El recuerdo de Agustín Tosco[1]
EL HISTORIADOR – ACTA (las llamadas aclaratorias AB)
A 41 años de
-¿Puede usted relatarnos sintéticamente qué pasó el 22 de agosto de 1972 en el Penal de Rawson?
- Desde el 15 de agosto, día de la evasión, vivíamos en un clima de gran ansiedad. Habíamos sido reagrupados en pabellones distintos a los que ocupábamos en aquella fecha, y aislados rigurosamente en cada una de las celdas individuales. La puerta de la celda era maciza, con algunos agujeros de un centímetro de diámetro, que hacían de mirilla para los celadores que nos observaban y controlaban constantemente. Una especie de pequeña ventana, con barrotes cruzados, semejante a una claraboya sin vidrios, colocada sobre la puerta, nos permitía mirar directamente a algunos compañeros, a los ubicados en las cinco o seis celdas de enfrente; para ello debíamos subirnos a la cabecera de la cama y estar en posición muy incómoda. Pero lo hacíamos con entusiasmo, pues eso nos permitía contactarnos de alguna manera, plantearnos los interrogantes que la situación de incomunicación nos obligaba, e ir trasmitiendo las opiniones con el lenguaje mudo de la mano, en lo que ya éramos expertos. Dados los cuarenta y cinco metros de longitud del pabellón y las dos series de veintiún celdas a cada costado del mismo, la retrasmisión se iba haciendo en forma de zigzag hasta completar la totalidad.
Nuestra preocupación mayor era la suerte corrida por los compañeros que se habían fugado. Muchos de los prisioneros pertenecían a organizaciones armadas y otros no; es decir, los que nos encontrábamos en el pabellón. Mas a todos nos embargaba una serie inquietud pues la noche del 15 de agosto, habíamos escuchado por radio que todavía en ese entonces se nos permitía tener, que habían sido apresados en el Aeropuerto de Trelew; que se les había dado garantías de reintegrarlos al Penal; que estaban en marcha hacia el mismo, en una columna que encabezaban Pujadas[2], el juez Godoy, el Dr. Amaya[3] y miembros de las fuerzas de represión. La noche del 15 de agosto, en la que permaneció tomado interiormente el Penal, escuchamos las emisoras de Chile, donde se daba cuenta del secuestro del avión, y que en él viajaban Santucho, Osatinsky, Vaca Narvaja, Gorriarán, Quieto y Menna[4]. Pero el 16 de agosto a la mañana, que se nos incomunicó, no sabíamos casi nada de los diecinueve restantes.
Teníamos la posibilidad de informarnos muy precariamente por dos vías: en la guardia los celadores solían escuchar los informativos y todos hacíamos un profundo silencio para tratar de pescar algo; el contacto con algunos celadores más "flexibles". Cuando nos abrían la puerta para ir al baño o cuando nos traían la comida, también podía damos una "pista".
Antes del mediodía del 22 de agosto, algunos compañeros comenzaron a transmitir con el lenguaje mudo que parecía que tres prisioneros que estaban en
A medida que lográbamos noticias, precarias todas, iba aumentando el número de muertos. Decían que Pujadas había intentado apoderarse de la ametralladora de un guardia, que se había generalizado un tiroteo y que habían caído todos. A las 17 horas estaba prácticamente confirmado que habían sido muerto los diecinueve compañeros en
Fuer
A la noche se preparó un homenaje simultáneo en los seis pabellones ocupados por los presos políticos y sociales. Espontáneamente cada uno relataba aspectos de la vida, las convicciones, la personalidad de los caídos, hasta completarlos a todos. Posteriormente hablaron varios enjuiciando y condenando el alevoso crimen y fijando la responsabilidad en
Se entonaron colectivamente las distintas marchas partidarias[5]. Todo quedó en silencio. Los guardias ordenaron acostarse. Esa noche nadie durmió. El recuerdo de los mártires caídos, la imagen de cada uno, el heroico ejemplo de cada uno, llenaba la imaginación, hacía estremecer los sentimientos y daba una pauta más del duro y glorioso camino revolucionario que recorren
Discurso de Agustín Tosco a poco de ser liberado, denunciando
"Queridos compañeros y compañeras:
Quiero expresar en primer término el profundo reconocimiento a esta solidaridad combatiente de la gloriosa Córdoba, del glorioso Cordobazo. Después de prácticamente un año y medio de prisión en las cárceles dela Dictadura
vengo aquí como trabajador, como revolucionario, como argentino a ratificar ante
todos ustedes el compromiso de continuar, hasta las últimas consecuencias la
lucha por la
Liberación Nacional y social de Argentina. Quiero agradecer
profundamente esta solidaridad. La solidaridad de Córdoba, la solidaridad de
Rawson y Trelew, la solidaridad de toda la clase obrera que me ha arrancado a
mí de las garras de la dictadura, como antes ha arrancado a otros compañeros y
como arrancará hasta el último prisionero. Quiero aquí como ha sido norma de,
conducta militante rendir un gran homenaje a todos los Compañeros caídos en
esta heroica lucha por la Liberación Nacional y Social.
Yo vengo de una cárcel que ha sido rebautizada por los prisioneros políticos y sociales a la cual denominamos Campo de Concentración 22 de Agosto. Y tengo la obligación de trabajador de repudiar un hecho que costó la vida de compañeras y compañeros que compartían la prisión, que nos conocíamos, que hablábamos de los comunes ideales.La Dictadura que impera en
nuestra Patria aprobó legalmente la pena de muerte. Pero no espera a cubrir ese
disfraz legal; ha masacrado a lo largo y a lo ancho de todo el país a los hijos
del Pueblo que luchan sin distinciones y sin discriminaciones.
Yo quiero nombrar aquí, corno una gran recordación a los compañeros:
Clarisa Lea Place Susana Lesgart María Angélica Sabelli Ana María Villarreal de Santucho Carlos Astudillo Pedro Bonnet Eduardo Capello Alberto del Rey Mario Emilio Delfino Alfredo Khon José Ricardo Mena Miguel Angel Polti Mariano Pujadas Humberto Suárez Humberto Toschi Alejandro Ulla
¡PRESENTES: HASTALA VICTORIA SIEMPRE !
La dictadura ha descargado toda su furia y los compañeros que aún se encuentran detenidos en el Campo de Concentración de Rawson están sometidos a un régimen de opresión y represión incalificable. Nosotros queremos denunciar aquí, una vez más, como lo hicimos en Trelew y Rawson, como lo hicimos ayer en Buenos Aires, que el régimen que impera en la cárcel, es un régimen que atenta contra los más elementales derechos humanos. El castigo de reclusión bajo celda cerrada, la prohibición de todo medio de información como diarios, revistas o radio y la construcción de un locutorio enrejado de típica contextura medieval impide el ejercicio mínimo de la defensa pues son dos rejas que separan un espacio de más de un metro y detrás de una reja está el abogado o está el familiar y detrás de la otra reja está el prisionero que ha sido trasladado desde esta celda cerrada, con cadenas, hasta ese locutorio. Denunciamos también la falta de atención médica. Durante 30 días la requisa del penal, el personal penitenciario golpeó y trató de humillar a los prisioneros; nos llevaban al baño, nos hacían desvestir, nos hacían correr desnudos por el pabellón y luego nos "encanutaban" de nuevo, usando un término propio del penal. Pero la actitud de todos los compañeros del penal no es de temor y menos de sometimiento. Se enfrentó a gritos toda esta serie de atropellos, se denunciaron en la precaria medida de las posibilidades. Y hoy yo vengo desde la cárcel, a denunciar públicamente toda esta serie de atropellos para conseguir de inmediato que se normalice la situación del penal, pues esa situación es verdaderamente insoportable.
Sabemos quela Clase
Obrera , que los sectores populares democráticos,
revolucionarios, antimperialistas, antioligárquicos de nuestro pueblo, han de
lograr que se vuelva aun régimen mínimo de consideración humana dentro del
penal. Transcurridos los 30 días del castigo pudimos obtener algunas
entrevistas con el Interventor del Penal, el Comandante. Mayor de Gendarmería Juan
Ramón López Carballo.
Y le planteamos la necesidad de resolver en forma urgente esos problemas. Él dijo que sólo podía resolver los problemas accesorios y que la resolución de reclusión bajo celda cerrada, la incomunicación de toda noticia, el problema del locutorio, dijo que esas eran disposiciones dela Junta de Comandantes en
Jefe, del Servicio Penitenciario Federal, y en ese aspecto él no tenía
posibilidades de hacerlo. Algunas cuestiones accesorias se han logrado ante el
reiterado planteo, ante la reiterada protesta de los Compañeros detenidos, pero
lo fundamental no está logrado y desde el Penal sabemos que la lucha
fundamental está en el seno del Pueblo y aquí debemos una vez más
comprometernos para que de inmediato se resuelva este problema y para que
también con una acción más poderosa de todos los sectores unidos de nuestro
Pueblo arranquemos a todos esos prisioneros de la Dictadura. Allí
hay muchos compañeros aún en prisión.
Yo traigo un saludo de los que estaban en mi pabellón particularmente de Martín Federico, de Curuchet[6] y de otros compañeros. Les puedo decir que todos tienen una moral muy alta, que tienen un espíritu de lucha que no va a ser afectado por esta situación penosa por la cual se atraviesa, y también quiero destacar aquí en nuestro enjuiciamiento a la política ultrarreaccionaria de la dictadura, que ellos nos llevaron allí para aislarnos de todo contacto popular, para tratar de impedir que recibiéramos esa inmensa solidaridad, pero la población de Trelew y de Rawson se ha convertido en una porción de nuestra Patria, en una porción patagónica que vibra de solidaridad; y el régimen ha castigado también la solidaridad; el compañero Dr. Mario Abel Amaya , abogado de varios compañeros, apoderado de otros, hombre afectado en su salud, que permanentemente acercaba su solidaridad, su aporte para la solución de los problemas de los compañeros ha sido detenido, puesto a disposición del Poder Ejecutivo y remitido al penal de Devoto por ejercer esa solidaridad combatiente. Amaya es el abogado de la solidaridad, es la solidaridad reprimida por la dictadura y Amaya merece también, como todos los demás, que lo arranquemos de la cárcel".
Quiero expresar en primer término el profundo reconocimiento a esta solidaridad combatiente de la gloriosa Córdoba, del glorioso Cordobazo. Después de prácticamente un año y medio de prisión en las cárceles de
Yo vengo de una cárcel que ha sido rebautizada por los prisioneros políticos y sociales a la cual denominamos Campo de Concentración 22 de Agosto. Y tengo la obligación de trabajador de repudiar un hecho que costó la vida de compañeras y compañeros que compartían la prisión, que nos conocíamos, que hablábamos de los comunes ideales.
Yo quiero nombrar aquí, corno una gran recordación a los compañeros:
Clarisa Lea Place Susana Lesgart María Angélica Sabelli Ana María Villarreal de Santucho Carlos Astudillo Pedro Bonnet Eduardo Capello Alberto del Rey Mario Emilio Delfino Alfredo Khon José Ricardo Mena Miguel Angel Polti Mariano Pujadas Humberto Suárez Humberto Toschi Alejandro Ulla
¡PRESENTES: HASTA
La dictadura ha descargado toda su furia y los compañeros que aún se encuentran detenidos en el Campo de Concentración de Rawson están sometidos a un régimen de opresión y represión incalificable. Nosotros queremos denunciar aquí, una vez más, como lo hicimos en Trelew y Rawson, como lo hicimos ayer en Buenos Aires, que el régimen que impera en la cárcel, es un régimen que atenta contra los más elementales derechos humanos. El castigo de reclusión bajo celda cerrada, la prohibición de todo medio de información como diarios, revistas o radio y la construcción de un locutorio enrejado de típica contextura medieval impide el ejercicio mínimo de la defensa pues son dos rejas que separan un espacio de más de un metro y detrás de una reja está el abogado o está el familiar y detrás de la otra reja está el prisionero que ha sido trasladado desde esta celda cerrada, con cadenas, hasta ese locutorio. Denunciamos también la falta de atención médica. Durante 30 días la requisa del penal, el personal penitenciario golpeó y trató de humillar a los prisioneros; nos llevaban al baño, nos hacían desvestir, nos hacían correr desnudos por el pabellón y luego nos "encanutaban" de nuevo, usando un término propio del penal. Pero la actitud de todos los compañeros del penal no es de temor y menos de sometimiento. Se enfrentó a gritos toda esta serie de atropellos, se denunciaron en la precaria medida de las posibilidades. Y hoy yo vengo desde la cárcel, a denunciar públicamente toda esta serie de atropellos para conseguir de inmediato que se normalice la situación del penal, pues esa situación es verdaderamente insoportable.
Sabemos que
Y le planteamos la necesidad de resolver en forma urgente esos problemas. Él dijo que sólo podía resolver los problemas accesorios y que la resolución de reclusión bajo celda cerrada, la incomunicación de toda noticia, el problema del locutorio, dijo que esas eran disposiciones de
Yo traigo un saludo de los que estaban en mi pabellón particularmente de Martín Federico, de Curuchet[6] y de otros compañeros. Les puedo decir que todos tienen una moral muy alta, que tienen un espíritu de lucha que no va a ser afectado por esta situación penosa por la cual se atraviesa, y también quiero destacar aquí en nuestro enjuiciamiento a la política ultrarreaccionaria de la dictadura, que ellos nos llevaron allí para aislarnos de todo contacto popular, para tratar de impedir que recibiéramos esa inmensa solidaridad, pero la población de Trelew y de Rawson se ha convertido en una porción de nuestra Patria, en una porción patagónica que vibra de solidaridad; y el régimen ha castigado también la solidaridad; el compañero Dr. Mario Abel Amaya , abogado de varios compañeros, apoderado de otros, hombre afectado en su salud, que permanentemente acercaba su solidaridad, su aporte para la solución de los problemas de los compañeros ha sido detenido, puesto a disposición del Poder Ejecutivo y remitido al penal de Devoto por ejercer esa solidaridad combatiente. Amaya es el abogado de la solidaridad, es la solidaridad reprimida por la dictadura y Amaya merece también, como todos los demás, que lo arranquemos de la cárcel".
[1] Era Secretario General del
Sindicato de Luz y Fuerza y Adjunto de la
CGT Córdoba. Murióa los 44 años en la clandestinidad
forzosa el 5 de noviembre de 1975 durante la presidencia de Isabel Perón.
[2] Mariano Pujadas, combatiente de Montoneros,
uno de los 19 prisioneros que no lograron escapar en el avión, que fue uno de
los fusilados.
[3] Mario
Abel Amaya, abogado de Trelew, defensor legal de algunos presos. Fue diputado
nacional por la UCR
en 1973. Secuestrado y asesinado por la dictadura en 1976
[4] Mario Roberto Santucho,
Domingo Menna y Enrique Gorriarán, miembros de la dirección del PRT-ERP, Marcos
Osatinsky y Roberto Quieto, miembros de la dirección de las FAR; Fernando Vaca
Narvaja, miembro de Montoneros. Osatinsky fue asesinado en agosto de 1974
estando preso en Córdoba, Quieto fue secuestrado en diciembre de 1976; Santucho
fue ultimado el 19 de julio de 1976 y ese día secuestrado y desaparecido Menna
en Campo de Mayo
[5] Tosco relató en varios actos que “cantamos
la Marcha de
los Muchachos Peronistas, el Himno del ERP y La Internacional ”
[6] Alfredo “El Cuqui”
Curutchet, abogado laboralista de los sindicatos de FIAT Concord y Materfer
8ITRAC/SITRAM) disueltos por la dictadura en 1971 y también defensor de presos
políticos. Después, militante del PRT, fue asesinado por la
Triple A el 11/09/74. Martín Federico
también era abogado de esos sindicatos y de presos políticos
Envío:Abajero
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