15 de abril de 2013

VENEZUELA.

VENEZUELA SIGUE MADURA
Por Mercedes López San Miguel
En la primera elección sin Hugo Chávez, el chavismo mantuvo su presencia en las elecciones presidenciales de ayer. Con el 50,66 por ciento de los votos, contra el 49,07, Nicolás Maduro se impuso al candidato de la oposición, Henrique Capriles, quien reconoció su derrota con un discurso muy confrontativo.


EL REPRESENTANTE DEL CHAVISMO SUPERO POR 50,66% A 49,07% AL OPOSITOR CAPRILES
Maduro ganó en las elecciones de Venezuela
Tras una dura campaña en la que ambos candidatos intentaron mostrarse como el mejor seguidor del comandante bolivariano, el heredero elegido por Chávez se impuso al representante de la MUD, que sin embargo hizo una buena elección.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Caracas
Nicolás Maduro, ganador de las elecciones venezolanas, en medio de sus seguidores, con el recuerdo de Chávez presente.Imagen: AFP
Hasta casi la madrugada local, los venezolanos esperaron con ansiedad los ajustados resultados de los primeros comicios que se realizaron en 15 años sin Hugo Chávez. Con 50, 66 por ciento de los sufragios (7.505.338), ganó el heredero político del chavismo y candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela, Nicolás Maduro, frente al 49, 07 por ciento (7.270.403) de su rival Henrique Capriles Radonski de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), de acuerdo al anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Enseguida Maduro habló desde el Palacio Miraflores: “hoy podemos decir que tenemos un triunfo legal justo y Constitucional” dijo con un rictus serio en su rostro y la constitución bolivariana en la mano, ante sus simpatizantes reunidos en la Plaza Bolívar. Capriles dijo que no va a reconocer el resultado hasta que se conozca el resultado final.

Maduro contó que habló con su rival y le pidió que reconociera la derrota y que Capriles le respondió que lo iba a pensar. “El me transmitió su visión, yo le transmití la verdad. Le dije: ‘hay un resultado, tú sabes cuál es”. Y más, la oposición le pidió acordar un pacto entre los jefes de campaña ante la Justicia electoral. “Capriles te dije, si pierdo por un voto, lo reconozco. Pero gané por casi 300 mil votos y lo debo respetar”.

De todas formas, el delfín de Chávez llamó a una auditoría del 100 por ciento de los sufragios, confiado en el sistema electrónico y denunció una conspiración internacional. “A Venezuela se la respeta, ya veremos qué hacer si alguien levanta su insolente voz contra el pueblo”.

Hay dos antecedentes de pérdidas de votos del chavismo: la derrota en el referéndum para reformar Constitución en 2007 y las últimas legislativas de 2010, cuando el oficialismo no alcanzó la mayoría de dos tercios que le hubiera permitido nombrar a los responsables de la fiscalía general y el Tribunal Supremo.

“Nosotros en 2007 perdimos la única elección que vamos a perder, 17 de 18 en 14 años y de ahora en adelante vamos a construir una amplia mayoría de revolución bolivariana” destacó Maduro, llamando a la paz y poniendo en guardia a las fuerzas armadas y a la policía.

Con similar participación a la del 7 de octubre del 78 por ciento, el oficialismo quedó muy lejos de repetir la elección de Chávez y su delfín en una posición de debilidad. Maduro será el primer presidente chavista de Venezuela, pero quedó claro que para muchos venezolanos él no es el líder bolivariano que llegó a Miraflores en 1998; y que su campaña debió tener ciertas deficiencias.

El intelectual José Sant Roz, director del medio Ensartaos señaló a esta enviada que el estilo de Maduro generó desconfianza en sectores que sí votaron por Chávez para que siguiera en el poder seis años más y la situación económica agravó el escenario. “Los ni-ni no se convencieron del todo con Maduro. Además, entre una elección y otra el gobierno devaluó el bolívar y hubo desabastecimiento de productos; la gente esperaba que Chávez ratificara esa medida y la explicara.”

Maduro, que a diferencia de Chávez es un civil, no cuenta con el innegable carisma y la brillante oratoria del fallecido presidente y deberá trabajar en equipo intentando mantener la armonía entre las distintas facciones del Partido Socialista Unido de Venezuela, sobre todo, con el ala militar que encabeza Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional.

“Cuando a Chávez se le presentaban obstáculos siempre su respuesta era frontal, creativa, muy bien meditada. Difícil que Maduro iguale ese estilo”,dijo Sant Roz. Y agregó: “Sí podemos estar seguros de que Maduro tiene que oír bien al pueblo, que no se puede desviar ni un ápice de la línea trazada por Chávez. Es algo que aprendió el líder bolivariano en el golpe de 2002”.

Durante la campaña, los candidatos eligieron la confrontación y la agresión verbal como estrategia, un dato a tener en cuenta para analizar la votación de ayer. Maduro tachó a su rival de “bobo”, carcamán” y farsante”, en espejo a las descalificaciones que le propinó Capriles al llamarlo “toripollo” (mezcla de toro y pollo) y “mentiroso”.

Las encuestadoras más serias del país no anticiparon unos resultados tan reñidos. Datanálisis, que había tenido la proyección más acertada en octubre, postuló una ventaja de diez puntos del candidato oficialista sobre Capriles.

El analista político Nicmer Evans, en una carta que le escribió a Maduro y generó algunas críticas al interior del chavismo, anticipó a modo de enumeración algunos de los retos del próximo gobierno: “Recomiendo empezar a ubicar la atención del discurso en temas centrales, tales como el posicionamiento de la economía comunal, el método para la superación del rentismo petrolero, la forma de aplicación del Plan de la Patria dejado por Chávez, y la resolución del problema inflacionario y de devaluación”.

Al igual que en octubre, la participación se pudo percibir desde temprano en las filas de los centros de votación, como en el liceo Miguel Antonio Caro. Catia, en el oeste de Caracas, fue epicentro de la resistencia al efímero golpe de abril y cuyo canal comunitario Catia TV transmitió la asonada mientras las grandes emisoras privadas pasaban dibujos animados. Afuera del liceo, un señor vestido con un jogging y visera con los colores venezolanos dijo que optó por el heredero político de Chávez. “El presidente encargado va a seguir el legado y las obras que dejó el comandante como las misiones Robinson, Sucre, Vivienda. Son todas conquistas como la misión Mercal, en donde compro productos de buena calidad a bajo costo”, dijo Gustavo Cartagena, oficinista.

A su lado pasó una señora con un andar cansino. “Maduro va a seguir este proceso, sentimos esa esperanza porque el comandante lo escogió, y por algo es”, dijo Miriam Rodríguez, de 56 años, que trabaja en su casa cuidando chicos. Se le escaparon algunas lágrimas al recordar a Chávez. “Era un ser especial mandado por Dios, hay que acostumbrarse a que no está”, dijo.

Un hombre de nombre Nelson Bastidas, 50 años, que no cesaba de fumar a metros de la entrada al colegio, contó que votó por la continuidad del proceso bolivariano para “agarrar al fascismo y al extrema derecha y sancionarla”.

–¿Sancionarla por qué?
–Porque los precios y la especulación la establecen los empresarios que tratan de distorsionar la realidad, y después acusan al gobierno por haber devaluado.


Por las calles de Catia se podían ver carteles de Chávez y de Maduro, como una mezcla de la campaña de octubre y la actual,y cierta mimetización del discípulo con su padre político. Se lo pudo ver a Maduro abrazando niños, hablando con sus seguidores, posando para las fotos, como hacía Chávez, que se paraba para hablar uno por uno.

También podían encontrarse seguidores de Capriles en Catia. “Venezuela necesita un cambio, por los problemas de inseguridad e inflación”, dijo sin más el bancario Marcos Ortega, de 45 años a la salida de un centro de votación.

Una chica caminaba hablando a los gritos con otras dos y dijo “estamos más organizados que ellos”, y por su remera roja se podía deducir a quienes se refería con “ellos”.

En el lado este de la ciudad, zona de clase media y alta, específicamente en el municipio Chacao –que pertenece a Miranda, donde gobierna Capriles–, el “nosotros” era diametralmente opuesto. Saliendo del colegio Libertador, un señor de mediana edad compró el diario El Nacional, que es opositor al chavismo y en tapa tituló con gran tipografía: “Vota, vigila y cuenta”. El hombre se detuvo a explicar su preferencia. “El pueblo se cansó de tanta mentira. Para darles beneficios a los que deja contentos les quita a los que trabajan. El gobierno regala casas en terrenos baldíos y están cerca del metro, como nosotros” dijo Juan Avalos de 58 años, dueño de un comercio de la rama industrial. Dijo que le va regular con el negocio porque “no hay repuestos y es difícil acceder a los dólares”.

“Voté por el guapo”, afirmó el jubilado Antonio Fernández. “Necesitamos un cambio en la administración, la economía y acabar con la corrupción”, dijo apoyado en un bastón y quejándose del aumento de precios de los remedios.

Una mujer bajita y de ánimos exaltados se apareció para contar su situación. “Estoy en la alcaldía del Libertador y siendo ingeniera gano un sueldo mísero”, dijo Dora Nieto y agregó: “Capriles es la esperanza de que todos seamos tenidos en cuenta. Esto está muy dividido: las cúpulas viven bien y gente como yo no ganamos ni 5000 bolívares (800 dólares). Soy clase media profesional pobre”, dijo con el dedo levantado y alzando la voz.

También había votantes del candidato del bigote. “Soy un chavista light”, dijo Ramón Colmenares a sus sesenta años. “Apoyamos las políticas sociales y no queremos privatizaciones como en Argentina. Esto no se puede arreglar de un día para el otro” explicó su punto de vista el experto internacional de prevención de lavado de dólares que estuvo en el cierre de campaña de Maduro. “No todos somos radicales, vio?”, dijo y se dio media vuelta.

Por la noche, se abría un nuevo capítulo en el proceso bolivariano que legó Chávez.


OPINION
Por una cabeza
Por Mario Wainfeld
El fallecido presidente venezolano Hugo Chávez no se conformó con decir “mi único heredero es el pueblo”. El mensaje estuvo, claro, pero lo mejoró con un agregado político y práctico encomiable. El líder bolivariano señaló a su sucesor. Lo expresó en una situación límite en la que demostró una racionalidad y un temple excepcionales. La capacidad de negar la realidad, así sea un futuro inminente, es gigantesca entre gentes del común. Para qué hablar del imaginario de los grandes personajes de la historia, siempre afectado por los entornos y casi siempre por las alturas o la soberbia.

Chávez quiso seguir viviendo (lo pidió con fiereza y ternura) pero supo que no era inmortal. En el momento necesario y trágico fue sensato y racional. Designar a quien, hoy presidente electo Nicolás Maduro, fue una entre las muchas señales públicas que emitió, anunciando la perspectiva factible de su muerte. La pifian mucho quienes comparan esa contingencia con el ocultismo de los regímenes totalitarios. Un caudillo popular, en un sistema democrático, es otra cosa. Chávez mostró, en un trance terrible, una sensatez que no es usual reconocerle, aun entre sus apologistas.

El Consejo Nacional Electoral, tal como marcan las normas del país, anunció el resultado ya irreversible a más de cinco horas de cerrado el comicio. La demora en conocerse el escrutinio sugería un final muy parejo. Apenas más de un punto y medio porcentual separó a Maduro de su adversario Henrique Capriles. Chávez lo había superado por cerca de 11 puntos, hace pocos meses. Ese gap algo significa, difícil traducirlo al cierre de esta nota, pocos minutos después del anuncio.
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El triunfo “rojo-rojito” tiene un indisimulable tono plebeyo. Venezuela, claman los republicanos hoy minoritarios allá y acá, está dividida a causa de Chávez. Así dicho parece que antes era territorio de concordia e igualdad. No hay tal, el país estaba fragmentado de antes, con crueles diferencias sociales (no reparadas pero sí paliadas en buena medida). La distribución de la riqueza, del prestigio, de las prestaciones sociales era enorme. También algo que es poco paquete nombrar: la de la autoestima y el poder.

Los pobres celebran su victoria, su propia victoria. Maduro “sale al balcón”, tendrá recursos y atributos propios. Satisfará o no la esperanza masiva depositada en él. Pero los ganadores no son (no son solamente) los que levantan la mano en la tapa de los diarios de todo el mundo.

Son las muchedumbres que despidieron con fervor y dolor al líder que partió tras infundirles orgullo, constituir una referencia y empoderarlos. Pocos días atrás, lloraron por Chávez y por ellos mismos. Ayer, tuvieron su fiesta ciudadana. El 78,71 por ciento del padrón fue a pronunciarse, a mostrar su dedo meñique con tinta indeleble. La alta participación también dice algo, en este caso traducible con facilidad porque es regla desde que gobierna el chavismo.
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“Maduro presidente es la Venezuela que Chávez soñó.” Así termina un imperdible spot que grabó el ex presidente brasileño Lula da Silva, que se divulgó profusamente en Venezuela. Lula, un orador de primer nivel, sabe administrar sus recursos. Prefirió el portugués dulcemente abrasileñado al portuñol, dialecto en que se la banca bastante. Seguramente lo hizo porque la lengua natal habilita un plus de comodidad, de franqueza, de credibilidad. Como fuera, apoyó públicamente a Maduro. Apuntó que conoce a éste y a “Shavis” (que así se pronuncia, más o menos). Y habló en nombre del Brasil que él hizo pasar a ligas mayores, tanto como en el del Mercosur.

En Europa es moneda corriente el apoyo trasnacional. La primera ministra alemana, Angela Merkel, aupó al ahora presidente español Mariano Rajoy, durante la respectiva campaña. En nuestro vecindario, tan vecinalista a menudo, se cuestionan esos gestos, que son pura lógica.

La drástica definición de Lula contradice leyendas usuales en nuestras pampas. El veredicto popular de ayer lleva alivio a Cuba, ciertamente. Lo vivirán como parcialmente propios, los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Ecuador, Rafael Correa. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se regocija sin duda. Y con ellos, las mayorías que los plebiscitan.

En las democracias templadas, contra lo que insinúa el verso de la Vulgata, ocurre algo similar. Lula lo contó, el mandatario uruguayo, José Mujica, fue uno de los que alabó con palabras más drásticas y sentidas a Chávez.

Priman intereses tangibles, hay acuerdos bilaterales en plena gestión. También hay un proyecto común, en ciernes y avanzando a trompicones. Y un trazado ideológico que admite diferencias internas (vastas en ciertos casos) pero que marca una distancia mayor con las alternativas opositores. Los adversarios son, en suma, parecidos: en su cosmovisión, en su plexo de propuestas, en su elenco de relevos.
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Volvamos al principio de esta nota. Las exitosas experiencias de este siglo en la región se formatean bajo el presidencialismo y con liderazgos carismáticos de variopinta intensidad. A la luz de los resultados resulta chocante (¿o esclarecedor?) que “justo ahora” se critiquen esas reglas y esos emergentes. Reemplazar a los líderes no es sencillo, ni habitual. Ni siquiera en los países más “sistémicos” como Chile y Uruguay. En ellos no hay reelección, en Venezuela la hay por tiempo indeterminado. Pero hete aquí que, tras haber hibernado un período, los ex presidentes Michelle Bachelet y Tabaré Vázquez conservan preeminencia y tienen toda la pinta de volver a gobernar.

El carisma no es magia, es una forma de legitimidad basada en los desempeños. Quienes ignoran la gran obra del sociólogo Max Weber y muchos otros saberes, apostrofan a los líderes carismáticos actuales. Deben asumir que tienen legitimidad de origen (las goleadas abundan, por ahora) pero les cuestionan la de ejercicio. Pifian porque es el ejercicio el que revalida a los gobernantes, la prueba ácida de las obras. De lo contrario, no conseguirían la continuidad en las urnas, que hace renacer su legitimidad de origen. En Venezuela, en Brasil y en estas pampas.
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Chávez lo quiso, tuvo el tino de designar a su continuador. Su aliento bastó para una victoria estrecha. El futuro es indeterminado y difícil. El encanto personal, la condición de creador de un proyecto no se transmiten. Y es arduo conservar la legitimidad por las obras, medida por un pueblo que se habituó a mejorar.

Maduro podría encontrarse mañana sin el cobijo de las mayorías que Chávez supo encauzar y conducir. Es más, podría caerle el peor reproche imaginable: que los propios lo acusaran de haber traicionado el legado.
Todo puede suceder, pues depende de cien variables, entre ellas la voluntad y la sapiencia de los políticos. Eso es el porvenir. El presente, el tiempo principal en la política y en la vida de las gentes de a pie, es rojo- rojito. Lula dijo bien por qué.


ANOCHE CRISTINA FERNANDEZ SALUDO LA ELECCION DE NICOLAS MADURO COMO NUEVO PRESIDENTE
“Felicitaciones al pueblo de Venezuela”
A través de las redes sociales, la Presidenta destacó la “ejemplar jornada cívica” venezolana y celebró el triunfo de Maduro. También recordó a Hugo Chávez y, en su nombre, pidió “concordia, respeto a la democracia y paz”.
CFK estuvo junto a Maduro cuando falleció Chávez.
Las elecciones en Venezuela fueron seguidas de cerca por el gobierno nacional y también por la oposición. “Felicitaciones a su nuevo presidente, Nicolás Maduro. Memoria y gratitud por siempre al amigo y compañero Hugo Chávez”, destacó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a través de su cuenta de Twitter, anoche, pasada la 1 de la mañana. En tierra venezolana estuvo el vicepresidente Amado Boudou junto a un puñado de legisladores para acompañar el proceso electoral, mientras que la oposición esta vez prefirió no presenciar los comicios y se limitó a opinar por las redes sociales.

“Felicitaciones a todo el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela por su ejemplar jornada cívica”, twiteó la Presidenta apenas se proclamó a Maduro presidente después de una reñida elección en la que le ganó a Henrique Capriles. Fernández de Kirchner envió el mensaje al electo presidente venezolano, el sucesor del fallecido Hugo Chávez, evidenciando la importancia política que tenía el resultado para Argentina. “En su nombre y en el del pueblo venezolano, concordia, respeto a la democracia y paz”, agregó, invocando a Chávez, un aliado regional del gobierno nacional desde la presidencia de Néstor Kirchner.

El vicepresidente Amado Boudou viajó a Venezuela como observador del proceso electoral y estuvo recorriendo distintos centros de votación. “Hay un proyecto popular sudamericano que tiene profundas raíces en el pensamiento pero también en las concreciones de estos años y hoy, en un día de elección, un día donde se expresa el pueblo”, aseguró Boudou, que fue acompañado por una comitiva compuesta por el embajador argentino en Venezuela, Carlos Cheppi, y el director nacional electoral, Alejandro Tullio. También se encontraban las senadoras nacionales María Higonet y Elena Corregido y el coordinador técnico de la Unidad Presidencia, Rafael Folonier, entre otros.

En las elecciones de octubre del año pasado, cuando Chávez se impuso a Capriles, la oposición política argentina jugó sus cartas abiertamente, participando en el proceso electoral venezolano e incluso en las estrategias de campaña del candidato opositor. Los diputados Patricia Bullrich y Federico Pinedo se animaron a vaticinar una victoria de Capriles, incluso violando la veda electoral. Finalmente, Chávez ganó por más del diez por ciento sobre su rival. Después de aquella frustrada participación, esta vez no hubo políticos opositores participando en el proceso electoral venezolano.

La oposición se mantuvo en el país, pero a la expectativa de los resultados. Desde temprano, sin esperar a que transcurriera la votación, Bullrich se hizo eco de las denuncias que Capriles fue publicando en su cuenta de Twitter. “Atentos, lean todos el mensaje de @hcapriles, está anunciando algo...”, aseguró. Cuando algún opositor venezolano le daba datos alentadores, Bullrich respondía: “Prefiero esperar, con los dedos cruzados”.

A la espera de los cómputos finales, las organizaciones kirchneristas y cercanas al gobierno bolivariano se concentraban anoche frente a la embajada venezolana, a metros de Puente Pacífico, para apoyar al representante del gobierno chavista en Buenos Aires. Unidos y Organizados junto a Marea Popular y otras organizaciones sociales y políticas se reunían con banderas y bombos en la puerta de la sede diplomática en Luis María Campos al 100, festejando por anticipado un resultado electoral que llegó con suspenso y pocos votos de diferencia.


OPINION
De la necesidad, virtud
Por Martín Granovsky

Nicolás Maduro será presidente hasta el 2019. El chavismo logró retener el gobierno 15 años después de la primera victoria electoral de Hugo Chávez y a 11 años del golpe de 2002, que triunfó pero fue revertido. Aunque ajustada, la opinión de la mayoría de los venezolanos coincidió, otra vez, con las preferencias de los dos países más grandes de la región: las fuerzas políticas gobernantes de la Argentina y Brasil y sus dos presidentas querían, primero, que Nicolás Maduro fuese el candidato chavista y deseaban, luego, que ganase las elecciones. Ambas cosas ocurrieron.

El triunfo de Maduro se suma, así, a las victorias chavistas que comenzaron cuando Chávez le ganó a Henrique Salas Römer por el 56,2 al 39,97 por ciento. El último triunfo de Chávez fue el 7 de octubre de 2012, cuando derrotó a Henrique Capriles por 54,4 a 44 por ciento.

El triunfo de Maduro refleja al mismo tiempo su capacidad de amalgamar el chavismo y proyectarse como presidente, la popularidad aún vigente de Chávez sobre todo en los sectores populares, el grado de arraigo del chavismo, el tejido de alianzas internacionales para contrapesar a los Estados Unidos y la construcción exitosa de una segunda línea de dirigentes del chavismo.

Con 14 años de gobierno y seis más por delante, el chavismo expresa el ciclo más largo entre los procesos de reforma vigentes en Sudamérica, que por cierto abarcan ciclos largos. El 1° de enero Brasil cumplió 10 años desde que Luiz Inácio Lula da Silva asumió la presidencia. El 25 de mayo próximo la Argentina llegará a los 10 años desde la asunción de Néstor Kirchner. El Frente Amplio uruguayo gobierna desde 2005, primero con Tabaré Vázquez y ahora con Pepe Mujica. El boliviano Evo Morales, desde 2006. Rafael Correa es presidente de Ecuador desde 2006 y acaba de ser reelecto. El gobierno más conservador de la zona, el del chileno Sebastián Piñera, podría no quedar en condiciones de colocar un presidente en las próximas elecciones: su postulante perdería con la socialista Michelle Bachelet.

Por primera vez en la historia contemporánea de Sudamérica, los pueblos de los otros países conocen a los presidentes con tal nivel de familiaridad que podrían encontrarse a cualquiera por la calle y llamarlo por el nombre sin errar. Quizá confirme que la pertenencia sudamericana pasó a ser un valor político –si más simbólico o más tangible depende de quién y cuándo lo diga– y superó las meras invocaciones a la Patria Grande. Quizá confirme dos cosas. Una, que Sudamérica encarna un valor político porque los países superaron juntos sus crisis, y los presidentes lo vienen haciendo notar. La segunda, que encarna ese valor porque el entramado regional es percibido a nivel popular como una dimensión concreta.

Es concreta la relación energética de la Argentina y Venezuela. Es concreto el comercio con Brasil. Es concreto el componente con mayor porcentaje industrial relativo de las exportaciones argentinas al mercado brasileño. Es concreto también el plan de Venezuela de aprovechar la renta petrolera para industrializarse, y hacerlo con la ayuda de la región. Busca el camino de lo concreto la desesperación uruguaya por aprovechar la sintonía política del momento para construir relaciones más sólidas. Los procesos políticos siempre sueñan con seguir en el poder y a veces, como plan b, los dirigentes se ilusionan de buena fe con que buena parte de lo realizado sea difícil de revertir si el viento cambia.

Incluso las fricciones más peligrosas y los choques más frívolos tienen un marco de contención en la perspectiva regional. De los tres presidentes que profundizaron la integración, rechazaron la integración de un área de libre comercio del continente e iniciaron los procesos de reforma en los países más grandes –Brasil, la Argentina y Venezuela– sólo uno de ellos sigue vivo. Néstor Kirchner murió en 2010 y Chávez este año. Lula sobrevivió al cáncer y está cumpliendo su promesa de que cuando estuviese fuera del Planalto se dedicaría a lubricar los vínculos entre movimientos, partidos y sindicatos de Sudamérica. Al Partido de los Trabajadores y al gobierno brasileño les gustaría que Brasil superase el 3 por ciento de crecimiento probable para el 2013, pero Lula puede moverse con un piso político sólido. El PT refirmó sus alianzas estaduales con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño y puede construir mayorías en el Congreso. Lula y el PT, que se opusieron a la tentación de la reforma constitucional para habilitar un tercer mandato del tornero metalúrgico, demostraron capacidad para encarnar el proyecto en dirigentes que comenzaron campañas con bajo nivel de conocimiento e intención de voto y al final lograron victorias. La misma Dilma es un ejemplo. Otro, importante por la escala, el triunfo del ex ministro de Educación Fernando Haddad como intendente de San Pablo.

Lula, que hizo campaña por Maduro, nunca ocultó ni su cariño personal por Chávez ni su simpatía por el proceso venezolano. Tampoco disimuló su opinión de que Venezuela aún debe persistir en la construcción democrática de instituciones. Es posible que Maduro deba hacerlo por un motivo muy simple: el líder ya no está a mano y la oposición encontró en Capriles un buen candidato que la unifica. En la Argentina el kirchnerismo creció en popularidad, amplitud y realismo cuando debió tejer alianzas para ejercer el poder al verse privado de la legitimación de una segunda vuelta por la jugada de Carlos Menem de huir del ballottage. En Venezuela la debilidad relativa de no contar con Chávez y el resultado tan ajustado podrían obligar al chavismo a una de las prácticas más habituales de la política: hacer, de la necesidad, virtud.


LA VIVIENDA, LA INFLACION Y LA ALTA TASA DE CRIMINALIDAD SON DEUDAS PENDIENTES
Los desafíos para el próximo gobierno
Las misiones llevaron educación, salud y vivienda por primera vez a la Venezuela profunda. Pero la inflación, la escasez de algunos alimentos y la alarmante tasa de 16 mil homicidios en un año figuran en la agenda del próximo mandato.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Caracas
La construcción de viviendas es una deuda pendiente, sobre todo desde la inundación del 2010.
Quien tenga buena memoria recordará que, 15 años atrás, los pobres en Venezuela eran una mayoría de la población y tenían serias dificultades para acceder a la salud, la educación y la vivienda. Después de diez años desde la creación de las misiones sociales en 2003, existe un esquema de inclusión que se tornó incuestionable para todos los estratos de la sociedad, incluyendo la dirigencia política. A partir de esta base, el próximo gobierno tiene por delante asuntos como la inflación y la inseguridad, que preocupan al electorado en su conjunto.

Las misiones llevaron educación, salud y vivienda por primera vez a la Venezuela profunda. No hay quien, en barrios caraqueños como 23 de Enero, Petare o Catia, no conozca las primeras experiencias que se pusieron en marcha: Misión Robinson, orientada a alfabetizar a la población de menores recursos, con incentivos de canastas de comida y créditos, y Misión Rivas y Sucre, que cubren los niveles de educación secundaria y terciaria. Los resultados son irrefutables: en 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al país territorio libre de analfabetismo.

A través de la misión Barrio Adentro, el gobierno bolivariano estableció una red de salud pública que llevó módulos de atención a lugares recónditos. Es sabido que muchas personas pudieron solucionar sus problemas de visión gracias a la Misión Milagro. La más reciente, la Gran Misión Vivienda, censó a las familias que no tenían hogar tras las inundaciones de 2010. El censo arrojó que la deuda habitacional asciende a 2,5 millones. Desde 1999 hasta esas inundaciones, según cifras del gobierno, se construyeron casi 600 mil viviendas. Para las personas que perdieron sus casas durante el temporal, el Estado implementó el programa La Casa Bien, confiscando terrenos baldíos y estacionamientos. El proceso bolivariano informó que entregó más de 200 mil viviendas desde que lanzó la Gran Misión Vivienda, en 2011.

El analista político Farith Fraija señaló a Página/12 que el gobierno asumió un rol activo ante esa problemática, que venía de arrastre. “El Estado se hizo responsable de un asunto estructural como el de la vivienda y puso en marcha una inversión para entregar casas en lugares seguros, en algunos casos a cero costo; en otros, con créditos. Fue difícil reubicar a la gente dentro de Caracas, no para cambiar rancho por rancho, sino para crear nuevas viviendas y ya casi nadie vive en refugios.”

Nadie en Venezuela se atreve a descalificar las misiones, incluso en el acomodado este de Caracas. Y es que hay varios indicadores que confirman el avance social en estos 15 años de gobierno socialista: según la Comisión Económica para América Latina (Cepal), la pobreza, que en 1999 rondaba el 49 por ciento de la población, cayó a 27 por ciento y la pobreza extrema pasó de 21 por ciento a 10 por ciento.

Las misiones Mercal y Pdval, mercados con alimentos a precios baratos, conviven con las grandes cadenas de supermercados. Los consumidores han comentado los desajustes en los productos, que aumentan de precios impulsados por la inflación –que acumula el cinco por ciento entre enero y febrero y el año pasado se ubicó en el 20 por ciento– o que escasean, y que los medios opositores han informado con grandes titulares. “El tema inflacionario y el costo de la vida son prioritarios junto a la consolidación de la democracia participativa desde lo social y lo económico”, señaló a este diario Lionel Muñoz, historiador de la Universidad Central de Venezuela.

El país mantiene un control de cambio desde 2003, y a principios de este año el gobierno devaluó la moneda un 32 por ciento, a 6,3 bolívares por dólar. Antes, y sin control de cambio, las clases pudientes viajaban a Miami el fin de semana y pedían “deme dos”. Ahora, a la entrada de los shoppings y las galerías se puede ver consumiendo a personas más humildes.

Uno de los retos que encara la economía venezolana es poder salirse de la dependencia del petróleo, admitido por el oficialismo. Se aspira a poder pasar de la etapa en la que se puso énfasis en lo social a lograr una economía que se oriente a generar una base productiva diversificada.

A todo esto, la demanda de la seguridad pública es un asunto cada vez más presente entre los venezolanos. Con 16 mil homicidios en 2012, según cifras oficiales, la inseguridad persiste como preocupación de la población. Si bien este drama no puede atribuirse directamente al gobierno de Chávez, sus detractores le endilgan ineficiencia para enfrentar el problema.

El historiador Muñoz agregó otra cuestión a tener en cuenta a partir de hoy: la política exterior tras 15 años de un gobierno que combatió los tratados de libre comercio con Estados Unidos y apostó al sueño de una América latina unida. “En la agenda va a tener que estar la inserción del país en los nuevos mecanismos de integración regional como la Celac, el Alba y el Mercosur”. Venezuela, bajo el liderazgo de Chávez, apoyó la creación, más acá en el tiempo, de la Unasur. Llegan tiempos de renovados desafíos en Venezuela.


ANUNCIO DE MADURO EN RUEDA DE PRENSA DESPUES DE VOTAR
Presentarán las pruebas de la conspiración
El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que presentará pruebas sobre acciones de conspiración que –dijo– lo llevaron a expulsar a dos agregados militares de la embajada norteamericana en Caracas. Con Estados Unidos, cuyas relaciones están congeladas desde 2010, “siempre hay dificultades, porque ellos siempre están conspirando, y nosotros mañana (por hoy) vamos a presentar pruebas directas del intervencionismo de funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en la situación interna de Venezuela”, señaló en rueda de prensa.

El 5 de marzo, horas antes de anunciarse la muerte del presidente Hugo Chávez, Maduro informó sobre la expulsión de dos agregados militares de la embajada estadounidense por proponer proyectos desestabilizadores a militares venezolanos. El presidente encargado se preguntó ayer, tras votar en las elecciones presidenciales en las que fue como candidato, qué pasaría si un militar de la Embajada de Venezuela en Washington buscara militares en el Pentágono para que desconozcan la autoridad de (el presidente de Estados Unidos, Barack) Obama, o para que se alcen en armas. “Sería el escándalo del siglo, ¿verdad?”, dijo y remarcó que no tolerará jamás que sea normal que agregados militares busquen militares venezolanos y les ofrezcan dinero y les digan que desconozcan la autoridad del presidente y de las instituciones. “Mientras estemos aquí como presidente y la revolución sea gobierno, en Venezuela no se aceptará que se humille su dignidad por parte de ningún imperio, así que regularizar las relaciones diplomáticas ya depende de que ellos rectifiquen”, agregó.

En represalia a la expulsión de esos dos agregados militares, el gobierno de Obama expulsó posteriormente a dos funcionarios de la embajada venezolana en Washington, que el 20 de marzo fueron condecorados en Caracas por el canciller, Elías Jaua.

El jefe de la diplomacia venezolana anunció ese día que se suspendían las conversaciones informales que ambos países habían iniciado en noviembre para tratar de regularizar los lazos rotos entre ambos países, que desde 2010 no tienen embajadores. Pese a que Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial del país caribeño, que diariamente le vende 1,5 millón de barriles de petróleo, sus lazos atraviesan uno de sus puntos más bajos desde que, a fines de 2010, Venezuela retirara el placet al que iba a ser el embajador en Caracas y Washington dejó sin visa al representante venezolano ante la Casa Blanca.

Por otra parte, la cuenta de Twitter del presidente encargado fue hackeada ayer minutos antes del cierre de las mesas de votación en Venezuela, denunció el gobierno y el equipo de campaña del chavismo. En su cuenta en la misma red social, el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, atribuyó el ataque a la cuenta @NicolasMaduro al “desespero del fascismo” que, según dijo, queda en evidencia una vez más.

“Desesperados, hackearon también la cuenta del PSUV, el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela”, añadió el funcionario venezolano en otro mensaje. El ataque se registró poco antes de las 18 hora local (22.30 GMT), cuando estaba previsto el cierre oficial de las mesas habilitadas para la elección presidencial. También fue atacada la cuenta de la directora de comunicaciones de Presidencia, Teresa Maniglia, y del PSUV, confirmó el jefe del equipo de la campaña oficialista, Jorge Rodríguez, al canal estatal VTV.

La cuenta @NicolasMaduro que el gobernante encargado abrió el 17 de marzo –que tiene 703.294 seguidores– fue intervenida después de que durante la jornada el aspirante del chavismo difundiera mensajes invitando a votar. Los venezolanos estaban convocados ayer a las urnas para elegir al sucesor del fallecido presidente Hugo Chávez entre un grupo de siete candidatos, que lideraron en intención de voto Maduro y el principal opositor, Henrique Capriles.


SI ME VIERA EL COMANDANTE...
Maduro fue electo presidente de Venezuela con el 50,6 por ciento
El sucesor de Hugo Chávez será, finalmente, el mismo que el propio líder bolivariano fallecido había elegido como continuador de la revolución socialista: Nicolás Maduro, quien seguirá gobernando el país hasta 2019. “Dedicamos esta victoria al comandante", dijo el actual presidente y destacó su triunfo "justo, legal, constitucional y popular". El Consejo Nacional Electoral aseguró que "la tendencia es irreversible" y precisó que el candidato opositor Henrique Capriles Radoski obtuvo el 49,07 de los sufragios, protagonizando así su segunda derrota consecutiva en seis meses y el cuarto fracaso de la derecha en elecciones presidenciales, desde el advenimiento del chavismo en 1999. Una multitud se congregó frente al Palacio de Miraflores para festejar el ajustado triunfo de la Revolución Bolivariana. "El rumbo sigue siendo el socialismo", ratificó Maduro.
La información fue suministrada por la titular del CNE, Tibisay Lucena, quien precisó que Maduro reunió 7.505.338, Capriles 7.270.403 y 38.765 votos se repartieron entre el resto de los candidatos. "La tendencia que da el CNE es irreversible", enfatizó la mujer.

Durante el acto en el que anunció su triunfo, Maduro dedicó la victoria al fallecido Hugo Chávez, quien "sigue invicto" ganando elecciones, dijo. Aseguró que asumirá "con fuerza" el cargo para el que fue electo y denunció la existencia de una "guerra económica" contra su país, a través del "saboteo de abastecimiento y un dólar paralelo".

Agradeció también el acompañamiento del gobierno argentino y de la presencia del vicepresidente Amado Boudou durante las elecciones y en los festejos del triunfo. "La presidenta Cristina Kirchner estuvo pendiente de estas elecciones", destacó Maduro.

También contó que recibió un llamado de Capriles, en el que éste le propuso "hacer un pacto" previo a la entrega de los resultados, y él se negó. "Le dije que si pierdo, le entrego el gobierno. Pero gané por 300 mil votos", comentó. "Que el Poder Electoral haga su trabajo y tu debes reconocerlo, le propuse, y él dijo que 'lo iba a pensar'", relató.

"De 18 elecciones hemos ganado 17. Siempre en democracia. Di orden a las fuerzas de seguridad para que protejamos al país", dijo Maduro y llamó "al pueblo que no ha votado por nosotros" a que "nos unamos por el país".

Según el CNE, casi el 78 por ciento de los 18,5 millones de electores definieron darle continuidad a la revolución socialista de la mano del electo presidente Maduro, quien protagonizó el cuarto triunfo del chavismo en elecciones presidenciales; las primeras tres las había protagonizado el fallecido Hugo Chávez en 2000, 2006 y 2012, esta última cuando aún enfermo de cáncer le ganó con el 55 por ciento de los votos también a Henrique Capriles.

Por la tarde, luego de emitir su voto acompañado por Rosa y María Chávez, las hijas del líder fallecido, así como también por “el hermano en Chávez” Diosdado Cabello, Maduro había anticipado que “las noticias son muy buenas” y que se había logrado un "récord de participación” en los comicios.

“Hoy amanecí con él, con su pensamiento, con su canto, con su obra. Y jamás soñé con esta aquí. Pero aquí estoy con el pueblo; con el pueblo que está batallando por la democracia”, enfatizó el candidato bolivariano, y pidió “que cese la intolerancia, el odio y la mentira”.

Además, sostuvo que “salvo la guerra sucia contra mí, contra mi familia contra mí, ha sido una campaña impecable” y anticipó que mañana dará a conocer en el Palacio de Miraflores los datos de cómo los medios favorecieron al candidato de la derecha: “Del 100 por ciento de publicidad que sacaban durante la campaña en televisión, el 80 por ciento era a favor del otro candidato", por Capriles, adelantó.

Los equipos de campaña tanto de Maduro como de Capriles indicaron que los comicios de hoy se desarrollaron con mucha más fluidez que las presidenciales del 7 de octubre último, aunque hubo algunas denuncia no probadas de personas que habían votado más de una vez. Las denuncias provinieron, sobre todo, de parte de la oposición, que una vez terminado el acto eleccionario se dedicó a sembrar sospecha sobre la administración de los resultados oficiales.

De los comicios participan otros cinco candidatos a los que nadie asigna probabilidad de éxito. Los centros de votación se cerraron a las 18 y los resultados fueron dados a la medianoche, debido a la ajustada diferencia.


El gobierno denunció un ataque contra el CNE
El vicepresidente ejecutivo venezolano, Jorge Arreaza, afirmó que durante el conteo de votos se provocó un breve “apagón” de la conexión a internet para bloquear el acceso a la página del Consejo Nacional Electoral, después de que se detectaran “cerca de 45 mil” intentos de ingreso hostil a ese sitio. No obstante, aseguró que los datos de las elecciones están “totalmente protegidos”.

“Hemos sido sujetos de ataques, de hackeos, no solamente en cuentas de Twitter sino también hay otra modalidad por exceso de intentos de acceso a una página de internet”, con lo cual se colapsa esa página, afirmó el funcionario, quien explicó que la decisión de provocar el “apagón” se adoptó luego de que un grupo de hackeadores radicado fuera del país anunciara un posible intento de atacar la página del CNE.

Según dijo, “sabemos que es un hackeo que no es desde Venezuela, porque se disfrazan con distintos códigos; a veces es desde Estados Unidos o desde Europa”. No obstante insistió con que los datos “están totalmente seguros porque no dependen de internet” y detalló que la vía de transmisión es “la red de fibra óptica nacional, con la red celular, que se genera una intranet que está desconectada de internet”.
Fuente:Pagina12


15.04.2013
El candidato opositor desconoció el resultado alegando irregularidades 
Maduro ganó y fue electo presidente de Venezuela 
Con un resultado más ajustado de lo que habían indicado las encuestas previas, el chavismo volvió a imponerse en los comicios presidenciales. Es el triunfo número 17 en 18 elecciones desde que Hugo Chávez llegó al poder. Comienza así una nueva etapa para el país caribeño. 
Por: Felipe Yapur 
Desde Caracas, Venezuela.
Cuando la titular del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucenas, ingresó al salón de conferencia para dar el resultado de las elecciones presidenciales, a más de uno se le detuvo la respiración. Poco a poco fue leyendo el acta que, según aclaró, expresaba una tendencia que era irreversible. Finalmente dijo que con un recuento del 99,12% de las mesas electorales, Nicolás Maduro, el candidato que había designado Hugo Chávez, se convirtió en presidente de la República Bolivariana de Venezuela con 7.505.338 votos (50,66%). En tanto, el derechista Henrique Capriles quedó segundo con 7.270.403 votos (49,07%).
Maduro, ubicado en una tribuna levantada en Miraflores, aseguró que "enfrentamos este proceso electoral con el mayor dolor por la muerte de nuestro comandante. Hemos enfrentado una guerra económica, psicológica e incluso violenta, pero el pueblo supo enfrentarla y triunfó de una manera justa, legal, constitucional y popular".

Luego del cierre de las mesas electorales, Caracas se llamó a silencio. Algo por demás infrecuente en esta ciudad. Todo el mundo se encerró en sus casas a esperar el escrutinio. Cuando se conocieron los datos oficiales, Caracas estalló. Maduro, acompañado de sus principales colaboradores, habló debajo del Balcón del Pueblo, donde solía hablar Chávez, donde afirmó que "el comandante sigue invicto". A propósito de ello, agregó que esta fue la "primera vez que no es candidato el Gigante, que dejó a su hijo, y su hijo va a ser presidente de esta patria. Yo sólo llamo al pueblo a la paz, al que votó y a los que no votaron, porque se confiaron."

Reivindicó la tarea realizada por el CNE, pidió que la oposición acepte pacíficamente este resultado y se abrazó con los hijos de Chávez. Hizo lo mismo con el vicepresidente Amado Boudou y reconoció que la presidenta Cristina Kirchner estuvo "pendiente todo el tiempo". Al cierre de esta edición, Capriles no había hablado. Sólo lo hizo Vicente Díaz, el director del CNE que responde a la oposición, quien pidió que se haga el conteo del 100% de las mesas.

Ambos candidatos votaron casi al mismo tiempo. Pasado el mediodía, Maduro llegó hasta la escuela donde suele votar y lo hizo manejando su auto. En la puerta lo esperaban sus seguidores, que se abalanzaron sobre el vehículo obligándolo a subirse al capot del auto para poder saludar y también para llegar a la puerta del establecimiento educativo. Cuando sufragó, llevó la vista al cielo y agradeció. Luego explicó que se lo dedicaba a Chávez. Frente a los periodistas aseguró que va a respetar el resultado que informe el CNE: "Esto es una verdadera democracia. Si gano por un voto, gano por mi comandante Chávez. Pido paz para la patria, que nadie se equivoque. Todos han podido expresarse en la campaña electoral. Fue limpia, salvo el saboteo a la electricidad, a la distribución de alimentos y la guerra sucia contra mi familia." Maduro todavía no lo sabía, pero en la tarde se produjeron otros sabotajes.

Capriles, en tanto, después de votar insistió con una peligrosa ambigüedad. Aseguró que respetaría la voluntad popular porque la decisión del pueblo es sagrada, "pero no lo que digan unos loquitos", dijo en obvia referencia al poder electoral que encarna el CNE. Luego se llamó a silencio para reaparecer a las 19 de Venezuela (una hora y media menos que en la Argentina) con un mensaje a través de su cuenta de Twitter: "Alertamos al país y al mundo la intención de querer cambiar la voluntad expresada por el pueblo", luego escribió una serie de mensajes donde afirmaba que recibía datos electorales de diferentes estados y que lo favorecían.

La posibilidad de que este tipo de mensajes provocara una reacción callejera del antichavismo llevó al jefe del comando de campaña de Maduro, Jorge Rodríguez, a decir que el PSUV iba a esperar con paciencia el informe del CNE (que sólo da resultados oficiales cuando la tendencia es irreversible), pero también convocó "al pueblo chavista a dirigirse al Palacio de Miraflores (sede del gobierno central) para defender, sin violencia, la democracia, la paz y la revolución". Luego el jefe del operativo de seguridad y control de las elecciones que llevó adelante la Fuerza Armada Bolivariana, general Wilmer Barrientos, dijo ante la prensa que había ordenado desplegar efectivos para disuadir posibles disturbios.

La batalla electoral no se limitó a la mera convocatoria a participar de los comicios. Los chavistas vivían una jornada particular. No sólo enfrentaban por primera una elección presidencial sin la presencia de Chávez sino que, además, este domingo se cumplían once años de la liberación del entonces presidente durante el golpe de Estado que lo derrocó por 72 horas en 2002. Las televisoras estatales recordaron durante estos últimos tres días los sucesos de aquella época.

El comando de campaña de Capriles aseguró que se trataba de propaganda electoral, y por lo tanto violaba la veda. Sin embargo, lo que realmente les molestaba era que en esas imágenes aparecían ellos participando del golpe, en especial el mismísimo Capriles. El comando de campaña Hugo Chávez negó esa denuncia y centró su análisis al rol que tuvieron los medios de comunicación privados, que nunca disimularon su respaldo a Capriles. A modo de ejemplo, el canal de noticias Globovisión llegó a transmitir como publicidad institucional yerros de Maduro durante sus discursos de campaña. Los medios de comunicación privados, que son el 90% de los existentes, fueron la principal herramienta de acción política de Capriles.

En esta oportunidad, la guerra mediática se trasladó a Internet. A menos de tres horas de los comicios, comenzó un hackeo de las cuentas de Twitter de Maduro y de varios ministros. En esas horas hubo 45 mil intentos de controlar la web del CNE, el poder del Estado responsable de la organización y control de las elecciones. El vicepresidente Jorge Arreaza denunció estos ataques a los servidores del CNE, y como determinaron que provenían del extranjero se decidió bloquear todas las consultas que se produjeran fuera de las fronteras de Venezuela. Al final de la larguísima y tensa jornada, este nuevo modelo de guerra política no logró derrotar la voluntad del pueblo venezolano de respaldar la Revolución Bolivariana.

guerra cibernética 
Poco antes del cierre de las mesas electorales el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) denunció que la cuenta de la red social Twitter del candidato oficialista, Nicolás Maduro, había sido hackeada. 

Maduro 50,66 El candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Nicolas Maduro, fue electo presidente por los próximos seis años con 7.505.338 votos.

Capriles 49,07 El candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles, obtuvo 7.270.403 votos. Decidieron apoyarlo unas 600 mil personas más que en octubre pasado.
Fuente:TiempoArgentino


14.04.2013
elecciones
Con más del 50% de los votos, Nicolás Maduro fue elegido presidente de Venezuela
El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció el triunfo de Nicolás Maduro con el 50.66% de los votos contra el 49.07% obtenido por el principal candidato opositor Henrique Capriles.
Enviado Especial
Maduro: "Voy a ser el presidente de la paz de este país"

El candidato oficialista Nicolás Maduro, consagrado como presidente electo por el Comando Nacional Electoral (CNE), dijo esta noche en alusión al estrecho margen por el que se impuso en los comicios que "yo lo dije ayer, ustedes lo escucharon, si gano por un voto ganó, si pierdo por un voto entrego el mando", y dijo que es "el primer interesado" en la auditoría electoral que reclama la oposición.

"Si el CNE hubiera dicho que otro candidato (Henrique Capriles Radonski) hubiera ganado por un voto yo estaría aquí asumiendo ese hecho, con dignidad, como nos enseñó el Gigante", dijo Maduro en alusión al fallecido presidente Hugo Chávez, ante una multitud reunida frente al gubernamental Palacio Miraflores.

Maduro informó a la multitud que mantuvo una charla telefónica con Capriles, en la que él me estaba proponiendo mandar a los jefes de campaña al CNE para hacer un pacto, "y yo le dije que no, que esperáramos a que el CNE diera los resultados, porque he ganado por casi 300.000 votos, porque yo respeto a los 7.500.000 venezolanos que me votaron, como respeto a los 7.200.000 que lo votaron a él".

El presidente electo, según el informe que dio el CNE, pidió a sus votantes que "por favor sepan administrar el resultado que hemos tenido, con humildad, sin prepotencia, sin llamar a la violencia... llamamos a la paz, a la tolerancia, al respeto a las instituciones".

En este punto aludió a la auditoría electoral que reclama la Mesa de Unidad Democrática para reconocer el resultado de estos reñidos comicios, donde las números oficiales indican que se impuso a Capriles por 7.505.338 (50,66%) a 7.270.403 (49,07%) votos.

"Quieren hace una auditoria, que se haga la auditoría. Que hagan lo que tengan que hacer. Los más interesados en la auditoría somos nosotros, para que no queden dudas de los resultados" porque "si 7.500.000 venezolanos dijeron que Nicolás Maduro debe ser presidente hasta 2019 eso debe respetarse", dijo.

"Nosotros ahora vamos a construir un gobierno poderoso del pueblo, que haya que rectificar lo que haya que rectificar para construir una nueva mayoría poderosa", agregó admitiendo elípticamente el mensaje que conlleva el resultado tan ajustado.
"En 14 años hemos ganado 17 de 18 elecciones. Cuando ganaron en 2007 Chávez dijo `perdimos` y salió a reconocerlo sin llamar al presidente del Consejo Nacional Electoral", recordó.

"Le dije a Capriles tras 15 minutos de comunicación que tenemos una diferencia de fondo (respecto del resultado del comicio), que respetara el voto porque el estaba solicitando una auditoria y mantener en vilo durante semanas a todos el pueblo", agregó.

En este punto Maduro aludió al ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, a quien "no voy a nombrar", que ganó con el 0.3 % y gobernó ocho años", y también trajo a colación las derrotas de la izquierda mexicana en las últimas dos elecciones presidenciales.

"Cuántos casos hay de eso. Nosotros estamos ganando con casi con un dos por ciento, en medio de una guerra. Primera vez que vamos a elecciones sin el Gigante (por Chávez), pero dejó a su hijo que va a demostrar como se gobierna", advirtió.
Maduro se preocupó por llamar "al pueblo bolivariano a la paz. Ellos están diciendo que nadie caiga en provocaciones, y nadie cree provocaciones, además. Paz, paz y paz. Mañana lunes 15 la revolución bolivariana entra en una nueva etapa".

Y destacó que "los análisis de cómo avanzar hacia el futuro deben ser con propuestas. Para desarrollar el Plan de la Patria, para defender el legado del único hombre que defendió a este pueblo, este humilde obrero que está aquí". Y aseguró que "estamos victoriosos, con la Constitución en la mano, estamos victoriosos".

"Esta ha sido una victoria trabajada, luchada, en medio de una situación de mucho dolor. Claro que empieza una nueva etapa, esta tiene que ser una etapa", pero "el rumbo sigue siendo el socialismo, nacional, bolivariano, para enfrentar al capitalismo".


15.04.2013 
ELECCIONES EN VENEZUELA
Capriles no reconoce el triunfo de Maduro y pide recuento de votos
El líder de la oposición en Venezuela, Henrique Capriles Radonski, afirmó esta madrugada que no reconoce el resultado de la elección presidencial de ayer, que perdió por menos de dos puntos porcentuales con el mandatario interino Nicolás Maduro, hasta tanto el Consejo Nacional Electoral (CNE) no recuente todos los votos. 
“Nosotros no vamos a reconocer el resultado hasta tanto aquí no se cuenten los votos de todos los venezolanos; le exigimos al CNE que se abran todas las cajas y todos los votos sean contados”, dijo Capriles en una rueda de prensa. 

El gobernador de Miranda comenzó su discurso desmintiendo a Maduro, quien un rato antes, en el mensaje que pronunció tras conocerse el resultado divulgado por el CNE, afirmó que Capriles lo había llamado y le había propuesto “un pacto” que rechazó. “Yo no pacto ni con la mentira ni con la corrupción; mi pacto es con Dios y con los venezolanos”, afirmó el líder de la oposición. 

“He escuchado un discurso ahora, desde el palacio de Miraflores, hablando de un supuesto pacto; yo no pacto, y menos pacto con la ilegitimidad, con aquellos que yo considero que no son legítimos”, agregó. 

Capriles aseguró que su comando de campaña recibió denuncias de “3.200 incidencias en el proceso electoral”, de las que prometió suministrar copias a la prensa.

“Yo quiero decirle al candidato del gobierno: el derrotado del día de hoy es usted, usted y su gobierno”, manifestó Capriles, que evitó nombrar a Maduro.

"Nosotros no vamos a reconocer el resultado hasta tanto aquí no se cuenten los votos de todos los venezolanos; le exigimos al CNE que se abran todas las cajas y todos los votos sean contados”, advirtió. “Esto es un mientras tanto”, señaló Capriles y agregó, en referencia al gobierno: “Elijan ustedes por qué puerta quieren salir”.
Fuente:Telam

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