Maduro lanzó su candidatura presidencial
Tras jurar ante los comunistas profundizar la Revolución Bolivariana, Maduro admitió, entre lágrimas, que es una verdad de Perogrullo que él no es Chávez, hablando del carisma del líder fallecido.
El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó que hoy inscribirá su candidatura a los comicios presidenciales para el 14 de abril por orden del comandante Hugo Chávez y aseguró que, en caso de ganar las elecciones, conducirá la transición del país caribeño al socialismo. Al aceptar la nominación a la presidencia como candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Maduro aseguró que no tiene aspiraciones personales y que llegó a la posición de presidente encargado por mandato de Chávez, quien murió el martes pasado. En un discurso ante la XII Conferencia del PCV, la cual lo apoya y lo hizo formalmente su candidato para las presidenciales, Maduro insistió en que necesita el apoyo del pueblo, de todas las fuerzas revolucionarias.“Le pido fuerza y apoyo a nuestro pueblo. Yo soy un hombre de la calle, yo no voy a ser presidente a partir del 15 de abril porque tenga vanidades o aspiraciones personalistas. Soy presidente encargado, comandante de la fuerza armada y candidato a la presidencia porque así lo mandó Chávez y voy a cumplir sus órdenes”, dijo el mandatario en una asamblea del Partido Comunista de Venezuela.
Maduro pertenece al PSUV, que a su vez forma parte del Polo Democrático, una alianza que aglutina a socialistas, comunistas y otros organizaciones afines al fallecido presidente Hugo Chávez. Tras jurar ante los comunistas mantener y profundizar la Revolución Bolivariana, Maduro admitió, entre lágrimas, que es una verdad de perogrullo que él no es Chávez, hablando de la inteligencia, el carisma, la fuerza histórica, la capacidad de conducción y mando, y la grandeza espiritual del mandatario venezolano.
“Una cosa es que yo sea chavista”, y “otra cosa que alguien pueda aspirar a que Nicolás Maduro sea Chávez”, dijo aunque subrayó: “Todos juntos somos Chávez y por separado no somos nada y podemos perderlo todo”.
Maduro invitó al PCV a incorporarse formalmente a la dirección político-militar de la Revolución Bolivariana. El PCV considera que la lucha contra la corrupción y la ineficacia estatal es tarea de primer orden, así como que el gobierno llame a un debate nacional profundo sobre el socialismo, para aclarar el concepto, la naturaleza y el carácter de los obstáculos que en la actualidad nos separan de la posibilidad objetiva de esta condición, rezan las conclusiones de la XII Conferencia del PCV.
Maduro aceptó críticas que en nombre del PCV hizo Oscar Figuera, secretario general del Comité Central del partido aliado, y que el presidente encargado manifestó se analizarán en la dirección político-militar de la Revolución Bolivariana. También exhortó a Maduro a que el gobierno revise algunas medidas económicas que afectan al pueblo trabajador, de las cuales Figuera no dio mayores detalles.
El presidente encargado dijo estar satisfecho por el acercamiento del PCV y recordó que esa fuerza fue una de las primeras que expresó su apoyo a Chávez para las elecciones de diciembre de 1998, lo que a la postre representaría el primero de una serie de triunfos para el líder bolivariano.
En medio de gritos de los militantes comunistas de “Maduro, al yanqui dale duro”, el presidente interino pidió ayuda para continuar la transición al socialismo porque, según señaló, “aún seguimos en una sociedad capitalista”. La campaña electoral para el 14 de abril será relámpago, y se llevará a cabo por apenas 10 días, aunque comenzará el 2 de abril. Maduro podrá hacer campaña sin abandonar el cargo de presidente interino, según estableció una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Maduro, de 50 años, es un ex dirigente obrero, con formación marxista, que se inscribió en el sindicalismo siendo chofer en el transporte publico. Pasó de ser chofer de autobús del Metro de Caracas a diputado por esa región, luego se desempeñó como titular de la Cancillería y después fue presidente interino. Hoy revive el sueño de que la clase trabajadora lleve a uno de sus representantes al poder, como lo hizo en su momento el ex presidente Inacio Lula Da Silva en Brasil.
El presidente encargado estuvo muy cerca de Chávez durante toda su convalecencia por el cáncer. Antes de morir, el líder bolivariano llamó a sus partidarios a votar por Maduro en caso de que no superara la cuarta operación.
Venezuela intentará trabajosamente comenzar el lento retorno a la normalidad tras la muerte del presidente Hugo Chávez, cuando hoy se reanuden las clases y se cierre el plazo para inscribir las candidaturas a sucederlo en las elecciones del 14 de abril. Sin embargo, el epicentro emotivo del país continuará, al menos hasta el jueves, ubicado en la Academia Militar, donde ayer, al cumplirse el quinto día del velatorio, no cedía la afluencia de ciudadanos que forman colas de hasta 30 horas para despedir al líder fallecido.
Tanto la capilla ardiente como la amplia zona en la que se forma la fila de quienes aspiran a ver por última vez los restos de Chávez son escenario de tristeza y dolor, pero también de orgullosas manifestaciones de lealtad y fidelidad al presidente fallecido. La música que suena –cada tanto en la capilla, todo el tiempo afuera– no es sacra, sino la alegre y vigorosa llanera, en muchos casos con letras adaptadas a las consignas de las últimas campañas electorales o de homenaje a Chávez.
Maduro visitó en la madrugada de ayer la capilla ardiente, esta vez acompañado por su esposa, la procuradora general de la República, Cilia Flores; el vicepresidente ejecutivo, Jorge Arreaza, y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba. Allí se vivió un momento emotivo cuando el teniente Juan Escalona, edecán de Chávez, entonó frente al féretro, con micrófono y secundado por músicos, el joropo “Alma bolivariana”, del popular cantante y compositor Reynaldo Armas.
“Con todo el honor para mi comandante en jefe”, expresó antes de cantar, y al final de la letra, que afirma que “el alma bolivariana todavía sigue en acción”, le añadió: “El alma chavista todavía está en revolución”. Más tarde se celebró en la capilla ardiente una misa en la que la ministra de la Juventud, Maripili Hernández, cantó canciones del célebre compositor y activista comunista Alí Primera –fallecido en 1985–, como “La patria es el hombre” y “Los que mueren por la vida”.
Capriles también se anota
El gobernador Henrique Capriles Radonski confirmó anoche que aceptó ser el candidato que enfrentará al presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, en las elecciones presidenciales donde se escogerá al sucesor del fallecido mandatario Hugo Chávez. El anuncio se hizo en una declaración ante la prensa nacional y extranjera, en la que acusó al oficialismo de estar en campaña mientras el país se encuentra de luto por la muerte de Chávez y de haber calculado miliméricamente las circunstancias relacionadas con la enfermedad del mandatario para llamar a los comicios.
El líder de la oposición venezolana aceptó llevar la bandera de la alianza Mesa de Unidad Democrática (MUD) en las elecciones del 14 de abril tras la muerte de Chávez y acusó al gobierno de mentirle al país sobre la fecha del fallecimiento del mandatario. El anuncio confirmó que la disputa electoral será entre Capriles y el presidente encargado Nicolás Maduro, quien recibió el aval del oficialismo por el propio mandatario cuando se encontraba en La Habana.
Asimismo, Capriles acusó a Maduro de manipular la muerte de Chávez para cuadrar todo el esquema electoral a su favor, siguiendo los lineamientos de Cuba. También afirmó que Chávez había muerto antes de la fecha en la que Maduro lo anunció al país, el martes pasado. “El presidente se fue el 8 de diciembre (a operarse a Cuba) y durante semanas salían los voceros del gobierno diciendo que se habían reunido con el presidente por cinco horas. Mentira”, disparó en un mensaje al país. Capriles dijo que hoy a la tarde inscribirá su candidatura y que lo hará en una reunión sobria, respetando el luto por la muerte de Chávez.
Por otra parte, la ex candidata María Bolívar, del Partido Democrático Unidos por la Paz y la Libertad (Pdupl), anunció que hoy volverá a postularse como candidata presidencial de Venezuela tras hacerlo el 7 de octubre. Mientras tanto, Luis Reyes, otro de los seis aspirantes en los anteriores comicios, adelantó no se presentará.
“Confío en que me irá mejor que hace cinco meses. Siempre confío, nunca dejo de confiar, pero lo que pasa es que nada en la vida es fácil ni gratis”, dijo Bolívar. La abanderada del Pdupl, de 38 años y propietaria de la panadería “Mayami” de la ciudad de Maracaibo, agregó que viajaría para inscribirse formalmente en la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE). Bolívar cosechó 7378 votos, un 0,04 por ciento en las elecciones del 7 de octubre, ganadas por el presidente Hugo Chávez. El cuarto candidato más votado en los comicios fue el evangelista Luis Reyes, por quien votaron 8214 personas (0,05 por ciento), y que aseguró ayer que participará como un simple elector y que como tal apoyará al aspirante oficialista, Nicolás Maduro, heredero de Chávez.
Si yo me callo
Por Guido Croxatto *
El dolor merece respeto en una sociedad que se dice “democrática”. Claro que el que dice “despilfarró dinero” o “no sabía gobernar” no lo ve. Porque no entiende qué era Chávez para mucha gente: era la siempre negada posibilidad de la Palabra. La siempre negada posibilidad de un derecho. Tener derecho a existir. A tener voz. Pensamos que todo buen gobernante debe ser lo que cierto sector entiende que debe ser un “buen gobernante” (el mismo sector que silenció las atrocidades de la dictadura mientras habla en nombre del Estado de derecho), de este modo se releva lo poco “democrática” que es su visión de la “democracia”. Taparon el proceso en el país, y luego acusan a la democracia de ser una “dictadura”.) La inversión de las palabras no es inocente ni es casual: la muerte de Chávez es un dramático ejemplo. Chávez luchó contra la inversión de la palabra, una de las grandes maldiciones de América latina. Las venas abiertas de la riqueza son las venas abiertas de nuestra palabra, las inversiones y robos de la palabra prohibida. Donde Massera era un “profesional”. Donde Cristina es una “dictadora” y Videla un “señor”. La primera tarea del derecho es reconstruir el lenguaje. Recuperarlo.
Olvidamos con enorme facilidad. Autoritario es el silencio. El autoritario no pone palabra. Pone olvido. Desaparece. La palabra es la no desaparición. La palabra representa. Chávez puso la palabra, para poner derecho. Como primer paso para ver. Puso conciencia. Identidad. Ser. Puso Futuro. Autoritario es el que habla cuando se le dice y se le ordena que debe callar.
“Si yo me callo hablarían hasta las piedras”, le respondió Chávez al rey de España, que lo mandó silenciar, como tantas veces en la Historia con América latina, que fue silenciada y colonizada y callada por el poder. No casualmente dijo “no hay presente sin pasado”, el pasado importa. Explica lo que somos. Eso era lo que molestaba: que Chávez no callaba. Decía muchas cosas que muy pocos tienen el valor de decir. Demasiado pocos para este mundo repleto de injusticias, de abandonos, de bolsones de pobreza/indignidad que la civilización y el progreso no miran. No ven. No asumen. No tienen voz. Desaparecen. No salen en los diarios. Viven al margen del “crecimiento” y la “cultura”. Mientras el pobre se quede callado, el discursito del manual funciona. Cuando el pobre sale a la calle a reivindicar un derecho el discurso se desvanece. El pobre que habla es un pobre que comete un error ideológico, nos “desune” (se “rebela”, qué quiere, ¿derechos?), que es “división”. El pobre que habla por definición “nos divide”. El pobre por definición no habla. La palabra no es su terreno. Su tarea no es hablar: su tarea es ser pobre, para eso es pobre. Para estar callado. Por eso el derecho no lo alcanza: porque no existe. Nadie lo ve. El problema es que el pobre a veces comete un error: habla. Se pone de pie. De esos momentos pende la Historia.
Chávez dijo unas últimas palabras: “Por favor, no me dejen morir”. Son palabras emotivas. Podemos tomar esas últimas palabras y decir: no lo vamos a dejar morir. Usted deja un lenguaje. Muy pocos lograron eso en el tiempo del biopoder/biopolítica, el tiempo del derecho penal del enemigo, muy pocos tienen valor-palabra-para decir. Para levantar la voz. Pero hay algunos que siguen hablando, incluso después de asesinados. Hablan cada vez más fuerte. Con más claridad. Con más valentía. Argentina lo sabe: está empezando no ya a “juzgar”, sino a escuchar a esos silenciados que son los desaparecidos. Hay una segunda etapa después de los juicios (esa segunda etapa es la “justicia legítima”), y es aprender a escuchar lo que no podía ser escuchado. Lo que fue desaparecido para que nadie lo escuchara. Después del juicio viene la voz. Después de la justicia viene la palabra. Una voz está empezando a emerger del fondo del río. Poetas como Luis Elenzveig (abogado) que fueron asesinados, o como Pargaso Money, están refundando nuestro derecho. Ellos son el nuevo derecho. La justicia legítima trae una nueva palabra que el derecho, durante mucho tiempo, se resistía a oír. La palabra es esencial para verse. Para reconocer al otro. Para salvarlo.
Chávez era un orador. Un político en el sentido genuino de la palabra. Un líder. Sabía que sin política no hay palabra. Y que sin palabra no hay político. Chávez nos enseñó una nueva forma de pensar el Derecho. Si yo me callo se debe reformular ahora: si yo me callo se callan los que hablaban conmigo. Los que yo nombro, los que hablaban en mí, los que sólo yo decía quedarán callados. No permitan eso. “No me dejen morir.” Son los que salen a llorar. Porque saben que no murió Chávez, que lo que está en juego, la que puede morir ahora, es su palabra (por eso otros festejan: saben que ahora con la muerte sobreviene el “silencio” de los “negros”, el “clima de negocios”, la llamada “nueva era”, el “futuro”). Eso es lo que los venezolanos están evitando: que les impongan el silencio. Que les impongan la pobreza de la mano que no se ve. El silenciamiento. La miseria muda de la República que se acuerda de ellos como delincuentes. Pero nunca como personas.
Chávez no era autoritario. Chávez, como dijo Lula, era un luchador. Autoritario era Videla. Autoritario es lo que muchos llaman sus meros “excesos”. Eso es ser autoritario. Hablar de los “excesos” de la dictadura. No reconocer –seguir con la lógica de tapar– los más aberrantes crímenes. La exageración es la contracara de lo que se silencia. Lula dijo que Chávez era “demonizado”. Bourdieu iría más allá y diría que la acusación de autoritario a Chávez es la contracara cómica pero necesaria del silencio del verdadero autoritarismo, que la prensa jamás denuncia (si hubieran defendido a los desaparecidos con la mitad de pasión y urgencia con que defendieron a los supermercados, cuánto más digna sería nuestra palabra). Cortázar lo diría aún mejor en Años de Alambradas Culturales: diría que usan mal las palabras a propósito, para confundir. Porque su misión es el silencio. Divulgar el silencio. No la palabra. Mucho menos la verdad. Por eso borraron a los poetas (porque la palabra del poeta genera conciencia, la palabra del poeta genera derechos). Por eso Chávez era “autoritario”. Porque Chávez era palabra y les desnudaba su silencio revestido. Velado. Y mediocre. Porque dejaba en evidencia a los que malversan palabras. A los que olvidan que la palabra sólo tiene sentido cuando se dirige a otro silenciado, desaparecido (en eso la palabra es igual que la política). La palabra final es de Venezuela. Una mujer se tapaba la boca compungida y extendía un cartel en un balcón de Caracas: “Gracias por todo lo que nos enseñaste y nos diste”. “Coraje y amor.” Otra mujer, citada por el diario La Nación: “El hablaba mucho ¿sabe? Voy a extrañar su voz, sus canciones, sus chistes, sus palabras, como habla el pueblo”. Lula dijo que hacen falta muchos años para que aparezca un ser así. Es lo mismo que se dice de los poetas: los pueblos tardan mucho tiempo en hacer un poeta. Pero cuando lo hacen, su voz, la voz del pueblo, es inapelable. Ningún cáncer la mata.
* Asesor de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
En torno de lo que no estuvo bien
Por Vicente Battista
Acabo de leer “No estuvo bien”, la nota de Santiago O’Donnell que publicó Página/12 el domingo. Advierto que, con argumentos que acaso fundamenta, se inquieta porque el gobierno de Venezuela ocultó lo que se creía era la convalecencia de Chávez, que O’Donnell bien podría llamar agonía. El mundo entero sabía que Chávez estaba pasando por un trance muy duro, del que tenía muchísimas más posibilidades de quedarse por el camino que salir victorioso. Esta última circunstancia inquietaba enormemente a la oposición, de ahí que a voz en cuello pidiesen información minuto a minuto del enfermo, no porque les preocupara su estado de salud, sino para recuperar el poder que habían perdido en las urnas. Recordemos que a Fidel Castro, desde que en 2006 se hizo pública su enfermedad, numerosos medios del mundo entero lo vienen matando sin mayor éxito. El diario El País de España no vaciló en publicar una foto falsa de Chávez a fin de que no quedasen dudas de cuál era el estado del presidente y, de paso, demostrar de qué modo el Estado que presidía Chávez ocultaba la verdadera verdad.
A O’Donnell, con razón, le inquieta el modo en que ciertos regímenes encubren la salud de sus funcionarios. Dice: “Salvo en Corea del Norte, Irán, Cuba y países por el estilo, cuando una persona importante se enferma, ni hablar el presidente, se estila que el médico que lo trata o jefe del equipo médico informe periódicamente sobre el estado de salud del paciente”. Tal vez convenga recordar que el desatino de ocultar la enfermedad del presidente, del rey, del primer ministro, del ayatola o de cómo se denomine a quien sostenga el poder, es común en todos los gobiernos, sin que importe la ideología política que cada uno de ellos sustente. El líder es quien sostiene el poder y la debilidad de ese líder supone la debilidad del país. Desde 1981 hasta 1995, nada se dijo en el Palacio del Eliseo acerca del cáncer de próstata que sufría el presidente Mitterrand: el gobierno de Francia guardó silencio durante catorce años. Un silencio idéntico al que supo tener la Casa Blanca durante el mandato de Ronald Reagan: a lo largo de diez años el gobierno de los Estados Unidos de América ocultó el mal de Alzheimer que padecía su presidente; el sinceramiento vino después de su muerte, en las exequias fúnebres, la viuda Nancy Reagan declaró: “Mi familia y yo queremos que el mundo sepa que el presidente Ronald Reagan falleció después de diez años con la enfermedad de Alzheimer”.
Confieso que no soy un asiduo lector de las notas de O`Donnell, pero doy por descontado que en su momento habrá denunciado, con el fervor que ahora lo hace, los silencios de Francia y de los Estados Unidos de América. Noto que también le preocupan las intrigas palaciegas que, dice, se están produciendo en torno de quien debería presidir el gobierno de Venezuela hasta el 14 de abril, fecha fijada para las nuevas elecciones. No quiere que se produzca, doy por descontado, una suerte de fraude electoral similar al que permitió que George Bush se quedara con la presidencia de los Estados Unidos de América, que le correspondía asumir a Al Gore y que, no dudo, O’Donnell habrá denunciado en su día.
En “No estuvo bien” se pregunta si los ocultamientos y las mentiras del actual régimen venezolano se hacen con el fin de “preservar los grandes logros de la Revolución Bolivariana”. Omite informar acerca de esos logros y de inmediato ofrece un inventario de terror que incluye “el fracaso económico, el dólar en negro, la inflación record, la criminalidad record, la corrupción, las valijas, las patotas armadas que fungen de milicias chavistas, la Corte Suprema de mayoría automática, el odio hacia Estados Unidos cuando le vende todo su petróleo a Estados Unidos, el enfrentamiento con las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, ignoremos que no hubo dictador en el mundo que Chávez no abrazara”.
Aquí me detengo porque por fin advierto que O’Donnell está mirando una Venezuela distinta a la que ven millones de venezolanos. Me refiero a esos hombres, mujeres, niños y niñas que desde hace días sufren por la muerte de su líder, pero que, por fortuna, no se quedan únicamente en el dolor: han recuperado la dignidad perdida, aprendieron a leer y a escribir, sienten real orgullo de su país y no están dispuestos a perder ni un poquito así de todo lo que han conquistado. El próximo 14 de abril demostrarán, sin violencia, que todo estuvo bien.
Fuente:Pagina12
entre los cientos de miles de fieles al comandante que se movilizaron
Hubo opositores que se "infiltraron" en los funerales de Hugo Chávez
Por morbo, curiosidad o el mero hecho de ser testigos de un momento histórico, muchos contrarios al mandatario bolivariano no quisieron perderse la oportunidad de ver sus restos.
Por: Angel Alberto González
Caracas, Venezuela / Dpa
El fallecimiento el martes pasado del presidente venezolano Hugo Chávez a raíz de un cáncer que lo obligó a someterse a cuatro operaciones en Cuba en los últimos 18 meses, hizo que cientos de miles de sus fieles se movilizaran para despedir sus restos, pero también dejó una postal todavía más curiosa: la de aquellos opositores que sintieron la necesidad de ver por última vez al líder bolivariano.
Movidos por la curiosidad, o el morbo, o una especie de simpatía tras su muerte o simplemente por ser testigos del momento histórico, muchos opositores decidieron "infiltrarse" dentro de la marea roja que le dio un último abrazo al fallecido líder.
"Me provocó venir acá a ver a Chávez por vivir el momento, esto es algo histórico y no creo que Venezuela viva un funeral así en muchas décadas", aseguró Miguel Rodríguez, un comerciante de 32 años, a la salida de la capilla ardiente en la que reposaban los restos de Chávez. El comandante bolivariano falleció el martes a los 58 años tras luchar contra un cáncer en la zona abdominal que le fue detectado a mediados de 2011.
"La verdad es que todavía no me creo que Chávez haya muerto, que después de 14 años (siendo presidente) Chávez ya no vaya a estar acá", relató Alejandra, una estudiante universitaria de 22 años que prefirió no revelar su apellido y no tiene recuerdos sobre la Venezuela pre Chávez.
Los antichavistas entrevistados por Dpa que asistieron a las exequias evitaron concurrir usando las prendas rojas adornadas con el rostro de Chávez que suelen caracterizar al oficialismo o llevar el brazalete con el tricolor de la bandera venezolana, como hicieron miles de chavistas. Por el contrario, los opositores prefirieron ir vestidos con un negro sobrio o usar prendas más genéricas como la camiseta "vinotinto" de los equipos deportivos venezolanos.
"Yo no me vestí de rojo ni me puse una camisa de Chávez, me puse la vinotinto, que es algo muy venezolano", explicó Santiago Colmenares, un ingeniero de 28 años, quien –al igual que los otros entrevistados–sentía un poco de miedo tanto por ser identificado por los chavistas en el funeral como por sus amigos opositores posteriormente.
Pero, ¿valió la pena ver al personaje que en muchos casos fue odiado por los opositores? "Sí, aunque fuese por (verlo) unos diez segundos, valió la pena, realmente lo peor de todo fue la espera de ocho horas para llegar hasta el ataúd", apuntó Colmenares.
Pese a esta muestra de solidaridad, ninguno de los entrevistados cambiará su visión política. Al contrario, en las próximas elecciones presidenciales, el próximo 14 de abril, votarán por el probable candidato opositor, el gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles Radonski.
"Pues claro que votaré por Capriles, Nicolás Maduro es un hombre que no tiene ningún tipo de habilidad política y sólo está ahí (como presidente encargado y candidato oficialista) porque lo escogió Chávez", fustigó Miguel Rodríguez.
Antes de su recaída final en diciembre pasado, el líder bolivariano había anunciado su decisión de elegir a su vicepresidente, Nicolás Maduro, como sucesor en caso de un desenlace fatal de su enfermedad. Así, Maduro juró el viernes como presidente en funciones por la Asamblea Nacional (Congreso unicameral).
¿Y qué pensaron al ver a Chávez por última vez? La mayoría asegura que sus sentimientos tendieron a la condescendencia y el perdón. "Yo cuando lo vi, me persigné y pensé: 'que Dios te perdone por todo el odio que sembraste entre los venezolanos'", rememoró Alejandra.
Fuente:TiempoArgentino
La derecha mediática y el odio hacia Hugo Chávez
El odio de la derecha mediática al líder bolivariano
Hugo Chávez viene de larga data, desde que se sublevó el 4 de febrero de 1992 contra el gobierno del social-demócrata Carlos Andrés Pérez que con un discurso progresista profundizó las políticas ajustistas y hambreadoras del Fondo Monetario Internacional en Venezuela.
Por: Jorge Muracciole
El odio de la derecha mediática al líder bolivariano Hugo Chávez viene de larga data, desde que se sublevó el 4 de febrero de 1992 contra el gobierno del social-demócrata Carlos Andrés Pérez que con un discurso progresista profundizó las políticas ajustistas y hambreadoras del Fondo Monetario Internacional en Venezuela. Esa derrota militar, Chávez supo transformarla en triunfo político en las elecciones del 6 de diciembre de 1998, con el 56,44% de los votos y como candidato del Movimiento Quinta República (MVR). Entonces, de acuerdo con las encuestas, dos tercios de los venezolanos no creían en los partidos políticos como institución y a ellos les propuso refundar el Estado y acabar con las corruptelas. Una vez en la presidencia, su primer decreto consistió en la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
Con su política de transformación que rompió la monotonía del discurso neoliberal único, que colonizaba las prácticas políticas en gran parte de la geografía de Latinoamérica, en soledad fue capaz de dar una batalla que se consideraba imposible por la casta de políticos dóciles a la marea neoliberal de los años noventa, o utópica para los progresistas que, aggiornados por la globalización cultural, inventaban el centro-izquierda como forma de no inquietar a los poderes corporativos, y colocaban en el lugar de los trastos viejos a la militancia de base, remplazándola por los operadores políticos y los lobbies con los medios de comunicación hegemónicos.
Chávez demostró al mundo globalizado que era posible marcar distancia de la hegemonía de los centros financieros internacionales y eso fue imperdonable para el establishment, las oligarquías nativas y las corporaciones mediáticas internacionales.
El odio hacia su figura se acrecentó con la llegada de Lula al poder en Brasil y Néstor Kirchner en Argentina, el triunfo del gobierno multicultural de Evo Morales en Bolivia, la revolución ciudadana en Ecuador, y con el Pepe Mujica en Uruguay, haciéndose así posible la unidad sudamericana. Tras el boicot al ALCA, el nacimiento de la UNASUR se convirtió en una herramienta estratégica, que fortaleció la autonomía política ante la colonizada OEA.
Pero, ¿cuál ha sido el centro de las campañas que durante la última década y media golpearon la figura y las políticas de Hugo Chávez en la prensa hegemónica a escala planetaria? El resurgir del "populismo" en la América del Sur era su gran preocupación.
Para la derecha de los países centrales y la sometida social-democracia europea, toda experiencia que se aleje de los cánones de la democracia formal es vista como una "anomalía pre-democrática". Desean democracias regidas por la ficción de la seudo división de poderes en las que en última instancia, más allá de los resultados electorales, los gobiernos terminan implementando los planes moldeados por los intereses de las corporaciones financieras.
En su eurocentrismo exacerbado, los mass media del viejo continente hicieron hincapié en los espontáneos y confrontativos discursos del líder bolivariano, para cincelar en base a una ponderación maliciosa de los rasgos más folklóricos de Hugo Chávez, "un personaje extravagante", al cual vaciaban de contenido, destacando las formas y no la sustancia de sus políticas autónomas de los centros de poder; tergiversando su ideario latinoamericanista, acusándolo de perseguir intereses hegemonistas, en una suerte de "colonialismo petrolero". Lo acusaban de estar anclado en el pasado al recrear los conceptos del Socialismo del Siglo Veintiuno, inquietos ante un líder de masas que en plena posmodernidad afirmaba que era posible la transformación de las estructuras capitalistas.
No le perdonaron su estilo plebiscitario de gobierno y su ratificación a lo largo de 14 años, en más de una docena de contiendas electorales, con recurrentes derrotas de sus aliados del liberalismo vernáculo en el interior de la Venezuela Bolivariana.
El odio de la derecha mediática llegó a su extremo en plena enfermedad del líder bolivariano, al falsear una foto que publicaron en portada de un supuesto Chávez entubado en terapia intensiva que recorrió el mundo y como un búmeran informativo dejó al descubierto la falta de ética de los adalides de la libertad de prensa occidentales, con el prestigioso diario El País a la cabeza.
Pero esa campaña mediática en más de diez años no se ha detenido ni con el luctuoso límite de la muerte del carismático Hugo Chávez ocurrida el martes 5 de marzo: el amarillismo mediático y los trascendidos de las últimas semanas sobre su muerte prematura en Cuba, o el fantasmagórico "viaje secreto" desde la isla caribeña del cadáver de Chávez, instalando la versión el último viernes en el portal del diario ABC de España, que el féretro paseado por las calles de Caracas, venerado por una multitud acongojada desde el hospital a la institución militar donde se lo veló, se encontraba vacío. Esos despropósitos mediáticos son parte de la carroña informativa, perpetrada con el único objetivo de intoxicar a la opinión pública internacional, y crear un clima de sospecha sobre todo lo que rodeó la vida y la muerte del líder revolucionario.
Pero la realidad es de vez en cuando más fuerte que cualquier intento manipulador: hasta en una columna del diario El País, el columnista Juan Jesús Aznarez debió admitir mas allá de sus críticas que Hugo Rafael Chávez Frías "…fue un jefe brillante, imprevisible, contradictorio, errático, construido para la confrontación".
Fuente:InfoNews
10.03.2013
ADIÓS A CHÁVEZVenezuela trata de volver a la normalidad tras la muerte de Chávez
El retorno a la normalidad tras la muerte del presidente Hugo Chávez será lento y trabajoso, cuando mañana se reanuden las clases y se cierre el plazo para inscribir las candidaturas a sucederlo en las elecciones del 14 de abril.
Sin embargo, el epicentro emotivo del país continuará, al menos hasta el jueves, ubicado en la Academia Militar, donde hoy, al cumplirse el quinto día del velatorio, no cedía la afluencia de ciudadanos que forman colas de hasta 30 horas para despedir al líder muerto.
Tanto la capilla ardiente como la amplia zona en la que se forma la fila de quienes aspiran a ver por última vez los restos de Chávez son escenario de tristeza y dolor, pero también de orgullosas manifestaciones de lealtad y fidelidad al presidente fallecido.
La música que suena -cada tanto en la capilla, todo el tiempo afuera- no es sacra, sino la alegre y vigorosa llanera, en muchos casos con letras adaptadas a las consignas de las últimas campañas electorales o de homenaje a Chávez.
El presidente interino, Nicolás Maduro, visitó esta madrugada por enésima vez la capilla ardiente, esta vez acompañado por su esposa, la procuradora general de la República, Cilia Flores; el vicepresidente ejecutivo, Jorge Arreaza, y la exsenadora colombiana Piedad Córdoba.
Allí se vivieron dos momentos especialmente emotivos: el primero, cuando el teniente Juan Escalona, quien fue edecán de Chávez, entonó frente al féretro, con micrófono y secundado por músicos, el joropo “Alma bolivariana”, del popular cantante y compositor Reynaldo Armas.
“Con todo el honor para mi comandante en jefe”, expresó antes de cantar, y al final de la letra, que afirma que “el alma bolivariana todavía sigue en acción”, le añadió: “El alma chavista todavía está en revolución”.
El otro se registró cuando Maduro recorrió un buen tramo de la zona de la fila de quienes esperaban para dar el último adiós a Chávez, y saludó cálidamente a muchos de ellos.
Más tarde, esta mañana, se celebró en la capilla ardiente una misa en la que la ministra de la Juventud, Maripili Hernández, cantó acompañándose con guitarra canciones del célebre compositor y activista comunista Alí Primera -fallecido en 1985-, como “La patria es el hombre” y “Los que mueren por la vida”.
También el sacerdote que celebró el oficio entonó en varias ocasiones “Patria, patria, patria querida”, la misma canción que Chávez había interpretado la última vez que apareció en público, el 8 de diciembre pasado, cuando anunció que debía ser operado nuevamente.
Mientras tanto, seguía siendo incesante la afluencia de ciudadanos de todo el país que llegaban a las inmediaciones de la Academia Militar con el propósito de despedir los restos de Chávez, para lo que debían esperar hasta 30 horas en ordenada fila.
La espera -que durante buena parte del día debe cumplirse bajo un sol muy riguroso- era matizada por consignas tales como “Con Chávez y Maduro el pueblo está seguro”, “Capriles, no te vistas que no vas, tenemos un presidente que se llama Nicolás” y “Chávez lo dijo duro, el hombre es Nicolás Maduro”.
También por una pragmática camaradería que llevó a varios a organizarse para que algunos durmieran unas horas mientras otros seguían haciendo la fila.
Tanta espera era coronada por unos pocos segundos frente al ataúd, en una marcha que prácticamente no se detenía porque los custodios se encargaban de que así fuera.
En tanto, Venezuela tratará mañana de comenzar el retorno a la normalidad. Las cuatro líneas de subterráneo, así como las de ómnibus y metrocables vinculadas, volverán a cobrar el boleto, que fue gratis hasta hoy con el propósito de facilitar la concurrencia a la Academia Militar.
La ministra de Educación, Maryann Hanson, aseguró que mañana se reiniciarán las clases “en todos los niveles y modalidades del subsistema de educación básica y todo el sistema educativo”.
“Queremos desmentir categóricamente estas versiones que están circulando” sobre la posibilidad de que se prorrogara la suspensión de las clases, dijo Hanson.
Asimismo, buena parte de la militancia oficialista se concentrará por la mañana en la plaza Diego Ibarra, frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), para acompañar a Maduro, quien cumplirá el trámite de inscripción de su candidatura para las elecciones presidenciales del 14 de abril.
Fuente:Telam
CHAVEZ, UN LEGADO DE DIGNIDAD PARA UN CONTINENTE
Juan Carlos Monedero
Profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid
"Chávez nuestro que estás en los pueblos". El pueblo, en la calle, reza por Chávez. La espiritualidad se mete en el corazón de los pobres. Tienen mucha necesidad. También se mete en su corazón la gente que se la juega por ellos. Y eso era Chávez: un hombre que se la jugó por su pueblo. Por su pueblo y por los pueblos de la América. Es con Chávez que los pueblos de América se han vuelto a reconocer. La oposición le criticaba la "regaladora" de dinero a los países hermanos. "Diplomacia del petróleo", la denostaban. Chávez sabía que no se salvaba un pueblo solo. Se tenía que salvar todo el continente. ¿No es eso lo que Europa le pide a Merkel? Pero Merkel no es Chávez. Hace falta gente honesta que reconozca que Chávez hizo lo que aquí estamos reclamando. Suramérica, hoy, llora pero crece. Europa sigue arrogante y se hunde.
Venezuela, siempre ha visto en su historia cómo dios dormitaba en las lujosas estancias del norte. Siempre ha necesitado de santos para poder avanzar con esperanza. Santos de a pie y a caballo. Porque por la libertad se pelea. Hoy, Chávez ya está en ese panteón en el que hacía casi un siglo nadie entraba. Entendió a su pueblo. Se ha hecho uno con él. Salvó a su pueblo y su pueblo lo salvó a él cuando el golpe. Qué difícil le resulta a Europa entender una relación con un estadista que no esté guiada por el miedo o la sumisión.
Chávez era un hombre común fuera de lo común. Zambo, feo, con una cualidad especial para desafinar horriblemente, más grueso que delgado. Mágico. Profundamente mágico. Como Venezuela. De nada sirve que corras bajo la lluvia cuando va a empezar un mitin si no está detrás la gente esperándote. Chávez tenía el don de que detrás siempre estaba la gente. Su pueblo. Si arriesgas y no te miran, el fracaso se multiplica. A Chávez siempre lo miraban. ¿Qué otro mandatario ha reunido al 100% de los dirigentes de América Latina? Sólo Chávez, para poner en marcha la CELAC. Mucha inteligencia, memoria prodigiosa, capacidad de convencimiento, el don de encender y también el de tranquilizar (fue él quien convenció a la izquierda venezolana que debía abandonar las armas y optar por la vía electoral).
Chávez una noche en las afueras de Montevideo, recitando durante horas y de memoria poema tras poema mientras Daniel Viglietti rasgaba la guitarra y Pepe Mujica escuchaba con la sonrisa en la boca de viejo guerrillero devenido Presidente. Chávez sintetizando ideas sobre temas bien complejos que sus interlocutores se empeñaban en enturbiar con su lógica de confusos técnicos (un clásico de los consejos de Ministros). Chávez leyendo a Gramsci y comprendiendo la complejidad heterodoxa del comunista italiano y su apuesta por el mundo de las ideas. Y Chávez metiéndose en la obra de Marx, teniendo bien presente aquello que decía el también venezolano Ludovico Silva ("Si los loros fueran marxistas serían marxistas dogmáticos"). Regresando a Marx y usando sus categorías bien lejos de los que las confunden con un catecismo. Porque en 2005, en vez de decirle a su pueblo que iban a construir el "chavismo", les dijo que iban a construir el socialismo. Y con ese programa le sacó 11 puntos al candidato de la oposición, Capriles.
Chávez llamando a los Presidentes latinoamericanos para evitar el golpe de Estado en Bolivia (e insistiendo, frente a la pusilanimidad de algún Gobierno, jurando que América Latina no iba nunca a volver a repetir la vergüenza de quedarse con los brazos cruzados ante los gorilas como ocurrió con el Chile de Salvador Allende). Chávez con una paciencia infinita elaborando los documentos de la UNASUR, cediendo lo que hiciera falta para que todos los Presidentes no tuvieran problemas para incorporarse. Algo que repetiría en la CELAC o con el ingreso de Venezuela a Mercosur o con el ALBA. Chávez en reunión con Clinton, y después de que el Presidente norteamericano le agradeciese la cesión del cielo venezolano a la fuerza aérea gringa con motivo del Plan Colombia, decirle al gendarme mundial: "Tranquilo Bill, que nosotros también os damos las gracias a ustedes por dejar a la fuerza aérea venezolana, en nombre del Plan Colombia, sobrevolar libremente el territorio norteamericano". Clinton no leyó que Chávez era un defensor de la soberanía venezolana. Pasó a formar parte de los amigos de los terroristas.
La fuerza de Chávez tenía también el problema de necesitar enfrente interlocutores fuertes. El barroquismo caribeño y el carisma desatado del Presidente eran una fórmula no apta para el consumo encorbatado de las cancillerías occidentales. Al tiempo, brindaba fáciles caricaturas a unos medios de comunicación mercenarios que no dudaban en sacar de contexto, en recortar un minuto de un discurso con la intención de construir una matriz de opinión contraria a Chávez (con gran éxito, incluso entre la izquierda europea). Estos medios mercenarios presentaban a Chávez cantando una ranchera con un sombrero mexicano, queriendo hacer del Presidente un payaso ocurrente, ignorando que esos gestos han sido los que han ido logrando hermanar a los pueblos latinoamericanos (¿es que sabe alguien en España cómo se llaman los Presidentes de los otros 26 países de la Unión Europea?
En América Latina, ahora, los pueblos sí conocen quiénes son los otros presidentes). ¿Y qué decir del repetido "¡Exprópiese!". ¿Acaso no representan los gobernantes europeos sus actos de gobierno? ¿Acaso no nos hemos enterado en España de recortes sociales a través de declaraciones a periódicos extranjeros? En esa ocasión se estaba representando un proceso de expropiación que buscaba hacer ver a los sectores populares que también se exigía a los ricos su parte de esfuerzo en el proceso bolivariano. La prensa occidental lo entendió como el summun de la arbitrariedad (presentado así por los mismos medios que no cuestionan la relación directa entre la baja popularidad de los Presidentes norteamericanos y la acción bélica correspondiente en cada mandato). La palma de oro se la llevó el diario El país publicando una falsa foto de Chávez moribundo. Prensa de calidad. ¿Quiénes son los bananeros? Esa fuerza de Chávez ha sido la que ha impulsado TeleSur, el SUCRE (el comienzo de una moneda latinoamericana que no repita los errores del euro), el Banco del Sur, la Universidad del Sur, el ALBA, la UNASUR, el ingreso de Palestina en la UNESCO (iniciativa venezolana), que prepararía la incorporación palestina como país observador de la ONU...
Pero no deja de ser cierto que la fuerza de Chávez no encontraba siempre enfrente actores políticos con la voluntad de contradecir al Presidente. La cultura política venezolana sigue siendo en una buena parte "adeca" (marcada por Acción Democrática, el partido del dos veces presidente y amigo de Felipe González, Carlos Andrés Pérez). Esa cultura siempre ha sido clientelar, jerárquica, aduladora, interesada y trepadora (dos palabras maravillosas para el léxico político vienen de esa cultura: pantallear -fanfarronear- y pescuecear -estirar el pescuezo para salir en la foto-). Si añadimos que la existencia de un Estado débil -que viene arrastrándose de la colonia, cuando Venezuela no era Virreinato sino Capitanía General- ha hecho que los militares tengan una capacidad de resolución que no siempre tienen los civiles- y que la oposición, lejos de hacer una oposición constructiva tuvo siempre un ánimo golpista, entendemos que los elementos críticos fueran debilitándose.
Sin embargo, uno de los rasgos esenciales del proceso bolivariano, y donde se juega su futuro, esta en mantener la crítica. Lo que devoró la revolución francesa, la rusa, la cubana fue el ahogamiento de las voces disidentes. En Venezuela tomó otro rumbo. En 2009, el Centro Internacional Miranda organizó un encuentro en Caracas para valorar críticamente las luces y las sombras del proceso. La primera reacción parecía que iba a repetir el fantasma de las revoluciones devorando a sus hijos. El papel implacable de la oposición, de los medios, de la universidad, comprometidos únicamente con el regreso al pasado, había enrocado al gobierno. Pero Chávez supo reaccionar, escuchar a su pueblo que le decía que no era verdad que siempre coincidiera lo que se hacía con lo que se decía. Y en su última comparecencia, en lo que se ha llamado el Cambio de Timón, Chávez resumió su programa: escuchar al pueblo, mucha crítica y autocrítica y transición al socialismo.
Si hay un ámbito en el que Chávez luchó contra el destino, fue en cambiar la manera de pensar de los venezolanos y, desde ahí, de los latinoamericanos. Una vez producido el desarraigo de la conquista, donde el Estado siempre ha sido débil, la esfera pública también siempre ha mostrado la misma debilidad. Lo público no es el espacio de todos, sino el espacio de nadie. El comportamiento lo marca la relación con la naturaleza. Si la naturaleza te da algo, lo coges. Igual con el Estado. Una organización estatal, con leyes impersonales, funcionarios entregados a lo público, políticos virtuosos y redistribución de recursos, es menos creíble que los golpes de fortuna de las telenovelas. Chávez le dijo a su pueblo: vuestra suerte sois vosotros mismos. Y al tiempo que les daba un pez, les decía que tenían que aprender a pescar.
Antes de entrar en el quirófano que no le regresó a la vida, Chávez dejó su testamento: no lloren: luchen por la revolución bolivariana. No se peleen entre ustedes como siempre ha hecho la izquierda: dejen que Nicolás Maduro les guíe en los siguientes pasos del proceso bolivariano. No se crea nadie más importante que el pueblo: manden obedeciendo. Y todo el mundo en Venezuela ha entendido que la soledad de los cien años del continente no puede regresar. El camino ha arrancado. Los venezolanos y las venezolanas, esos que siempre han vivido y viven en Venezuela, saben que ahora tienen patria.
Ese es el legado de Chávez. Pura dignidad. Hace falta todo un pueblo consciente y organizado para continuar esa inmensa tarea. Ya se están secando las lágrimas y poniéndose en marcha.
Vicky Aranda
(+5411) 3287 2036 Argentina
(+598) 99 509 461 Uruguay
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10.03.2013
ADIÓS A CHÁVEZVenezuela trata de volver a la normalidad tras la muerte de Chávez
Sin embargo, el epicentro emotivo del país continuará, al menos hasta el jueves, ubicado en la Academia Militar, donde hoy, al cumplirse el quinto día del velatorio, no cedía la afluencia de ciudadanos que forman colas de hasta 30 horas para despedir al líder muerto.
Tanto la capilla ardiente como la amplia zona en la que se forma la fila de quienes aspiran a ver por última vez los restos de Chávez son escenario de tristeza y dolor, pero también de orgullosas manifestaciones de lealtad y fidelidad al presidente fallecido.
La música que suena -cada tanto en la capilla, todo el tiempo afuera- no es sacra, sino la alegre y vigorosa llanera, en muchos casos con letras adaptadas a las consignas de las últimas campañas electorales o de homenaje a Chávez.
El presidente interino, Nicolás Maduro, visitó esta madrugada por enésima vez la capilla ardiente, esta vez acompañado por su esposa, la procuradora general de la República, Cilia Flores; el vicepresidente ejecutivo, Jorge Arreaza, y la exsenadora colombiana Piedad Córdoba.
Allí se vivieron dos momentos especialmente emotivos: el primero, cuando el teniente Juan Escalona, quien fue edecán de Chávez, entonó frente al féretro, con micrófono y secundado por músicos, el joropo “Alma bolivariana”, del popular cantante y compositor Reynaldo Armas.
“Con todo el honor para mi comandante en jefe”, expresó antes de cantar, y al final de la letra, que afirma que “el alma bolivariana todavía sigue en acción”, le añadió: “El alma chavista todavía está en revolución”.
El otro se registró cuando Maduro recorrió un buen tramo de la zona de la fila de quienes esperaban para dar el último adiós a Chávez, y saludó cálidamente a muchos de ellos.
Más tarde, esta mañana, se celebró en la capilla ardiente una misa en la que la ministra de la Juventud, Maripili Hernández, cantó acompañándose con guitarra canciones del célebre compositor y activista comunista Alí Primera -fallecido en 1985-, como “La patria es el hombre” y “Los que mueren por la vida”.
También el sacerdote que celebró el oficio entonó en varias ocasiones “Patria, patria, patria querida”, la misma canción que Chávez había interpretado la última vez que apareció en público, el 8 de diciembre pasado, cuando anunció que debía ser operado nuevamente.
Mientras tanto, seguía siendo incesante la afluencia de ciudadanos de todo el país que llegaban a las inmediaciones de la Academia Militar con el propósito de despedir los restos de Chávez, para lo que debían esperar hasta 30 horas en ordenada fila.
La espera -que durante buena parte del día debe cumplirse bajo un sol muy riguroso- era matizada por consignas tales como “Con Chávez y Maduro el pueblo está seguro”, “Capriles, no te vistas que no vas, tenemos un presidente que se llama Nicolás” y “Chávez lo dijo duro, el hombre es Nicolás Maduro”.
También por una pragmática camaradería que llevó a varios a organizarse para que algunos durmieran unas horas mientras otros seguían haciendo la fila.
Tanta espera era coronada por unos pocos segundos frente al ataúd, en una marcha que prácticamente no se detenía porque los custodios se encargaban de que así fuera.
En tanto, Venezuela tratará mañana de comenzar el retorno a la normalidad. Las cuatro líneas de subterráneo, así como las de ómnibus y metrocables vinculadas, volverán a cobrar el boleto, que fue gratis hasta hoy con el propósito de facilitar la concurrencia a la Academia Militar.
La ministra de Educación, Maryann Hanson, aseguró que mañana se reiniciarán las clases “en todos los niveles y modalidades del subsistema de educación básica y todo el sistema educativo”.
“Queremos desmentir categóricamente estas versiones que están circulando” sobre la posibilidad de que se prorrogara la suspensión de las clases, dijo Hanson.
Asimismo, buena parte de la militancia oficialista se concentrará por la mañana en la plaza Diego Ibarra, frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), para acompañar a Maduro, quien cumplirá el trámite de inscripción de su candidatura para las elecciones presidenciales del 14 de abril.
El retorno a la normalidad tras la muerte del presidente Hugo Chávez será lento y trabajoso, cuando mañana se reanuden las clases y se cierre el plazo para inscribir las candidaturas a sucederlo en las elecciones del 14 de abril.

Tanto la capilla ardiente como la amplia zona en la que se forma la fila de quienes aspiran a ver por última vez los restos de Chávez son escenario de tristeza y dolor, pero también de orgullosas manifestaciones de lealtad y fidelidad al presidente fallecido.
La música que suena -cada tanto en la capilla, todo el tiempo afuera- no es sacra, sino la alegre y vigorosa llanera, en muchos casos con letras adaptadas a las consignas de las últimas campañas electorales o de homenaje a Chávez.
El presidente interino, Nicolás Maduro, visitó esta madrugada por enésima vez la capilla ardiente, esta vez acompañado por su esposa, la procuradora general de la República, Cilia Flores; el vicepresidente ejecutivo, Jorge Arreaza, y la exsenadora colombiana Piedad Córdoba.

“Con todo el honor para mi comandante en jefe”, expresó antes de cantar, y al final de la letra, que afirma que “el alma bolivariana todavía sigue en acción”, le añadió: “El alma chavista todavía está en revolución”.
El otro se registró cuando Maduro recorrió un buen tramo de la zona de la fila de quienes esperaban para dar el último adiós a Chávez, y saludó cálidamente a muchos de ellos.
Más tarde, esta mañana, se celebró en la capilla ardiente una misa en la que la ministra de la Juventud, Maripili Hernández, cantó acompañándose con guitarra canciones del célebre compositor y activista comunista Alí Primera -fallecido en 1985-, como “La patria es el hombre” y “Los que mueren por la vida”.

Mientras tanto, seguía siendo incesante la afluencia de ciudadanos de todo el país que llegaban a las inmediaciones de la Academia Militar con el propósito de despedir los restos de Chávez, para lo que debían esperar hasta 30 horas en ordenada fila.
La espera -que durante buena parte del día debe cumplirse bajo un sol muy riguroso- era matizada por consignas tales como “Con Chávez y Maduro el pueblo está seguro”, “Capriles, no te vistas que no vas, tenemos un presidente que se llama Nicolás” y “Chávez lo dijo duro, el hombre es Nicolás Maduro”.
También por una pragmática camaradería que llevó a varios a organizarse para que algunos durmieran unas horas mientras otros seguían haciendo la fila.
Tanta espera era coronada por unos pocos segundos frente al ataúd, en una marcha que prácticamente no se detenía porque los custodios se encargaban de que así fuera.
En tanto, Venezuela tratará mañana de comenzar el retorno a la normalidad. Las cuatro líneas de subterráneo, así como las de ómnibus y metrocables vinculadas, volverán a cobrar el boleto, que fue gratis hasta hoy con el propósito de facilitar la concurrencia a la Academia Militar.
La ministra de Educación, Maryann Hanson, aseguró que mañana se reiniciarán las clases “en todos los niveles y modalidades del subsistema de educación básica y todo el sistema educativo”.
“Queremos desmentir categóricamente estas versiones que están circulando” sobre la posibilidad de que se prorrogara la suspensión de las clases, dijo Hanson.
Asimismo, buena parte de la militancia oficialista se concentrará por la mañana en la plaza Diego Ibarra, frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), para acompañar a Maduro, quien cumplirá el trámite de inscripción de su candidatura para las elecciones presidenciales del 14 de abril.
Fuente:Telam
CHAVEZ, UN LEGADO DE DIGNIDAD PARA UN CONTINENTE
Juan Carlos Monedero
Profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid
"Chávez nuestro que estás en los pueblos". El pueblo, en la calle, reza por Chávez. La espiritualidad se mete en el corazón de los pobres. Tienen mucha necesidad. También se mete en su corazón la gente que se la juega por ellos. Y eso era Chávez: un hombre que se la jugó por su pueblo. Por su pueblo y por los pueblos de la América. Es con Chávez que los pueblos de América se han vuelto a reconocer. La oposición le criticaba la "regaladora" de dinero a los países hermanos. "Diplomacia del petróleo", la denostaban. Chávez sabía que no se salvaba un pueblo solo. Se tenía que salvar todo el continente. ¿No es eso lo que Europa le pide a Merkel? Pero Merkel no es Chávez. Hace falta gente honesta que reconozca que Chávez hizo lo que aquí estamos reclamando. Suramérica, hoy, llora pero crece. Europa sigue arrogante y se hunde.
Venezuela, siempre ha visto en su historia cómo dios dormitaba en las lujosas estancias del norte. Siempre ha necesitado de santos para poder avanzar con esperanza. Santos de a pie y a caballo. Porque por la libertad se pelea. Hoy, Chávez ya está en ese panteón en el que hacía casi un siglo nadie entraba. Entendió a su pueblo. Se ha hecho uno con él. Salvó a su pueblo y su pueblo lo salvó a él cuando el golpe. Qué difícil le resulta a Europa entender una relación con un estadista que no esté guiada por el miedo o la sumisión.
Chávez era un hombre común fuera de lo común. Zambo, feo, con una cualidad especial para desafinar horriblemente, más grueso que delgado. Mágico. Profundamente mágico. Como Venezuela. De nada sirve que corras bajo la lluvia cuando va a empezar un mitin si no está detrás la gente esperándote. Chávez tenía el don de que detrás siempre estaba la gente. Su pueblo. Si arriesgas y no te miran, el fracaso se multiplica. A Chávez siempre lo miraban. ¿Qué otro mandatario ha reunido al 100% de los dirigentes de América Latina? Sólo Chávez, para poner en marcha la CELAC. Mucha inteligencia, memoria prodigiosa, capacidad de convencimiento, el don de encender y también el de tranquilizar (fue él quien convenció a la izquierda venezolana que debía abandonar las armas y optar por la vía electoral).
Chávez una noche en las afueras de Montevideo, recitando durante horas y de memoria poema tras poema mientras Daniel Viglietti rasgaba la guitarra y Pepe Mujica escuchaba con la sonrisa en la boca de viejo guerrillero devenido Presidente. Chávez sintetizando ideas sobre temas bien complejos que sus interlocutores se empeñaban en enturbiar con su lógica de confusos técnicos (un clásico de los consejos de Ministros). Chávez leyendo a Gramsci y comprendiendo la complejidad heterodoxa del comunista italiano y su apuesta por el mundo de las ideas. Y Chávez metiéndose en la obra de Marx, teniendo bien presente aquello que decía el también venezolano Ludovico Silva ("Si los loros fueran marxistas serían marxistas dogmáticos"). Regresando a Marx y usando sus categorías bien lejos de los que las confunden con un catecismo. Porque en 2005, en vez de decirle a su pueblo que iban a construir el "chavismo", les dijo que iban a construir el socialismo. Y con ese programa le sacó 11 puntos al candidato de la oposición, Capriles.
Chávez llamando a los Presidentes latinoamericanos para evitar el golpe de Estado en Bolivia (e insistiendo, frente a la pusilanimidad de algún Gobierno, jurando que América Latina no iba nunca a volver a repetir la vergüenza de quedarse con los brazos cruzados ante los gorilas como ocurrió con el Chile de Salvador Allende). Chávez con una paciencia infinita elaborando los documentos de la UNASUR, cediendo lo que hiciera falta para que todos los Presidentes no tuvieran problemas para incorporarse. Algo que repetiría en la CELAC o con el ingreso de Venezuela a Mercosur o con el ALBA. Chávez en reunión con Clinton, y después de que el Presidente norteamericano le agradeciese la cesión del cielo venezolano a la fuerza aérea gringa con motivo del Plan Colombia, decirle al gendarme mundial: "Tranquilo Bill, que nosotros también os damos las gracias a ustedes por dejar a la fuerza aérea venezolana, en nombre del Plan Colombia, sobrevolar libremente el territorio norteamericano". Clinton no leyó que Chávez era un defensor de la soberanía venezolana. Pasó a formar parte de los amigos de los terroristas.
La fuerza de Chávez tenía también el problema de necesitar enfrente interlocutores fuertes. El barroquismo caribeño y el carisma desatado del Presidente eran una fórmula no apta para el consumo encorbatado de las cancillerías occidentales. Al tiempo, brindaba fáciles caricaturas a unos medios de comunicación mercenarios que no dudaban en sacar de contexto, en recortar un minuto de un discurso con la intención de construir una matriz de opinión contraria a Chávez (con gran éxito, incluso entre la izquierda europea). Estos medios mercenarios presentaban a Chávez cantando una ranchera con un sombrero mexicano, queriendo hacer del Presidente un payaso ocurrente, ignorando que esos gestos han sido los que han ido logrando hermanar a los pueblos latinoamericanos (¿es que sabe alguien en España cómo se llaman los Presidentes de los otros 26 países de la Unión Europea?
En América Latina, ahora, los pueblos sí conocen quiénes son los otros presidentes). ¿Y qué decir del repetido "¡Exprópiese!". ¿Acaso no representan los gobernantes europeos sus actos de gobierno? ¿Acaso no nos hemos enterado en España de recortes sociales a través de declaraciones a periódicos extranjeros? En esa ocasión se estaba representando un proceso de expropiación que buscaba hacer ver a los sectores populares que también se exigía a los ricos su parte de esfuerzo en el proceso bolivariano. La prensa occidental lo entendió como el summun de la arbitrariedad (presentado así por los mismos medios que no cuestionan la relación directa entre la baja popularidad de los Presidentes norteamericanos y la acción bélica correspondiente en cada mandato). La palma de oro se la llevó el diario El país publicando una falsa foto de Chávez moribundo. Prensa de calidad. ¿Quiénes son los bananeros? Esa fuerza de Chávez ha sido la que ha impulsado TeleSur, el SUCRE (el comienzo de una moneda latinoamericana que no repita los errores del euro), el Banco del Sur, la Universidad del Sur, el ALBA, la UNASUR, el ingreso de Palestina en la UNESCO (iniciativa venezolana), que prepararía la incorporación palestina como país observador de la ONU...
Pero no deja de ser cierto que la fuerza de Chávez no encontraba siempre enfrente actores políticos con la voluntad de contradecir al Presidente. La cultura política venezolana sigue siendo en una buena parte "adeca" (marcada por Acción Democrática, el partido del dos veces presidente y amigo de Felipe González, Carlos Andrés Pérez). Esa cultura siempre ha sido clientelar, jerárquica, aduladora, interesada y trepadora (dos palabras maravillosas para el léxico político vienen de esa cultura: pantallear -fanfarronear- y pescuecear -estirar el pescuezo para salir en la foto-). Si añadimos que la existencia de un Estado débil -que viene arrastrándose de la colonia, cuando Venezuela no era Virreinato sino Capitanía General- ha hecho que los militares tengan una capacidad de resolución que no siempre tienen los civiles- y que la oposición, lejos de hacer una oposición constructiva tuvo siempre un ánimo golpista, entendemos que los elementos críticos fueran debilitándose.
Sin embargo, uno de los rasgos esenciales del proceso bolivariano, y donde se juega su futuro, esta en mantener la crítica. Lo que devoró la revolución francesa, la rusa, la cubana fue el ahogamiento de las voces disidentes. En Venezuela tomó otro rumbo. En 2009, el Centro Internacional Miranda organizó un encuentro en Caracas para valorar críticamente las luces y las sombras del proceso. La primera reacción parecía que iba a repetir el fantasma de las revoluciones devorando a sus hijos. El papel implacable de la oposición, de los medios, de la universidad, comprometidos únicamente con el regreso al pasado, había enrocado al gobierno. Pero Chávez supo reaccionar, escuchar a su pueblo que le decía que no era verdad que siempre coincidiera lo que se hacía con lo que se decía. Y en su última comparecencia, en lo que se ha llamado el Cambio de Timón, Chávez resumió su programa: escuchar al pueblo, mucha crítica y autocrítica y transición al socialismo.
Si hay un ámbito en el que Chávez luchó contra el destino, fue en cambiar la manera de pensar de los venezolanos y, desde ahí, de los latinoamericanos. Una vez producido el desarraigo de la conquista, donde el Estado siempre ha sido débil, la esfera pública también siempre ha mostrado la misma debilidad. Lo público no es el espacio de todos, sino el espacio de nadie. El comportamiento lo marca la relación con la naturaleza. Si la naturaleza te da algo, lo coges. Igual con el Estado. Una organización estatal, con leyes impersonales, funcionarios entregados a lo público, políticos virtuosos y redistribución de recursos, es menos creíble que los golpes de fortuna de las telenovelas. Chávez le dijo a su pueblo: vuestra suerte sois vosotros mismos. Y al tiempo que les daba un pez, les decía que tenían que aprender a pescar.
Antes de entrar en el quirófano que no le regresó a la vida, Chávez dejó su testamento: no lloren: luchen por la revolución bolivariana. No se peleen entre ustedes como siempre ha hecho la izquierda: dejen que Nicolás Maduro les guíe en los siguientes pasos del proceso bolivariano. No se crea nadie más importante que el pueblo: manden obedeciendo. Y todo el mundo en Venezuela ha entendido que la soledad de los cien años del continente no puede regresar. El camino ha arrancado. Los venezolanos y las venezolanas, esos que siempre han vivido y viven en Venezuela, saben que ahora tienen patria.
Ese es el legado de Chávez. Pura dignidad. Hace falta todo un pueblo consciente y organizado para continuar esa inmensa tarea. Ya se están secando las lágrimas y poniéndose en marcha.
Vicky Aranda
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