado por Capriles Radonski. Por ello recibió la reprobación de algunos sectores propios menos coherentes, que no ven contradicción entre lagrimear por Chávez e insultar a Cristina, como la fracción de la CTA que responde a Pablo Micheli y a los diputados Víctor De Gennaro y Claudio Lozano. En un alarde expresivo, Micheli dijo: “Lloremos, putiémos, guerriemos pero jamás traicionemos. Chávez vivirá en cada lucha”, mientras Lozano partió a Venezuela. Junto a él viajó Fernando Ezequiel Solanas Pacheco, el diputado de Proyecto Sur que el 1º de marzo se levantó de su banca en la Asamblea Legislativa “harto de tantas mentiras”. Solanas analiza posibles alianzas electorales con el FAP y con el sector de la Coalición Cívica Libertadora que responde a la diputada Elisa Carrió, quien explicó la lógica del acercamiento: “Los pinos son honestos”. Para Hugo Moyano y Julio Piumato, en Venezuela “se ha afianzado la justicia social” y “al bravo pueblo de Venezuela ya no hay obstáculo que pueda desviarlo del camino” porque “bajo el liderazgo clave del Comandante Hugo Chávez Frías se ha consolidado la conciencia y la voluntad popular”. En la misma semana, Moyano también encomió a Maurizio Macrì. “Hemos tenido muchas respuestas del gobierno de la Ciudad en beneficio de los trabajadores. Siempre que realizamos algún reclamo nos han dado respuesta”, dijo. Macrì le retribuyó con otra alabanza durante su visita a Expoagro: “Moyano es un dirigente siempre activo e inteligente que compara y ve cómo el relato se va topando con la realidad, quiénes se ocupan de verdad de los trabajadores y quiénes no”. En ese lugar de cita de todas las oposiciones se habló de la propuesta de la Sociedad Rural de no vender la cosecha de soja para escasear recursos a las arcas oficiales y de la crisis interna en la Federación Agraria, cuyo Consejo Directivo aprobó el diálogo por separado con el gobierno nacional, que el presidente Eduardo Buzzi desoyó. El boicot granario se choca con las leyes del mercado. Con la tonelada a un precio de sueños, aún los pocos que tienen espalda financiera para aguantar lo pensarán cien veces: una baja de esos precios entra en el plano de la posible y aún de lo probable dada la crisis global en plena evolución. Organizada por Clarín y La Nación, esa feria rural fue inaugurada por los gobernadores de Buenos Aires y Santa Fe, Daniel Scioli y Antonio Bonfatti, y allí se encontraron Maurizio Macrì con Alfredo De Angelis, Marcela Noble Herrera, Roberto Lavagna, Claudio Escribano y Jerónimo Venegas. Tanto Moyano como Venegas están organizando estructuras partidarias con la ilusión de ofrecérselas a Scioli, si rompe con la presidente a la que jura lealtad una vez por semana, o a Sergio Massa. Como se ve, cualquier combinación de superestructura es posible, tras las huellas de la ídola de los camaleones, Patricia Bullrich. Algo en la cabeza Dentro del espectro opositor sólo la ensayista Beatriz Sarlo demostró que no lleva la cabeza de adorno, por decirlo con una metáfora juanperonista, el 2 y el 6 de marzo. Desde el título, son artículos gemelos: “No sólo plata, ni sólo militancia” y “Algo más que un líder autoritario”. Luego de constatar la presencia en las calles de una multitud que se extendió compacta desde el Congreso hasta la avenida 9 de Julio, con columnas de sindicatos, movimientos sociales, intendencias del Gran Buenos Aires, organizaciones políticas cristinistas y residentes de los barrios más pobres, la autora de “La audacia y el cálculo” advierte: “No se gana una elección sólo con movilizaciones. Pero ese territorio, ocupado por estos manifestantes, donde viven en condiciones seguramente malas, aunque sienten que sus vidas han mejorado, ese territorio es una pieza fundamental”. En el mismo tono, dice que durante los años de Chávez la oposición venezolana “no estuvo a su altura” porque careció de “un gran potencial político que incluya el reconocimiento inteligente de las causas que lo han sostenido allí”, entre las que enumera el pasado político y una hegemonía cultural y política “que cambió, probablemente para siempre, la relación de los sectores populares con los gobiernos”. Su opinión es que “la democracia no ha persuadido de que es un régimen capaz de superar los límites que le plantean la pobreza y la injusta distribución del ingreso”. Ambos artículos son más extensos y críticos, de Cristina y de Chávez, pero parten de un poco frecuente reconocimiento de la realidad social, sin la cual, de Caracas a Buenos Aires, la oposición seguirá penando, en cada contienda de esa democracia que de palabra reverencia. La participación y la organización popular que impresionaron a Sarlo y que con bases distintas en cada caso sostienen los procesos de la Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Venezuela, son la única garantía de no reversión, como se comprueba por la negativa en el único país en que se impuso la desestabilización, Paraguay, donde Fernando Lugo ganó los comicios y se echó a dormir.
Que Dios los perdone Por Horacio Verbitsky
La organización Cristianos para el Tercer Milenio expresó “dolor e indignación” ante el documento sobre la democratización de la justicia de la Comisión de Justicia y Paz del Episcopado católico porque “no habla en nuestro nombre ni en el nombre de la mayoría de nuestros hermanos en la fe”. Los coordinadores Hernán Patiño Mayer, Alicia Pierini, Felipe Solá y Ana Cafiero, entre otros, denunciaron “la evidente intencionalidad política que tiene el texto publicado”, que atribuyen a “un irrefrenable deseo de criticar la acción del gobierno y sumarse abiertamente a la oposición”. Sostienen que un instituto que invoca la representación de la Iglesia debe ser prudente y neutral, “salvo que en realidad se busque contribuir a la polarización que se denuncia y atentar contra la convivencia que se pregona”. La Comisión Justicia y Paz es conducida por el obispo Jorge Lozano y la preside el licenciado en administración de empresas Gabriel Castelli. Entre los integrantes continúa su ex presidente, Eduardo Serantes. Ambos fueron antes directores ejecutivos de la organización de beneficencia del Episcopado. La Comisión que se preocupa por la pobreza es financiada por los bancos Francés, Santander Río, Galicia y Standard Bank, por la aseguradora suiza Zurich Insurance Group, por las obras sociales OSDE (de empresarios) y ASIMRA (de personal jerárquico de la industria metalmecánica), por el sindicato de trabajadores de juegos de azar (Aleara) y por la Fundación Konrad Adenauer. Castelli integró antes la Fundación Andares, creada por el diputado nacional y ex broker de JP Morgan, Alfonso de Prat Gay, y financiada por la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat, el Banco Interamericano de Desarrollo, y la Fundación Ford. El ingeniero Serantes es director de empresas de agronegocios y fondos agrícolas de inversión y asesor de empresas agroindustriales y de servicios. Durante el conflicto de 2008 apoyó los reclamos de las cámaras patronales agropecuarias, reacias a pagar las retenciones con las que el gobierno nacional ha conseguido una notable reducción de la pobreza y la indigencia. Ante las diferencias entre el texto que se entregó al gobierno el miércoles 6 y los que el mismo día difundieron la agencia oficial del Episcopado (AICA) y el portal de Daniel Hadad, Infobae, la Secretaría de Culto citó para una reunión con el ministro de Justicia Julio Alak a Castelli, quien asistió junto con Juan Gregorio Navarro Floria, el único miembro de la Comisión con experiencia jurídica. Ambos desmintieron el texto publicado y dijeron que bajo ningún punto de vista reflejaba el pensamiento de la Comisión. Las autoridades de la CEA también hicieron saber su sorpresa. El documento original que publicó AICA fustigaba “los apetitos o deseos de quienes gobiernan”, a los que debería oponerse la independencia de los jueces. Decía que quien piensa distinto no debe ser visto como “un enemigo a aniquilar”; responsabilizaba a “los poderes políticos” por los jueces sin capacidad ética ni técnica que “son públicamente conocidos”. Condenaba la utilización del poder estatal “para torcer la voluntad de los jueces a favor de los intereses del Gobierno” y sostenía que “el Consejo de la Magistratura había alcanzado un funcionamiento razonable hasta la última reforma legal que afectó su funcionamiento, precisamente por la mayor injerencia política” e instaba a “evitar toda demagogia y preservar lo que la Constitución manda”. También desdeñaba como anómala “la subsistencia de demasiados jueces subrogantes, sin estabilidad y que dependen del Poder Ejecutivo”. Consideraba un “escándalo el espectáculo de jueces que exhiben joyas, propiedades o un nivel de vida impropio de sus ingresos”. Sobre la creación de tres cámaras de casación afirmaban que “es lícito sospechar que lo realmente buscado no es agilizar los procesos, sino crear tribunales superiores a los existentes, con jueces íntegramente designados a gusto de las actuales mayorías, que puedan modificar la jurisprudencia en un sentido favorable a la autoridad política”. En los poderes Ejecutivo y Legislativo “los mecanismos de selección están completamente desvirtuados por la multiplicación de contratados en función de su ideología o pertenencia partidaria, y no de su idoneidad”. Lamentaban que “solamente los pobres van a la cárcel, y padecen allí la ausencia de condiciones mínimas de dignidad. La lentitud de los procesos judiciales afecta en mayor medida a quienes no tienen tiempo ni recursos para aguardar su resultado”, como los jubilados. Todas las oraciones transcriptas entre comillas no figuraban en la versión entregada al gobierno. En cambio, se agregaron otras frases menos beligerantes. Reconocieron al Estado “el deber específico de armonizar con justicia los diversos intereses sectoriales”; se manifestaron por “un sistema que garantice el acceso y el resguardo de derechos de quienes menos tienen y pueden, con fácil acceso, bajo costo y ágil resolución”; sostuvieron que el norte de cualquier reforma debería ser “el derecho de los más necesitados y desprotegidos y la pronta resolución de las causas, cuya demora afecta en mayor medida a quienes no tienen recursos ni tiempo para aguardar resultados (por ejemplo, los jubilados por la actualización de sus haberes, los Pueblos Originarios a quienes se niegan o quitan sus territorios, los poseedores ancestrales de tierras que son desalojados”. Extendieron la responsabilidad por los jueces cuestionados al Consejo de la Magistratura. Pero en la versión oficial también hubo agregados que endurecieron el texto: cualquier reforma judicial “debe preservar y en lo posible profundizar las garantías de independencia y neutralidad de la justicia”; en el pago de impuestos no deberían existir excepciones para el personal de la Justicia, pero sólo si se revisara el sistema tributario para corregir otras inequidades, “como gravar el consumo de bienes esenciales (que tan pesadamente inciden sobre los pobres y, en general, sobre el trabajo personal”. Si bien deberían evitarse abusos, “las medidas cautelares en juicios en que el Estado es parte son una herramienta necesaria para impedir daños irreparables a derechos constitucionalmente protegidos, especialmente en un momento en que el Estado abarca cada vez más áreas de la vida económica y social”. Los Cristianos para el Tercer Milenio entienden que el documento “prejuzga y opina no desde el Evangelio sino desde una postura ideológica, conservadora y reaccionaria que se caracteriza por la resistencia a todo cambio de las estructuras de injusticia e inequidad que aún sobreviven en nuestra Patria”.
EL OBJETIVO DE LULA, LA VUELTA DE DILMA Y CRISTINA, IRAN, LA MUSICA LLANERA Y EL ROCK DE MADURO
Claves y enigmas en el funeral de Caracas
¿Por qué Lula escribió sobre Chávez en The New York Times? ¿Qué llevó a Dilma y Cristina a ser las únicas ausentes de Sudamérica en el momento más formal de los funerales? ¿A cuándo se remonta la relación de Venezuela con Irán? ¿En qué grupo tocaba Maduro?
Por Martín Granovsky
Imagen: AFP
Sus 14 años en el poder no pasaron inadvertidos para el mundo. Y su funeral tampoco. El desfile incesante ante el ataúd de Hugo Chávez y el horizonte electoral, más las presencias internacionales, permiten descubrir datos importantes de la historia de Venezuela y quizás, al margen de simpatías o antipatías, comprender el universo chavista.
- Por qué Lula escribió lo que escribió. Desde la muerte de Hugo Chávez salieron dos notas firmadas por Luiz Inácio Lula da Silva. Los lectores de Página/12 conocen una. Fue publicada el viernes en este diario. La otra apareció en las páginas de opinión de The New York Times. El hecho tiene significado político en sí mismo. El líder político del país más importante de Sudamérica y uno de los más populares del mundo eligió explicar a los norteamericanos su valoración sobre Chávez. Para quienes, en general por ignorancia, menemizan a Lula del mismo modo que a Pepe Mujica, y después elogian a un Lula timorato que no existió ni existe, conviene recordar dos datos. Uno, que durante su presidencia y la de Néstor Kirchner, en 2005 la Argentina, Brasil y Venezuela hicieron imposible la formación del ALCA, el Area de Libre Comercio de las Américas. Otro, que el supuesto Lula melindroso, en 2004, expulsó a Larry Rother, el corresponsal del The New York Times en Brasil. Rother lo trataba de alcohólico. En su artículo sobre Chávez, el ex presidente brasileño eligió la “energía sin desmayo” de Chávez en la integración y “su compromiso con las transformaciones sociales necesarias para mejorar la miseria de su pueblo”. Y agregó: “Uno no necesita estar de acuerdo con todo lo que Chávez dijo o hizo. No hace falta negar que fue una figura controvertida, a menudo polarizante, que nunca huyó del debate y para quien ningún tema era tabú. Debo admitir que a menudo sentí que habría sido más prudente que Chávez no hubiera dicho todo lo que hizo. Pero ésa era una característica personal que no debería desacreditar sus méritos”. Hay un párrafo que una figura como Lula no regala a nadie. Cuando afirma que de todos los dirigentes que conoció en su vida, “pocos creyeron tanto en la unidad de nuestro continente y sus diversos pueblos –indígenas, descendientes de europeos o de africanos, inmigrantes recientes– como creía él”. La columna elogia también el espíritu concreto de Chávez. Cita el tratado de la Unasur, la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, el Banco del Sur y las relaciones más estrechas entre la región y Africa y el mundo árabe. Para Lula, las ideas de Chávez tal vez inspiren a los jóvenes como las de Bolívar inspiraron a Chávez. Pero para que sus sueños no queden en un papel, sus simpatizantes en Venezuela “tienen mucho trabajo por delante para construir y fortalecer las instituciones democráticas”. Es decir, que el sistema político sea “más orgánico y transparente”, “que la participación política sea más accesible”, que se fortalezca el diálogo con los partidos de oposición y que se consoliden los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil. Para no quedarse, tampoco, en los papeles, Lula hizo más por Chávez muerto. Grabó un mensaje televisado de homenaje y viajó con la presidenta Dilma Rousseff a Caracas. - Dilma y Cristina. En un caso el argumento oficial fue la agenda. En otro, la hipotensión. Lo cierto es que Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner fueron las únicas ausencias sudamericanas en el funeral oficial del viernes. El resto se quedó, incluyendo a los afines Rafael Correa y Evo Morales y a los ideológicamente distintos Sebastián Piñera y Juan Manuel Santos. Las especulaciones periodísticas en cada país apuntaron a hipótesis distintas. En el caso de Dilma, a un supuesto disgusto con el embalsamamiento de Chávez y con los detalles de la convocatoria a nuevas elecciones. En el caso de Cristina, a la presunta decisión de no formar parte de la misma foto colectiva con el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad justo después de la promulgación del memorándum de entendimiento con Teherán. Más allá de las especulaciones, Rousseff no le concedió al iraní una entrevista personal en la cumbre de Río+20 de junio de 2012, negativa que fue atribuida por funcionarios brasileños al rechazo de Dilma por violaciones a los derechos humanos en Irán, en especial en la discriminación hacia las mujeres. Y, a la vez, este diario pudo establecer que altos funcionarios de Brasilia continúan la política establecida en su momento por Lula de encuadrar en forma pacífica toda supervisión del programa nuclear iraní, sospechado de planes bélicos. Lula llegó a encarar un diálogo con Irán junto con Turquía como alternativa negociadora a la presión de los Estados Unidos e Israel. - Irán en Venezuela. Convertir el funeral de Chávez protagonizado por los desposeídos venezolanos sólo en un recorte –la presencia en Caracas del negacionista del Holocausto MahmudAhmadinejad– sonaría arbitrario. Pero sería tonto desaprovechar una ocasión para analizar la política iraní hacia América latina. Ahmadinejad besó dos veces el ataúd de Chávez. La segunda vez cerró el puño y lo agitó horizontalmente, como si fuera un símbolo de fuerza. Al menos según los micrófonos de Telesur, y viendo la tele, el presidente iraní fue el más aplaudido cuando el locutor iba nombrando a los presentes en el funeral, acaso seguido por Mujica. En uno de los pocos trabajos argentinos sobre el tema, “Irán en el actual escenario internacional: el ascenso de las relaciones con América latina”, al que puede accederse utilizando la biblioteca virtual de Clacso, la investigadora Mabel Córdoba explica que el fuerte vínculo entre Irán y Venezuela data de los inicios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. En el gobierno del socialdemócrata Rómulo Betancourt Venezuela fue cofundadora de la OPEP junto con Irán, Irak, Kuwait y Arabia Saudita. Era 1960 y gobernaba Irán el sha Reza Pahlevi, soberano-dictador desde que en 1953 fue derrocado el primer ministro Mohamed Mo-ssadegh, un político que irritó a Washington no por su carácter secular sino por haber nacionalizado el petróleo. En 1960 faltaban 19 años para el alzamiento islamista de Ruhollah Khomeini, a quien hoy reivindica Ahmadinejad por su fundamentalismo. Por el lado iraní, el mismo presidente aclaró el objetivo. Palabras de Ahmadinejad que cita Moreno: “En lugar de responder pasivamente hacia el intento de Estados Unidos de aislar a Irán –política y económicamente– y convertirse en el jugador dominante en la región de Medio Oriente, Irán debería movilizarse, agresivamente, en el propio terreno de Estados Unidos como medio para ponerlo nervioso o, al menos, proponérselo”. En cuanto a Venezuela, apuesta a sumar un aliado en su estrategia de confrontar con los Estados Unidos, sobre todo después del golpe contra Chávez de 2002, a pesar de que todavía el mercado norteamericano es el principal destino de su petróleo. - Militares. “Nunca me imaginé que vería generales llorar como chicos cuando pierden a su padre”, dijo Pepe Mujica en Caracas. Las imágenes de estos días mostraron a los generales venezolanos no solo llorando sino aplaudiendo (otra vez Ahmadinejad concentró el mayor entusiasmo), gritando “Alerta que camina/ la idea de Bolívar por América latina”, levantando el puño en alto y abrazando a funcionarios civiles de todo rango y origen. La versión sobre un encontronazo entre Nicolás Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, de extracción sindical y política uno, de extracción militar otro, quedó sólo en humo. No solo Cabello respaldó a Maduro como presidente encargado y como candidato del chavismo. También, de entrada, el ministro de Defensa, Diego Molero, dijo que la Fuerza Armada Bolivariana es “antiimperialista, socialista y chavista” y que apoyará a Maduro. El trabajo hacia una mayor cohesión militar lleva once años. Los que pasaron desde el golpe, al final revertido, del empresario Pedro Carmona. - Agradecimientos. Evo Morales dijo a Telesur que “cada vez que había un problema, Chávez llamaba a ver si necesitaba algo”. Mujica dijo que “Chávez fue el presidente que más ayudó a Uruguay”. Cristina Fernández de Kirchner dijo lo mismo. Agregó que lo hizo con la Argentina “mientras otros le soltaban la mano”. Mujica y su ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, que fueron dos de los fundadores de Tupamaros, en la década del ’60, integran el sector del Frente Amplio de mejor relación con el chavismo. Cuando Tabaré Vázquez ganó la primera presidencia del Frente, Chávez protagonizó un gran acto en Montevideo. Luego respaldó a Mujica, pero bajó su perfil público en Uruguay para no agregar un elemento irritativo ante un sector de los votantes justo en medio de una campaña sucia que buscaba presentar a Mujica como un Che Guevara de la Ciudad Vieja. - Cristianismo. Fueron visibles las muestras de religiosidad popular desde el principio de los funerales. Cristo estuvo en boca de muchos de los manifestantes, de los funcionarios y, antes, del propio Chávez. El biógrafo del presidente muerto, Modesto Emilio Guerrero, que acaba de publicar edición actualizada de Chávez, el hombre que desafió a la historia, opina que en Venezuela existe “una religiosidad desaparatizada”, o sea sin peso de la jerarquía de la Iglesia Católica. Aportó un dato: los evangélicos representan más de un millón de votos chavistas. En el oficio interreligioso frente al ataúd de Chávez, el viernes, participó el reverendo Jesse Jackson. Ex precandidato demócrata a la presidencia en 1984 y 1988, militante de los derechos civiles con Martin Luther King en los ’60, Jackson elogió la figura de Chávez y hasta dijo que a los norteamericanos y a los venezolanos los unía el béisbol, la gran pasión de Chávez antes de llegar a la política. Ayer, entrevistado por Telesur, Jackson dijo que el presidente fallecido “dio energía a quien no la podía pagar, comida a los hambrientos y ropa a los desnudos”. - “Maisanta”. Los que creen que Venezuela es sólo Caribe deben haberse llevado una sorpresa con la música tocada en homenaje a Chávez. Fueron melodías llaneras de la sabana de Venezuela, lo más parecido a las pampas rioplatenses. Una de las canciones, que el propio Chávez solía entonar después del recitado, es “Maisanta”. Cualquiera puede verla en YouTube poniendo los nombres correspondientes. Cuenta la historia de Pedro Pérez Delgado, apodado Maisanta, contracción de las palabras madre santa, bisabuelo de Chávez. Según Guerrero, un nieto de Maisanta le regaló el escapulario de su ancestro cuando Chávez estaba preso después de la rebelión de 1992. Llanero opuesto a la aristocracia de Caracas, Maisanta murió asesinado en 1924. Chávez acostumbraba contar que había investigado la vida de Maisanta a través de las tradiciones orales de los llanos. “Porque fue como un Emiliano Zapata, como un Pancho Villa, fueron los últimos de la caballería que salieron lanza en mano, machete en alto, a decir ¡Viva la Patria! Fueron los últimos de a caballo”, escribió en sus textos “Cuentos del arañero”. - Rockero. El presidente encargado y candidato al que Chávez, todavía en vida, señaló como su mejor delfín es una muestra de cómo fue construyéndose el chavismo como movimiento político. Conductor de un metrobús de Caracas, Maduro fue dirigente sindical y luego dirigente político con Chávez. Oscar Laborde, el funcionario de la Cancillería argentina que lo trató mucho en estos años por su tarea en la Representación Especial para la Integración Económica Regional, lo describió como un interlocutor amable y bien formado que suele narrar sus orígenes en el grupo Liga Socialista, que en 2007 se disolvió dentro del chavista Partido Socialista Unificado de Venezuela, y su paso por la música. Lo suyo no era la melodía llanera. Tocaba en el grupo rockero Enigma.
Lo que deja la despedida
Los que lloraron a Chávez. La marea roja: qué eran antes y qué son ahora. Magnitudes que la economía ignora. Políticas sociales y construcción de ciudadanía. Los presidentes-compañeros. La integración regional, anécdotas y sustancia. Legados de un líder que fue pionero.
Por Mario Wainfeld
Imagen: EFE
Rescatemos tres imágenes de los impresionantes funerales del presidente Hugo Chávez. La primera, la central, es la constantemente renovada muchedumbre popular que lo llora y se llora. La segunda es la de los presidentes Cristina Fernández de Kirchner, Evo Morales y José Mujica frente al féretro. Tres culturas políticas, tres idiosincrasias, tres estéticas, tres representaciones de sus pueblos. Los tres conmovidos al despedir a un compañero, amén de a un aliado de fierro. La tercera, más focalizada, es la del Pepe Mujica inconsolable, transido de dolor, sin querer apartarse del ataúd. Mujica, un personaje único como su patria, describió a Chávez como el dirigente-mandatario más generoso que conoció. Puede errar pero siempre dice lo que piensa. Lo enunció desde el templado Uruguay, sin aludir a cualidades subjetivas sino a un comportamiento político, a acciones tangibles, plenas de contenido ideológico. - - - Más que lo que eran: Empecemos por la marea roja. Huelga decir quiénes son los que siguen desfilando en una cola interminable que (desde acá) es imposible no asociar con las multitudes que despidieron a Evita y a los ex presidentes Juan Domingo Perón y Néstor Kirchner. Son venezolanos de cuna humilde en su gran mayoría, son ciudadanos plenos. ¿Qué eran, años atrás? No preguntamos solamente qué tenían, que importa mucho. Tenían menos, en términos materiales o sociales. Tenían menos ingresos, menos educación, menos alfabetización, menos prestaciones de salud, menos dientes, menos anteojos. Comían menos y peor. También eran más carenciados en magnitudes muy relevantes, esquivas a las mediciones economicistas: eran más baja su autoestima, su organización, la conciencia de sus derechos, la convicción para defenderlos. Sabían menos acerca de la historia de su país o de la de países vecinos y hermanos. Eran condenados de la tierra, son ciudadanos. Nadie pretende mitificar: siguen en el escalón más bajo de la pirámide social, pero quieren ascender y empiezan a tener con qué. Curiosa es la construcción de ciudadanía. “Todos” la ensalzan pero unos cuantos privilegiados se asquean cuando se la procura o, mucho mejor dicho, se la conquista. Luchando en el barro de la política (que salpica a todos los contendientes) con buena dosis de éxito y de contradicciones. - - - Más que un subproducto: Algunas narrativas subordinan todo lo ocurrido en Venezuela al sideral aumento del petróleo. La política es, para tal visión mecanicista y berreta, un subproducto del precio de las commodities. Podríamos remontarnos a Las venas abiertas de América latina del gran Eduardo Galeano para dar con un inventario de trances de boom de las materias primas que no redundaron en mejora de la condición de la clase trabajadora. Hasta se podría otear en la historia reciente de Venezuela, que registra momentos esplendorosos del oro negro, sin un correlato político similar al actual. Claro que es más grato gobernar cuando hay más recursos económicos (puaj, “caja”) pero eso no deriva, naturalmente, en gobiernos que dignifican a los sectores populares, se alinean contra la potencia hegemónica, arriman ladrillos a la integración del Sur. El costo del barril no impacta necesariamente en el “No al ALCA”, en el Mercosur ampliado, en la Unasur con los presidentes trabajando codo a codo contra el golpismo y en pro de la paz. El porvenir es un jardín de senderos que se bifurcan, el pasado lo fue también. Chávez podría haber optado por los tratados de libre comercio, por ser un lamebotas, por distribuir algo pero sin organizar y concientizar a los trabajadores. Hubiera gozado de un plus de viabilidad por el “viento de cola”, pero su funeral y su legado serían muy distintos. Tantas barbaridades se han escuchado... algunas parecen efluvios alcohólicos ulteriores a un brindis perverso celebrando la muerte del antagonista. El odio de la derecha es sintomático, alude al mundo que desean. Permítase al cronista una fantasía acaso exagerada en sentido inverso, sólo pensada para ilustrar el concepto. Chávez podría no haberle tendido su mano solidaria (petróleo y plata incluidos) a Cuba, Nicaragua, Uruguay, Argentina y hasta la lejana Londres. Podría haberse ahorrado unos buenos litros de combustible y hasta donarlos para dar energía eléctrica a Guantánamo, donde se usa la electricidad de modo intensivo. En vez de pasear en triunfo, como local, por La Paz, Buenos Aires o Quito podría haber sido huésped de honor en Washington. Llevando al extremo la ucronía, podía haber sido invitado por el presidente Barack Obama a presenciar junto a él en vivo el asesinato de Osama bin Laden. ¿Se zarpó el cronista? Puede ser, siempre. Pero no es él quien le otorgó el Premio Nobel de la Paz al presidente del país más violento y depredador desde 1945, al que masacró más poblaciones civiles. No es este escriba quien mandó “ejecutar” a un terrorista y se sentó con su secretaria de Estado a presenciarlo. No es él quien (decisión de salvajismo coherente con la mano dura) divulgó las imágenes de ese rito macabro y aleccionador. En ese mundo vivió y luchó Chávez. Mundo en el cual este escriba cree que es mejor que Obama presida la única potencia mundial, en vez de George W. Bush o Mitt Romney. La política siempre implica alternativas, es válido ubicarse fuera de ellas o desdeñarlas todas. También es admisible actuar dentro de lo disponible, sobre todo si se amplían los márgenes como lo hizo el líder bolivariano, que trascendió las fronteras de Venezuela y produjo hechos inesperados para el presidente de un país relativamente chico, que no es potencia económica ni bélica. - - - Idas y vueltas: La integración del Sur no es lineal, ni perfecta, ni careció de peripecias y conflictos. Falta mucho más que lo obtenido y es un enigma cuánto perdurará si es relevada la actual camada de presidentes nacionales, populares y democráticos. Chávez fue precursor, en parte porque llegó primero al gobierno, en parte por su tozuda convicción. El ex canciller argentino Jorge Taiana recordaba cómo se plantó “contra todos” en la Cumbre de Québec, solito su alma contra los países centrales y los subyugados por el neoconservadurismo. Su soledad, acotó Taiana, era relativa. Esa Cumbre estaba asediada por miles de manifestantes que cuestionaban el nuevo orden mundial, que hacía agua por todas partes. Los primeros años de la relación entre Chávez y Kirchner combinaron instancias de acuerdos y debates tormentosos. Para los dirigentes argentinos Chávez era ampuloso, poco atento a los demás, prepotente, desprolijo (cualidades que, valga acotar, no son especies exóticas en nuestras pampas). El tiempo y el camino recorrido fueron acomodando los melones, tal como ocurrió también entre el presidente argentino y su par brasileño Lula da Silva. La desconfianza, el recelo frente al sesgo ideológico del aliado, los intereses contrapuestos (pasados y vigentes) ponían piedras en el camino. Los objetivos compartidos, la lucha común lo fueron despejando sin dejarlo lisito del todo. Taiana rememoró también que Chávez no quería saber nada con el Mercosur. Su afán era fundacional, campana que también doblaba en el kirchnerismo, en otros terrenos, Mercosur le parecía una rémora del pasado, un engendro creado por intereses fenicios, incorregible. Muchos encuentros, mucho debate, muchas pulseadas (y algunas puteadas, en un marco amical y franco) fueron dibujando el rumbo colectivo. Al sumarse Venezuela, el Mercosur cambia cualitativamente, por lo que se añade en términos de diversidad, de magnitud del PBI conjunto, de expansión geográfica. La gobernabilidad general se potencia, en una etapa de paz regional que se niega o subestima equiparando (con mala fe o necedad) la pirotecnia verbal a la violencia de la guerra. Nunca se sabrá o tardará mucho en develarse. A título de hipótesis bastante lógica se puede inferir que la entrada plena al Mercosur, aprovechando una brecha de legalidad habilitada por el golpe de Estado “blanco” en Paraguay, tuvo en mira el grave estado de salud de Chávez. Sus compañeros presidentes captaron la premura y la necesidad. Y jugaron fuerte, en buena hora. - - - Cooperar es el verbo: Evo lo expresa como nadie, porque su lenguaje es peculiar y raigal. “Tenemos que cooperarnos”, neologiza y enfila bien. Chávez cooperó con sus aliados, valiéndose del excedente como otros ni hubieran soñado. La relación con Cuba no se deja encasillar en la dupla metrópoli-colonia sino en un rico trámite de complementación. El apoyo a movimientos sociales y a estados engarza con una mirada estratégica. Eso agradeció Mujica, líder de un país pequeño que necesita la solidaridad activa de la región. Chávez no estuvo solo, aunque fue pionero. En su momento, Kirchner hizo mucho en pos de dinamizar la llegada de Tabaré Vázquez a la presidencia del Uruguay. Disposiciones legales que facilitaban el viaje de orientales afincados en la Argentina, apoyo logístico y militante. No interfirió con la política doméstica del país vecino, antes bien catalizó el proceso democrático incidiendo para que muchos pudieran votar. Esa intercesión fue determinante: “el voto Buquebus” incidió en el ajustado triunfo del Frente Amplio. Los liderazgos locales conmueven a las naciones hermanas y a los exiliados propios. No es una referencia baladí. En Ecuador, que produjo records de emigraciones y de remesas, los ciudadanos exiliados votaron al presidente Rafael Correa a cuatro manos. El ochenta por ciento de ellos quiso revalidarlo. Digresión módica para quienes (tirios o troyanos) exageran la influencia de los medios. Quienes se pronunciaron en tropel por Correa no son meloneados por la publicidad oficial del “régimen”. Viven en España o en Estados Unidos, preponderantemente: pueden anoticiarse a través de la cadena Fox, o de los diarios ABC o El País, baluartes de la prensa independiente. Volvamos al núcleo y a nuestro suelo. - - - Los aliados elegidos: Chávez es amado y odiado en Argentina. Pudo llenar la cancha de Ferro en un acto político, prodigio negado a muchos dirigentes locales. Fidel Castro también concitó multitudes. No hay tantas comarcas en las que podrían repetir esa proeza. La cultura política argentina es, en tendencia, muy crítica de los Estados Unidos. La izquierda está ahí pero es minoritaria, mueve más la aguja el peronismo que es antiyanqui desde su génesis. La crisis de 2001 extendió el resquemor contra Washington a vastas capas sociales, haciéndolo extensivo a los organismos internacionales de crédito. Piensan así escarmentados por la experiencia, en defensa propia. Hay críticos “por izquierda” del kirchnerismo que endiosan a Castro y lloran por Chávez. Tal vez deberían reflexionar que Chávez (como Lula, Dilma Rousseff, Correa o Evo mismo) quiso como aliados a los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández... no a virtuales sustitutos. Evo, que adora a Fidel, recibió de éste el mismo consejo que Chávez ejercitó: hay que construir con Lula y Kirchner, le dijo en su momento. Lo sostiene con sus sucesoras, Dilma y Cristina. Fidel vino para la jura de Kirchner, en 2003, cuando éste no aparentaba ser más que el sucesor del ex presidente Eduardo Duhalde. El viejo gran político seguramente intuía lo que germinaba en este Sur. Por la parte baja, lo entendió bien después. Esta columna no aspira a ser la biografía de Chávez. Ni a atribuirle infalibilidad o perfección. Esas virtudes no adornan a ninguna persona o proyecto político. La asignación de los recursos económicos financieros habrá podido ser mejor, la corrupción menor, los errores o contradicciones tienen que haber sido grandes en tanto tiempo de mandato. Lo que se quiere resaltar es el saldo general, traducido por la reacción de los pobres de Venezuela y por los líderes de la región política más progresista del planeta hoy día. Perón dijo que llevaba en sus oídos la más maravillosa música, que era la palabra del pueblo argentino. Otro tanto puede decirse del dirigente caribeño que tanto lo admiró.
El Cid y el después
Por Mario Wainfeld
Es innegable la simiente que dejan los líderes. Enseñanzas, legados, realizaciones, organización, cuadros forjados aprendiendo o siguiendo su ejemplo. El presidente Hugo Chávez no es excepción a esa regla, de la que tanto se ha hablado en estos días. Es habitual, en tales casos, acudir a la referencia literaria de El Cid.
Pocos se han privado, en ocasiones similares. El cronista se ha valido de ella también.
El Cid, pretende el relato, ganó una batalla después de muerto. Su compañera, Ximena, lo ató a su caballo Babieca. Estuvo al frente del ejército que se alzó con la victoria. La imagen es conmovedora, gráfica por demás.
Puestos a hablar sobre política conviene ahondarla, aun con apego al relato. La tropa de El Cid ganó esa batalla, no las posteriores. Si lo hizo fue, también, por la astucia de Ximena y (cabe suponer) por la bravura de sus soldados. Luego, la lucha habrá continuado dependiendo de los combatientes.
Hablamos, queremos hablar, de la compleja continuidad de los líderes carismáticos, los que desafían la tradición y las instituciones existentes. Los que se ganan la obediencia merced a sus desempeños. No son reyes, obedecidos por costumbre. Ni les vale solo su investidura institucional y reglada por normas. Su trayectoria los fuerza a probar que merecen su lugar. Deben (si se permite una mezcla de asociación libre) caminar sobre las aguas, o ser profetas, o crear organizaciones revolucionarias, implantar el aguinaldo y muchos derechos sociales, o crear la Fundación Evita. Demostrar con sus actos que son posibles hechos jamás comprobados antes.
Chávez murió en circunstancias particulares. Muy joven, en la plenitud de su legitimidad política. También sabiendo que su final era factible o inexorable, lo que le posibilitó romper uno de los nudos gordianos: designar a su sucesor. Lo hizo pública y enfáticamente: será el vicepresidente Nicolás Maduro. Da toda la impresión de que le será más sencillo ganar las próximas elecciones (que son algo así como la última batalla de El Cid) que mantener vivo al proyecto. Por lo pronto, lo acecha un reproche tremendo, que jamás recibió su referente y maestro. No sería tan grave para Maduro que sus oponentes le endilgaran ser similar a Chávez. Mucho más terrible sería que sus partidarios adujeran “Chávez jamás hubiera hecho esto o aquello”.
La continuidad de quienes son distintos y, posiblemente, menos dotados que el líder es un dilema que trasciende a Venezuela, que también alude al kirchnerismo. En su caso no se trata de la finitud física sino de la prohibición constitucional de la reelección, que ciertamente no rige en Venezuela. Muchos dirigentes o militantes del oficialismo confían en superarla merced a una elección descomunal este año. Si se conjugaran esas circunstancias, no imposibles pero sí muy improbables, quedarían por verse cuáles serían la reacción social frente a una virtual reforma constitucional y el parecer de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El devenir depende, pues, de contingencias y decisiones políticas abiertas aún. Es una agenda pendiente, que puede tornarse acuciante o mantenerse pendiente por varios años más, lo que en política es largo plazo.
La institucionalización del carisma, que teorizó como nadie el sociólogo Max Weber, es un dilema que se remonta a la noche de los tiempos. La continuidad del proyecto, toda una tarea política que interpela a los propios, incluyendo a los propios conductores.
SE REALIZO EN PALERMO UN OFICIO INTERRELIGIOSO EN MEMORIA DE HUGO CHAVEZ
“Llamó al demonio por su nombre”
Representantes de distintas iglesias se congregaron en el homenaje. Concurrieron embajadores, intelectuales, militantes de la Tupac Amaru, la JP Evita, Unidos y Organizados y del PC. Luego se realizó un acto frente a la Embajada de Venezuela.
En la parroquia Santa Adela se realizó el encuentro por el “paso a la eternidad de Hugo Chávez”.Imagen: Joaquín Salguero
Católicos, protestantes, judíos y musulmanes se congregaron temprano en la parroquia porteña Santa Adela, para un encuentro interreligioso por el “paso a la eternidad de Hugo Chávez”. A la misa oficiada por pastores de todas las comunidades religiosas acudieron miembros de la Embajada de Venezuela, intelectuales, militantes de organizaciones sociales y políticas, y cientos de vecinos. En el tramo más aplaudido de la ceremonia, el musulmán Sheij Moshe Ali rememoró el enfrentamiento del mandatario bolivariano con la administración estadounidense de George W. Bush, y celebró que “cuando el pueblo se une y tiene dirigentes así, todo se puede lograr”. El evento luego se trasladó frente al edificio de la embajada, donde se dispuso un libro de ofrendas para que la gente deje su mensaje, y un escenario donde hablaron varios referentes.
Mientras en el interior de la parroquia, ubicada en pleno barrio de Palermo, comenzaba la atípica ceremonia, sobre la avenida Luis María Campos crecía la multitud de personas que acudían a homenajear al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. Quienes llegaban se mezclaban entre las banderas de la Tupac Amaru, la JP Evita, Unidos y Organizados y el Partido Comunista Argentino (PCA), para poder escuchar por los parlantes colocados en la entrada, las palabras de los religiosos.
“Por el eterno descanso del presidente comandante Hugo Chávez Frías”, fue la primera línea que lanzó el sacerdote a cargo de la apertura, para desatar el aplauso generalizado, acompañado al grito de “viva el comandante” y “Chávez vive, la lucha sigue”. Luego se entonaron los himnos nacionales de Venezuela y Argentina interpretados en un formato de arreglo de cuerdas por la Orquesta Escuela de Chascomús. Una vecina de mediana edad rompió inmediatamente en llanto mientras le comentaba a su marido: “siempre se mueren los buenos”. El religioso luego rezó “por el pueblo hermano de Venezuela que empieza a transitar una nueva etapa de su vida institucional confiando en que Dios escucha la oración de sus hijos”.
Cada uno oró por el venezolano a su manera. El padre Eduardo Rodríguez dio “gracias a Chávez, quien quería lo que Dios quiere: al pueblo”. Su par de la Iglesia evangelista Pedro Roshon se refirió al “rol profético que asumió para toda la tierra latinoamericana”. El director de la Casa de la Difusión del Islam, Sheij Moshen Ali, destacó el accionar del mandatario contra el neoliberalismo y el rol de Estados Unidos en la región. “Expulsó para siempre a los banqueros del imperio”, lanzó y remarcó “su fuerza para dominar a los leones de hoy, predadores de los pueblos”. Celebró los enfrentamientos de Chávez contra el ex presidente Bush: “Llamó al demonio por su nombre, y dijo cuando dejó olor a azufre en las Naciones Unidas”. Este pasaje fue ovacionado y muchos se pusieron de pie exhibiendo una V con los dedos en alto. El musulmán concluyó que Venezuela, como Ecuador, Bolivia, Argentina y Brasil “son ejemplos de que todo se puede lograr cuando el pueblo se une y tiene dirigentes como Hugo Chávez”. Durante la ceremonia se leyó una adhesión de grupos de la comunidad judía, que estaban presentes, pero no hubo participación de un rabino porque era shabbat.
En representación de la delegación diplomática venezolana, habló la encargada de Asuntos Económicos y Cooperación, Carmen Mayorga Rollins, quien llamó a “bolivarianos y latinoamericanistas” a seguir “por encima del dolor y las dificultades en el combate por una patria grande, plena en igualdad y solidaridad”. Luego anunció la disposición frente a la embajada de un libro de ofrendas para que los vecinos dejen su mensaje, junto a una margarita blanca que les repartieron. Las hojas del volumen se plagaron de las frases “fuerza Venezuela”, “gracias Chávez”, y el revolucionario “hasta la victoria, siempre”. Mientras tanto, referentes culturales y sociales rindieron homenaje desde una tarima en la entrada del edificio.
“Nos decían que la ideología había muerto, y luego vino Chávez para llamar a las cosas por su nombre, hacer la Revolución Bolivariana y hablar de socialismo”, exclamó el líder del Movimiento Evita Emilio Pérsico, quien afirmó que “con Hugo, Néstor Kirchner, Lula da Silva y Evo Morales se empezaron a construir las revoluciones sobre los pueblos, ladrillo a ladrillo”. El sociólogo de Carta Abierta Carlos Girotti pidió acompañar “el dolor de los miles que recorren kilómetros para despedir al comandante”, y advirtió: “No confundan tristeza con debilidad, aquí estamos para continuar”. El embajador de Cuba, Jorge Lamadrid, trazó un paralelo entre la Revolución Cubana y la bolivariana. “Fidel Castro no dejó jamás morir el pensamiento del libertador José Martí, y lo mismo hizo Hugo Chávez con el máximo prócer de su patria, Simón Bolívar”.
Varios pensadores, afligidos por el dolor, optaron por hablar en público. Este fue el caso del politólogo Atilio Boron, quien consideró que fue “muy bueno un encuentro ecuménico con participación de los miembros de todas las comunidades religiosas”, y “la inmensa capacidad de convocatoria de la figura de Chávez”. “Militantes de todas las edades y procedencias políticas muestran la proyección extraordinaria de su figura –sintetizó–, no ha sido sólo un dirigente político o presidente de un gobierno amigo, sino una figura continental, y por eso fue tan combatido.” Informe: Juan Manuel Frías.
Recuerdo de Nuevo Encuentro
“La muerte del comandante Hugo Chávez Frías nos llena de dolor y tristeza. En todos los rincones del globo, y especialmente en todas las latitudes de nuestra Patria Grande latinoamericana, Chávez ya es recordado por su inmensa visión y audacia política, su fortaleza contra toda adversidad y su liderazgo proyectado más allá de las fronteras de su nación”, escribieron los dirigentes de Nuevo Encuentro Martín Sabbatella, Carlos Heller, Hugo Yasky, Gastón Harispe, Patricio Echegaray, Carlos Raimundi, Ariel Basteiro, Adrián Grana, Juan Carlos Junio, Víctor Kot, Reynaldo Sarraute y Alejandro Cruz. “Lo recordamos con la pasión con la que se recuerdan los líderes, dimensionando su huella imborrable y asumiendo el compromiso de no bajar jamás los brazos, para que sus sueños sean las realidades urgentes de la Patria Grande, desde la fortaleza del enorme camino recorrido en todos estos años”, indicaron. “Hugo Chávez fue, en primer lugar, el pionero en las ideas. Hacia fines de los noventa, y en plena noche neoliberal, en su campaña electoral nos dio la oportunidad de escuchar una voz disidente al consenso de las recetas que, emanadas desde los centros de poder mundiales, eran aceptadas y aplicadas por la casi totalidad del espectro político de derecha de nuestro país hasta, lamentablemente, ciertos sectores de la izquierda. Chávez ya no era el mismo; era un pueblo, era Venezuela, era América toda.”
Cuatro días de despedidas, llanto, reflexión y compromiso
Cincuenta y cinco presidentes le rindieron honores de Estado, entre ellos líderes de diferente signo político como Juan Manuel Santos, Sebastián Piñera, Rafael Correa, Raúl Castro y, desde más lejos, el iraní Mahmud Ahmadinejad.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Caracas
La bandera venezolana flamea en la entrada de la Academia Militar de Caracas, donde descansan los restos de Chávez.
Nadie que haya presenciado los funerales de Estado en la capilla ardiente de la Academia Militar puede decir que Hugo Chávez era un líder aislado o que “no tenía una imagen favorable en Latinoamérica”, como tituló ayer el diario opositor El Universal. Cincuenta y cinco presidentes le rindieron honores de Estado, entre ellos, líderes de diferente signo político como Juan Manuel Santos, Sebastián Piñera, Rafael Correa, Raúl Castro y, desde más lejos, el iraní Mahmud Ahmadinejad, al que se lo vio secarse algunas lágrimas y besar el féretro. Hasta el rey Juan Carlos envió a su heredero a la Corona a rendirle un solemne tributo. Nadie que haya visto llegar a Caracas a la presidenta Cristina Fernández, su par uruguayo José Mujica y su mujer Lucía Topolansky, embargados de emoción e impulso, puede decir que sus colegas más cercanos no le pusieron el corazón. Dijo la mandataria argentina: “En esta ocasión, lo mío no es protocolar. No vine a despedir a un presidente sino a un compañero y un amigo”. Durante el velatorio, Mujica se abrazó con fuerza al ataúd y en ese momento no era más que un hombre mayor acongojado. En las palabras de Correa se plasmó el sentimiento de muchos de sus pares. “Venezuela ha perdido a su presidente. América latina, a un líder histórico. Nosotros, a un queridísimo amigo, a un hermano.” En opinión del ex mandatario brasileño Lula da Silva, quien vivía con soltura su amistad con el líder bolivariano: “No basta un siglo para producir un hombre de las cualidades de Chávez”. Lula y Dilma también vinieron a Caracas a despedirse. Pasó por delante del féretro Nidia Díaz, la ex comandante de la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y ahora diputada salvadoreña, el viernes, Día Mundial de la Mujer. Y rescató la política del gobierno de Chávez en favor de la igualdad. “Con la Misión Milagro se ayudó a tratamientos de la vista a los pacientes, siendo que un 70 por ciento eran mujeres. Chávez siempre tenía un enfoque de género –dijo Díaz–. En las políticas públicas y en el trabajo de base social son las mujeres las protagonistas.” Nadie excepto Obama habrá entendido por qué el orador invitado, el reverendo norteamericana Jesse Jackson, usó las mismas dos palabras que usan las embajadas de Estados Unidos para referirse a países con los que mantienen relaciones tensas: transición ordenada. “La transición tiene que ser ordenada; contamos con una gran nación; es lo correcto políticamente.” Claro que el referente en la defensa de los derechos de los afroamericanos también deseó, a través de su fe, que entre Washington y Caracas se tendieran puentes. “Esperamos que podamos avanzar en paz y mejorar los puentes.” Se sabe la relación de complicidad y el mutuo cariño que se tenían Fidel Castro y Hugo Chávez. Vale recordar una anécdota que contó el líder venezolano una vez en su programa, que tanto ilustra ese vínculo. “Lo que me dijo Fidel un día por teléfono: –Chávez, ¿dónde estás tú ahora? –No, salí a caminar por ahí. –Ah, bueno, andas por ahí. Y me dijo para despedirse: –Bueno, yo también ando por aquí y es que tú y yo, Chávez, no somos presidentes, sino somos dos tipos que andamos por ahí.” Nadie, excepto una madre, puede estar en la piel de lo que sintió Elena Frías de Chávez. La madre del presidente no cesaba de llorar durante el funeral. Con frecuencia se colocaba sobre el rostro un pañuelo blanco con el que secaba sus lágrimas. La tristeza de Frías pareció aún más profunda cuando Maduro colocó sobre el féretro la espada de Simón Bolívar. Dijeron que el cuerpo de Chávez va a ser embalsamado, colocado en una urna de cristal y llevado al Museo Histórico Militar, en el popular barrio 23 de Enero, como recordatorio del 4 de febrero de 1992, cuando el grupo de paracaidistas entre los que estaba Chávez tuvo que rendirse ante el frustrado golpe contra Carlos Andrés Pérez. Escribió Chávez desde la cárcel. “Aviones rasantes/centellas enemigas/miles de ojos miran inocentes/niños enjaulados en latas y cartones/ a las faldas de la colina...” Nadie que haya recorrido los kilómetros y kilómetros de fila de personas que fueron a despedirse de su presidente durante los últimos cuatro días y que pasaron hasta 24 horas de espera puede negar que se trata de un fenómeno de masas e histórico como pocos. Hasta hubo quien pasó dos veces a ver el féretro. Era el caso de una mujer de nombre Zulay Pérez. “Nunca será suficiente el esfuerzo que pueda hacer para venir acá. El nos abrió los ojos y hasta descuidó su salud por el amor que le tenía a Venezuela.” Desde el primer día del velatorio quedaba claro que si no lo prolongaban muchísima gente no podría darle el último adiós y se frustrarían por la impotencia. Las vallas casi no podían contener el aluvión rojo y algunos guardias las sostenían haciendo un gran esfuerzo. Por el Paseo de los Próceres, donde se encuentran en lo alto los enormes monumentos de héroes de la patria como Simón Bolívar, resonaron con fuerza bocinas, canciones de Alí Primera y audios con la voz de Chávez cantando o contando un relato. A lo largo de las filas, frases como “lo amo demasiado”, “se me quedó aquí en el pecho”, “siento un vacío muy grande” se mezclaban con sollozos y cánticos y aplausos. El cineasta Carlos Azpurúa lloró como un niño viendo por la pantalla grande los honores que se le rendían al mandatario y cantó el segundo himno venezolano, “Alma llanera”: “Yo nací en esa ribera del Arauca vibrador/soy hermano de la espuma/de las garzas, de las rosas y del sol.” En medio de tantas expresiones de dolor, el diario El Universal especulaba con que el cuerpo de Chávez comenzó a ser preparando para ser embalsamado antes de que lo anunciara Nicolás Maduro, el jueves. Y el otro diario opositor de mayor circulación, El Nacional, decía –citando a O Estado de São Paulo– que Dilma Rousseff habría comentado que Chávez debió haberse tratado en Brasil. Una crítica velada que el periódico hizo a Cuba, país que el líder venezolano eligió desde el comienzo para darle batalla a su enfermedad y que es reconocido mundialmente por su sistema de salud. Nadie que no sea venezolano puede sentir lo que hoy vivencian millones.
ESCENARIO
No estuvo bien Por Santiago O’Donnell
Imagen: EFE
La muerte de Chávez estuvo mal. No digo la muerte en sí, todos vamos a morir, pero cómo se manejó desde el poder, ocultando la verdad a toda esa gente que se preocupaba por él y que salió a la calle a llorarlo cuando finalmente le dijeron que Chávez había muerto. Esa gente, ese pueblo, se merecía la verdad.
Yo entiendo que en la política no conviene mostrar debilidad. Entiendo que la construcción del mito sirve para afianzar a los herederos políticos del comandante. Entiendo que se quiera preservar todo lo que hizo Chávez por la inclusión social en Venezuela y por la unidad latinoamericana. Pero lo que hicieron me sigue pareciendo una falta de respeto. No soy un experto, pero me parece que una persona que es operada de cáncer al menos cuatro veces en menos de un año y medio tiene un cáncer galopante y no está en condiciones de gobernar. Ya en la campaña para las elecciones de noviembre se lo vio a Chávez todo hinchado de cortisona y él mismo reconoció que tenía que tomar poderosos calmantes para controlar el dolor. Después estuvo tres meses en Cuba prácticamente sin dar señales de vida, encerrado en un hospital de un país que depende económicamente de lo que decida el enfermo o su eventual sucesor, sin que puedan verlo los presidentes extranjeros que viajaron a visitarlo, ni nadie que no pertenezca al círculo íntimo de Chávez y tenga el visto bueno de los hermanos Castro. Los cubanos manejaron la comunicación desde la isla como lo vienen haciendo desde que triunfó la revolución, hace ya muchas décadas: siguiendo a rajatabla el modelo totalitario propagandístico de las dictaduras china y soviética. Salvo en Corea del Norte, Irán, Cuba y países por el estilo, cuando una persona importante se enferma, ni hablar el presidente, se estila que el médico que lo trata o el jefe del equipo médico informe periódicamente sobre el estado de salud del paciente. Alguien que se haga responsable desde el punto de vista médico y diga qué enfermedad tiene el paciente, en qué consisten las operaciones que se le realizan, qué órganos están afectados y cuál es el tratamiento que se le practica. Información básica. No hace falta entrar en detalles ni hacer un reality. Tampoco se puede negar lo evidente. En el caso de Chávez, todavía no sabemos qué tipo de cáncer sufrió, ni qué le removieron en las intervenciones quirúrgicas, ni de dónde se lo removieron; nunca se supo si lo conectaron o no a un respirador artificial, pese a que se dijo muchas veces desde el gobierno que Chávez padecía una infección pulmonar; no se sabe si estaba bajo el efecto de la morfina y ni siquiera se sabe si en algún momento estuvo inconsciente durante los tres meses que estuvo en Cuba, según los chavistas, gobernando Venezuela. Entonces, me parece, es lógico que mucha gente empiece a poner en duda la información fragmentaria e incompleta que dieron Maduro y un par de ministros, convertidos en portavoces de médicos que ni siquiera se sabe quiénes son. No hace falta odiar a Chávez, ni tener amigos en el exilio de Miami, ni ser golpista para desconfiar. Anoche, un médico legista me dijo que preparar un cuerpo para ser exhibido durante diez días sin descomponerse lleva días, no horas. Pero Chávez empezó a ser mostrado pocas horas después del anuncio de su muerte y según los testigos estaba rozagante. Las fotos con las hijas y con la tapa del Granma de ese día, al mejor estilo Fidel; el tweet anunciando que estaba contento de volver a Venezuela; la limpia y vigorosa firma estampada en el único decreto que supuestamente firmó durante su última convalecencia en Cuba; la ausencia de familiares y funcionarios en el Hospital Militar, después de su vuelta, mientras supuestamente se estaba curando, tras aterrizar sin que nadie lo vea; la supuestas discusiones de gabinete y enérgicas órdenes que les daba a sus ministros, cuando después resulta que no podía hablar porque le habían practicado una traqueotomía... en fin, un montón de cosas que pueden ser verdad. Pero cuando un gobierno oculta información básica, si somos honestos, creo, vamos a sospechar. ¿Y qué importa si hubo ocultamientos y aun mentiras si todo se hizo en función de un bien común, el de preservar los grandes logros de la Revolución Bolivariana? Bueno, está bien. Ignoremos eso y también el fracaso económico, el dólar en negro, la inflación record, la criminalidad record, la corrupción, las valijas, la patotas armadas que fungen de milicias chavistas, la Corte Suprema de mayoría automática, el odio hacia Estados Unidos cuando le vende todo su petróleo a Estados Unidos, el enfrentamiento con las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, ignoremos que no hubo dictador en el mundo que Chávez no abrazara. Hagamos de cuenta que hay golpes de Estado buenos, como el que dio Chávez, y golpes de Estado malos, como el que le hicieron a Chávez. Pasemos por alto estos detalles y vayamos al día en que anuncian su muerte. Me parece que para anunciar un complot internacional, sobre todo en un día de tanta sensibilidad para los venezolanos, hay que ser un poquito más serios, quizás hasta se podría mencionar alguna prueba. Y decir que le inocularon el cáncer, justo en ese momento, ¿no es jugar con los sentimientos de la gente? Así llegamos a la Constitución. Y sí, voy a decir lo mismo que dice Capriles, ese rival tan odiado por el chavismo. No lo digo porque lo dijo Capriles, sino porque leí la Constitución. Mi impresión es que no la están cumpliendo. Más bien, que el gobierno venezolano está manipulando la Carta Magna chavista para afianzar el liderazgo de Maduro en defensa del modelo carismático cesarista plebiscitario que moldeó el comandante. La Constitución venezolana dice que si la ausencia del presidente se produce antes de la jura, tiene que asumir el presidente de la asamblea, que no es Maduro sino Diosdado Cabello. Lo dice muy claro. También dice que el presidente tiene que asumir el 10 de enero y no cuando pueda, en otra fecha. También dice que ni el vicepresidente ni miembros del gabinete pueden ser candidatos en una elección para reemplazar al presidente. También dice que el vicepresidente debe ser nombrado por decreto presidencial, ya que no es un cargo electivo. Pero por suerte para los chavistas, con sucesivas ampliaciones Chávez se aseguró una mayoría automática en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), órgano de 32 miembros con el que reemplazó a la vieja Corte Suprema de siete jueces a partir de la Constitución de 1999. En sucesivos fallos hechos a medida de Maduro, el TSJ falló que Maduro podía ser el “vicepresidente ejecutivo” aunque Chávez no había firmado ningún papel nombrando a Maduro vicepresidente, por el solo hecho de que Maduro había sido vicepresidente en el período anterior; después falló que Chávez podía jurar cuando y donde quisiera, sin que por eso se pusiera en duda que estaba al mando y en control del país, cuando era evidente que no estaba en condiciones de hacerlo, sólo para sostener a Maduro; después habilitó la candidatura de Maduro para las próximas elecciones al inventar el cargo de “presidente encargado”. O sea, para que se entienda, la Constitución prohíbe al vice y los ministros ser candidatos, pero no al “presidente encargado”, pero porque ese cargo no existe, no figura en la Constitución. Mejor dicho, no existía. La maniobra se consumó el viernes en una juramentación que, lejos de los treinta y pico mandatarios que asistieron al funeral de Chávez, apenas contó con la presencia de Correa, los presidentes destituidos de Honduras y Paraguay y una ex senadora colombiana expulsada del Congreso de su país, todos ellas personas muy repetables, pero con un peso simbólico relativo a la hora de la legitimación. Ese es el problema que yo le veo a esta situación. Entiendo que Lula, Dilma, Insulza y los estadounidenses estén preocupados porque la transición es un momento delicado en un país tan polarizado como Venezuela, y nadie quiere problemas. Entiendo que los Castro estén preocupados por el petróleo regalado, porque medio siglo de experimento comunista no les alcanzó para darse cuenta de que así la economía no funciona. Pero toda esta manipulación que se hace para fortalecer a Maduro, a la larga o a la corta, podría debilitarlo. Porque podemos pasarnos días enteros hablando de las falencias y las debilidades de las democracias formalistas y neoliberales que colapsaron en Venezuela y otros países de región. De cómo esas democracias fracasadas fueron interpeladas y reemplazadas por la camada de caudillos personalistas que lideró Chávez. Pero algunas formalidades parecen necesarias. Decir la verdad aunque duela, por ejemplo, o respetar la Constitución cuando no me conviene. No para retroceder, ni para entregar el país, ni para bajar las banderas, sino para estar mejor. Para progresar a partir de lo que ya fue, más allá de lo malo y de lo bueno.
EL EX CANCILLER TAIANA RECUERDA SUS ENCUENTROS PRIVADOS CON HUGO CHAVEZ
“Era un hombre muy querible y cálido”
Taiana estuvo presente en los funerales de Estado del viernes y dijo que despedía a un compañero de lucha. “Chávez decía que yo era un buen imitador de Perón”, recordó el hoy secretario general del Movimiento Evita en la Capital.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Caracas
“Admiraba a Perón y, como sabía que mi familia era peronista, me ametrallaba a preguntas.”Imagen: Télam El ex canciller argentino Jorge Taiana conoció a Chávez en el año ’98, poco antes de la primera de una serie de elecciones que ganó el líder venezolano. Taiana estuvo presente en los funerales de Estado del viernes y dijo que despedía a un compañero de lucha. “Chávez decía que yo era un buen imitador de Perón”, recordó el hoy secretario general del Movimiento Evita en la Capital. “Ha dejado una huella profunda en su pueblo.” Describió al líder bolivariano como un hombre con un optimismo y confianza en el pueblo indestructibles. “Era un incansable contador de anécdotas, un hombre muy querible, cálido, con una capacidad asombrosa de contacto con la gente; imposible ir de un lado al otro con él y que no se cruzara con 20 personas y hablara con las 20”. Una vez ambos fueron a El Calafate para que Taiana, entonces canciller del gobierno de Cristina Fernández, le mostrara el Glaciar Perito Moreno y hablaron de política, de fútbol, de Perón. “Era un gran admirador de Perón. Como sabía que mi familia era peronista, me ametrallaba a preguntas.” –¿Qué representa la pérdida de Hugo Chávez, como ex ministro de Exteriores y en lo personal? –En primer lugar, una gran tristeza por la pérdida de un compañero de vida en la lucha contra la injusticia y por la independencia de nuestros pueblos. Segundo, una reflexión sobre la huella profunda que ha dejado Hugo en varios aspectos, uno de ellos el que estamos viendo acá: es una enorme, masiva, diversa, sólida demostración popular. No es una masa que estaba llorando y sentía un profundo pesimismo, como durante el entierro de Perón. Aquí la masividad expresa el dolor de la pérdida, pero al mismo tiempo sostiene con firmeza su discurso. Es una enorme demostración de fuerza popular. A mí me hace acordar al primer peronismo, que incluyó a la clase trabajadora al sistema político. Hugo hizo lo mismo, incluyó a una enorme masa de venezolanos, que eran excluidos de beneficios económicos. No se vuelve atrás de esos niveles de conciencia y de organización social. –¿En dónde ubica su liderazgo en la región? –Toda esta primera década del siglo hubo un renacer de los esfuerzos de integración. Hugo fue quizás el más entusiasta de todo y el primero de los líderes que apostaron por ese cambio. Yo recuerdo la Cumbre de las Américas de 2001, en Quebec. Ahí todos los presidentes estuvieron de acuerdo en el ALCA y el tratado de libre comercio con Estados Unidos. El único que expresó ahí su desacuerdo y no firmó fue Chávez, en total soledad entre los presidentes. Pero no estuvo en soledad en la calle, porque en esa cumbre hubo una enorme manifestación en contra en la calle. Hugo expresaba en el palacio lo que ya era masivo en las calles. Estábamos viviendo un nuevo momento, que había acabado el auge neoliberal de apertura económica y privatizaciones de los noventa. El cambio se expresó primero en América latina, que fuimos región vanguardia. –¿Existe un chavismo sin Chávez? –Las masas avanzan, y las personas que las representan a veces son extraordinarias como Hugo, pero creo que el proceso histórico que él impulsó queda. Va a haber una fuerza política y yo confío en que Nicolás Maduro es una muy buena elección. Todos los que tenemos voluntad de transformación debemos apoyar a Nicolás, porque es la mejor forma de continuar el proceso de cambio en Venezuela y lograr una mayor integración entre nuestros pueblos. –¿Qué recuerdos le surgen por estas horas? –Hablábamos de política, de fútbol, de Perón. Una vez discutimos sobre la presencia de los granaderos de San Martín en Ayacucho. Yo tenía razón y le mandé los libros. Hablamos mucho del Mercosur, porque al principio Hugo desconfiaba, porque todo lo viejo le hacía parecer que estaba ligado a los noventa, que no servía. Nosotros con Néstor le explicamos que no era así, que al Mercosur nacido en un marco de regionalismo abierto lo estábamos transformando en una visión productiva de integración. Después de la cumbre de Mar del Plata de 2005, cuando los únicos países que apoyaron a Venezuela fueron los miembros del Mercosur, él se convenció. Eramos 34 países, 29 estaban a favor del ALCA, menos cinco que considerábamos que no era beneficioso para nuestros pueblos. –¿Como ve el socialismo del siglo XXI versión venezolana? –Es más una definición política que un modelo económico. Si uno mira la realidad de América latina, en todos los países ha sucedido lo mismo: una recuperación del rol del Estado, una idea de que el Estado tiene un rol de regulador en la actividad económica y para la redistribución de la riqueza. Hugo anunció esa búsqueda de una sociedad más igualitaria. –Parece que el desafío del próximo gobierno será mejorar la situación de la economía. Hace poco el gobierno devaluó el bolívar. –En una década la región ha crecido y redistribuido el ingreso en un mundo donde no sucede esto. Es un cierto mérito, pero hay que consolidar y profundizar estos procesos. Fuente:Pagina12 10.03.13 Habla la madre de Hugo Chávez
"¿Por qué se lo llevaron, si él no había terminado todo lo que quería hacer?" Elena Frías lamentó la pérdida de su hijo en diálogo con Tiempo Argentino en la Academia Militar de Fuerte Tiuma en Caracas. Imágenes de la despedida del pueblo venezolano a un presidente que cambió la vida de la gente. Por:
Martin Piqué
Cruzar la mirada, aunque sea por dos minutos, con Elena Frías de Chávez. Que ella, la madre de Hugo Chávez, la maestra alfabetizadora de adultos y madre de seis hijos, escuche el agradecimiento por todo lo que el presidente venezolano hizo por la Argentina. Que escuche, siempre con los ojos empañados y la boca temblando, la promesa de que su hijo Hugo nunca será olvidado. Sólo eso. Dos minutos. Ese breve contacto, que este cronista nunca olvidará, tiene la potencia de lo inexplicable. Porque la mujer de 77 años nacida en San Hipólito,Sabaneta,estado de Barinas, la que comandó con carácter férreo una casa en la que no había puertas sino cortinas, no se calla ni siquiera ante el pésame.
"¿Por qué se lo llevaron? Si él no había terminado todo lo que quería hacer", se pregunta mirando al frente, algo ajena, como ensimismada en su dolor, mientras se completa el paso de los argentinos que saludan a la familia del líder sudamericano.
Preguntas de ese tipo son propias de una despedida que se choca con la naturaleza, con sus leyes no escritas: se supone que los hijos entierran a los padres. Ese tipo de interrogantes, muchas veces sin respuesta, suelen guardarse para la reflexión interior de los que despiden a un ser querido.
Pero esta vez las increpaciones a Dios o a quien sea, el esfuerzo para controlar el llanto,las declaraciones de lealtad a toda voz y los compromisos de seguir adelante se hacen oír con miles, decenas de miles, millones de protagonistas.
El escenario de tanto reconocimiento ("amor con amor se paga", dice una de las leyendas más visibles en carteles y "franelas", camisetas en la jerga venezolana) es la Academia Militar del Fuerte Tiuna, en el sur de Caracas. Una inmensa base de las Fuerzas Armadas que en abril de 2002, durante el intento de golpe contra Chávez, recibió oleadas de pobladores de los barrios populares que exigían la restitución del presidente constitucional mientras cantaban: "No ha renunciado/ lo tienen secuestrado."
Once años después de aquel golpe fallido, el amor incondicional por Chávez de las mayorías de Venezuela quedó ratificado con una movilización única en la historia del país.
Más de 2 millones de personas, reunidas en la "marea roja" que invade la ciudad, siguen protagonizando un desfile incesante que obligó a extender por siete días, más los tres iniciales, el mantenimiento de la capilla ardiente en el salón de honor Simón Bolívar del centro de enseñanza militar.
Entre el gentío que espera y se renueva en forma constante se pueden ver banquitos de plástico plegable, botellas de agua mineral (se reparten en forma gratuita), bolsas con "arepas" (tortillas hechas a base de harina de maíz, rellenas de queso, pollo o jamón) para mitigar el hambre, banderas rojas o tricolores, fotos de Chávez compradas en la calle.
En medio de la multitud hay sillas de ruedas o muletas, como la que lleva consigo Sullis Betancourt, de 38 años, vecina de la localidad El Junquito, ubicada a 16 kilómetros del centro geográfico de la capital.
El Junquito es una de las 32 parroquias (comunas) que forman parte del área metropolitana.Empleada del subte de Caracas –vende pasajes estudiantiles en la estación La Hoyda–,Sullis recuerda cómo cambió su vida en los 14 años que transcurrieron desde la llegada de Chávez a la presidencia, en 1999.
"Me gradué de bachiller gracias a la Misión Ribas (programa social y educativo de fomento a la educación secundaria) y conseguí empleo en el metro de Caracas. En El Junquito, Chávez nos inauguró una autopista que nos comunica con Mamera (barrio popular del sudoeste de Caracas). Ahora llegamos en 20 minutos, cuando antes tardábamos una hora y media. Y esto es sólo un poquito. En los últimos 14 años todo cambió demasiado”, cuenta a Tiempo Argentino mientras a su alrededor se acercan por la curiosidad del acento argentino.
"Chávez era un hombre muy popular. Y lo que prometía, lo cumplía. Antes, no teníamos ni misiones sociales ni medicina barata", sigue el balance de Sullis. En torno suyo se percibe el cansancio, las horas que llevan esperando que la fila avance. No se ve gente llorando, tampoco los abrazos prolongados de alguienconteniendo a otro. La emoción se desata, más bien, al ingresar en el salón que contiene el cajón con los restos de Chávez.
La guardia de honor está a cargo de los Húsares de Venezuela, uniforme rojo y gorro de piel negro. El regimiento emblemático de la guerra de independencia, como los Granaderos a Caballo en la Argentina.
Los venezolanos encaran su último homenaje al jefe de Estado que ganó todas las elecciones en las que compitió ("comandante invicto", lo definió Raúl Castro) con la seguridad de que están viviendo uno de los hechos más importantes de sus vidas. Y, sin embargo,no falta el humor.
"Vendo la cola", ofrece a los gritos un veinteañero que bromea para matizar la espera. "El que me traiga pan y fresco se pone acá l’ante", agrega. El joven, más allá del chiste, nunca abandonó la fila.
Un sueño inacabado. La cola que serpentea, interminable, entre los edificios de Fuerte Tiuna muestra la convivencia alegre y natural entre los miembros del Ejército y los vecinos de los barrios pobres de los cerros de Caracas.
Además de lazos directos de sangre y familia, entre civiles y militares hay una identificación común con el ideario creado por Chávez, que se podría definir como un socialismo revolucionario en democracia. Al menos así lo define el periodista y escritor español Ignacio Ramonet, ex director global de Le Monde Diplomatique. "A Chávez lo han tratado de dictador cuando su gran aporte teórico ha sido el socialismo democrático, un socialismo que podríamos llamar revolucionario pero en democracia", comenta Ramonet en un diálogo con Tiempo.
Amigo personal de Fidel Castro, exponente del movimiento antiglobalización, Ramonet fue uno de los invitados especiales en el funeral de Chávez, con delegaciones oficiales de 54 países y 32 jefes de Estado presentes en la sala.
Mientras esperan su turno para la despedida personal, los venezolanos que se sienten parte de la revolución saben que se vienen tiempos de pelea política.
Las elecciones presidenciales acaban der ser convocadas para el 14 de abril. "Chávez/ Maduro/ el pueblo está seguro", se escucha en buena parte de Caracas. "Chávez no murió/ se multiplicó", corean las multitudes vestidas con el "rojo, rojito" del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y aliados.
"Con mi presidente yo voy a luchar por la revolución", advierte a Tiempo la joven Anahí Pintos, vecina de la urbanización San Martín y estudiante de Derecho en la universidad gracias a la misión Sucre (plan educativo de fomento a la educación terciaria). Se la nota segura, enérgica, dispuesta a todo. Un factor humano, subjetivo, que la oposición antichavista conoce y teme.
La despedida de un pueblo a su líder no sólo lleva varios días de concentración ininterrumpida en las calles.
También se está viviendo en las pantallas.
Las imágenes de Chávez cantando, sonriendo, haciendo discursos, se repiten en la mayoría de los canales de TV, incluso –aunque con otra línea editorial—en los canales privados.
Entre tanta oferta visual, la cadena regional Telesur encontró el momento justo para emitir un verdadero hallazgo: un documental sobre la historia personal de Chávez que se llama Los sueños y está filmado en su ciudad natal de Sabaneta, Barinas.
Mientras camina bajo árboles frondosos y matas de guayaba, se lo ve a Chávez contando cómo se rindió a sus sueños. Primero quiso ser pintor, luego beisbolista, por último cabalgar por los llanos bajo el mando de un caudillo libertador. Como habían hecho sus bisabuelos.
En el documental cuenta cómo su madre y su padre le compraron una enciclopedia didáctica de edición francesa que, siendo niño, le abrió mundos y despertó curiosidades.
La película revela qué animó a Chávez a levantarse en armas contra Carlos Andrés Pérez, en el lejano 1992.
"Había llegado mi hora", dice el presidente en la entrevista. Pero el tamaño de los sueños, la dimensión de los objetivos, puede impedir que se concreten en una sola existencia.Que a veces no alcanza una sola vida.
"No había terminado todo lo que quería hacer", se lamenta por estos días su madre. Toda una nación es testigo de ese sueño inacabado.
Un sueño, sin embargo, con millones de herederos.
10.03.2013
el biógrafo del ex presidente habla del futuro del chavismo "La muerte del líder no disolvió al movimiento" Modesto Guerrero asegura que el proyecto político está en un buen momento que debe saber aprovechar.
Por:
Javier Borelli
Es difícil explicar cuándo un hecho deviene en tragedia social. Cuándo la emoción traspasa las fronteras. La tristeza por la muerte de Chávez simplemente se esparció sobre una gran mayoría de la sociedad latinoamericana aun cuando muchos de sus integrantes no se sentían ideológicamente cercanos al líder venezolano.
"Mientras Dios me dé vida estaré luchando por la justicia de los pobres, pero cuando yo me vaya físicamente me quedaré con ustedes por estas calles y bajo este cielo. Porque yo ya no soy yo, me siento encarnado en el pueblo (…) Pase lo que me pase a mí, no podrán con Chávez, porque Chávez es ahora todo un pueblo invencible." La frase pronunciada por el presidente venezolano durante su última campaña electoral y citada por Ignacio Ramonet en un artículo de agosto del año pasado sirve para entender parte del fenómeno. "Cuando escuché esas palabras entendí que sabía que se podía morir y que quería completar su ciclo político. Y no puedes completarlo si te retiras. Porque él no era un cobarde, era un valiente, un convicto confeso de su idea. Entonces no se retira, no se da un tiro, no abandona", destaca Modesto Emilio Guerrero, biógrafo del presidente venezolano, tratando de explicar los motivos épicos que ya forman parte de la leyenda chavista.
En su libro Chávez, el hombre que desafió la historia, Guerrero destaca que desde niño el líder de la "Revolución Bolivariana" le tuvo temor a la derrota y a la muerte. Sin embargo, con un cáncer avanzado, decidió ir por su reelección en octubre de 2012 y no dar un paso al costado para tratar de recuperarse.
"Eso ocurre por dos razones", explica el analista venezolano a Tiempo Argentino tratando de hacer a un lado las emociones que todavía lo aquejan por los acontecimientos de su patria. "Una es existencial, está en la condición humana de Chávez y otra es eminentemente política. Él llegó a ser un líder que no se ponía límites.
Eso no es ni bueno ni malo y no se puede decidir socialmente. Su objetivo era la historia, por eso no se corrompió ni terminó con una fortuna privada como tantos líderes similares a él. Era un soñador. No se sentía vivo sin estar al frente de la batalla. Yo sé que eso lo aquejó psicológicamente y le aceleró su enfermedad. Los médicos le habían dicho que si hacía la campaña podía terminar muy mal. Entonces pidió unos días para reflexionar y concluyó que la hacía. Ahí, además de su condición esencialista, entró en juego el segundo motivo: que el chavismo estaba en el peor momento de su tendencia electoral. Desde 2007 había una marcada estadística de caída del voto chavista. Perdió dos millones de votantes si se cuentan todas las elecciones desde 2007. Por eso perdió la mitad de Caracas, siete gobernaciones (entre ellas las tres más importantes del país), perdió en votos las parlamentarias (aunque haya ganado más diputados). Maduro todavía no era una figura central y Jaua tampoco podía serlo."
–¿Y cuán preparado está el chavismo para organizarse y continuar su proyecto político sin su figura principal?
–En Venezuela, desde el año '99 se construyó un sistema político y un modelo equivocado, porque giró siempre alrededor de un solo hombre. Lula, Correa y Fidel, sobre todo, le dijeron a Chávez que él concentraba demasiado y eso era insustentable en el largo plazo. Ese personalismo murió con Chávez el 5 de marzo, pero venía paulatinamente desapareciendo desde hace dos años. Una prueba es que en 18 meses de convalecencia presidencial, Chávez gobernó en forma directa desde el Palacio de Miraflores más o menos seis meses. Los otros dos tercios de ese período gobernó un equipo de ministros designados por Chávez y con el apoyo de un personaje como (el ex vicepresidente) José Vicente Rangel, que no es ministro pero cumple funciones de patriarca de la izquierda. Entonces, inadvertidamente se produjo una prueba en que un equipo nuevo ha ido formándose como sucesor orgánico colectivo de la personalidad de Chávez.
–¿Qué cambios ya se pueden observar de este nuevo proceso?
–El 5 de marzo, en la primera conferencia de prensa de las 2 de la tarde, antes de anunciar el fallecimiento de Chávez, Maduro habló en nombre de la "dirección político-militar del gobierno". Chávez jamás tuvo que hablar así en 13 años, porque él encarnaba eso. Entonces, uno puede pensar que esa transición va a ser más ordenada, más armónica de lo que se preveía un año y medio atrás. Se fue dando y eso es importante. Aún no se ha consolidado y le quedan pruebas mayores, porque Maduro debe conducir un equipo gubernamental frente a enemigos muy duros. Ellos apostaban a que, muerto el cacique, los indios se disolverían. Porque creen, al igual que el Departamento de Estado (de EE UU), que nosotros somos indios. Pero resulta que el cacique murió y estuvo antes bastante alejado del poder y los indios se gobernaron a sí mismos.
–La prensa extranjera ha especulado con un presunto enfrentamiento entre el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y Maduro a pesar de que no se han visto signos en ese sentido.
–Si yo fuera la derecha o la diplomacia estadounidense haría la misma apuesta, tratar de generar una confrontación para aprovechar un agrietamiento entre un jefe del Congreso y un jefe político designado. Resulta que, para mala suerte de ellos, Cabello y Maduro tienen una buena relación por motivos superiores. Primero, los dos comulgan en el mismo proyecto político. Los dos han tenido relaciones de colaboración en el Parlamento previas a la situación actual y los dos tienen una relación política histórica por un hecho poco conocido: Maduro era el enlace entre los comandantes (entre ellos, Cabello) y la izquierda civil entre 1987 y 1992. Cuando se probaban los que tenían que probarse. Maduro quedó entonces como el hombre de confianza. Así que hay una relación acerada en más de 20 años.
–¿Cómo podría evaluar el desarrollo de los acontecimientos políticos en estos pocos días tras la muerte de Chávez?
–A diferencia de otros fenómenos nacionalistas del pasado, en Venezuela la muerte del líder no disolvió al movimiento. El secreto está en que se perdió al líder poderoso en el momento de la mayor cantidad de victorias. El chavismo tiene solo dos derrotas electorales (el referéndum constitucional de 2007 y las parlamentarias de 2010), ninguna en la calle y una militar de 2002 que la superó con una victoria militar superior. Pero atención, en muy poco tiempo, que puede ser seis meses o dos años, el chavismo puede sufrir una fractura por ambiciones o presiones. Dependerá de la dirección chavista aprovechar este buen momento de victorias sumadas y unidad cívico-militar para recrearse, repotenciarse como otro movimiento superior y eso sólo lo logrará por una combinación de hechos nacionales e internacionales, donde el principal hecho nacional será que profundice la revolución para llevarla hasta el final.
–¿Qué implicaría esa profundización?
–Eso significa expropiar tres grupos económicos de la importación y el comercio que son venezolanos y crean inflación, dependencia, especulación, conducen y presionan para la devaluación. Principalmente, el grupo de empresas Polar (centrado en la industria de alimentos y bebidas). Si el gobierno no los expropia y saca la médula del camino, esta se derramará sobre el cuerpo y fragilizará por una vía económico-social lo que la muerte de Chávez no pudo. El otro problema que es un cáncer en el gobierno es la economía rentista. Si el nuevo gobierno no logra superarla, no podrá evitar las presiones estructurales subterráneas del neodesarrollismo que está carcomiendo gobernabilidades en Brasil, Argentina, Bolivia o Ecuador.
–¿Por qué Chávez no avanzó contra los grupos concentrados que menciona?
–Deduzco que avanzó todo lo que pudo y en algún momento fue presionado desde el exterior, incluso por amigos, para que no siguiera avanzando. Lula le dijo un día que estaba muy separado del resto y Chávez, irreverente, le respondió: "Es que ustedes están muy atrasados." Las dos cosas eran verdad. Pero Chávez no iba a pelearse con sus amigos. Así que entre las presiones internas y las de los amigos externos, fue aflojando. Además, para expropiar al grupo Polar el gobierno tiene que ir construyendo en paralelo un sistema de distribución superior o igual porque, si no, va a haber desabastecimiento masivo y el pueblo se te vuelca en contra. Porque si no hay comida, no importa si eres chavista, no hay paz.
–¿Y por qué no logró diversificar más la economía para no hacerla tan dependiente del petróleo?
–Ahí la cosa es compleja y no depende ni de gobiernos amigos ni fuerzas externas. Es un problema estructural del país y no excluyo de ello la cabeza de la gente. Se ve en el consumo de productos importados. Venezuela es el segundo consumidor de whisky en el planeta después de Escocia.
–Algo similar pasa aquí con el ahorro en dólares…
–¿Pero quién ahorra en dólares? Un 15% de los argentinos, como mucho. En Venezuela son el pueblo, la clase media y la burguesía quienes sostienen la economía rentística. El 99% tiene esa cultura y la reproduce como conducta. Un ejemplo, Chávez hizo una cosa muy buena con empresas argentinas, que fue producir allá sistemas de GNC. Hizo un programa para regalar por un año gas e instalarte gratis el equipo para ahorrar en gasolina. ¿Sabes cuántos se inscribieron al plan? Un 12%, fue un fracaso. Entonces, la gasolina se mantiene subsidiada. Chávez hizo mucho para cambiar esa lógica, pero no fue sistemático. Además, para cambiar eso hay que cortar los dispositivos de estructura de la economía rentística, que no es sólo instalar fábricas. Se ha hecho una cosa maravillosa contra ella, que es crear una clase profesional gigantesca: Venezuela es el primer país en producción de profesionales terciarios y universitarios en el hemisferio según la UNESCO. Eso es crear mano de obra para una cultura no rentística. Pero mi opinión es que todo eso depende de un Estado que está secuestrado por una burocracia que se enriquece y es feliz como nunca con la cultura rentística. Ellos no quieren cambiar de vida porque es más fácil enriquecerse con la renta que de forma indirecta con el producto del valor agregado.
–¿Chávez identificaba ese problema?
–En el último Consejo de Ministros de Chávez, del 20 de octubre de 2012, el presidente les dio un regaño a todos los ministros antes de irse a Cuba donde denuncia a la burocracia que no aplica los planes. Uno lo puede leer su discurso en Internet titulado "Golpe de timón". Ahí está retratado de forma indirecta que la burocracia mantiene secuestrada al Estado. Pero para modificarlo es necesario una democratización de la información, de la decisión pública. Ahí los movimientos deben pasar de ser factores sociales a factores políticos. Ese es el secreto, es lo que falta.
10.03.2013 Venezuela vuelve a las urnas para remplazar a Chávez el 14 de abril El Colegio Nacional Electoral confirmó la fecha y fijó un plazo exiguo para anotar las candidaturas: entre hoy y mañana. La campaña será entre el 2 y el 11 de abril. La oposición nominó en forma unánime a Henrique Capriles como su candidato.
Por:
Jorge Cicuttin
A las cinco de la tarde de ayer, mientras miles de personas seguían en el Fuerte Tiuna haciendo una interminable cola para darle su último adiós al comandante Hugo Chávez, desde las pantallas gigantes ubicadas en la Avenida de los Próceres se vio a Tibisay Lucena, presidenta del Colegio Nacional Electoral (CNE), anunciar que las elecciones presidenciales serán el próximo –y muy cercano– 14 de abril. Estallaron los gritos y aplausos. "Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro", cantaron, previendo un nuevo triunfo del chavismo –como en octubre último–, pero esta vez con el actual presidente venezolano como candidato.
La oposición se había debatido entre dos posibilidades: no presentarse a los comicios que se darán en 35 días porque se está frente a un "fraude constitucional" –tal como denunciaron el viernes–, o no eludir el reto y llevar como candidato de unidad al gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski. Dos horas después del anuncio oficial, el gobernador del estado de Miranda escribió en su cuenta en Twitter: "Estoy analizando la declaración de la presidenta de la CNE y en las próximas horas le hablaré al país sobre mi decisión." La Mesa de Unidad Democrática informaba al cierre de esta edición que "no va a fallarle al país" y le propuso en forma unánime a Capriles que vuelva a ser su candidato presidencial en las elecciones para enfrentar a Maduro. "Hemos acordado por unanimidad ofrecer la candidatura presidencial de la Unidad a quien fue nuestro candidato en la elección presidencial reciente", anunció el secretario ejecutivo de la coalición opositora, Ramón Guillermo Aveledo.
"La unidad no arruga, se equivocan quienes creen que estas son adversidades que no vamos a enfrentar y vencer", dijo Aveledo ante la prensa. Cerró así la discusión interna, al menos formalmente. Fuentes de la oposición señalaban a este cronista que hacia adentro de la coalición se levantaban voces en contra de presentarse. "No tenemos tiempo para volver a instalar un candidato que hace cinco meses perdió por diez puntos, además Maduro va a tener una fuerte corriente emocional a su favor a pocas semanas de la muerte de Chávez. La gente va a votar a Chávez, no a Maduro, y va a ser muy difícil seguir trabajando unidos si perdemos dos elecciones seguidas en apenas seis meses", evaluaba este dirigente.
Maduro, al jurar este viernes frente a la Asamblea Nacional, había pedido públicamente al Consejo Nacional Electoral que "convoque inmediatamente" los comicios. A todas luces, la rapidez en la convocatoria le viene como anillo al dedo al actual presidente encargado. En lo formal, el CNE estipuló que los candidatos deberán oficializarse entre hoy y mañana, lunes. La campaña electoral oficial comenzará el 2 de abril y terminará el día 11. Es decir, habrá solamente diez días de campaña.
Malas noticias para la coalición opositora, que sostiene que Nicolás Maduro ya se lanzó al ruedo junto al féretro con los restos de Hugo Chávez. "Que no me acusen que hablo con odio, pero no puedo menos que advertir que Maduro está utilizando la muerte de Chávez como un acto de campaña", aseguró el propio Capriles en la noche del viernes al denunciar el "juramento espúreo" de Nicolás Maduro.
Para ese "río humano" como lo definió el canciller Elías Jaua, que esperaba en las calles de Caracas su oportunidad para ver el cuerpo del líder bolivariano, no podía haber una noticia mejor. Este cronista estaba en el lugar en el momento del anuncio que atentamente se siguió por las pantallas gigantes ubicadas a lo largo de la Avenida de los Próceres. Y presenció una explosión de alegría. "Sigamos movilizados por nuestro comandante y ahora por Nicolás Maduro, que es su heredero", aseguraban en la extensa cola. Por supuesto que en nadie estaba presente la idea de una derrota este 14 de abril.
Anoche, en Caracas, el anuncio había despertado dos estados de ánimo diferentes. Alegría y confianza absoluta en el chavismo. Desánimo y diferencias en la oposición. Dentro de 35 días se sabrá el resultado del comicio. Para muchos, lo digan públicamente o no, Maduro no tendrá que abandonar el sillón que ocupa desde este viernes.
el nuevo vicepresidente
Jorge Arreaza, el yerno de Chávez, era ministro de Ciencia y Tecnología y fue ungido como vicepresidente interino de Venezuela. Tiene 39 años y se proclama "chavista por convicción". Trabajó en la comunicación desde 2001 y condujo programas militantes en los medios. En 2007 se casó con Rosa Virginia, la hija mayor del mandatario, con quien tiene un niño al que Chávez llamaba "Gallito" y lo hacía protagonista de las anécdotas en sus intervenciones públicas.
Licenciado en Estudios Internacionales y con maestría en Estudios Políticos Europeos, fue viceministro de Desarrollo y Tecnología y quedó al frente de ese despacho cuando en 2011 se convirtió en ministerio.
Fue uno de los portavoces del oficialismo en los momentos difíciles por la enfermedad del jefe. "Infinito privilegio histórico luchar por la justicia y construir Patria con el comandante Chávez. Continuaremos luchando: con él y por él!", escribió en Twitter tras confirmarse la muerte.
10.03.2013 El significado político del entierro de hugo chávez frente a las despedidas de otros mandatarios Dialéctica del funeral de Estado Las manipulación mediática de su enfermedad y muerte a la luz de la historia. Los truculentos casos de Lenin y Francisco Franco. Por:
Ricardo Ragendorfer
Una "marea roja". Esas dos palabras fueron convertidas en un lugar común por la prensa para describir el lento avance de los venezolanos –la mayoría con banderas y camisas de dicho color– por el Paseo de los Próceres, en Caracas, hacia la Academia Militar del Fuerte Tiuna. Allí habían sido llevados los restos de Hugo Chávez. A sólo 24 horas de su muerte, tres jefes de Estado –Evo Morales, José Mujica y Cristina Fernández de Kirchner– integraban la primera guardia de honor en la capilla ardiente del Salón Simón Bolívar. Dos días más tarde, serían 30 los mandatarios bajo aquel techo. En tanto, la "marea roja" –calculada en millones de personas– desbordaba las calles y avenidas de la ciudad para despedirse de su líder. Los ojos del mundo estaban depositados en aquel sitio.
La extraordinaria magnitud del acontecimiento hizo que otros hechos de la agenda internacional –cómo la renuncia del Papa Ratzinger– se transformaran en noticias menores. Claro que las coberturas periodísticas de las exequias del presidente bolivariano incluían todo tipo de especulaciones; algunas, dignas de un sitial en la historia de la comunicación masiva. "Chávez murió en Cuba, y no en Caracas", fue la gran primicia del diario español ABC, no sin otro dato exclusivo: "El féretro llevado en procesión a la Academia Militar no contenía el cuerpo de Chávez". La ligereza de tales afirmaciones remite a la fotografía falsa del estadista en presunta agonía, publicada el 24 de enero por el diario El País, de Madrid. Un verdadero hito en la materia
Lo cierto es que, desde el 30 de junio de 2011 –cuando Chávez informó que fue operado de cáncer–, su enfermedad sería tierra fértil para la intoxicación informativa. Operadores de toda laya, ciertas empresas de medios, agentes de inteligencia y cuadros de la oposición fueron los actores preferenciales de esas maniobras, las cuales tuvieron su cénit a partir del 11 de diciembre de 2012, cuando su última intervención quirúrgica en Cuba lo corrió definitivamente de la escena. Los rumores –a veces, provistos de una maldad innecesaria– eran de manual y apuntaban sobre la misma dirección: Chávez no habría sobrevivido a la cirugía, y su muerte era mantenida en secreto por el gobierno venezolano. En consecuencia, la máxima autoridad de la República se había convertido en una versión populista del Cid Campeador, cuyo cadáver fue encajado sobre su corcel para espantar a los infieles.
Resultaba muy notable la profusión de ese ángulo ficticio de la realidad, precisamente cuando desde las esferas oficiales en todo momento se difundieron los datos sobre su salud de un modo sobrio, prudente y veraz. Es decir, a contramano de muchos otros países en situaciones similares, a lo largo de la historia.
Al respecto, bien vale repasar algunos casos.
GOOD BYE, LENIN. A comienzos de 1924, León Trotsky –quien por entonces era miembro de dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)– se encontraba en la ciudad de Tiflis, a cuatro días en tren de Moscú. El 21 de enero recibió un mensaje cifrado de Stalin –el secretario general del Partido y su acérrimo rival en el Politburó– con sólo tres palabras: "Lenin ha muerto." Ello había sucedido el 21 de enero.
El líder de la revolución bolchevique por entonces ya estaba retirado de sus tareas a raíz de su endeble salud.
El estrés por la intensidad de sus actividades y una bala aún alojada en el cuello –a raíz de un atentado en 1918– le causaron dos infarto en mayo y diciembre de 1922 y un ACV al año siguiente, que lo privó del habla, además de paralizar parte de su cuerpo. Tal situación médica agudizó el enfrentamiento sectorial de la dirigencia soviética.
"Lenin ha muerto", volvió a leer Trotsky en Tiflis, sin dar crédito a tal frase. Luego, lentamente, asimilaría la noticia, y escribió: "Lenin ya no existe. Estas palabras caen sobre nuestra mente con el mismo peso que una gigantesca roca en el océano."
Durante un momento, se preguntó si debía regresar a Moscú. A tal efecto, se puso en contacto con Stalin, quien dijo que el entierro se haría al día siguiente, de modo que Trotsky no podía llegar a tiempo. Era un engaño: el funeral fue pautado para el 27 de enero, pero Stalin tenía grandes razones para mantener alejado a Trotsky durante las elaboradas ceremonias en la capital de la URSS.
Allí, en medio de una pomposa escenografía, las multitudes desfilaron ante el féretro del insigne fallecido, ante la notoria –y forzada– ausencia de su alfil más apreciado. Fue como si –desde la distancia– una parte del propio Trotsky hubiera descendido a la tumba de Lenin. Sin embargo, la trampa de las fechas tendida por Stalin no fue su única maniobra en la ofensiva contra el creador del Ejército Rojo.
Tras su primer infarto, Lenin redactó una serie de documentos para indicar las directrices futuras para el gobierno. El más famoso de ellos es el llamado Testamento de Lenin. Allí, describe a Stalin con términos no muy elogiosos: "Tiene una autoridad ilimitada en sus manos, y no estoy seguro de que siempre sepa utilizarlo con la suficiente prudencia." A continuación, sugería sacar a Stalin de sus funciones en el Partido. Sobre Trotsky, diría: "Está muy atraído por el aspecto puramente administrativo de los asuntos, pero es sin ninguna duda el hombre más capaz del actual Comité Central."
En mayo, el Partido trabajaba en los preparativos del XIII Congreso. Los delegados más importantes del Comité Central se reunieron el 22 de ese mes para conocer el testamento de Lenin, que había permanecido hasta entonces bajo custodia de la viuda. La lectura de ese texto fue como un rayo caído del cielo. Los presentes oyeron con absoluta perplejidad el pasaje en que Lenin castigaba la rudeza y la deslealtad de Stalin, aconsejando su relevo.
Grigori Zinoviev y Lev Kamenev, dos aliados del secretario general, salieron en su rescate con el siguiente argumento: "Cualquiera que fuese la culpa de Stalin en opinión de Lenin, la falta no era tan grave y Stalin la había rectificado con amplitud. Si Lenin hubiese presenciado los sinceros esfuerzos de Stalin por enmendarse, no habría instado al Partido a destituirlo."
Los delegados, ya durante el Congreso del Partido, resolvieron pasar por alto la recomendación de Lenin sobre Stalin. Pero en ese caso, el testamento no podía publicarse. Por ello, el Comité Central votó por abrumadora mayoría a favor de la supresión de ese documento. Hasta último momento, como si el asombro que sentía hubiese paralizado su capacidad de reaccionar, Trotsky se mantuvo en silencio. Fue el comienzo de su lento camino hacia la derrota. Seis años después sería expulsado de la URSS.
Zinoviev y Kamenev fueron ejecutados por Stalin en 1936, durante los denominados Procesos de Moscú, junto con otros antiguos aliados suyos. Trotsky fue asesinado en 1940 por un agente stalinista que había logrado ingresar a la casa que habitó durante su exilio en México.
Stalin murió el 5 de marzo de 1952, tras varios días de agonía. Previamente, fueron asesinados en las mazmorras del régimen sus nueve médicos de cabecera, bajo la acusación de haber recetado "tratamientos torpes e inadecuados". El multitudinario funeral del "Hombre de Hierro" estuvo a la altura del culto a su personalidad.
EL NOVIO DE LA MUERTE. Dicen que el dictador español Francisco Franco se vio muy conmovido por la muerte de Stalin. Dicen que en ese deceso el "Caudillo" presintió la sombra de su propio final. Por aquellos días, el país gobernado por Franco desde 1938 con mano de hierro ingresaba en las Naciones Unidas, luego de suscribir un pacto de amistad con los Estados Unidos. Y su economía crecía a pasos acelerados. Ocho años antes, había asimilado con notable indiferencia el deceso del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, cuya enfermedad terminal le privó de ver el fin de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, el de Stalin lo sobrecogía como la muerte misma. Sin embargo, a él aún no le había llegado su hora.
Tanto es así que, en los 22 años que aún le quedaban de vida, asistiría a las exequias de John F. Kennedy, enviaría condolencias al gobierno británico por la muerte Winston Churchill (quien aún ocupaba su banca en la Cámara de los Lores) y no lamentaría –por manifiesta enemistad– la de Charles de Gaulle, ocurrida el 9 de noviembre de 1970, a poco de concluir su última presidencia.
Pero Franco sí experimentó congoja por la muerte de Juan Domingo Perón, a cuya ceremonia fúnebre se vio impedido de asistir por recomendación médica. No obstante, a través de la TV observó con interés la conmovedora despedida del pueblo argentino a su líder. Una despedida que –ya se sabe– preludiaba un río de sangre. Sin embargo, en España, el ya anciano dictador deseaba un homenaje así para su propia persona, tal como se lo hizo saber a su esposa, doña Carmen.
La agonía de Franco sería lenta y dolorosa; fue sometido a intervenciones innecesarias y de efectos desastrosos. El 17 de octubre, después de varias crisis de su salud, aún presidía el Consejo de Ministros. El 22 de octubre sufrió su tercer ataque cardíaco; el 24 padeció otro y se agravaron sus otras dolencias. Desde entonces, todos los intentos de su entorno apuntan a prolongarle la vida de modo artificial, intentando que sobreviva al 26 de noviembre, momento en que debería renovar el mandato de un hombre suyo como presidente del Consejo del Reino y de las Cortes. El hombre más poderoso de España se había transformado en una inanimada marioneta de su propio poder. Finalmente, el 20 de noviembre, fue certificada su muerte. El único jefe de Estado que asistió a sus exequias fue nada menos que Augusto Pinochet.
No es ese, por cierto, el caso de Chávez. En su despedida fue notoria la presencia y el respeto de sus pares. Los hombres que colaboraron con él y la multitud doliente que por estos días lo llora está decidida a mantener el rumbo político marcado por su figura. América Latina ahora deberá dar sus primeros pasos en un mundo sin Chávez.
Fuente:TiempoArgentino
10.03.2013 El fin de un sistema político El sistema político institucional de Venezuela se ordenó y organizó alrededor de la figura de Hugo Chávez Frías. Con su muerte se abre una nueva etapa en el país caribeño.
Por:
Modesto Emilio Guerrero Con la desgraciada expiración de Hugo Chávez desaparece, también, un sistema político en Venezuela.
La trascendencia de su obra política, como en pocos casos en la historia política contemporánea, trascendió las fronteras nacionales y se proyectó y arraigó en mecanismos y subjetividades en medio planeta, aunque sea en escalas desiguales. Esa dimensión también se modificará, pero en mucho menor grado, porque dependía de estructuras interestatales o de relaciones con organismos que le daban una sustentabilidad en el tiempo, superior a la que tiene/tuvo, el sistema político armado en Venezuela entre 1999 y 2013. Ese sistema político institucional o régimen de instituciones se ordenó y organizó alrededor de su figura y bajo el mando personal de su Despacho. En una primera fase, ese sistema tuvo un rol progresivo al permitir dinamizar las acciones públicas y los pactos necesarios para llegar al poder en Miraflores y desplegar movimientos. Su cualidad se invirtió desde, aproximadamente, 2002, y en vez de progresivo pasó a ser regresivo para el conjunto del proceso, el gobierno y las relaciones políticas con los movimientos que lo sostienen con el voto y lo demás. Hugo Chávez no fue el responsable individual o causante absoluto de ese sistema político autoconcentrado y excesivamente personal. Aunque es cierto que se acostumbró. No tuvo la sensibilidad política para comprender la necesidad de colectivizar el mando nacional y darle base más orgánica a su gobierno. Para comprender con rigurosidad, sin sentimentalismos ni dislocaciones ideológicas, la formación de ese sistema político excesivamente personalizado, debemos recordar cómo nació y por qué nació como nació.
Nicolás Maduro. El presidente encargado instruyó al consejo electoral para que convoque inmediatamente a elecciones presidenciales.
El origen. En los dos años posteriores a la insurrección social del Caracazo, la sociedad trabajadora y pobre de Venezuela manifestó la mayor cantidad de rebelión y rabia, sólo comparable a la de 40 años antes, durante los sucesos revolucionarios de 1958 que sirvieron para derribar la feroz dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, el último dictador que conoció Venezuela. Margarita López Maya, una investigadora académica de la Universidad Central de Venezuela, se tomó el trabajo de registrar esas luchas y clasificarlas por fases, lugares, clases sociales y métodos de lucha. El resultado fue sorprendente. Más de 3.000 acciones de protesta, la mayoría (64%) acudiendo a métodos violentos, variados. Las más moderadas fueron las marchas callejeras con enfrentamientos a la policía. Los otros incluyeron saqueos de negocios comerciales grandes, quemas de transportes de empresa multinacionales, alcanzando en algunas zonas industriales a las ocupaciones con control de fábrica, captura temporal de funcionarios muy odiados y en dos casos conocidos, también el colgamiento de patrones excesivamente explotadores. En 1989 me correspondió protagonizar uno de esas ocupaciones y secuestro por la que fui procesado. Ese magma social de tensiones era comprensible, luego de una insurrección espontánea que había quebrado a las instituciones básicas del régimen democrático de entonces. El parlamento, el Gabinete, la Corte Suprema, los dos partidos que sostuvieron el sistema venezolano desde 1945, la cadena de mando y la moral de las Fuerzas Armadas y el estado de conciencia de los sectores pobres, se modificaron a escalas tectónicas y todas quedaron fisuradas en distintas medidas. Las dos instituciones más afectadas fueron los dos partidos del capitalismo nacional y las Fuerzas Armadas. Ambas señales fueron suficientes para comprender que algo se estaba moviendo desde las profundidades en toda la sociedad venezolana. En el centro de la crisis militar, estaba la acción conspirativa, dislocadora, de por lo menos cuatro logias militares, tres de ellas con conductas muy extrañas, si las medimos por lo que decían sus documentos y las relaciones que mantenían con una parte de la izquierda marxista posguerrillera. Una de esas logias era el MBR200 fundada y dirigida por el teniente Hugo Chávez. Uno de los sucesos más motivantes de la crisis militar fue el asesinato a mansalva de más de 1.050 civiles pobres en los sucesos del Caracazo. No deja de ser una completa paradoja que más de 1.400 oficiales, capitanes, sargentos y soldados de las Fuerzas Armadas, usadas para matar manifestantes, se hayan convencido de rebelarse con las armas contra el gobierno, por la masacre. No era la primera que tamaño golpe en la conciencia humana vestida de verde ocurría en la historia, pero sí la fue la primera vez en que esa corriente militar dio origen al mayor movimiento social y político latinoamericano de las últimas décadas, potenciando el proceso revolucionario conocido como “revolución bolivariana”. En 1992, el pueblo venezolano había luchado tanto y de tantas maneras, que ese sacrificio gigantesco no encontraba salida, resolución política, conclusión superadora de lo existente. Entre diciembre de 1991 y febrero de 1992, con incremento y violencia de las luchas y la represión gubernamental, la acción social comenzaba a agotarse y en la conciencia social se había formado un estado de angustia. Era el síntoma de una rebelión social que no encontraba su destino. Allí apareció la rebelión militar, con método putchista, acaudillado por Hugo Chávez Frías y otros 7 comandantes. En ese punto exacto de la historia venezolana, la angustia masiva se cruzó con el personaje aparecido, al que vieron más como una aparición providencial, un ser redentor, que como un golpista más de un continente sembrado de golpes. Las masas le cambiaron el carácter a la rebelión militar y su método golpista quedó absolutamente subordinado a la identificación social con la acción rebelde de los cuartelarios. El símbolo más sorprendente de esa jornada de inusitado registro en la historia social, fue la oración escrita por un anónimo caraqueño del Barrio 23 de enero, el bolsón de pobres más combativo del país desde 1958. Sus primeros versos dicen esto: Chávez nuestro que estás en la cárcel, / santificado sea tu golpe, / venga a nosotros, tu pueblo / hágase tu voluntad, / la de Venezuela la de tu ejército / danos hoy la confianza ya perdida, / y no perdones a los traidores, / así como tampoco perdonaremos a los que te aprehendieron. / Sálvanos de tanta corrupción / y líbranos de Carlos Andrés Pérez. AMÉN. La próxima prueba. Estas breves palabras son suficientes para comprender dos cosas. El estado de angustia social y la ausencia de tradiciones revolucionarias en el país. Lo primero era un combustible positivo, lo segundo era una rémora y un límite político-cultural. Sobre ese fondo social se formó el sistema político del que fue centro y víctima el líder bolivariano. Eso sirve, especialmente, para explicar que la organización política y la comprensión ideológica del tránsito en Venezuela, haya sido reemplazado, parcialmente, con cadenas de oración en plazas, barrios, hoteles estatales, algunas fábricas y oficinas, por buena parte de la misma masa chapista que demolió ideologías reaccionarias. El sistema político chavista tuvo su origen en 1992 y concluyó este 5 de marzo con la desaparición de su figura totémica, fulgurante y sobredeterminada. En Venezuela ha comenzado la construcción de un nuevo tipo de sistema político. Una combinación de buenas razones (13 años de victorias y una politización masiva de los trabajadores pobres) dan base social a la construcción de uno nuevo que dé continuidad al centrado en Hugo Chávez y a la vez, lo supere positivamente, en términos hegelianos. La unidad cívico militar impulsada por Chávez y construida en casi 20 años, facilitan la transición más dolorosa de los últimos 60 años en Venezuela. Como toda transición, esta contiene riesgos, uno de ellos, es que desde las Fuerzas Armadas o de la propia boliburguesía surjan proyectos autónomos. Pero eso habrá que verlo. 10.03.2013 Sobran condiciones para un chavismo sin Chávez Sin dudas se va a producir una continuidad del proceso chavista de integración. Por:
Pedro Barros Silva El mismo Hugo Chávez indicó quién sería su sucesor y Nicolás Maduro es el candidato más fuerte. Él mismo ha sido Canciller durante varios años y jugó un rol importante en la fundación de UNASUR y CELAC y acompañó directamente el proceso de integración de Venezuela al Mercosur. Ha sido un entusiasta protagonista de la política de Chávez para la región.
La situación económica interna, sin embargo, es más compleja. Incluso con Chávez convaleciente se ha tomado una medida muy fuerte como fue la devaluación. Eso indica que no ha habido una parálisis del gobierno y se ha tenido coraje para tomar medidas de magnitud.
Un gran problema que sufre el país es la persistente inflación. En el fenómeno hay un componente inercial muy fuerte combinado con una pugna distributiva. No se explica con las recetas de los manuales de economía que la vinculan sólo con un aumento del gasto público.
Hoy lo más importante para la economía es mantener la estabilidad política e institucional y los diferentes sectores están comprometidos en esa perspectiva. El gran apoyo mostrado por los presidentes de la región no sólo indica un reconocimiento a la tarea desarrollada por Chávez sino que apuntalan y dan estabilidad a un futuro gobierno de Nicolás Maduro.
Venezuela viene de un crecimiento acelerado. El año pasado creció 5,6% y hay algunos programas que fueron impulsados como el de Vivienda a partir del cual se entregaron en dos años 350 mil casas que son planes que estimulan la economía. Pero no hay un escenario completamente tranquilo porque hay un volatilidad internacional y Chávez no ha podido superar la dependencia del país sobre la renta petrolera. Si bien es algo normal debido al incremento de sus precios plantea una dependencia muy fuerte sobre la situación internacional. La economía no está protegida de factores externos.
Venezuela va a continuar siendo un país petrolero, porque tiene las mayores reservas aún no explotadas en el Orinoco. Van a profundizarse las inversiones externas Chinas. Hay mucho por hacer porque el proyecto de Chávez era mucho más amplio que el que él mismo pudo desarrollar.
10.03.2013 Cuando América latina fue una capilla ardiente
Por:
Jorge Giles La muerte del comandante Hugo Chávez, como antes la de Néstor Kirchner, tienen el raro privilegio de hacer más luminosa la mañana en todo el continente.
Ahora los días son más claros, no hay forma de perderse. “El camino te lleva”, dicen los que conocen el rumbo y el destino. Ahora sabemos de qué se trata este asunto de andar cortando amarras con lo peor del pasado. Ahora sabemos de qué lado corren los vientos de la historia y de cómo se paran los distintos actores en el escenario de la vida. Este es el fin de ciclo de las máscaras del neoliberalismo en nuestro continente. Por eso nos negamos a banalizar, en este contexto, las declaraciones de Hermes Binner y Mauricio Macri mofándose del líder venezolano. Que es eso lo que hicieron a horas de su muerte. Ambos están, apenas, verbalizando lo que ejecutarían de ser gobierno alguna vez en la Argentina. Y esa confesión no es para asombrarse ni escandalizarse. Es para estar prevenidos nomás. Ahora todos sabemos quiénes producen, quiénes trabajan, quiénes se desvelan por sus pueblos y quiénes no. Los primeros están creando una nueva cultura liberadora en América latina. Los segundos sólo son especialistas en organizar eventos de ocasión para su efímera fama. Estamos asistiendo al desenlace final de un ciclo de la democracia formal. Hablamos de esa democracia experta en cuidar las formas y en mantener los privilegios del poder económico. Chávez en Venezuela y Kirchner en la Argentina fueron capaces de juntar todos los pedacitos de nuestra alma fragmentada. Y con eso amasaron esta nueva democracia inclusiva. Lo hicieron juntos y a la par, como dice la canción. En ese espejo nos queremos ver desde hoy y para siempre. Y desde allí tener la autoridad y el argumento para saber lo que queremos ser en esta encrucijada de la historia. Ni Kirchner ni Chávez nos dejaron la chance de perdernos en la duda existencial o la incertidumbre política sobre el camino a seguir. Todo depende de nosotros, de las mujeres y los hombres que componemos ese maravilloso colectivo al que volvimos a llamar por su verdadero nombre: pueblo. Que ahora podamos decir con orgullo y dignidad que "Somos pueblo" y que "Tenemos patria" enuncian mejor que ninguna otra expresión el recuperado patrimonio cultural de nuestras naciones, ese que fuera ocultado, robado, desaparecido, masacrado, hambreado y perseguido durante cien años de soledad por las oligarquías locales que se dedicaron a romper el espinazo de la América latina y el Caribe para ejercer su dominio. La historia viene acelerando desde que se juntaron Cristina y Néstor con Chávez, Lula, Dilma, Evo, Correa, Mujica, Lugo. No sólo se parecen a sus pueblos, como dijo alguna vez Cristina, sino que caminan con la velocidad y la cadencia de la historia grande. Y esto plantea un desafío enorme para quienes habitamos el ancho y largo territorio latinoamericano: caminar unidos con ese mismo ritmo. Sólo así la muerte y el dolor no serán en vano. Sólo así se podrá consolidar cada tramo del camino construido. Sólo así ahuyentaremos los fantasmas del pasado. Sólo así no habrá lugar para que empolle sus huevos esa derecha rabiosa y deshumanizada que acecha entre las sombras. Para entender el salto que hemos dado en estos últimos años no abusaremos de datos estadísticos ni de consignismo alguno. Diremos sí que aquella América desigual y descentrada que provocó el neoliberalismo, ya no es tal. La desigualdad, aunque contenida y reducida paulatinamente, nos sigue doliendo en el centro del pecho latinoamericano. Pero con Chávez y Kirchner y con el Mercosur, la Unasur y la Celac, ya no estamos descentrados como antes. Ese es el salto colectivo que hemos dado después de superar las inclemencias de un tiempo bicentenario. Hace 40 años, para estas horas, nos aprestábamos aquí a recuperar la democracia arrebatada por las dictaduras. Fue una primavera tan fugaz como apasionante. La primavera camporista. ¿Cuál es la diferencia con estos nuevos tiempos? Que ahora aprendimos que sólo en la unidad de todo el continente somos y seremos un mismo y poderoso puño para defendernos de cualquier dominación. Pero no es lo único nuevo. Ahora sabemos que la lucha es política y democrática. Y recuperamos el Estado para las mayorías. Y lo defendemos sin pudor alguno. "Hemos roto el maleficio del odio y la derrota" exclamó el presidente en funciones, Nicolás Maduro, en el último adiós a Chávez. Venía hablando del calvario de los Libertadores de nuestra América morena. Traicionados. Derrotados. Exiliados. Asesinados. Luego alumbró ante los presentes los 5 Mandatos que dejó Hugo Chávez para su pueblo: Mantener la Independencia que hemos conquistado. Construir el socialismo americano del siglo XXI. Construir a Venezuela como un país potencia dentro de la gran potencia de la América unida. Construir un mundo de equilibrios, de paz y sin imperios, como enseñó Bolívar. Contribuir a la preservación de la vida y la especie humana. Reflexionando sobre estos Mandatos enunciados por Maduro, es más fácil darse cuenta de que si la ruptura que quedó inconclusa con las clases dominantes se produjo por primera vez cuando alumbraba el siglo XIX, es sólo ahora, en este nuevo siglo, que estamos en condiciones de sostenerla en el tiempo y el espacio que se propongan los pueblos. La historia nacional de la Patria Grande por fin se ha liberado de las ataduras y dogmas que impusieran los antiguos vencedores. Los venezolanos se reencontraron con Simón Bolívar. La Argentina se reencontró con San Martín y Belgrano. Bolivia se reencontró con Túpac Amaru y Túpac Katari. El Uruguay que bulle contra la impunidad corea el nombre de Artigas. Tardamos 200 años para reconstituir la historia como nos debíamos y les debíamos a los padres fundadores. Que por varios siglos más alumbren desde ahora, en manos de las nuevas generaciones, los nuevos próceres de nuestras democracias inclusivas. Que descansen en paz Chávez y Kirchner. Nosotros no. Hay mucho por hacer.
10.03.2013 Huérfanos de Chávez
Por:
Daniel Cecchini
Hugo Chávez Frías abrió, desde Venezuela, el camino de un cambio histórico en América de Sur. En 1999, legitimado por los votos de sus conciudadanos, inició una batalla en solitario contra el aluvión neoliberal que sumía en la más profunda pobreza y desesperación a cientos de millones de latinoamericanos. En la Argentina gobernaba el hijo dilecto del Fondo Monetario Internacional, Carlos Menem, quien esta semana fue condenado por contrabando de armas a Croacia y a Ecuador. Los destinos de Perú estaban en manos de Alberto Fujimori, otro neoliberal a ultranza con vocación de genocida, y siguen las firmas. Lula, un trabajador, se perfilaba como posible presidente de Brasil, pero ese horizonte estaba todavía demasiado lejos. En esa soledad batallaba Chávez, después de romper con los votos la hegemonía de un bipartidismo reaccionario que se había alternado en el poder durante décadas. Y aprovechando esa soledad –en muchos aspectos parecida al aislamiento cubano– fue que a principios de 2002 los sectores más retrógrados de la sociedad venezolana, apoyados por el Departamento de Estado norteamericano, intentaron derrocarlo mediante una nueva modalidad de golpe, el golpe mediático. Pero el pueblo de Venezuela salió a la calle y abortó el intento.
Ese camino que Chávez abrió en soledad pronto se transformó en la ruta de otros estadistas latinoamericanos dispuestos a defender, es cierto que con matices, los intereses de sus pueblos y rescatarlos del abismo en el que los habían sumido las recetas del capitalismo financiero internacional: Luiz Inácio Da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Rafael Correa en un Ecuador al que le habían robado hasta la moneda, Evo Morales en Bolivia, el Frente Amplio en Uruguay, por nombrar a los más notorios. El punto más alto y simbólico de ese cambio de vientos en la región fue la reunión del ALCA en Mar del Plata, en noviembre de 2005, donde Néstor Kirchner le dijo que no al sometimiento que pretendían los Estados Unidos en las propias narices de George W. Bush, mientras a pocas cuadras de allí, Hugo Chávez protagonizaba una contracumbre histórica. Desde entonces, América latina no es la misma. Sigue siendo una región postergada, pero la mayoría de sus países han entendido que la defensa de sus intereses nacionales es imposible sin una estrategia conjunta, subcontinental. El Mercosur ampliado, la Unasur, el Banco del Sur y la Celac muestran hasta dónde han llegado, aunque es imposible no ver lo que aún falta. Ahora, la muerte de Hugo Chávez abre nuevos interrogantes para Venezuela y para la región. La primera pregunta apunta a precisar –algo imposible en este momento– cuáles son los alcances y cuáles son los límites de un chavismo sin Chávez. También, ahora sin Chávez, hay que volver a analizar las realidades del resto de los países del subcontinente. No se trata, a pesar de muchas coincidencias estratégicas, de una región homogénea. En Ecuador, Correa acaba de ser nuevamente elegido como presidente por una mayoría abrumadora; Chile viene oscilando entre un reformismo tibio y un neoliberalismo también tibio, encarnado por Fernando Piñera, que nunca se mostraron dispuestos a ponerle límites claros a los mercados; Uruguay, hoy presidido por José Pepe Mugica, tiene un frente gobernante bajo cuyo paraguas se mueven sectores con intereses muchas veces contrapuestos; Brasil, primero con Lula y ahora con Dilma Rousseff, lleva una década en un camino que lo confirma como la mayor potencia regional, pero ahora con un reparto más justo de sus riquezas; Honduras y Paraguay, en cambio, han tenido el triste privilegio de ser los primeros países de la región donde ha tenido éxito un golpe blando; y Colombia, que oscila entre dos derechismos que parecen no tener oposición de otro signo: el del recalcitrante Álvaro Uribe y el más civilizado de Juan Manuel Santos. En la Argentina, por último, la realidad muestra que existe un solo partido capaz de gobernarla con cierta estabilidad, pero es imposible dejar de ver que ese partido, el justicialismo, es un aparato de poder cuya única ideología permanente en sus más de sesenta años de existencia ha sido precisamente ésa: el poder. Y que cuando se trata de utilizar ese poder, el justicialismo ha demostrado ser capaz de aplicar las políticas más disímiles, desde el neoliberalismo a ultranza de Carlos Menem al progresismo de los Kirchner. Y de albergar en sus filas –en lugares de poder– tanto a revolucionarios como a delincuentes, a políticos honestos y a corruptos, a verdaderos militantes y cuadros populares tanto como a oportunistas de los más apestosos pelajes. Y se podría seguir. Hoy su desafío es sostener y profundizar las políticas aplicadas por el kirchnerismo en la última década.
Esta es la región que ahora queda huérfana de Chávez. Es mucho lo que se ha construido y que difícilmente sea posible derrumbar. Pero lo cierto es que, sin Hugo Chavéz, el cielo latinoamericano tiene menos estrellas que interrogantes.
10.03.2013 El ajuste cambiario, problema nodal que llegó algo tarde Atravesamos un momento complicado porque desaparece la figura central del movimiento chavista. Las encuestas dicen que ganará Maduro lo que indica la posibilidad de un chavismo sin Chávez.
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José Briceño Ruiz No habrá una conmoción política porque hay una gran base popular del chavismo muy fuerte y arraigada.
En el tema económico sí hay otra situación. El ajuste cambiario, que es un problema nodal para Venezuela, vino muy tarde. Tenemos un tipo de cambio oficial de 6,30 y uno paralelo cercano a los 25 bolívares. Es una situación que el gobierno tiene que manejar con criterios económicos y no ideológicos. El camino es comenzar a flexibilizar el control de cambios. Los controles de cambio tienen un alto contenido político porque las corridas financieras y la especulación se hacen para debilitar al gobierno. Hoy ya está afectando el funcionamiento de la economía, por ejemplo la seguridad alimentaria nacional depende de las importaciones y buena parte de los bienes de capital son importados y las demoras tienen efectos en la escasez. La política comercial también debe revisarse porque Venezuela se ha convertido en importador neto eso explica en gran parte el problema de la debilidad de la moneda y el problema fiscal. El otro gran problema es la inflación que tiene consecuencias sobre los ingresos reales de la población y el consumo.
Maduro deberá enfrentar esos dos problemas económicos en el corto plazo, caso contrario sí puede producirse una crisis gubernamental porque ya no está Chávez con su capacidad de contención. Entramos en una nueva lógica de pueblo y líder.
El país va a apostar al Mercosur y ratificar su liderazgo regional a través del Alba. Pero la política externa depende de la solidez interna. Si continúan los desbarajustes difícilmente pueda consolidarse la integración puesto que no hay marcos firmes para negociar la política arancelaria ni condiciones para conseguir el consenso interno necesario.
10.03.2013 Completando el proceso iniciado por Bolívar El principal significado y adhesión de la revolución bolivariana impulsada por Chávez es la incorporación de los más desposeídos.
Por:
Carlos Heller El 4 de febrero de 1989 asumió la Presidencia de la República de Venezuela Carlos Andrés Pérez, decidiendo tomar un préstamo del FMI, condicionado al abandono de las subvenciones al débil sector industrial, a la privatización de empresas públicas, a una segunda devaluación del bolívar y una liberalización de los precios, en particular de los combustibles. El 28 de febrero fue "el Día que bajaron de los cerros", y se consolidó una revuelta popular, conocida como el Caracazo, que confirmó el decidido rechazo del pueblo venezolano al ajuste neoliberal. La historia sigue el 4 de febrero de 1992, cuando Hugo Chávez Frías intenta tomar el poder por la fuerza, con un levantamiento militar que fracasó en Caracas para, seis años después, ser electo presidente de la República de Venezuela.
El principal significado y adhesión de la revolución bolivariana impulsada por Chávez es la incorporación de los más desposeídos, que eran invisibles para las anteriores dirigencias, a la vida activa ciudadana, a ser verdaderos sujetos de derecho.
El editorial de La Nación del 7/03/13, de fuerte crítica a la figura de Chávez, sin embargo glosa con claridad las razones de la adhesión popular: "Y también el fervor y la devoción que originó en muchos de aquellos que, hasta su llegada, estuvieron encerrados por el muro de silencio que provoca la indiferencia social respecto de quienes, desgraciadamente, viven en la precariedad." Esa indiferencia social fue cortada de cuajo por Chávez y la revolución bolivariana; de allí que ganó 15 de las 16 elecciones que se produjeron. En algún caso, el fuerte apoyo recibido llevó a un matutino argentino a expresar que "Chávez ganó con el 60 por ciento: se teme una dictadura", tratando de deslegitimar el fuerte apoyo popular, que también se expresó en un parlamento controlado mayoritariamente por el partido liderado por Chávez, porque así lo votó el pueblo.
Ese apoyo se sustentó además en cifras concretas: cerca de 1,5 millones de venezolanos aprendieron a leer y en 2005 la Unesco declaró que se había erradicado el analfabetismo en Venezuela; la tasa de escolarización secundaria superó el 73%, se llegó a 2,3 millones de estudiantes universitarios en 2011. Se creó el Sistema Nacional Público para garantizar el acceso gratuito a la atención médica a todos los venezolanos. O la denominada operación milagro, con la ayuda de médicos cubanos, que mejoró la visión a 1,5 millones de personas, la mayoría con cataratas. La fuerte reducción de la pobreza y de la tasa de desempleo abonan esos cambios radicales en lo social.
En lo económico, la reforma agraria permitió a decenas de miles de agricultores ser dueños de sus tierras, la nacionalización de PDVSA en 2003 posibilitó a Venezuela recuperar su soberanía energética, y la posterior creación de Petrocaribe en 2005 permitió a 18 países de América Latina y del Caribe adquirir petróleo y asegurar su abastecimiento energético, una misión que demuestra el carácter solidario y latinoamericanista de la Revolución Bolivariana y de su comandante, Hugo Chávez.
El impulso dado a la agricultura y a la industria, prácticamente inexistentes antes de 1998, puede observarse por la multiplicidad de convenios económicos que firmó con nuestro país, centrados en alimentos y energía, los dos ejes fundantes de la relación Caracas–Buenos Aires, como lo definió Chávez. Los acuerdos alcanzan el establecimiento de un sistema de integración productiva y actividades en múltiples sectores: alimentario, automotriz, energético, aeroespacial, medicamentos, y la industria naval, entre otros.
Los vínculos con Argentina no fueron sólo comerciales, sino también políticos y de amistad. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner comentó: "No vine a despedir a un presidente, sino a un compañero y amigo. El mejor amigo que tuvo la Argentina cuando todos le soltaron la mano."
Una revolución que gestó una Constitución (2009) que define que "el tra bajo es un hecho social y gozará de protección del Estado", así como el derecho de todas las personas al trabajo y el deber de trabajar, el derecho a gozar de la seguridad social, así como define a la salud como "un derecho social fundamental, obligación del Estado", plantea que "la educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable."
Constitución que no permite monopolios por ser contrarios a sus principios fundamentales, fomenta la agricultura sustentable y declara al régimen latifundista como contrario al interés social.
Un punto que deseo resaltar de la Constitución es la importancia otorgada a la economía social y las pymes: "El Estado protegerá y promoverá la pequeña y mediana industria, las cooperativas, las cajas de ahorro, así como también la empresa familiar, la microempresa y cualquier otra forma de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo régimen de propiedad colectiva, con el fin de fortalecer el desarrollo económico del país, sustentándolo en la iniciativa popular."
Chávez fue el primero de los presidentes "parecidos a sus pueblos", y su personalidad fuerte pero entrañable permitió generar un vínculo especial con los entonces presidentes Néstor Kirchner y Lula da Silva, a partir del cual se comenzó a gestar la construcción de unidad regional, de identidad común, para enfrentar juntos desafíos trascendentes, asumir posiciones comunes en foros internacionales y fortalecer el rol de los organismos regionales.
Esta impronta irrumpe triunfante con el "No al ALCA" en Mar del Plata en el 2005, un punto de inflexión en la historia de la región, porque fue el "no" al imperio, y a George W. Bush, en su presencia. Pocos días después se transmitiría la primera señal de Telesur, un proyecto de Chávez con el propósito de lograr presencia internacional y proyección geopolítica, y muy bien recibido por los medios independientes de la región. El vocablo sur estuvo presente en las distintas acciones del nuevo estilo de integración latinoamericana, desde el Gasoducto del Sur, idea de Chávez, proyecto que debe seguir fomentándose, así como la creación del Banco del Sur, o la Unasur, que ha tenido un destacado papel en la solución de conflictos políticos en la región.
Fue Chávez el más convencido propagador de la idea bolivariana; en una visita al Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (CCC) en diciembre de 2007, Hugo Chávez –refiriéndose a la vigencia de la revolución bolivariana–, expresó: "Yo, modestamente, creo que es el mismo proceso, no es la primera ni la segunda, es la misma independencia que quedó trunca, un proceso que quedó trunco, que cayó al vacío. Pero hoy brota como los volcanes desde el fondo de ese vacío, para continuar construyendo ese camino de independencia para nuestros pueblos, ¡de independencia, libertad y desarrollo!"
Una idea bolivariana que quedó plasmada en la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), al reconocerse inspirados en la obra de los Libertadores, asumiendo plenamente su legado como acervo fundacional, así como el del Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, acto fundamental de la doctrina de la unidad latinoamericana y caribeña.
Fue un volcán de ideas para batallar contra la escasez de estas pues, como expresó en el CCC, "hay una crisis en el mundo, abierta desde hace varios años. Crisis económica, crisis política, crisis social. Ahora, la más grande de las crisis es la crisis de las ideas. ¡Allí está como la médula de todas las crisis!"
En esta actividad creativa, Chávez lanzó en 2001 la idea de lo que sería luego la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que se formalizaría en diciembre de 2004 con la firma del tratado constitutivo entre Hugo Chávez y Fidel Castro. Luego se incorporarían Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda.
Estamos despidiendo a un estadista que, al igual que el fallecido ex presidente Néstor Kirchner, seguirá siendo un referente notable de este tiempo, ícono del proceso de cambio que vive América del Sur.
10.03.2013 Cristina, Dilma, Raúl y Maduro, los continuadores del proceso de liberación Más allá de las consideraciones que se puedan hacer sobre la denuncia de Maduro sobre la posibilidad de que la enfermedad del Comandante Chávez haya sido provocada, es innegable que no es fácil esta sustitución en cadena de los fundadores de los procesos liberadores de nuestra Latinoamérica.
Por:
Marcelo Duhalde Durante más de 40 años se intentó el asesinato de Fidel, líder de la Revolución Cubana sin éxito, el imperialismo estaba convencido de que desapareciendo, se terminaba con el proceso liberador de la isla.
A fines de los '60 y en los años '70, con el apogeo del aparato represor creado a la medida por la Escuela de las Américas, la represión en nuestros países ahogó casi todos los movimientos de liberación existentes por medio del asesinato y la desaparición.
Cuba se mantuvo, y con el paso de los años surgió un nuevo líder latinoamericano para acompañar a Castro, Hugo Chávez, que provino de las filas del Ejército venezolano, como otros libertadores de nuestro continente. Comenzó un largo recorrido en el que se incluyó el mayor respeto por la democracia logrando convocar al pueblo de su país a más de 12 elecciones libres y transparentes. Sería muy difícil sintetizar los logros de su proceso en esta nota, pero si algo podemos decir es que le devolvió la dignidad a su pueblo y eso como emblema tiene haber llegado al analfabetismo cero.
La salud, la vivienda, la educación, pilares fundamentales del cambio ya son, y para siempre, patrimonio del pueblo venezolano.
A Lula le costó presentarse varias veces para poder llegar a la presidencia de su país, pero cuando pudo desarrollar el proyecto de cambio para Brasil, además de convertirlo en una de las diez potencias del mundo, instaló un modelo que hoy es defendido por el conjunto de la sociedad brasileña que apoyó la continuidad por medio de Dilma y en breve será refrendado nuevamente.
Cuando Néstor Kirchner se hizo cargo de la conducción del país, estábamos al borde de la desintegración, inmersos en la crisis más profunda que se recuerde y sin perspectivas de solución. Su convicción y fortaleza lograron sacar al país del infierno, como le gustaba decir.
Los lazos que estrecharon fueron auténticos, porque como dice Cristina, por primera vez los presidentes latinoamericanos se parecían a sus pueblos. La recuperación económica vino de la mano de la recuperación moral y ética, donde los Derechos Humanos juegan un papel fundamental dentro de las coincidencias más distintivas.
Los Derechos Humanos no son sólo la vigencia de las libertades públicas, es el derecho a la salud, a la vivienda, al trabajo digno, a la educación en condiciones de igualdad, a la integración, al respeto a la diversidad, al salario merecido y no explotado, a la identidad; todos logros que pueden verse con claridad en este proceso de desarrollo de nuestros países. Porque está tan claro el rumbo de la liberación de Latinoamérica, que los gobiernos que no respeten estos derechos y estas políticas son señalados y abandonados por el conjunto, como sucedió con Honduras.
Los sueños reaccionarios de la eliminación de la Revolución Cubana se desvanecieron como se esfumaron los intentos de derrocarlo a Chávez por los votos o las botas. También se agotaron los intentos de cooptar a otros mandatarios para los proyectos liberales y neocolonialistas. Lo que se cantó durante muchos años: "Alerta que camina la lucha popular en América Latina."
Sí, camina y no se detiene por más intentos que quiera hacer la derecha del continente dirigida y auspiciada por el imperialismo yanqui, más la poca ayuda de la calamitosa derecha europea hoy al borde del estallido social en su continente.
La incorporación de otros hermanos de nuestra región ha hecho que sea cada vez más solido nuestro bloque regional y que la Unasur, el Mercosur y la CELAC sean expresiones de pueblos que disputan la hegemonía de los supuestos países del primer mundo. Estos Estados, que con sus crisis en favor de los capitales concentrados y en contra de sus pueblos, no están en condiciones de pretender continuar siendo conductores del mundo.
El liderazgo continental del Compañero Chávez será remplazado por el de otro caudillo natural. Nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner será, sin lugar a dudas, una de las pocas personalidades que reúna todas las condiciones que exige ese rol, entre otras cosas porque tiene el reconocimiento internacional por lo hecho en nuestro país.
La transformación de nuestro país
Los cambios en lo cultural, económico y social que comenzó Néstor y que continúa profundizando Cristina, avanzan y la población acompaña; los resultados de hace un año y medio lo certifican y las próximas elecciones de este año lo van a corroborar. Pero no alcanza. Hay dos razones fundamentales que nos obligan a asegurar el futuro, la primera es que el enemigo no abandona, se agazapa y pretende actuar para recuperar el poder perdido. La segunda es por que venimos de un piso tan bajo, de una realidad tan desesperante que nos queda mucho por hacer. Néstor nos decía que harían falta veinte años de gobierno nacional y popular para poder llegar al fondo en los cambios necesarios. Han transcurrido sólo diez años, todavía nos queda la mitad de camino por andar. Convencidos de la justeza de sus palabras, hoy más que nunca, es que estamos ante la necesidad de que nuestra conductora pueda contar con la posibilidad de que el pueblo siga confiando en ella y la vuelva a elegir para conducir su destino.
La normativa actual es hija del neoliberalismo y del Pacto de Olivos, de los nefastos años noventa. Sancionada en 1994, más allá de algunas incorporaciones valiosas como los tratados internacionales de Derechos Humanos, institucionalizó el modelo de Estado mínimo y ausente que primó en esa década infame.
Nuestro país en los últimos años emprendió el camino de un modelo emancipador que está conformando una sociedad diferente a la de las décadas anteriores. Las normas no debe ser un corpus inamovible, sino que por el contrario debe ir acompañando e incentivando a los cambios de la sociedad.
Los dos años y medio que Cristina tiene de mandato por delante no van a ser suficientes ni para la Argentina ni para Latinoamérica, y es indispensable poder contar con ella para que su liderazgo conduzca este proceso de definitiva liberación nacional y crecimiento regional.
Dejar al pueblo expresarse y respetar su decisión es la condición básica de toda democracia.
09.03.2013 Venezuela: la oposición volvió a proponer a Capriles como candidato La MUD anunció que participará en las elecciones del 14 de abril en Venezuela para enfrentar a Nicolás Maduro. Capriles escribió en su cuenta de Twitter que analizará la decisión, pero se descarta que aceptará.
Henrique Capriles Radonski recibió de parte de la oposición venezolana la propuesta para que vuelva a ser su candidato presidencial en las elecciones del próximo 14 de abril, para enfrentar a Nicolás Maduro.
“Hemos acordado por unanimidad ofrecer la candidatura presidencial de la Unidad a quien fue nuestro candidato en la elección presidencial reciente”, anunció Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD). “Todos hemos reconocido que Capriles Radonski es la persona adecuada para encarnar esta candidatura”, amplió y prometió conformar “un Gobierno de unidad nacional, sin divisiones, sin exclusiones, sin discriminaciones, un Gobierno con todo y para todos los venezolanos”. "La unidad no arruga, se equivocan quienes creen que estas son adversidades que no vamos a enfrentar y vencer", dijo Aveledo ante la prensa nacional. Por lo pronto, Capriles escribió en su cuenta de Twitter: "Estoy analizando la declaración de la Presidenta del CNE y en las próximas horas le hablaré al país sobre mi decisión"
09.03.2013 Correa: “La historia dará a Chávez el lugar que le corresponde” El presidente de Ecuador dijo que su par venezolano era su "amigo" y "hermano" y aseguró que "hay hombres gigantes como él que parecen imprescindibles". Además, pidió "firmeza" para continuar "la construcción de la Patria Grande con la que soñó el comandante".
"Todos debemos ser necesarios, nadie debe ser imprescindible, pero hay hombres gigantes como Hugo Chávez que parecen imprescindibles", afirmó el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en su habitual presentación de los sábados por radio y televisión, pocas horas después de regresar de Caracas, donde asistió al funeral del líder bolivariano, al que consideró su "amigo" y su "hermano".
"Se nos fue Hugo, es difícil creerlo, es difícil asimilarlo, es difícil procesarlo", señaló, pero llamó a continuar con firmeza "la construcción de la Patria Grande, con la que soñó el comandante". "Probablemente es imprescindible porque permanecerá presente, porque no se nos va, continúa iluminándonos" y "ojalá protegiéndonos", aseguró, y concluyó: "Estamos seguros que la historia le dará el puesto que le corresponde, cuando cesen las pasiones". Fuente:InfoNews
09.03.2013 Maduro recibe a autoridades de China y Nicaragua en su primer día
El flamante presidente interino de Venezuela recibió al mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, a quien acompañó a visitar los restos del líder Hugo Chávez, y ratificó la alianza de cooperación estratégica con China en una reunión con funcionarios de ese país
Maduro inició su agenda al frente del Ejecutivo esta mañana, al tomarle juramento al hasta ahora ministro de Ciencia y Tecnología y yerno de Chávez, Jorge Arreaza, cuyo nombramiento como vicepresidente ejecutivo había sido anunciado anoche.
Más tarde, Maduro recibió a una comisión de funcionarios chinos, encabezada por el ministro Zhang Ping, miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de su país.
Junto a Arreaza y al canciller, Elías Jaua, Maduro analizó con los funcionarios asiáticos aspectos de la agenda bilateral.
“Les dijimos que muy pronto, luego de que nuestro país vaya a elecciones, iremos con el triunfo en la mano para ratificar, a nombre del espíritu del comandante Chávez, este camino por 100 años con China para siempre”, dijo Maduro.
“China es la garantía del desarrollo de la humanidad para los próximos siglos; estamos preparados para continuar trabajando en esa dirección y el mayor homenaje que le vamos a rendir al comandante Chávez es profundizar las relaciones estratégicas con la hermana China”, agregó.
China es el segundo socio comercial de Venezuela, cuya petrolera estatal PDVSA le exporta unos 600.000 barriles diarios de crudo “con planes de incrementar esta cantidad a un millón” para 2015, afirmó el canal Telesur en su sitio web. El intercambio entre ambos es superior a 12.000 millones de dólares por año, sostuvo la agencia española EFE.
En tanto, Maduro recibió a Ortega y lo acompañó a la capilla ardiente levantada en la Academia Militar, donde los mandatarios fueron recibidos por varios ministros y la madre del fallecido, Elena Frías.
09.03.2013
VENEZUELA Prosiguen las colas multitudinarias para despedir a Hugo Chávez
En el cuarto día de funeral de Hugo Chávez, continuaron las largas filas de ciudadanos que esperan pacientemente su turno para acceder a la Academia Militar de Caracas y pasar unos segundos frente al féretro
La columna incluso se extendió debido a la llegada incesante de contingentes de simpatizantes desde el interior del país, por lo que iba en aumento la cantidad de horas de plantón necesarias para saludar al líder.
El ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, afirmó que estudiaba la “posibilidad” de extender la vigencia de la prohibición de portar armas y de comercializar, distribuir y consumir bebidas alcohólicas, que hasta ahora rige entre el miércoles pasado y el martes próximo.
El calor y el sol fueron constantes desde que el último miércoles una multitud estimada en más de dos millones de personas comenzó a desfilar para despedirse del líder venezolano, que falleció el martes tras una larga convalecencia por cáncer.
En las inmediaciones de la Academia Militar, donde está montada la capilla ardiente, el Gobierno mantenía un operativo con baños portátiles y el suministro de bebida y comida para quienes hacen cola.
A lo largo de todo el recorrido necesario para despedirse del líder hay pantallas gigantes donde se exhiben constantemente videos de Chávez, que son saludados con cánticos y consigas de apoyo como la de “Chávez no murió, se multiplicó”.
Para esa multitud, Nicolás Maduro, quien anoche juró como presidente encargado de Venezuela y será el candidato del oficialismo para las elecciones presidenciales que se esperaba fueran convocadas hoy por el Consejo Nacional Electoral (CNE), ya es el virtual jefe del Estado que terminará el mandato de Chávez.
El propio líder ungió a Maduro como su heredero el último 8 de diciembre, horas antes de partir hacia Cuba para someterse a la cuarta y última operación que se le practicó para intentar detener el cáncer que se le detectó en junio de 2011.
“Chávez lo dijo, Maduro es su heredero y nosotros lo votaremos”, aseguró un joven vestido con la clásica remera roja de los chavistas y con la piel escaldada por las largas horas de cola bajo el sol. Según Reverol, las excepcionales medidas dispuestas por el gobierno para evitar disturbios seguían hoy a cargo de unos 122.000 funcionarios o efectivos de los cuerpos de seguridad ciudadana en todo el país.
Sólo en el Distrito Capital -el único de los cinco municipios que Caracas no comparte con el vecino estado Miranda- se desplegaron 12.000 efectivos en funciones de vigilancia y patrullaje.
Asimismo, en la avenida Los Próceres, por donde transcurre buena parte de la cola de personas que aspira a ver el féretro, había 1.200 efectivos de las fuerzas armadas y unos 1.500 “guardias del pueblo”, precisó Reverol.
Por otra parte, también había en el lugar funcionarios de Protección Civil, bomberos del Distrito Capital, y puestos de hidratación y de atención para personas extraviadas.
Fuente:Telam OPINION UN GRANO DE TRIGOPor Federico Pagura*
No es pura casualidad que la partida del Presidente Hugo Chávez se produzca en un tiempo de profunda reflexión que es la Cuaresma y en los umbrales de una nueva Pascua de Resurrección, porque Jesús dijo¨ "Les aseguro que si un grano de trigo no cae en tierra y muere, sigue siendo un solo grano, pero si muere da abundante cosecha" (S.Juan 12:24).
Y así será la multiplicación de vidas y sociedades transformadas por la vida coherente de este genuino creyente que trabajo hasta la muerte, por la justicia y por la paz en nuestra patria Latinoamericana y Caribeña, y al servicio de ese "Otro Mundo Posible" que proclamamos desde Porto Alegre. En el año 2008 junto a Nora Cortiñas en el palco presidencial en Caracas, estrechamos sus manos y le invitamos a visitar nuestra ciudad de Rosario, Cuna de la Bandera y del Che, cosa que mucho hubiera deseado. No pudo ser así, pero ahora nuestro duelo y mejor homenaje como santafecinos y argentinos será, superando mezquindades y soberbias personalistas o partidistas, construir la Patria Grande que Dios y nuestros próceres y profetas seguirán soñando y demandando de esta generación sacudida pero también privilegiada. Ya no más postrados, los hijos de este continente Latinoamericano y Caribeño, de pie pueden cantar como nos enseñó ese canta-autor profeta Venezolano, Alí Primera: "Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos... Vamos, vamos compañeras, vamos vamos compañeros...."
*Obispo (E) Iglesia Evangelica Metodista Argentina. Fuente:Rosario12 HUGO CHAVEZ Y NESTOR KIRCHNER SAN MARTIN Y BOLIVAR NO SEMBRARON EN EL DESIERTO Por Eduardo Román Di Cola* Una vez más la historia de amor de un pueblo se repite Nosotros lo vivimos con la lógica conmoción de la desaparición de un amigo de la Patria, que a la vez nos rememora nuestras grandes pérdidas inolvidables. El pueblo venezolano está escribiendo la misma historia que nosotros entre lágrimas, reconocimientos y agradecimientos escribimos con Hipolito Yrigoyen, Evita, Juan Perón y Néstor Kirchner. Todos tuvieron el cariño del pueblo, y todos tuvieron los mismos enemigos. Los que no dudan en acudir a sus actitudes más crueles para defender sus mezquinos intereses contrarios a los de la Nación. Los que para disimular el rechazo que las grandes mayorías les prodigan, sin ponerse colorados no dudan en elogiarlos después que en vida los agraviaron, persiguieron, insultaron y derrocaron. “Viva el cáncer” escribieron en las paredes los que después para congraciarse con el pueblo hablaban bien de Evita. Ante lo irreparable de la muerte se esfuerzan en mostrar su cara más humana. Pero aunque el pueblo en su bondad lo disimule, los conoce y es consciente de quienes son los que verdaderamente defienden los intereses Nacionales. El despertar de las consciencias, la revalorización de la autoestima como sociedad y ser parte de un proyecto colectivo, es un paso del que es imposible regresar. Ese es el corazón de la revolución que llevó adelante Hugo Chávez, como en otra etapa histórica lo hizo Juan Perón en Argentina. En el despertar de las consciencias latinoamericanas, está la fuerza de un proceso que tiene en Hugo Chavez y Nestor kirchner como a sus principales artífices. San Martín y Bolívar no sembraron en el desierto. *Diputado Nacional (MC)
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