TRASTIENDA DE LAS MOVILIZACIONES
Por Eduardo Di Cola*
Nunca faltan los que de distinta manera, algunas más sutiles
otras más explícitas, cuestionan la legitimidad del multitudinario festejo de
la “década ganada”. Devalúan la autenticidad de quienes masivamente con alegría
se sumaron al festejo colectivo. Buscan en la trastienda elementos que ellos
consideran “deslegitimantes”. Le niegan la calidad de dirigentes a los que
tienen la capacidad para vertebrar y conducir los movimientos sociales,
menosprecian las convicciones de quienes participan activamente en ellos,
muestran ómnibus estacionados y rescatan el espectáculo musical.
Llamativamente
son lo que tienen la imperiosa necesidad de ocultar sus propios vergonzosos “backstage”.
Tres
de los caceroleros más conocidos y activos de las redes sociales Yamil Santoro, Maximiliano Mai y Lucho Bugallo, el 16 de
abril, solo dos días antes del cacerolazo, mantuvieron al menos una reunión en
Brasil con la tristemente famosa “American Task Force Argentina – ATFA –, en
español “Grupo de Tareas Estadounidense para Argentina”, una organización
representante de bonistas y fondos buitre que litigan contra nuestra país,
entre los que se encuentra el propio fondo del pirata Paul Singer, el mismo que
nos embargó la Fragata Libertad en Ghana y contra quien estamos pleiteando en
la Corte de Nueva York.
A los contactos los mantuvieron en secreto hasta que al tomar
estado público nos les quedó otra alternativa que transparentarlo e intentar justificarse
con una serie de absurdas explicaciones.
Dicen que no saben quién los financió ni que pretendían y se
desligan de responsabilidades entre sí. No
pueden desconocer el viaje por la simple razón que viajaron. La propia Diputada
Patricia Bullrich debió aceptarlo.
Supongamos que ingenuamente confiamos en las justificaciones
y estamos dispuestos a comprenderlos. Pero lamentablemente para ellos hay algo
que va más allá de nuestra voluntad, y es que “los enemigos de la patria los consideran sus aliados”.
Estos sectores minoritarios pero con mucho poder, necesitan para
la defensa de sus intereses que la mayor parte de la sociedad no tenga
consciencia de la satisfacción que significa sentirse parte de un proyecto
colectivo. Y muchas veces sin percibirlo son empujados a recorrer andariveles
contrarios a la Nación. No quieren que revaloricen su esfuerzo, el que junto al
de todos los argentinos permitió que hoy tengamos un país mejor que el de hace
una década.
Como nos enseñó Arturo Jauretche: “El arte de nuestros enemigos es
desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por
eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con
la tristeza”.
*Ex Diputado Nacional
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