23.07.2013
entrevista a juana meller de pargament
"Los años no me pesan, quiero darlo todo"
Llena de vitalidad, la más grande de las Madres de Plaza de Mayo acaba de celebrar su cumpleaños 99.
Por:
Gerardo Aranguren
La vida le cambió a Juanita el 10 de noviembre de 1976. Esa madrugada, una patota de civil entró a su casa y secuestró a su hijo Alberto. Desde ese día, Juana Meller de Pargament no dejó de caminar, buscar, reclamar y luchar junto a sus compañeras de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.
"Los años no me pesan, pienso seguir hasta donde pueda y todo lo que pueda dar. Quiero darlo todo como ejemplo de que cuando uno quiere, puede", manifestó Juanita, quien el sábado pasado cumplió 99 años, durante una entrevista para Tiempo Argentino.
Sentada en una oficina de la Casa de las Madres, edificio donde funciona la Universidad Popular, la mayor de las Madres luce pequeña mientras recuerda lo que le tocó vivir en los últimos 37 años.
"Después de oír que se llevaban a los jóvenes de su casa, del taller, de la oficina, del colegio secundario, universidades, ahí uno se pone alerta. Pero cuando le golpean la puerta a uno y le dicen que buscan a su hijo, entonces es cuando se ve una realidad y se siente algo muy fuerte", sostuvo. "Me decían que iban a volver pero no les creí y tenía razón, mi hijo no volvió así que había que ir a buscarlo y saber qué había pasado, por qué se lo llevaron", relató.
El mismo día que secuestraron a su hijo Alberto, médico y psicólogo de 31 años, quien vivía en la casa familiar con su mujer, Juana salió de su casa a recorrer cuarteles, comisarías e iglesias, y obtuvo en todos la misma negativa.
"Les dije a todos en casa que me iba a buscarlo. Salí a la mañana volví a la noche, pero no había ninguna novedad. A cada lugar donde iba me encontraba gente que reclamaba lo mismo. Golpeé la puerta de los militares, en la policía y la respuesta era que no lo tenían o que no lo conocían", recordó.
Pero la respuesta menos esperada la recibió en las iglesias católicas, donde mujeres que buscaban a sus hijos e hijas pedían por la intermediación de los religiosos: "Fui a la Iglesia, me acerqué a todos los obispos uno por uno, pidiéndoles. 'Se los llevaron pero no vuelven, denos una mano', pero la respuesta fue: 'Señora, no podemos ayudar a subversivos.' En cualquier iglesia era la misma respuesta."
Pasaron los meses de búsqueda y esas mujeres que caminaban solas para encontrar alguna pista sobre sus hijos comenzaron a agruparse, organizarse y marchar en la Plaza de Mayo en reclamo de información.
Juanita recuerda que por todos los lugares por donde peregrinaba había mujeres reclamando, que su situación se repetía en otras familias. "A raíz de eso es que entre nosotros nos ponemos de acuerdo en que la unión hace la fuerza, que éramos muchas y si reclamábamos todas a viva voz, por ahí lográbamos algo.
Llegamos a la conclusión de que socializar la maternidad era reclamar por todas estas madres que están reclamando a sus hijos y no daban con ellos. Y seguimos caminando. Todos los días caminamos, era inútil pero nuestra esperanza seguía", indicó.
En abril de 1977, al salir de una parroquia, una de las madres, Azucena Villaflor de Vicenti, propuso ir a pedir una audiencia con el dictador Jorge Rafael Videla en la Casa Rosada. Sostenían que desde allí salían "todas las directivas" para secuestrar y desaparecer personas, que allí tenían la información para poder dar con sus hijos. Estaban reunidas en la Plaza de Mayo cuando se acercó un policía a decirles que no podían estar ahí, que había estado de sitio. "Tienen que circular", fue la orden del uniformado, que de esta forma marcó el inicio de las rondas que todos los jueces realizan las Madres alrededor de la pirámide de la plaza.
"El siguiente jueves volvimos y ya empezamos a caminar en círculo para que no nos llevaran detenidas. Lo seguimos haciendo durante más de 1800 jueves, durante los cuales no paramos. Prometemos seguir este reclamo permanente porque habla de la voluntad de las Madres, de seguir esforzándonos, reclamando la presencia de nuestros hijos que se han llevado", manifestó.
Con voz fuerte, esta pequeña mujer, quien sigue luchando a sus 99 años, destaca que "en todo momento" se hace notar la ausencia de las dos generaciones desaparecidas en la última dictadura. Asegura en ese sentido que "a cada familia que le tocó, tiene un sitio que no se ocupa" y que las Madres prometen seguir con esa lucha, "que no puede terminar, debe de continuar".
Pargament eligió pocas palabras para definir a los gobiernos democráticos que siguieron a la dictadura cívico militar. Opinó que fueron "amigos de los militares" y recordó el momento en que la Asociación de Madres, encabezadas por Hebe de Bonafini, rechazó los subsidios ofrecidos por Ricardo Alfonsín a las familias de las víctimas del terrorismo de Estado.
"Tuvimos la suerte de que apreció un Kirchner", recalca y explica: "Néstor tenía conceptos distintos y fue a conocer a las Madres. Un día, en una marcha de Resistencia, 19 madres se reunieron con él por primera vez. Nos dijo que comprendía nuestro dolor y que él también podría haber desaparecido porque era un militante. Comprendió nuestra lucha y se nos abrió un cielo al ver que un gobierno manifestaba que comprendía la lucha y entrega de cada madre a la que se le han llevado a sus seres queridos. Los pasos que dio ese gobierno fueron parte del cambio, algo que querían nuestros hijos."
Conceptos similares tuvo con la gestión de la presidenta Cristina Fernández. "Cristina se puso en la misma posición de comprensión a la lucha de las Madres", dijo.
En esos años pudieron construir el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi) en el predio de la ex ESMA, donde también han llegado otros organismos de Derechos Humanos. A ese proyecto se sumaron luego la Radio de las Madres, la Universidad Popular y tantos otros.
"Hemos logrado con esta presidenta que el camino y la revolución con la que estaban empecinados nuestros hijos, para cambiar políticamente muchas cosas en este país, se pueda ver realmente a través de ella. Por eso, nuestra esperanza camina al lado de ella", manifestó. "Pese a los años –agregó–, estamos dispuestas a hacer los cambios que sean necesarios para que este país sea el país más hermoso. Así será mientras podamos dar una mano." Para Juanita, todas la Madres caminan "a la par, porque la lucha tiene que seguir como ha seguido hasta ahora", para recordar a sus hijos. "Hablar de su lucha, comprender por qué se los llevaron, qué es lo que querían lograr con esa entrega tan única. Querían cambiar el país, una revolución de cambio", explicó.
Fuente:TiempoArgentino

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