Una investigación descubre decenas de crímenes hasta hoy ocultos, cometidos entre 1973 y 1976.
Piden que el juez Oyarbide agilice una causa abierta
La Alianza Anticomunista Argentina de José López Rega sigue matando
Organismos de Derechos Humanos solicitaron que la querella avance. La justicia podría sumar atentados que están saliendo a la luz gracias a una minuciosa tarea de recopilación del periodista Sergio Bufano y la politóloga Lucrecia Teixido.
Por: Daniel Enzetti
Un profundo trabajo de recopilación que preparan el investigador y periodista Sergio Bufano y la politóloga Lucrecia Teixido, con el objetivo de presentarlo antes de fin de año, descubre atentados, secuestros, torturas y crímenes hasta hoy desconocidos, perpetrados por la Alianza Anticomunista Argentina (AAA) incluso antes del intento por asesinar al ex senador radical Hipólito Solari Yrigoyen, primer operativo firmado por los mercenarios de José López Rega.
La investigación de Bufano, militante marxista en los setenta, exiliado en México y editor de la revista-libro Lucha Armada en la Argentina, tiene una particularidad: no profundiza en el acostumbrado período en que suele ponerse la lupa cada vez que se habla de la Triple A. Es decir, a partir de la bomba en el auto de Solari, en noviembre de 1973. Sino que arranca mucho antes, en el día después de la Masacre de Ezeiza, el 20 de junio de ese año. Y se extiende hasta el 23 de marzo de 1976, horas previas al golpe de Estado.
Durante casi tres años, antes y después de la muerte de Juan Perón el 1 de julio de 1974, las bandas de la derecha que salieron a cazar indiscriminadamente a militantes de la Tendencia, gobernadores camporistas, representantes sindicales y sobre todo miembros de organizaciones armadas, eligieron otras denominaciones.
Como, por ejemplo, "Comando Libertadores de América" o "Comando Teniente Duarte Ardoy". Pero "las etiquetas no importan –dice Bufano–, eran los hombres de la Triple A que todavía no se habían presentado en sociedad. La aparición del general Jorge Osinde en el palco de Ezeiza marcó el inicio de la escalada. A partir de ese momento, la violencia parapolicial y paraestatal se hizo incontrolable."
El escritor comenzó su recopilación de a poco, en pleno exilio azteca, cuando se topó por causalidad con una lista escalofriante de atentados y fusilamientos elaborada por la Latin American Studies y publicada por la Universidad Autónoma de México en 1978. Lo movió el interés por investigar, pero además, su drama personal: en diciembre de 1974, matones del Sindicato del Plástico secuestraron a su hermano Miguel, delegado sindical en la empresa Mi Luz. Fue un viernes. El domingo a la madrugada su cuerpo apareció tirado en un basural. Días antes, le había dicho a Sergio que los hombres de Jorge Triaca lo estaban buscando.
La causa de Oyarbide. En la actualidad, la única causa abierta por los crímenes del grupo es tramitada por el juez federal Norberto Oyarbide. Pero además de estar paralizada, toma sólo algunos casos, y no los desarrollados por Bufano ni otros sueltos mencionados en procesos de lesa humanidad vinculados a hechos posteriores al golpe de Estado.
La querella fue presentada por los doctores Liliana Mazea y Pedro Dinani, en representación de José Schulman, secretario de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre; familiares de los militantes asesinados Graciela Pane y Carlos Banylis; y sobrevivientes como Carlos Zamorano, entre otros. El escrito, reabierto en 2006 después de varios intentos por llevar a juicio oral a varios genocidas, pide la imputación por delitos de homicidio, tormentos y privación ilegítima de la libertad para ocho detenidos. Y en los últimos meses recibió el apoyo de HIJOS, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, a través de Lita Boitano.
Salpica a ex funcionarios de aquella época, personajes del sindicalismo, matones de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), figuras de la Juventud Sindical Peronista que en la actualidad dan vueltas entre nosotros, y hoy viejos apaleadores de la entonces Juventud Peronista de la República Argentina, Jotaperra liderada por Julio Yessi, uno de los procesados.
El proceso sufrió varios cortes e interrupciones. En 2007, el juez decretó la prisión preventiva del ex comisario Juan Ramón Morales (fallecido impune ese año), el ex policía Miguel Rovira (no está más entre nosotros desde 2010), Rodolfo Almirón (nos dejó en 2009) y María Estela Martínez, todavía viva y libre en España.
En 2008, el fiscal federal Eduardo Taiano elaboró un dictamen donde adoptó como propias las denuncias de alrededor de 600 casos, entre asesinatos, atentados, torturas y secuestros. Lo que motivó que ese año, la Cámara Federal de Apelaciones en lo Penal, integrada por Eduardo Freiler, Horacio Cattani y Eduardo Farah, confirmara los delitos como imprescriptibles.
Sin embargo, algunos casos fueron quitados de la investigación original en 2009 y remitidos a distintos juicios de lesa humanidad. Hasta fines del año pasado, cuando Oyarbide ordenó detener y tomar indagatoria a los imputados Jorge Héctor Conti, Carlos Alejandro Gustavo Villone, Rodolfo Alberto Roballos, Carlos Jorge Duarte, Raúl Ricardo Arias, Norberto Cozzani y Rubén Arturo Pascuzzi, además del mencionado Yessi.
La Liga y distintos organismos de Derechos Humanos acaban de reiterar el pedido al juez para que agilice el expediente. Y si Oyarbide lo requiere, podría incorporar el material aportado por Bufano, en su gran mayoría totalmente inédito.
A la caza de Enrique Grynberg. Uno de los atentados más importantes que reflota Bufano, tan desconocido como emblemático, es el que sufrió Enrique Grynberg, militante de la JP de 34 años asesinado el 26 de septiembre de 1973. Desconocido porque, más allá de algunos de sus amigos, y de su compañera, Isabel Morera, injustamente muy pocos lo recuerdan. Y emblemático debido a que el crimen se produjo un día después de que José Ignacio Rucci terminara cosido a balazos cuando salía de su domicilio en Flores. Esa caída de Grynberg fue el bautismo de una serie de venganzas de la derecha por la eliminación del metalúrgico.
"El asesinato de Rucci lo cambia a Perón –dice José Pablo Feinmann en el tomo 2 de Peronismo, Filosofía Política de una persistencia argentina–. Cambia las prioridades que tan prolijamente había enunciado. Convoca una reunión urgente del Consejo Superior Justicialista. Este Consejo estaba integrado por personajes insospechables de cualquier tipo de zurdismo. Eran Lorenzo Miguel, Jorge Camus, Humberto Martiarena, Norma Kennedy y Julio Yessi. A este individuo no lo hemos mencionado. Era un pelele de López Rega y lo habían puesto al frente de una presunta agrupación juvenil que inventaron para demostrar que había muchas expresiones de la juventud peronista. La de Yessi llevó por nombre Juventud Peronista de la República Argentina. La Tendencia la bautizó: la jotaperra."
Aquel 26 de septiembre, alguien tocó el portero eléctrico de su departamento, que no andaba muy bien. Enrique creyó escuchar la voz de su padre, bajó tres pisos por escalera, se asomó al frente de la vivienda y recibió nueve disparos de cuatro personas que lo esperaban en la vereda. Las armas eran calibre 22 y cuarenta y cinco.
El caso es uno de los tantos que desempolva Bufano, e integra la investigación que lleva a cabo con Teixido, su mujer. Y que la justicia podría incorporar a la causa de la Triple A, si lo decide.
Fuente:TiempoArgentino
09.06.2013
la triple a sigue matando
Sergio Bufano: "La derecha salía a cazar"
Las advertencias de Perón a la Juventud, el rol de López Rega, Osinde, Margaride y el comisario Villar.
Por: Daniel Enzetti
En qué momento empieza a investigar los pasos de la Triple A?
–Durante el exilio en México, cuando llegó a mis manos, de causalidad, un librito editado caseramente y que no tuvo mucha circulación, que enumeraba asesinatos, desapariciones y víctimas, con fechas y lugares precisos. Más allá del material, me impresionó desde lo personal. Yo sabía quién había matado a mi hermano, y el tema también me interesaba desde ese costado. Al regresar al país en 1984 reuní datos de archivo, hablé con muchos compañeros, junté testimonios, y de a poco fui desmenuzando los crímenes que la derecha provocó en el país sobre todo después de la Masacre de Ezeiza. Porque hay que aclarar una cosa: los hombres que integraban las bandas parapoliciales y paraestatales de la Alianza Anticomunista Argentina no comienzan a matar a partir del atentado contra (Hipólito) Solari Yrigoyen, el primero firmado como "Triple A". Antes se autodenominaban Comando Libertadores de América en Córdoba, por ejemplo, pero eran los mismos. Porque otra de las equivocaciones es pensar que esos grupos nacen con la muerte de Juan Perón. Es verdad que se movieron con una impunidad todavía más absoluta desde ese momento, pero en mi artículo "Perón y la Triple A", publicado hace algunos años, trato de explicarlo: el terror es anterior.
–¿Se puede marcar una fecha exacta?
–Por supuesto. Para mí, la franja va desde Ezeiza, el 20 de junio de 1973, hasta el golpe de Estado de 1976. En ese período ocurren casos increíbles que pintan el grado de locura violenta que había en aquella época. Al día siguiente de la muerte de Perón, el 1 de julio de 1974, la derecha asesina a un chico que iba a rendirle homenaje al Congreso, y así pasó con centenares de crímenes anónimos. El tema era "matar a los zurdos", reprimir a la izquierda, con todo el aparato estatal a disposición: el Ministerio de Bienestar Social, los sindicatos, las comisarías. En una oportunidad, el asesino de dos abogados defensores de presos políticos no tuvo ningún problema en dar como dirección particular a la policía Medrano 80, la sede en Capital de la UOM. Salían de caza.
–¿Por qué el inicio es Ezeiza?
–Porque en el palco estaba el general Jorge Osinde, y sus muchachos con itacas y ametralladoras. ¿Quién autorizó a un personaje como Osinde a poner toda esa gente armada en el escenario para recibir a Perón? Una versión es que a Cámpora, el tema se le fue de las manos, y no voy a dudar de Esteban Righi, entonces ministro del Interior, un tipo incapaz de aceptar eso y a quien conozco muy bien. Pero lo cierto es que el poder político avaló esa represión, y la seguidilla de muertes, torturas y atentados se hizo incontrolable. Sobre todo contra Montoneros.
–Se habló bastante de la responsabilidad directa de Perón en esa escalada, contra la "teoría del cerco" que la juventud enarboló hasta último momento, para explicar la manera en que la derecha actuaba a espaldas del ex presidente. Sin embargo, es una discusión que todavía se mantiene...
–Mirá, al otro día de la Masacre de Ezeiza, Perón, por cadena nacional, dijo que no quería infiltrados, y que el verdadero peronista debía ponerse la camiseta. Hay un solo destinatario para ese mensaje, y es la juventud. A partir de ese momento, y es el tema de mi investigación, existen por lo menos 20 advertencias, a través de discursos, declaraciones y documentos, de Perón hacia Montoneros y la JP en general. La línea es "No saquen los pies del plato". Por supuesto, jura que respetará los métodos democráticos de control, pero al mismo tiempo, las bandas de derecha siguen operando con total libertad. Voy a tu pregunta: después de haber ofrecido "la vida por Perón", haberse enfrentado contra los militares en el '55, y contra la policía durante la resistencia, es muy difícil para un militante reconocer que Perón los mandó matar. Yo vengo de la izquierda marxista, y lo entiendo, porque nosotros también idealizamos a muchas figuras, como el Che Guevara, hasta darnos cuenta de que además de ser un hombre heroico, cometió muchísimas equivocaciones.
–¿Quién es Perón? ¿El que enfrentó a la Revolución Libertadora, o el último?
–Los dos. El que en los años cuarenta crea la justicia social, la dignificación al obrero, los derechos a la mujer, la industrialización del país, el trabajo, la justicia. Pero también el de la vuelta al país, en una época que fue tenebrosa. ¿Por qué, después de ganar las elecciones y tener un abrumador apoyo de la gente y de prácticamente todos los sectores políticos, no tranquilizó las cosas con reglas democráticas? No sólo eso, sino que además era peligrosamente irónico. En medio de los atentados, una delegación de la JP en la que estaba Dante Gullo lo visita en Gaspar Campos. Le ponen 80 mil personas en la calle, apoyándolo a los gritos, y le dicen que quieren un trato directo, conversar con él, mantener lazos permanentes. Perón se compromete a reunirse con ellos cada quince días, sin intermediarios. Hasta que viene la sorpresa: dos días después, López Rega llama a la Juventud, y les informa que había sido designado como intermediario. Justo López, cuya cabeza fue la que pidió la JP para calmar los ánimos. Es la época de la aparición de Luis Margaride y Alberto Villar en la Federal, y la reincorporación que hace Raúl Lastiri de tres policías que habían sido exonerados de la policía. Todo coronado con el ascenso meteórico de López Rega, de cabo a comisario general. Rodolfo Walsh hizo muy bien en darles a ellos el título de jefes de la Triple A.
La nueva cronología del terror
1973
Julio: Ricardo Otero, de las 62 Organizaciones, advierte que "Córdoba va a ser la capital del peronismo", y que "se es peronista o se es traidor". Luz verde para los asesinatos en la provincia, que después derivarían en la caída de Ricardo Obregón Cano, gobernador de la Tendencia.
13 de agosto: internan al militante de la JP Osvaldo Cirilo Heredia, después de secuestrarlo y torturarlo durante varios días. Sobrevive.
15 de agosto: militantes que participan en un acto de apoyo al gobernador bonaerense Oscar Bidegain son detenidos por la policía y torturados en una comisaría.
17 de agosto: bandas del Comando de Organización incendian el ateneo Heroica Resistencia, en la provincia de Buenos Aires. Local perteneciente a Montoneros.
23 de agosto: unas 20 personas asaltan el ateneo Juan Pablo Maestre, al grito "este local está lleno de bolches". Acribillan a tiros el frente, y golpean a los participantes en una asamblea.
Agosto: secuestran a Teresa Jesús Guardia, militante de 23 años de la JP. Antes, la drogan en la calle para hacerle perder la conciencia.
Agosto: vuelven a secuestrar a Osvaldo Heredia, de 17 años. Lo torturan y lo tiran vivo a un basural.
5 de septiembre: antes de la asunción de Perón, Jorge Osinde lo visita en Gaspar Campos. "El trato es cordial", según la investigación de Sergio Bufano. Había pasado la masacre de Ezeiza.
13 de septiembre: el cuerpo de Horacio Manuel Ortegui, interventor del PJ de Campana y militante de la Tendencia, es encontrado con cinco balas en la cabeza y las manos atadas por la espalda. Días antes había hecho declaraciones a favor de Montoneros.
14 de septiembre: el cuerpo de José Damiano, de 29 años y militante cordobés de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), es encontrado con dos balazos en la cabeza.
14 de septiembre: el mismo día también aparece asesinada Olga Acosta, secretaria de la unidad básica Evita Combatiente.
28 de septiembre: tres hombres atacan a balazos a Roberto Raúl Catala, quien sobrevive a pesar de los impactos en la cara. Los autores del atentado dejan un papel con la leyenda "Comando de represión marxista, Teniente Coronel Duarte Ardoy".
4 de octubre: entran cuatro personas a la redacción del diario de San Nicolás, y matan ahí mismo a su director, José Domingo Colombo.
Octubre: unos 30 hombres entran al barrio San Pablo, sobre la Ruta 197, y asesinan de cuatro balazos a Nemesio Aquino, miembro de JTP. En esos días era el encargado de organizar una columna para ir a la asunción de Perón.
Octubre: en Rosario asesinan a Constantino Rasetti, bioquímico de 54 años, amigo de Héctor Cámpora.
31 de octubre: entran a la casa del delegado Pablo Fredes, lo sacan a la fuerza y lo ejecutan a balazos en la calle.
Fuente:TiempoArgentino
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