27 de junio de 2013

URUGUAY.

OPINION
A cuarenta años del golpe, la generación del silencio
Por Jorge Majfud *


A los tres años subí a la torre de control del cuartel de Rivera, Uruguay, y toqué las alarmas. Al grito de “se escapan los tupas” se desplegaron los militares hasta que me descubrieron y me gritaron “¡Bajate de ahí, hijo de una gran puta!”. Esto lo recuerdo bien. No recuerdo, como decía mi abuela y lo repetían otros, que me bajé enojado y el milico me llevó arrastrando de un brazo.

Eso fue en el año 1973. Antes había conocido la cárcel de Salto y por último la de Libertad, con motivo de las visitas que mi familia le hacía a mi abuelo, Ursino Albernaz, “el León pelado”, el viejo rebelde, la oveja negra de una familia de campesinos conservadores. Según diversos testimonios, el viejo fue detenido por darles de comer en su granja a unos tupamaros prófugos. Desde entonces tuvo que aguantar todo tipo de torturas, encapuchado y golpeado por algunos de sus vecinos de poco rango; con las manos atadas por detrás, tuvo que esquivar los piñazos del ahora célebre capitán Nino Gavazzo, a quien hasta los servicios de inteligencia de Estados Unidos (con un historial vergonzoso en las dictaduras de la época) impidieron su ingreso al país calificándolo de “borracho bocón” cuando se supo de la amenaza contra la vida del congresista estadounidense Edward Koch.


De esos cursos en el infierno, mi abuelo salió con una rodilla reventada y algunos golpes que no fueron tan demoledores como los que debió sufrir su hijo menor, Caíto, muerto antes de ver el final de lo que él llamaba “tiempos oscuros”.


En la cárcel de Libertad (la más famosa cárcel de presos políticos se llamaba así porque estaba en un pueblo del mismo nombre, no por la incurable ironía rioplatense), el tío Caíto le confesó a su madre que había sido allí, en la cárcel, donde se había convertido en aquello por lo cual estaba preso. Siempre hablaban a través de un vidrio. Luego seguíamos los niños por otra puerta y salíamos a un patio tiernamente equipado con juegos infantiles. Allí estaba el tío, con su bigote grueso y su eterna sonrisa. Su incipiente calvicie y sus preguntas infantiles. A mí me elegían siempre para memorizar los largos mensajes que todavía recuerdo, ya que desde entonces perdí la generosa capacidad de olvidar. Entre los niños hamacándose y tirándose de los toboganes, yo me acercaba al tío y le decía, en voz muy baja para que no me escuchara el guardia que caminaba por allí, el mensaje que tenía.


El tío había sido torturado con diferentes técnicas: en Tacuarembó lo habían sumergido repetidas veces en un arroyo, lo habían arrastrado por un campo lleno de espinas. Lo habían encerrado en un calabozo y, mostrándole una riñonera ensangrentada, le habían informado que lo iban a castrar al día siguiente, razón por la cual había pasado aquella noche intentando esconder sus testículos en el vientre hasta reventar. Al día siguiente no lo castraron, pero le dijeron a su esposa que ya lo habían hecho, por lo cual su flamante esposo ya no le iba a servir ni de esposo ni de padre para sus hijos.


La tía Marta volvió al campo de sus suegros y se pegó un tiro en el pecho. Mi hermano y yo estábamos ese día de 1973 en aquella casa del campo, en Tacuarembó, jugando en el patio al lado de una carreta. Cuando oímos el disparo fuimos a ver qué ocurría. La tía Marta estaba tendida en una cama y una mancha cubría su pecho. Luego entraron personas que no puedo identificar a tanta distancia y nos obligaron a salir de allí. Mi hermano mayor tenía seis años y comenzó a preguntarse: “¿Para qué nacemos si tenemos que morir?”. La abuela Joaquina, que era una inquebrantable cristiana a la que nunca vi en iglesia alguna, dijo que la muerte no es algo definitivo, sino sólo un paso al cielo. Excepto para quienes se quitan la vida.


–¿Entonces la tía Marta no irá al cielo?

–Tal vez no –contestaba mi abuela–, aunque eso nadie lo sabe.

El tío Caíto murió poco después de salir de Libertad, en 1983, casi diez años más tarde, cuando tenía 39. Estaba enfermo del corazón. Murió por esta razón o por un inexplicable accidente en su moto, una noche, en un solitario camino de tierra, en medio del campo.


Ninguno fue un desaparecido. Ninguno murió en una sesión de tortura. Como muchos, fueron simplemente destruidos por un sistema y por una cultura de la barbarie.


El resto, aquellos niños que fuimos, seguiremos de alguna forma vinculados con esa barbarie hasta nuestras muertes. Nos queda, sin embargo, la posibilidad de ejercitar nuestra libertad de conciencia y hacer algo con todo ese estiércol, como un agricultor que abona un suelo en procura de algo más bello y productivo.

El 27 de julio de 1973 tuvo lugar el golpe de Estado cívico-militar que duró hasta 1985 y que precedió al golpe en Chile el 11 de setiembre y el de Argentina tres años después.
* Escritor. Jacksonville University.
Fuente:Pagina12


27.06.2013
aniversario
Marchas y actos en Montevideo, a 40 años del golpe militar en Uruguay
Con una sesión extraordinaria del Parlamento y diversas manifestaciones, el país vecino conmemora hoy los 40 años del golpe cívico militar del 27 de junio de 1973.

La actividad principal de una semana que comenzó con la conferencia magistral conmemorativa del periodista argentino Horacio Verbitsky en la Intendencia Municipal de Montevideo será la sesión extraordinaria de la Asamblea General (Parlamento) en el Palacio Legislativo de la capital.

Por su parte, la central sindical PIT CNT convocó a una concentración en la céntrica esquina de 18 de Julio y Andes para luego leer una proclama en la explanada del Teatro Solís, en el acceso de la Ciudad Vieja, a las 18.

Esa actividad contará luego con intervenciones urbanas de la Comedia Nacional que serán transmitidas en vivo por TV Ciudad, informó la Secretaría de Comunicación del Frente Amplio.

Para las 20 está prevista la exhibición en el Teatro Solís de la serie documental "Huellas, a 40 años del golpe", producidas por TV Ciudad y Montevideo Capital Iberoamericana de la Cultura.

Además, en la Federación del Vidrio se proyectarán los documentales "A las 5 en punto" y "La última noche de la democracia", con la participación del senador Daniel Martínez y del vicepresidente del Frente Amplio, Juan Castillo.
Fuente:Telam

cuarenta años
El golpe de Estado y las nuevas generaciones en el Parlamento
Publicado el 27/6/2013 

Verónica Alonso
En la clase política uruguaya está ganando espacio poco a poco una generación que del 27 de junio de 1973 únicamente se maneja con brumosos retazos extraídos de su memoria.

En el Parlamento nacional hay hoy un importante porcentaje de legisladores que, o no eran nacidos en 1973 o recién estaban dando sus primeros pasos, literalmente hablando. Algunos de esa generación hablaron con LA REPÚBLICA sobre lo que entendían del día en que desde la presidencia de Juan María Bordaberry se resolvió disolver el lugar en el que hoy trabajan y que se transformó en una fecha que pauta un antes y un después en la vida política contemporánea. “Estos que estaban acá, no vuelven más” es una frase dicha por un militar que participó en la toma del Palacio Legislativo. Poca gente sabe además que los dos amplios recintos donde sesionan las cámaras legislativas se habían tapiado con un entrepiso de madera ocultando las bancas y el escritorio de las presidencias. Aníbal Pereyra es diputado del MPP por el departamento de Rocha.


Tiene 46 y “por eso no tengo recuerdos del día del golpe de Estado”, confiesa. “Sí tengo imágenes de los años de la dictadura cuando en mi departamento y en la ciudad de Rocha ser de izquierda era muy peligroso”, relata, recordando además que Rocha fue uno de los departamentos en que venció el “sí” cuando en 1980 la dictadura plebiscitó una reforma constitucional. Sin embargo “recuerdo momentos de la campaña electoral de 1971 cuando en Rocha pasaba la caravana del Frente Amplio y una bala mata a un niño. Por años se dijo que el disparo lo había hecho alguien que venía en la caravana, cosa que es falsa. 


También en Lascano le incendian el estrado donde la fórmula presidencial del FA iba a dar un discurso y, en lugar de ayudar a apagarlo, una mujer se acercó pero con un balde de querosene.


Mi padre, que era colorado y luego se hizo comunista, era quien distribuía clandestinamente material del PCU en el departamento”. Fitzgerald Cantero es diputado colorado. Tiene 35 años “y vengo de un hogar de laburantes”, ilustra. “Creo que hace bien mirar para atrás para evitar volver a vivir hechos como esos. La democracia requiere trabajo constante”, sostiene, “y creo que esta fecha sirve recordarla para no repetir errores porque, cuanto más sepamos lo que pasó, mucho mejor”. Verónica Alonso es diputada del Partido Nacional. Tiene 39 años “aunque en realidad nací el mismo año del golpe de Estado, en octubre”, aclara. Reconoce que “mucho de lo ocurrido en ese tiempo lo conozco por libros o relatos de testigos. Creo que debemos mirar la historia con la perspectiva del tiempo pero sin quedarnos anclados en él, sin revanchismos”.


Entiende que “mucho se ha avanzado en materia de DDHH y en la Justicia pero creo que mientras haya referentes que vivieron esos hechos en carne propia, vamos a tener una mirada muy particular de lo acontecido”. Daniel Radío es diputado del Partido Independiente. Tiene 54 años “y creo que aprendimos muy mal de lo ocurrido”, enfatiza. “No somos inocentes de lo que pasó sino corresponsables del desgaste social y político que se verifica en febrero del 1973 cuando se quiebra la institucionalidad”.


Asamblea General y dos libros

La Asamblea General del Parlamento se reunirá hoy a partir de las 14.30 horas para una sesión solemne con motivo de cumplirse los 40 años del Decreto Nº 464/973 redactado por el gobierno de la época y por el que se declararon disueltas las Cámaras de Senadores y de Diputados y seguidamente se creaba un Consejo de Estado. Hará uso de la palabra un representante por cada partido político. Por otra parte, en el marco de la recordación del golpe de Estado, en la presente jornada se presentan dos libros. Uno de ellos “Orden y Progreso” trata de la influencia de Brasil en el golpe.

El libro fue realizado por Federico Leicht y fue publicado por Ediciones de la Plaza. Su presentación será hoy a las 19 horas, en el Bar Tabaré.


En la investigación se vincula el proyecto de invasión de Brasil si el Frente Amplio ganaba las elecciones en 1971, el exilio del ex presidente Joao Goulart en nuestro país, y el secuestro del cónsul Aloysio Días Gomide por el MLN-T.


Por otra parte, hoy a las 14 horas y en la sede de APU se presenta el libro “El informe Orletti: conexión internacional” editado por Pozodeagua, bajo la responsabilidad de Enrique Rodríguez Larreta, Pincho Casanova y Macarena Montañez. El libro presenta documentos y fotografías y recoge el informe presentado por Enrique Rodríguez Larreta Piera en la sede de Amnesty Internacional de Londres, en 1977.

Fuente:LaRepublica

La madrugada donde parió la dictadura más infame de la historia uruguaya
Escrito por: Dr. Federico Fasano Mertens 
Jueves 27 de junio de 2013

27 de junio de 1973: los tanques en la calle
La madrugada donde parió la dictadura más infame de la historia uruguaya, yo no me encontraba en el hollado solar uruguayo. Condenado a muerte por el tenebroso ‘’Escuadrón de la Muerte’’, cuya sentencia sobre mi vida fue difundida por el semanario ‘’Azul y Blanco’’ y obligado a presentarme todas las semanas ante la Justicia militar por el frustrado putsch de diciembre de 1972, mi hermano Carlos me obligó a huir a Buenos Aires, 72 horas antes del golpe. Así me lo habían aconsejado el propio Seregni y Wilson Ferreira, los mismos que me pidieron investigar el caso Amodio Pérez, visto el deterioro día a día de las condiciones objetivas y subjetivas para enfrentar el golpe y el alarmante cariz que iba tomando la coyuntura.

Esa noche mi suegro murió de un infarto, mi casa fue ocupada, mis hijos fueron repartidos en residencias de familiares y amigos, mi esposa comenzó a preparar su exilio, mi hermano y su mujer pasaron a la clandestinidad. 

Me llevaron casi a rastras a una ‘’corta lejanía’’ que finalmente duró 12 años. Yo quedé en Buenos Aires, mientras mi hermano Carlos volvía a continuar la lucha en territorio ocupado y cayó prisionero durante 6 dramáticos años, hasta que la solidaridad internacional lo rescató de las entrañas del Leviatán. 

Ni imaginábamos la dimensión del terror que impondrían en la sociedad, este conjunto de motineros armados, que compraron el discurso de la oligarquía financiera, temerosa del ascenso de la lucha de masas que amenazaba su dominación. 

En Buenos Aires me encontré a Enrique Erro y a ZelmarMichelini instalados muy cerca uno de otro en dos hoteles de la Avda. Corrientes, el Roy y el Liberty, cuyo dueño después desaparecido por la dictadura fue entrañablemente solidario con Zelmar. 

Nos encontrábamos, río mediante, lejos del monóxido de la represión, en esas tierras donde se respiraba una ráfaga histórica de aire fresco al culminar 18 años de tutela militar en la Argentina, con el ascenso del peronista Héctor Cámpora a la primera magistratura del país. 
Federico Fasano Mertens
El día del golpe el hotel Liberty era una romería. Un solo estado de ánimo: tristeza e incredulidad. El país más civilista de América Latina, junto con Chile, cerraba 83 años de gobiernos constitucionales (con el intervalo del golpe blando terrista y baldomirista)y retrocedía al día anterior de aquel mediodía de 1890 cuando el General Máximo Tajes le entregaba la banda presidencial al civil Julio Herrera y Obes. A la tristeza y la depresión que campeaba en el Liberty le siguió una unánime ingenuidad: ‘’el golpe no tiene destino en Uruguay, dura muy poco”. 

Esa noche mi suegro murió de un infarto, mi casa fue ocupada, mis hijos fueron repartidos en residencias de familiares y amigos, mi esposa comenzó a preparar su exilio, mi hermano y su mujer pasaron a la clandestinidad. 

Ese día cambió mi vida y la de millones de uruguayos.

Ese mismo día comenzó la resistencia que no se detuvo sino hasta la caída de la abominable tiranía. Y que no terminará hasta que no se haga justicia plena para que la sangre de nuestros mártires no haya sido derramada en vano. 

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Carlos Demasi: Desde la resistencia a la dictadura a la consolidación del régimen 
Fuente:http://www.lr21.com.uy 
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